El documento describe la reacción de Nehemías al enterarse del estado de Jerusalén y el pueblo judío después del cautiverio en Babilonia. Al oír que el muro de Jerusalén estaba derribado y sus puertas quemadas, Nehemías se sentó y lloró durante varios días, ayunó y oró a Dios. Reconoció su pecado y el pecado de su pueblo, y oró continuamente a Dios por misericordia y para que cumpliera Sus promesas de restaurar a Su pueblo si se arrepentían.
El documento describe la reacción de Nehemías al enterarse del estado de Jerusalén y el pueblo judío después del cautiverio en Babilonia. Al oír que el muro de Jerusalén estaba derribado y sus puertas quemadas, Nehemías se sentó y lloró durante varios días, ayunó y oró a Dios. Reconoció su pecado y el pecado de su pueblo, y oró continuamente a Dios por misericordia y para que cumpliera Sus promesas de restaurar a Su pueblo si se arrepentían.
El documento describe la reacción de Nehemías al enterarse del estado de Jerusalén y el pueblo judío después del cautiverio en Babilonia. Al oír que el muro de Jerusalén estaba derribado y sus puertas quemadas, Nehemías se sentó y lloró durante varios días, ayunó y oró a Dios. Reconoció su pecado y el pecado de su pueblo, y oró continuamente a Dios por misericordia y para que cumpliera Sus promesas de restaurar a Su pueblo si se arrepentían.
Cuando o estas palabras me sent y llor, e hice duelo por algunos
das, y ayun y or delante del Dios de los cielos. Nehemas 1:4
En los versos anteriores a este se nos muestra la causa de la reaccin de Nehemas. El contexto nos ubica en Susa, capital de Babilonia, donde estaba Jud en cautiverio desde que Nabucodonosor la tom alrededor de unos 150 aos atrs. A la visita de un hermano de Nehemas y algunos judos que venan de Jerusaln, l se entera que El remanente, los que quedaron de la cautividad, all en la provincia, estn en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusaln derribado, y sus puertas quemadas a fuego. (v.3) Al Nehemas enterarse el gran mal en el que se encuentran los judos que estaban en Jerusaln, no solamente fsico y material, sino tambin espiritual, sale a relucir su temor de Dios y su gran compasin para con sus hermanos los judos. Notemos la reaccin de Nehemas ante esta noticia. Primero dice que se sent y llor; esta es una muestra de afliccin, es una muestra de tristeza al ver la realidad del mal en que estaban. Aadido a eso, dice que hizo duelo por algunos das, eso nos da a entender que no fue algo pasajero, sino que esa afliccin qued en su corazn. Pero no se qued solo con la afliccin y haciendo duelo, sino que supo lo que tena que hacer; acudir en su afliccin al Seor, dice que ayun y or a Dios. Como podemos ver en los versos siguientes, su oracin es una oracin de arrepentimiento, una intensa bsqueda de la misericordia del Seor y de Su gracia. Primero reconoci la grandeza de Dios cuando dijo: Te ruego, oh Jehov, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos (v.5) El ruego era para que Dios estuviera atento a su oracin, una oracin que no era ocasional, sino que el v.6 dice que era un ruego que l haca da y noche y su oracin era por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; s, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En el v.7 aade En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moiss tu siervo. Se parece esta reaccin de Nehemas a tu reaccin cuando ves el gran mal del cristianismo de hoy? Te aflige ver la condicin de pecado tuya y de tus hermanos? Haces duelo, ayuno y continua oracin por ello? Al ver a Nehemas y su reaccin ante el estado del pueblo de Israel, me siento grandemente confrontado con la insensibilidad que tenemos en la actualidad. Mientras nosotros estemos bien todo est bien. Pero sin darnos cuenta, estamos teniendo una actitud egosta y engaosa. Egosta porque solo pensamos en nuestro bien, nuestra comodidad; y engaosa porque nosotros no estamos bien; todos tenemos pecado que tratar, todos tenemos luchas que vencer y esto se inicia reconociendo el gran mal en el que estamos, afligiendo nuestro corazn y acudiendo al Seor incesantemente rogando por Su infinita misericordia. Nehemas apel a la fidelidad de Dios, trayendo a memoria una de Sus promesas: Si vosotros pecareis, yo os dispersar por los pueblos; pero si os volviereis a m, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersin fuere hasta el extremo de los cielos, de all os recoger, y os traer al lugar que escog para hacer habitar all mi nombre. De esta manera emprendi toda la labor para reedificar Jerusaln. Creo que nosotros debemos de ir en la misma lnea, al acudir a Dios, recordemos que l es Fiel y que en 2 Crnicas 7:14 dijo: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oir desde los cielos, y perdonar sus pecados, y sanar su tierra. Tengamos, pues, la actitud de Nehemas, que no es una actitud aislada, ya que la vemos en Esdras, Daniel, Jeremas; que nos confirma el camino por el cual debemos de andar, el camino del arrepentimiento y el clamor al Dios de los cielos, fuerte, grande y temible. Amn. Daniel Montero Soli Deo Gloria