Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Pequeñas historias
de camino a
Narayama
Reflexiones sobre la vida, la muerte, el arte y el ser
Prólogo
¿Quién dijo que el arte era algo inútil?
El arte es la actividad artificiosa y recreativa
Que revolotea junto a las ideas
Que conmueve los corazones
Que llena de sentimiento nuestras almas…
Fría mañana
De blanca tez
Sálvame del mundo
Y atrápame en tu sed
La noche
Negra noche que me desvelas
Vienes a verme a mi lecho
Mas tu oscuridad es tan profunda
Que resplandeces en el vacío
A Narayama me voy
Narayama soy
Narayama me llama
Narayama me ama
SEGUNDA PARTE
Dedicada a
aquellos que luchan
por abrir el camino
entre la maleza.
La selva
Tan marrón, tan verde, que pierdo el azul.
¿En qué dirección está el cielo? ¿Qué es este lugar
inhóspito? Paraje húmedo donde habitan las fieras.
Delante tengo al león, y me mira fijamente. Veo su
gran melena de fuego, sus ojos enormes, su
narizota exagerada y sus cuchillos insinuados por
debajo de los bigotes. De repente, el rugir. De
repente el estruendo. Y ni siquiera le pude saludar.
Su zarpazo me alcanza y hiere mi pecho, pero no
mi alma, que se multiplica y sale disparada como
bala de rifle hacia el animal. Ese es el momento en
el que muere el león y naces tú. Ese es el momento.
Cuando disparas al león.
Su cadáver queda atrás, y el tuyo, sigue
caminando. Ahora es cuando encuentras al oso. Por
suerte, él es grande y tú pequeño. No advirtió tu
presencia. Tu arma tiembla y tú tienes una luz de
alarma girando como loca pegada a tu cabeza.
Parece el sombrero de un nuevo tipo de payaso, que
está a punto de llamar su atención. Nervioso lo
coges y lo lanzas lejos, con tan poco acierto que
alcanzas a ver donde cae. El oso escucha el crack y
se vuelve hacia ti como si aquello hubiese
reventado en tu misma cabeza.
En lo que se tarda en gesticular una mueca,
tuve la bestia enfrente erguida proclamando el fin
de mis días. Un soplo hizo desaparecer mi arma y
la piedra colonizó mis nervios. Recordé entonces
que llevaba un frasco de miel escondido en la oreja.
Se lo ofrecí y su gesto cambió por completo. Nos
sentamos para compartirla, saborearla y deleitarnos
del dulce. Todos podemos llegar a ser jodidamente
hostiles. Dimebag fue mi amigo y luego me dio un
abrazo. Un abrazo de oso. Un abrazo enorme y
aterrador, sólo si se hubiera producido unos
minutos antes. Nos despedimos y él se quedó con el
frasco. Ya sabéis, para poder tener algún sitio
donde guardar los recuerdos.
En el hábitat, se encontraba también, por
increíble que parezca, la mona lisa. Era una mona
dedicada al arte. Pintaba fieles reproducciones de
cuadros famosos. Pintaba cojonudamente bien, solo
que en realidad, su talento estaba en el trazo, no en
el terrazo. Siendo así, le pedí que me pintase, y
muy amablemente me grabó los girasoles en los
ojos, el grito en boca, y el perro en el bosque en
medio del pecho. También me regaló una de sus
copias de la gioconda. Realmente un formidable
autorretrato.
Luego conocí a un elefante solitario. Gané
su amistad, subí a su lomo y me fue abriendo paso,
a salvo de las garras de los depredadores y los
peligros del camino. De esta forma gané minutos y
pude descansar al salir de aquel lugar extraño, tan
marrón, tan verde, que pierdes el azul.
¿A dónde vas, amigo? me preguntó el
elefante. Busco el azul, le dije. Me dirijo al sitio
donde se juntan el cielo y el mar. En la lejanía del
horizonte, verás un monte. Allí es a donde voy. En
ese lugar, veré el azul tan de cerca, que no hará
falta ir más allá, porque habré llegado todo lo lejos
que se puede.
- Tal vez deberías pedir ayuda a algún pájaro. Él te
llevaría mucho más rápidamente.
- En realidad, no tengo ninguna prisa por llegar.
Sólo sé que cuando ya no quiera caminar más,
habré llegado. Gracias por todo.
- ¡Espera loco! Si pretendes llegar a ese misterioso
lugar tan lejano, no deberías viajar por el mundo
sin llevar un arma de poder. La selva no termina
aquí. En realidad estarás en ella siempre porque el
peligro está por todas partes y jamás estarás a salvo
a no ser que estés muerto.
Me dio entonces un sable de marfil. Gracias
a eso, podría ser tan valiente y fuerte como
cualquier elefante. Sin más palabras para agradecer
que mis lágrimas secas, vi cómo se alejaba
mastodóntico hacia la verde agitación, mientras se
acercaba por mi espalda, la negra pantera.
Yo nunca me di cuenta de eso. Sólo la vi
huir cuando advirtió que no era un simple perro
asustado, sino el portador del sable de marfil, que
prácticamente te convierte en indestructible. Ahora
era un elefante, y avanzaba, paso lento y firme,
hacia un destino tan cierto como apasionante. Sin
abandonar la selva, ya no le temo a nada, a pesar de
llevar grabado en el pecho, aquello que siempre he
sido. Aquello que siempre fui.
Marihuana
El frío, intenso
El aire, denso
La luz, quema
Mi vida, en vena
Le prendo fuego
A mi último anhelo
Respiro fuerte
Y me siento mejor
El arte es viento
¿Este humo? mis ideas
¿Lo que tengo? Marihuana
¿Lo que no? Siempre tú
Mi otra mitad
Ayer descubrí mi otra mitad
Ella era blanca y yo sin luz
Ella era blanda y yo de cristal
Ella era vida y yo no la merezco
Bellez 2D 3 4D 5 6D Muert
a D D e
Pintura S S N N S N S
Fotografía S S N N S N S
Escultura S S S S/ S N S
V
Arquitectur S S/ S S/ N N S
a R V
Música S S/ N S S S/ S
R V
Literatura S S/ N S/ S N S
R V
Cine S S N S/ S N S
V
Teatro S N S S S S S
Danza S N S S S S S
Leyenda:
S: Sí
S/R: Sí, sólo como representación.
S/V: Sí, sólo si es vivenciada.
N: No
TERCERA PARTE
Dedicado a aquellos
que rompen el silencio
y vuelven la vista atrás.
Los que conocen bien sus debilidades.
Los que admiten ser cobardes.
Ellos son, sin duda, los más fuertes.
Porque son los que siguen caminando,
por mucho que les tiemblen las piernas.
Extraños
Extraños son los momentos en los que
descubres por enésima vez que jamás te conocerás
lo suficiente. Extraño es el día de hoy. Extraño es el
frío. Extraño es su gesto, y en general la situación.
Todo es extraño. La palabra empapa hasta el último
átomo de oxigeno de la caja de zapatos de la que
respiramos los dos. ¡Oh! Y huele bastante bien.
Como a viejo, de guardar papeles y esas cosas.
Entretanto, te rodeo por la cintura, muy
pegado, y aparto ese par de mechas que me
impiden ver tu mejilla, tu cuello. El tiempo se
detiene. La lluvia sonora me pide que me acerque
más. Pegado. Mis labios te buscan para decirte
algo, poca cosa, muy bajito, lento y al oído. Me
resulta imposible separarme de ti.
Sus ojos me miraron jóvenes. Demasiado
jóvenes. Luego se escondieron en el suelo y
confundidos con la sonrisa, no los volví a ver. Si
derramaron alguna lágrima, no lo vi. Me lo
contaron. Tal vez, yo no soy para ti. Tal vez, yo no
soy de nadie. Tal vez, deberíamos continuar siendo
extraños.
¿Qué es el amor? (Extraños II)
Un día apareciste
Te vi
Y llamaste mi atención
El último me besaste
Me enamoré
Y corrí hasta donde estabas
Al final te fuiste
Te busqué
Pero ya no había nada
El amor es la historia
Que aunque se repita mil veces
Siempre parece, la primera
Delirios del hambre
Comeremos del barro
Beberemos la sal
Rezaremos al aire
Moriremos en cal
La virgen llora
Seca su estampa
La virgen llora
Sola se levanta
Te daré mi cinturón
Porque el resto me hace falta
Te daré mi bendición
Que duermas en cuna alta
Prólogo
PRIMERA PARTE
El cuento de Bobo y Manfred
Ajos tiernos
Mi sombra
La mañana
La noche
La musa
Me cagó un perro
Melodías de camino a Narayama
Narayama
SEGUNDA PARTE
La selva
Marihuana
Mi otra mitad
Los rápidos
La caída
Chico abandonado (La caída II)
Sacrificad al cerdo
La Tarara (de Antonio Vega)
Vida inocua
TERCERA PARTE
Extraños
¿Qué es el amor? (Extraños II)
Delirios del hambre
Comando corto
Buena suerte
Canción de un segundo
La verdadera historia de Narayama
Epílogo
Biliografía
La selva (imagen en google):
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://decor-delux.com/wp-
content/uploads/2006/12/arte-sueco.jpg&imgrefurl=http://decor-
delux.com/category/arte-
decoracion/&h=385&w=360&sz=36&hl=es&start=66&tbnid=Ym6r
H0zUeQ79qM:&tbnh=123&tbnw=115&prev=/images%3Fq
%3Darte%26start%3D54%26gbv%3D2%26ndsp%3D18%26svnum
%3D10%26hl%3Des%26sa%3DN