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Nutrición y Sensibilidad Química

Por Bruce Campbell - traducido por Cathy van Riel – Leader Against Pain 2007 – Julio 2009
La alimentación es el combustible del cuerpo, pero los pacientes con SFC y fibromialgia se
enfrentan con varios retos para conseguir alimentarse bien. Además, algunos pacientes son
sensibles a varias sustancias. Este artículo aborda ambos temas.
Primero, la mayoría de los pacientes con SF y con FM experimentan una intolerancia al alcohol
y muchos son sensibles a otras sustancias, incluyendo: cafeína y otros estimulantes;
edulcorantes como azúcar, jarabe de maíz, fructosa, aspartamo y sacarina; aditivos como el
Glutamato Monosódico, conservantes, colorantes y saborizantes artificiales; y el tabaco. Baja u
eliminar estas sustancias puede reducir los síntomas y los cambios de ánimo y también mejorar
el sueño.
Segundo, debido a las limitaciones de energía, la falta de apetito o la gravedad de los síntomas,
algunos pacientes tienen dificultades para pasar suficiente tiempo en la preparación de buenas
comidas. Algunas posibles soluciones incluyen:
§ Conseguir ayuda para preparar las comidas: Pide a familiares que compartan o se hagan cargo
de la responsabilidad de la preparación de los alimentos o comparte su preparación con amigos.
§ Preparar las comidas de antemano: Cuando te encuentras mejor, cocinar cantidades más
grandes para varios días o para congelar.
§ Utilizar alimentos congelados: Disponemos ahora de muchos alimentos nutritivos de forma
congelada.
§ Comprar online o por teléfono: Remplazar las visitas a la tienda de alimentación por pedidos
que se sirvan a tu domicilio.
§ Sé amable con tu cuerpo en la cocina: Prepara los alimentos respectando las necesidades de tu
cuerpo, como descansar regularmente, utilizar un taburete, limitar los movimientos repetitivos,
cuidar tu postura y evitar los platos que necesitan una preparación larga.
Tercero, más o menos un tercio de los pacientes con SFC o fibromialgia experimentan
sensibilidades o alergias alimentarias o tienen dificultades para absorber nutrientes. Las
reacciones negativas incluyen síntomas gastrointestinales como acidez estomacal, gases, nausea,
diarrea/estreñimiento, y también otros síntomas como dolor de cabeza, dolor, muscular, cambios
del pulso y fatiga.
Desafortunadamente no hay un grupo común de alimentos a los que son sensibles los pacientes
susceptibles con SFC y FM. Una persona puede responder mal a los lácteos, mientras que otra
tiene que evitar el trigo. Algunas fuentes comunes de alergia alimentaria incluyen los productos
lácteos, huevos, soja, trigo o maíz. Otras fuentes incluyen: tomates, patatas y otros miembros de
la familia de las Solanacea; frutas; alimentos con muchas especies; vegetales que producen
gases, vegetales como cebollas, col y brócoli; alimentos crudos; y nueces.
Hay dos grandes tratamientos para las sensibilidades y las alergias alimentarias: evitar y la dieta
de la rotación.
El primero paso en ambos tratamientos es el mismo: identificar los alimentos que desencadenan
reacciones alérgicas. Para hacer esto tienes que hacer una lista de los alimentos y las bebidas
que crees que te pueden causar problemas, eliminarlos de tu dieta, y luego reintroducirlos uno
tras otro. Ya que puede que las reacciones tarden entre uno y varios días en desarrollarse, tienes
que anotar los alimentos que ingieres y los síntomas que experimentas durante periodos de
varios días.
Si hay alimentos que producen fuertes reacciones como diarrea, nausea, dolor de cabeza o
escalofríos, probablemente los tendrás que eliminar por completo de tu dieta. A menudo, la
simple eliminación de unos pocos alimentos puede mejorar drásticamente tus síntomas. Como
alternativa es posible que notes que eres capaz de tolerar un alimento si solamente lo comes
ocasionalmente. A esto se suele llamar la dieta de rotación. Después de comer un alimento,
esperas un periodo de 4 a 7 días antes de volver a ingerirlo.
Tal como con tanto que concierne el SFC y la FM, las reacciones a los alimentos son muy
individuales, por esto hay que individualizar el abordaje alimentario. No existe una "dieta para
el SFC" o "dieta para la fibromialgia" estándar. A continuación encontrarás unos consejos
generales.
§ Experimentar: más o menos 2 tercios de los pacientes con SFC y FM no tienen alergias
alimentarias y les basta concentrarse en alimentarse de forma equilibrada y evitar sustancias
como el alcohol y el tabaco. Los demás tendrán que averiguar las sustancias que causan sus
síntomas. Ya que las reacciones alimentarias varían de una persona a la otra, las personas en
este tercio tendrán que experimentar para determinar los alimentos que tendrán que reducir u
eliminar de su dieta.
§ Escucha tu cuerpo: Si un alimento o sustancia hace que te sientas peor, no lo comas. Las
sensibilidades varían tremendamente; es posible que no toleres "alimentos buenos" como ciertas
frutas y vegetales.
§ Come sensato: Hasta donde te permiten tus sensibilidades, procura tomar una dieta
equilibrada. Es más peligroso probar las dietas de moda que llevar una dieta estándar
generalmente recomendada para todos los adultos, una que incluye una variedad de alimentos de
diferentes grupos de alimentos, concentrándote en frutas, vegetales, granos enteros y moderada
en grasa.
§ Evitar ciertos alimentos y sustancias: Casi todos los pacientes con SFC y FM tienen
intolerancia al alcohol y a estimulantes como la cafeína del café y del té. Muchos son sensibles a
los edulcorantes y los aditivos alimentarios. Eliminar o reducir estos productos es sensato para
la mayoría de los pacientes.
§ Considerar otras causas de los problemas alimentarios: Muchos pacientes con SFC y FM
también sufren del síndrome del colon irritable (SCI) o de infecciones de hongos como cándida.
Ten en cuenta que algunas o todas tus sensibilidades alimentarias pueden ser causadas por estas
otras enfermedades.
Sensibilidad Química
Los pacientes con SFC y FM también experimentan a menudo reacciones alérgicas a otras
sustancias aparte los alimentos. El rango de reacciones varía mucho entre los pacientes, desde
molestias leves a amenazas serias. Los que están en el lado grave del espectro pueden estar
confinados en casa.
Son habituales las sensibilidades a hongos, ácaros y hierbas. Los pacientes también reaccionan a
los perfumes, productos perfumados, humo de cigarrillos, productos químicos para la casa,
gases emanados por los vehículos, pegamentos, tintes y tinta.
Los síntomas incluyen dolor de cabeza, mareo, desmayo y nausea. (Ya que muchos pacientes
con químicamente sensibles, la mayoría de asociaciones de SFC y FM piden que la gente acuda
"libre de fragrancias.")
La estrategia de manejo más útil es la evitación, que incluye eliminar sustancias que molestan
del domicilio y limitar la exposición a ellas cuando se sale de casa. Si piensas que es posible que
sea químicamente sensible, comprueba los productos en tu cocina, cuarto de baño, cuarto de
lavado, como productos de limpieza, jabones, detergentes, pesticidas y productos de aseo
personal, como desodorantes, champús, pasta de dientes, lociones y perfumes.
Para leer más, mirar los Capítulos 8 y 9 en el libro de Erica Verrillo y Lauren Gellman ”
Chronic Fatigue Syndrome: A Treatment Guide y la discusión sobre diseñar un entorno sano en
el libro de Fred Friedberg “Coping with Chronic Fatigue Syndrome”.
fuente:
http://www.cfidsselfhelp.org/library/nutrition-and-chemical-sensitivity

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