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Salida en coche el viernes por la tarde con destino a Montejo de Tiermes, al sur

de la provincia de Soria.
Llegaremos en 3 horas circulando por la
A-1 hasta Aranda de Duero. Allí
tomamos hacia San Esteban de Gormaz y en San
Esteban cogemos la carretera hasta el mismo
Montejo de Tiermes, pasado el cual llegamos hasta el
yacimiento arqueológico de Tiermes. Se encuentra
perfectamente señalizado y cuenta con una posada
rural (Termes) con una oferta gastronómico-
cultural-natural siempre adaptada a la temporada de
que se trate. En la actualidad y hasta el 29 de
Noviembre celebra todos los fines de semana unas
jornadas micológicas (Soria en otoño es un paraíso de la micología) dentro de las cuales el sábado
por la mañana, después de haber dormido bien, proponen el siguiente plan por 33 euros:
* Entorno a las 10´30 un “ligero almuerzo” con pan de pueblo, vino, caldito, torreznos y
alguna seta de temporada;
* A las 11´20 salida al campo acompañados de guía experto para recolectar, aprendiendo,
distintas especies de setas y hongos;
* Entorno a las 12´30 visita al museo y yacimiento arqueológico; Tiermes (antigua Termes) es
la más espectacular ciudad amurallada de los Arevacos, por la particularidad de ser ciudad
rupestre, de manera que su muralla, anfiteatro, edificios e incluso un largo acueducto no se
levantaron sino que se excavaron en el cerro rocoso en el que aquel pueblo celtíbero se
asentó; conquistada en el año 98 antes de Cristo por Roma (que obligó a los siempre
rebeldes termestinos a bajar a vivir al llano) conoció luego su mayor esplendor. Es curioso
que la primera monografía sobre Tiermes fuera del conocido Alvaro de Figueroa, Conde de
Romanones, que en 1910 quedó allí maravillado.
* A las 14´30 degustación de menú micológico consistente en Extendida Preñada de
Angulas de monte, Carpacho de Boletus Edulis con hierbas y aceite de nuez, Judías Blancas
de San Esteban con senderillas, Congrio con salsa de Macrolepiotas, Pollo de Corral con
setas de cardo y trufa de Valderroman y de postre Torrijas de Rebozuelo con Brebaje de
Rebozuelos, todo ello regado con Ribera del Duero, café y Orumi (antiguo licor Celtibérico).

Por la tarde podemos ayudar a digerir la comilona con un paseo por


el cercano y espectacular encinar de Valderroman, con algunas encinas
singulares por su gigantesco tamaño. Entre la multitud de opciones
posteriores tenemos la de acercarnos al Burgo de Osma, visitar su catedral
gótica (la cuarta más importante del estado), cenar un espectacular
cochinillo asado y comprar su famosa mantequilla dulce. También podemos visitar el
impresionante Castillo de Gormaz, la fortaleza califal más grande de Europa, definitivamente
conquistada a los árabes en el año 1087 por el Cid Campeador, aunque en el año 975
Sancho de Navarra y Ramiro de León no pudieron conquistarla tras un asedio con 60
mil hombres. En todo caso, no dejaremos de ver la Ermita de San Baudelio de
Berlanga, única en el mundo. De estilo mozárabe, su planta es una auténtica
palmera de obra (el tronco hace de pilar central y los arcos hacen las veces de hojas
de palma) aunque lo más espectacular son sus paredes policromadas con preciosos
motivos religiosos y naturales. Poca gente sabe que el camello hoy símbolo de la
marca de cigarrillos Camel es una pintura medieval gigante de esta ermita que, junto con todas las
demás, fue comprada en 1929 a cuatro pesetas por un avispado turista americano que las vendió al
museo de Cincinati. A pesar de ello, los restos de las pinturas permanecen como maravillosos
“negativos” en las paredes.

La mejor forma de terminar el día sería continuar hasta la vecina Berlanga de Duero, ciudad
medieval que conserva gran parte de su muralla y de la que fue primer alcalde cristiano, tras
conquistarla, el Cid Campeador. Visitaremos su castillo y plaza mayor y cenaremos muy bien y
muy barato en el Mesón los Leones.

Multitud también son las opciones para pasar la noche. Aconsejamos el


cercano Palacio de Brias, de estilo renacentista y hoy auténtico hotel-museo
con encanto, ubicado en medio de un inmenso campo verde y regentado por
un matrimonio tan culto como cercano y afable, él alcalde del pueblo, ella
californiana con fuerte acento norteamericano.
El domingo por la mañana, tras espectacular desayuno en compañía de
los anfitriones, tomamos la N-112 y, a medio camino entre El Burgo de Osma y Soria capital,
tomamos a la izquierda, pasando Calatañazor, hasta Muriel de la Fuente. Dejamos el coche para
caminar hasta la fuentona, nombre con el que se conoce a la laguna-manantial en la que nace el río
Avión, tras hacer un paseo que para muchos es más bonito que el conocido Cañón del Río Lobos,
también en Soria.
Una vez disfrutado el paseo, volviendo sobre nuestros pasos escasos 3 kilómetros, nos
dirigiremos a Calatañazor aunque no sin detenernos en el Sabinar de Calatañazor, el mayor
bosque de Sabinas de la península. Desde dicho bosque llegaremos a Calatañazor por el llamado
valle de la sangre, una amplia llanada (denominada así desde que en el año 1002 Sancho García de
Navarra derrotara allí a Almanzor, que fallecería después de la batalla en Medinaceli) y desde la
cual resulta más grandiosa la vista de la ciudad. La ciudad amurallada de Calatañazor se alza
sobre un cerro manteniendo sus casas y sus calles empedradas medievales mejor que ninguna otra
ciudad o pueblo de Soria. Es obligado callejear y comprar artesanía y productos naturales, tras lo
cual degustaremos la mejor cocina castellana en cualquiera de los restaurante del lugar. Quizá el de
La Casa Rural de Calatañazor sea la opción más original, por incluir también cocina y decoración
árabe.

Por la tarde, antes de volver hacia Bilbao por la N-111, de camino es obligado parar en las
ruinas de Numancia, ubicadas en un cerro sobre el pueblo de Garray. Numancia es símbolo de
resistencia a la ocupación y de amor a la libertad, y para conquistarla Escipión el Africano tuvo que
encerrar durante 10 meses a sus habitantes con una muralla de 9 kilómetros y medio de longitud,
por 4 metros de grosor y 6 metros de altura. Hasta entonces y durante más de 250 años, Roma había
sido derrotada siempre por los bravos Numantinos. Merece la pena la visita que permite, entre
otras cosas, ver la reproducción de sendas casas celtíbera y romana, así como los aperos y utensilios
de cada cultura, incluyendo las espadas de uno y otro bando (falcata celtibérica y gladium
romano).

Si sobrara tiempo podemos acercarnos a la capital Soriana a ver sus


iglesias románicas o su Museo Numantino, que alberga también multitud de
retos prehistóricos como la osamenta de mamut más grande que se conoce.
También podemos acercarnos a Vinuesa (la antigua Visontium) y hacer
senderismo por la Laguna Negra, volviendo luego a Bilbao por el alto de Santa
Inés en el que no será extraño tener que detenernos para ver Corzos o esquivar
vacas asilvestradas.
La provincia da para muchísimo más, pero en este fin de semana nos llevaremos una
selección.

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