Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Alexander Berzin
Morelia Michoacán, México, 6 de junio de 2000
Transcripción por Gabriela Fernández Benvenutti
Contenido
• El Darma como medida preventiva {1}
• Situaciones insatisfactorias y sus causas {2}
• La confusión como origen de problemas {3}
• Librándonos de nuestra confusión {4}
• Meditación {5}
• La práctica del Darma es un trabajo de tiempo completo {6}
• Evitar extremos {7}
• Asumiendo responsabilidad {8}
• Recibiendo inspiración {9}
• Siendo práctico {10}
• El acercamiento al Darma desde una crianza católica {11}
• Evitando el duelo de lealtades {12}
• Observaciones finales {13}
• Preguntas {14}
Podemos buscar estos orígenes en diferentes lugares. Algunas personas miran hacia afuera,
por ejemplo dicen: "Tengo problemas en mi relación contigo por tu forma de comportarte
pues no eres como esperaba que seas", o podemos decir que los problemas que nos aquejan se
deben a la situación política, social o económica que tenemos. Si exploramos esto desde una
perspectiva psicológica y estamos de acuerdo con muchas escuelas de psicología podríamos
decir que nuestros problemas actuales se deben a experiencias traumáticas que tuvimos en la
primera infancia con ciertas relaciones importantes de esa época. Es decir algo como: "Mis
padres eran así o de tal manera, y debido a los tratos injustos de los que fui víctima es que
tengo esta cantidad de problemas psicológicos en la vida". Es muy fácil culpar a otros de
nuestra infelicidad, pero responsabilizar de nuestros problemas a otros o a nuestra situación
social, política o económica, en realidad no nos lleva a ninguna solución. Podemos entender
que parte de nuestros problemas provienen de estas fuentes; y que aún perdonando, si es que
tenemos un corazón generoso, la mayoría de las personas encuentran que esto no es suficiente
para aliviar sus problemas en la vida.
Aunque no podemos negar el hecho de que el enfrentar nuestra problemática desde esta
perspectiva ciertamente nos trae un beneficio, la explicación budista nos dice que si bien es
cierto que los maltratos en la infancia, la influencia psicológica de nuestros padres y de otras
personas, influencias de tipo social y económico contribuyen a nuestro estado de malestar o
insatisfacción, de ninguna manera son la fuente o la raíz más profunda de nuestra
problemática. Para poder descubrir la fuente más profunda de nuestras dificultades e
insatisfacciones necesitamos forzosamente ver hacia adentro, porque finalmente si nos
sentimos infelices, esto es una respuesta a nuestra situación. Podemos observar que diferentes
personas responden de manera diferente ante la misma situación o estímulo. Incluso sólo
mirando dentro de nosotros mismos podemos darnos cuenta de que la respuesta que tenemos
ante la misma situación, por ejemplo una situación familiar difícil o un matrimonio
conflictivo, es diferente en distintos días. Si el origen del problema radicara únicamente en las
situaciones externas debiéramos entonces responder ante la misma situación siempre de la
misma manera, pero es obvio que esto no sucede.
Si nos observamos podemos decir: "Hoy respondí de esta manera porque estaba muy cansado
o porque tuve un día muy pesado" o por el contrario "Fue porque estaba muy contento, me fue
muy bien en esto". Todos estos son factores contribuyentes superficiales que afectan nuestra
respuesta pero no son los factores más profundos. A medida que exploramos un poco más a
fondo este asunto nos vamos dando cuenta de que son nuestras actitudes con respecto a la
vida, a nosotros mismos y hacia los demás lo que en mayor medida contribuye a cómo nos
sentimos. Una actitud de lástima hacia nosotros mismos, aunque no sea contínua, que a veces
no esté presente porque hoy nos fue bien, es una actitud recurrente que tenemos ante la vida y
moldea en gran medida la forma en que la experimentamos. Si exploramos más a fondo nos
daremos cuenta que las actitudes que tenemos ante la vida, sobre todo si estas son actitudes
perturbadoras, provienen de la confusión. Por supuesto existen las actitudes positivas, pero
nos estamos refiriendo específicamente a las perturbadas o perturbadoras.
dedicarse, qué estudiar, hacia donde dirigirse, casarse o no, tener hijos o no, tenemos muchas
dudas cuando somos jóvenes. Esto pasa en cualquier etapa de la vida, no sabemos si
involucrarnos en alguna relación porque no sabemos cómo va a resultar o tomar un tipo de
trabajo que no sabemos cómo va a ser. Muchas veces la expectativa que tenemos ante el
resultado de una decisión que tomamos es totalmente fantasiosa, sin ninguna base en la
realidad, por ejemplo cuando pensamos: "Si me involucro profundamente con esta persona
viviremos felices para siempre" como en un cuento de hadas. O cuando estamos molestos en
una relación y creemos que gritando o insultando al otro vamos a resolver las cosas, tenemos
una idea muy confusa en cuanto a cómo puede ser la reacción de la otra persona ante nuestra
manera de actuar. Creo que si grito y digo lo que siento y me desahogo, por lo menos yo me
voy a sentir bien y eso no es verdad, no nos sentimos bien. Es realmente complicado y
confuso, no sabemos como actuar y cuál será el resultado de nuestras acciones. Siempre
tenemos la necesidad de conocer el resultado de nuestras acciones y muchas veces en busca de
cómo serán los resultados consultamos astrólogos o el tarot o el I Ching, lo hacemos porque
nos gusta tener control de la situación.
El segundo aspecto más profundo que menciona el budismo acerca de nuestra confusión, es la
confusión ante la manera en que existimos nosotros mismos, los otros y el mundo. De esta
confusión se deriva el que verdaderamente creemos que podemos estar en control de todo,
algo que en realidad no es posible. La confusión radica en el hecho mismo de creer que
podemos estar en control de lo que sucede, y esto no es posible. La realidad es mucho más
compleja de lo que nos imaginamos y no podemos saber por anticipado los resultados. Esto no
quiere decir que estamos totalmente fuera de control y a merced de factores externos,
obviamente nosotros podemos contribuir a lo que nos acontece, pero tenemos que entender
que no somos el único factor que determina nuestra realidad.
esperar a que esto suceda, aunque la posibilidad es bastante baja. O podemos esperar que me
salve alguien que no necesariamente sea una figura divina, podría ser el esperar que un
maestro espiritual o mi pareja me salvara de mi confusión. Cuando elegimos esta opción es
muy fácil tener una actitud de sobre-dependencia y actuamos de manera muy inmadura. A
veces estamos tan desesperados porque alguien nos salve que no discriminamos muy
claramente a nuestro salvador y podemos caer con alguien que no se ha librado de su propia
confusión y esta persona, por sus propias emociones y actitudes conflictivas, puede
aprovecharse de nuestra ingenuidad. Estas no son formas muy estables para deshacernos de
nuestra confusión, no podemos esperar que un maestro espiritual o nuestra pareja aclaren
nuestra confusión. Básicamente necesitamos deshacernos de nuestra confusión nosotros
mismos.
La relación con un maestro espiritual o con una pareja puede ser conducente a liberarnos de
nuestra confusión si es que son relaciones sanas y maduras. En general cuando las relaciones
son inmaduras lo que sucede es que la confusión empeora. En un principio podemos pasar por
una etapa de negación en la que creemos que nuestra pareja o nuestro maestro son perfectos
por todas las proyecciones que les hacemos pero con el tiempo esta ingenuidad se va
terminando y al ver las fallas de la otra persona, nos damos cuenta de que esa persona no nos
puede salvar, entonces viene una caída tremenda en la que sentimos que nuestra fe y nuestra
confianza son traicionados.
Para evitar estrellarnos de esta manera es importante poner atención en estos asuntos desde un
principio. La recomendación es practicar el Darma; preguntarnos ¿Qué es lo que puedo
esperar razonablemente de un maestro espiritual o de una pareja?, hay que tomar medidas
preventivas. Para combatir a la confusión necesitamos un estado mental que se le oponga, que
es el entendimiento y entrenarnos en su fortalecimiento para poder ir deshaciéndonos de ella.
El trabajo del Darma es ser introspectivo, observar nuestras motivaciones, nuestras actitudes,
nuestras emociones, a no dejarlas pasar por alto y estar atento a lo que esta sucediendo dentro
de nosotros. Estar atento a cuándo actuamos de maneras compulsivas y neuróticas. Esto
significa tener la disposición a observar en nosotros mismos cosas que no son tan agradables,
que prefereríamos negar. Cuando reconocemos estas reacciones sintomáticas de las causas de
nuestros problemas, necesitamos estar dispuestos a aplicar fuerzas oponentes a estas. Todo
esto tiene como base el estudio y la meditación. Necesitamos estudiar y aprender qué son las
emociones y actitudes perturbadas, cuáles son, cómo funcionan, cómo podemos
contrarrestarlas.
Meditación
La meditación significa el aplicar las fuerzas oponentes en un ambiente controlado haciéndolo
repetidamente para familiarizarnos lo suficiente con dicho proceso hasta poder hacerlo cada
vez con más facilidad en la vida cotidiana. Por ejemplo, si nos enojamos cuando los demás no
se comportan de la manera que quisiéramos, durante la meditación tratamos de revisar eventos
similares y analizar la situaciones viendo que los comportamientos reprobables de otros ante
nuestros ojos, no es algo que necesariamente hagan porque quieren molestarnos, vemos que
hay una gran cantidad de factores que hacen a esta persona actuar de esa manera. Durante la
meditación tratamos de desarmar el enojo que sentimos por esta persona basados en
parámetros tan limitados cómo: "Esta persona ya no me quiere porque hoy no me habló por
teléfono".
Evitar extremos
Para poder aplicar de manera sensata el darma a todas las situaciones de nuestra vida es muy
importante aprender a evitar los extremos. Un par de extremos que debemos evitar, son por un
lado el culpar totalmente a otros de nuestros problemas y por el otro, es el culparnos
totalmente a nosotros mismos. Ambos contribuyen, "los demás y nosotros", a que lo que
sucedaen la vida sea muy complejo. Podemos hacer grandes esfuerzos por cambiar a los
demás pero creo que todos sabemos por experiencia propia que esto es muy difícil de hacer,
especialmente si nos comportamos muy moralistas y santurrones señalando a los otros como
"pecadores". Es mucho más fácil cambiar nosotros mismos. Podemos aconsejar a los demás si
es que son receptivos, y depende de ellos si toman nuestros consejos o no, esperando que eso
no los haga responder más agresivamente hacia nosotros.
En este trabajo con nosotros mismos hay que tener cuidado de no llegar al extremo de una
preocupación por nosotros mismos narcisista, en una actitud de pensar, sentir y creer que sólo
nuestros sentimientos son importantes o son los más importantes. Tenemos estos dos
extremos, ignorar por completo nuestros sentimientos al no ser introspectivos y por otro lado
llegar a una situación de preocupación narcisista extrema, obviamente llegar a un equilibrio
adecuado de todo esto es muy delicado y no es nada fácil. Cuando estamos demasiado
"ensimismados" en nosotros mismos esto nos genera percibir una dualidad: Yo y lo que
siento, y esto nos mantiene a tal distancia de no poder interactuar con los demás. El verdadero
arte consiste en poder interactuar y relacionarnos con los demás de una manera natural,
Meditación 5
La práctica del Darma en la vida diaria
Es muy importante mencionar que cuando tenemos una relación con otra persona, si bien es
muy útil estar revisando nuestras motivaciones, nuestros sentimientos y nuestras actitudes es
un error pensar que es necesario decir siempre al otro todo esto. Esta es una actitud muy
nercisista, el pensar que al otro le interesa el conocer todas nuestras motivaciones y
sentimientos. Por supuesto algunas veces es útil hacerlo, hay que tener la sensibilidad de saber
cual es el momento adecuado y la persona adecuada para hacerlo. Cuando nos damos cuenta
de que estamos actando egoístamente, hay que verificarlo y dejar de hacerlo pero no es
necesario que se lo comuniquemos a la otra persona.
Otros dos extremos importantes de evitar son el sentir que soy: O totalmente bueno o
totalmente malo. Si ponemos demasiado énfasis en nuestras debilidades y confusiones, esto
nos va a hacer sentir que somos malos y con facilidad alimentará el sentimiento de culpa, por
ejemplo pensar: "Debería practicar porque si no lo hago soy un mal practicante" y ponemos
demasiado énfasis en el "debería", esto es una base muy neurótica para sustentar nuestra
práctica.
También es importante evitar el otro extremo que es el de poner demasiado énfasis en nuestro
lado positivo. La actitud de que ulteriormente somos perfectos y que sólo vemos nuestra
naturaleza búdica, es también muy peligrosa pues implica que no necesito cambiar porque ya
soy "perfecto y maravilloso". No necesito renunciar a ninguna de mis actitudes neuróticas, no
tengo que detener mi comportamiento negativo, no tengo que reconocer mis fallas, todo lo que
tengo que hacer es ver mi naturaleza búdica y expresarla. Hay que buscar el equilibrio: Si
sentimos que estamos siendo muy estrictos con nosotros mismos hay que recordar que
poseemos la naturaleza búdica y esto nos ayudará a alivianar la carga, pero si por el otro lado,
nos vamos y sentimos que somos Budas en potencia y que todo es maravilloso, hay que ver
que necesitamos ponernos a trabajar pues sí hay cosas que cambiar.
Asumiendo responsabilidad
Básicamente hay que tomar responsabilidad de nosotros mismos y de nuestro propio camino
para irnos deshaciendo de nuestra confusión y nuestros problemas. En este proceso
requerimos ayuda ya que es muy difícil hacerlo uno solo. Podemos obtener ayuda de maestros
espirituales, de nuestra comunidad espiritual: de personas que como nosotros están tratando de
reconocer sus errores y cambiarlos y no están acusando a todo mundo de lo que les sucede.
Una base fundamental para una relación exitosa, cualquiera que sea ésta, de sociedad, de
pareja de amistad, etc., es tener actitudes similares por parte de los dos individuos
involucrados en cuanto una disposición de reconocer las propias fallas y no sólo ver las del
otro cuando sucedan situaciones de fricción o de conflicto. Cuando los dos miembros de
cualquier relación tienen la actitud de culpar siempre al otro, las cosas no funcionan y cuando
es sólo uno el que asume su parte de responsabilidad y la actitud del otro siempre es acusativa,
la relación tampoco funciona. Se requiere una disposición de ambos de aceptar su parte. Si en
este momento estamos ya en una relación y hemos adoptado la actitud de ser introspectivos y
aceptar nuestra parte de responsabilidad en los conflictos y la otra persona sigue en la actitud
de culparnos de todo, esto no quiere decir necesariamente que debamos terminar la relación
pero sí debemos entender que es una situación difícil y que adoptar la postura del mártir
diciendo: "Esta situación que estoy viviendo es tan difícil pero yo la voy a soportar" en
realidad es una actitud muy neurótica.
Evitar extremos 6
La práctica del Darma en la vida diaria
Recibiendo inspiración
Para nuestro avance en el camino, por supuesto que podemos obtener ayuda de nuestros
maestros espirituales y de nuestra comunidad espiritual y amigos, a este tipo de ayuda se le
llama inspiración. En las enseñanzas budistas se hace mucho énfasis acerca de este tipo de
inspiración y se habla de la inspiración de la Triple Joya, de los Budas, de los Maestros
Espirituales y de la comunidad espiritual. Muchas veces se traduce como "bendiciones" que
me parece una pésima traducción que nos confunde y desorienta, la traducción adecuada es:
inspiración.
Es cierto que la inspiración es un factor muy importante en el camino, puesto que necesitamos
fuerza, necesitamos reforzar nuestra intención en el camino pues este implica trabajar con la
parte desagradable de nuestra vida. Pero necesitamos una fuente de inspiración y una forma de
inspiración estables. Si creemos que esta fuente de inspiración son los maestros que nos
platican de situaciones milagrosas o extraordinarias o exóticas, ya sea que les haya acontecido
a ellos o a otros maestros del pasado como lo recoge la historia budista, hay que reconocer que
no es una fuente muy estable de inspiración. Puede ser emocionante y entusiasmarnos pero
hay que buscar dentro de nosotros qué es lo que está reforzando y en muchos individuos es un
pensamiento mágico y fantasioso que busca la salvación a través de los milagros. Pensamos
que un mago maravilloso va a efectuar ciertos milagros o yo mismo me convertiré en esa
persona que conduce esas hazañas para librarme de mi confusión o salvarme. Tenemos que ser
sumamente cautelosos con estas historias fantásticas aunque no podemos negar que son muy
emocionantes, no hay que dejarnos llevar por ellas. Pueden inspirar nuestra fe y eso puede ser
útil pero no es una base estable.
Veamos el ejemplo del Buda, el Buda no se proponía conscientemente inspirar a los demás ni
salía a impresionar a la gente con cosas raras, no repartía bendiciones ni contaba historias
fantásticas acerca de situaciones que le hubieran acontecido. La analogía que usó el Buda y
que se usa a lo largo de las enseñanzas es que así como el sol que de manera natural,
espontánea sin tener que hacer nada extraordinario por ser lo que es, da calor a quien lo recibe,
el Buda inspira tan sólo por ser quien es con su mera presencia. Es cierto que podemos recibir
inspiración o sentirnos elevados por escuchar algunas historias fantásticas pero el ser tocados
en la cabeza por una estatua o el recibir un cordón para nuestro cuello no son fuentes estables.
Una fuente estable de inspiración de parte de un maestro es su mera forma de ser, natural y
espontánea. Su carácter, la manera de ser, que es el resultado de haber puesto en práctica las
metodologías del Darma, y no en base a cierto acto montado para impresionarnos, eso es
realmente una base estable de inspiración mucho más profunda, aunque no sea tan
emocionante como una historia fantástica. A medida que nosotros mismos vamos progresando
en el camino recibiremos inspiración por nuestro propio avance en el sendero, no de milagros
que seamos capaces de llevar a cabo, sino del hecho de observar cambios en nuestro
comportamiento, eso es lo que realmente nos va dando inspiración. Desde este punto de vista
las enseñanzas nos dicen que hay que regocijarnos de nuestro propio progreso al ir avanzando.
Recibiendo inspiración 7
La práctica del Darma en la vida diaria
En las enseñanzas acerca de los ocho intereses mundanos nos enfatízan que si estamos en una
época buena en la vida no nos engolocinemos con eso y que si nos está yendo mal, no nos
deprimamos pues esto es pasajero y cambiante. Como dice el Dalai Lama, hay que estar
atentos a los cambios a largo plazo, no nos quedemos atrapados en las visiones a corto plazo.
Nos suguiere que si hemos estado practicando, por decir algo, cinco años, ya podemos
observar cambios. Después de cinco años, aunque nos sigamos enojando podemos darnos
cuenta de que hemos desarrollado una habilidad de manejar las situaciones más pacientemente
y si lo notamos es una indicación de progreso en el camino, esto es inspirador, no es muy
dramático, ni espectacular, pero esta clase de inspiración es mucho más estable y duradera.
Siendo práctico
Necesitamos ser muy prácticos y aterrizar todo en nuestra vida. Por ejemplo, si vemos
prácticas como la de Purificación de Vajrasattva, hay que verla de manera muy aterrizada y
saber que "San Vajrasattva" no me va a salvar con sólo dirigirme a él y decir las palabras
mágicas. Vajrasattva simboliza la pureza natural de la luz clara de la mente que no está
manchada por la confusión, que es posible ser quitada para que la luz clara pueda manifestarse
plenamente. Es a través de nuestro propio trabajo y reconocimiento de la natural pureza de la
luz clara de la mente lo que nos permite soltar la culpa y las negatividades para trabajar con
nosotros mismos y de esta manera poco a poco irnos purificando.
Siendo práctico 8
La práctica del Darma en la vida diaria
Lo que sucede con mucha frecuencia es que inconscientemente traemos elementos de nuestra
crianza católica al budismo haciendo este tipo de mezcolanzas, como la culpa. Por ejemplo
pensamos: "Si no practico soy malo, debería estar practicando porque si no lo hago soy malo y
me siento culpable" Traemos la expectativa de milagros, esperamos que alguien nos salve etc.,
y este tipo de mezclas no nos ayudan en nada, estas lealtades a los aspectos menos benéficos
de nuestra crianza no nos ayudan. Más vale reconocerlo, ver lo que estamos haciendo y mejor
aceptar nuestros orígenes católicos y no negarlo y ser leales a los aspectos positivos de nuestra
religión de origen. En lugar de decir "Yo he heredado la expectativa de milagros, la culpa y el
temor a los infiernos" decir: "He heredado una tradición de caridad, de amor, de servicio a los
demás". Esto mismo pasa con nuestras familias, cuando las rechazamos, tendemos a ser leales
a los aspectos negativos de la misma, si nos percatamos de esto, podemos aceptar a nuestras
familias como son y ser leales a sus aspectos positivos. Entonces es mejor aceptar la
existencia de nuestra religión de origen y reconocer lo positivo que nos dió, la preocupación
por los pobres, la intención de desarrollar el amor por otros etc., si logramos manejarlo de esta
manera, nos permitirá seguir adelante en nuestro camino espiritual, sea cualquiera que
elijamos. Si no hacemos esto, seguiremos siendo leales inconscientemente a los aspectos
menos positivos y esto seguirá interfiriendo en nuestro avance espiritual.
Creo que es muy importante entender la validez psicológica de esto, si de verdad sentimos que
todo en nuestro pasado estuvo mal, no sólo nos sentimos culpables sino mal con nosotros
mismos, esto nos da como resultado una actitud muy negativa hacia nosotros mismos. Si por
lo contrario, podemos reconocer los aspectos positivos de nuestra crianza y de nuestros
antecedentes y de nuestro pasado esto nos da la posibilidad de validar los aspectos positivos
de nosotros mismos, si no lo hacemos, sentimos que no servimos para nada.
Observaciones finales
Este tipo de revisión nos ayuda a tener mayor estabilidad en nuestra práctica espiritual y así
podemos avanzar poco a poco y cuando escuchamos enseñanzas avanzadas o asistimos a
iniciaciones, aunque los grandes maestros del pasado nos han recomendado que en cuanto
conozcamos una enseñanza la pongamos en práctica, tenemos que pensar: "¿Está esto a mi
nivel y lo puedo poner en práctica o es demasiado avanzado para mi?" y si la respuesta es que
sí es demasiado avanzada para mi en este momento, la manera de poner en práctica el consejo
de los grandes maestros es ver cuáles son los pasos a seguir para prepararme para poder llevar
esta enseñanza a la práctica y ponerme a cubrirlos para poder llegar a hacerla. En resumen,
usando las palabras de uno de mis maestros, si practicamos métodos fantasiosos obtendrémos
resultados imaginarios y si prácticamos métodos prácticos y aterrizados obtendremos
resultados prácticos.
Preguntas
Pregunta: Esta reorientación de nuestras lealtades ¿es algo para ser llevado al terreno de la
meditación?
Respuesta: Depende de que tan holgadamente usemos el término meditación. Si nos referimos
a meditación en el sentido suelto de tomarnos el tiempo todos los días para sentarnos en
silencio y reflexionar sobre nuestras vidas, sí, esto es algo para hacerse en la meditación. De
hecho esto es algo que casi no hacemos y que es muy importante, reflexionar sobre lo que
estamos haciendo en nuestas vidas, en nuestras relaciones, en el trabajo etc. El sentarnos y
calmar nuestra mente mediante enfocarnos en la respiración y luego reflexionar sobre lo que
está sucediendo en nuestras vidas es muy útil.
Pregunta: He estado trabajando con los cuatro pensamientos básicos que dirigen nuestra mente
a la libertad. No se que está pasando pero al reflexionar sobre la muerte, en lugar de lograr un
mayor aprecio por mi preciada vida humana, me deprimo. ¿Qué estaré haciendo mal? ¿Cómo
puedo hacer mi práctica para obtener resultados positivos?
Respuesta: Sería útil poner los primeros dos pensamientos juntos: si bien tengo una preciada
vida humana, no me puedo poner a desperdiciarla pues puedo morir en cualquier momento.
Un pensamiento que puede ser útil para esto sería: "Si muriera hoy. ¿cómo me siento ante lo
que he logrado, ante lo que hecho en la vida? ¿he dejado algo que vale la pena y con lo que
me quedo en paz o dejo un desastre que me angustia?" Este pensamiento nos puede ayudar a
vivir el poco tiempo que nos resta de vida tomándolo en serio, dándole un sentido positivo,
pero dentro del contexto de ese gran Koan de la tradición Zen que dice: "La muerte puede
llegar en cualquier momento: relájate". Es un pensamiento sumamente profundo, piénsenlo un
poco. En otras palabras no te fanatices. Por supuesto en cuanto a la muerte, si puedes pensar
en tu continuo mental y en términos de renacimiento, esto también puede ser muy útil, pero
esto es ciertamente más difícil.
Links
{1} #nc08c952ce6168cbe1
{2} #nc08c952ce6168cbe2
{3} #nc08c952ce6168cbe3
{4} #nc08c952ce6168cbe4
{5} #nc08c952ce6168cbe5
{6} #nc08c952ce6168cbe6
{7} #nc08c952ce6168cbe7
{8} #nc08c952ce6168cbe8
Observaciones finales 10
La práctica del Darma en la vida diaria
{9} #nc08c952ce6168cbe9
{10} #nc08c952ce6168cbe10
{11} #nc08c952ce6168cbe11
{12} #nc08c952ce6168cbe12
{13} #nc08c952ce6168cbe13
{14} #nc08c952ce6168cbe14
Links 11