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a igualdad ha sido uno de los princi- ha incorporado como un valor superior del
pios que a través de la historia ha ordenamiento jurídico, al que se le dota de
creado pasiones y odios pero, entre un contenido prescriptivo plasmado en fun-
otras cosas, ha sido el motor de la reivindica- ciones orientadoras e informadoras en la pro-
ción feminista. Desde la perspectiva del De- ducción e interpretación de las normas jurí-
recho constitucional, la igualdad ha sido bá- dicas.
sicamente un concepto que ha presidido la
La igualdad, como ha señalado Celia
elaboración los textos constitucionales como
Amorós1, es un concepto regulativo político,
principio político. No hay que olvidar a este
un concepto ético y un valor, y, sobre todo en
el ámbito del Derecho, y muy especialmente
* Profesora Titular de Derecho Constitucional. del Derecho constitucional, la igualdad repre-
Universidad de Valencia. senta unos de los principios más interesan-
** Profesora Titular de Derecho Constitucional. tes, pero quizás también más abstractos y
Universidad Jaume I de Castellón. más difíciles de concretar.
*** Técnico superior de investigación. Universidad
Jaume I de Castellón. Aunque el concepto de igualdad ha sido
Nota: La elaboración de este trabajo se enmarca en
muy elaborado por la doctrina, continúa
un proyecto de investigación más amplio, financiado
por un convenio de colaboración entre el Instituto de la resultando interesante profundizar en su
Mujer y la Universidad Jaume I de Castellón, dirigido a
elaborar una herramienta de consulta legal on line con
la normativa internacional, europea, estatal y autonó- 1
AMORÓS, Celia (2005): La gran diferencia y sus
mica en materia de igualdad de oportunidades entre pequeñas consecuencias para la lucha de las mujeres,
mujeres y hombres. Ediciones Cátedra, Feminismos, Madrid, p. 288.
conceptuación jurídica y, de modo simultá- rios que no dejan de ser una particularidad
neo, distinguirlo de otros conceptos que han y una diferencia. En la medida que el sujeto
dado lugar a mucha confusión y que, en espe- de las normas jurídicas se corresponde con
cial tratándose de la igualdad entre mujeres esa particularidad, el modelo sobre el que se
y hombres, en ocasiones no han contribuido al asienta el concepto de igualdad formal tam-
avance de la igualdad. Sobre todo, existe una bién responde a las diferencias o particulari-
confusión notable entre los conceptos de dades que se identifican mejor en general con
igualdad e identidad2. los hombres y, especialmente, con un grupo
de ellos (blancos etc.). Como no se han esta-
Si partimos de que las diferencias se pro- blecido la equivalencia, la homologación y la
ducen en el desarrollo de la vida humana, la equipotencia de las restantes diferencias,
cuestión radica en cómo ponderarlas y situar- tras aplicar la igualdad formal ocurre que las
las en términos de equivalencia o de homolo- normas sólo son efectivas para los iguales y
gación. Ninguna diferencia es en principio no para los diferentes, dado que las diferen-
buena o mala, lo que ocurre es que las dife- cias no han sido homologadas y además aque-
rencias a las que se asigna un orden jerárqui- llas que han sido interiorizadas en las nor-
co inferior o desigual son malas. En conse- mas conforman un orden jerárquico a partir
cuencia, es necesario construir el concepto de del cual las restantes diferencias pertenecen
igualdad para poder homologar las diferen- a un orden jerárquico inferior y producen
cias. La igualdad presupone la diferencia y no como resultado más desigualdad.
la identidad porque, si las cosas son idénti-
cas, no hace falta establecer términos de com- De hecho, la igualdad formal ha demostra-
paración. La identidad está referida a un con- do su incapacidad para solucionar los valores
junto de términos indiscernibles que compar- del Estado social y su estricta aplicación pue-
ten una predicación común3. de llegar incluso a desvirtuar los postulados
del mismo, pero ello no significa que en el
Continuando con esta reflexión, la igual- Estado social se abandone la idea de la igual-
dad es un concepto racional que parte necesa- dad en la ley y de la igualdad en la aplicación
riamente de la necesidad de que los seres de la ley en tanto concreciones de la igual-
humanos, a pesar de las diferencias, disfru- dad formal, sino que en la elaboración y apli-
ten de posiciones equivalentes, porque si se cación de la ley debe incorporarse el concepto
establece que unas determinadas caracterís- de eliminación de la discriminación como
ticas en definitiva, diferencias son las bue- puente (Rodríguez Piñeiro, M.; Fernandez
nas, todas las demás resultarán ser malas. Lopez, M. 1986, 76) para garantizar la no
Por tanto, lo interesante es establecer la arbitrariedad de los poderes públicos y la
homologación de las diferencias y las corres- igualdad real entre la ciudadanía, al menos,
pondientes equivalencias. en aquellos aspectos que se consideren rele-
vantes.
Pues bien, el modelo universal interioriza-
do en las normas jurídicas a partir del Estado La eliminación de la discriminación va a
Constitucional responde a unas característi- ser, por consiguiente, el elemento que inte-
cas propias de los hombres y más concreta- ractúe entre la voluntad del legislador y el
mente, de los hombres blancos y propieta- operador jurídico para conseguir la igualdad
real. En principio las discriminaciones pue-
den ser de distintos tipos pero la Constitución
2
Obra citada, p. 286. Por ejemplo, cuántas veces se
ha escuchado que las mujeres quieren ser idénticas a los Española de 1978 incorporó aquellas sobre
hombres y que eso es absolutamente imposible. las que existe un consenso: la raza, el sexo,
3
Obra citada, p. 287. etc.
Estas discriminaciones sobre las que exis- de ser mujer en cualquiera de las organiza-
te un consenso deben presidir la actividad del ciones o combinaciones posibles la posiciona
legislador y de los operadores jurídicos, no en inferioridad respecto a los hombres de esa
tanto para observar si las leyes en su aplica- misma adscripción.
ción contribuyen a su eliminación, si no para
integrar en la elaboración y en la aplicación Una de las políticas de igualdad que se ha
de la norma las respectivas situaciones, prio- desarrollado en los últimos años son las accio-
ridades y necesidades de mujeres y hombres nes positivas, que ha tenido una contestación
por algunos sectores que entienden que estas
de cara a promover la igualdad entre los mis-
políticas perjudican a los hombres. Se trata
mos y analizar los efectos sobre las respecti-
de medidas específicas de intervención que
vas situaciones.
actúan sobre las barreras sociales que dificul-
La igualdad material debe entenderse des- tan la igualdad de oportunidades entre muje-
de una doble dimensión: como un punto de res y hombres. Su objetivo es equilibrar y
partida que sitúa a los poderes públicos ante compensar las diferencias sociales que produ-
la necesidad de establecer un conjunto de ce la discriminación social que puedan sufrir
medidas para conseguir que los ciudadanos uno u otro sexo, generalmente las mujeres.
tengan unas condiciones similares para el
Las acciones positivas cuentan con un
ejercicio de los derechos; y como un punto de
reconocimiento internacional y, así, la Con-
llegada para evaluar que el resultado final es
vención de Naciones Unidas sobre la elimina-
realmente igual.
ción de todas las formas de discriminación
contra las mujeres (1979)4, insta a los Esta-
2. LA TRANSVERSALIDAD
Y LAS ACCIONES POSITIVAS COMO 4
Artículo 3: «Los Estados Partes tomarán en todas
MANIFESTACIONES DEL PRINCIPIO las esferas, y en particular en las esferas política, social,
DE IGUALDAD EFECTIVA económica y cultural, todas las medidas apropiadas,
EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno
desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de
garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos huma-
2.1. Las acciones positivas nos y las libertades fundamentales en igualdad de con-
diciones con el hombre». Artículo 15: «Los Estados Par-
El reconocimiento de la igualdad entre tes reconocerán a la mujer la igualdad con el hombre
mujeres y hombres, y la dificultad para ante la ley. Los Estados Partes reconocerán a la mujer, en
materias civiles, una capacidad jurídica idéntica a la del
implantar la igualdad real, ha sido el motivo
hombre y las mismas oportunidades para el ejercicio de
fundamental para adoptar las políticas de esa capacidad. En particular, le reconocerán a la mujer
igualdad. Las políticas de igualdad entre los iguales derechos para firmar contratos y administrar bie-
sexos surgen con la finalidad de eliminar los nes y le dispensarán un trato igual en todas las etapas del
obstáculos que impiden que las mujeres y los procedimiento en las cortes de justicia y los tribunales.
hombres ejerzan su derechos y libertades en Los Estados Partes convienen en que todo contrato o
cualquier otro instrumento privado con efecto jurídico
condiciones de igualdad. Estas políticas par-
que tienda a limitar la capacidad jurídica de la mujer se
ten de la base de que existe una discrimina- considerará nulo. Los Estados Partes reconocerán al
ción cuyo origen es el sexo, en la medida que hombre y a la mujer los mismos derechos con respecto a
en todas la sociedades históricamente conoci- la legislación relativa al derecho de las personas a circu-
das los hombres han ostentado el poder y las lar libremente y a la libertad para elegir su residencia y
domicilio». En este punto hay que señalar que, en la rati-
mujeres han tenido una posición de inferiori-
ficación de esta Convención, España formuló una decla-
dad. La pertenencia a uno u otro sexo ha con- ración que contiene una reserva en relación con la pre-
dicionado la vida de las mujeres y también la ferencia del varón sobre la mujer en el orden a la suce-
de los hombres, pero está claro que el hecho sión a la Corona.
dos para que adopten las medidas apropiadas valente a la evolución internacional y a la
para garantizarles el ejercicio de los derechos interna en los diferentes Estados miembros.
en las mismas condiciones que los hombres. Se ha pasado de la fase de la igualdad formal
de los primeros Tratados constitutivos al
A pesar de que exista un cierto consenso en desarrollo de la igualdad material y de las
relación a la necesidad de adoptar medidas acciones positivas en el Tratado de Ámster-
para conseguir la igualdad real entre mujeres dam y en la Carta de los Derechos Funda-
y hombres, existe también una cierta indefi- mentales. En el Tratado de Ámsterdam, como
nición legal respecto a la concreción de las se comprobará, se reconocen las acciones
acciones positivas5 y una controversia doctri- positivas en el ámbito profesional. En la Car-
nal en torno a su legitimación, que no facilita ta de los Derechos Fundamentales, por su
la puesta en marcha de acciones que contri- parte, las acciones positivas están reconoci-
buyan a la eliminación de la discriminación das en el artículo 23.2, en relación con la
por razón de sexo. igualdad de mujeres y hombres en todos los
ámbitos. El Tratado por el que se establece
En el ordenamiento jurídico comunitario
una Constitución para Europa, cuyo proceso
la evolución conceptual de la igualdad entre
de ratificación sigue suspendido, introduce
mujeres y hombres ha sido progresiva y equi-
en el núcleo de los derechos fundamentales
de la Unión la acción positiva; así el art. II-83
5
Un vacío al que intenta dar solución en el ámbito señala lo siguiente en su párrafo segundo: «El
estatal el proyecto de Ley orgánica de igualdad efectiva principio de igualdad no impide el manteni-
entre mujeres y hombres (121/000092). Este problemá- miento o la adopción de medidas que supon-
tica se ha intentado solucionar en el ámbito autonómico gan ventajas concretas a favor del sexo menos
con la promulgación de las leyes autonómicas de igual-
representado».
dad de oportunidades entre mujeres y hombres, en las
que ha sido objeto de definición el concepto de acción
En el ámbito del Consejo de Europa tam-
positiva. Así, la Ley 9/2003, de 2 de abril, para la igual-
dad entre mujeres y hombres de las Cortes Valencianas bién se ha reconocido la necesidad de estable-
(DGOV del 4), en su artículo 4 establece lo siguiente: cer medidas de acción positiva. Al margen de
«Acciones positivas. 1. Al efecto de promocionar la igual- otras referencias posibles, puede destacarse
dad entre mujeres y hombres, no se considerarán discri- el Protocolo Adicional a la Carta Social Euro-
minatorias las medidas especiales encaminadas a acele- pea, hecho en Estrasburgo el 5 de mayo de
rar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hom-
1988, que en el artículo 1.3 (Parte II) admite
bres, sin que, en ningún caso, estas medidas puedan
suponer, como consecuencia práctica, el mantenimiento la adopción de «medidas específicas dirigidas
de regulaciones separadas. 2. Las medidas de acción a terminar con las desigualdades de hecho»6.
positiva se mantendrán mientras no estén plenamente
logrados los objetivos de igualdad de oportunidades».
De acuerdo con el artículo 3.5 de la ley 4/2005, de 18 de 2.2. La transversalidad
febrero, de igualdad de mujeres y hombres del Parla-
mento Vasco (BOPV de 8 de marzo), «Acción positiva.
La introducción de la transversalidad de la
Para promover la consecución de la igualdad real y efec-
tiva de mujeres y hombres, los poderes públicos deben perspectiva de género (gender mainstreming)
adoptar medidas específicas y temporales destinadas a
eliminar o reducir las desigualdades de hecho por razón
de sexo existentes en los diferentes ámbitos de la vida». 6
Un estudio sobre el trabajo del Consejo de Euro-
En una línea parecida, artículos 13 a 24 de la Ley 1/2003, pea en torno a las acciones positivas puede encontrarse
de 3 de marzo, de igualdad de oportunidades entre en Instituto de la Mujer (2001): Acciones positivas en el
mujeres y hombres de Castilla y León (BOCyL del 7), artí- campo de la igualdad entre hombres y mujeres. Informe
culo 4 de la Ley 7/2004, de 16 de julio, gallega para la final de actividades del grupo de especialistas sobre
igualdad de mujeres y hombres (DOG de 3 de agosto) y acciones positivas en el campo de la igualdad entre muje-
artículo 2.c) de la Ley 12/2003, de 20 de septiembre, res y hombres (EG-S-PA), Serie Documentos n.º 35, Insti-
para la mujer de las Islas Baleares (BOIIBB del 26). tuto de la Mujer, Madrid.
en el terreno legal y político no puede enten- Declaración de Pekín muestra de modo ilus-
derse por completo si no se toma como punto trativo la integración de la transversalidad,
de partida el trabajo desarrollado sobre este al enunciar que los Gobiernos se comprome-
tema por las Naciones Unidas y la Unión ten «a aplicar la siguiente Plataforma de
Europea. Acción y a garantizar que todas nuestras polí-
ticas y programas reflejen una perspectiva de
Aunque no pueden olvidarse algunas refe- género». Igualmente, en el párrafo 308 de la
rencias previas7, la transversalidad en la Plataforma de Acción se establece que en el
aplicación de la perspectiva de género fue uno sistema de las Naciones Unidas debe asig-
de los «conceptos estrellas» de la Cuarta Con- narse al nivel más alto posible «la responsa-
ferencia Mundial de Naciones Unidas sobre bilidad de garantizar que en todos los progra-
las Mujeres, celebrada en Pekín en 1995, tal y mas y políticas se aplique la Plataforma de
como se ha afirmado en algunos de los traba- Acción y se integre una perspectiva de géne-
jos monográficos más recientes sobre esta ro»10.
cuestión8. De hecho, la transversalidad sirvió
de principio guía durante la redacción de la Puede afirmarse que desde la celebración
Declaración y la Plataforma de Acción conte- de la Conferencia de Pekín la transversalidad
nidas en el Informe resultante de la citada se ha ido incorporando progresivamente
Conferencia9. Por ejemplo, el párrafo 38 de la como una auténtica estrategia para promover
la igualdad de género en el seno de las Nacio-
nes Unidas11. En particular, los trabajos de
7
Como ha señalado P. DURÁN Y LALAGUNA, debe seguimiento de la Conferencia de Pekín lleva-
tenerse en cuenta que la transversalidad de la perspecti- dos a cabo por el Consejo Económico y Social
va de género ya estaba presente en los trabajos elabora- han dado un notable impulso a la transversa-
dos durante la Tercera Conferencia Mundial de Nacio- lidad12, sobre todo en los años inmediatamen-
nes Unidas sobre las Mujeres, celebrada en Nairobi en
te posteriores a la Cuarta Conferencia.
1985. Cfr. DURÁN Y LALAGUNA, P. (2005): Las Naciones
Unidas y la igualdad de oportunidades entre mujeres y
En especial, la resolución 1996/6 del Con-
hombres, INSTRAW, Santo Domingo, p. 45. En el mismo
sentido, Consejo de Europa (2004): Gender mainstrea- sejo Económico y Social, a consecuencia de la
ming: Conceptual framework, methodology and presen- decisión enunciada en su párrafo operativo 3,
tation of good practices, Directorate of Human Rights, en la que se establece que «la Plataforma de
Strasbourg, p. 11. Con anterioridad se habían celebrado
las Conferencias Mundiales sobre las Mujeres de Méjico
(1975) y Copenhague (1980). 10
De hecho, en el párrafo 3 de la Resolución
8
Red Feminista de Derecho Constitucional (2005): 50/203 de la Asamblea General, de seguimiento de la
«Informe sobre las bases para la incorporación de la pers- Cuarta Conferencial Mundial sobre la Mujer y aplicación
pectiva de género en las reformas de los Estatutos de de la Declaración de Pekín y la Plataforma de Acción,
Autonomía». En FREIXES SANJUÁN. T. y SEVILLA MERINO, J. aprobada el 22 de diciembre de 1995, se insta a «los
(coords.): Género, Constitución y Estatutos de Autonomía, Estados, el sistema de las Naciones Unidas y a todos los
INAP Goberna, Madrid, p. 502. En el mismo sentido, demás partícipes a que apliquen la Plataforma de
BUSTELO, M.; LOMBARDA, E. (2005): «Mainstreaming de Acción y, en particular, promuevan una política activa y
género y análisis de los diferentes marcos interpretativos visible por la cual se incorpore una perspectiva de géne-
de las políticas de igualdad en Europa: el proyecto MAGE- ro en todo los planos...».
EQ»: Revista Aequalitas. Revista Jurídica de Igualdad de 11
Office of the Special Adviser on Gender Issues
Oportunidades entre Mujeres y Hombres 17: 15-26. and Advancement of Women (2002): Gender mainstre-
9
A/CONF.177/20/Rev.1. Tanto la Declaración como aming. An overview, United Nations, New York, p. v.
la Plataforma de Acción fueron adoptadas por la Asam- 12
De acuerdo con P. DURÁN Y LALAGUNA, «hay que
blea General en la Resolución 50/42, de 8 de diciembre señalar que este órgano de las Naciones Unidas ha
de 1995. Un análisis de los debates mantenidos durante potenciado las políticas de igualdad, con un apoyo
la Conferencia, especialmente sobre el concepto de explícito a las propuestas de la Comisión para el adelan-
género, puede encontrarse en DURÁN Y LALAGUNA, P. to de las mujeres, así como a las resoluciones en esta
(1997): Los límites del Derecho, Comares, Granada. materia». DURÁN Y LALAGUNA, P., obra citada, p. 53.
dades comunitarias» (COM (96) 67 final). En mente, los esfuerzos por aplicar de manera
ella se entendió que la transversalidad no efectiva la transversalidad en las políticas
debe significar la supresión de las medidas diseñadas por las instituciones comunita-
concretas implementadas a favor de las muje- rias25.
res (o acciones positivas)22, sino la moviliza-
ción de todas las políticas y medidas específi- Un aspecto que debe tenerse en cuenta en
cas hacia la consecución de la igualdad, relación con la transversalidad es que no se
mediante la valoración sistemática de sus trata de una estrategia nueva, sino que cuen-
ta con numerosos precedentes en el ámbito
efectos en mujeres y hombres en el momento
internacional y comunitario, tanto en el
de su definición y puesta en práctica.
momento de comprenderla adecuadamente
La igualdad quedó definitivamente codifi- como a la hora de poner en práctica los ins-
cada en el Derecho comunitario con el Trata- trumentos idóneos para su aplicación opera-
do de Ámsterdam (1997), puesto que fue reco- tiva. Esto explica que resulte del mayor
nocida en su artículo 2 como un principio fun- interés emplear las herramientas elaboradas
damental de la Comunidad, de tal manera por las instituciones internacionales y euro-
que, con base en un enfoque dual, debe mate- peas para su correcta puesta en funciona-
rializarse, por una parte, en la integración miento26.
del principio de igualdad en todas las políti-
cas comunitarias (artículo 3.2) y, por otra, en
la aplicación de medidas específicas a favor dos en el artículo 1 de la misma; Directiva del Consejo
de las mujeres (artículos 137 y 141)23. Puede 2004/113/CE, de 13 de diciembre de 2004, por la que
afirmarse que, a partir de ese momento, se ha se aplica el principio de igualdad de trato entre hombres
y mujeres al acceso a bienes y servicios y su suministro
intensificado el derecho derivado relacionado
(DOCE L 373, de 21 de diciembre); y la reciente Direc-
específicamente con la igualdad24 y, especial- tiva 2006/54/CE del Parlamento Europeo y el Consejo,
de 5 de julio de 2006, relativa a la aplicación del princi-
pio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en
22
Puede consultarse, a este respecto, la Recomen- asuntos de empleo y ocupación (refundición) (DOCE L
dación del Consejo, de 13 de diciembre de 1984, relati- 204, de 26 de julio).
va a la promoción de acciones positivas a favor de la 25
Pueden citarse a título meramente ejemplificativo
mujer (DOCE L 331, de 19 de diciembre). Con ella se las siguientes disposiciones: Comunicación de la Comi-
recomienda a los Estados miembros que «adopten una sión «Hacia una estrategia marco comunitaria sobre la
política de acción positiva, destinada a eliminar las desi- igualdad entre mujeres y hombres (2001-2005)» (COM
gualdades de hecho de las que son objeto las mujeres en (2000) 335 final), y la consecuente Decisión del Consejo,
la vida profesional...». de 20 de diciembre de 2000, por el que se establece un
23
Cfr. FREIXES SANJUÁN, T. (2000): «La igualdad entre programa de acción comunitaria sobre la estrategia
mujeres y hombres en el proceso de integración euro- comunitaria en materia de igualdad entre mujeres y hom-
pea». En VV.AA.: Mujer y Constitución en España, Centro bres (2001-2005) (DOCE L 17, de 19 de enero de 2001);
de Estudios Constitucionales, Madrid, pp. 43-44. la Decisión de la Comisión de 19 de junio de 2000, rela-
24
Por citar algunas de las más recientes: Directiva tiva al equilibrio entre hombres y mujeres en los comités
2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de y grupos de expertos creados por la Comisión (DOCE L
23 de septiembre de 2002, que modifica la Directiva 154, de 27 de junio); o la Comunicación de la Comisión
76/207/CEE del Consejo, relativa a la aplicación del «Plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los
principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres hombres (2006-2010)» (COM (2006) 92 final).
en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y 26
Por citar algunas de las herramientas referidas de
a la promoción profesionales, y a las condiciones de tra- manera concreta al tema de la transversalidad: Office of
bajo (DOCE L 269, de 5 de octubre), en la que se esta- the Special Adviser on Gender Issues and Advancement
blece de manera expresa que los Estados miembros of Women, citada; Comisión Europea (2004): Guía Equal
deben tener en cuenta de forma activa el objetivo de sobre la integración de la perspectiva de género
igualdad entre mujeres y hombres «al elaborar y aplicar (http://ec.europa.eu/employment_social/equal/data/doc
disposiciones legales, reglamentarias y administrativas, ument/gendermain_es.pdf, última consulta 15/11/2006);
así como políticas y actividades» en los ámbitos regula- Consejo de Europa (2004): Gender mainstreaming: con-
27
Cfr. VENTURA FRANCH, A. (1994): «Mary Wollstone-
ceptual framework, methodology and presentation of craft: una aproximación a su obra»: Asparkía. Revista de
good practices, citada. investigación feminista, n.º 2: pp. 63-74.
manera que se podía subvertir el orden esta- actividad de Naciones Unidas, ha contribuido
mental pero no el familiar. a crear un estado de opinión respecto a la
necesidad e importancia de la presencia de
La teoría pactista que establece el funda- mujeres en los puestos de decisión. A diferen-
mento del poder en la cesión de parte de liber- cia de lo que ocurre en otros campos, los Esta-
tades a cambio de seguridad no rigió, en con- dos han establecido en la regulación de los
secuencia, para las mujeres. Como señala C. derechos de ciudadanía normas propias, ya
Pateman, las mujeres habían firmado lo que que es un derecho ligado a la soberanía de
se ha llamado un «contrato sexual» con los cada Estado. Por ello es interesante conocer
hombres, por el cual ceden toda su libertad a aunque sea sucintamente los orígenes del
cambio de seguridad, de tal suerte que por lo sufragio en nuestro Estado.
que ya no eran libres para ser sujetos del pac-
to ni, por consiguiente, alcanzar la igualdad En España las leyes electorales del siglo
política28. XIX no consideraron a las mujeres sujetos del
derecho al sufragio en igualdad de condicio-
Tampoco Marx acierta a pensar en las nes con el hombre, siguiendo en lo público y
mujeres como seres sometidos y privados de en lo privado la normativa francesa al inicio
derechos, tanto en lo público como en lo pri- de nuestro constitucionalismo. Sin embargo,
vado, ya que sólo se interesaba por las muje- a partir de las Constituyentes de 1868 se
res en cuanto proletarias. Para la teoría mar- empieza a debatir en las Cortes acerca del
xista la mujer trabajaba y era proletaria sufragio femenino. En estas constituyentes
como un segundo rol social, el primero y defi- los defensores del sufragio universal pusie-
nitivo era la reproducción, lo doméstico, don- ron de relieve la marginalidad política de la
de no se generaba plusvalía con una visión mujer, pero las intervenciones contrarias
cegada por sus prejuicios sexuales que, reflejaban la opinión generalizada. Antes de
andando en el tiempo, las propias mujeres se finalizar el siglo, en 1870, se reconoció el
encargarían de rectificar. derecho de sufragio a todos los españoles en
pleno goce de sus derechos civiles.
A pesar de ello, las mujeres prosiguieron
en solitario la lucha por sus derechos, y aun- El segundo gran debate en el que se men-
que el derecho al voto no fue el más valorado ciona el voto femenino fue con motivo de la
por las mujeres, que daban prioridad a la Ley Electoral de 1877, en la que se presenta
educación como medio de encontrar trabajo una enmienda suscrita por Diputados de ten-
(Manifiesto de Seneca Falls), sí fue el que dencia ultraconservadora para ampliar el
mayores recelos despertaba en los hombres, sufragio a las madres de familia, viudas o
quienes querían seguir poseyendo la exclusi- mayores de edad que estuvieran en pleno
vidad. También fue el más negado, hasta tal ejercicio de la patria potestad. La pretensión
punto que dio nombre a la lucha emprendida era defender a la familia. Esta propuesta fue
por las mujeres a ambos lados del Atlántico. rebatida y rechazada con argumentos tan
conservadores y ultramontanos como los uti-
lizados por los que apoyaban su defensa:
4.2. Antecedentes en España sería iniciar un proceso para conceder el voto
a las mujeres difícil de detener. Debe subra-
La normativa internacional y comunitaria yarse que ni el debate ni el resultado tuvieron
que, como hemos apuntado, se inicia con la trascendencia pública.
argumentos que reflejan la visión que de las El paso definitivo hacia el sufragio univer-
mujeres se tenía en el ámbito público. Se sal tiene su prólogo en el Decreto de convoca-
quería conceder el voto, pero no de forma com- toria de elecciones generales, de 8 de mayo de
pleta, sino sólo para las elecciones municipa- 1931, que atribuía el derecho a ser elegible a
les y a las viudas que tuviesen la patria potes- todas las mujeres. A partir de aquí el voto de
tad. En esta ocasión los medios de comunica- las mujeres tiene nombre propio: Clara Cam-
ción terciaron en la polémica merced a la posi- poamor. No sólo porque hace 75 años de su
ción que en los mismos ocupaban algunas hazaña, ni tampoco porque resulta pertinen-
mujeres. También, en esta ocasión, la Cámara te al contenido, sino porque por mucho que se
se dividió por primera vez al votar sobre la diga nunca será lo bastante para reconocer y
concesión del sufragio: 64 votos en contra y 34 hacer justicia a Clara Campoamor. Por este
a favor. Carmen de Burgos, Presidenta de la motivo relatamos su página de la historia,
Asociación de Mujeres Españolas, desde su que supuso un hito definitivo para el sufragio
columna en «El Heraldo», animó a las mujeres femenino en España. Luego vino un parénte-
a que se organizaran para conseguir el voto. sis para muchos derechos, aunque como
siempre que se restringe más para las muje-
El 12 de abril de 1924, durante la Dictadu- res, pero tras la recuperación de la democra-
ra de Primo de Rivera, se concede el voto a las cia ya no se cuestionó el derecho universal al
mujeres pero se excluye a las casadas y a las sufragio también de las mujeres cosa distin-
prostitutas. La razón en el caso de la mujer ta es la igualdad en su ejercicio.
casada es la misma que se adujo en la Revo-
lución Francesa, cuyos planteamientos eran En las Cortes de 1931, por primera vez en
seguidos, como ya hemos dicho, por los dipu- la historia de España, tres mujeres consi-
tados españoles: mantener la autoridad del guieron escaño: Clara Campoamor, Victoria
marido en el hogar y evitar que las discrepan- Kent y Margarita Nelken (aunque esta últi-
cias políticas pusieran en peligro la estabili- ma se incorporaría más tarde). Campoamor
dad familiar. El Anteproyecto constitucional, tenía claro su objetivo y, además, pretendía
elaborado en esta época, proponía que podían alcanzarlo de forma altruista, sin pensar en
ser elegidos Diputados a Cortes «todos los las consecuencias que para ella podrían deri-
españoles sin distinción de sexo, que hubie- varse: lograr la igualdad jurídica de las
ran cumplido la edad legal y se hallaran en el mujeres en todos los ámbitos y avanzar en la
goce de la plenitud de derechos civiles corres- defensa de la infancia. Para ello pidió y logró
pondientes de cada cual». Este requisito pro- estar en la Comisión de Constitución, porque
vocó dudas razonables sobre la extensión del sabía que era importante estar en los prime-
derecho a las mujeres casada, ya que al con- ros pasos del proyecto de Constitución y
traer matrimonio éstas perdían los derechos plantear los temas que ella defendía desde el
civiles. El debate no se llevó a cabo por la caí- principio.
da de Primo de Rivera.
La primera formulación que se hizo del
En este cambio de siglo se empieza a notar texto del artículo que reconocía la igualdad
la influencia que ejercen algunas mujeres excluía el sexo entre las circunstancias
desde puestos privilegiados en la prensa en la prohibidas de causar privilegio jurídico y
actuación colectiva de las mujeres. Se convo- reconocía «en principio la igualdad de dere-
can actos dirigidos a las mujeres en los que se chos de los dos sexos». La redacción de la
invita a tres mujeres destacadas por sus igualdad tenía una limitación de similar
actuaciones públicas, dos de las cuales resultado al requisito de «pleno ejercicio de
tendrían un indudable protagonismo en la los derechos civiles», que abría la puerta a
Constituyente de 1931: V. Kent, C. Campoa- restricciones posteriores al dejar en manos
mor y M. Huici. de las leyes, en este caso, la ley electoral,
social en el que el hombre y la mujer obren en universal de los derechos humanos, que se
igualdad y complementariedad enriquecién- plasma en textos declarativos promovidos
dose mutuamente de sus diferencias (punto desde organismos internacionales, entre los
8)». que vamos a destacar los que consideremos
pertinentes a los efectos de este trabajo:
En el mismo sentido, la Cuarta Conferen-
cia Ministerial Europea sobre la igualdad de Convenio de Roma (1950): art. 14 «El
mujeres y hombres emitió una «Declaración goce de los derechos y libertades recono-
sobre la igualdad de mujeres y hombres como cidos en el presente convenio ha de ser
criterio fundamental de la democracia» asegurado sin distinción alguna, espe-
(Estambul, 1997), recordando el compromiso cialmente por razones de sexo, raza,
de sus Estados miembros con la Convención color, lengua, religión, opiniones políti-
Europea de Derechos Humanos y con la cas u otras, origen nacional o social, per-
Declaración sobre la igualdad de mujeres y tenencia a una minoría nacional, fortu-
hombres de 1988. En ambos casos se subraya na, nacimiento o cualquier otra situa-
que la sociedad se compone de mujeres y ción sin distinción alguna, especialmen-
hombres y que, dado que la diversidad de per- te por razones de sexo» (nótese que el
sonas se estructura, en primer lugar, en fun- sexo aparece en primer lugar)» (ratifica-
ción del sexo, una representación equilibrada do por España en 1979).
de mujeres y hombres en la toma de decisio-
Convenio sobre los derechos políticos de
nes políticas aseguraría un mejor funciona-
la mujer (1952): art. 2 «Las mujeres
miento de la sociedad democrática.
deberán ser elegibles para todos los
La Unión Europea ha sido pródiga desde organismos públicos electivos estableci-
sus inicios en documentos sobre la igualdad dos por la legislación nacional en condi-
de hombres y mujeres. Recordemos los impor- ciones de igualdad con los hombres»
tantes resultados que ha dado su originario (ratificado por España en 1973).
artículo 119 y la configuración de la igualdad
Pacto internacional de los derechos civi-
en el Tratado por el que se aprueba una Cons-
les y políticos (1966): art. 25 «Todos los
titución para Europa30. Valga como resumen
ciudadanos gozarán, sin ninguna de las
la referencia contenida en la última estrate-
distinciones mencionadas en el artículo
gia marco comunitaria: «La democracia es
2, y sin restricciones indebidas, de los
uno de los valores fundamentales de la Unión
siguientes derechos y oportunidades: a)
Europea
Una parte esencial de la política
Participar en la dirección de los asuntos
de desarrollo exterior de la Unión. Su plena
públicos, directamente o por medio de
realización requiere la participación de todos
representantes libremente elegidos; b)
los ciudadanos, mujeres y hombres, por igual, Votar y ser elegidos en elecciones perió-
para participar y estar representados de for- dicas, auténticas, realizadas por sufra-
ma igualitaria en la economía, toma de deci- gio universal e igual y por voto secreto
siones y en la vida social, cultural y civil». que garantice la libre expresión de la
voluntad de los electores; c) Tener acce-
Como ya hemos avanzado, a partir de 1945
so, en condiciones generales de igual-
se acelera el movimiento hacia la protección
dad, a las funciones públicas de su país»
(ratificado por España en 1977).
30
Sobre este último aspecto, puede consultarse
VV.AA. (2005): Las mujeres en la Constitución Europea. Convención sobre la eliminación de
Estudios multidisciplinares de género, Ediciones Univer- todas las formas de discriminación con-
sidad de Salamana, Salamanca. tra la mujer (1979): art. 7 «Los Estados
partes tomarán todas las medidas apro- tidos políticos «que establezcan sus lis-
piadas para eliminar la discriminación tas de candidatos según un sistema de
contra las mujeres en la vida política y cuotas claramente definido y controla-
pública del país y, en particular, garan- ble, de modo que en un plazo breve de
tizarán, en igualdad de condiciones con tiempo se alcance una igualdad numéri-
los hombres, el derecho a: a) Votar en ca de hombres y mujeres en todos los
todas las elecciones y referéndum públi- órganos de representación política».
cos y ser elegible para todos los organis-
mos cuyos miembros sean objeto de Recomendación del Consejo de 2 de
elecciones públicas» (ratificado por diciembre de 1996, relativa a la partici-
España en 1983). pación equilibrada de las mujeres y los
hombres en los procesos de toma de
También en Naciones Unidas, en la Cuar- decisión, que se dirige a los Estados
ta Conferencia Mundial sobre la Mujer cele- miembros a fin de que adopten «una
brada en Pekín (1995), se recogió en la Decla- estrategia integrada de conjunto desti-
ración y en el Programa de Acción la necesi- nada a promover la participación equili-
dad de garantizar un reparto equilibrado de brada de las mujeres y de los hombres
las responsabilidades, de los poderes y de los en los procesos de toma de decisiones y a
derechos. Por su parte, los Estados también
desarrollar o crear a tal efecto las medi-
se comprometieron a adoptar medidas que
das adecuadas, tales como, en su caso,
podían comportar incluso la reforma de los
medidas legislativas, y/o reglamenta-
sistemas electorales para alentar a los parti-
rias y/o incentivación».
dos políticos a incorporar mujeres en los pues-
tos públicos electivos. En el año 2000, como se Resolución del Parlamento Europeo, de
ha visto, tuvo lugar en Nueva York el encuen- 3 de marzo de 2000, en la que, consta-
tro que Naciones Unidas programaba para tando la persistencia de la insuficiente
realizar un balance de los acuerdos adoptado participación de las mujeres en la repre-
en Pekín (Pekín+5), en donde se insistió de sentación política y en trabajos de direc-
nuevo en los argumentos de la plataforma ción, demanda la movilización activa de
aprobada en la Conferencia Mundial. instituciones y órganos representativos
nacionales y europeos para contribuir al
En el ámbito del Derecho Comunitario,
desde sus orígenes, se ha reconocido el princi- reequilibrio. Asimismo constata que
pio de igualdad de trato por razón de sexo, introducir las cuotas, como medida
debiendo destacarse, por su especificidad en transitoria, equilibra la participación
relación con el tema que ahora nos ocupa, las de hombres y mujeres en la vida políti-
siguientes Recomendaciones y Resoluciones, ca.
que no poseen fuerza vinculante al afectar al
Resolución del Parlamento Europeo, de
ámbito de la participación política que sigue
5 de julio de 2001, sobre la situación de
unida al concepto de ciudadanía nacional.
los derechos fundamentales en la Unión
Pero que tienen la fuerza moral de llamar la
Europea que, entre otras cosas, reco-
atención desde el Consejo y el Parlamento,
mienda la adopción de planes naciona-
instituciones en las que están presentes y
les para la promoción de una participa-
representan a los Estados y a la ciudadanía
ción equilibrada de hombres y mujeres
de la Unión Europea, sobre una situación de
en la toma de decisiones, en particular
desigualdad tan evidente:
mediante el estímulo de los partidos
Resolución del Parlamento Europeo n.º políticos para que introduzcan sistemas
169 de 1988, en la cual se pide a los par- de cuotas en sus listas.
COMISIÓN EUROPEA (2004): Guía Equal sobre RODRÍGUEZ PIÑERO, M.; FERNÁNDEZ LÓPEZ,
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ción en España, Centro de Estudios Constitucio- Ediciones Universidad de Salamanca, Sala-
nales, Madrid. manca.
RESUMEN El de igualdad ha sido un concepto muy elaborado por la doctrina, pero continúa resultan-
do interesante profundizar en su conceptuación jurídica y, de modo simultáneo, distin-
guirlo de otros conceptos que han dado lugar a mucha confusión y que, en especial tratán-
dose de la igualdad entre mujeres y hombres, en ocasiones no han contribuido al avance de
la igualdad. Sobre todo, existe una confusión notable entre los conceptos de igualdad e
identidad.
La igualdad formal ha demostrado su incapacidad para solucionar los valores del Estado
social y su estricta aplicación puede llegar incluso a desvirtuar los postulados del mismo;
la eliminación de la discriminación va a ser, por consiguiente, el elemento que interactúe
entre la voluntad del legislador y el operador jurídico para conseguir la igualdad real.
El reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres, y la dificultad para implantar
la igualdad real, ha sido el motivo fundamental para adoptar las políticas de igualdad,
como instrumentos ordenados a eliminar los obstáculos que impiden que las mujeres y los
hombres ejerzan su derechos y libertades en condiciones de igualdad.
Una de las políticas de igualdad que se ha desarrollado en los últimos años son las acciones
positivas, que ha tenido una contestación por algunos sectores que entienden que estas
políticas perjudican a los hombres. Se trata de medidas específicas de intervención que
actúan sobre las barreras sociales que dificultan la igualdad de oportunidades entre muje-
res y hombres. Su objetivo es equilibrar y compensar las diferencias sociales que produce
la discriminación social que puedan sufrir uno u otro sexo, generalmente las mujeres.
A pesar de que exista un cierto consenso en relación a la necesidad de adoptar medidas
para conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres, existe también una cierta indefi-
nición legal respecto a la concreción de las acciones positivas y una controversia doctrinal
en torno a su legitimación, que no facilita la puesta en marcha de acciones que contribuyan
a la eliminación de la discriminación por razón de sexo.