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Como ser una buena esposa:

Si sos una Mujer con Estilo casada entonces no te pierdas estos consejos que te dá otra Mujer
con Estilo casada. Ser una mejor esposa puede llevar a una mejor interacción, más íntima y sana
e impacta en áreas que nunca imaginaste.
En una pareja, tus deseos, aunque son importantes, son secundarios con respecto a las
necesidades de la pareja como unidad. Ser una mejor esposa significa no buscar siempre la
satisfacción personal, sino la de buscar apoyar, amar y potenciar a la familia.
Tener un centro espiritual saludable es la base de todo.
La familia debe ser un regalo y un tesoro único. Debes dar lo mejor de tí todos los días. Tienes
que estar dispuesta y saber que puedes estar poniendo todo tu amor, atención y esfuerzo por
algo que puede no reportar satisfacción a corto plazo. El objetivo debe lograr paz a largo plazo,
intimidad, alegría, afecto, etc. y la única manera de lograrlo es comprometerse a seguir un
objetivo a largo plazo.
Ser una esposa mejor no significa deshumanizar a los individuos que la conforman en pos de una
idea de familia. Es comprender las individualidades e inculcar la necesidad de un plan en
conjunto donde la suma de los esfuerzos lleven a un objetivo provechoso común.
Ser una mejor esposa significa tener maneras efectivas de comunicarse con tu compañero o
miembros de la familia. No impongas tu manera de pensar. Conversa y discute… llega a un
acuerdo.
Eres la líder de la familia, actúa como tal.
Por sobre todo, recuerda que todo se basa en el amor mutuo. Recuerda que todo lo que decimos
y hacemos son expresiones de amor. Está siempre dispuesta a conversar. No hay nada de malo
en ser vulnerable.
1.- Ten la cena lista. Planéala con antelación, incluso la noche anterior, para tener una deliciosa
comida lista, a tiempo para su regreso. Esta es una manera de hacerle saber que has estado
pensando en él y te preocupas por sus necesidades. La mayoría de los hombres están
hambrientos cuando llegan a casa y la perspectiva de una buena comida (especialmente su plato
favorito) es parte de la necesaria bienvenida a casa.
2.- Prepárate. Tómate 15 minutos para descansar de modo que estés fresca cuando llegue.
Retoca tu maquillaje, ponte una goma en el pelo y luce fresca. Él lleva todo el día con
trabajadores.
3.- Debes estar contenta e interesarte un poco más por él. Su aburrido día puede necesitar un
estímulo y uno de tus deberes es dárselo.
4.- Ordena los trastos. Haz un último viaje por la mayor parte de la casa justo antes de que tu
marido llegue.
5.- Recoge los libros del colegio, juguetes, papeles, etc, y pasa una balleta por las mesas.
6.- Durante los meses más fríos del año deberías preparar y encender un fuego para calentarle.
Tu marido sentirá que ha llegado a un cielo de descanso y orden, y te dará un estímulo también.
Despues de todo, preocuparte por su comodidad de llenará de una inmensa satisfacción
personal.
7.- Prepara a los niños. Tómate unos minutos para limpiar las caras y manos de tus hijos (si son
pequeños), peinales, y, si es necesario, cámbiales de ropa. Ellos son pequeños tesoros y a él le
gustará verles jugar. Minimiza el ruido. A la hora de su llegada elimina todo el ruido de la
lavadora, secadora o aspiradora. Trata de hacer que los niños estén tranquilos.
8.- Sé feliz al verle.
9.- Saludale con una sonrisa cálida y muestra sinceridad en tu deseo de complacerle.
10.- Escúchale. Puede que tengas docenas de cosas importantes que decirle peor la hora de su
llegada no es el momento correcto. Deja que él hable primero - recuerda, los tópicos de su
conversación son más importantes que los tuyos.
11.- Haz que la tarde sea suya. Nunca te molestes si llega tarde a casa o sale a cenar, o a otros
lugares de entretenimiento sin tí. En lugar de esto, trata de entender su mundo de cansancio y
esfuerzo y su muy real necesidad de estar en casa y descansar.
12.- Tu objetivo: trata de asegurarte que la casa es un lugar de paz, orden y tranquilidad donde
tu marido pueda renovarse en cuerpo y espíritu.
13.- No le recibas con quejas y problemas.
14.- No te quejes si llega tarde o incluso pasa fuera toda la noche. Cuéntalo como un mal menor
comparado con lo que él ha tenido que pasar durante todo el día.
15.- Hazle sentir cómodo. Deja que repose la espalda en un cómodo sillón o que se tumbe en la
cama. Ten una bebida, fría o caliente, lista para él.
16.- Arregla su almohada y ofrcete a quitarle los zapatos. Hablale con voz baja, tranquilizadora y
agradable.
17.- No le preguntes sobre sus acciones o cuestiones sus juicios o su integridad. Recuerda que es
el amo de la casa, y como tal siempre ejercitara su voluntad con justicia y veracidad.
18.- Una buena esposa siempre conoce su sitio.
En fin, como diría mi abuela, para mear y no echar gota. Y la pobre pensaba que nos llevaban
décadas de adelanto.
Estas situaciones se dan, de uno u otro modo, en "Panorama desde el puente". Es más imagino
que la excasez de recursos a la que estaba sometida la familia de Eddie Carbone, Beatrice y
Catherine agravaría la situación femenina. Ten preparada una comida deliciosa para cuando él
regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en
tono bajo, relajado y placentero. Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello.
Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de
ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo. Durante los días más fríos deberías preparar y
encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Después de todo,
preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa. Minimiza
cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.
Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale
hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.
Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta en
cambio comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Si tú tienes alguna
afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales
comparados con los de los hombres. En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas
con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad
de dormir, que sea así; no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión,
entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más
importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido
por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar.

Como volverte a enamorar de tu pareja


A continuación, algunos tips que pueden ayudarte a superar este trance:
Primero, protégete. Rodéate de gente que te apoye, que esté a tu lado incondicionalmente. Este
es un momento duro en el que necesitas toda la contención que puedan brindarte.
Piensa detenidamente si esta conclusión a la que has llegado es algo que has elaborado
internamente durante un tiempo, o si es la reacción a algo que pasó entre ustedes dos
(infidelidad, por ejemplo). Si es producto de una reacción impulsiva, te aconsejo dejar pasar
unos días, hasta que puedas tranquilizarte y ver con claridad qué sucedió realmente y si, a pesar
de las circunstancias, sigues amando a tu pareja y puedes perdonar, o todo esto sirvió para darte
cuenta de que internamente, el vínculo está roto. Si llegas a la conclusión de que ha llegado el
fin, después de un tiempo de haberla meditado y de haber visto claras señales de que ya no
amas a tu pareja, tal vez quieras separarte. En este caso, piensa que va llegando el momento de
sincerarte con la otra persona (ya que lo has hecho primero contigo). Para esto, no utilices
palabras dañinas, ni des información que en estos momentos podría dañar al otro, en especial, si
ni se imagina lo que te está sucediendo. Es muy probable que tu actitud haga sufrir a la otra
persona, pero es peor el engaño o la mentira. Es posible que creas que puede salvarse el vínculo
y desees desde el corazón hacer un intento, ¡pues apuesta al futuro, con todas tus fuerzas!
¿Puede volver a recrearse la magia que hubo entre ustedes? En algunos casos sí, en otros no…
lo importante es que te juegues al 100% si decides dar una nueva oportunidad a tu pareja.

Señales de alarma en tu matrimonio: Una relación puede estar en problemas por muchas
causas, pero dentro de todas las causas posibles que pueden destruir poco a poco tu
matrimonio, aquí te presentamos algunos signos más importantes para darte cuenta que tu
relación puede estar pasando por problemas que requieren dedicación y un poco de esfuerzo de
ambos para resolverlos. En caso de que notes alguno de estos signos, debes hablarlo con tu
pareja para buscarle una solución en conjunto para que no pase a mayores o termine por
completo su relación. Lee con atención y, si se reconoce en alguno de estos casos, intente actuar
YA.
Tu matrimonio puede estar en problemas si sientes que tienes que dejar de lado una parte tuya
porque podría crearte problemas. Dejando claro que todos tenemos que adecuarnos de una
forma razonable para vivir en armonía con el resto, en este caso hablamos de aquellos que
modifican su personalidad al punto que consideran que sus esposos/as desean. Con el tiempo
ven el error y tienen miedo de volver a cambiar o de resentir al otro. Si estás en esta situación,
necesitas enfocarte en ser honesta consigo misma y comunicar a tu pareja que no te agradan los
cambios que ha tenido antes. Si la relación es sana, tu cónyuge te apoyará. Si no desea que seas
como realmente eres, entonces entramos en un terreno más difícil.
Si uno o los dos sienten que se ha apagado el deseo y el afecto por el otro. Si no les importa lo
que pasa al otro más que por costumbre, hay serios problemas. El enojo todavía muestra
sentimientos y, en su justa proporción, incluso interés, mientras que la indiferencia muestra un
deseo de tomar distancia.
Si las discusiones son tontas. Si pelean por motivos que antes podían pasar por alto, hay
problemas mayores tratando de llamar la atención a través de esas manifestaciones sin sentido.
Tomen su tiempo para sentarse y pensar sobre las verdaderas causas de enojo o frustración y
trabájenlas.
Si se critican en todo momento. Decirle a tu pareja o viceversa gordo, feo, inútil, tonto es,
además de una falta de respeto, un signo de que su relación está en una fase crítica, ya que se
ha olvidado todo lo que antes se admiraba de la pareja para enfocarse en lo peor. La admiración
y el respeto son parte de una buena relación, en la que a pesar de los defectos del otro se
reconocen sus triunfos y cualidades.
Si uno de ustedes tiene un confidente externo a la pareja. Si uno de ustedes tiene alguien a
quien llama para contarle triunfos, esperanzas y sueños, y deja de contarle a su pareja los
detalles de su vida, que antes sí se le contaba a la pareja.
Si se insultan uno al otro, y especialmente en público. La discusión está bien dentro de sus
límites, pero insultarse va más allá de lo tolerable. Los insultos en público tienen el agravante de
que vulneran la intimidad, rompen la confianza y el respeto del otro ante los demás. Esto es muy
problemático en cualquier relación, y particularmente dentro del matrimonio.
Tu matrimonio está en problemas si se dan golpes. La pelea física jamás debería darse, de parte
de ninguno de los dos y en ningún grado de fuerza. Algunas personas creen que el amor
terminará con ese patrón. Pero en realidad el problema es mucho mayor y hay que abordarlo con
absoluta seriedad y ayuda.
Si existe la necesidad de controlar al otro. La confianza debe ser parte de la pareja, y cuando uno
controla o cela al otro, está rompiendo con uno de los principios básicos de una relación sana.
Si no hacen nada juntos. Trabajan aparte toda la semana, y luego el fin de semana toman
caminos separados, o se dedican a la familia sin prestarse atención entre ustedes. Demasiada
distancia física termina generando demasiada distancia emocional. Tomen tiempo en explorar
los intereses del otro y traten de tener instancias sólo de pareja.
Si todas o muchas de sus peleas se deben a la familia de uno o el otro cónyuge. En ocasiones las
relaciones fallan debido a las personas externas al matrimonio. Si cada uno es incapaz de
controlar a los respectivos miembros de su familia para que la pareja no se sienta acosada o
disminuida, entonces hay problemas que hay que ponerse a trabajar para solucionarlos
rápidamente.
Como salvar tu matrimonio:
Una pareja que ya está conviviendo hace años siempre se está preguntando como sobrevivir a la
rutina que la vida te va llevando. Si los dos se sienten aburridos estando juntos es una mala
señal.
No te preocupes, es algo muy normal que pasa en las parejas, aunque las puedas ver muy sólida
en su relación. Si ambos se aman, no queda otra que afrontar la situación y tratar de superarla
juntos. Este proceso forma parte del desarrollo normal de la relación.
Para romper con la rutina no hay soluciones mágicas sino que hay que hacer un cambio de
actitud hacia el compañero y hacia la relación en sí. La decisión del cambio está en tus manos,
pero para ayudarte, te daremos algunos consejos claves.
Toma nota!
Diálogo ante todo:
La comunicación, como en todas las relaciones, es lo escencial. Por esto, tenemos que dialogar-
no discutir- lo más posible acerca del problema en cuestión. Entregar tu punto de vista y
también escuchar el punto de vista de esa persona. Además, se recomienda saber callar en
ciertos momentos y rectificar cuando nos hemos equivocado. Esto es fundamental para superar
cualquier crisis.
Acepta a tu pareja tal como es:
Si lo elegiste, es por algo. Además nadie es perfecto, y tú tampoco.
Sal de la rutina:
Aunque suene un tanto cliché, en la vida de pareja tiene que haber proyectos, ilusiones,
variedad, sentido del humor, diversión, vida social, no aburrimiento. La alegría y el buen humor
son fundamentales para que a tu pareja le guste estar contigo.
Evita los reproches y las ofensas:
Suena un poco complicado en momentos donde la pasión está por sobre la razón, pero recuerda
que cuando ofendemos, faltamos el respeto a nuestra pareja y también a nosotros mismos.
No le temas a las discusiones:
Después de un enfado la reconciliación debe llegar pronto, no hay que tener miedo a las
discusiones siempre que no ocurran con demasiada frecuencia y no se falte el respeto en ningún
momento.
Invierte tiempo a tu pareja:
Aunque estés cansado por el trabajo y tus quehaceres diarios, interésate por el día de tu pareja y
aprende a escucharlo.
El matrimonio son dos voluntades fusionadas en una sola, con sus propios gustos, virtudes,
debilidades y responsabilidades. El matrimonio es como una corporación de ahorros, entre más
invierta en esa corporación, mayores intereses y ganancias tendremos en él. El matrimonio es
como una llave y un candado. Ambos elementos forman un mecanismo completo, pero si la llave
sin candado y candado sin llave no funciona. Hagamos funcionar el mecanismo de nuestro
matrimonio, pero ¿Cómo? Yo le tengo una propuesta de 12 pasos para hacerlo funcionar bien,
para salvarlo. Lo primero que le quiero advertir, es que su matrimonio no va a funcionar bien, si
ambas partes no ponen de su parte. Esto de salvar el matrimonio exige una salvación de ambas
partes. No espere que nadie le salve el matrimonio, sálvelo usted. Ni siquiera Dios le puede
salvar el matrimonio, si usted no participa. Establezca en su mente que usted es el protagonista
número uno de la salvación de su matrimonio.
Paso uno: ámense. “De cada doce matrimonios, cuatro se estrellan contra las rocas del divorcio;
seis permanecerán a flote, aunque sin gozo ni amor, por consideración a los hijos, a la carrera, a
la familia o a la iglesia; y sólo dos se elevan hasta alcanzar la cumbre del matrimonio
establemente feliz”. ¿Está usted entre los cuatro que se estrellan? ¿Entre los seis que
permanecen a flote? o ¿entre los dos que alcanzan la cumbre de la felicidad?.
Para que ambos alcancen la cumbre, necesitan amarse el uno al otro. La necesidad más critica
de ambos, es la de amarse. El amor es como un arte que se aprende. ¿En dónde aprende uno a
amar? Esto lo aprende uno es en el matrimonio. Usted no aprende a amar en un motel ni en un
prostíbulo, en estos dos sitios se aprende a malgastar la plata, pero nunca a amar. Si reconoces
que el amor se aprende en el matrimonio, entonces, el objeto de tu amor es tu pareja. Si tú
tienes una profesión que te brinda una economía estable, y no tienes amor por tu pareja, nada
eres. Las cinco virtudes del amor son: el amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta y el amor nunca deja de ser.
Para la mujer el amor es más que beso, un abrazo y la cama. Para ella es consideración, es un
trato eficaz, es un respeto hacia su vida. La mujer sabe que es amada por la manera que se le
trata. Por ejemplo: Cuando un esposo trata bien a su esposa, no necesita mendigar una relación
conyugal; porque la primera que corre hacia el dormitorio es ella. Un esposo sabe que es amado
por la manera en que la mujer lo respeta y lo valora. Una mujer que valora a su marido, no
necesita pedirle un par de zapatos, unos interiores nuevos, o buena provisión para el hogar;
porque el marido valorado provee todas estas necesidades. El amor es gentileza, comprensión,
elogios, demostración pública, es cortesía, es delicadeza, es dialogo.
Paso dos: escúchense. ¿Por qué ambos deben escucharse? Porque el matrimonio es un punto de
apoyo moral, sentimental, espiritual y económico. Las parejas casi siempre están discutiendo por
todo lo que tiene que ver con: los hijos; el sexo; el dinero; la Iglesia a dónde van; los suegros de
ambos; y las cosas materiales del hogar. ¿Cómo manejar esas fricciones? Como ambos son los
peleadores, ambos también son los salvadores por medio del dialogo. Aprender a dialogar es un
arte. Es un arte cuando ambos se escuchan, recapacitan, y conversan. ¿Qué se debe hacer
frente a un altercado? Se debe tratar el asunto sin iras ni resentimientos, sin enojo agresivo, sin
posición de defensa. Hay que aprender a trabajar el dialogo.
¿Cómo se define usted frente a este sencillo cuestionario? Es usted en el dialogo: Constructivo;
evasivo; explosivo; dominante; conflictivo; prejuicioso; ansioso; amenazante; desaprobador;
abrumador; informativo; explorador; atento o peleador. La respuesta que usted de, le indicará
que clase de actitud tiene usted cuando trata de dialogar con su pareja. La actitud ideal sería:
constructivo, informativo y atento. Trabaje estas tres (3) actitudes y verá que si puede dialogar
con éxito con su pareja. El dialogo profundiza la unión de la pareja, facilita el crecimiento
personal, ayuda a tomar decisiones en equipo, Cuando usted le hable a su pareja, háblele con
respeto, con lógica, con franqueza, con atención, y con amor.
Paso tres: Libérense del aburrimiento. El aburrimiento es la tediosa pesadez de siempre ver y
hacer lo mismo. Hay muchas parejas que se sienten encerrados en la celda de la monotonía. El
aburrimiento es sintomático, es inflictivo, es acusativo, es sensitivo.
a- es sintomático: porque nos indica que algo anda mal
b- es sensitivo: porque es un sentimiento interno de impotencia, de cobardía personal
c- es acusativo: porque nos obliga a echarle la culpa a los demás ¿Cuál es la solución al
aburrimiento? Es vigorizar la relación, es renovar lo que tenemos. La solución al aburrimiento no
consiste en cambiar de cónyuge, ni de cosas. La antítesis del aburrimiento es la distracción. Les
sugiero que se diviertan juntos, que duerman juntos, que salgan juntos, que oren juntos, que
merquen juntos, etc. La relación de pareja es corporativa no individualista.
Paso cuatro: Sean solícitos en guardar la unidad. ¿Por qué se unió o se casó con su pareja? Por
atracción física; conveniencia económica; salir de un hogar con problemas; placer sexual;
desesperación; pensaba que ya era tiempo. El matrimonio es un encuentro de dos mentes. Son
dos personas que comparten sus cuerpos, sus gustos, sus visiones, sus aspiraciones, su
economía y sus problemas.
Lo que le da éxito a su matrimonio es la honra mutua, el amor mutuo, la sexualidad mutua, el
dialogo mutuo, porque el matrimonio es un asunto de mutualidad. ¿Cómo se guarda la unidad?
Se guarda por medio de la humildad, la mansedumbre y el soportar a la pareja con paciencia en
amor. Ser humilde es ceder, ser manso es no contender, ser paciente es acoplarse. Con
paciencia se logra la empatía y la compactibilidad. Si no hay tolerancia no se puede lograr la
unidad. Señale el punto real en la que usted está fallando y debido a ello no se logra un buen
ambiente de tranquilidad con su pareja: Respetar; honrar, valorar, considerar, Esforzarme,
crecer, madurar, cambiar, perdonar, reactivar las cosas.
Paso cinco: Sométanse el uno al otro. La sumisión es la actitud obediente y humilde que uno
hace ante una persona que considera respetuosa y responsable. Sumisión no es lo mismo que
servilismo o esclavitud. La sumisión es reciproca. El sometimiento reciproco implica ser
responsable ante el otro. Toda decisión, viaje, compra, venta, negocio, proyecto y planificación
debe someterse a mutuo consentimiento. ¿Por qué la pareja se debe a un mutuo sometimiento?
Porque:
a- en la unidad de criterios, gustos y decisiones hay paz y sabiduría
b- satisface la justicia de la pareja
c- enriquece el valor personal
d- es un deber propio de la pareja
Paso seis: Planifiquen el dinero. La mayoría de los conflictos económicos en el matrimonio se
debe a la falta de comprensión respecto al dinero. Ambos deben sentarse a planificar el cómo
ganaran y gastarás el dinero. Ambos tienen que vivir dentro de sus ingresos y no contraer
deudas que les sean imposibles de pagar. Meterse en enormes deudas es quedar obligado,
comprometido, enlazado y preso en esa deuda. Hagan una lista de todas las necesidades de la
familia. Reduzcan sus gastos por medio de preguntas. Incrementen las entradas o ingresos.
Hagan una lista de todos sus bienes o posesiones y pregúntese: ¿Tenemos algún articulo que en
realidad no necesitamos? ¿Podríamos venderlos, empeñarlos, o permutarlos por otros que
necesitamos? Si tiene un garaje o sótano visible, Podría organizar una venta de artículos? Tiene
algunos elementos en duplicado?.
Sea productor. Ahorre dinero aprendiendo a coser, tejer, o hacer alguna cerámica etc. Pídale
consejo a otros que han progresado o qué saben más que usted. Es posible que ellos le enseñen
el cómo sacar el mejor provecho a lo que usted está haciendo o cómo ganar más dinero sin
sacrificar otras responsabilidades importantes.
Paso seis: Fomenten la intimidad. La intimidad implica un estado de confidencia. La intimidad es
un arte que se aprende. La intimidad está edificada sobre cuatro columnas: la confianza, la
sinceridad, la libertad, la sexualidad. La confianza produce seguridad y libertad. Donde hay
confianza no hay recriminación, coerción ni critica. La confianza demanda lealtad al cónyuge y
respeto. La sinceridad es lo opuesto a la hipocresía. Dentro de la relación de pareja, no hay
porque fingir, disimular o convertirse en un actor de mentira y engaño, si existe sinceridad.
Si como pareja quieren lograr la intimidad, tiene que ser sinceros y exponer ante su pareja lo que
piensan, lo que sienten. La sinceridad elimina la mentira, ¿Cuál es la peor de la mentiras? Es
querer mantener la imagen de una relación fingida. La relación matrimonial no es un asunto de
sujeto a objeto, sino de sujeto a sujeto. La libertad es el resultado que viene de la confianza y de
la sinceridad. Lo contrario a libertad es subyugación o esclavitud. Ambos deben permitirse gozar
de cierta libertad e individualidad. La individualidad no es andar a las anchas y a las anchas,
consiste en desarrollar de manera personal sus gustos, sus salidas, su tiempo libre, su talento, su
deseo sin presión de parte de la pareja.
Para lograr individualidad dentro del matrimonio, se requiere que la pareja tenga confianza y
sinceridad. El que es sincero no tiene porque prefabricar sospechas. La pareja que goza de
libertad e individualidad es aquella que no es criticada, ni recriminada. La sexualidad es la
máxima expresión de la confianza, sinceridad y libertad. Los cuatro cimientos en que está
fundamentada la intimidad es la confianza, la sinceridad, la libertad, y la sexualidad. La
sexualidad no admite una relación intima superficial, ella se da al máximo cuando existe una
armonía a dúo.
Paso siete: Practique el arte de la vinculación. Hay parejas que están casadas, pero no
vinculadas. Existen cuatro clases de vinculación: visual, auditiva, táctil. verbal. La visual implica
seguir a su pareja con los ojos de afecto, verle de frente y verle en movimiento. La auditiva
implica escuchar a su pareja. La táctil implica el beso y la acaricia. La verbal implica el
intercambio de opiniones, ideas, gustos, e ilusiones. ¿Qué es vinculación? Es aquella singular
atracción que se produce entre dos personas que se aman. La vinculación de pareja no es
automática sino gradual y progresiva.
Paso ocho: Perdónense. ¿Por qué tantos divorcios? Por falta de perdón. ¿Por qué tanto odio y
amargura en las parejas? Porque casi nunca se dijeron ¡perdóname!. Las heridas y roces nos
lastiman, pero no nos mutilan. El perdón es el bálsamo para el resentimiento y la hostilidad. El
que no perdona está enfermo del alma. Debemos aprender a conjugar el verbo perdonar. El
perdón no es un sentimiento sino una decisión.
Paso nueve: Fomente la importancia persona. Lo que más puede dañar el valor personal de una
pareja, son las palabras crudas, negativas y ridículas: eres un idiota, no sirves para nada, bruto,
burro, torpe, tarado, inútil. ¿Cómo puede usted fomentar la importancia personal? Préstele
atención a su pareja, de le el puesto, el honor y el valor que se merece. Usted no le da
importancia personal cuando:
a - ignora sus sentimientos, ideas y pensamientos
b - no le expresa el gran valor que su pareja es para usted.
c- no le ayuda a salir adelante en el aspecto intelectual, social, y espiritual
d- no le presta atención a sus congojas, depresiones, y problemas
e- no le acompaña a reuniones importantes
Paso diez: Crear un ambiente de paz. Lo contrario a la paz es la violencia física, psicológica y
verbal. No hay paz en una relación de pareja, donde predomina el alcohol, la droga, el
resentimiento, y las malas palabras. Usted puede darle un giro a todo ese ambiente pesado, con
la ayuda de Dios. Usted puede convertirse en un reconciliador, en un pacificador, en un creador
de paz. Sus hijos tienen todo el derecho de ser criados en un ambiente de paz.
Paso once: Fomente el sentido de la responsabilidad. ¿Qué significa ser responsable? Significa
cumplir con nuestras obligaciones legales. La pareja que es responsable ante su pareja:
a- está dispuesto a explicar sus acciones y sus razones
b- ser sincero y no estar a la defensiva a los motivos de uno
c- sencillamente responde
d- suple las explicaciones de su comportamiento
Los tres (3) rasgos de nuestro carácter ante la responsabilidad son: La vulnerabilidad, el espíritu
enseñable, la disponibilidad. El cónyuge vulnerable es aquel que anda a la defensiva y con
excusas ante su pareja. El cónyuge con espíritu enseñable, es pronto para oír a su pareja, y
dispuesto para cambiar. El cónyuge disponible es aquel que se deja interrumpir, que es accesible
y dispuesto a reunirse con su pareja.
Paso doce: Procuren el temor de Dios. El temor de Dios no es un asunto de religión, sino de
relación. El temor de Dios es apartarse del mal. Un cónyuge con temor de Dios es aquel que no
negocia sus principios, sus valores éticos, morales y espirituales. El temor de Dios fomenta la
espiritualidad de la pareja. Ser espiritual es muy distinto a ser religioso. La espiritualidad es un
estilo de vida. La espiritualidad es un conocimiento progresivo de Dios. Es una cuestión de
instrucción espiritual. Temor de Dios no es miedo a Dios, es reverencia a su palabra, a sus
atributos. El temor de Dios es intrínseco, es un asunto interno, personal, pero sobre todo es
alejarse del mal.
Nunca es tarde para salvar un matrimonio. De hecho a nadie le gusta, luego de una vida de
convivencia, abandonar una relación.
La clave para esto, será preguntarse por qué razón -si es que usted y su pareja pudieron
experimentar el amor al casarse- no sería posible reavivar ahora ese amor.
En este sentido, sería importante recordar cuando estuvo enamorada/o y llegó a casarse. ¿Cómo
se comportaba en ese momento con su pareja, y como lo hacía ésta?
Repita esas acciones tan agradables para él o ella que, con el tiempo, dejó de realizar. Cocine su
comida favorita; llévele el diario y el desayuno a la cama; coloque las pantuflas cerca de la
cama, para que en la mañana tenga la grata sorpresa de tenerlas a mano; llévele un café
mientras descansa.
Escoja una flor y llévesela; ayúdela con los platos después de comer; olvídese por un momento
de los gastos y regálele algo especial para el aniversario de casados; sorpréndala con un
obsequio fuera de su cumpleaños o de otra fecha de celebración.
Son esas cosas pequeñas las que demuestran cuando alguien cuida del otro.
De la misma forma que cuando se nota que se tiene un neumático desinflado en el coche no se
busca repentinamente deshacerse del mismo, sino simplemente inflarlo y evitar cualquier
pérdida de aire, se debe pensar en mantener la relación, antes que en dejarla morir. La clave, en
este caso, será no echar todo por la borda, sino detectar los puntos débiles.
Comience a salvar su matrimonio AHORA
Si lo que está fallando es la vida sexual, será importante tomarse un tiempo para estar juntos a
solas, por ejemplo enviando a los chicos con los abuelos, para reencontrarse el uno con el otro.
Deberán recordar el amor que sentían cuando eran jóvenes. Si es posible, también sería buena
idea pasar unas mini-vacaciones a solas.
Quizás solo será necesario pasar una noche en un lindo hotel, pero sin permitir que la rutina de
la vida familiar o laboral eche todo a perder, es decir darse tiempo para ustedes solos. El buen
compañerismo es fundamental y muy importante para una sana vida de casados.
Nunca mire para atrás sólo para ver lo negativo. Olvídese de los tiempos amargos; no recuerde a
su pareja los errores del pasado.
Empiece a agregar ya mismo el dulzor de la vida en pareja. Sea, frente a todo, positivo. Si su
pareja le fue infiel, y piensa que no la podrá perdonar, deténgase un instante y piense si aún
queda algo de amor en usted, y propóngase reconquistarla.
Empiece hoy mismo, para tratar de volver a ganar a su pareja por sobre ese tercero en discordia.
Muéstrele que realmente piensa que él o ella son las personas más importantes en este mundo,
al punto tal que podría perdonarle un desliz (siempre y cuando tenga la humildad de
arrepentirse). Torne su vida y hogar tan atractivo como sea posible, para que él o ella lamenten
verdaderamente alejarse.
La cuestión es ¿para qué luchar?
Todas las parejas tienen desacuerdos, pero una falta de concordancia no tiene por qué significar
una batalla. Hable sobre estas diferencias y descubrirá que los argumentos son secundarios
frente al afecto. Aprenda a callarse cuando se de cuenta que no tiene razón, y a comprender
cuando difiera.
No permita que las quejas menores hagan perder de vista lo importante; trate de sobreponerse a
estas cuestiones secundarias. No descargue sus enojos relacionadas con otras personas sobre su
pareja o sus hijos. Nunca golpee a su pareja. Sea honesto, comprensivo, y compasivo.
Los celos tienen un protagonismo total en muchas parejas que comparecen ante un tribunal de
divorcio. A se preocupa por qué B llegó 5 o 10 minutos tarde a su casa al venir desde el trabajo.
¿Adónde fue? ¿Con quién estuvo? ¿Estaba con alguna otra/o?
Pero en realidad, incluso si lo está ¿qué puede hacer una persona por estar 10 minutos con otra?
¿Esta prohibido tener contacto con personas de otro sexo, incluso por cuestiones laborales o
afectivas que nada tengan que ver con la infidelidad?
Algunos maridos señalan que no querrían tener una mujer que no sea atractiva para otros
hombres, o ciertas esposas dicen que la clave es que ellos no besen ni gasten dinero en sus
amigas. Tal vez ambas sean muy buenas maneras de dar un permiso a un esposo/a y no entrar
en actitudes envidiosas, sabiendo que se respeta la fidelidad.
Muestre todo su respeto y cariño hacia su pareja. Como todos los especialistas señalan, se debe
estar seguro de estar enamorado de la pareja, no de uno mismo. De hecho, muchos miembros
de parejas casadas se adoran a sí mismos más de lo que aman a su esposa/o.
Y sobre todo, cada uno de los días en que se despiertan juntos, no olvide decirle a ella o a él, "te
amo". Y no sólo con palabras, sino poniendo todo su corazón en esa maravillosa expresión.

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