La verdadera maestría de la guitarra eléctrica

La música siempre ha sido uno de los mejores medios de expresión de sentimientos,

ideologías y opiniones. El rock lideró esta función del arte del sonido durante la segunda
mitad del siglo XX, y lo ha hecho de una manera más sutil en los últimos años. Dentro de
este género, la guitarra eléctrica, creada por Les Paul, ha sido un símbolo absoluto y muy
influyente, por lo que siempre ha despertado controversias acerca de su uso esencial.

En mi opinión, un guitarrista de clase y calidad, es aquel que logra el equilibrio entre

sentimiento, improvisación o instinto, y virtuosidad, dentro de su propio estilo. Muchos
consideran que el desarrollo de la máxima velocidad posible es lo más importante e
impresionante. Yo no estoy de acuerdo en este sentido, y voy a sustentar lo que he
afirmado centrándome en el trabajo de tres grandes guitarristas: Jimmy Page, John
Frusciante y Eric Clapton.

Page es el noveno mejor representante de este instrumento. Fundador y principal

compositor de la banda inglesa de hard rock de los 70’s “Led Zeppelin”, es famoso por
haber logrado una digitación impensable en su época. La verdad es que él es genial por
haber desarrollado técnicas para el blues que lo hicieron más fuerte, con nuevos sonidos
y nuevas sensaciones. Este género precursor del rock tiene como pilares el sentir y el
improvisar, y sumado a la habilidad de este británico, dan como resultado el balance que
ya he mencionado. Por ejemplo, la canción “Since I’ve been loving you” posee un
contraste entre lo dulce y la psicodelia, dando a entender amor y dureza al mismo
tiempo. En adición, Jimmy Page es relativamente conocido por ser un predecesor en el
dominio y la evolución de los arpegios, ya sea con una guitarra eléctrica o con una
guitarra acústica. Esto apoya más mi tesis, pues un arpegio no requiere de velocidad y
una gran técnica para su desarrollo, sino de una gran creatividad y un excelente instinto.

“Red Hot Chili Peppers” es la vanguardia del rock moderno. Su primera guitarra, John
Frusciante, es uno de los que al interior del grupo propuso esa mezcla de funk, rock,
heavy metal y rap. Este joven músico siempre tuvo la aprobación de la crítica, pues su
manera de tocar la guitarra estuvo siempre basada en la calidad del sonido y en el sentir
que este expresa, sin necesidad de usar en todo momento una distorsión exagerada. Esta
etapa de su carrera se puede apreciar en los discos noventeros de la banda. Sin
embargo, el público nunca se fijó en él como un genio hasta el disco “Stadium Arcadium”
y la consecuente gira de dos años. Esto se debe a que empezó a darle un toque más
fuerte a las canciones, el cual estuvo muy influenciado por Jimi Hendrix. Es decir,
Frusciante empezó a crear solos donde la improvisación fuera más sencilla, más libre. A
pesar de esto, nunca cayó en la tentación del unir muchas notas de manera exagerada,
ya que su intensión sólo fue el hacer de su estilo un poco más “hard” y empezó a usar
elementos muy virtuosos para compensar mejor la “no-velocidad”.

El personaje de quien vamos a hablar ahora es quizá el que más defendería mi

posición. Clapton lleva cuarenta años tocando este instrumento de manera profesional.
Los matices que ha tomado su carrera en el rock han sido muchos, pero lo que lo ha
hecho uno de los mejores, ha sido su trabajo dentro del blues. En los 60’s, formó, junto
Jimmy Page, una banda llamada “The Yardbirds”. Tanto él como Page aún estaban en sus
etapas primitivas, auto-descubriéndose. El éxito total le llegaría con “Cream” una banda
de blues rock, la cual lo sitió como uno de los guitarristas más innovadores de la época,
al igual que el ya mencionado Jimi Hendrix. Luego, con su carrera en solitario, llegaría a
ganar 17 grammys. En él confluyen el blues, el pop y el rock de todas las épocas;
escucharlo es todo un espectáculo debido al acabado de sus performances y al gran nivel
de expresión de su música. Ha sido uno de los artistas más respetados e influyentes de
todos los tiempos, y su ideología se basa en esta frase: “Nunca toques diez notas donde
sólo debe haber dos o tres”.

En conlusión, luego de ver la experiencia de estos grandes representantes del rock,

sí se puede decir que la esencia de la capacidad de un guitarrista está simplemente en su
creatividad para improvisar, y en su “feeling”.