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Pluralidad y tolerancia

Alejandra Lee Alonso  803925


Ismael S. Salazar García 804100
Paola Valdez Sandoval  919232
Daniel Gonzalez Sánchez 1032982
Hilda Popovic Esquer 1033813
Eliott H. Arredondo Pérez 1175153
La verdadera tolerancia

• Tolerancia. Valor que hace posible vivir


juntos a personas y credos (religiosos,
políticos, morales) diferentes y hasta
opuestos.
• Base de la tolerancia: la seguridad
Condiciones de la tolerancia
1.
• Se requiere que, desde nuestras propias
convicciones o modos de vida, las
prácticas, costumbres o visiones del
mundo que toleramos nos parezcan
negativas, erróneas o no valiosas.
• Tiene que haber tendencia a prohibir el
acto o la situación que se tolera.
Condiciones de la tolerancia
2.
• El tolerante alberga algún grado significativo de
poder con el que podría enfrentarse a eso que
tolera, pero es un poder al que renuncia.
• La tolerancia es una actitud voluntaria, pero no
tiene nada que ver con soportar, aguantar o
padecer.
• Sólo puede ser tolerante quien tiene la capacidad
real de no serlo.
Condiciones de la tolerancia
3.
• No es indiferencia pasiva; la resignación, la ignorancia, la
dejadez, la cobardía o la comodidad no son razones dignas
o propias de la tolerancia.

• La tolerancia se apoya en una certeza epistemológica y en


una certeza moral: que no hay verdad absoluta y que el
imperativo moral por excelencia es el respeto a las personas.
• Tenemos que tolerar por respeto al otro, porque es un ser
dotado de dignidad (por ser consciente y libre) y por tanto
sujeto de derechos.
La democracia:
institucionalización política de la tolerancia

• La tolerancia es que da lugar al método más adecuado de


convivencia civil.

• La lucha de la tolerancia va a la par de la lucha por la


democracia, la tolerancia, la que abrió el camino para reconocer
positivamente unos cuántos derechos en las primeras
declaraciones: a la libertad de conciencia, de expresión, de
religión.
La democracia:
institucionalización política de la tolerancia

• El principio de tolerancia pone hoy una piedra angular del


Estado liberal: su neutralidad o aconfe­sionalidad, su
“consenso solapado”, etc.

• De ahí que la tolerancia sólo puede subsistir reducida a ciertos


ámbitos particulares: ya sea como una virtud particular, o ya
sea como el reconocimiento de reivindicaciones que aún no han
sido asumidas como derechos positivos.
Los límites de la tolerancia

• De acuerdo con la idea misma de la tolerancia, sus límites son el


intolerante y lo intolerable.

• El intolerante. Según Bobbio, “la tolerancia debe ser ex­tendida a


todos, excepto a aquellos que la niegan, o más brevemente, todos
deben ser tolerantes excepto con los intolerantes”.

• El intolerante no puede quejarse de que no se le tolere, porque él


mismo no reconoce los derechos que supuestamente le son negados.
Los límites de la tolerancia

• Lo intolerable es el daño ajeno, que cuando es físico pa­rece claro, pero


no tanto cuando se trata del moral.

• Intolerable es, desde luego, la injusticia. Y hay injusticia cuando se


quebrantan los derechos humanos, en concreto su pri­mera generación:
la vida y la libertad de conciencia y ex­presión. Así que el tolerante
debe volverse intolerante para preservar la seguridad física o los
intereses legítimos de los ciudadanos. Aquí ya no se exige la
neutralidad, sino la in­tervención del Estado
La perversión de la tolerancia
• Falsa Tolerancia—el sujeto cuenta de
convicciones propias como para enfrentarlas.
• Tolerancia ≠ Indiferencia
• Falta de buenas razones para tolerar.
(ignorancia +- culpable)
• Te aferras a tu voluntad y compromiso con
otro/sociedad. (cobardia)
• Se nutre de oscuras raices.
La perversión de la tolerancia
• Tiende a rebasar sus límites y a tolerar
lo intolerable.
• Tolerancia vacía. (si tanto tolera, su
sujeto ya no tendrá nada)
• Fácil y cámoda (poco resistir y soportar)
• La buena tolerancia permite la
civilización.
En el espacio privado

• El lenguaje cotidiano dice mucho de


nuestra percepción sobre las ideas de
otras personas. Frases como Todas las
ideas son respetables y Respeto su opinión,
aunque no la comparto.
En el espacio privado

• Las opiniones no requieren respeto por sí solo,


sino un contraste recíproco. Es decir que sólo con
respetar no quiere decir que se le tome en serio.
• Las opiniones deben ser aceptadas pero no por
el simple hecho de ser diferentes, sino que
merecen un debate y una contraposición.
En el espacio público
• Cada día el término en el ámbito público se
va condenando al desuso.
• Ya no es el instrumento básico para las
resoluciones sobre lo común, ya no es la
palabra pública usada.
• El demócrata no tolera el dictado público de
la fuerza, pero sí una voluntad remisa a dar o
recibir razones en público; es decir, tolera una
forma benigna, pero aún cercana, de la fuerza.
En el espacio público
• “La tolerancia, pues, no sólo es la plataforma precisa
para la negociación: Todo hay que sacrificarlo al
consenso general, hasta el acuerdo consigo mismo.”
• La tolerancia que haga pacífica y llevadera esta realidad
entre los humanos alcanzará sucesivas estaciones de
paso, nunca la meta definitiva. (pluralismo)
• Tolerancia democrática mal entendida: No toda
solicitud, por mayoritaria o popular que se presente, es
ya por ello atendible por el poder político y marca su
pauta al gobernante.
• Todo surge a raíz de la falta de incontinencia a la
tolerancia para aceptarla en lo popular.

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