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*Por Manuel Anido

Capitalismo: ¿“eterno”?

INDICE
Introducción Pág. 2
North y el “capitalismo eterno” Pág. 3
Dobb: ¿“Espíritu” o modo de producción? Pág. 6
Conclusiones Pág.11
Bibliografía Pág.13

1
INTRODUCCIÓN

El comienzo del proceso de industrialización en Inglaterra, entre


los siglos XVIII y XIX, se designa generalmente con el término de
revolución industrial, y como momento de surgimiento del
capitalismo. Pero en el campo historiográfico no todos aceptan esta
denominación como la más apropiada para indicar ese complejo de
fenómenos que, con la transformación de las estructuras económicas
y el desarrollo de fuerzas sociales nuevas, así como de las
instituciones políticas del sistema liberal burgués, están en el origen
del mundo contemporáneo.
Y en la definición del contenido y de los mecanismos del proceso
de desarrollo se pueden reconocer otras divergencias. Si el resultado
final, el punto de llegada de dicho proceso -la sustitución de la
producción artesanal por el sistema fabril - es indiscutible, su
naturaleza y sus condiciones son materia de controversia desde hace
mucho tiempo.
¿Revolución industrial o evolución? ¿Ruptura radical con el
pasado en los modos, de producción y en la organización social o
maduración sin fisuras aparentes, con formas relativamente llanas y
continuas, de condiciones creadas ya por períodos precedentes?
Con mayor razón, tampoco existe uniformidad de puntos de vista
en lo que concierne a la cronología económica, o mejor la fecha de
comienzo de las transformaciones fundamentales, de las
modificaciones de tendencia más significativas.
¿Se trata de alinearlas en una simple sucesión en el transcurso
de un siglo, entre 1750 y 1850, o de reencontrar sus orígenes mucho
más atrás del siglo XVIII, en la edad del mercantilismo antes que en la
del laissez-faire? ¿O reagruparlas en un lapso mucho más breve, hacia
fines del siglo XVIII o en el primer cuarto del XIX?
En definitiva, en este breve trabajo, se abordará esta temática, a
partir de las visiones de Douglas North y Paul Thomas por un lado y
de Maurice Dobb, por otro, esto sin perjuicio de tener en cuenta
aportes adicionales que se estimen necesarios.

2
NORTH Y EL CAPITALISMO “ETERNO”

Para empezar, y poder tener una visión acabada del


pensamiento de Douglas North1, como se verá más adelante, resulta
de interés, tener un perfil, algunos elementos sobre su persona, que
pueden clarificar su posicionamiento y en este sentido, entre los
economistas históricos contemporáneos, es North, quien ha
reinterpretado hechos históricos como pocos, siendo un influyente
consultor del Banco Mundial y de varios países en asuntos
concernientes al desarrollo económico, pero, sobre todo, ha hecho
contribuciones teóricas fundamentales a la llamada “Nueva Economía
Institucional”.
North es uno de los pioneros del grupo de economistas
estadounidenses que, en la década de 1950, comenzó a aplicar el
instrumental teórico neoclásico y los métodos cuantitativos a algunos
problemas de la historia económica.
Las ideas de North inspiraron gran parte de los trabajos
publicados en la corriente de la economía histórica entre 1957 y 1980.
La influencia de sus concepciones fue particularmente notable en los
debates que se produjeron en torno al crecimiento económico de los
Estados Unidos de América.
Sin embargo, hacia fines de los años sesenta, percibió
limitaciones en el instrumental neoclásico para explicar el desempeño
económico a través del tiempo y se dio a la tarea de construir otro
marco analítico.
Es en El Nacimiento del mundo occidental, que North y Thomas
esbozan ese marco analítico global, basándose en la teoría de los
derechos de propiedad, para explicar el desarrollo económico de
Europa occidental desde la Edad Media hasta el siglo XVIII. Un marco
que, según los autores, es “consistente y complementario a la teoría
económica neoclásica convencional”. Como dato curioso, llama la
1
North nació en Cambridge, Massachussets, en 1920. Se doctoró en la Universidad de
California, en Berkeley, en 1952. Enseñó en la Universidad del Estado de Washington,
en Seattle, de 1950 a 1983, y es profesor de Economía e Historia, desde 1983, en la
Universidad Washington, en St. Louis, Missouri. En 1993, North ha ganado el Premio
Nóbel de Economía, que compartió con Robert W. Fogel, otro economista histórico
estadounidense.

3
atención en el trabajo la ausencia de referencias, o de utilización de la
palabra capitalismo, lo cual ya es en sí todo un dato: las cosas no
dejan de existir aunque no las nombremos.
La tesis central de North y Thomas es que el desarrollo de una
organización económica eficiente fue fundamental para lo que ellos
denominan crecimiento económico per cápita de Europa occidental.
Argumentan que una organización eficiente conduce al
establecimiento de arreglos institucionales y derechos de propiedad
que crean incentivos para canalizar el esfuerzo económico individual
hacia actividades productivas.
Para North y Thomas, “La discrepancia entre los beneficios o
costos sociales significa que un tercero, sin su consentimiento, recibe
parte de los beneficios o incurre en parte de los costos. Esta diferencia
ocurre siempre que el derecho de propiedad no está suficientemente
definido o no se hace respetar. Si los costos privados exceden de los
beneficios privados, los individuos no estarán dispuestos a emprender
la actividad, aun cuando ésta sea socialmente provechosa.2”
El Estado juega un papel crucial en el modelo de North y Thomas
quienes señalan que la creación, especificación y aplicación de los
derechos de propiedad son costosas, y que estos costos dependen del
estado de la tecnología y de la organización. Los gobiernos asumen la
protección y aplicación de los derechos de propiedad porque ellos
pueden hacerlo a costos menores que los grupos privados que podrían
organizarse voluntariamente.
Sin embargo, los gobiernos, apremiados por sus necesidades
fiscales, pueden establecer ciertos derechos de propiedad que
obstaculicen el crecimiento en vez de alentarlo: no hay garantías de
que los arreglos institucionales productivos sean los que se
establezcan.
En El nacimiento del mundo occidental, la dinámica del sistema
es explicada a través de la interacción entre los cambios demográficos
y la oferta de recursos.
El crecimiento de la población causa desequilibrios y cambios en
la estructura institucional. Pero con respecto a esa estructura
institucional, que es lo que dice North?: relacionándolo con lo que
2
Nacimiento del Mundo Occidental North, Thomas Pág. 8

4
llama “derechos de propiedad”, dice respecto de ellos, que forman
parte “inherente” de la estructura institucional de una sociedad, o sea
serían una especie de “derechos naturales”. Esa estructura debe
definir y especificar la forma dice: “en que las unidades económicas
deben cooperar y competir” (?).
El desarrollo de esta línea de pensamiento lo lleva a abordar el
papel del gobierno en la organización de la economía, en la cual si
bien con otras palabras, adhiere a lo que se conoce como “estado
subsidiario”, o sea un gobierno que ofrezca “justicia y protección”,
claro está para hacer cumplir los derechos de propiedad.
Para lograr esto, la “solución”, que se encuentra es la
contribución obligatoria por parte de todos los “beneficiarios”, que
seríamos todos. Aparentemente, en este caso, si la intervención del
Estado estaría justificada, distribuir en el conjunto de la sociedad los
costos del mantenimiento de la propiedad de unos pocos.
En todo momento, se expresa o trasluce una continuidad
histórica, asimilándose lo que puede ser la manifestación del
comercio, ya sea en sus etapas primigenias, como a nivel de
intercambio mundial, eligiendo en la Síntesis (Pág. 17),- aunque aún
disculpándose por ello- el hundimiento del Imperio Carolingio, para
dice: “comenzar su exposición”, con lo cual podríamos deducir que es
un eufemismo, para fijar, tal vez, una fecha de iniciación previa de las
condiciones que darían lugar al capitalismo, aunque por supuesto no
lo nombre.
Resulta imperdible la cita (extractada de Shorter Cambridge
Medieval History) que hacen suya, describiendo al feudalismo, en
mérito a su extensión, se incluirán a continuación algunos fragmentos
muy ilustrativos: “… (el feudalismo), hemos de decir que heredó el derecho
del pasado, al tiempo que creó otro nuevo mediante el rápido desarrollo de la
costumbre basada en los hechos inmediatos. En cierto sentido puede
definirse en un contrato, expreso o implícito…. Luego de describir la

ceremonia de vasallaje, que tiene tonos cuasi “religiosos”, finaliza: “el


campesino, ya fuera libre o siervo, hacía igualmente un juramento de
fidelidad, siendo investido con el disfrute (sic) de una tenencia de su señor.
El nexo feudal así creado implicaba esencialmente una relación de

5
reciprocidad”3.
Luego de esta digresión y continuando con el análisis de la
opiniones de North y Thomas, resaltan el renacer de la industria y el
comercio a partir de los siglos XI y XII, destacando también el siglo
XVI cómo época de expansión comercial, coincidentemente con “los
tesoros del Nuevo Mundo, fluyendo como un río…” (acumulación de
capital).
Para finalizar, en la página 30, dicen: “nuestro relato termina en
los comienzos del siglo XVIII…de manera que el incremento de la
productividad llegó a convertirse en una pieza esencial…. A lo largo
del siguiente siglo, tales condiciones provocaron… una revolución
tecnológica, que se extendió por gran parte del resto de Europa, así
como por sus satélites coloniales en ultramar”.
Aquí, en esta última parte, sin nombrarla, están refiriéndose a la
Revolución Industrial, algo que muy a su pesar, parecen tener que
hacer. Por último y para finalizar, la impresión que queda para el
lector desprevenido, es una historia continua, sin mayores rupturas, y
por supuesto, sin revoluciones sociales.
Lo ilógico sería esperar otra cosa de estos dos autores.

DOBB: ¿“ESPÍRITU” O MODO DE PRODUCCIÓN?

Del mismo modo, que se hizo con North y Thomas, vamos a


introducirnos, brevemente en las características del autor de Estudios
sobre el Desarrollo del Capitalismo. Si bien la influencia del marxismo
en las ciencias sociales no era nueva, su mayor desarrollo se produjo
en la posguerra, a partir de estudios centrados en los procesos de
transición al capitalismo y la atención al análisis de las relaciones de
producción con relación al desarrollo de las fuerzas productivas.
En ese campo, el inglés Maurice Dobb produjo un libro notable
en 1946, Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Esa obra
promovió un debate famoso con Paul Sweezy4, publicado
3
Ibíd. Pág 17
4
Paul M. Sweezy (1910-2004) economista estadounidense, nació el 10 de abril de
1910. Debido a sus ideas marxistas fue perseguido y encarcelado en su país en la
época del macarthismo. Se graduó en Harvard en 1931 y obtuvo su doctorado en
1937. Fue discípulo de Schumpeter, con quien trabajó y que le apoyó a finales de los
treinta y comienzos de los cuarenta. Tras pasar un año en la London School of
Economics se hace marxista, aunque nunca tuvo una participación en la lucha

6
originalmente en Science and Society.
Frente a la tesis de matriz marxista de Dobb que estimaba que el
origen del capitalismo debía explicarse a partir de las contradicciones
y crisis del feudalismo, Sweezy sostuvo la teoría circulacionista, que
definía al capitalismo como resultado de la ampliación en la
circulación de mercancías en el proceso de conformación del mercado
5
mundial.
Maurice Dobb, miembro del Partido Comunista inglés, estuvo
vinculado a una generación más joven de miembros del partido:
Rodney Hilton, Christopher Hill, Eric Hobsbawm y Edward P.
Thompson.
Ellos van a estar entre los fundadores de la revista Past and
presente en 1952, pero la amplia definición de marxismo inglés debe
incluir también a la New Left Review identificada con la nueva
izquierda. Por su parte, la History Workshop, grupo surgido de los
talleres de educación de adultos, que tuvo en Raphael Samuel6 a su
representante más reconocido, elaboró un proyecto historiográfico
centrado en la construcción de la historia desde abajo, o desde abajo
hacia arriba, promoviendo la escritura de la historia por sus
7
protagonistas.
Entrando directamente en la consideración de su libro Estudios
sobre el Desarrollo del Capitalismo, el autor en primer lugar, hace
notar con razón, la aversión al término “capitalismo”, tanto
históricamente, o como dice él en el “habla popular”.
Desde el punto de vista de los economistas e historiadores, no es
llamativo, pues existe la tendencia a abstraerse de la realidad, que
eluden los factores históricos y sociales, que serían los que permitirían
dar un marco al significado de capitalismo, si es que en primer lugar
se lo admitiera, como realidad, o categoría de análisis.
Desde luego que no es posible pensar que un período histórico,

partidista o en actividades sectarias. Sweezy escribió a lo largo de los años más de


100 artículos y 20 libros. Murió el 28 de febrero de 2004 en su casa de Larchmont ,
Nueva York., de un ataque cardíaco congestivo, a los 93 años de edad
5
Fuente: La revolución industrial Valerio Castronovo Centro Editor de América
Latina Buenos Aires 1977
6
Miembro destacado del Grupo de Historiadores del Partido Comunista Británico, junto
a Harvey Kaye, Edward Thompson, Maurice Dobb, Rodney Hilton, Eric Hossbawn,
Christopher Hill y otros. Fuente: www.ucm.es
7
Fuente :www.educ.ar

7
pueda delimitarse cronológicamente en forma precisa, y es por ello
que tal vez, al pensar de Dobb, la variedad y complejidad de los
fenómenos históricos y políticos, que rodean al término “capitalismo”,
y su no consideración, los lleva a rechazar la denominación.
Uno puede inferir, que también, indudablemente,
posicionamientos ideológicos, también influyen en estas
interpretaciones, como por ejemplo, las de North, ya que aunque sea
posterior a Dobb, tiene una línea de coincidencia con otros autores,
que incluso, fueron contemporáneos o anteriores a Dobb, quien dice:
“Si el capitalismo no existe como entidad histórica, los críticos del
actual orden económico que claman por un cambio de sistema, están
luchando contra molinos de viento; y Marx, en particular, el primer
responsable de que se hable de un sistema capitalista, estaba
persiguiendo quimeras”
Tampoco resulta apto para llegar a una definición adecuada del
término “capitalismo” si se lo reduce a una cuestión exclusivamente
técnica, ya que ello implicaría no considerarlo como un sistema
histórico especial, sino reducirlo a un sistema de iniciativa individual
“libre”, donde supuestamente la economía se rige por “contratos”, y
en el que los seres humanos se comportan como “agentes libres”,
asociándolo al limitado concepto de laissez faire.
Dobb, explicita tres posibles significados atribuidos a la noción
de capitalismo:
1. El de Werner Sombart8, quien se abocó a la búsqueda de la

esencia del capitalismo, no en sus características económicas,


sino en el espíritu que “inspiró” la vida de una época, en
consideraciones, que de acuerdo a los fragmentos citados por
Dobb, lo lleva a realizar afirmaciones difíciles de sostener, tales

8
Werner Sombart (1863-1941) Economista político alemán, nació en Ermsleben.
Estudió en Pisa y Berlín y ocupó una cátedra de economía política en Breslau (1890-
1906) para pasar luego a la Handelshochschule (1906-17) y a la Universidad de
Berlín. En su obra principal, Der moderne Kapitalismus (3 vols., 1902, 1928), siguió el
desarrollo histórico del sistema capitalista hasta el comienzo de la I Guerra Mundial;
marxista en muchos de sus principios básicos, no coincidía con Marx en lo referente a
los orígenes del capitalismo, y estimó que éste sobreviviría, restringido por una
creciente planificación, juntamente con otros sistemas económicos. Aunque influido
por la escuela histórica alemana, realizó trabajos de crítica sobre el capitalismo. Sus
obras más conocidas son Socialismo y movimiento socialista en el siglo XIX, 1896),
Los judíos y la vida económica, 1911, El burgués, 1913) y (Las tres economías
nacionales, 1930).

8
como: “En algún momento del remoto pasado, el espíritu
capitalista debe de haber existido… antes de que una empresa
se volviera realidad”. O la consideración de un hombre
precapitalista, como una especie de “hombre natural”, concepto
tal vez, emparentado con el de Rousseau del “buen salvaje”9 En
esta idea del espíritu también incursionó Max Weber en su
conocido trabajo La Ética protestante y el espíritu del
Capitalismo, obra en la cual se pretende ligar de alguna forma,
el surgimiento del capitalismo con un ethos derivado de la
religiosidad del protestantismo - aunque Sombart le atribuye el
“mérito” a los judíos-.
2. Otros autores, se identifican con la escuela histórica alemana e

identifican el capitalismo con la producción para los mercados


distantes, un “motivo de ganancia” una “economía de
intercambio”, procurando ubicar los orígenes del capitalismo en
una supuesta “economía natural” del feudalismo (aquí se
pueden ver las “nuevas ideas” de North y Thomas).
3. Por último, Dobb se refiere al significado que hace suyo y que

fuera dado primariamente por Karl Marx, quien alejándose de


los anteriores, no procuraba encontrar la esencia del
capitalismo, ni en el espíritu de empresa, ni en el uso del dinero
en la financiación del intercambio, tras una ganancia, sino en un
modo particular de producción, significando o comprendiendo el
modo de apropiación de los medios de producción y las
consiguientes relaciones sociales resultantes.
Resulta claro que sin estas categorías de análisis, no es posible la
determinación del término “capitalismo” a una época determinada de
la historia, con lo cual, se retrotraía en el tiempo sus límites, y al decir
de Dobb: “…hay que concluir que es inútil buscar los orígenes del
sistema capitalista, dentro de los límites de los últimos ocho siglos… y
que debe de haber existido capitalismo a lo largo de la mayor parte de

9
Historia de la Desigualdad entre los Hombres Jean Jacques Rousseau. Ediciones
Libertador Buenos Aires 2004. En este libro es que Rousseau plantea esta teoría, y
afirma en un pasaje: “El primer hombre a quien cercando un terreno, se le ocurrió
decir esto es mío, y halló gentes lo bastante simples para creerle fue el verdadero
fundador de la sociedad civil” Nadie les dijo: ”Los frutos son de todos y la tierra no es
de nadie”

9
la historia escrita”10
Reconoce el autor, que el proceso de cambio es gradual y continuo
en su mayor parte, pero que entiende que existen puntos decisivos en
el desarrollo económico “en que el tempo se acelera”, y se rompe la
continuidad, y que esos cambios bruscos, se corresponden con las
revoluciones sociales y las transiciones de un régimen a otro,
poniéndose en movimiento algo similar a una reacción en cadena.
Es por tanto para esta concepción del capitalismo, como un
orden económico característico de un período histórico, la concepción
que la historia ha sido hasta hoy, la historia de las sociedades de
clase. Definiendo algunas características, dice que la sociedad
moderna, se caracteriza por una relación “contractual” entre obrero y
capitalista, como una más de las múltiples transacciones de una
sociedad de intercambio, los cambios técnicos, nuevos instrumentos
de producción y la paulatina separación del productor respecto de la
tierra y su proletarización, siendo esta última la que tiene una especial
significación, ya que cimienta la posibilidad que una clase ociosa
explote el plustrabajo de otros, “lo cual es la esencia del moderno
sistema que llamamos capitalismo”11
Ubica cronológicamente dos momentos decisivos, las
transformaciones políticas y sociales del siglo XVII, y la revolución
industrial de fines del siglo XVIII y fines del siglo XIX. Tan decisiva
fue esta última, dice, que hubo quienes vieron en ella el parto del
capitalismo moderno.
Para terminar, y citándolo a Dobb: “confinar su examen de la
sociedad al nivel del mercado… contribuye a … esa mistificación de la
naturaleza esencial de la sociedad capitalista…que la historia de la
sociedad económica, con sus teorías sobre la abstinencia y sus juegos
de palabras sobre la productividad”, para expresar más adelante:” y
con ello, la esencia del capitalismo como forma particular de
apropiación del plustrabajo por una clase que posee poder económico
y privilegios, desaparece por arte de magia”

CONCLUSIONES

10
Estudios sobre el Desarrollo del Capitalismo. Maurice Dobb Pág. 23
11
Ibíd Pág. 32 Maurice Dobb

10
La exigencia de definiciones más sistemáticas se ha tornado
evidente para la historiografía de estos últimos años, cuando las
indagaciones de los economistas en tomo de los grandes temas del
crecimiento y del desarrollo, del estancamiento y del atraso de las
economías subdesarrolladas, reclamaron, una vez más, por razones
prácticas, la reapertura de la investigación sobre los orígenes de la
economía industrial moderna.
En todo caso una vez más se vuelve a presentar la disputa sobre
la ubicación del punto de viraje y sobre la naturaleza de los cambios
en la estructura económico-social. Dobb, considera la revolución
industrial como una línea divisoria fundamental en la historia
económica.
Tampoco, puede quedar de lado la mención a la influencia
ejercida por la “revolución keynesiana”, con sus modelos sobre el
crecimiento económico y la tentativa de definir las relaciones entre
capital, trabajo, conocimientos técnicos y tasas de desarrollo. Es
mientras tanto, que la publicación en 1946 de los Estudios sobre el
Desarrollo del capitalismo de Maurice Dobb signó el retorno hacia
modelos marxistas de análisis y de interpretación histórica.
Por otro lado, los vivos debates que siguieron a la obra de Dobb
entre 1950 y 1953 pusieron a foco no sólo los problemas relativos a la
dinámica de la formación del plus-valor, o a la liberación de la mano
de obra de los lazos feudales y corporativos, sino también los relativos
a su “realización”, es decir a la amplitud del mercado.
En cuanto a la contrastación, con la obra de Douglas North y
Paul Thomas, el cierre de la consideración del trabajo de Dobb, deja
bastante en claro, que más allá de los cambios de ropaje, y de la
incorporación de elementos adicionales de análisis en esa obra,
básicamente vienen a reproducir polémicas, que ya se han dado en el
pasado, con la diferencia, que hoy estas posturas, como las de North y
Thomas, puedan llegar a tener más aceptación académica, o difusión,
dadas las circunstancias del mundo unipolar, en el que nos
encontramos, y la necesidad del sistema de encontrar y en todo caso,
promocionar a los justificadores del actual estado de cosas, y su

11
inevitabilidad, ya que en definitiva, el sistema sería “eterno”.

BIBLIOGRAFÍA

• El Nacimiento del mundo occidental Douglas North, Robert Paul


Thomas. Extractos proporcionados por la docente de la cátedra.
• La revolución industrial Valerio Castronovo Centro Editor de América
Latina Buenos Aires 1977
• www.educ.ar
• Historia de la Desigualdad entre los Hombres Jean Jacques Rousseau.
Ediciones Libertador Buenos Aires 2004.
• Estudios sobre el Desarrollo del Capitalismo. Maurice Dobb. Extractos
proporcionados por la docente

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