Você está na página 1de 3

LA EVOLUCIÓN DE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA

La educación crea individuos activos, confiados y responsables, conocedores de sus derechos,


vigilantes y exigentes con sus gobernantes. Más educación implica más participación en los ámbitos
públicos.
Así comienza un informe

Educación es capital humano. Hoy un joven pasa 10 años más por el sistema educativo que en hace
50 años.
La educación es la clave del progreso económico y social.
En los países de la OCDE la partida de educación ha ido aumentando hasta un 13,2 % del gasto
público total actual.
Uno de los objetivos democráticos es la igualdad de acceso a la educación.
Esto se consigue a través de distribución de recursos, becas y ayudas y políticas educativas.
El énfasis en el tratamiento de igualdad de todos los estudiantes comporta el riesgo de impedir el
reconocimiento de la diversidad de capacidades y motivaciones, derivando en un aumento del
fracaso escolar en estudiantes con menos talento y en frustración de aspiraciones en los más
aventajados.
La educación configura las oportunidades vitales de la vida privada. Las personas buscan parejas con
un perfil educativo similar, provocando la concentración de ventajas y desventajas sociales e
incrementando la desigualdad global.
El aumento del nivel educativo de las mujeres ha sido un factor crucial en la igualdad de género en
el mundo occidental.
El nivel educativo de los padres es el factor más importante para explicar el nivel educativo de los
hijos así como su posición socioeconómica futura.
Es inadmisible que desde una perspectiva de igualdad y justicia, los logros de los individuos reflejen
“la lotería del nacimiento”.
Existe una alta correlación entre economía y logros. Así las sociedades y segmentos sociales más
ricos rentabilizan sus talentos de manera más eficiente. Además consiguen que niños peor dotados
alcancen buenos resultados a través de inversiones más grandes de sus padres.
Pese a que la inversión pública ha mejorado sustancialmente el nivel educativo general de la
población, siguen manteniéndose grandes desigualdades debido a influencias externas muy difíciles
de corregir como son ingresos familiares, estructura familiar, procedencia nacional, capital cultural y
social de las familias, etc.

1
La pobreza implica privaciones en el hogar, incidiendo en la salud del niño y en su entorno.
La estructura familiar, con familias monoparentales presentan un riesgo alto de pobreza y un déficit
en el tiempo de dedicación a los niños.
La inmigración suele implicar peores trabajos y un gran riesgo de pobreza, añadiendo las barreras
lingüísticas y culturales. Los bajos rendimientos de estos niños se producen pese a que en general
tienen más interés y motivación que los niños autóctonos.
El capital social y cultural de las familias favorecen la comunicación entre ellos, la implicación de
las familias en la educación y en las asociaciones, la forma de hablar, los gustos aprendiendo a
apreciar, disponen de más bienes, prensa, libros, etc.
El capital social y cultural está ligado al ingreso económico, pero este no asegura lo contrario.

VULNERABILIDAD EDUCATIVA EN ESPAÑA

El siglo XX ha significado una expansión sin precedentes de los niveles educativos de la población
de los países desarrollados. La inversión pública en educación y la extensión de la escolarización
obligatoria fueron las dos piezas fundamentales.
En España estos cambios llegan más tarde que en el resto de países occidentales.
Hasta 1963 la enseñanza obligatoria iba de los 6 a los 12 años. A partir del 1964 se extiende hasta
los 14 años. La LOGSE 1990 la amplia dos años más.
Entre 1975 al 2000 los niños escolarizados a los 17 años pasan del 36% al 80%. Los niños
escolarizados de 3 años pasan del 2% al 75% y de 4 años del 50% al 100%.
La rápida expansión de la educación en España fue gracias a un gran gasto público que paso del
1,8% del PIB al 5% en los 90.
Durante este tiempo el peso de la financiación privada no varió.
En el año 2005 el gasto público representa el 94% del gasto total en educación primaria y
secundaria, el 88% del total de educación preescolar, y el 77% de la universitaria. Son datos
similares al resto de países de la OCDE.

España es uno de los países de la OCDE que tiene el porcentaje mayor de personas que hoy son
padres (entre 25 y 61 años) sin educación secundaria post-obligatoria (bachillerato o FP2), con un
50%.
De los nacidos antes de la democracia solo el 27% tienen el título secundaria post-obligatoria frente
a un 65% de los que han nacido a partir de la transición. (En UE19 es del 80%)

2
El despegue educacional de España es extraordinario. El porcentaje de personas mayores de 55 años
con títulos de enseñanza post-obligatoria en España es la mitad que Europa, Y sin embargo entre las
personas de 25 a 34 años es un 25% más baja que en Europa.
En cuanto a universitarios la proporción ha subido desde un 15% de porcentaje entre los nacidos
antes de la transición a un 40% de los nacidos en la transición.
El crecimiento de estudiantes universitarios ha sido de los más grandes de Europa.
Estas cifras de crecimiento en el caso de las mujeres es todavía más espectacular.
Hoy el 70% de la mujeres estudian enseñanza post-obligatoria, frente a un 58% de hombres.
De los nacidos entre 1971 y 1980. De cada 5 nacidos en familias con padres sin ninguna titulación, 1
llegaba a universitario. Y en familias con titulo de educación primaria 1 de cada 3 conseguía
titulación universitaria.

¿Donde estamos hoy?


De los jóvenes entre 18 y 24 años hay un 7% que no ha conseguido el titulo de la ESO, y no sigue
ninguna formación. Son sectores de población muy vulnerables y que lindan con la pobreza.
De los jóvenes entre 18 y 24 sin título secundario post-obligatorio y que no siguen estudiando es del
31% y que pese a ser de los más altos de Europa, ha mejorado casi un 10% respecto a 10 años atrás
cuando era del 40%

En España la cara del fracaso escolar es masculina (al igual que en Europa)
Otra cara del fracaso escolar en España en los hijos de inmigrantes de fuera de Europa, que dobla o
triplica el de los foráneos.

España pese ha haber realizado un gran trabajo en romper la brecha educacional con Europa, ha de
darse cuenta que entre un 80% y un 90% de las familias europeas que crían a sus hijos han realizado
estudios secundarios post-obligatorios frente a un 65 % de las familias españolas.
Optimismo, trabajo e inversión...y tiempo, con ellas llegaremos a cualquier sitio.

Você também pode gostar