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_ Manual dle redaccion ) estilo Manuel Alvar Ezquerra M." Auxiliadora Cas » Carballo, Juan Manuel Garcia Platero, Miguel Angel Jiménez Cuenca, Antonia M* Medina Guerra so) Coleccién Fundamentos n.° 142 © Manuel Alvar Ezquerra, M.* Auxiliadora Castillo Carballo, Juan Manuel Garcfa Platero, Miguel Angel Jiménez Cuenca, Antonia M.* Medina Guerra, 1999 © Ediciones Istmo, S. A., 1999, 2003 Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - Espafia Tel.: 91 806 19 96 Fax.: 91 804 40 28 Disefio de cubierta: Sergio Ramirez ISBN: 84-7090-338-1 Depésito legal: M. 32.493-2003 Impresién: Fernandez Ciudad (Madrid) Impreso en Espaiia / Printed in Spain Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el articulo 270 del C6digo Penal, podran ser castigados con penas de multa y privacién de libertad quienes reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artistica o cientffica, fijada en cualquicr tipo de soporte, sin la preceptiva autorizacién. INDICE Reglas generales para utilizar los signos de puntua- — Coma.. 16 — Punto y coma 25 — Dos puntos 28 = Puntos suspensivos. 32 = Punto... 35 Los signos de puntuacién y otros signos ortograficos. _ 38 — Las comillas. 38 ~ La raya... 39 — El paréntesis 41 — Los corchetes ... 43 _— Los signos de entonadiins 43 Estilos de puntuacién........ 46 Copyrighted material — Concordancia entre sujeto y predicado 0.1... 54 — Concordancia de género.. 58 = _Concordancia de niimero. 61 — Concordancias anémalas entre los formantes de un compuesto . 62 Sustantivos y adjetivos. 65 — El género: problemas. 65 = El niimero: problemas ie — El grado del adjetivo . 79 Pronombres y determinantes. 83 = Situacién de los pronombres en la oracién 83 — Letsmo: total y parcia 89 — Laismo y loismo o1 — Uso incorrecto del pronombre reflexivo . 93 = Incorrecciones de los relatives que, cual, quien, CUYOssississsrersrsnnessersssscssecasornsonssorsesssaonenensesossnesssases 94 - Mal uso ode Tos, posesivos .. ii Dios 97 — Determinantes antepuestos ¢ a a nombres Ppropios. 99 1 Determinantes antepuestos a palabras que comien- an con a o ha ténica. Elementos de relacién. 102 — Preposiciones: usos impropios 102 — Conjunciones: funcién y usos anémalos. 132 — Usos anémalos de las conjunciones ... 136 — Los fendmenos del queismo y del dequeismo 141 SPX GRY EES OS sacs si ead iain ve tecaee eid tiene 145 sos anémalos de los rbit 14 = kos and l pte hierbials 151 Formas verbales — Errores en el uso de las formas personales y no per- sonales — Perifrasis verbales 194 — Uso y abuso de la voz pasiv 197 Il. PROBLEMAS LEXICOS Y ESTIL{STICOS........... 199 | >, [+10 201 — Expresiones y formas léxicas incorrectas. Errores G6 GECAUIGUION rics cccetsirriaieaen marcia 200 — Extranjerismos: su influencia en la lengua . 208 — Préstamos.... 217 — Palabras comodin 220 EStilO ....sccssesssestesesesessessesseeseesessesseesnsssessesesecseseseeeienes 221 — Cacofonias... 221 — Repeticiones 222 — Redundancia. 223 ~ Muletillas, tépicos, frases hechas, refranes, etc...._ 228 — Abusos de locuciones, adverbios, pronombres y otras palabras, gerundios y SiglAS ............010seceee 229 — Orden y cohesion en Cl textOeesescisesrerereerereresrers 237 BOs Wabajaw sce RS — Titulo . 246 — Indice. 247 — Lista de abreviaturas y siglas uti 247 — Cuerpo del trabajo 247 — Bibliografia ........ 261 — Los indices de materias, términos, conceptos . 261 ANEXOS.. 263 EJERCICIOS. BIBLIOGRAFIA Hoe ARAB EIICO eases scesssscesecsnesccrremeserssexeanscsciecas 278 GEOSARIO sessneccrmmssanncnnmnncmannnmenaanmnses 306 PROLOGO Es de sobra conocido que la capacidad imaginativa es inna- ta, pero la técnica para redactar puede adquirirse. Con este tra- bajo pretendemos advertir de los errores morfosintacticos y de las desviaciones léxicas y estilisticas mds frecuentes en el espa- fiol actual a los posibles lectores, alumnos de los ultimos afios de bachillerato, de 1a universidad, profesionales y personas preo- cupadas por la lengua, a la vez que facilitarles los mecanismos necesarios para su correccién. Nuestro repertorio intenta reco- ger los vicios lingiiisticos mas usuales, explicar el porqué de su incorreccién y formular su buen uso. Hemos considerado errores morfosintacticos las desviacio- nes mas frecuentes que se producen en la lengua oral y escrita. Esto es, las desviaciones formales de las palabras y de las for- mas de flexién, asi como las alteraciones producidas entre las relaciones que contraen los elementos oracionales en el plano sin- tagmatico. Por lo que respecta al léxico y al estilo, tan solo se puede hablar de errores en lo concerniente al primero, ya que en el plano estilfstico no se producen incorrecciones, sino inade- cuaciones de la expresin al contexto, que no, por ello, son menos relevantes, pues la elegancia y el ritmo del enunciado se desvir- tian con las repeticiones y cacofonias, asi como con el abuso de locuciones, adverbios, pronombres, etc. La idea de este trabajo surgié como consecuencia de las tareas llevadas a cabo en una larga investigacién para el proyecto euro- 9 peo GRAMCHEK, que pretendia catalogar las equivocaciones mas frecuentes en los distintos niveles de nuestra lengua. No se partié de planteamientos tedricos previos, sino del empleo que los hablantes del espafiol hacen de su idioma, por lo que tuvimos de recurrir a un conjunto muy amplio de textos escritos (literarios, periodisticos, juridicos, administrativos, cientificos, etc.), entre los que ocupa una parte considerable el corpus Vox-Biblograf. Por otro lado, hemos crefdo que debfamos también tener en cuenta el lenguaje oral utilizado en los medios de comunicaci6n audio- visuales; pero, debido al cierto grado de afectacién del que par- ticipan los hablantes en estos medios, sin olvidar la habitual pro- cedencia escrita de la mayorfa de los mensajes comunicativos, consideramos conveniente ampliar el corpus oral con ejemplos extrafdos de la conversacién cotidiana. En los textos transcritos que nos sirven de ejemplificacién, hemos marcado los usos erré- neos 0 poco apropiados en letra negrita para diferenciarlos de los empleos correctos 0 recomendados que aparecen en redonda. Se trata, en definitiva, de insistir en el enfoque practico, obviando, siempre que es posible, largas disertaciones teéricas. La catalogacién de los errores se ha completado con algunas pautas técnicas para la redacci6n y normas para la presentacién de textos, centrandonos, por el tipo de piiblico al que va dirigi- do nuestro libro, en la elaboracién de los trabajos a los que se tiene que enfrentar el alumno en su vida académica. Al final de este manual, dado su cardcter diddctico, hemos incluido una serie de ejercicios sobre las diversas materias tra- tadas. De esta manera, el lector podr4 comprobar si ha asimila- do correctamente los aspectos tedricos expuestos en los capitu- los precedentes. I PUNTUACION Los signos ortogrdficos nos permiten indicar en la escritu- ra la pronunciacién de las palabras (tilde, diéresis), la entonacién (exclamacién 0 interrogacién) las pausas de la frase (punto, coma, punto y coma...), etc., haciendo mas facil y Agil la lectu- ra de los textos y, por tanto, su comprensién. Una redaccién no es correcta si se usan inadecuadamente los signos ortograficos, y en especial los signos de puntuaci6n. La importancia de la orto- grafia de la frase ha sido puesta de relieve, entre otros, por Manuel Seco, para quien la ensefianza de la ortografia «[...] debe- tia atender, primordialmente, a la ortografia de la oracién (pun- tuacién), como sintoma de expresién lograda y como necesidad para la comprensién del mensaje; en segundo lugar, a la orto- grafia de la palabra (acentuacién y separacién de palabras), como mas necesaria para la identificacion de la unidad léxica, y, por Ultimo, a la ortograffa de la letra, que es el aspecto mds conve- niente y, por tanto, menos racional de esta técnica»'. Utilizamos los signos de puntuaci6n para indicar ortografi- camente las pausas?. Los signos de puntuaci6n son los siguientes: ' «Repensar la ortografia», Arbor, n.° 350 (febrero), 1975, pags. 102-103. 2 Sin embargo, como advierte la Academia, «La coma no siempre represen- ta pausa; por ejemplo en No, sefior; St, sefior, es frecuente que no la haya; cosa semejante ocurre en algunos otros casos [...]» (Ortografia, 2.* ed., Madrid, Imprenta Aguirre, 1974, pg. 30, nota n.° 1); algo parecido se puede decir, por ejemplo, del punto de las abreviaturas, siglas, etc. 13 a) coma (,) b) punto y coma (;) c) dos puntos (:) d) puntos suspensivos (...) e) punto (.) No obstante, los signos de entonacién (exclamacién [j!] e interrogacién [;?]), cuando coinciden con el final de la oracién, también indican pausa, por lo que a los signos exclamativo e inte- trogativo de cierre (!, ?) nunca les sigue punto*: «El punto sus- crito de la exclamacién [0 de la interrogaci6n] oficia de punto ortografico en los casos en que, de no aparecer aquella, nece- sariamente se pondria este. Afiadir punto al signo es redundan- cia inadmisible»*. Junto a estos, la Academia’ cita como signos de puntuacién el paréntesis [( )], la diéresis o crema ("), las comillas (« »,“”, ‘’), el guidn (-), la raya (—) y las dos rayas (=)®, que no lo son en sentido estricto. Insistimos: tan solo se pueden considerar signos de puntua- ci6n los que indican pausa, y, asi, debemos recordar que no es conveniente escribir mas de veinticinco palabras sin posibi- lidad alguna de pausa’; por tanto, una redaccién es correc- * Por contra, sf les puede seguir cualquier otro signo de puntuacion. * José Martinez de Sousa, Diccionario de ortografia, Madrid, Ediciones Generales Anaya, 1985, pég. 170. 5 Ortografia, op. cit., § 43, y Esbozo (Madrid, Espasa-Calpe, 1973), 13.4 reimpr., Madrid, Espasa-Calpe, 1991, § 1.8.5. Al seguir a la Academia, muchos manuales de ortografia, y de redaccién y estilo hacen la misma agrupacién. © Todos estos signos, salvo la diéresis 0 crema, se incluyen entre los Ilama- dos auxiliares y, como los signos de puntuacién, corresponden a la ortografia de la frase. 7 Esta idea se repite en varias ocasiones en Estilfstica, Teoria de la puntua- ci6n. Ciencia del estilo légico (2.* ed., Madrid, Paraninfo, 1979) de Mario Linares. Se trata, sin duda, de una regla de oro; pero, junto a ella, también ha de tenerse muy en cuenta la trabaz6n semantica, pues «En espaiiol, la puntuacion parece a medio camino entre ambas fuerzas [trabaz6n prosédica y tabaz6n seméntica] en los casos en que no coinciden. Se habla, por ello, del uso de la coma cuando el sujeto es muy largo, a manera de excepcién de la norma —seméntica-sintagmiti- ca— de que no se puede provocar ruptura entre el sujeto y el predicado, ete. Diremos. pues, que el motor de la puntuacién espafiola, como cualquier otra en el fondo, es seméntico; que, cuando coincide con la pausa fonética, no hay proble- ma; y, cuando se «distorsiona» lo semantico por excesiva longitud o hipérbato, se 14 ta cuando puede leerse con comodidad, sin asfixia. Leer el texto en voz alta nos ayudara a elegir entre varias redaccio- nes posibles. Al escribir debemos pensar siempre en nuestros futuros lectores. recurre a la puntuaci6n prosddica como un amortiguador 0 encauzador, respecti- vamente. = [...] = Por otra parte, surge la pregunta, mas general, sobre qué siste- ma es preferible para una lengua como el espafiol. [...] Una puntuacién funda- mentalmente semantica —que ya coincide, en parte, con lo prosédico correlacién de forma y sustancia—, «corregida», en algunos casos, con solucio- nes —no sistema— meramente fonéticas (sujeto muy largo, hipérbaton, etc.), parece, sin duda, més econémica y armoniosa que la acentuacién fonética exhaus- tiva; y més clara y armoniosa que los otros dos sistemas (el abuso de la puntua- cidn fonética puede «distraer», en el lector, la |6gica unién seméntica entre ele- mentos en dependencia o interdependencia)» (José Polo, Ortografia y ciencia del lenguaje, Madrid, Paraninfo, 1974, pags. 111-114). 15 Reglas generales para utilizar los signos de puntuacién Coma (,) I. Para facilitar la lectura y una adecuada comprensién se tecomienda escribir coma en los siguientes casos: 1) Después de 1a subordinada, cuando antecede a la oracién principal: Cuando don Ruperto sacaba el pafuelo, don Braulio lo miraba de reojo con atencién suma; solia sorprender zurcidos muy bien hechos; manchas, nunca. Leopoldo Alas, Clarin, Ordalias, en Cuentos morales. Cuando el pasado invierno estuvieron esquiando en Sierra Nevada (Granada), hicieron unas fotograftas muy bonitas. Aunque no logremos superar unas pruebas tan dificiles, debemos intentarlo. 2) Después del complemento verbal, cuando encabeza oracién: Pocas semanas después, el herrero Huanca conversaba en Quivilca con Leénidas Benites y el apuntador y ex amante de la finada Graciela. César Vallejo, El Tungsteno, en El Tungsteno. Paco Yunque, Barcelona, Plaza & Janés, 1984, pag. 133. 16 Con unos pequefios y puntiagudos destornilladores, consi- guid extraer los diminutos tornillos de la cafetera. De Ignacio, mejor ni hablar. Es recomendable el uso de la coma sobre todo cuando el com- plemento, como en el segundo ejemplo, es largo. Asi mismo, deben separarse con coma los complementos introducidos por locuciones prepositivas del tipo a pesar de, en cuanto a, respecto de, etc.: A pesar de la inexplicable repulsién que sentian la una por 1a otra, las dos hermanas habian vivido hasta entonces en una especie de indiferencia, que hubiera podido confundirse con la paz y el afecto. Gustavo Adolfo Bécquer, El gnomo, en Obras compleras. 13.*ed,, 1. reimpr., Madrid, Aguilar, 1973, pag. 224. Respecto a la anterior cuestién, creo que serd mejor que la consideremos mafana. 3) Entre el sujeto y el predicado®, cuando el primero es muy extenso: Tan solo los j6venes que se habian clasificado en la tltima semifinal de la prueba de salto de obstdculos, obtuvieron meda- llas. El camarero que tan mal nos atendi6 el pasado fin de sema- na en el restaurante de tu amigo Juan Luis, ya no trabaja allt. Il. Independientemente de su extensi6n, se suele emplear coma: 1) Delante de oraciones adversativas? 0 consecutivas: El sobre de las colillas de Martin Marco salié de casa de su hermana. El sobre, bien mirado, es un sobre que ya no sirve para 8 Véanse, entre otros, J. Martinez de Sousa, Diccionario de ortografia, op. cit., pag. 147, y G. Martin Vivaldi, Curso de redaccién, 20.* ed., Madrid, Paraninfo, 1986, pags. 19-20. 9 Cuando son muy extensas, la Ortografia y el Esbozo académicos reco- miendan, como veremos, el uso del punto y coma. 17 nada mds que para llevar colillas, o clavos, o bicarbonato. Hace ya varios meses que quitaron las cédulas personales. Ahora hablan de dar unos carnés de identidad, con fotografia y hasta con las huellas dactilares, pero eso lo mas probable es que toda- via vaya para largo. Las cosas del Estado marchan con lentitud. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Catedra, 1988, pag. 241. Le aconsejaron que no lo hiciera, luego no tiene excusa. El esta seguro de que este curso aprobaré todas las asig- naturas, pero yo no lo creo. No quiero comer, sino" dormir. Especialmente, antes de que (precedido por ranto, tal, tan) en oraciones consecutivas: Yo, sefior, soy de Segovia. Mi padre se llamé Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero; aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corria de que le llamasen asi, dicien- do que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y, segtin él bebia, es cosa de creer. Francisco de Quevedo, El Buscdn, Madrid, Cétedra, 1983, pig. 79. Estaba tan cansado, que se quedé dormido en la silla. Te esperaron tanto, que llegaron tarde a la cena. 2) Detrds de oraciones condicionales: 10 «{...] normalmente, debe Ilevar delante algtin signo de puntuacién: coma, punto y coma, dos puntos o punto, segiin el tipo de sino y el ritmo de la frase ([...] se excluyen, naturalmente, ejemplos como esto no es sino un robo, no sino haceos miel y paparos han moscas —del Quijote este iltimo—, etc.); en algtin caso, sin embargo, por reajuste de la puntuacién del conjunto podria ir sin nada delante; es probable que en estos reajustes influya la brevedad de las partes adversativas con- trapuestas, pero no es eso solo. Dos planos, pues, en el sistema puntuario: normas —codificacién— y salida ocasional de las mismas porque se conocen y se es cons- ciente de lo buscado y de lo que se lograr4 con ello» (José Polo, op. cit., pag. 307). 18 —Pero, jay, Alvarin!, jsi la pudieras ver en su cuarto, sobre todo cuando le da un ataque de esos que la hacen retorcerse...! iCémo salta sobre la cama! Parece otra... Entonces, no sé por qué, me explico yo el capricho de la piel de tigre que dicen que le regalé un inglés americano. {Te acuerdas de aquel baile fan- tastico que bailaban los Bufos que vinieron el aiio pasado? Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 262. Si nos visitas, podrds conocer a nuestros hijos. Si en la préxima convocatoria consiguieran aprobar las oposiciones, se casarian. Il. Para separar los miembros de una enumeraci6n, ya sean palabras, frases u oraciones: Fue por esos dias que en un descuido de Fernanda apare- cié en el corredor el pequefio Aurelio, y su abuelo conoci6é el secreto de su identidad. Le corté el pelo, lo visti, le ensefié a perderle el miedo a la gente, y muy pronto se vio que era un legi- timo Aurelio Buendia, con sus pémulos altos, su mirada de asombro y su aire solitario Gabriel Garcia Marquez, Cien aiios de soledad, 4.* ed., Barcelona, Plaza & Janés, 1975, pag. 291. Juan, Manolo, Auxi e Inés vendrdn a la inauguracién del curso. Antes de ir al parque compraremos pipas, chicles, carame- los y otras muchas ricas golosinas. En la playa tomaremos el sol, pasearemos, nadaremos y practicaremos el esqui acudtico. Sin embargo, no se separan con coma (salvo para evitar con- fusiones) los elementos unidos por las conjunciones y (e), o (u)", ni! 1" Se puede emplear coma para separar los términos de una interrogacién enlazados por la conjuncién o: ¢Vienes, o te quedas? ;Vas, 0 vienes? 2 Sf debe ir precedido de coma, cuando introduce una oracién con valor inci- dental o accesorio: No le creyé nadie, ni sus padres. 19 Jamds en sus sermones se ponia a declarar contra impios, masones, liberales o herejes. {Para qué, sino los habia en la aldea? Ni menos contra la mala prensa. En cambio, uno de los mds frecuentes temas de sus sermones era contra la mala len- gua. Porque él lo disculpaba todo y a todos disculpaba. No que- ria creer en la mala intencién de nadie [...]. Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mértir, 5.4 ed., Madrid, Cétedra, 1982, pag. 104. Juan e Inés vendrdn a la inauguracién del curso. Antes de ir al parque compraremos pipas y otras muchas ricas golosinas. En la playa ni tomaremos el sol ni pasearemos ni nadaremos ni practicaremos el esqui acudtico; ¢para qué vamos a la playa? Tampoco precede coma al primer elemento de la enumera- cién. Son incorrectas las comas que aparecen entre corchetes en los siguientes ejemplos: Antes de ir al parque compraremos [,] pipas, chicles, cara- melos y otras muchas ricas golosinas. Para arreglar la casa usaron [,] picos, palas, espatulas, etc. IV. Los incisos se separan con coma del resto de la frase u oracién en la que se hallan'3. El inciso tiene un valor secunda- rio y, por tanto, puede ser suprimido sin que varfe el sentido del texto. El inciso puede ir precedido de coma, seguido de coma © entre comas, segtin el lugar que ocupe: No creo que sea necesario, en absoluto. En absoluto, no creo que sea necesario. No creo, en absoluto, que sea necesario. 13 También pueden utilizarse los paréntesis o las rayas para insertar incisos 0 aclaraciones sin conexién gramatical con el resto del perfodo. Véase Manuel Alvar Ezquerra y Antonia M.* Medina Guerra, Manual de ortografia de la lengua espa- fiola, Barcelona, Biblograf, 1995, pags. 216-217. 20 Atendiendo a esta regla, se emplea la coma para enmar- car: 1) Las aposiciones: Y cuando Luis, el repostero del Cantabria, le dijo: «gNo es hermoso el mar?», creyé en la posibilidad de que el mar pudie- ra resultar efectivamente hermoso, aunque él, Valladolid, de momento le odiase. Miguel Delibes, La partida, 6." ed., Madrid, Alianza, 1984, pag. 50. Alicia, la sobrina de Auxi, es una nifia muy traviesa. Inés, la secretaria, nos informard de los gastos de este tri- mestre. 2) Oraciones intercaladas, como, por ejemplo, las explica- tivas de relativo, participio o gerundio: Despedido del capelldn, asenté por hombre de justicia con un alguacil; mas muy poco vivi con él, por parecerme oficio peligroso, mayormente que una noche nos corrieron a miy ami amo a pedradas y a palos unos retraidos; y ami amo, que espe- 76, trataron mal, mas a mi no me alcanzaron. Con esto rene- gué del trato. = [...] = En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir, teniendo noticia de mi persona el sefior arcipreste de Sant Salvador, mi sefior, y servidor y amigo de vuestra Merced [sic], porque le pregonaba sus vinos, procur6 casarme con una criada suya. Lazarillo de Tormes, en Tres novelas del Siglo de Oro, 2° ed., Barcelona, Planeta, 1983, pags. 50-51. Los nifios, que no se acordaron de la fiesta de cumpleafios de Concha, no compraron ningun regalo. Yolanda, animada por sus compafieros, decidié participar en la carrera. La mujer, creyéndose culpable de la muerte de su marido, intento suicidarse. 21 Por su cardcter explicativo, pueden escribirse precedidas de coma o entre comas las oraciones causales!*: Llegaba la hora de cerrar y obedeciendo a regulaciones que no podian ser municipales, porque era de fatiga cotidiana, el hombre fue colocando las diez botellas, seis vasos y una copa del negocio en el cajén de madera que hacia de mostrador y anuncié que iba a apagar la bombilla tisica [...]. Luis Martin-Santos, Tiempo de silencio, 21.* ed., Barcelona, Seix- Barral, 1983, pag. 128. Estuvieron a punto de perder el avin, pues unos minutos antes de salir, Juan no lograba recordar dénde habia puesto los billetes la noche anterior. Esta es quizd una de las tareas mds dificiles a la que ten- dremos que enfrentarnos este curso, porque no contamos con los suficientes medios técnicos para llevarla a cabo. 3) El autor de una cita o una obra, o la obra misma: El deporte, segun Juan Miguel, beneficia al espiritu. Para el autor, como nos dice en Poesia, el amor no existe. 4) Adverbios, locuciones adverbiales 0 conjuntivas como generalmente, no obstante, por consiguiente, sin embargo, etc., o expresiones del tipo es decir, esto es, etc.: Toda esta guerra de vecindad, sin embargo, era sorda casi siempre y de poco alcance; pero otra cosa fue cuando surgié la cuestién, verdaderamente politica y social, que se llego a Ila- mar lo del pique. Leopoldo Alas, Clarin, El cura de Vericuento, en Cuentos morales, 3.* ed., Madrid, Alianza Editorial, 1984, pag. 26. Los asesinos, no obstante, lograron burlar el cerco policial. Tiene tan solo quince afos, es decir, atin no es mayor de edad. 14 Ademds de los ejemplos correspondientes, véase el fragmento del Lazarillo de Tormes transcrito mas arriba. 22 Los resultados no han sido buenos; por consiguiente, repe- tiremos los exdmenes antes del préximo mes. V. Para separar nombres referidos a personas, seres 0 cosas personificadas a los que se suplica, invoca o interpela: —Tii lo sabrds mejor que yo, papa; pero no me niegues que aqui pasa algo, que aqui hay, como si fuese una niebla oscu- ra, una tristeza que se mete por todas partes, que ti no estds contento nunca, que sufres, que es como Si llevases a cuestas una culpa grande... —Dios me libre, papd, de tal cosa. Nada de querer juzgaros. Miguel de Unamuno, Abel Sanchez, 2.* ed., Madrid, Clasicos Castalia, 1987, pag. 136. Rafa, no cambies tanto de canal de television. Silvia, cuelga ya el teléfono. VI. Por elisién de un verbo!5: Juan Manuel ha comprado la casa; Auxi, los muebles. Joaquin es policia nacional; Ana, graduada social. VII. En ocasiones, es necesario el uso de coma para evitar confusiones 0 anfibologias, como, por ejemplo, en los siguien- tes casos: 1) Delante del relativo, si aparece separado de su antece- dente: La lexicografia es una disciplina lingiiistica, que se encar- ga del estudio y elaboracién de diccionarios. Juan es un amigo de Luis, que vive en Madrid. 2) Delante de las conjunciones y (e), o (u), ni: 'S Este tipo de coma se halla en muchos de nuestros refranes, por ejemplo, perro ladrador, poco mordedor. 23 Ayer, aunque inseparables y encarifiados hasta el extremo de no poder vivir sino juntos y de que les costase todos los inviernos una enfermedad la ausencia, cimentaban su amistad, mds que las finezas, los pescozones, cachetes y mordiscos, las rifias y enfados, la superioridad cémica que se arrogaba él, y las malicias con que ella le burlaba. Emilia Pardo Bazan, La madre naturaleza, 5." ed., Madrid, Alianza Editorial, 1984, I, pag. 9. EI nifio se ha tomado un doble café con leche y dos bollos suizos, y se ha quedado tan fresco. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Cétedra, 1988, pag. 85. A la fiesta vendraén Juan y Marfa, y Pedro se quedardé en casa. A Juan Manuel le gusta mucho el cine, y el ballet le pare- ce aburrido. VIII. También se escribe coma: 1) Enel encabezamiento de las cartas, entre el lugar y la fecha: — Avila, 14 de octubre de 1939 — Aguilar de la Frontera, 17 de agosto de 1966 — Barcelona, 31 de mayo de 1995 2) En los ntimeros, entre los enteros y los decimales: El resultado de esta division es 1,45. Conseguimos un préstamo a un interés de 10,5% anual. 3) Entre el nombre propio y su seud6nimo 0 apodo: Si el gato hubiera sido de Antonio, e| Buche, o de las mismas Lepéridas, no hubiera ocurrido nada. Pero Lola, la Guindilla mayor, era una escandalosa y su amor por el gato una inclina- cidn evidentemente enfermiza y anormal. [...]. Claro que esta costumbre, por otra parte, representaba para Daniel, el Mochue- lo, y sus amigos, una estimable ventaja econémica [...]. Miguel Delibes, El camino, Barcelona, Destino, 1980, pag. 141. 24 La Regenta fue escrita por Leopoldo Alas, Clarin. La confiteria de Juan, el Rucho, era la mejor del pueblo. No se separa con coma el nombre de su cognomento (renom- bre que adquiere una persona por causa de sus virtudes 0 defec- tos, o un pueblo por notables circunstancias 0 acaecimientos): Alejandro Magno murié sin descendencia. Catalina la Grande fue emperatriz de Rusia. Jaime I el Conquistador firmé con Alfonso X el Sabio el tra- tado de Almizra, que limitaba los territorios de conquista de castellanos y aragoneses. 4) En las bibliografias y en las referencias bibliogrdficas, se pueden separar con comas el nombre del autor, titulo de la obra!®, ciudad, editorial, afio, paginas, etc.: Antonio Buero Vallejo, Historia de una escalera, //.* ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1987. Miguel Hernandez, El hombre y su poesia (ed. J. Cano Ballesta), 4.“ ed., Madrid, Catedra, 1979. Punto y coma (;) El punto y coma es un signo de puntuacién intermedio entre la coma y el punto. Se suele emplear para conseguir una mayor fuerza expresiva (eludiendo la redaccién cortante y casi tele- grafica del punto) y evitar la monotonia de la coma. Por tanto, se recomienda utilizar este signo en los siguientes casos: I. Entre los términos de una enumeraci6n que ya tienen coma © que sea demasiado extensa: 16 Pueden utilizarse también los dos puntos para separar el nombre del autor del titulo. Véase el capitulo «Pautas técnicas para la redaccién y normas para la presentacién de textos». 25 A las cinco, la tertulia del café de la calle de San Bernar- do se disuelve, y a eso de las cinco y media, o aun antes, ya estd cada mochuelo en su olivo. Don Pablo y don Roque, cada uno en su casa; don Francisco y su yerno, en la consulta; don Tesi- fonte, estudiando, y el sefior Ramon viendo cémo levantan los cierres de su panaderia, su mina de oro. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Céitedra, 1988, pag. 166. Juan, el amigo de Pedro; Ana, la vecina de Antoni no han venido a la excursidn. y José No llegamos cansados del viaje: el autobtis tenia unos asientos confortables, amplias ventanas, pasillos espaciosos; aire acondicionado, bar, aseo; radio, television e hilo musical”. Il. Delante de oraciones adversativas 0 consecutivas de cier- ta extensién, especialmente cuando contienen algtin inciso: La nina, gran botdnica por instinto, conocia todas las plan- tas y hierbas bonitas del pais; pero jamdas habia encontrado, ni ala orilla de las fuentes, tan elegantes hojas péndulas, tan colosales y perfumados helechos, tanto pulular de insectos como en aquel lugar hiimedo y caluroso. Emilia Pardo Bazan, La madre naturaleza, 5.4 ed., Madrid, Alianza Editorial, 1984, I, pag. 9, Confiaban plenamente en su hijo; pero, sin embargo, deci- dieron en esa ocasi6n no prestarle el local para celebrar noche- vieja. No sabian leer; por tanto, a pesar del telegrama, no se ente- raron de la muerte de José hasta que Ricardo fue a visitarlos. Para algunos estudiosos las oraciones adversativas, largas o no, deberfan ir precedidas por punto y coma'®, tal como lo hace, por ejemplo, Leopoldo Alas en este fragmento de La Regenta: '7 Mario Linares dice que en enumeraciones extensas, para evitar el desluci- miento o la monotonfa, es preferible formar grupos de varias palabras que se sepa- ran en el interior por comas y en el exterior por punto y coma (op. cit., pag. 96). 18 Mario Linares, op. cit., pag. 90. 26 Querta emanciparse; pero ¢cémo?"®, Ella no podta ganar- se la vida trabajando; antes la hubieran asesinado las Ozores; no habia manera decorosa de salir de alli ano ser el matri- monio o el convento. Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 203. III. Normalmente, entre oraciones yuxtapuestas”?: No falté quien le dijese al huésped como estaba alli escon- dido; subié por él, y més por fuerza que por grado le hizo bajar; y aun no bajara si el mismo Corregidor no saliera al patio y le llamara por su nombre [...]. Miguel de Cervantes, La ilustre fregona, en Novelas ejemplares. 7.*ed., Madrid, Catedra, 1985, II, pag. 196. Los cafés, los establecimientos y los almacenes se montan ala francesa; nosotros leemos en francés y pensamos en francés con el autor que leemos; los poetas, cuyos versos repetimos de memo- ria; los filésofos en cuyas obras vamos a beber la ciencia, el gas que nos alumbra, los ferrocarriles en que viajamos, la horma de nuestras botas, la hechura y el material de nuestros sombreros, hasta la boquilla en que fumamos, todo es extranjero, todo; nada nos pertenece, nada hemos inventado, nada es producto de la ini- ciativa de nuestras artes, de nuestra industria o de nuestros pen- sadores; nos hemos sentado en el camino de los adelantos, y ese camino, hoy por hoy, no es mds que uno; fuerza es que al volver a andar vayamos siguiendo las huellas de los que nos anteceden. Gustavo Adolfo Bécquer, La nena, en Obras completas. 13. ed. 1.‘ reimpr., Madrid, Aguilar, 1973, pags. 692-693. 9 Obsérvese que, en esta ocasién, no aparece coma entre la conjuncién pero y la interrogacién que le sigue. Sin embargo, en la misma obra se encuentran varios ejemplos en los que sf se emplea la coma para separar la conjuncién de la interrogacion (independientemente de que esta sea breve 0 no): —Pero, jy si él se empefia en que vaya? —Es muy débil... si insistimos, ceder4. —{Y si no cede, si se obstina? —Pero, ,por qué? (La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 586). La Academia no recoge en su Ortografia este uso de la coma; en otros trata dos podemos encontrar opiniones a favor (por ejemplo, José Polo, op. cit., pags. 323-324) y en contra (por ejemplo, José Martinez de Sousa, Diccionario de orto- arafia, op. cit. pig. 147). 20 Véase, como muestra, el anterior fragmento de La Regenta. 27 No quiero ir; me quedaré en casa. No hay nada para comer; tendremos que ir al supermercado. He sacado los billetes; salimos manana a las nueve. IV. Entre los miembros de un periodo largo cuando estos «{...] constan de mds de una oracién, por lo cual, o por otra causa, llevan ya alguna coma»?!: Obdulia, que habia aprendido en Madrid de su prima Tar- sila a premiar con sus favores a los ingenios preclaros, a los hijos ilustres del arte y de la ciencia; no de otro modo que la tarde anterior habta vuelto loco de placer y voluptuosidad al sefior Bermudez, en premio de su erudicidén arqueoldgica, ahora vino a otorgar fortuitos y subrepticios favores al cocinero Vega- Hana con miradas ardientes, como al descuido, al oir una lumi- nosa teorta acerca de la grasa de cerdo; un apretén de manos, al parecer casual, al remover una masa misma, al meter los dedos en el mismo recipiente, v. gr., un perol. Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 257. Pensé6 que este aiio todo saldria mejor; porque, aunque las cir- cunstancias no eran diferentes de las de afios anteriores, esta vez contaba con la ayuda de un magnifico equipo de colaboradores. Dos puntos (:) Los dos puntos indican una pausa algo mayor que la de la coma, intermedia entre esta y el punto; el escritor debe decir a continuaci6n algo que encierre realmente interés”. Se emplean los dos puntos: I. Antes de la ampliacién o desarrollo de una proposicién general: 21 Real Academia Espafiola, Ortografia, op. cit., § 45.1, y Esbozo, op. cit., $18.50. 22 Mario Linares, op. cit., pag. 98. 28 Despacito y buena letra: el hacer las cosas bien importa mds que el hacerlas. Antonio Machado, «Proverbios y cantares», Nuevas canciones en Poesias completas, 9.! ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1983, n.° XXIV, pég. 271. La estaci6n convida a mirarnos el alma, Platero. Ahora ten- dremos otro amigo: el libro nuevo, escogido y noble. Y el campo todo se nos mostrard abierto, ante el libro abierto, propicio en su desnudez al infinito y sostenido pensamiento solitario. Juan Ramén Jiménez, «Viiieta», Platero y yo, 10.* ed., 3.* reimpr., Madrid, Aguilar, 1977, pag. 231. El gitanito, a la luz de un farol, cuenta un monton de cal- derilla. El dia no se le dio mal: ha reunido, cantando desde la una de la tarde hasta la once de la noche, un duro y sesenta céntimos. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Catedra, 1988, pag. 127. Por ello, en muchas ocasiones, se anteponen a una enume- racién, y es obligado cuando a esta le precede un elemento cata- férico: Los mejores jugadores del equipo son los siguientes: Juan, Luis y Antonio. Creo que los hermanos de Juan Castro Lucena son tres: Ana, Silvia y Rafa. Aunque no es incorrecto, es preferible evitar los dos puntos en oraciones como estas (pues, como hemos dicho, debe justi- ficarse el «suspense»): Los mejores jugadores del equipo son [:] Juan, Luis y Anto- nio. (A no ser que pretendamos revelar, por ejemplo, a los gana- dores de un trofeo o premio.) Los hermanos de Juan Castro Lucena son [:] Ana, Silvia y Rafa. 29 Tampoco deben ponerse los dos puntos detrds de una prepo- sici6n. Es incorrecto, por tanto, el uso que de ellos se hace en el siguiente texto: Ni se plantea el problema matrimonial mds allé de lo que tiene de estrecha relacién humana, quiero decir apelando a exi- gencias del matrimonio cristiano como sacramento —el entre- més no consentia tema tan grave— y todo se concluye en: mas vale el peor concierto que no el divorcio mejor. Prélogo de Miguel de Cervantes, Entremeses, 3.* ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1980, pig. 18. II. Antes de la sentencia en la que se recogen las conclusio- nes, causas, consecuencias, etc., 0 se resume lo expuesto con anterioridad: Cuando se fue a servir al rey dejé sus cuartos en la caja pos- tal y, cuando lo licenciaron, retiré su dinero y compré una pana- deria; en doce aitos habia ahorrado veinticuatro mil reales, todo lo que gané: algo mds de una peseta diaria, unos tiem- pos con otros. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Catedra, 1988, pag. 106. Luego, se sintid otra vez sereno, La mujer se habia incor- porado. En efecto, era bajita: sus pies solo rozaban el suelo. El pelo teftido dejaba ver un fondo negro bajo la marafia desor- denada de rizos rubios. Mario Vargas Llosa, La ciudad y los perros, Barcelona, Seix Barral, 1983, pag. 94. Suspendieron todos los preparativos, anularon las invita- ciones, se lo comunicaron a sus padres y a los amigos mds cer- canos: no se casarian ese aito. III. En los casos de estilo directo, antes de la cita literal: —No sé qué responderos —dijo Peralta—, si no es traeros a la memoria dos versos de Petrarca, que dicen: Che chi prendre diletto di far frode; 30 Non si de’lamentar s*altri l"inganna. Miguel de Cervantes, Novela del casamiento engajfioso, en Novelas ejemplares. 7 ed., Madrid, Catedra, 1985, II, pag. 291. El caballero replic6é: «No me convenia ni era necesario lle- var ami tierra tanta baluma de drboles y carga de edificios, que alld tenemos muchos y muy buenos. Demds que no les tengo la aficién que alos caballos, y lo que de otro modo que por pin- tura no puedo gozar, eso huelgo de llevar». Mateo Alemin, Guzmdn de Alfarache, en Novela picaresca espaiiola, 1.81, 1. IV. Se pueden utilizar antes de exponer un ejemplo, como se ve en muchos lugares de este libro. V. Se emplean los dos puntos por convencién: 1. Detras del encabezamiento de una carta: Queridos amigos:El [el] tiempo, que hasta aqui se mante- nia revuelto y mudable, ha sufrido ultimamente una nueva e ines- perada variacién, cosa, a la verdad, poco extrafia a estas alturas, donde la proximidad del Moncayo nos tiene de continuo, como a los espectadores de una comedia de magia, embobados y sus- pensos con el rdpido mudar de las decoraciones y las escenas. Gustavo Adolfo Bécquer, Desde mi celda. Carta IV, en Obras completas, 13. ed., 1.4 reimpr., Madrid, Aguilar, 1973, pag. 540. Querida Susana: Me gustaria que me enviases informaci6én sobre los cruce- ros que organiza tu agencia para este verano [...]. 2. Después de la conjuncién que introducida por verbos como exponer, hacer constar, decir, etc., en los textos juridicos y administrativos”*: 23 En las cartas, si no se cambia de renglén, es preferible utilizar detrds de los dos puntos la miniscula (José Polo, op. cit., pags. 313-314). 24 Tan solo en estos casos la conjuncién que puede preceder a los dos puntos. 31 D. Rafael Castro Lucena, con DNI 25 300 098, hace constar que: Habiendo recibido el informe correspondiente al aio 1995 [...]. 3. En las bibliografias también puede separarse con dos pun- tos el nombre del autor del titulo de la obra: COROMINAS VINAS, J.: Introduccién al control de procesos por ordenador, Universidad Politécnica de Barcelona, 1976. En la Ortografia de la Academia se afirma: «Después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra maytiscula o mintiscula el vocablo que sigue»?°. Sin embargo, se suele utili- zar la miniscula, excepto en los siguientes casos: a) sial cambiar de renglén se quiere destacar de un modo espe- cial cada uno de los puntos o apartados de una enumeraci6n; b) tras los encabezamientos de cartas, sentencias, etc.; c) al iniciar las citas de textos que comienzan en el origi- nal con maytscula”®. Puntos suspensivos (...) Los puntos suspensivos estén compuestos por tres puntos consecutivos, y solo tres. Bien utilizados son, sin duda, un ver- dadero recurso expresivo, pues con ellos el autor puede, por ejemplo, mantener el suspense 0, incluso, exigir la participa- cidn del lector al obligarle a completar la frase. Se emplean en los siguientes casos: I. Para expresar duda, temor, emoci6n, etc.: Cuando al despuntar la mafana me veias tomar la balles- ta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus 25 Op. cit., § 46.5. 26 Véanse a este respecto, J. Polo, op. cit., pags. 189-190.; J. Martinez de Sousa, Diccionario de oriografia, op. cit., pig. 166; y L. Gomez Torrego, Manual del espanol correcto, 5.* ed., Madrid, Arco/Libros, 1994, I, pag. 98. 32 matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, juna locura! El dia en que salté sobre ella con mi Relampago, cret haber visto bri- Uar en su fondo una cosa extrafa..., muy extraiia...: los ojos de una mujer. Gustavo Adolfo Bécquer, Los ojos verdes, en Obras completas, 13.‘ed., 1.4 reimpr., Madrid, Aguilar, 1973, pg. 137. VICTOR Qué coses? YERMA Corto unos pafiales. VICTOR iVamos! YERMA (Rie.) Los voy a rodear de encajes. VICTOR Si es nifia le pondrds tu nombre. YERMA (Temblando.) ¢Como?... VICTOR Me alegro por ti. YERMA (Casi ahogada.) No..., no son para mi. Son para el hijo de Maria. Federico Garcfa Lorca, Yerma, en Bodas de sangre. Yerma, 9. ed., Madrid, Bspasa-Calpe, 1981, pags. 138-139. II. Para evitar palabras faciles de sobrentender 0 malso- nantes: —Ya le he dicho, sefior comisario —respondié Pasamonte—, que se vaya poco a poco; que aquellos sefnores no le dieron esa vara para que maltratase a los pobretes que aqui vamos, sino para que nos guiase y llevase adonde Su Majestad manda. Sino, ipor vida de... basta!, que podria ser que saliesen algtin dia en la colada las manchas que se hicieron en la venta; y todo el 33 mundo calle, y viva bien, y hable mejor, y caminemos; que ya es mucho regodeo este. Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, cap. XX. TRI.— Sosia amigo, otro seso mas maduro y experimentado que no el mio era necesario para darte consejo en este negocio. L...]. Queria vender su cuerpo a truque de contienda. Oyeme, y si asi presumes que es, armale trato doble, cual yo te diré: que quien engajia al engafiador... y me entiendes. Y si sabe mucho la rapo- sa, mds el que la toma. Contraminale sus malos pensamientos, escala sus ruindades cuando mds segura la tengas, y cantards des- pués en tu establo: uno piensa el vayo, otro el que lo ensilla. Fernando de Rojas, La Celestina, 10. * ed., Barcelona, Bruguera, 1980, pig. 297. Ill. En enumeraciones, para indicar que son muchos los tér- minos que podrian citarse: Ah, conmovedora dofia Emilia, de quien poco tiempo antes un jovenzuelo de diecisiete afios, que huia de las aulas para esca- par cada manana a la Biblioteca Nacional, se habia leido mucha, mucha novela, mucho, muchisimo cuento, mezclados a los rela- tos de sus compaiieros: Alarcén, Valera, Pereda, Galdos... Vicente Aleixandre, Poesta y prosa. Biografta, Barcelona, Bruguera, 1982, pigs. 408-409. Son muchas las provincias que tienen problemas con el abastecimiento de agua: Almeria, Sevilla, Granada, Valencia, Alicante... IV. Los puntos suspensivos se usan entre corchetes (|...])”” para indicar la omisién de parte de un texto copiado literalmen- te. Silos puntos suspensivos no se hallan al final de la cita, debe respetarse antes y después la puntuacién del texto original: 27 No debe usarse el paréntesis (...), pues cualquier manipulacién que se haga del texto original debe ir entre corchetes. Tampoco conviene olvidar que si de vez de sangrar el texto en pérrafo aparte se utilizan las comillas, los puntos entre cor- chetes deben ir dentro de ellas, y que la puntuacién antes y después de las comi- llas dependeré del contexto en que se encuentren. 34 Dejandola con esta preocupacion se fue al marido y le dijo lo mismo. Cuando este lleg6 a su casa y vio a su mujer triste y que ya no se alegraban el uno con el otro, quedaron los dos atin mds preocupados. Al salir el marido le dijo la falsa mujer a la buena esposa que, [...], buscaria a algtin hombre que supie- ra hacer algin encantamiento con que su marido perdiera la mala voluntad que le estaba mostrando. La mujer, deseosa de vivir con su marido en la misma armonia que antes, le dijo que le agradeceria mucho que lo hiciera. Don Juan Manuel, El conde Lucanor, 10. * ed., Madrid, Castalia, 1981, pag. 154. Cuando los puntos suspensivos entre corchetes se encuentren al final de Ja cita, la puntuacion detras de las comillas depen- derd del contexto; si la cita est4 sangrada, puede escribirse punto después de los puntos suspensivos entre corchetes: El siguiente fragmento pertenece a la obra de don Juan Manuel E] conde Lucanor: Dejandola con esta preocupacion se fue al marido y le dijo lo mismo. Cuando este lleg6 a su casa y vio a su mujer triste y que ya no se alegraban el uno con el otro, quedaron los dos atin mds preocupados. Al salir el marido le dijo la falsa mujer ala buena esposa que, [...]. buscaria a algtin hombre que supie- ra hacer algiin encantamiento con que su marido perdiera la mala voluntad que le estaba mostrando [...]. Don Juan Manuel, El conde Lucanor, 10. * ed., Madrid, Castalia, 1981, pag. 154. Punto (.) De los signos de puntuaci6n, es el punto el que indica una pausa mayor®. Se escribe punto y seguido entre oraciones con sen- tido completo relacionadas entre sf; el punto y aparte indica que 2 4s la mayor pausa sint4ctica que la ortografia sefiala. En la lectura, la duracién de la pausa indicada por el punto puede variar m4s o menos, segiin el sentido y la interpretacion del lector; pero en todo caso, es mayor que la que sefiala lacoma y el punto y coma» (Real Academia Espafiola, Ortografia, op. cit., § 47, y Esbozo, op. cit., § 1.8.5). 35 tratamos de un asunto o tema diferente del expuesto inmediata- mente antes”, y el punto y final marca la conclusién del texto. Véanse estos distintos usos del punto en el siguiente ejemplo”: Angeles, la hermana de Romédn, vino con nosotros a la azo- tea. Al mirar la primera prueba, Romdn y yo nos contemplamos sin decirnos una palabra. Sobre la cabeza de Angeles se veia una sombra blanca de mujer de facciones parecidas a las suyas. En la segunda prueba se veia la misma sombra, pero en distinta actitud: inclinéndose sobre Angeles, como hablandole al oido. Nuestro terror fue tan grande, que Romdn y yo nos quedamos mudos, paralizados. Angeles miré las fotografias y sonrid, son- rid. Esto era lo grave. Yo sali de la azotea y bajé las escaleras de la casa trope- zando, cayéndome, y al llegar a la calle eché a correr, perse- guido por el recuerdo de la sonrisa de Angeles. Al entrar en casa, al pasar junto aun espejo, la vi en el fondo de la luna, son- riendo, sonriendo siempre. ¢Quién ha dicho que estoy loco? ;Miente!, porque los locos no duermen, y yo duermo... Ah! ¢Cretais que yo no sabia esto? Los locos no duermen, y yo duermo. Desde que naci, todavia no he despertado. Pio Baroja, Médium, en Cuentos, 13.* ed., Madrid, Alianza, 1984, pag. 22. También se escribe punto, aunque no indica pausa alguna: I. Después de las abreviaturas*!: 29 Se emplea también en los didlogos cada vez que un personaje diferente toma la palabra, si el texto no requiere otro signo ortogrfico. 30 Obsérvese también el uso de los espacios en blanco. A este respecto dice Ja Academia: «En la escritura, se le llama punto y seguido (0 punto seguido), cuan- do el texto contintia inmediatamente después del punto en el mismo renglén, o en el siguiente sin blanco inicial; y punto y aparte (o punto aparte), cuando termina parrafo, y el texto continda en otro renglén mds entrado 0 més saliente que los demis de la plana. Por ultimo, punto final es el que acaba un escrito o una divi- sion importante del texto (parte, capitulo, etc.). = [...] = Resta advertir que en toda clase de escritos suelen hacerse después del punto final ciertas separaciones 0 divi- siones llamadas pdrrafos, cada una de las cuales ha de empezar en renglén distin- to de aquel en que acabe el anterior, y més adentro que las otras Iineas de la plana. Deben principalmente usarse tales divisiones cuando se va a pasar a diverso asun- to, o bien a considerar el mismo desde otro aspecto» (Esbozo, op. cit., §1.8.5f). 3! Sin embargo, los simbolos de! Sistema Internacional no van seguidos de punto: Este coche puede alcanzar los 200 km/h en una buena carretera. 36 «Mas por agradar a v, m. que por hacer lo que me impor- taba, he dejado la compania; que, para mi, cualquiera sin la suya es soledad. Ya seré tanto mds suyo, cuanto soy mds mio. Aviseme cuando habré locutorio, y sabré juntamente cudndo tendré gusto», etc. Francisco de Quevedo, E! Buscdn, Madrid, Cétedra, 1983, pag. 267 A este respecto, véanse la pag. 8 y ss. El Excmo. Sr. Rector asistird a la ceremonia de inaugura- cidn del curso académico. Por tanto, se puede escribir punto después de cada una de las letras que constituyen una sigla (R.A.E, C.S.I.C., T.V.E.). Sin embargo, la tendencia actual es la de no ponerlo, pues las siglas son un caso especial de abreviaturas, y esto es debido a que no todas las siglas se forman con la primera letra de cada una de sus palabras, lo que complica el empleo de los puntos (AVIACO, BANESTO). Por ello, es preferible escribir las siglas sin punto alguno, antes que emplearlo mal, o de forma chocante. Amador sabe que Muecas tiene MNA. El Illinois importa- do no ha de haberse perdido del todo. Tras el transporte en cua- trimotor o tal vez bimotor a reacci6n, con seguro especial y paga de prima y examen con certificado del servicio veterina- rio [...], ha venido luego el transporte a manos del Muecas [...]. Luis Martin-Santos, Tiempo de silencio, 21.* ed., Barcelona, Seix Barral, 1983, pag. 11 II. Antes de las fracciones de la hora (9.30 A primera sesion), excepto cuando se indica el tiempo invertido en una competicion (el ciclista hizo un tiempo de 5:30:27). Se escriben sin punto los nimeros de cuatro o mas cifras y los ntimeros de teléfono*”. Asi mismo, conviene recordar que la costumbre mds exten- dida es la de escribir el ntimero que remite a una nota final 0 a pie de p4gina antes del punto y volado o entre paréntesis®. ® Para los mimeros y su escritura, véase Manuel Alvar Ezquerra y Antonia M2 Medina Guerra, op. cit., pags. 143-146. 33 Véase el capitulo «Pautas técnicas para la redaccién y normas para la pre- sentacién de texto». 37 Los signos de puntuacién y otros signos ortograficos Las comillas** La puntuaci6n dentro y fuera del entrecomillado dependera de la estructura de la frase. Las reglas mas generales a este res- pecto son las que exponemos a continuacién: I. El punto se pone fuera de las comillas si se abrieron una vez iniciada la frase. En cambio, si las comillas abarcan toda la frase, el punto se escribe dentro del entrecomillado: Solia curar de balde a los amigos; pero si la enfermedad se agravaba, se inhibia, mandaba llamar a otro y no se ofendia. «El no servia para ver morir a una persona querida.» Al lado de sus enfermos siempre estaba de broma. «—;Con- que se nos quiere usted morir, senior Fulano? Pues vive Dios que lo hemos de ver..., etcétera.» Esta era una frase sacramental; pero tenia otras muchas. Asi se habia hecho rico. No usaba muchos términos técnicos; porque, segtin él, a los profanos no se les ha de asustar con grie- go y latin. No era pedante, pero cuando le apuraban un poco, 4 En espaiiol se emplean las comillas latinas (« »), las comillas inglesas (*”) y las comillas sencillas 0 simples (’). Para el correcto uso de este y de los restantes signos auxiliares, véase Manuel Alvar Ezquerra y Antonia M.* Medina Guerra, op. cit., pags. 212-214. 38 cuando le contradecian, invocaba el sacrosanto nombre de la ciencia, como si llamase al comisario de policia. «La ciencia manda esto, la ciencia ordena lo otro.» Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 321. Le prometi devolvérselo en mi cumpleaios y él se rid y dijo: «por supuesto. Me pagards cuando puedas. Toma». Cuando tuve el sol en el bolsillo, me puse feliz y esa noche no dormi. al dia siguiente bostezaba en clase todo el tiempo. Tres dias después dije ami madre: «voy a almorzar en Chucuito, donde un amigo». En el colegio, pedi permiso al profesor para salir media hora antes, y como yo era uno de los mas aplicados me dijo que bueno. Mario Vargas Llosa, La ciudad y los perros, Barcelona, Seix Barral, 1983, pag. 99. IL. Lacoma, el punto y coma y los dos puntos del perfodo en el que se halla el entrecomillado se escriben siempre después de las comillas de cierre (», ”, *): BERGANZA.—Digo, pues, que yo me hallaba bien con el oficio de guardar ganado, por parecerme que comia el pan de mi sudor y trabajo, y que la ociosidad, ratz y madre de todos los vicios, no tenia que ver conmigo, a causa que silos dias holgaba, las noches no dormia, ddndonos asaltos a menudo y tocdndonos a arma los lobos; y apenas me habian dicho los pastores: «jAl lobo, Barci- no!», cuando acudia, primero que los otros perros [...]. Miguel de Cervantes, Novela y coloquio que pasé entre Cipidn y Berganza [...], en Novelas ejemplares, 7." ed., Madrid, Catedra, 1985, II, pag. 310. La raya Para el correcto uso de este signo deben seguirse las siguien- tes consideraciones: I. Las rayas, como el paréntesis 0 las comillas, no guardan espacio con lo que se escribe dentro de ellas*’, sf lo guardan con la palabra antecedente y siguiente (si la hay): 35 Salvo en la enumeracién de conceptos 0 cuando se utiliza para suplir a una palabra escrita con anterioridad, por ejemplo, en las bibliografias. 39 El sacristdn era sastre. Y cuando el dia primero de afto iban a felicitarle por ser el de su santo —su santo patrono era el mismo Jestis Nuestro Sefior—, queria don Manuel que todos se le presentasen con camisa nueva, y al que no la tenia se la rega- laba él mismo. Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mdrtir, Madrid, Catedra, 1982, pag. 101. Il. En cuanto a la puntuacién dentro y fuera de la raya, ha de tenerse en cuenta: 1. Los signos de puntuacién correspondientes al perfodo en el que van insertas las rayas se colocan detrds de estas (solo los puntos suspensivos pueden ir delante de Jas rayas): —Perucho... —murmuré Gabriel Pardo, como si se le atra- ganiase el nombre—. Perucho... es un muchacho de poca edad. —Poca edad... jQuién me diera en la suya! —exclamé el hidalgo, respirando por la herida de su decadencia fisica—. jA esa edad, que la echen a uno encima disgustos y leguas de mal camino! [...]. Emilia Pardo Bazan, La madre naturaleza, 5.* ed., Madrid, Alianza, 1984, II, pag. 60. 2. La puntuacion dentro de las rayas es independiente del resto del periodo. —Te queda bien el uniforme —dijo Teresa, en voz baja, des- pués de unos segundos. —No me gusta el uniforme —dijo él, con una furtiva son- risa—. Me lo quito apenas llego a mi casa. Pero hoy no he ido a Miraflores. Hablaba sin mover los labios y su voz era blanca, hueca. —{ Qué ha pasado? —pregunté Teresa—. {Por qué estds asi? ¢Te sientes mal? Dime, Alberto. —No —dijo Alberto, desviando la mirada—. No tengo nada. Pero no quiero ir a mi casa ahora. Tenia ganas de verte —se pasé la mano por la frente y el pliegue se borré, pero solo un instante—. Estoy en un problema. Mario Vargas Llosa, La ciudad y los perros, Barcelona, Seix Barral, 1983, pag. 233. 40 «Si —pensaba el ex regente, mientras el Magistral volvia a enumerar los sacrificios de amor propio, pundonor y otras muchas cosas que exigia la religion a un buen cristiano a quien su mujer enganaba—, si, he estado ciego, me he portado indig- namente, he debido matar a Mesia de una perdigonada, sobre la tapia, o si no, correr en seguida a su casa y obligarle a batir- se a muerte acio continuo; el mundo lo sabe todo, Vetusta ente- ra me tiene por... un... por un...», y saltaba don Victor cerca del techo al oirse a si mismo en el cerebro la vergonzosa palabra. Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, 1984, pag. 722. III. Por razones estéticas: 1. Se suele suprimir la segunda raya cuando coincide con punto y aparte o punto final: —jSon misteriosos los caminos de la Providencia! —sentencié el anarquista. L..] —Y admirarla! —afiadié Augusto. —Admirarme? —exclamé Eugenia. Miguel de Unamuno, Niebla, 5.* ed., Madrid, Catedra, 1985, pag. 145. 2. No deben dividirse palabras con guiones cerca de las rayas y, cuando las rayas encierran un inciso, hay que procurar que no quede al final o principio de linea: Se habla, por ello, del uso de la coma cuando el sujeto es muty largo, a manera de excepcion de la norma —seméntica-sin- tagmdtica— de que no se puede provocar ruptura entre el suje- to y el predicado, etc. EI paréntesis Como sucede con las comillas, el punto se pone fuera del paréntesis si este se abrié una vez iniciada la frase. En cambio, si abarca toda la frase, el punto se escribe dentro de él, excep- to cuando, detras de una cita literal, y en el mismo rengl6n, se encierra entre paréntesis el autor o la obra de la que se toma; en 4] este caso es preferible que el punto vaya detras*®. Véanse los siguientes ejemplos: Desde la madrugada anterior, ella se habia sofiado muchas veces, dirigiendo el firme revdlver, forzando al miserable a con- fesar la miserable culpa y exponiendo la intrépida estratage- ma que permitiria a la Justicia de Dios triunfar de la justicia humana. (No por temor, sino por ser un instrumento de la Jus- ticia, ella no queria ser castigada.) Luego, un solo balazo en mitad del pecho rubricaria la suerte de Loewenthal. Pero las cosas no ocurrieron asi. Jorge Luis Borges, El Aleph, 14. ed., Buenos Aires, Alianza, 1984, pag. 67. Matas explicd al abogado la misma historia que a sus conocidos prepotentes, un poco deformada (porque la expe- riencia le habia aconsejado). Contada descarnadamente, su mismo amigo ardillesco podria negarse a tomar cartas en el asunto. Luis Martin-Santos, Tiempo de silencio, 21.* ed., Barcelona, Seix Barral, 1983, pag. 235. En cuanto a la puntuacién dentro y fuera del paréntesis, véase lo dicho para las rayas. Valgan como ejemplos los siguientes: Su carro andaba siempre repleto de roncaroleros de trece, catorce, quince aiios y, los damingos, se aparecia en el «Waikiki» (hazme socio, papa, la tabla hawaiana era el mejor deporte para no engordar y él también podria ir, cuando hiciera sol, a almor- zar con la vieja, junto al mar) con pandillas de criaturas [...]. Mario Vargas Llosa, Los cachorros, Madrid, Cétedra, 1982, pag. 118 En el afio de quinientos cincuenta y cinco, reinando en Espaiia el glorioso rey godo Atanagildo, sucedi6 en esta ermi- 2 Los nombres del autor y su obra se ponen entre paréntesis cuando siguen a.una cita, Cuando el paréntesis se halla inmediatamente después de la cita textual, es preferible que el punto aparezca detrés de él; pero si se pone en otra linea y san- grado con respecto a la cita, entonces el punto va dentro del paréntesis. Véase, por ejemplo, los textos que utilizamos como ejemplos en este libro. 2 ta que dos judios, cuyos nombres eran Sacao y Abisdin, vinien- do de su huerta de Campo Rey (que hoy nuestro hispanismo lama Huerta del Rey), pasando por esta ermita y viéndola sola, hallando tiempo oportuno a su intento, por el rencor que tiene el judaismo con Cristo Sefior Nuestro, se determinaron, joh bar- bara obstinacién!, a ultrajar su verdadero retrato, que estaba en el altar mayor (que es del cedro que ellos trajeron de Jeru- salén para la sinagoga, que la tenian donde esté hoy Santa Marta la Blanca), y asi lo hicieron [...]. Gustavo Adolfo Bécquer, «El Cristo de la Luz», Historia de los templos de Espafa, en Obras completas. 132 ed., 1." reimpr., Madrid, Aguilar, 1973, pag. 919. Los corchetes”” Como hemos visto, los puntos suspensivos van entre cor- chetes ([...]) para indicar la omisién de parte de un texto copia- do literalmente. La puntuaci6n antes y después de ellos depen- dera de si se hallan o no al final de la cita’*. Los signos de entonacién Los signos de entonacién son los de exclamaci6n (j!) € inte- rrogacion (j,?). En espafiol, a diferencia de otras lenguas, los sig- nos de exclamacién e interrogaci6n se ponen al principio y al final de la palabra, sintagma, frase u oracién que deban Ilevar- los. Los signos de aperturas son (;) y (i). y los de cierre, (!) y (2). Para el uso correcto de estos signos deben atenderse las siguientes consideraciones: 1. No siempre los signos de exclamacién o interrogacién abren el periodo. Estos deben colocarse donde comience la exclamacion o la pregunta: 57 Conviene recordar que, entre otros usos, se emplea el corchete para enmar- car los incisos dentro de un periodo que ya va entre paréntesis, Para este y otros empleos del corchete, véase Manuel Alvar Ezquerra y Antonia M.* Medina Guerra, op. cit., pags. 218-220. 38 Véase lo que a este respecto hemos dicho al ocuparnos de los puntos sus- pensivos. 43 —Pero mis semillas, mis semillas, ¢quién me las ha echa- do a rodar? —El gato, ;qué duda tiene? El gatito pequefio, el Moreno, el mismo que habrd llevado el guante ala glorieta..., jes lo mds urraca! Leopoldo Alas, Clarin, La Regenta, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pag. 459. 2. Como hemos visto, a los signos exclamativos o interro- gativos de cierre (!, ?) les pueden seguir coma, punto y coma o puntos suspensivos, pero nunca punto. Valga como ejemplo el anterior fragmento de La Regenta. 3. La exclamacién y la interrogacién se colocan antes de los puntos suspensivos si el enunciado tiene sentido completo, y detras si no lo tiene: DIONISIO. Yo estoy borracho... Yo no quiero beber... Mi cabeza zumba... Todo da vueltas a mi alrededor... ; Pero soy feliz! ;Yo nunca he sido tan feliz...! [...]. Pero maiiana... maiia- na. (De pronto, fijdndose en buby.) ¢Ti tienes algo interesan- te que hacer majana...? Yo, si... Yo voy a una fiesta! ;A una gran fiesta con flores, con misica, con nifias vestidas de blan- co..., con viejas vestidas de negro...! Con monaguillos..., con muchos monaguillos... ;Con un millén de monaguillos! [...]. ¥ luego, un tren... Y un beso... Y una ldgrima de felicidad... ;Y un hogar! ;¥ un gato! ;¥ un nifio...! ¥ otro nifio... ;Yo no quie- ro emborracharme...! {Yo la quiero...! [...]. Miguel Mihura, Tres sombreros de copa, 7.* ed., Madrid, Cétedra, 1983, pdg. 112. 4. Cuando las exclamaciones 0 interrogaciones son cortas y van una detrds de otra, todas, excepto la primera, pueden comenzar con mintscula. Se separan por coma o punto y coma: RAQUEL (Ay de mi triste!, iqué confusidn!, ;qué susto! Vicente Garcfa de la Huerta, Raquel, jomada III. 5. Se pueden volver a utilizar los signos de exclamacién o interrogaci6n dentro de un perfodo exclamativo o interrogativo: 44 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Estilos de puntuacién Las reglas anteriores nos permitiran utilizar los signos de puntuacién sin que, objetivamente, sobre ni falte ninguno, es decir, ateniéndonos a criterios puramente normativos y, por lo tanto, a una puntuacion neutra, funcional o bdsica. Sin embar- go, algunos de los usos que hemos comentado aqui son, 0 pue- den serlo, facultativos u opcionales, por ejemplo, la coma entre un sujeto extenso y su predicado, entre un complemento corto y su verbo, o el empleo de punto y coma delante de las adver- sativas cortas. Estos y otros usos estarian en los linderos de la puntuacion estilfstica, y tan solo en el contexto de la puntua- cién estilistica se pueden utilizar, como hace José Polo, los tér- minos de puntuacién trabada y puntuacidn suelta: Convendria aclarar que los conceptos de puntuacién traba- da y suelta no parece que deban inducirse «superficialmente» por la mera presencia de tal 0 cual cantidad de estos signos. Con este criterio obtendriamos, realmente, muy poca informacién al respecto; pues, aun descartando el caso de juicio erréneo por estar mal puntuado el texto, no poseen el mismo valor diez sig- nos puntuarios, por ejemplo, en un texto en donde podrian ir quince o veinte —en cuyo caso esos diez signos significarian puntuacidn suelta— que en un texto en donde no podrian ir mas. En este segundo caso, se trataria de puntuaci6n trabada si cabe poner algunos menos, y neutra si no hay tal posibilidad de sumar 0 restar: si estén los tinicos posibles. Asi, pues, parece 46 conveniente reservar estos dos términos, ‘suelta’ y ‘trabada’, para el contexto de puntuacién estilistica —donde haya varian- tes facultativas u opcionales y no combinatorias u obligato- rias—, y no para el de puntuacién funcional o basica (esto no niega que los hechos estilfsticos sean funcionales en su propia concentricidad 0 estrato)*!. Como admite el mismo José Polo, su manera de puntuar se encuadraria, sin duda, dentro de la puntuacién trabada; valga como ejemplo el texto transcrito mds arriba que podria haber- se escrito con una puntuacién algo més suelta del siguiente modo: Convendria aclarar que los conceptos de puntuacion traba- da y suelta no parece que deban inducirse «superficialmente» por la mera presencia de tal 0 cual cantidad de estos signos. Con este criterio obtendriamos realmente muy poca informacién al respecto; pues, aun descartando el caso de juicio erréneo por estar mal puntuado el texto, no poseen el mismo valor diez sig- nos puntuarios, por ejemplo, en un texto en donde podrian ir quince o veinte —en cuyo caso esos diez signos significarfan puntuacién suelta— que en un texto en donde no podrfan ir mas. En este segundo caso se trataria de puntuacién trabada si cabe poner algunos menos, y neutra si no hay tal posibilidad de sumar 0 restar: si estén los tnicos posibles. Asi, pues, parece conveniente reservar estos dos términos, ‘suelta’ y ‘trabada’, para el contexto de puntuaci6én estilistica —donde haya varian- 41 José Polo, op. cit., pag. 108. Iustra los distintos tipos de puntuacién con numerosos ejemplos (véanse la pég. 109 y ss.). Especialmente interesante es el apartado titulado «Norma y experimento en la puntuaci6n literaria: introduccién te6rica», en el que pone de relieve «{...] que no existe, en principio, ninguna pun- tuaci6n literaria especial: existe un sistema de puntuaci6n que es aprovechado, solo en parte, en las situaciones que nos plantean los temas y Ja intenci6n anexa en lo que escribimos normalmente; y que pueden presentarse situaciones semaén- tico-prosédicas tan complejas en cualquier continuo del hablar —sea literario 0 no—, que, al traducirlo al sistema gréfico, nos vemos obligados a salirnos de la norma —porque la conocemos—, a llevar el sistema de representaci6n gréfica més alld de lo usual» (pag. 116). Es mas, «Una puntuacién especial caracteriza a su autor, independientemente de que sea errénea 0 no (punto de vista normativo). Acontece, sin embargo, que en este terreno de lo normativo, no sabemos qué es lo especial: si la buena o la mala puntuacién. De hecho, parece mds general la mala puntuacién; por lo tanto, una buena puntuacién serfa més caracterizante o estilis- tica: nos daria mds informacién del escrito en cuestién» (pag. 117). 47 tes facultativas u opcionales y no combinatorias u obligato- rias—., y no para el de puntuacion funcional o basica (esto no niega que los hechos estilisticos sean funcionales en su propia concentricidad o estrato). Otro ejemplo de puntuaci6n trabada es el siguiente texto: Bernardo acabé su lectura con la carta de Laura, copiada en el diario de Eduardo. Sintié un deslumbramiento: induda- blemente [,]*? la que alli gritaba su angustia era aquella aman- te desconsolada de quien le hablaba Oliverio la noche anterior, la querida abandonada de Vicente Molinier. Y Bernardo com- prendia [,] de pronto [,] que era ain el tinico, gracias a la doble confidencia de su amigo y del diario de Eduardo, en conocer el doble aspecto de la intriga. Representaba aquello una ven- taja que no conservaria mucho tiempo; tratdbase de actuar rdpida y prudentemente. Adopté en seguida una resolucidn: sin olvidar [,] por otra parte [,] nada de lo que habia leido primero. André Gide, Los monederos falsos, Barcelona, Seix Barral, 1984, pag. 128. Una puntuacién mds suelta presenta este fragmento de Cabre- ra Infante: En Africa hay pocos rios tan hondos que obliguen a una bestia enorme como el elefante a nadar y corriente es ver las manadas migratorias vadeando corrientes. A menudo el agua no llega mds alld de la rodilla (del elefante), pero a veces cubre todo el animal. Entonces caminaré sobre el lecho del rio, no dejando mds que la trompa fuera del agua, como periscopios respiratorios. G. Cabrera Infante, Tres tristes tigres, Barcelona, Seix Barral, 1984, pag. 331. Otra posibilidad hubiera sido puntuar como sigue: En Africa [,] hay pocos ros tan hondos que obliguen a una bestia enorme como el elefante a nadar [,] y corriente es ver las manadas migratorias vadeando corrientes. A menudo [,] el ® Si el autor hubiese optado por puntuar el texto con un estilo mds suelto, podria haber suprimido los signos de puntuacién que sc hallan entre corchetes. 48 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 0 PROBLEMAS MORFOSINTACTICOS aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. En determinadas circunstancias la persona del verbo no con- cuerda con el sujeto, aunque si el nimero. Los espaiioles no estamos de acuerdo con la situacién polt- tica del pats. (Correcto: Los espafioles no estén de acuerdo [...].) Los espaiioles no estais convencidos de que el pais salga adelante. (Correcto: Los espafoles no estén convencidos [...].) Aunque lo correcto seria concordar el sujeto los espanoles con una tercera persona del plural y no con una primera o segun- da del plural, Alarcos se muestra condescendiente en este caso“. Los colectivos se deben concordar siempre en singular*’, Sin embargo, en aquellos casos en que van seguidos de un comple- mento en plural unido por la preposicién de se permite la con- cordancia tanto en singular como en plural: Hay otros de pistas, pues, que van recogiendo todo lo que se ha marcado para balizar, todo lo que se ha utilizado para balizar o marcar las pistas por donde han ido transcurriendo cada itinerario de un esquiador; lo que es el &rea de oficinas, pues empiezan a hacer los balances finales, todo eso que se hace cuando se cierra una empresa. Manuel Santaella, La vida alegre, Canal Sur Radio, 10-IV- 94. La gente es cobista por estupidez y, a veces, sonrien aunque en el fondo de su alma sientan una repugnancia inmensa, una repugnancia que casi no pueden contener. Camilo José Cela, La colmena, Madrid, Catedra, 1988, pag. 54. *© «Si se considera que la tercera persona es extensiva, 0 sea, que puede uti- lizarse por las otras dos cuando no es necesaria su puntualizacién, no debe extra- fiar su uso en estos casos, donde la persona del verbo, por estar en plural, inclu- ye en su designaci6n a la primera o a la segunda persona junto con otras personas y es por tanto prescindible la concordancia» (Alarcos, op. cit., § 321). 47 A este respecto, dice Alarcos que «{...] el alejamiento respecto del sujeto explicito colectivo facilita la aparici6n del plural en el verbo: La pareja, toman- do los mosqueteros con ambas manos [...] empezaron a empujar suavemente a los préximos» (op. cit, § 322). Por su parte, Gili Gaya nos explica que «[...] el alejamiento produce en el que habla olvido o debilitamiento de la claridad de la forma gramatical empleada en el primer elemento, en tanto que permanece claro su sentido». Y puntualiza ademas que «es natural, por otra parte, que si los elementos relacionados se hallan en oraciones distintas, crezcan las posibi- lidades de descentramiento de la atencién» (op. cit., § 21). 55 Si el sujeto consta de dos o mas miembros en singular coor- dinados, se impone el plural en la forma verbal, salvo que dichos elementos se conciban como una unidad*’. El vino y el agua son el sustento del hombre. A veces el sujeto puede estar constituido por elementos coor- dinados que se refieren a distintas personas gramaticales. En este caso, la persona que se debe imponer en la forma plural del verbo sera siempre la segunda a la tercera y la primera a todas las demas*”, Juan, tui y yo llegaremos cualquier dia al final de este tor- tuoso e insufrible camino. Falta de concordancia en frases con se Las oraciones impersonales construidas con se se relacionan histérica y psicolégicamente con las de pasiva refleja, en las que el agente de la accion ocupa un segundo plano. Si en estas el suje- to paciente se referfa a persona, surgia una superposici6n de sig- nificados, de reciprocidad y pasividad. Con el fin de soslayar esta ambigiiedad, a partir del siglo XV se empieza a anteponer la pre- posicién a al sujeto pasivo y a inmovilizar el verbo en singular, ori- ginando oraciones activas de sujeto indeterminado, es decir, imper- sonales. Asi, en frases como Se aceptaron los nifios se evita la ambigiiedad formuldndola de la siguiente forma: Se acepté a los nifios. Este fenémeno, por analogia, se extendid mds tarde a todo 48 Cfr. Leonardo Gémez Torrego, Manual de espaiol correcto, tomo II, op. cit., pag. 407. El ejemplo que este autor nos proporciona es «[...] la com- pra y venta de automéviles ha aumentado este afio». El Esbozo de la Real Aca- demia puntualiza que si se disocian <{...] Jos sustantivos anteponiendo a cada uno de ellos el articulo o un demostrativo, la concordancia en plural tiende a impo- nerse» (Real Academia Espafiola, Esbozo, op. cit., § 3.6.8.). “© Bello en su Gramdtica lo explica asf: «“Vosotros, ellas y yo nos vimos expuestos a un gran peligro”; vosorras, ellas y yo concuerdan con vimos, primera persona de plural, y consiguientemente son reproducidos por nos» (Andrés Bello, Gramética de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, Ram6n Trujillo [ed.], Tenerife, Instituto Universitario de Lingiifstica Andrés Bello, Cabildo Insular de Tenerife, 1981, § 825). 56 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. jetivo, tiende a limitar su alcance al sustantivo que inmediatamente le sigue, y con ello la concordancia, puesto que se trata de una matizacién emotiva indiferenciada, que se puede propagar a todos los sustantivos sin necesidad de expresarla gramaticalmente*’»: El amor y la felicidad eterna no han visto atin la luz en esta vida que agoniza de dolor**. La oscura soledad y silencio me lanzaron sin remedio al abismo mds profundo, ese que no tiene retorno. Por otro lado, los determinantes (articulos, demostrativos, posesivos e indefinidos) generalmente deben acompaiiar a cada uno de los sustantivos que aparecen coordinados en el discurso y establecer una relacién de concordancia con ellos, debiéndo- se evitar expresiones como Mis perro y gata juegan todo el dia sin parar. (Correcto: Mi perro y mi gata /...].) Esta tarde he llegado a ver \os sol y luna al mismo tiempo. (Correcto: [...] el sol y la luna /...].) Esos coche y motocicleta estdn a la venta desde el mes pasado”, (Correcto: Ese coche y esa motocicleta /...].) Los titulos y formulas de tratamiento, idénticas para el mascu- lino y el femenino, deben concordar con el adjetivo (si funciona como predicativo o atributo) atendiendo al sexo de la persona a la que se refieren. Pero si el adjetivo funciona como adyacen- te se empleard el género femenino. —De todos los personajes de este drama, sefior Astarloa, usted ha sido el mds crédulo; el mds entranable y digno de lds- tima —las palabras parectan gotear lentamente en el silencio— Arturo Pérez-Reverte, El maestro de esgrima, Madrid, Alfaguara, 1992, pag. 268 57 Real Academia Espafiola, Esbozo, op. cit., § 3.6.10. En este mismo lugar también se nos dice que «[...] el adjetivo pospuesto, objetivamente descriptivo, ha de tender por lo general a sefialar su extensién miiltiple por medio de la con- cordancia en plural». °** En este ejemplo cabria la posibilidad de interpretar que el adjetivo eterna solo modifica al sustantivo felicidad y no también a amor. Véase la nota anterior. 5° Este tipo de construcciones disparatadas no obedecen mas que a una apli- caci6n inflexible de las reglas generales de la concordancia. 60 Si un sustantivo se refiere a una persona de sexo distinto al género que expresa, el adjetivo puede concordar con aquel®: Bienvenido sea la alegria de esta casa. Ayer se vefa cansado a Su Majestad el Rey. Concordancia de nimero En espajiol el numero se expresa con los morfemas -¢ para el singular, y con -s 0 -es para el plural, y se manifiesta en las siguientes categorfas de palabras: sustantivos, adjetivos, artfcu- los, pronombres y verbos. Pero, mientras el numero en los sus- tantivos y pronombres nos informa sobre si lo referido es uno (singular) o mds de uno (plural), en los adjetivos y articulos marca la relacién de concordancia, igual que sucede en el verbo donde se establece su relacién con el sujeto. No hay que olvidar que algunas palabras son invariables en cuanto al numero, es decir, no admiten nunca el singular, las llamadas pluralia tantum: viveres, enseres, gafas, etc., 0 no admiten el plural, las lamadas singularia tantum: caos, sed, salud, etc. El adjetivo, como regla general, concuerda con el sustanti- vo al que modifica; cuando acompaiia a varios se expresard en plural, aunque alguno aparezca en singular: El embrujo, el aullido y el estupor extremados nos redimen en la noche de los tristes recuerdos. 6 Lo mismo sucede con la aposicién y denominaciones carifiosas 0 iréni- cas del tipo vida mia, cielito, corazén, etc. (Esbozo, op. cit., § 3.6.4.): ;Qué boni- ta es mi cielito! ol La terminaci6n morfematica -s se usa para aquellos sustantivos que aca- ban en vocal dtona, mientras que -es se emplea para los que terminan en conso- nante distinta de s (en cuyo caso si Ja Ultima sflaba es dtona la oposicién singu- lar/plural solo se marcaré con la ayuda del articulo u otro determinante, pero si es t6nica seguiré la misma regla mencionada). En el caso de que una palabra acabe en vocal acentuada se adopta, por lo general, la terminacién -es (de mayor pres- tigio) compitiendo con -s (m4s coloquial y espontdnea); si bien, existen formas tinicas en -s. Véase para mds informacion el apartado El mimero: problemas. 61 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. su mujer le engafia? Coincidencias, enredos, agilidad y sorpre- sa nos llevardn a comprender que todos son engaiiados y mejor es «no decirlo». El Mundo, 23-11-94, 72a, La fisonomia de un invierno, tomado en su conjunto, es de por st diftcil de individualizar, y ya llevaba cinco avecindada en Madrid Andrea Barbero cuando vino a sentirse picada por la comez6n de desglosar de aquel que concluia, al calor de los primeros soles de marzo, el perfil de cada uno de los otros. Carmen Martin Gaite, Cuentos completos, Madrid, Alianza, 1989, pag. 10 La seftorita Matilde se acuerda de que el afio pasado subieron ellas alli de merienda, una tarde que se ahogaba uno en el valle, y, después de las fatigas de la escalada, solo se veian otros mon- tes muy cerca de aquél, tan cerca que daban ganas de subirselos también, porque entraba como una comez6n de llegar a lo llano. Carmen Martin Gaite, Cuentos completos, Madrid, Alianza, 1989, pég. 234 7. Los terminados en -r, como calor, color, etc. (pero no flor, segur, labor, mujer, etc.): La calor en Sevilla es, sencillamente, insoportable. Sudar en el momento que se entra en el recinto es lo mds comin para cualquiera que esté acostumbrado a brisas mediterrdneas. Sur, 6-IX-91, 51. 8. Los terminados en -s en su forma singular como apoca- lipsis, pus, etc. (a excepcidn de palabras como bilis, elipsis, pard- frasis, tesis, sintesis, apoteosis, pardlisis, etc., la mayoria de ellas son nombres de origen griego): El Simbolismo se precipitard en el apocalipsis surrealista y las muy diversas tentaciones del modernismo estético de la época (futurismo, dadaismo, etcétera). ABC Literario, 2-VII-92, 21. Cuando Ted Turner explica el éxito de la CNN, siempre acaba reconociendo cuatro 0 cinco momentos decisivos: el aten- 68 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Lo tinico que se conoce es que, a los cuatro aftos, los dul- ces ojos claros de la bella italiana perdieron su brillo para adquirir esa apagada melancolia que toda la corte respiraba por los cuatro costados. El Mundo, 25-1X-94, 33¢. Pero, sobre todo, habria que seiialar que es muy desagra- dable el elevado niimero de cortes publicitarios en televisién. EI] numero: problemas En cuanto al ntimero, los sustantivos y adjetivos presentan, en determinadas ocasiones, ciertas dificultades, pues la regla genérica de afiadir -s 0 -es para el plural no siempre se cumple. I. Afiaden -s: Sustantivos y adjetivos terminados en vocal atona (mesa/ mesas; silla/sillas, remo/remos, metropoli/metrépolis™, etc.). Todavia mas: cuanto debe gastar una metrépolis para que, a trueque de perturbar quimicamente el sabor originario, pueda ingerirse en ella agua salubre, o al menos no insalu- bre? Pedro Lain Entralgo, Ciencia, técnica y medicina, Madrid, Alianza Universidad, 1986, pag. 126. En una etapa inicial se produce el légico rechazo por parte hispana de la tradicion de la metrépolis y un intento de bus- car sus raices culturales en culturas ajenas, como la anglosa- jona o francesa. Antonio Ramos Gascén (ed.), Espaiia hoy I. Sociedad, Madrid, Cétedra, 1991, pag. 11 Nos encontramos, pues, en presencia de una formacién nueva —la metrépolis—, distinta no solo de la aldea y de la 74 La forma metropolis se usa, a veces, como singular, pero lo realmente correcto es la forma metrépoli, pues, como indica el Diccionario académico, se trata de un femenino antiguo por metrépoli. 72 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. La anciana comprobé que le habian robado una pulsera de oro, otra esclava con colgantes que llevaban inscritos los sig- nos del zodiaco, dos medallas de oro, dos sortijas y un reloj de oro y brillantes, segtin manifesté la denunciante en la comisa- ria de Universidad. El Sol, 10-X-90, 28. No es posible decir los carices religiosos, verbigracia, o los signos de los zodiacos. Existen algunas palabras en las que la formacién del plural produce un cambio de significado como sucede en los nombres de algunas ciencias o profesiones medicina, pintura, etc.”*: A pesar de su cardcter semioficial, la homeopatia se fun- damenta en unos principios radicalmente distintos a los de la medicina cientifica. El Mundo, 19-V-94, 65a, Pero las medicinas le producian terribles dolores de cabeza e irritabilidad, ast que en octubre pasado, tras darle vueltas al asunto durante tres meses, decidid dejar de tomarlas. El! Mundo, 13-V1-94, 86a. V. Sustantivos que carecen de singular (pluralia tantum): Son palabras que desde un punto de vista formal no se pueden expresar mediante los morfemas propios del singular; pero la caren- cia de singular no implica imposibilidad de significado en singu- lar®, es decir, se pueden emplear para referirse a una sola entidad, sea cosa, animal 0 persona; son voces como Jas albricias, las angari- las, las fauces, los viveres, los comestibles, las creces, los enseres, las exequias, las afueras, las nupcias, las entendederas, las fac- ciones, los honorarios, etc. Lo mismo sucede con los plurales refe- ridos a objetos compuestos de dos partes simétricas como las gafas, las tijeras, las tenazas, las pinzas, los alicates, los grillos, las espo- sas, los pantalones; aunque es posible emplearlos también en sus respectivas formas singulares, y con la misma significacién: 7 Mientras el plural le atribuye el significado de los productos de dichas actividades (las medicinas, las pinturas), el singular se puede referir a la cien- cia 0 al arte. 80 Francisco Marsé, op. cit., pag. 123. 76 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Luis no tenia en aquel momento ni la mas minima rela- cidn con la empresa que lo habia despedido cinco afos antes. A decir de tio Andrés, mi padre y Regalito habian comen- tado sin el més minimo recato y fuera de la circunscripcién familiar, el trafico de carnes que se llevaba entre manos 0 entre las plumas con sus amigos y, eso st, con otros sefiores respeta- bles poco interesados en que sus canas al aire se conocieran. Antonio Hemdndez, Volverd a retr la primavera, Madrid, Mondadori, 1989, pag. 72. IL Debido a su significaci6n, hay adjetivos que no admiten el grado comparativo ni el superlativo, como fundamental, pri- mordial, primero, unico, principal, total, infinito, omnipotente, diurno, etc.®, El concepto que explicé el profesor era fundamentalisi- mo para comprender el significado de esta asignatura. La respuesta que ti me diste es muy definitiva, si queremos legar a un acuerdo duradero. Yo soy muy tinico en acertar todas las operaciones mate- mdticas que me plantees. Lo mas prioritario para el gobierno es acabar con el pro- blema del paro™. III. Nunca deben ir juntos dos elementos que indiquen el grado superlativo del adjetivo (muy + sufijo -isimo o -érrimo): Juan es muy pobrisimo, por lo que no tiene donde caerse muerto. Este compaifiero me ayudo incluso cuando se enfrentaba peligrosamente a los demas; me ha demostrado, por tanto, que es una persona muy fidelisima. El café que me pusiste el domingo pasado en tu casa esta- ba muy calentisimo. 5 Como sefiala Gémez Torrego, se puede explicar su formaci6n analitica solo en aquellos casos en que se le quiere dar un determinado énfasis (Manual de espaiiol correcto, op. cit., pag. 144) % Aunque esta construccién se est4 generalizando no deja de ser incorrecta. 80 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. II. Formas dtonas, con atencién a la concurrencia La formas inacentuadas de los pronombres personales son las siguientes®”: Pronombres Atonos Singular Plural 14 Persona me nos 22 Persona te os C. directo lo, la los, las “ Persona C. indirecto le (se) les (se) Reflexivo e impersonal se Por carecer estas formas de acento prosédico se apoyan siem- pre en el verbo, al que acompajfian, como procliticos 0 encliticos. Hay ciertas exigencias y también preferencias en el uso, segin los casos**: 1. Con el modo imperativo y con el presente de subjuntivo de valor imperativo, el pronombre debe posponerse al verbo si este introduce la oracién, es decir, debe funcionar como encli- tico; no asf cuando se expresa prohibicién; pues el verbo ya no es el primer elemento de la oraci6n, y, por tanto, el pronombre debe ser proclitico®’: 87 En palabras de Alarcos, los pronombres personales dtonos, que él llama incrementos personales, «{...] aluden (por anéfora 0 por catfora) a otras uni- dades mentadas en el contexto lingiifstico (es decir, palabras citadas previamente © palabras que se mencionarian posteriormente)», Emilio Alarcos Llorach, op. cit., § 258. 88 Sefiala Gomez Torrego que «(...] en los casos en que se admiten sin repa- ros la anteposicin y la posposicién de cliticos, aquella es més coloquial. En el lenguaje escrito culto es mas frecuente la posposicién», Leonardo Gémez Torre- 20, Manual de espaitol correcto, op. cit., Ul, pag. 98. 89 Lo mismo sucede con las oraciones desiderativas cuyo verbo est en pre- sente o imperfecto de subjuntivo: si el verbo encabeza la oracién, el pronom- bre ira pospuesto, pero si no, el pronombre ir4 antepuesto. Ejemplos de los dos casos, respectivamente, son: ;Quiéralo mi suerte!, jojald te salga todo bien! 84 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Ademis de lo expuesto, hay que tener en cuenta ciertas alte- raciones fonético-sintacticas producidas como consecuencia de la conjunci6n de los pronombres enclfticos con el verbo, que pueden afectar bien al fonema final del verbo, bien a este y al ini- cial del pronombre. A saber: 1. Se elimina obligatoriamente la s de la primera persona del plural del subjuntivo con valor imperativo, delante del pronom- bre enclftico nos. Asf debemos decir undmonos, sentémonos, vedmonos, contémonos, y no undmosnos, sentémosnos, ved- mosnos, contémosnos. Bebimonos el! agua ahora que esta fresquita. Repartémonos el trabajo antes de que sea demasiado tarde para acabarlo. 2. Lacontigiiidad de dos eses se resuelve en una sola cuan- do a la primera persona del plural también del subjuntivo con valor de imperativo le sigue el enclitico se. Son correctas, pues, formas como contémoselo, venddmoselo, reconozcdmoselo, y no contémosselo, venddmosselo, reconozcdmosselo. Contémoselo cuanto antes o si no callemos para siempre. Venddmoselo hoy mismo, porque mafiana le pondré un pre- cio mds alto. 3. La segunda persona del plural del imperativo pierde la d final cuando tiene como enclitico la forma os —antiguo vos—: sentaos, alejaos, acordaos, en vez de sentados, alejados, acor- dados. S6lo el verbo ir conserva la d: idos. Sentaos, por favor, que va a comenzar la funcién. Alejaos de aqui, porque corréis un gran peligro. peiien los pronombres sea la de complemento directo 0 indirecto. Por otro lado, picnsa Marsd, que, en algunos casos, serfa conveniente evitar la concurrencia de pronombres dtonos, «[...] sustituyendo el de tercera persona por su correspon- diente ténico; con lo cual se obtienen frases menos forzadas» (Francisco Marsé4, op. cit., pag. 142): Te le ofreces siempre /Te ofreces a él siempre (preferible). 88 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. camente a través del articulo (/a drabe, la dcrata). Los demas determinantes presentan siempre la forma habitual del femenino: La Aguila es la reina de todas las aves. (Correcto: el Aguila.) Todos los alumnos del quinto curso entraron corriendo en este aula. (Correcto: esta aula.) Alguna alma de esta ciudad se salvard. (Correcto: algtin alma.) No tengo ninguna hambre después de la noticia que me has dado. (Correcto: ningtin hambre.) Si entre los determinantes sefialados y el sustantivo se inter- cala otra palabra, aquellas recuperan su forma habitual!!. Raquel bebi6 ayer de \a cristalina agua de este pozo. La gran aula resultd ser pequefia para ese millar. ‘5 En una situacién parecida se encuentra la secuencia veintitin mil pese- Jas (correcto) aunque el sustantivo peseias no empiece por a o ha tnicas, pues en la practica se tiende a decir veintiuna mil pesetas, olvidando que la concor- dancia debe efectuarse con mil que es masculino. 101 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Estos son los aspectos que vamos a tener en cuenta al expo- ner las incorrecciones que afectan con frecuencia a cada uno de estos enlaces. La preposiciona Por ser una de las mds usadas en espafiol, se encuentra entre las preposiciones con mayor numero de valores significativos. Tal vez debido a ello, muchas veces se emplea como una espe- cie de preposicién comodin que sirve para casi todo, con lo que se da lugar a errores de diversa indole. Veamos los usos mds importantes de la preposicién a sefiala- dos por la Academia!®: como marca funcional del complemento directo de persona y el indirecto (Vi a José en la playa; Mi mujer hizo un regalo a sus sobrinos), el complemento directo se cons- truye con la preposicién a con nombres de persona (Veré a tu her- mano mafiana; Atended bien a Tania), 0 bien con nombres comu- nes personificados (Ama a la vida); también se construye el complemento directo con preposicién en los casos en que se quie- ra evitar la ambigiiedad (Todos le temen como al veneno)'*”. Con algunos verbos indica finalidad (Me invitard a colaborar en su tra- bajo); la direcci6n o el término a que se encamina alguna perso- na o cosa (Viajaremos a Paris; Me dirijo al trabajo); el lugar y el tiempo en que sucede alguna cosa (Lo cogieron a la puerta; Ven- dra a la noche); se opone a de en indicaciones de distancia, tiem- po o diferencia (La manifestacion se extiende de calle a calle; Del dicho al hecho hay un gran trecho); en ocasiones se usa con el bos que rigen preposicién, que, aunque relacionados con el empleo de las pre- posiciones, son tratados en los correspondientes apartados de este libro. 26 Real Academia Espaiiola, Esbozo, op. cit., § 3.11.5.a. 127 Como excepcidn a ]o indicado, no pueden llevar la preposicién a los com- plementos directos formados por nombres propios usados como comunes como en El ejército espaiiol necesitaba muchos Napoleones, donde Napoleones adquie- re el valor significativo de ‘buen estratega’. Tampoco es recomendable el uso de aante complementos directos cuyo niicleo es un nombre comiin de persona si tiene un sentido de indeterminacién. Comparense las secuencias Busco un lim- piabotas y Busco a un limpiabotas; la diferencia radica en que, en el primer caso puede ser un limpiabotas cualquiera, mientras que en la segunda frase se busca uno en concreto, conocido por el hablante. 105 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Estas tiltimas tienen funciones caracteristicas a desem- pefiar dentro de la oracion en relacion con los elementos de la misma, es decir, el sujeto,el predicado y los complementos. J. Roca-Pons, Introduccién a la gramdtica, 6. ed., Barcelona, Teide, 1985, pag. 259. (Correcto: Estas uiltimas tienen funciones caracteristicas que desempeiiar [...].) 3. Empleo de a en lugar de otra preposicién a) Aen lugar de con. Se da sobre todo en construcciones como de acuerdo a, en relacién a, a pretexto de, al objeto de, ala mayor brevedad; en todos los casos debe utilizarse con en lugar de a*!; [...] los deseos expresados por cada nacién y repiiblica yugoslava para fijarse un status de acuerdo a sus especificos y genuinos intereses. Sur, 8-IX-91, pag. 49. (Correcto: [...] para fijarse un status de acuerdo con sus especificos y genuinos intereses.) La utilizacién de los servicios de ayuda en la vida diaria fue la esperada de acuerdo a las caracteristicas de los habitantes del centro [...]. Rocio Ferndndez-Ballesteros, El ambiente. Andlisis psicolégico, Madrid, Piramide, 1987, pag. 235. (Correcto: /...] fue la esperada de acuerdo con las carac- teristicas de los habitantes del centro [...].) Espero que me envien los informes ala mayor brevedad. (Correcto: Espero que me envien los informes con la mayor brevedad.) b) A en lugar de contra. Se oyen con frecuencia expresio- nes del tipo atentar a, atentado a, en las que es preferible sus- tituir la preposicién a por contra, que es la que indica con mayor claridad oposicién o contrariedad en sentido recto o figurado. Por tanto, no son aceptables: La actitud de la oposicién es un atentado a las buenas cos- tumbres. (Correcto: [...] es un atentado contra las buenas costumbres.) 131 Enel caso de a pretexto de, la preposicién a, usada erréneamente, puede Sustituirse por el nexo con; pero también, en un estilo mds culto, se puede reem- plazar con la particula prepositiva so: so pretexto de o con [el] pretexto de. 110 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. La preposicién ante El significado propio de ante es ‘delante’ o ‘en presencia de’; puede aparecer tanto con verbos estaticos como con verbos de movimiento (El presidente comparecié ante los periodistas; Antonio corrié ante diez mil espectadores). En sentido figurado, posee valor de ‘antelacién o preferencia de cosas y acciones’ (ante todo, ante todas las cosas) 0 ‘respecto de’ (Te diré lo que haremos ante los acontecimientos ocurridos). Es incorrecto, por tanto, emplear ante en lugar de a, con 0 contra, como sucede a menudo en el lenguaje deportivo: El Barcelona jugaré el domingo ante el Valencia. (Correcto: [...] jugard el domingo contra el Valencia.) El combinado espafiol de voleibol gané ante los norte- americanos por un contundente 3-1. (Correcto: [...] gand a los norteamericanos [...].) La preposicién bajo Bajo indica situacién inferior (El gato se ha escondido bajo la cama), sujecién (El detenido permanecerd bajo arresto tres dias) o dependencia de una cosa 0 persona respecto de otra (Los nifios estan bajo la tutela del padre). En cuanto a la construccién, bajo no es compatible con las formas md, ti, sf de los pronombres personales. En su lugar debe emplearse la locuci6n debajo de: Los mininos, atraidos por el cubo de pescado que logré arre- batarle a la mar, se colocaron bajo mi con maullidos anhelantes. (Correcto: [...] se colocaron debajo de mi con maullidos anhelantes.) Empleo de bajo en lugar de otra preposicién: a) Bajo en lugar de desde. La norma actual no acepta el empleo de la expresién bajo el punto de vista. En este caso, debe reemplazarse con la preposicién desde (desde el punto de vista): Bajo iu punto de vista, todos los hombres son iguales ante la Ley, pero la realidad es muy distinta. (Correcto: Desde tu punto de vista [...].) 114 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. un jarron de cristal); contenido de alguna cosa (un vaso de leche); modo o manera (Ponte de lado para poder pasar), asunto de que se trata (Me he comprado una coleccién de novelas de caballe- ria); tiempo en el que sucede una cosa (El avin llegard de madru- gada); naturaleza o cualidades de personas o cosas (Felipe es un hombre de honor), se emplea para introducir infinitivos como complementos del nombre y del adjetivo (Es el momento de actuar; Esa teorta no es dificil de entender), otras veces denota ilaci6n 0 consecuencia (De lo dicho se sigue que podemos ser millonarios); parte (Comed y bebed todos de El), se emplea en comparaciones de cantidad (Mas de cien mil personas presen- ciaron el partido); cantidad indeterminada (Al ladrén le dieron de patadas); realce de una cualidad si la preposici6n se sitéa entre un adjetivo y un sustantivo (El iniitil de tu hermano ha destrozado el coche; jPobre de Antonio!, jtan joven y en la carcel!);, prece- diendo al numeral uno, una, expresa la ejecucién rapida de algu- na cosa (Se tomé la sopa de una cucharada). 1, Omisién indebida de de Hay muchos verbos que rigen la preposicién de. Omitirla, si el verbo principal introduce una oracién subordinada encabezada por la conjunci6n que, es un error que recibe el nombre de quefsmo!37. E] verbo gustar con el significado de ‘desear, tener compla- cencia en una cosa’, exige la presencia de la preposici6n de, por lo que resulta incorrecto prescindir de ella en construcciones, cada vez mas frecuentes, como Un cldsico que gusta decir barbaridades, ahuyentar bobos y echar las alas por alto. Sur, 20-X-89, pig. 56. (Correcto: /...J gusta de decir barbaridades, ahuyentar bobos y echar las alas por alto.) En algunas locuciones como en contra, a sabiendas'**, no debe omitirse la preposicién de: 137 Véase el apartado dedicado al queismo. 138. 4 sabiendas exige la presencia de la preposicion de siempre que funcione como locucién conjuntiva. Si acta como simple locucién adverbial con el sen- tido de ‘con conocimiento y deliberacién’ o ‘de un modo cierto’, entonces no es necesaria la preposicién (Nos engafiaron a sabiendas). 118 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. otro enlace preposicional distinto. Asi, hay adjetivos como capa- citado, incapacitado, preparado, que pueden tener un comple- mento preposicional con para, y no con de como se ve en los siguientes ejemplos: Si los guardias jurados no pueden llevar ningiin tipo de arma, se verdn incapacitados de hacer frente a ciertos delin- cuentes peligrosos. (Correcto: /...] incapacitados para hacer frente a ciertos delincuentes peligrosos.) Actualmente, terminar una carrera, conocer dos 0 mds idio- mas y ser un experto informdtico no asegura a un joven estar capacitado de trabajar. (Correcto: [...] capacitado para trabajar.) d) De en lugar de por. En el lenguaje deportivo se ha pues- to de moda un uso incorrecto de la preposicién de junto a ver- bos como ganar 0 perder: Nuestro equipo gan6 de cuarenta y cinco puntos al rival en la primera eliminatoria. (Correcto: [...] gand por cuarenta y cinco puntos [...].) Finalmente, el equipo de la ciudad logré la goleada del afio al vencer al visitante de doce goles. (Correcto: [...] logré la goleada del afio al vencer al visi- tante por doce goles.) Con algunos adjetivos como impaciente, afectado, danado, también ha de usarse por; asi, es incorrecto el uso de la prepo- sici6n de en los siguientes ejemplos: [...] fallecié el pasado jueves en su domicilio de Madrid a los 95 afios de edad, afectado de una dolencia pulmonar. Sur, 1-VII-92, pag. 28. (Correcto: [...] afectado por una dolencia pulmonar.) Los pacientes afectados de salmonelosis se recuperan satis- factoriamente de la enfermedad, segin manifesté el director del centro médico. (Correcto: [...] afectados por salmonelosis [...].) Estoy impaciente de llegar a mi casa. (Correcto: Estoy impaciente por llegar a mi casa.) 122 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Esta estructura, muy frecuente en el espafiol de América, es un calco del inglés'*4, mientras que la construccién correcta en nuestra lengua es Son las doce menos seis minutos. En frases como Estas pastillas son buenas para el mareo, 0 Las naranjas son buenas para los resfriados, e\ sentido estaria ms claro si utilizéramos la preposicién contra en vez de para. La preposicién por Entre los usos y valores mds frecuentes de por destacan: dis- tinguir el complemento agente en las oraciones pasivas (El capitulo fue escrito por Cela); expresar el fin u objeto de las acciones (Llevo un callejero de la ciudad, por no perderme); duracién o tiempo aproximado (Nos marchamos a los Pirineos por quince dlas; Por la manana sale el tren hacia Lérida); ugar aproximado o de tran- sito (Vive por el barrio de Capuchinos;, Pasaremos por Barcelo- na); parte de algo o alguien (Le sujeté por las solapas); causa 0 motivo (Hoy no habra clases por la huelga de bedeles); medio (Lid- manos por teléfonoy, modo (Se lo ha tomado por la tremenda); pre- cio o cuantia (Venderemos todos mis discos por diez mil pesetas; Tenemos un negocio al cincuenta por ciento); equivalencia (Hoy por mi, mafiana por ti; Diez trabajadores esforzados valen por cien vagos); en favor de alguien o algo (dntercede por mi ante tus jefes); en lugar de alguien o algo (Si tino puedes terminar, yo lo haré por ti); que esta sin hacer (El suelo estd por fregar; Eso esta por ver); clase 0 calidad de alguien 0 algo (Lo tomé por marido). 1. Omisién indebida de por En el lenguaje periodfstico son frecuentes las construcciones del adverbio ayer seguido de las palabras majiana, tarde, noche como adyacentes introducidos sin ninguna preposicién. Estas construcciones son influencia del francés'*. En espafiol debe emplearse entre ambas palabras la preposicién por: ™ Obsérvese la construccién en inglés: /1’s six minutes to ten. La influen- cia es evidente. ‘8 En francés no se emplea preposicion alguna en este tipo de construc- ciones: hier matin, hier soir. 126 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Todo esto ocurrié anteriormente a que se tomaran las medidas de prevencién necesarias. (Correcto: Todo esto ocurrid antes de que se tomaran medi- das {...].) El Consejo de Ministros se reunié previamente a la pre- sentacion de la ley en el Congreso. (Correcto: (.../ se reunio antes de la presentacién de la ley en el Congreso.) Algo similar podemos decir de las locuciones posteriormente a, seguidamente a y simulténeamente a. Las dos primeras pue- den reemplazarse con después de, 0 con posterioridad a; la ter- cera lo haria con al mismo tiempo que: Los hechos se produjeron simultaneamente a /a llegada a Barajas del avion en el que viajaba Su Santidad. (Correcto: /.../ al mismo tiempo que Ja [legada a Barajas del avion [...].) Posteriormente al final del partido se iniciard una rueda de prensa en la que el seleccionador responderd a las pregun- tas de los periodistas. (Correcto: Después del final del partido [...}.) Previamente a ‘u /legada, almorzamos en un lujoso res- taurante francés. (Correcto: Antes de tu Hegada [...].) Conforme a Conforme a es un conglomerado que tiene el significado de ‘con arreglo a’. Con este valor nunca debe suprimirse la prepo- sicion. Por tanto, son incorrectos: Las obras del nuevo estadio olimpico se desarrollan con- forme lo previsto . (Correcto: [...] conforme a lo previsto.) Hay que jugar siempre conforme las instrucciones de nues- tro entrenador. (Correcto: Hay que jugar siempre conforme con las ins- trucciones. |...].) 130 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. con ella); por otra parte, las oraciones que no exigen ningin ante- cedente en la oraci6n principal, que emplean como nexos subor- dinantes expresiones como por tanto, por consiguiente, asi que, conque, luego, asi pues, etc.: Pienso, luego existo. i) Condicionales. Indican que el cumplimiento de lo enunciado en la oraci6n principal (apddosis) depende del cumplimiento de lo expresado en la oracién subordinada (prétasis). Las expresiones empleadas como nexos son si, como, cuando, a condicidn de que, a menos que, etc.: Si me tocase la loteria, disfrutaria de unas lar- gas vacaciones, No te invitaré al cine, a menos que tu me lleves luego a cenar; Como no vengas a mi boda me enfadaré contigo. j) Concesivas. En estas oraciones, la oracién subordinada expresa una objecion o dificultad para el cumplimiento de lo que se dice en la principal, sin que este obstaculo impida su reali- zaciOn. Para ello se emplean las conjunciones y locuciones aun- que!*, a pesar de que, aun cuando, bien que, mal que, por mds que, etc.: Me comeré la sopa aun cuando esté fria, Trataré de ayudarte a pesar de que no tengo tiempo; No consigo abrir la cerradura por mds que la fuerzo. Usos anémalos de las conjunciones!*? La conjuncioén que En ocasiones la conjunci6n que aparece indebidamente. Asf, en el habla popular hay un uso expletivo de gue en oraciones exclamativas que comienzan con jqu 0 jeudnto...!: [Qué alegria que me da que hayas conseguido aprobar todas las asignaturas! {Cudntos sinsabores que estén sufriendo desde que per- dieron a su hijo en un accidente! {Qué maravilloso que es este paisaje! 152 Véase la nota anterior. 153 Aquellas construcciones que son incorrectas por el empleo inadecuado de la conjuncién con determinados modos o tiempos verbales serén analizadas en el apartado «III. Otras estructuras incorrectas», dentro del capitulo del pre- sente libro dedicado a las formas verbales. 136 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. sencia de un complemento introducido por una preposicion deter- minada: verbos y locuciones verbales con preposiciones regidas como amenazar con, fijarse en, especular con, confiar en, coin- cidir en, percatarse de, acordarse de, insistir en, encontrarse con, alegrarse de, darse cuenta de, olvidarse de, convencer de, etc.; algunos adjetivos y sustantivos cuyos complementos deben unir- se mediante de 0 cualquier otra preposici6n como apto para, seguro de, apropiado para, atento a, impresion de, sensacion de, etc.; en todos ellos ha de aparecer la preposici6n antes de la ora- cién encabezada por que. Si no es asi, se comete un error: [...] aunque el 86 por ciento de los entrevistados estaban seguros que habian mentido, el 73 por ciento de los mismos opi- naban que ellos hubieran hecho lo mismo. Cambio 16, [n.° 962], 30-IV-90, pag. 12. (Correcto: /.../ ef 86 por ciento de los entrevistados estaban seguros de que habian mentido, [...].) Al llegar a la estacién, el dia veintitrés de diciembre por la tarde, se encontré que acababa de ganar ciento veinte millo- nes de pesetas en la loteria de Navidad. (Correcto: [...] se encontré con que acababa de ganar cien- to veinte millones [...].) Me olvidé que debia indicarte la direcci6n de mi casa para que pudieras encontrarla sin problemas. (Correcto: Me olvidé de que debia indicarte la direccién de mi casa [...].) Me da la sensacién que los empresarios tratan de forzar a los sindicalistas para que cedan en sus reivindicaciones. (Correcto: Me da la sensacién de que los empresarios tra- tan de forzar a los sindicalistas [...].) El queismo es explicable desde el punto de vista de la econo- mia lingiifstica, ya que simplifica varios nexos en uno. También se produce por ultracorrecci6n, para no incurrir en el dequefsmo. Otra causa es la analogia con verbos sinénimos, o con distintas acep- ciones de un solo verbo. Un ejemplo claro lo tenemos en la sino- nimia existente entre los yerbos recordar y acordarse, los cua- les, sin embargo, se construyen de forma diferente: Recuerdo que fue un dia espléndido. Me acuerdo de que fue un dia espléndido. 142 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. — adverbios de duda (quizd, tal vez, probablemente, posi- blemente, etc.); — adverbios de aproximaci6én (casi, apenas, aproximada- mente, etc.). Esta clasificacién no es tajante, puesto que segtin el contex- to en el que aparezca, un mismo adverbio puede mostrar signi- ficados diferentes. As{, nada puede denotar ‘negaci6n’ (De eso nada, no te daré lo que me pides) o ‘cantidad’ (Hemos gastado tanto dinero que ya no nos queda nada, ni una peseta). Algunos adverbios pueden actuar como conjunciones para introducir oraciones subordinadas adverbiales o circunstancia- les. Al mismo tiempo que son nexo subordinante, desempefian alguna funcién adverbial dentro de la oracién que encabezan. Estos adverbios de carécter conjuntivo son como, cuando, cuan- to, donde y mientras: Juan se examinard cuando esté preparado (valor temporal) Escucha misica mientras hace los deberes (valor temporal). Mis alumnos escriben como les viene en gana (valor modal). Convierte en oro cuanto toca (valor de cantidad). Come y duerme donde le apetece (valor locativo). Las funciones propias de los adverbios también pueden lograrse con locuciones como de repente, desde luego, al final, a oscuras, de rechupete, de maravilla, etc. Usos anémalos de los adverbios Los adverbios de lugar abajo y arriba no pueden ir prece- didos de la preposici6n a. Estos adverbios son de los pocos que pueden complementar a un sustantivo directamente, sin la nece- sidad de un enlace prepositivo: Las lluvias torrenciales provocaron que se formara una auténtica corriente calle abajo. 146 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Sélo hizo que llegar cuando ya le estaban acosando los periodistas. (Correcto: No hizo mas que /legar cuando [...].) Las expresiones desde el prisma de y bajo el prisma de no tienen sentido en espafiol. Se abusa de ellas y dan un tono pedan- te al discurso. Es mas adecuado emplear la locucién desde el punto de vista de en frases como El estudio de la problemdtica empresarial ha tomado una nueva orientacién desde el momento en que empieza a ser enfo- cada bajo el prisma de la Teoria General de Sistemas. Enrique Martin Armario, La gestion publicitaria, Madrid, Pirdmide, 1980, pig. 29. (Correcto: [...] empieza a ser enfocada desde el punto de vista de la Teoria General de Sistemas.) No hay prosa, por magistral que sea, que sirva para justi- ficar desde el prisma de quienes lo sufrieron, la ignominia. (Correcto: No hay prosa, por magistral que sea, que sirva para justificar desde el punto de vista de quienes lo sufrieron, la ignominia.) Para comprender todo el alcance de los sucesos actuales es necesario examinarlos desde el prisma de la historia, que nos permite conocer los origenes de muchos problemas de hoy en dia. (Correcto: /...J es necesario examinarlos desde el punto de vista de la historia |...].) Contamos en espajiol con la locucién a campo traviesa, que suele aparecer junto a verbos de movimiento. Son incorrectas las formas campo a través!®!, a campo través y a campo a través: Para llegar hasta el pueblo corté camino campo a través. (Correcto: /...] corté camino a campo traviesa.) Corrieron a campo a través intentando despistar a sus per- seguidores. (Correcto: Corrieron a campo traviesa [...].) 161 S6lo se acepta la forma campo a través si se refiere al deporte del cross. 154 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. III. El aspecto hace referencia a la concepcién del proceso verbal ya sea en su inicio (aspecto incoativo: comienza a cantar); en su desarrollo, cuando la accién no est4 acabada (aspecto imperfectivo: cantaba), 0 en su término, cuando la accion ya esté acabada (aspecto perfectivo: canté). Desde el punto de vista sintactico y funcional el verbo ejer- ce como niicleo de la oraci6n. SemAnticamente, los verbos denotan accién (saltar), proce- so (sofiar) y estado (hallarse). La clasificacién de los verbos se realiza atendiendo también a estos tres criterios: I. Seguin el criterio morfolégico, los verbos se clasifican en tres categorias: 1. Verbos regulares: aquellos cuya flexién coincide ple- namente con alguna de las tres conjugaciones tomadas como modelo. 2. Verbos irregulares: aquellos que presentan diversidad fénica en sus significantes, es decir, que no se ajustan en alguna de sus formas al paradigma de morfemas de las conjugaciones regulares. 3. Verbos defectivos: aquellos a los que le falta alguna forma en su conjugacién. Dentro de este conjunto hay otras clases: a) Verbos impersonales y unipersonales: los prime- ros solo se emplean en la tercera persona del sin- gular o del plural, no hacen referencia a sujeto algu- no (se dice, dicen, hay); los unipersonales forman un subgrupo dentro de los impersonales y se carac- terizan por que solo se emplean en la tercera per- sona del singular (/lover, nevar, tronar, etc.). Tanto unos como otros verbos tienen sujeto cero. Verbos bipersonales: los que solo se utilizan en la tercera persona del singular y en la tercera perso- na del plural (acaecer, suceder, ocurrir, etc.). Tie- nen sujeto explicito. b IL. Seguin el criterio sintactico, los verbos pueden clasificar- se en cinco grupos: 158 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Hace cinco aiios que murié mi abuela. Hace cinco afios que ha muerto mi abuela. El segundo ejemplo es correcto si el hablante presenta una visi6n afectiva del hecho. A veces, se afiade de manera equivocada una -s en la segun- da persona del singular del pretérito perfecto simple o indefini- do, por analogfa con la segunda persona del presente: El padre interrumpié esta vez con voz templada: — Hija mia, hija mia, ;qué hicistes de tu talento? Manuel Halc6n, Aventuras de Juan Lucas, Barcelona, Plaza & Janés, 1987, pag. 131. (Correcto: /...] Hija mia, hija mia, ;qué hiciste de tu talento?) Cuando conducias a gran velocidad con muchas copas de mds ni siquiera te preguntastes por las consecuencias que podia acarrear tu actitud. Ahora asume tu la responsabilidad de tus actos. (Correcto: /...J ni siquiera te preguntaste por las conse- cuencias que podia acarrear tu actitud. [...].) 3. Pretérito imperfecto de subjuntivo La forma del pretérito imperfecto de subjuntivo (amara) no debe emplearse nunca como equivalente al pretérito pluscuam- perfecto o pretérito perfecto simple, por mas que tenga sus ante- cedentes en espafiol antiguo. Es un error que se da en los medios informativos y en la lengua hablada cada vez con mayor fre- cuencia: Isaac Shamir se preguntaba ayer por la unidad del pueblo palestino, comentando el discurso que Hussein realizara la noche del pasado domingo. ABC, 2-VIII-88, pag. 25. (Correcto: /...] comentando el discurso que Hussein habia realizado la noche del pasado domingo.) La Comunidad Europea atin no ha definido su postura sobre los dos millones de toneladas que deberan entrar este ano y que Espajia pretende retrasar como hiciera en la campafia anterior. El Pais, 21-VUI-88, pag. 42. (Correcto: /...J como hizo en la campafa anterior.) 162 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El ptiblico que asiste a estos conciertos [...] sabe que esta siendo engafiado, pero finge que lo ignora. Marta Escotet, Rock en Rusia, Madrid, Catedra [col. Rock pop], 1991, pag. 101. (Correcto: [...] sabe que es engafado /...].) La iglesia esta siendo sometida a una rehabilitaci6n que, hasta el momento, ha conseguido despojarla de su techumbre Lh Sur, 12-IX-91, pag. 25. (Correcto: La iglesia es sometida a una rehabilitacion [...].) Algunos gramaticos condenan el uso de la construcci6n en + gerundio, que se emplea para expresar anterioridad inmediata con relacién al verbo de la oracién principal. Sin embargo, la Real Academia Espajiola registra su uso sin valorarlo como err6- neo!7'. Por consiguiente, aunque no sean muy habituales, hay que decantarse por no considerar incorrectas las frases: En terminando /os deberes, nos vamos todos a la playa. Llamaré por teléfono en legando al aeropuerto. La estructura como + gerundio es correcta cuando se quie- re expresar una comparaci6n (Se acercé como temiendo des- pertar a alguien), Utilizar esta construcci6n en otros contextos sintdcticos es un galicismo inaceptable: Se opuso a su proyecto como siendo descabellado. (Correcto: Se opuso a su proyecto porque era descabellado.) Le compré a su hijo un coche como siendo necesario. (Correcto: Le compré a su hijo un coche porque era nece- sario.) "1 Dice que «La tnica preposicién que puede anteponérsele [al gerundio] es en. La lengua antigua us6 la frase en + gerundio para significar simultanei- dad, lo mismo que el giro latino de donde procede; [...] El giro evoluciona en la Edad Moderna hasta significar, no simultaneidad, sino anterioridad inmedia- ta. [...] Hoy sigue usandose con el mismo sentido: En acabando de comer sal- dré contigo; En diciendo las verdades, se pierden las amisiades (refran)» (Esbo- zo, op. cit., § 3.16.6.c). Por tanto, no hay ninguna raz6n objetiva para considerar incorrectas estas construcciones, que no incumplen la normativa académica. El hecho de que no estén de moda no es raz6n suficiente para condenarlas. 171 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Derretir. Se conjuga como vestir. Son incorrectas las formas derretié, derretieron, derretiera o derretiese, derretiendo, etc., en lugar de derritid, derritieron, derritiera 0 derritiese, derri- tiendo, etc. Digerir e ingerir. Se conjugan como sentir. No son acepta- bles las formas digerid, ingerid, digerieron, ingerieron, digeriera 0 digeriese, ingeriera 0 ingeriese, digeriendo, ingeriendo, etc., por las correctas digirid, ingirid, digirieron, ingirieron, digirie- ra 0 digiriese, ingiriera 0 ingiriese, digiriendo, etc. Divertir y otros como advertir, convertir, intervenir, sub- vertir, pervertir, se conjugan también como sentir. Son inco- rrectas las formas divertid, divertieron, divertiera 0 divertiese, divertiendo, etc. Dormir. Los tiempos mds problemiaticos son el pretérito indefinido (dormi, dormiste, durmié, dormimos, dormisteis, dur- mieron), el presente de subjuntivo (duerma, duermas, duerma, durmamos, durmdis, duerman) y el gerundio (durmiendo). Son vulgares las formas dormid, dormieron, durmiste, durmimos, durmisteis, dormamos, dormdis, dormiendo, etc. Engrosar. Este verbo tiene una conjugaci6n irregular, que sigue el modelo de acordar, y otra regular. La primera es mds antigua, pero esta hoy en desuso. De las dos acepciones de engrosar, una (‘poner grueso’), tiende a expresarse hoy con el verbo engruesar; la otra (‘acrecentar’), se expresa por medio del regular engrosar. Erguir. Los tiempos en los que se cometen mas errores son el presente de indicativo, que admite dos formas (yergo, yergues, yer- gue, erguimos, erguis, yerguen; o bien irgo, irgues, irgue, ergui- mos, erguis, irguen), el presente de subjuntivo (yerga, yergas, yerga, irgamos, irgdis, yergan; 0 bien irga, irgas, irga, irgamos, irgdis, irgan), el pretérito indefinido (ergui, erguiste, irguid, ergui- mos, erguisteis, irguieron), el imperativo (yergue o irgue, erguid) y el gerundio (irguiendo). No son correctas formas como iergo, ier- gues, iergue, ergo, ergues, ergue, ierga, iergas, erga, ergas, erga- mos, ergdis, ergan, erguid, erguieron, erguiendo, yerguendo, etc. Errar. Los tiempos en los que mas se falla son el presente de indicativo (yerro, yerras, yerra, erramos, errdis, yerran), el presente de subjuntivo (yerre, yerres, yerre, erremos, erréis, yerren), el imperativo (yerra, yerre, yerrad, yerren). Son inco- rrectas las formas erro, erras, erra, erran, erre, erres, erren. 177 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Suspender. Es transitivo (A mi hermana la han suspendido en el examen de conducir; El profesor suspendié a muchos alum- nos porque tenian faltas de ortografia). No son correctas las secuencias en que aparece usado como intransitivo: En el curso de primero han suspendido doce alumnos. (Correcto: [...] han suspendido a doce alumnos.) En total, hemos suspendido quince personas. (Correcto: [...] nos han suspendido a quince personas.) El candidato suspendi6 la prueba tedrica y no pudo pasar ala practica. (Correcto: Al candidato lo suspendieron en la prueba ted- rica [...].) Verbos que se emplean indebidamente como pronominales En ocasiones, encontramos cémo verbos que no son prono- minales aparecen construidos erréneamente con pronombres. El fenémenos se observa sobre todo en el lenguaje popular y periodistico. Asi, es vulgar el empleo de suponerse y recordar- se en lugar de suponer y recordar: Me supongo que si ha llegado tarde es porque el trdfico se lo ha impedido. (Correcto: Supongo que si ha llegado tarde [...].) Me recuerdo de los viejos tiempos. Entonces las cosas eran mds sencillas. (Correcto: Recuerdo los viejos tiempos. [...].) También es frecuente en la prensa el uso de profundizarse en lugar de profundizar: Las palabras de Su Santidad se han profundizado en la conciencia de muchos creyentes. (Correcto: Las palabras de Su Santidad han profundizado en la conciencia de muchos creyentes.) Los malos resultados se han profundizado en la moral del equipo. (Correcto: Los malos resultados han profundizado en la moral del equipo.) 192 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Léxico Sin duda es el léxico de una lengua lo que menos afecta a su sistema y, por tanto, es el nivel que tiene mds posibilidades de cambiar, debido a que refleja con mayor nitidez y de manera mas inmediata los diferentes cambios que experimenta la sociedad, como sefialé en su dia Manuel Seco: El léxico es siempre el mds inmediatamente afectado; mds a largo plazo, la gramdtica; y, por tiltimo, de manera atin mds lejana, la fonologia. Es natural que ast sea, puesto que, de los tres componentes de la lengua, es el léxico el que mds directa- mente refleja las realidades extralingiisticas'”. Expresiones y formas incorrectas. Errores de acentuacién Las diferencias entre correcciOn e incorreccion léxica no pue- den ser tajantes!”*, ya que el propio uso puede sancionar lo que en un principio se tilda de incorrecto. Sin embargo, hay ciertas impropiedades que se deben evitar. El mismo desconocimiento 177 Manuel Seco, «El léxico de hoy», en Rafael Lapesa (coord.), Comuni- cacion y lenguaje, Madrid, Karpos, 1977, pags. 183-184. 178" Véase Antonio Llorente Maldonado, «Desviaciones de la norma léxica del espafiol: Barbarismos, vulgarismos, semicultismos y otras incorrecciones», en Actas de las II Jornadas de Metodologia y Diddctica de la Lengua y Litera- tura Espafiolas, Céceres, Universidad de Extremadura, 1991, pags. 71-99. 201 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. fuertes'*°. En este sentido, Valentin Garcia Yebra'*° sefialé que el uso del extranjerismo es una «confesién de impotencia, o bien, como en el caso de escritores originales, de locutores de radio y televisién o de simples hablantes que lo usan sin necesidad, una muestra de esnobismo». Conviene evitar la presencia de grupos consondnticos extra- fios a nuestra lengua, asf como ciertas consonantes y formas vocdlicas al final de palabra. En cuanto al plural, la Academia'*®” recomienda la conservacién del singular para evitar, de esta manera, la formacién de grupos consonanticos no habituales en espafiol, por mds que la mayoria de las veces se tienda a afiadir ala palabra las terminaciones -s 0, en algunas ocasiones, -es'**, Habria que distinguir, y asi lo hace Manuel Casado Velarde!®?, entre xenismos, peregrinismos y préstamos propiamente dichos. Xenismos Son voces extranjeras no justificadas, ya que pueden encon- trarse con facilidad palabras patrimoniales que puedan susti- tuirlas. Hay que evitar su uso, por lo que se recomienda la con- sulta del diccionario, que nos proporcionaré un término adecuado a la tradicién idiomética que aluda a la misma realidad treflejada por la voz foranea: I) Anglicismos: barman en lugar de camarero: El barman del Swarte, que fue entrenador de natacién en el club Canoe de Madrid, estaba encantado con la presencia de 85 Para profundizar en el conocimiento de las causas extralingiifsticas que explican la presencia del anglicismo en el espafiol moderno, cfr. Chris Pratt, op. cit., especialmente las pigs. 59-89. 186 Teoria y practica de la traduccién, Madrid, Gredos, 1982, pag. 334. '87 Cfr. Esbozo, op. cit., § 2.3.4-5. 188 Cfr. Manuel Alvar Ezquerra y Antonia Marfa Medina Guerra, op. cit., pags. 152-154, 189 Notas sobre el Iéxico periodistico de hoy», en VV.AA., El lenguaje en los medios de comunicacién, Zaragoza, Asociacién de la Prensa de Zaragoza, 1990, pags. 49-72 209 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. se les pegan al cuerpo o que la lenceria fina y de marca del con- curso italiano haya sido sustituida por unas medias de nylon y unas braguitas compradas en las rebajas. Alfonso Grosso, La zanja, 2.1 ed., Madrid, Cétedra, 1984, pag. 173. pedigree en lugar de pedigri: De este modo ha podido ser objeto de experiencias llama- das cientificas, antes reservadas a los animales; de medidas para la mejora de sus pedigree, que llevan hasta la esteriliza- cién o exterminio fisico de los que se presume constituyen un riesgo para tal mejora, y de cdlculos en los que cuenta como simple fuerza de trabajo. Manuel Garcia Pelayo, Los mitos politicos, Madrid, Alianza Universidad, 1981, pag. 56. scooter en lugar de esciiter: La empresa de origen italiano Moto Vespa ha sabido, por el contrario, mantener, e incluso expandir su mercado de scooters y ciclomotores. Ramén Tamames, Introduccién a la economia espaiiola, 19.4, Madrid, Alianza Editorial, 1991, pag. 247. schock en lugar de choc: [...] habiendo comprendido asimismo su efecto de shock debido al elevado voltaje, 0 de carbonizacién por efecto Joule como consecuencia de las altas temperaturas originadas por la intensidad de su corriente, es decir, prdcticamente todo cuan- to es necesario saber sobre su génesis, causas y efectos como fendmeno peligroso y con frecuencia mortffero [...]. Prudencio Garcia, Ejército: presente y futuro, 1, Madrid, Alianza Editorial, 1975, pag. 210. smoking en lugar de esmoquin: Con aire de desaliento, con las pajaritas de los smokings descefiidas, los misicos guardaban sus instrumentos en baii- les con Gngulos de metal. Antonio Mufioz Molina, Beltenebros, 10.* ed., Madrid, Seix Barral, 1990, pag. 51. 214 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. generales, hay que evitar su uso, pues estan alejados de nuestra tradicion idiomatica. Por otra parte, son facilmente sustituibles por otros vocablos ya presentes en nuestra lengua: agresivo en lugar de dindmico: Esta, es cierto, a la altura de esa ilusa pureza que, como el valor a los militares, se le supone tradicionalmente a la poe- sta, pero a mucha distancia de un acontecer cotidiano donde «trances liricos al margen» la competitividad no tiene nada que envidiar al mds agresivo de los sectores comerciales que bre- gan por abrirse paso en esta sociedad de consumo. EI Sol, 13-X-90, pag. 2. conductor en lugar de presentador, director: En su pagina 3 detallaba quiénes serian los conductores y editores de los informativos diarios. El Pais, 7-IX-96, pag. 45a. contemplar en lugar de considerar: Por otra parte, siempre he creido que el premio Cervantes, para ser verdaderamente fiel al espiritu manifestado por el Qui- jote, podria contemplar, no sdlo la literatura en castellano, sino las diversas literaturas de Espafia y América. ABC Cultural, n.° 2, 15-X1-91, pag. 14. doméstico en lugar de nacional, interno: A la devaluacién aparente del pacifismo contribuyen quie- nes diciendo actuar en su nombre, pretenden que la crisis del Golfo sea el escenario principal de una batalla politica domés- tica, o proponen la inhibicién del aislacionismo. El Sol, 11-X-90, pag. 11. editor en lugar de director: Por otro lado, la perspectiva de que la CNN, famosa por sus elevados tndices de profesionalidad en sus emisiones informa- tivas, pueda caer en manos del controvertido editor conserva- dor esta haciendo perder el suefio a muchos periodistas. El Mundo, 7-X-94, pag. 33i. 218 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. imperiosa necesidad econémica de la familia. Tradicional- mente, e/ ama de casa se ha mostrado aparentemente con- forme con su situaci6n en el seno de la familia, salvo en casos de extrema precariedad econémica, de malos tratos del marido, de conducta atipica de este o de los hijos, de enfermedades gra- ves, ete. Enriquez Gonzdlez Duro, La neurosis del ama de casa, 2.* ed., Madrid, Eudema, 1989, pag. 188. Repeticiones Aunque este es un rasgo mas propio de la lengua oral, no fal- tan ejemplos de uso de una misma palabra en un solo parrafo. Las repeticiones, que demuestran una evidente pobreza léxica por parte de quienes las emplean, se utilizan con frecuencia en los medios de comunicaci6n y no tinicamente en el discurso oral, pues muchos de los ejemplos pertenecientes a ese tipo de lengua son, en realidad, informaciones en las que el locutor se limita aleer unas noticias mal redactadas. Veamos unos ejemplos ofdos en emisiones radiofonicas: Yo pretendta fundamentalmente, a la hora de conformar y elaborar una comision ejecutiva, gue esta comisién ejecuti- va fuera una comisién ejecutiva de integracidn, pero que al mismo tiempo fuera una comisi6n ejecutiva eficaz, operativa y cohesionada. Empezamos con un mimero que detras encierra un buen nimero de trabajadores andaluces y es que la mayor parte de los 900000 trabajadores de nuestra Comunidad se encuen- tran sin convenio colectivo este afio, segiin denuncia Comisio- nes Obreras. Las repeticiones no se emplean inicamente en la lengua oral; en algunos escritos se encuentran ejemplos como el que sigue: Cientificos norteamericanos consiguen imdgenes de arte- rias del corazon no conseguidas hasta la fecha. El Mundo, 27-X1-95, 60, titular. 222 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. vigente en la actualidad: Tal prototipo de relato ha demostrado su solidez y fecun- didad en los tiltimos afios. Sin representar la tinica tendencia vigente en la actualidad, si puede afirmarse que esta concep- ci6n de la novela se ha constituido en la linea dominante de la actualidad narrativa espafiola. Rafael Fuentes Molla, Espafta hoy, Il, Cultura, Antonio Gascon [ed.], Madrid, C4tedra, 1991, pag. 127. Muletillas, t6picos, frases hechas, refranes, etc. Un empleo abusivo de las muletillas (bueno, pues, por supuesto, en definitiva, en mayor o menor medida, etc.) da un cardcter insustancial al discurso. Asi mismo, el uso continuo de refranes y frases hechas, lejos de conseguir la pretendida expre- sividad, provoca un efecto monétono. Del mismo modo, con- viene desechar el uso de adjetivos y expresiones t6picas y sus- tituirlas por otras semejantes 0, simplemente, climinarlas, ya que muestran empobrecimiento de la expresién: a lo largo y ancho: Falt6 a la cita el presidente del Senado, Juan José Laborda, afectado por una fiebre viajera que le ha llevado a lo largo y ancho del mundo en los tiltimos meses encabezando delega- ciones de la Camara Alta. El Mundo, 7-X11-95, pig. 8c a la caza y captura: La policia anda a \a caza y captura de los presuntos mal- hechores. claridad meridiana: Se dijo con claridad meridiana: hay que frenar la inflacién y reconstruir los beneficios de las empresas. Ramén Tamames, Introduccién a la economia espafiola, 19." ed., Madrid, Alianza Editorial, 1991, pag. 502. 228 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. En el Departamento, Inés trabaja continuamente. Trabaja Inés continuamente en el Departamento. Inés continuamente en el Departamento trabaja. Los complementos que siguen al verbo deben tener un orden fijo: directo, indirecto y circunstancial. Ademds, conviene no separarlos del término al que complementan, para evitar ambi- giiedades: EI nifio miré a su hermano cuando la policia detuve al ladrén con extraiieza. [Deberia decirse: El nifio miré con extra- fieza a su hermano cuando la policia detuvo al ladrén.| Ordenacién de las ideas: principales y secundarias. Claridad y coherencia Junto con la correcta ordenaci6n sintdctica, para lograr un buen estilo necesitamos conseguir una coherencia ldgica, por lo que deben delimitarse la idea principal y la secundaria en ora- ciones distintas y convenientemente ligadas. En este sentido, si se pretende resaltar una idea dominante podremos cambiar la dis- posicién de los elementos oracionales, segtin el concepto que queramos destacar. De este modo, en el ejemplo El politico dijo que hay que acabar tajantemente con la corrupcién podremos alterar el orden sintdctico, segtin lo que pretendamos destacar como idea principal; por ejemplo: Hay que acabar con la corrupcion, dijo tajantemente el politico. Es necesario seguir una cohesi6n ldgica en todos los parra- fos, ya que podemos encontrarnos con dificultades para deslin- dar el concepto basico que queremos destacar. Para conseguir la pretendida unidad légica entre las frases, es preciso que haya una ligaz6n entre la idea general y la secundaria. Ademas, las oraciones deben estar convenientemente ordenadas desde el punto de vista légico: La noticia repercutié negativamente en la economia, y en los medios politicos no se hablo de otra cosa cuando el minis- tro anunci6 su dimision. 238 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Bibliografia Es la relacién 0 catdlogo de libros 0 escritos, generalmente, en orden alfabético por el apellido del autor. En la bibliografia deben figurar todas las obras consultadas para la elaboracién del trabajo. Los datos bibliogréficos que han de hacerse constar en ella son los mismos que los indicados al hablar de la informacidn bibliogrdfica de la ficha. Para separarlos pueden emplearse dis- tintos modelos de puntuaci6n; pero lo mas usual es, como vimos en el capitulo dedicado a la puntuacion, emplear la coma entre ellos 0 separar con dos puntos el nombre del autor y el titulo de la obra, y con coma los otros datos: ALBERTI, R., Sobre los angeles. Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (ed. C. Brian Morris), Madrid, C&tedra, 1981. ‘ Lope DE VEGA, F.: El caballero de Olmedo (ed. Francisco Rico), Madrid, Catedra, 1984. Algunas editoriales y revistas mantienen unas normas muy rigidas para la presentacion de originales y bibliografias, que deben respetarse en cada caso”?!. Indices de materias, términos, conceptos Son de utilidad en trabajos especialmente voluminosos y faci- litan al lector la bisqueda de aquellas cuestiones que le sean de mayor interés. 221 Véanse. por ejemplo, las de la revista Lingiifstica espafiola actual, VIL, 1985, pags. 295-298. 261 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Jjerséis: 15, 78 jersey: 75, 78 Jiménez (los): 71. joven muchacho: 225 joven: 70 jugar: 106, 183 juntamente con: 131 justo cuando: 150 la misma: 232 la: 89-91 labor: 68 lafsmo: 90-92 lapso de tiempo: 225 laringe: 65 las mds de las veces: 120 las: 90-92 ldser: 234 latinoamericano: 63 laiid: 69 le: 87, 89-92, 232 leche: 65 lefsmo: 89-92 —parcial: 89-90 —total: 89-90 lejos: 145 lema: 69 les: 87, 89-92 letra: 243, 245-246, 250, 253, 255 —ancha: 250 —cursiva: 244, 250, 253, 255 —estrecha: 250 —fina: 250 —maytscula: 32, 244, 246, 248, 250, 253, 256 —meditiscula: 250 —miniiscula: 31, 253 —negrita: 250, 255 —redonda: 250-251, 253 —seminegra: 250 —-superfina: 250 —supernegra: 250 —versalita: 250, 253 levantarse: 164 lexicalizaciones: 233-234 léxico patrimonial: 208 libérrimo: 82 libido: 203 libido: 203 librisimo: 82 linde: 70 : linea de puntos: 247, 256-257 lo: 89, 90, 92 locativo: 131, 146, 148, 184 lockout: 210-211 locuciones: 146, 229-231 —locucion adverbial: 118, 151, 152 —locucién conjuntiva: 137, 138, 139, 140, 143 —locuciones conjuntivas que expresan finalidad: 135 —locuciones de cardcter adversa- tivo: 134 —locuciones prepositivas: 128-132 loismo: 91-92 los: 90, 92 luchar: 183 luego de que: 143 luego: 136 lunes en la noche (el): 124 lunes por la noche (el): 124 lunes: 73 llamada: 259 llave: 65 llegar: 156, 159 llendo: 178 lleno completo: 226 llevar + gerundio: 196 lover: 158. 178 Iuvié, Huviera o Iluviese, lluvien- do, etc.: 178 madre: 65 majorette: 78 majorettes: 78 mal: 145, 149 293 mal que: 136 maldecir: 176 maldito: 176 maleta: 217 mamds: 14 manager: 211 maniqut: 74 maniquies: 74 maniquts: 74 mano: 58, 66 mantener: 180 mariana: 126, 145 mapa: 69 maquina a vapor: 111 mdquina de vapor: 111 mar: 70 maratén: 70 maravedi: 74 maravedies: 74 maravedis: 74 maravedises: 14 marchar: 193 marcharse: 156, 164, 193 margen: 70 martir (el): 58 martir (la): 58 mds mayor: 79 mds minimo: 79-80 mds nada: 148 mds nadie: 149 mds nunca: 149 mds: 79-81, 135, 145, 148 masa social: 226 masculino: 65-71 matiz: 69 mdxime: 150 médximo: 19 mayor: 79, 81 mayormente: 150 me lo explique: 164 medianoche: 64 mediante: 104, 230 mediasnoches: 64 medicina: 16 medicinas (las): 76 mejor: 81, 149 mejores: 149 9, 81 9, 81, 104, 135, 145 mente: 65 -mente: 145, 150, 221, 231 ments: 74 mes: 73 mesa: 72 mesas: 712 meses: 73-74 metaplasmo: 89 metr6poli: 66, 73 metr6polis: 72 miel: 67 mientras que: 135, 141 mientras: 135, 139, 141, 146 mili: 233 minimo: 79-80 miserisimo: 82 misérrimo: 82 mismamente: 150 mismo: 98 modales: 135 modisto: 70-71 modo: 157 —modo indicativo: 157 —modo condicional o potencial: 157 —modo subjuntivo: 157 motor a gasolina: 111 motor de gasolina: 111 mover: 176, 178, 180 mucho gusto de saludarle: 121 mucho gusto en saludarle: 121 mucho: 145 muerte: 65 mugre: 65 mujer: 68 294 muletillas: 228 Murillos (los): 77 muy antiguo: 82 muy célebre: 82 muy libre: 82 muy mayor: 79 muy: 79, 82, 145 nacional: 23, 34, 63, 140, 191, 208, 218, 256 nada: 218 nadie: 148 nailon: 213 nao: 66 navarro-aragonés: 64 navarroaragonés: 64 nave: 65 negar: 143 negociante: 70 neutro: 58 nevar: 158 ni: 133 nieve: 65 ningun: 100 no hacer mds que: 153 no obstante de: 120 no obstante: 134 no poder menos que: 138 no: 145 Nobel: 203 Nobel: 203 nobilisimo: 82 noblisimo: 82 noche: 65, 126-127 nombramiento: 219 nombre propio: 99-100 nombres cientificos: 251 nominacién: 219 nombres de lugar: 77 nominar: 219 noray: 75 norayes: 75 nos dé: 164 nos: 88 nota: 37, 254 novel: 203 nube: 65 numero: 53-55, 61-62. 72-78. 87, 97 nunca antes: 226 nunca: 148 nupcias: 76 nylon: 213-214 o bien: 133 0 ya: 133 o: 133, 150 obsequiar: 184 obtener: 180 obteniera, obteniese, etc.: 180 ocup 07 ocurrir: 158 office: 212 oid: 163 oir: 163 olvidarse de: 142. olvidarse: 159 a, omisién indebida: 106 omnipotente: 80 onusiano: 234 operador: 210 opino: 166 Optimo: 19 ora...ora: 134 oraci6n adversativa: 141 oraciones desiderativas: 84 oraciones impersonales: 56-57, 94 oraciones subordinadas explicati- vas: 96 oraciones subordinadas: 85 os: 88-89 -oso: 234 ovni: 234 oye: 163 oyes: 163 pabell6n: 211 295 paciente: 70 paipdis: 75 paipay: 75 palabras comodin: 220 paleté: 74 paletés: TA panorama: 69 ‘pantalén a rayas: 111 pantalén de rayas: 111 pantalones: 76 papas: 74 para + infinitivo: 135 para nada: 131-132 para que: 135 para: 133, 147, 230, 231 pardfrasis: 68 pardlisis: 68 parecer: 159 pareja: 212 paréntesis: 14, 20, 34, 37, 39, 41- 43, 45, 235, 244, 254, 256, 259 parking: 211, 252 parqué: 74, 216 parquet: 216 parrafo: 248, 249, 254 —alem4n 0 moderno: 248 —aparte: 34, 244, 255, 257 —de lampara: 248 —en bandera: 248 —en bloque: 248 —espaiiol: 248 —francés: 248 —ordinario: 248 parte (el): 71 parte (la): 71 partenaire: 212 participios: 150 party: 211 pasiva refleja: 56-57, 87, 195, 197 patente: 67 patologta: 207 paupérrimo: 81 pausa: 13-14, 28, 35-36 pecero: 234 pedigree: 214 pedigri: 214 pelear: 183 peli: 233 pelirrojo: 63 penalti: 78 penaltis: 78 pendiente (el): 71 pendiente (la): 71 penewvista: 234 pensar: 143 peor: 79, 81, 149 peores: 149 pequefio: 220 percatarse de: 142 percatarse: 185 perder: |22 peregrinismo: 310 Pérez (los): 77 perifrasis: 170, 196 —perffrasis verbal: 85, 193-197 periodista: 70 permanecer: 159 pero: 134, 150 persona: 53-56 —-persona gramatical: 53 pervertir: 177 pésimo: 79 peste: 65 pez: 69 pianista: 71 Picassos (los): 17 pie: 204 pié: 204 piel de toro: 229 pienso: 166 piel: 67 pijama: 217 pintura: 16 pinturas (las): 16 296 pinzas: 16 Pirineos (los): 77 pirulis: 74 placer: 178 placiera o placiese, placieras 0 placieses, etc.: 178 placi6, placieron: 178 planeta: 69 plegar: 178 plena confianza: 229 plugo, pluguieron, pluguiera o plugiese, etc.: 178 plural: 55, 56, 61, 64, 22-78 pluralia tantum: 61, 76-77 poco: 145 poder: 179 podiendo: 179 podra, podras: 180 podrido: 179 podriendo: 180 podriera o podriese: 179-180 podrimos, podris: 180 podrir: 179 podriré, podrirds: 180 podriria: 180 Ppoema: 69 poli: 233 poliglota: 71 poligloto: 71 poner: 119 ponerse: 159 poni, poniste: 179 ponido: 179 poniendo: 179 popurris: 74 por consiguiente: 136 por contra: 14, 19, 27, 86, 98, 103, 110, 114, 116-119, 126, 166, 170, 181-182, 197, 220, 229, 256, 270 por cuanto: \17 por el contrario: 117 por en lugar de a: 127 por en lugar de de: 127-128 por en lugar de en: 128 por en lugar de otra preposicién: 127-128 por encima de ti: 3 por encima tuya: 97 por la mafiana temprano: 151 por mds que: 136 por medio de: 132, 231 por, omisi6n indebida: 126-127 por, presencia innecesaria: 127 por supuesto: 228 por tanto: 136 por velocidad: 125 por: 147-231 porque: 134-135 posesivo: 60, 94, 97-99 posibilidades diferentes: 226 posiblemente: 146 posponer: 179 posteriormente a: 130, 151-152 precisamente: 150 predecido: 176 predecir: 176 predicado: 54, 62 predicho: 176 preferir: 139 preguntastes: 162 preparado: 122 —-preposiciones llenas: 103 —preposiciones regidas: 142 —usos impropios: 102 —preposiciones vacias: 103 presentador: 218 presente de subjuntivo: 163 préstamo: 209, 217-219 presuponer: 179 pretérito imperfecto de subjunti- vo: 162-163 pretérito indefinido: 160-162 297 pretérito perfecto compuesto: 160- pretérito perfecto simple o inde- finido: 162 pretérito pluscuamperfecto de sub- juntivo: 166 pretérito pluscuamperfecto: 162 preved: 179 preveed: 179 preveer: 179, 205 preveeré, preveerds: 179 preveerta: 179 prevees, prevee, preveemos, pre- veeis, preveen: 179 prevet, prevetste, previyd, prevet- mos, prevetsteis, preveyeron: 179 preveido: 179 preveniendo: 179 prevenir: 179 prever con antelacion: 226-227 prever: 179, 205 preveré: 179 prevés, prevé, previ, previste, pre- vid: 179 preveyendo: 179 preveyera o preveyese, preveyeras o preveyeses: 179 previamente a: 129-130 previendo: 179 previera o previese: 179 previniendo: 179 previsto: 179 primeramente: 145, 151 primero de nada: 151 primero de todo: 151 primero: 80, 145 primordial: 80. principal: 80. principalmente: 150 pro: 103 probablemente: 146 problema: 220 problemas con los verbos irregu- lares: 174 proclitico: 85-86, 89 producir: 175 profe: 233 profundizar: 192 profundizarse: 192 pronombre: 84-89 —pronombre atono: 87, 95 —pronombre demostrativo: 100 —pronombre indefinido; 94 —pronombre personal: 86, 97 —pronombre reflexivo: 93, 94 —pronombre relativo: 94-97 pronto: 145 proponer: 219 protagonista principal: 227 protagonista: 70 protasis: 136, 165 proved: 179 proveer: 179 provei, proveiste, provey6, provei- mos, proveistes, proveyeron: 179 proveido: 179 proveniente: 206 provés, prové, provemos, provéis, provén: 179 proveyendo: 179 Proveyera 0 proveyese, proveyeras o proveyeses, etc.: 179 provi, proviste, provid, provimos, Provisteis, provieron: 179 proviendo: 179 proviera o proviese: 179 proviniente: 206 provisto: 179 proyecto de futuro: 227 pub: 18 pubs: 78 pudiendo: 179 298 pudrir: 179 pues: 135 puesto que: 135 puesto: 179 punto de vista: 219 punto y coma: 13-14, 17-18. 22. 25-26, 28, 35, 39, 41, 44, 46 punto: 13-14, 17-18, 22, 25-28. 35-39, 41-42, 44, 46-47, 246, 248, 253, 272 —y aparte: 34-36, 41, 244, 248, 255, 257 —y final: 10, 14, 34-37, 41, 43, 246-249, 258-259, 268 —y seguido: 20, 35-36, 249 puntos encorchetados: 256 puntos suspensivos: 14, 32, 34-35, 40, 43-44, 256-257 puntuacién: 13-16, 18, 25, 34-35, 38, 40, 42-43, 46-48, 247, 256, 259, 261, 265-267 —estilfstica: 14, 46-47 —funcional 0 basica: 46-48 —literaria: 47, 57 —neutra: 46-47 —suelta: 46-48 —trabada: 46-48 puntual: 208 pura verdad: 229 pus: 68, 270 puse, pusiste, puso, pusimos, pusis- teis, pusieron: 179 Pusiera o pusiese, pusieras 0 pusie- ses, ete.: 179 pyme: 234 que: 94-96, 133-135, 137-138, 141-142, 173, 185 quedar: 121 quedarse con: 184 quedarse: 184 quedré, quedrds, quedrd: 180 quedria, quedrias: 180 queismo: 118, 141-142 quejarse: 159 quepa, quepas, quepa, quepamos, ete.: 176 quepo, cabes, cabe, etc.: 176 querella criminal: 227 querémoos: 89 querémosos: 89 querer: 180 querramos, querrdis, etc.: 180 querré, querrds, querrd, querre- mos, querréis, querrdn: 180 querria, querrias, etc.: 180 quesuismo: 94 quien: 94, 96-97 quienes: 96-97 quienesquiera: 64 quienquiera: 64 quiera, quieras, quiera, quera- mos, querdis, quieran: 180 quizd: 146 radar: 234 radio (el): 71 radio (la): 71 radio a pilas: 111 radio de pilas: 111 rallies: 78 rally: 78 raya: 14, 39-41 rea: 70 recién: 150 recientemente: 150 reconozcdmoselo: 88 reconozcdmosselo: 88 récord: 78 recordar de: 120 recordar: 142. recordarse: 192 récords: 78 recuperar: 193 recuperarse: 193 rechazar: 191 299 redaccién: 13-14, 25, 103 reducir: 175 redundancias: 223-228 reflexividad: 87, 93-94 refranes: 228-229 regaliz: 69 regresar: 188-189 regular: 145 rehusar: 107, 191 relativo: 79, 94-97 remo: 12 remos: 12 rentois: 75 rentoy: 75 repercutir: 189 repeticiones: 222 replegar: 178 reponer: 179 representante: 211 reproducir: 175 requerir de: 120 resultar: 159 retener: 180 reteni, reteni6: 180 retraer: 180 retrai, retrajiste: 181 ricahembra: 64 ricashembras: 64 ricohombre: 64 ricoshombres: 64 rondés: 74 ropa: 217 rubt: 74 rubies: 74 rubis: 74 Ruiz (los): 77 sacratisimo: 82 sagradisimo: 82 sal: 67 salaz6n: 67 salir afuera: 227 salir: 159 salud: 61,75 salvo: 104 sandwich: 78 sdndwiches: 78 sangre: 65 sartén: 67 satisfacer: 180 satisfaceré, satisfacerds, satisfa- cerd: 180 satisfacerta, satisfacerias: 180 satisfact, satisfaciste, satisfacid, satisfacimos, satisfacisteis, sa- tisfacieron: 180 satisfacido: 180 Satisfaciera o satisfaciese: 180 satisfaré, satisfards, satisfard: 180 satisfaria, satisfarias: 180 satisfecho: 180 Satisfice, satisficiste, satisfizo, sa- tisficimos, satisfictsteis, satis- ficieron: 180 satisficiera 0 satisficiese: 180 scooter: 214 schock: 214 se vende pisos: 57 se venden pisos: 57 se: 56-57, 87-88 sed: 61, 75 seducir: 175 seguidamente a: 129-130 seguin que: 135 seguin: 103, 135 segur: 68 seguro de: 142 sensacion de: 142 sentados: 88 sentaos: 88 sentémonos: 88 300 sentémosnos: 88 sentir: 175, 177 sefial: 67 sefalar: 143 ser + participio: 195, 197 ser 0 estar + participio: 170 ser: 159, 174 seud6nimos: 251 si mismo: 94 st: 93-94, 145 sida: 234 sidico: 234 siglas: 13, 37, 233-237, 246-247, 252 —siglas consondnticas: 235 —siglas impropias: 235 —siglas propias: 234-235 —siglas silabicas: 235 signos: 13-14, 16, 35, 38, 40, 43- 48, 243, 247, 256, 259 —auxiliares: 38 —de entonacion: 14, 43-45 —de exclamacién: 14, 43-45 —de interrogacién: 14, 43-45 —de puntuaci6n: 13-16, 18, 25, 34-35, 37-38, 40, 42-43. 46- 48, 247, 256, 259, 261 —exclamativo: 14. 44 —interrogativo: 14, 44 —ortogrdficos: 13, 38 silla: 12 sillas: 72 simplicisimo: 81 simplisimo: 81 simultdneamente a: 130 sin embargo: 134 singular: 55-56, 58, 61-62, 72, 76, 87 singularia tantum: 61, 75-76 sino que: 134 sino: 134 sinrazon: 67 sintesis: 68 sintoma: 69 situaci6n: 212 sketch: 78 sketchs: 78 smoking: 214 so: 103-104, L1O sobre la base de: 115, 129 sobre todo: 150 sobre: 132, 230 sobreponer: 179 sofaes: T4 sofas: 74 sofisma: 69 soldar: 180 solde, soldes, solde, solden: 180 soldo, soldas, solda, soldan: 180 soler: 180 soleré, solerds: 180 soleria, solerias: 180 soli, soliste, etc.: 180 solia, solfas, etc.: 180 solidariamente: 155 solido: 180 soliendo: 180 soliera, solieras, etc.: 180 solo hizo que: 153 solo: 156 sospechar: 143 souvenir: 78 souvenirs: 78 spaghetti: 217 standard: 215 stand: 211 status; 212 stress: 215 su: 98, 232 subir arriba: 227 subjuntivo: 84, 88 substrayese: 181 subtitulo: 246 subvertir: 117 suceder: 158 suela, suelas, etc.: 180 suelde, sueldes, suelde, suelden: 180 sueldo, sueldas, suelda, sueldan: 180 suelo, sueles, etc.: 180 suerte: 65 suéter: 78 suéteres: 78 sufijos: 234 suite: 78 suites: 78 sujeto: 54-58, 62, 83, 93-95 —sujeto explicito: 54-55, 94, 158 —sujeto gramatical: 54 —sujeto paciente: 56 —sujeto pasivo: 56 superdvit: 78 superficie: 65 superior: 79, 81 superlativo: 79-82 —superlativo absoluto: 79, 81 —superlativo analitico: 79 —-superlativo sintético: 79, 82 suplemento; 95 suponer: 143, 179, 192 suponerse: 192. sus: 98 suspender: |92 sustantivo: 58-62, 65, 70, 72-77. 100 sustraer: 180 tabi: 74 tabties: 74 tabis: 74 tal vez: 146 tal: 135 también: 145 tampoco: 145 tan pronto como: 135, 140-141 tan...como: 150 tan: 79, 81, 135 tandem: 78 tanto: 135 tarde: 65, 126, 145 telefilme: 78 telefilmes: 78 telefonista: 71 télex: 78 tema: 58, 220 temperatura: 207 temporales: 135 temprano: 151 tenazas: 16 tener + participio: 196 tener: 180, 220 tenis: 217 teorema: 69 tesis: 68, 73 testigo: 70-71 testuz: 69 ti: 204 ti: 204 ticket: 215 tiempo: 157, 207 tiempos compuestos: 159-160 tijeras: 16-77 tinta china: 62 tipo: 70 tique: 215 tists: 74 titulo: 25, 32, 244, 246-247, 261 tizne: 70 tépicos: 228 torre: 65 total: 80 trabaz6n: 67 traducir: 175 traer: 180 tragaluz: 69 traje, trajiste, trajo, trajimos, tra- jisteis, trajeron: 180-181 302 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. verdad: 73 verdades: 73 versus: 219 ves: 163 vestibulo: 210 vestir: 177 vigente en la actualidad: 228 vinagre: 65 vio: 204 vid: 204 viveres: 61,76 vos: 88 voz activa: 197 voz pasiva: 197 xenismo: 312 yo: 221 y: 133, 150 ya que: 134-135 ya sea: 133 ya...ya: 134 yace 0 yaz, yazea, yazga o yaga, yaced: 181 yacer: 181 yaga, yagas, yaga, etc.: 181 yaza, yazas, yaza, etc.: 181 yazea, yazcas, yazca, yazcamos, yazcdis, yazcan: 181 yazco, yazgo 0 yago, yaces, yace, yacemos, yaceis, yacen: 181 yazga, yazgas, yazga, etc.: 181 yendo: 178 yerga, yergas, yerga, irgamos, irgdis, yergan: 177 yergo, yergues, yergue, erguimos, erguts, yerguen: 177 yergue o irgue, erguid: 177 yerguendo: 177 yerra, yerre, yerrad, yerren: 177 yerre, yerres, yerre, erremos, erréis, yerren: 177 yerro, yerras, yerra, erramos, errdis, yerran: 177 yo diria: 166 yupies: 78 yupy: 78 yuxtaposicién: 64 zodiaco: 75-76 zulti: 74 zulties: 74 zultis: 74 304 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. La capacidad imaginativa es innata, pero la técnica para redactar puede adquirirse. Con este trabajo se pretende advertir de los errores morfosintacti- cos y de las desviaciones léxicas y estilisticas mas frecuentes en el espanol actual a los posibles lectores, alumnos de los tltimos afios de bachillerato, de la universidad, profesionales y personas preocupadas por la lengua, ala vez que facilitarles los mecanismos necesarios para su correcciOn, Para ello se recogen los vicios lingtiisticos mas usuales, se explica el porque de su incorreccion y se formula su buen uso. En vez de partir de planteamientos te6ricos previos, se ha preferido hacerlo del empleo que los hablantes del espafiol hacen de su idioma, por lo que se ha recurrido a un conjunto muy amplio de textos escritos (literarios, periodisticos, juridicos, administrativos, cientificos, etc.), al lenguaje oral utilizado en los medios de comunicacion audiovisuales y a ejemplos extraidos de la conversa- cin cotidiana. La catalogacion de los errores se completa con algunas pautas téenicas para la redaccion y normas para la presentacion de textos, centrados, especialmente por el tipo de ptiblico al que va dirigido el libro, en la elaboracién de los traba- jos a los que se tiene que enfrentar el alumno en su vida académica. Al final de este manual, dado su caracter didactico, se incluyen una serie de gjercicios sobre las diver s tratadas. De esta manera, el lector podra comprobar si ha asimilado correctamente los aspectos tericos expuestos a lo largo de los distintos capitulos del libro, S mater Manuel Alvar Ezquerra es catedratico de Lengua Espanola de la Universidad Complutense de Madrid y miembro correspondiente de la Real Academia Espafola. Entre sus trabajos destacan numerosos estudios sobre lexicografia y didactica de la lengua. ISBN 84-7090-338-1

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