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CUANDO NADA
PARECE DAR RESULTADO
John Osteen
Si hay alguna ocasión en que los discípulos, así como cualquiera otra persona
necesitada, podrían decir "nada parece dar resultado", se encuentra en la
Escritura siguiente:
Aquí tenemos el caso de un hombre que tiene una gran necesidad, su hijo es
epiléptico, está poseído por el demonio, enfermo, y sufre toda clase de
convulsiones. Este hombre lleva a su hijo a los mejores liberadores evangélicos de
la época para que lo liberen: A los seguidores de Jesús que recibieron su
entrenamiento directamente, bajo el ministerio de Jesús. Si vas a llevar a alguien
para que quede curado, tu deseo sería llevarlo a lo mejor alguien como los
discípulos que estaban cerca de Jesús.
Ese hombre llevó a su hijo a nueve de los discípulos (tres de los doce se
encontraban en una misión de oración con Jesús en el Monte de la
Transfiguración). Aquellos discípulos reprendieron al diablo y echaban fuera a los
demonios. Tal vez sacudieron al joven hasta que estuvo a punto de sufrir otra
convulsión. Hicieron todo lo que pudieron, y todos fallaron. Cada uno,
probablemente, tomó su turno con el joven, y desplegó todo el conocimiento que
poseía.
¿Has tenido la experiencia de encontrarte alguna vez en un valle cuando todos los
demás parecen estar en la cima de la montaña? ¿Que tu enfermedad se dilataba,
que nada daba resultado?
Pénateme decirte que siempre hay esperanza cuando estás angustiado. David, el
salmista, dijo, "Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi
socorro viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra" (Salmo 121,1). Si elevas la
vista y miras, hay Alguien que baja de la montaña ¡Su nombre es Jesús!
Jesús vino a este valle y le preguntó al hombre lo que deseaba de los discípulos.
El hombre le contó acerca de su hijo. Le dijo a Jesús que los discípulos no habían
sido capaces de ayudar a su hijo. Jesús le dijo que le trajera al niño. "Y Jesús
increpó al demonio, y salió; en aquel momento quedó curado el niño" (Mateo
17,18).
"Jesús el Mesías, es el mismo hoy que ayer y será el mismo siempre" (Hebreos
13,8).
Necesitamos saber qué hacer cuando nos encontremos en el valle.
¿QUE HACEMOS CUANDO NADA PARECE DAR RESULTADO?
¿Te has encontrado alguna vez en una situación concreta donde te parece que
nada de lo que has aprendido te ayuda, que nada resulta en tu favor, que no se
concretiza lo que debía concretizarse?
Las personas oran y buscan a Dios para prosperar, para sanarse y para liberarse
del demonio. Buscan también que los dones del Espíritu Santo se manifiesten en
ellos y que se les abran las puertas del ministerio. Desean tantas cosas. Oran y
oran y oran, prueban todas las fórmulas que conocen, pero nada parece dar
resultado.
Saben que se encuentra en la Biblia, pero, pero, pero, pero... (Recuerden esto:
¡las ovejas siguen a los chivos, "pero"!)
Una vez tuve un automóvil nuevo. Me sentía tan orgulloso de él, era tan lujoso y
uno de los mejores. Lo conducía a todas partes. Un día, mientras lo conducía por
la calle y me acercaba a la carretera, se detuvo súbitamente. No se movía, el
motor no se encendía, no avanzaba, y ¡era un automóvil nuevo!
Me sentía TAN desilusionado. Pude haberme bajado del automóvil y decir, "este
auto es igual a los que corren por la carretera. Todos esos funcionan, pero el mío
no". Pude decidir marcharme, dejar el automóvil allí y decir, "¡bien, funcionará para
los demás, pero no para mí!" Algunas personas son así, pero no actué de esa
manera. Dije, "sé que fabricaron este automóvil para que funcionara, tiene cuatro
ruedas y se supone que funcione. Veo que los demás automóviles corren y el mío
también va a correr.
Llamé a un mecánico que vino, lo inspeccionó y al fin encontró que algo estaba
desconectado. Se trataba de un alambre pequeño. Pensé que era tal vez algo
mayor, pero era poca cosa. Pensé que tal vez tendría que devolver el automóvil a
la fábrica, pero él conectó el alambre de nuevo, di vuelta a la llave, y ¡funcionó!
¡Me fui camino adelante en mi carro nuevo! Puedes recibir enseñanzas y verdades
maravillosas de uno de los ungidos de Dios. Puedes saltar ante una oportunidad y
probarla.
Dices, "es tan maravilloso", si "conduces" con ánimo una milla por la carretera,
puedes encontrarte con un problema. ¡Cuando tratas de aplicar lo que has
aprendido, toda la operación falla!
Dices, "¡él me dijo que daría resultado, pero di vuelta a la llave del motor de
arranque y nada sucedió". Dices, "sé que está en la Biblia, pero no, a mí no me
da resultado".
A veces estos principios no obran con la facilidad que lo describen algunos
predicadores. Debes aprender a cooperar con los principios de Dios. ¡Obrarán
para ti! Cuando nada parece dar resultado, necesitas que Jesús te muestre tus
conexiones flojas. No se trata de que la Biblia no dé resultado. ¡LA PALABRA DE
DIOS ACTÚA! Tienes que darte cuenta que si algo va mal, no se trata de Dios ni
de Su Palabra, sino de ti. Tienes un cable desajustado en alguna parte.
Si estás decidido a recibir algo de Dios, necesitas investigar y descubrir tus cabos
sueltos.
"... porque alerta estoy yo para cumplir mi palabra" (Jeremías 1,12).
Algunas personas quieren hacer las cosas mal y que jamás se les corrija. Se
preguntan porqué Dios no obrará para ellos.
¿Qué hice? Lo primero que hice fue encender el gran proyector de Dios sobre mi
corazón para examinarme y examinar mi propia vida. Quería averiguar si había
pasado por alto cualquier cosa que necesitaba enmendar. Jesús dijo, "... y cuando
estén de pie orando, perdonen lo que tengan contra otros, para que también su
Padre del cielo les perdone sus culpas" (Marcos 11,25).
Si sentía envidia, celos, discordia, ira o cualquier cosa contra alguien, quería
saberlo. Dije, "Dios mío, sondéame para conocer mi corazón, mira si mi camino se
desvía, y me sentiré feliz de sacarlo a la luz" (Salmo 139,23).
Job tenía una cerca alrededor de él. El diablo tuvo que admitir la verdad ante Dios
cuando dijo "Tú mismo lo has cercado y protegido a él, a su hogar y a todo lo
suyo" (Job 1,10). Una cerca es una pared que el diablo no puede atravesar.
Leemos en el libro de Job que Dios permitió que Satanás traspasara la cerca
porque aunque Dios puso una cerca en su derredor y lo tenía perfectamente
protegido, permitió que el temor invadiera su vida. Había una abertura. El dijo "me
sucede lo que más temía, lo que más me aterraba me acontece" (Job 3,23).
Sin duda, Job, en medio de toda esa protección, permitió que el temor invadiera su
vida. El temor le abrió la puerta a Satanás para que entrara y tratara de destruirlo
de la manera que aparece escrito en el libro de Job.
Muchas veces la ira irresoluta rompe la cerca. "Si se indignan, no lleguen a pecar;
que la puesta del sol no los sorprenda en su enojo" (Efesios 4,26). Si la Palabra de
Dios no está obrando para ti, examina tu vida primero. Examínate a ti mismo, para
que Dios no te juzgue (Cf. 1 Corintios 11,31).
"Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos los
hombres" (Romanos 12,18). Perdona a tu esposa. Perdona a tu esposo. Leemos
en la Escritura, "Unos con otros sean agradables, y de buen corazón,
perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó por Cristo" (Efesios 4,32).
Mantén la contienda fuera de tu vida. Dios no obrará por ti mientras vivas en una
rebelión abierta contra la Palabra de Dios. ¡Examínate!
¡Examina las promesas para cualquier cosa que esperas recibir de Dios!
Esta es una historia real. Tenía un amigo misionero en Méjico, que una vez
recogió a un turista que estaba parado en la carretera haciendo señas por
transporte gratuito, y comenzó a hablar con él sobre el Señor. Entonces, el turista
le apuntó con una pistola y le dijo que se detuviera en una carretera solitaria en el
campo. Pretendía llevarle el carro con todo su contenido y dejar a mi amigo en un
lugar desierto.
Mi amigo se volvió hacia este hombre y le dijo "no puedes hacerme esto a mí.
Tengo más poder que tú, mayor es el que está en mí, que el que está en el mundo
(Cf. 1 Juan 4,4). Tengo poder sobre el diablo que está en ti".
Quedó en su ropa interior.. .¡el hombre de Dios, de fe y con poder! ¡Todo indicaba
que nada iba a dar resultado! En realidad parecía que nada iba a resultar. Parecía
que todo había fallado.
¿Crees que te encuentras en una mala situación? ¡Qué me dices de este hombre!
Una vez que hagas viva la Palabra de Dios en ti, no sufrirás ninguna enfermedad,
pobreza, dolencia, derrota, ni calamidades, ¡La Palabra de Dios se ha establecido
en TI para siempre!
Tú tienes que establecerla.
La Palabra de Dios te elevará a un nivel de fe más alto. "Así que la fe es por el oir,
y el oir, por la palabra de Dios" (Romanos 10,17).
Examina tus promesas. Investiga lo que dice Dios. Confirma si El te dice la verdad,
y si El dice lo que tú crees que dice.
Jesús dijo, "porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que dice será hecho" (Marcos 11,23).
Jamás te elevarás más alto que tu confesión. Jamás te hundirás más bajo que tu
confesión.
Muchas personas tienen la idea de que si en una emergencia toman la Palabra de
Dios y la citan, entonces obrará.
¡No obrará!
Nunca permitas que ninguna de las palabras que salga de tu boca, contradiga lo
que esperas recibir de Dios. Si lo que piensas contradice la Palabra de Dios, no lo
digas. ¡Puedes hacer que Dios obre con fe en tu corazón, y dudar en tu mente!
Protege tu corazón.
Antes de salir de la cama, ora en el Espíritu Santo. Recita las oraciones que
aparecen en Efesios 1,17-23 y Efesios 3, 17-19. ¡Confiesa lo que la Palabra de
Dios dice sobre ti. ¡Conoce quién eres en Cristo!
¡CREE EN DIOS!
Existe la posibilidad de que te vuelvas como las personas con quienes te asocias.
Comparte con hombres y mujeres de fe. Desdeluego, ábrele tu corazón a todos y
comparte el amor de Jesús, pero cuando des consejo, compartas, escuches y te
exhortes, asegúrate de que has elegido aquéllos qué están establecidos en la
Palabra de Dios y en la fe.
¡Tus oídos no son cubos de basura! Ten cuidado con lo que escuchas. Leemos en
la Biblia ampliada, "Ten cuidado con lo que escuchas. La medida de pensamiento
y de estudio que le des a la verdad que escuchas, será la medida de virtud y de
conocimiento que regrese a ti, y además se te dará más a ti que escuchas"
(Marcos 4,24).
¡DECÍDETE!
Muchas personas viven vidas mundanas, pasan por alto los mandamientos de
Dios. Cuando tratan de apropiarse de las promesas de Dios, fracasan.
Leemos en la Biblia que "Por nada estéis afanoso (ansiosos), sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias
(Filipenses 4,6).
"Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo" (Efesios 5,6-11).
Debes ponerte la armadura de Dios para que la Palabra obre por ti.
La casa quedó en pie porque ese hombre puso por obra la Palabra.
Cuando el Señor dice, "que la puesta del sol no los sorprenda en su enojo"
(Efesios 4,32), ¡tienes que obedecer esa Palabra! Cuando el Señor dice,"antes
sed benignos unos con otros" (Efesios 4,32), tienes que obedecer esa Palabra.
Cuando el Señor dice "perdona" (Cf. Lucas 6,37), tienes que perdonar.
El Señor nos dice por medio de Santiago, "Someteos pues, a Dios; resistan al
diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4,7).
Supongamos que el diablo te susurra "no estás sanado, te vas a morir". Abre tu
Biblia en Éxodo 23,25, y lee en voz alta para que el diablo te oiga, "Mas al Señor
vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tu agua; y quitará toda enfermedad
de en medio de ti...y colmará el número de tus días". Lee Isaías 53,5: "Por sus
llagas fuimos sanados."
Vuélvete a ese diablo y dile, "te resisto en nombre de Jesús. ¡Déjame!" Tendrá que
irse.
Jesús alabó a Dios porque Lázaro resucitó de entre los muertos, antes que El lo
resucitara. Se paró ante la tumba y dijo: "Padre, gracias te doy por haberme oído"
(Te doy las gracias porque en lo que a mi se refiere, ya lo resucitaste) (Juan 11,
41).
Alguien dijo una vez, "me daría miedo decir eso. ¡Puede que no salga!" ¡Seguro
que no sale con la actitud de duda!
Josué y el pueblo de Israel gritaron a gran voz triunfante antes de que cayera el
muro (Cf. Josué 6,5).