San Justino explica su conversión al cristianismo luego de un encuentro con un anciano mientras meditaba solo. El anciano le habló de los profetas bíblicos como la fuente de la verdadera sabiduría, no los filósofos. Los profetas hablaron inspirados por Dios y predijeron a Cristo. Justino pasó a seguir las enseñanzas de Cristo, que consideraba la única filosofía segura y provechosa.
San Justino explica su conversión al cristianismo luego de un encuentro con un anciano mientras meditaba solo. El anciano le habló de los profetas bíblicos como la fuente de la verdadera sabiduría, no los filósofos. Los profetas hablaron inspirados por Dios y predijeron a Cristo. Justino pasó a seguir las enseñanzas de Cristo, que consideraba la única filosofía segura y provechosa.
San Justino explica su conversión al cristianismo luego de un encuentro con un anciano mientras meditaba solo. El anciano le habló de los profetas bíblicos como la fuente de la verdadera sabiduría, no los filósofos. Los profetas hablaron inspirados por Dios y predijeron a Cristo. Justino pasó a seguir las enseñanzas de Cristo, que consideraba la única filosofía segura y provechosa.
dialogo con trifon, laverdadera sabiduria/san justino
San Justino, mrtir, es el Padre apologista griego ms importante del siglo II
y una de las personalidades ms nobles de la literatura cristiana primitiva. Naci en Palestina, en Flavia Nepolis, la antigua Siquem. De padres paganos y origen romano, pronto inici su itinerario intelectual frecuentando las escuelas estoica, aristotlica, pitagrica y platnica. La bsqueda de la verdad y el herosmo de los mrtires cristianos provocaron su conversin al cristianismo. Desde ese momento, permaneciendo siempre laico, puso sus conocimientos filosficos al servicio de la fe. Lleg a Roma durante el reinado de Marco Aurelio (138-161) y all fund una escuela, la primera de filosofa cristiana. Segn su discpulo Taciano, a causa de las maquinaciones del filsofo cnico Crescente, tuvo que comparecer ante el Prefecto de la Urbe y, por el solo delito de confesar su fe, fue condenado con otros seis compaeros a muerte, probablemente en el ao 165. De sus variados escritos, slo conservamos dos Apologas, escritas en defensa de los cristianos, dirigidas al emperador Antonino Po; y una obra titulada Dilogo con el judo Trifn, donde defiende la fe cristiana de los ataques del judasmo.
La verdadera sabidura (Dilogo con Trifn, 1-8)
Una maana que paseaba bajo los porches del gimnasio, se cruz conmigo cierto sujeto: Salud, filsofo!, me dijo. Y a la vez que saludaba, se dio la vuelta y se puso a pasear a mi lado, y con l tambin sus amigos. Yo le devolv el saludo: Qu ocurre?, le contest. Me ense en Argos Corinto el socrticorespondique no se debe descuidar a los que visten hbito como el tuyo, sino, ante todo, mostrarles estima y buscar conversacin con el fin de sacar algn provecho, pues, aun en el caso de que saliese beneficiado slo uno de los dos, ya sera un bien para ambos. Por eso, siempre que veo a alguien con este hbito, me acerco a l con gusto. Tambin los que me acompaan esperan or de ti algo de provecho... Y quin eres t, oh el mejor de los mortales?, le repliqu, bromeando un poco. Entonces me indic, sencillamente, su nombre y su raza: Mi nombre es Trifn, y soy hebreo de la circuncisin que, huyendo de la guerra recientemente finalizada, vivo en Grecia, la mayor parte del tiempo en Corinto. Y cmole respondpuedes sacar ms provecho de la filosofa que de tu propio legislador y de los profetas? No tratan de Diosme repliclos filsofos en todos sus discursos y no versan sus disputas sobre su unicidad y providencia? Y no es objeto de la filosofa investigar acerca de Dios? Ciertamentele dije, y sa es tambin mi opinin; pero la mayora de los filsofos ni se plantean siquiera el problema de si hay un solo Dios o muchos, ni si tiene o no providencia de cada uno de nosotros, pues opinan que semejante conocimiento no contribuye para nada a nuestra felicidad (...). Entonces l, sonriendo, dijo cortsmente: Y t qu opinas de esto, qu piensas de Dios y cul es tu filosofa? Te dir lo que me parece claro, respond. La filosofa, efectivamente, es en realidad el mayor de los bienes y el ms precioso ante Dios, a quien nos conduce y recomienda 1. Y santos, en verdad, son aquellos que a la filosofa consagran su inteligencia. Sin embargo, qu es en realidad y por qu fue enviada a los hombres, es algo que escapa a la mayora de la gente; pues siendo una ciencia nica, no habra platnicos, ni estoicos, ni peripatticos, ni tericos, ni pitagricos (...). (Al llegar a este punto, Justino explica a sus interlocutores cmo fue pasando por diversas escuelas filosficas en busca de la sabidura, pero ninguna le satisfizo). Con esta disposicin de nimo, determin un da refugiarme en la soledad y evitar todo contacto con los hombres. Me dirig a cierto paraje, no lejos del mar. Cerca ya del lugar, me segua a poca distancia un anciano de aspecto venerable. Me di la vuelta y clav los ojos en l. Es que me conoces?, pregunt. Contest que no. Entonces, por qu me miras de esa manera? Estoy maravilladodijede que hayas venido a parar a este mismo lugar, donde no esperaba encontrar a hombre alguno. Ando preocupadorepuso lpor unos parientes mos que estn de viaje. He venido a mirar si aparecen por alguna parte. Y a ticoncluyqu te trae por ac? Me gustale dijepasar as el rato: puedo conversar conmigo mismo sin estorbo. Para quien ama la meditacin no hay parajes tan propios como stos. Luego, eres amigo de la idea y no de la accin y de la verdad? Cmo no tratas de ser ms bien un hombre prctico y no sofista? Y qu mayor bien hayle repliquque demostrar cmo la idea lo dirige todo y, concebida en nosotros y dejndonos conducir por ella, contemplar el extravo de los dems y que en nada de sus ocupaciones hay algo sano y grato a Dios? Sin la filosofa y la recta razn no es posible que haya prudencia (...). (El relato contina con las ms variadas preguntas del anciano acerca de la inmortalidad del alma, sus capacidades, la relacin de las criaturas con Dios... Justino intenta responder, pero llega un momento en el que comprende que los filsofos no son capaces con la sola razn de dar cuenta de todos los interrogantes que se plantean los hombres.) Entoncesvolv a replicar, a quin vamos a tomar por maestro o de donde podemos sacar provecho, si ni en stos, como en Platn o en Pitgoras, se halla la verdad? Existieron hace mucho tiempome contest el viejounos hombres ms antiguos que todos stos tenidos por filsofos; hombres bienaventurados, justos y amigos de Dios, que hablaron por inspiracin divina; y divinamente inspirados predijeron el porvenir, lo que justamente se est cumpliendo ahora: son los llamados profetas. stos son los que vieron y anunciaron la verdad a los hombres, sin temer ni adular a nadie, sin dejarse vencer de la vanagloria; sino, que llenos del Espritu Santo, slo dijeron lo que vieron y oyeron. Sus escritos se conservan todava y quien los lea y les preste fe, puede sacar el ms grande provecho en las cuestiones de los principios y fin de las cosas y, en general, sobre aquello que un filsofo debe saber. No compusieron jams sus discursos con demostracin, ya que fueron testigos fidedignos de la verdad por encima de toda demostracin. Por lo dems, los sucesos pasados y actuales nos obligan a adherirnos a sus palabras. Tambin por los milagros que hacan es justo creerles, pues por ellos glorificaban a Dios Hacedor y Padre del Universo, y anunciaban a Cristo Hijo suyo, que de l procede. En cambio, los falsos profetas, llenos del espritu embustero e impuro, no hicieron ni hacen caso, sino que se atreven a realizar ciertos prodigios para espantar a los hombres y glorificar a los espritus del error y a los demonios. Ante todo, por tu parte, ruega para que se te abran las puertas de la luz, pues estas cosas no son fciles de ver y comprender por todos, sino a quien Dios y su Cristo concede comprenderlas. Esto dijo y muchas otras cosas que no tengo por qu referir ahora. Se march y despus de exhortarme a seguir sus consejos, no le volv a ver jams. Sin embargo, inmediatamente sent que se encenda un fuego en mi alma y se apoderaba de m el amor a los profetas y a aquellos hombres que son amigos de Cristo y, reflexionando sobre los razonamientos del anciano, hall que sta sola es la filosofa segura y provechosa. De este modo, y por estos motivos, yo soy filsofo, y quisiera que todos los hombres, poniendo el mismo fervor que yo, siguieran las doctrinas del Salvador. Pues hay en ellas un no s qu de temible y son capaces de conmover a los que se apartan del recto camino, a la vez que, para quienes las meditan, se convierten en dulcsimo descanso. Ahora bien, si t tambin te preocupas algo de ti mismo y aspiras a tu salvacin y tienes confianza en Dios, como a hombre que no es ajeno a estas cosas, te es posible alcanzar la felicidad, reconociendo a Cristo e inicindote en sus misterios