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Crítica cinematográfica

“La Mujer del Puerto” de Arturo Ripstein.

Magdalena Risso

4to B TM

P.R.A.V
Ficha Técnica:

Título original: La mujer del puerto.

Nacionalidad: Mejicana, con coproducción con Estados Unidos.

Año: 1999.

País: México.

Duración: 104'.

Director: Arturo Ripstein.

Guión: Paz Alicia Garcíadiego, basada en el cuento de Guy de Maupassant


"Le port".

Productores: Allen Persselin, Michael Donnelly y Hugo Scherer.

Fotografía e Imagen: Ángel Goded.

Diseño artístico: Juan José Urbini.

Montaje: Carlos Puente.

Sonido: David Baksht.

Asistente de Dirección: Rene Villareal.

Vestuario: Rosario Candela.

Decorados: Eduardo López.

Música: Lucía Álvarez. Canción "Vendo placer": música de Manuel Esperón


y letra de Ricardo López Méndez.

Intérpretes: Patricia Reyes Spindola (Tomasa), Alejandro Parodi (Carmelo),


Damian Alcazar (El Marro), Evangelina Sosa (Perla), Ernesto Yánez (Eneas),
Julián Pastor (Simon) y Alejandra Montoya (Lola).
Sinopsis argumental:

El Marro, un marino venido a menos, conoce en un vulgar burdel de puerto a


una joven y bella prostituta llamada Perla, de la cual se enamora. Tomasa, la
madre de Perla, reconoce en el hombre a su hijo del que tuvo que separarse
tras un trágico episodio en su infancia. Desde ese momento el amor incestuoso
de Perla y su hermano parece condenarlos. La joven queda embarazada y
decide suicidarse sin éxito tras el abandono de su hermano. El burdel cierra y
el Marro regresa en busca de su amor. Pasan los años y toda la familia abre un
burdel como lo soñaban.

Breve introducción del autor de la obra que inspira la película.

Guy de Maupassant, autor de la obra “Le port” que luego adapta Arturo
Ripstein, además de sus obras, fue famoso por sus aventuras amorosas en las
que nunca puso sentimiento, tan solo instinto animal, estaba orgulloso de sus
conquistas y de su potencia sexual, llegando a presumir que podía realizar el
acto sexual diez veces seguidas en un lapso corto de tiempo. Amigo de
prostitutas y a la vez de damas de alta sociedad, Maupassant frecuentó ambos
mundos indistintamente. Su apetito sexual lo conducía a las primeras, mientras
que el afán de destacar socialmente y cierto deleite intelectual lo dirigía a las
reuniones de las otras. Sus cuentos contienen la fiel descripción de ambos
mundos.

En el final de su carrera, una buena cantidad de cuentos está inspirada por la


idea fija del suicidio, la obsesión de lo invisible y la angustia. Afectado durante
toda su vida de graves trastornos nerviosos, en 1892, tras un intento de suicidio
en Cannes, fue ingresado en el manicomio de París, donde murió, después de
de un año de agonía, de una parálisis general.

Los cineastas encuentran un gran interés en las obras de Maupassant, donde


el estilo y la escritura se prestan a la puesta en imágenes. De 1908 a nuestros
días, se cuentan más de un centenar de adaptaciones de sus cuentos y
novelas al cine y a la televisión.

La novela “El puerto” (Le Port):


Figurando entre los cuentos tardíos de Maupassant, “El puerto” (1889),
fusiona dos temas recurrentes de su obra: la prostitución y el incesto. En
Marsella, el marino Celestin Duclos, se encuentra en un burdel a una
muchacha una noche. Por la mañana descubrirá que la prostituta es su
hermana Françoise. La fatalidad de la narración permite una adaptación de
estilo melodramática. El guión de Claude Santelli desplaza la acción de
Marsella a Normandía y adorna el relato con elementos tomados de otras
cuentos sobre el amor prohibido: L'Odyssée d'une fille (1883) et L'Armoire
(1884).
Adaptaciones de “El puerto”:
1933: La Mujer del puerto, Méjico, Arcady Boytler.
1949: La Mujer del puerto, Méjico, E. Gomez Muriel
1974: Le Port, France, TV, Claude Santelli (60 minutes)
1991: La Mujer del puerto, Méjico, A. Ripstein.

Decoupage:

Secuencia 1: “Narración del Marro”

Cantidad de escenas: 23

Inicio:

La secuencia comienza con un plano detalle del vapor de un barco que esta
llegando al puerto. Luego una cámara cenital toma el barco entero estacionarse
en el puerto. Estos dos planos son en blanco y negro y hacen referencia a
modo de homenaje a “La mujer del puerto” de Arcady Boytler de 1933. De
fondo escuchamos la canción “Vendo placer” de Manuel Esperón y Ricardo
López Méndez, que también encontramos a lo largo de la película de Arcady
Voytler.

En el barco esta el Marro que se levanta y apaga la música que ahora proviene
de la radio, este tiene aspecto de enfermo y tiembla de frío. Descubre que su
compañero ha muerto y que los remedios no les causaban ningún efecto. El
clima de la escena es de humedad y abandono, viven en condiciones
deplorables. Este es el clima que va a caracterizar toda la película. Con una
cámara contrapicada en el exterior vemos la inmensidad del barco y al Marro
salir rápidamente y muy alterado debajo del diluvio.

El Marro va en busca de un burdel llamado “El Eneas”, la lluvia no cesa y las


calles oscuras iluminadas por lamparitas de colores en las galerías iluminan la
escena. Escuchamos una música alegre de trompetas. Pregunta por el burdel y
llega. Al entrar se encuentra con Tomasa, una mujer de unos 45 años,
desalineada, ex prostituta y encargada de la limpieza y las cuentas del burdel
que le indica hacia donde dirigirse. La entrada es un lugar muy húmedo donde
las goteras abundan, y las paredes manchadas por la humedad parecen
caerse. Los pisos están completamente mojados y hay varios charcos de agua.

El subsuelo, donde se encuentra la barra, las mesas y el escenario tiene una


estética vulgar y deprimente. Hay lamparitas de colores y las luces que
predominan son las rojas y las azules. El burdel no parece tener mucha
clientela, solo tres mesas están ocupadas, mientras las prostitutas aguardan el
show para luego trabajar. Allí está Eneas, el dueño del burdel, que con una
bata rayada deja entrever su pecho peludo y su panza. De aspecto
desagradable observa el salón. El clima es de penuria. De fondo escuchamos
la canción “Vendo placer” nuevamente.
El Marro encuentra a Simon, amigo que estaba buscando y este le advierte que
si lo agarran fuera del barco y enfermo lo van a detener y el barco no iba a
zarpar. Tomasa corre el telón, sin soltar el cigarrillo que esta fumando y
Carmelo, el presentador, cantante y amigo de Tomasa, presenta su show con
Perla, la joven prostituta e hija de Tomasa. El show consiste en un desafío al
hombre que se atreva a sostener su miembro viril en la garganta de Perla más
tiempo del que dura la última nota de la canción que Carmelo interpreta. Arriba
del piano Carmelo tiene una gran pecera que es su objeto mas preciado.

Simon alienta al Marro a participar del show pero antes que Carmelo toque la
ultima nota el Marro cae desmayado detrás del tul blanco que los protegía
sobre el escenario.

Tomasa enfurecida por no haber funcionado el show, y por que Perla no gano
dinero le recrimina a Carmelo y a su hija lo mal que están haciendo las cosas.
El Marro queda desmayado en el escenario junto a Perla. El fundido a negro es
muy utilizado en la película para cambiar de escena, este es uno de los casos.

Al día siguiente el Marro aparece en la cocina del burdel. Perla tiene una bata
rosa de satén y esta en pantuflas, dando la imagen de prostituta estrella, pero
sin embargo su expresión de desgano dice otra cosa.

Es así como el Marro y Perla se conocen. El queda perdidamente enamorado


de ella. Pero no se les va a hacer nada fácil mantenerse juntos.

Conflicto:

Tomasa lo hecha por estar enfermo y por otras excusas y Perla con un poco de
compasión lo acompaña hacia la calle. Es allí donde se dirige al taller de
Carmelo, un galpón muy humilde, donde la escenografía se amontona sobre
paredes húmedas que la sostienen. El piso esta inundado y el piano es el
protagonista del decorado.

El Marro le ruega a Carmelo que lo deje vivir allí. Pero no termina de hablar que
cae desmayado al piso. El medico le diagnostica bronquitis.

El Marro habla con Simon en un pool, pero este se lava las manos y le dice al
Marro que no vuelva a aparecer por ahí porque lo están buscando.

El Marro recuerda a Perla en el galpón de Carmelo, y va a buscarla al burdel


esa misma noche. La ve subir las escaleras acompañada de un cliente.
Carmelo le advierte sobre Perla y lo que siente por ella pero el Marro sin
hacerle caso los sigue. Perla vestida como sirena, le practica sexo oral a su
cliente oriental, que al entrar el Marro en la habitación, se va. La habitación de
Perla es muy precaria, húmeda y predomina el azul. Su objeto mas preciado es
una lámpara que contiene a la virgen dentro del cristal.

Cuando Carmelo le cuenta a Perla que el marinero está interesado en ella,


sonríe por primera vez en la película. Pero a Carmelo lo que mas le interesa es
abrir su propio negocio con Perla, un burdel diferente, con ventilación, que no
huela a “macho”. Este es el sueño de ambos, Perla no piensa en un futuro lejos
de la prostitución sino mejorar las condiciones de su trabajo. El Marro y Perla
se aman en el galpón de Carmelo apasionadamente.

En el burdel de Eneas, Perla ve entrar al Marro y enseguida se baja del


escenario para verlo. Eneas furioso la toma del brazo y le dice que tiene otro
cliente para ella. Eneas hecha al Marro violentamente del burdel, amenizándolo
con un cuchillo.
Al día siguiente el Marro la espera en lo de Carmelo y Perla manda a su amiga
Lola para avisarle que no va a ir porque tenía un cliente. El Marro enfurecido
revolea una botella que estaba bebiendo contra la pared.
Al otro día Perla aparece golpeada por su madre y con sus cosas en lo de
Carmelo, decidida a irse del burdel. Perla muy angustiada lamenta haberse
olvidado su lámpara y el Marro casi violentamente le declara su amor, le dice
que la lleva clavada en el alma, que esto es muy serio. Manteniendo el clima
dramático, el Marro le cuenta a Perla cosas importantes de su infancia y se
lamenta. Perla también le cuenta sobre su madre Tomasa y Carmelo, cuando
se conocieron en la comisaría y sobre el asesinato de su padre.

Desenlace:

Carmelo entra al galpón, ebrio y mal herido, tarareando la canción “Vendo


placer” y cuenta el fuerte enfrentamiento seguido de humillación que tuvo con
Eneas. Hace hincapié a sus sueños frustrados de abrir su burdel, en lo que era
de joven y lo que es ahora como hombre y artista.
Perla asiste a Carmelo, luego sigue hablando con el Marro sobre su infancia y
este se da cuenta de que ellos son hermanos. Con desesperación se va en
busca de Tomasa. La zamarrea y la lleva hacia una galería destechada donde
ambos bajo la lluvia se enfrentan. La tensión crece y el Marro le recrimina
haberlo abandonado y haber llevado a Perla por el camino de la prostitucion.

El Marro le cuenta a Perla que son de la misma sangre, y ella sin importarle el
que dirán, intenta detenerlo, pero el Marro decide irse y no verla más. Perla lo
sigue hasta el puerto donde se embarca. Una desgarradora imagen de Perla
llorando con un vestido blanco bajo el diluvio que hace transparentar su vestido
nos muestra como intenta suicidarse cortándose las muñecas con una lata.
Ante la indiferencia de su hermano se tira al mar. Una voz en off que grita: “¡Se
tiró, se tiró!” El Marro sin verla queda atónito sentado en la cubierta del barco
mojándose.

Secuencia 2: “La narración de Perla”

Cantidad de escenas: 19

Inicio:

Esta secuencia comienza en El Eneas, con Perla sentada en el escenario junto


al Marro que yace en el piso. La colorimetría que predomina es la azul,
manteniendo un clima húmedo, de desolación, penumbra y de puerto. Tomasa
le recrimina a Perla que su show no rinde y no atrae a los clientes. Carmelo la
defiende y le propone invertir dinero en el show pero Tomasa se niega
rotundamente a “tirar” sus ahorros. Perla le toma la fiebre al Marro y ambos se
quedan en la penumbra del burdel. Una luz tenue ilumina la cara de compasión
de Perla.
Perla esconde un dinero detrás del mueble de la cocina cuando aparece el
Marro, ella le dice que esta enfermo y que no puede estar allí. Entra Tomasa y
obliga a su hija echar a este marino enfermo.
Todo parece ser más frío en este relato que el anterior. La mirada de Perla nos
introduce a un mundo de pocas esperanzas, violencia y desgano.
Carmelo también le recrimina que el negocio no funciona y que debe retener a
los clientes del burdel. Perla abre la persiana de la ventana de su habitación
que deja entrar una luz prominente que le ilumina el rostro. Ella queda de
espaldas a cámara. Esta imagen representa el agotamiento y las pocas
esperanzas que Perla tiene de seguir viviendo así.

Conflicto:

Tomasa entra a la habitación de Perla y la culpa de todos sus males, ya sea


económicos, la vergüenza con la que convive, sobre el dinero que gasto en
comprar esa lámpara y sobre el complot que hace con Carmelo para dejar El
Eneas. Perla enfrenta ferozmente a su madre zamarreándola y Tomasa más se
enfurece y la arroja al suelo a los golpes. Tomasa se arrepiente de haber parido
a sus hijos.
Mientras Carmelo sueña con el burdel de sus sueños junto a Perla el Marro se
ofrece a ayudarlos.
Al día siguiente Perla despierta en su habitación, donde podemos observar
diferentes objetos azules como el papel sobre la mesita de luz, las cortinas, el
colchón de la cama de Tomasa, las sabanas tienen flores azules y parte de la
ropa que esta tendida es azul, el vestido que se pone para salir tiene flores
azules. Esto es estéticamente correcto ya que mantiene el color que le da el
clima frío a toda la película y sigue con la temática del mar, las sirenas, la lluvia
y la humedad.
Perla va a ver al Marro al galpón de Carmelo y es la primera vez que esta con
un hombre “por puro antojo”. Perla es feliz por unos instantes.
Perla en el burdel, sube las escaleras con un cliente y el Marro la observa
desde abajo, la cámara picada deja ver la expresión de desconsuelo del Marro.
Este sube a buscarla y la descubre practicándole sexo oral a su cliente oriental.
A Perla no parece incomodarle su trabajo, al contrario, lo toma con mucha
naturalidad. El Marro luego baila con su enamorada en el Eneas arriba del
escenario la canción “Vendo placer”. Ella aun vestida de sirena. Eneas entra a
cuadro y saca al Marro del burdel a la fuerza y a Perla le tiene preparado otro
cliente.
Tomasa le reprocha a Perla no ser buena prostituta. Le recrimina no haber
salido buena como ella en su mejor época y no saber llevar bien el negocio, de
una muy mala manera. Se denigran mutuamente, se zamarrean. Tomasa no
quiere quedarse en la calle por culpa de su hija. Tomasa golpea fuertemente a
Perla dejándola en el piso. Una luz azul desgarradora entra por la ventana y
vemos la pecera azul de fondo.
El Marro le confiesa a Perla que fue a ver a Tomasa y que ellos son hermanos.
A Perla poco le importa esto a pesar que al Marro le parece una calamidad y lo
seduce, llevándolo a la cama otra vez. El Marro decide embarcarse y
abandonar a Perla, esta lo sigue, más desalineada que el relato anterior, con el
mismo vestido blanco y esta vez no llueve. Con una música dramática de
violines, Perla camina por el muelle y se corta las venas. Esta vez de espaldas
a cámara que se acerca y descubre la sangre correr por sus brazos y luego se
arroja al mar.

Desenlace:

A Perla la ve un medico y este le comunica a Tomasa que tuvo tan mala suerte
que no perdió el hijo que estaba esperando del Marro, y si mucha sangre. La
luz de la habitación es de un azul oscuro. Tomasa decide hacerle un aborto con
el alambre de una percha a la fuerza. Perla lo quiere tener pero esta tan
debilitada que le cuesta luchar con su madre, grita desconsoladamente para
que no se lo saquen. Vemos a través del espejo el acto macabro de Tomasa.
Perla cuando se levante, es un alma en pena, su vestido blanco manchado de
sangre y el espejo le delatan una triste y humillante imagen.
Perla le pide ayuda a Carmelo, lo intenta convencer de abrir su soñado burdel.
Carmelo ahora limpia baños en la estación de ómnibus.
El Marro vuelve y le promete a Perla no irse nunca más de su lado. Cuando
Perla va a buscar sus cosas al Eneas y se enfrenta con Tomasa. La odia
rotundamente e intenta deschabar el aberrante acto que le produjo delante del
Marro.
Tomasa queda muy deprimida junto al piano y recuerda viejos tiempos con
Carmelo, juntos cantan una canción que a ella siempre le gusto.

Secuencia 3: “La narración de Tomasa”

Cantidad de escenas: 16

Inicio:

Tomasa entra con sus dos hijos a la Iglesia. Este es el único decorado que esta
ampliamente iluminado a comparación de los anteriores. Perla de un año y
medio aproximadamente, esta disfrazada de angelito y Nicolás aparenta unos
ocho años. Tomasa bautiza a su hija, con el padre que de muy mala gana los
atiende. Este se da cuenta del desquicio de Tomasa y su inestabilidad como
madre. Allí conoce a Carmelo, que mientras esto sucedía tocaba el piano para
el coro de niños de la Iglesia. El padre lo maltrata por tomar tequila entre otras
cosas y Carmelo no tiene mejor idea que robar el dinero de la Iglesia.
Tomasa es buena prostituta, y madre como puede. Su casa es precaria,
desordenada y muy sucia. Una noche le encarga a su hijo Nicolás el cuidado
de Perla y le advierte que su padre no se le acerque a la niña. Al regresar,
Tomasa ve la silueta de su marido, detrás de una tela blanca que separa los
ambientes, desvistiéndose. Tomasa comienza a gritar y a alterarse cada vez
más y acusa al hombre de acoso a su propia hija de un año. Nunca se muestra
un acto semejante pero la locura de Tomasa y las ganas de sacarse de encima
al borracho de su esposo la delatan. Ella reta a Nicolás, y se enfrenta a los
golpes con su marido que la zamarrea fuertemente. Nicolás toma un martillo y
le parte la cabeza a golpes hasta dejarlo sin vida. Tomasa hecha a su hijo para
protegerlo de alguna manera del crimen y de la policía, quedando el pequeño
en la calle y a la deriva, mientras ella culpa al destino. Una luz azul intenso
entra por la puerta y Perla y Tomasa quedan llorando ambas en el suelo.
Tomasa en la comisaría intentando no ir presa reconoce a Carmelo, que estaba
allí acusado por el robo del dinero. Para quedar ambos libres le ofrece dinero al
comisario y se prostituye.
Tomasa va al burdel de Eneas donde antes trabajaba, a pedir trabajo y vivienda
para ella y su hija, luego le presenta a Carmelo. Eneas tiene la misma actitud
sobradora que los relatos anteriores y mismo aspecto desagradable, viste la
misma bata rayada.
Carmelo consigue el trabajo por tener habilidades con el piano, toca y canta la
canción “Vendo placer”. Pero a Tomasa le queda hacer la limpieza y entregar a
su hija para que trabaja en el burdel cuando este en edad de merecer.

Tomasa vuelve de su recuerdo y aparece el Marro en el burdel donde lo ve por


primera vez, en busca de Perla. Carmelo le comenta a Tomasa quien es aquel
marinero al cual le dicen el Marro. Tomasa parece reconocer el joven a su hijo.

Conflicto:

El Marro va en busca de Tomasa, una noche lluviosa y la intercepta


violentamente. Este le recrimina el abandono que sufrió en su infancia.
Mientras las gotas chorrean de la ropa tendida en el patio, una música
instrumental dramática acompaña la escena. Una luz azul oscura tiñe el cuadro
de dramatismo.
En el burdel, Carmelo se pelea con Eneas porque este último quiere contratar
otro show. Carmelo se siente desplazado y humillado. Quiere dejar el burdel y
se enfrentan. Eneas termina humillándolo delante de todos, bajándole los
pantalones y se niega rotundamente a darle su preciada pecera. Carmelo se
quiebra, avergonzado en el piso mientras Tomasa lo consuela. Una música
lenta e instrumental continúa de fondo.

Desenlace:

Luego del intento de suicidio de Perla, Tomasa consuela a su hija que sufre por
la perdida del Marro. Perla muy angustiada llorando decide abortar al hijo que
espera de su hermano. Lona y Tomasa colaboran con el acto aberrante.
Lona va en busca del Marro una vez que termina la escena. Tomasa entierra al
nieto que no fue. Perla no le perdona haberla ayudado a cometer el crimen.
Tomasa visita a Carmelo en los baños de la estación, cuyas paredes son
azules y blancas, y las sillas son también azules, manteniendo el clima de
tristeza y frialdad. En el burdel Tomasa le presta todos sus ahorros a Carmelo
para abrir el burdel que el y Perla soñaban. Una oscura bruma baña el burdel.
Eneas le cuenta a Tomasa que El Eneas va a ser demolido, pero ella no parece
entenderlo, cegada pretende quedarse allí y encargarse de todo.
“Al Eneas se lo comió el tiempo, y a ti también Tomasa” son las palabras de
Eneas. Carmelo inesperadamente vuelve por Tomasa, toman algunas cosas
importantes como la lámpara de Perla. Una música de piano, lenta y tranquila
los acompaña fuera del burdel.

Secuencia 4: “El Carmelo” Burdel familiar.

Cantidad de escenas: 1

Cinco años después, un cartel azul fluorescente nos ubica en el burdel de


Carmelo con un plano secuencia. Carmelo presenta el mismo show que hacia
con Perla en El Eneas, mientras el Marro ahora en bata rayada maquilla a dos
actores. Sale Perla embarazada con un niño de la mano, vestida de sirena y se
dirige al escenario. Carmelo canta y toca en el piano “Vendo placer”.
La escenografía se combina en colores azules, tanto las luces, como el cartel,
la pecera de Carmelo y la lámpara de Perla. Estos objetos se fusionan en el
último plano con Tomasa en Primer Plano, que un poco más relajada observa
el show, fumándose un cigarrillo, deja salir una pequeña sonrisa.

Introducción a la hipótesis:

El incesto (del latín "incestare", infestar, contaminar) viene a ser, según la Real
Academia Española, toda "relación carnal entre parientes dentro de los grados
en que está prohibido el matrimonio", es decir, cualquier clase de actividad
sexual entre padres, hijos, sobrinos, abuelos, nietos, primos, hermanos y
demás familia.

Hipótesis:

Los personajes muestran, a través de las diferentes narraciones, la dramática


descomposición física y moral de la sociedad. Ya que el incesto, un tema
central de la película es considerado un pecado por la Iglesia y la sociedad en
si. No hay nada sagrado, ni la familia, ni la infancia, ni la paternidad.

Validación:

En las siguientes escenas vemos como los personajes del Marro, Perla y
Tomasa rompen con los valores impuestos por la sociedad. Los actos
incestuosos, el quiebre de la familia y la paternidad.

En la secuencia 1:

Escena 6: Tomasa corre el telón del burdel para que su hija Perla comience el
show donde, vestida de sirena, vende placer a los hombres que vienen del mar.
Este es un claro ejemplo de ruptura de los códigos morales de la familia.
El Marro participa del show, teniendo su primer acercamiento incestuoso, aun
sin saberlo, con su hermana Perla.
Escena 13: Vemos al Marro en el burdel siguiendo a Perla, perdidamente
enamorado.
Escena 14: Carmelo y Perla conversan acerca de su futuro, donde sueñan con
una prostitucion “limpia”. Carmelo le dice a Perla:”La putas producen paz
social”. Perla nunca planea un futuro mejor fuera de la prostitución.
Escena 15: Perla y el Marro tienen relaciones sexuales incestuosas.
Escena 19: Perla llega a lo de Carmelo golpeada por su madre, luego de una
fuerte pelea por dinero, reproches y maltratos de todo tipo.
Perla se acerca al Marro para llamar su atención y este le declara su amor. Le
dice que la lleva en el alma y melancólico recuerda su trágica infancia, donde
tuvo que crecer solo sin una familia.
Escena 20: Perla le cuenta al Marro sobre su infancia, como su madre conoce
a Carmelo en la cárcel luego del asesinato de su padre, al cual poco recuerda y
poco se lamenta su ausencia.
Escena 21: El Marro zamarrea violentamente a Tomasa, su madre, y le
recrimina el abandono que el sufrió de niño y el mal camino en el que llevó a su
hermana.
Escena 22: El Marro no puede aceptar el incesto pero Perla se niega a perder a
su hermano. Diálogo:
“Perla: No te me vayas, total hermanos y todo, ¡¿Que importa?!
Marro: Yo no me puedo olvidar cuando te cargaba, así, de ángel y chiquita
¡Uno tiene sus principios!
Perla: Quien quiere principios ¿Yo soy tu mujer no? Se dio, fue de Dios...
Marro: Pinche suerte, pinche suerte...Puro ensañe, puro ensañe…
Perla: Quédate un rato, total que... ¡Un ratito más!”
En esta escena vemos como Perla deja de lado el pecado de amar a su propio
hermano y acto seguido tienen relaciones sexuales.

En la secuencia 2:

Escena 3: Tomasa maldice haber parido a sus hijos. Diálogo:


“Tomasa: ¡Parí bestias!”
Con esta frase Tomasa anticipa el pecado que cometen sus hijos.
Escena 6: Encuentro sexual de Perla con el Marro, su hermano.
Escena 11: Tomasa maltrata verbal y físicamente a Perla por no haber salido
buena prostituta como ella. Tomasa golpea fuertemente a su hija, demostrando
bronca y odio, por dos motivos: Por el miedo a quedarse sin trabajo en el
burdel, y por tener una relación incestuosa con su hijo el Marro, que aun Perla
no lo sabe.
Escena 12: Perla al enterarse que son hermanos, ruega al Marro que no la
abandone. Diálogo:
“Marro: Fui a ver a Tomasa...Yo soy tu hermano
Perla: ¡¿Como Crees?! El mundo es re ancho para que seas mi hermano
Marro: ¡Se acabo! Nos jodimos, Se acabo...
Perla: ¡Marro! No importa que sea pecado, para la pinche vida que nos dio el
cielo, un pecado mas…
Marro: ¡Eso lo castiga hasta Dios!
Perla: No es nuestra culpa, fue de Dios
Marro: ¡Perla! Ahora no puedo, te miro y veo tu cara de antes y no puedo...
Si estas igualita…
Perla: ¡¿Que carajos?! ¡¿Que carajos me importa?!
Acto seguido tienen relaciones sexuales.
Escena 14: Tomasa le realiza un aborto a Perla con una percha,
completamente a la fuerza y sin anestesia alguna. Un acto semejante rompe
con los valores a la vida y la familia, sumando más oscuridad a la vida de esta
familia.
Escena 18: Perla y el Marro de regreso, prometen no volver a separarse.

En la secuencia 3:

Escena 3: Tomasa culpa a Nicolás, su pequeño hijo, de no cuidar a su hermana


se su padre. Se altera y se enfrenta con su marido, luego le ordena a Nicolás
que le pegue al padre con una masa. Dejándolo sin vida en el acto.
Escena 6: Tomasa acuerda con Eneas, el dueño del burdel, obtener vivienda y
trabajo a cambio de la explotación de su hija en el burdel cuando esta sea
mayor.

Estos dos errores claves de Tomasa, la condenan en su presente y en el futuro


de sus hijos.
Escena 15: Tomasa le presta sus ahorros a Carmelo para que pueda abrir el
burdel que anhelaba, con sus hijos.
De esta manera esta aceptando el incesto.

En la secuencia 4 es cuando mas se instala el incesto y la aceptación de


todos los personajes. Perla y el Marro parecen haber formado su propia familia,
con un bebe y otro en camino. Estando Tomasa, madre de ambos, presente.

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