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DOSSIER INFORMATIVO

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INDICE
1. ¿Qué es un Ecoparque?....................................................................... 2.

2. Pilas y baterías usadas......................................................................... 3.

3. Tubos fluorescentes............................................................................. 5.

4. Bombillas usadas.................................................................................. 6.

5. Aerosoles............................................................................................... 7.

6. Aceites de motor usados..................................................................... 8.

7. Aceites de cocina usados.................................................................... 9.

8. Baterías de coche............................................................................... 10.

9. Vidrio.................................................................................................... 11.

10. Restos de poda................................................................................... 12.

11. Escombros........................................................................................... 13.

12. Muebles y maderas............................................................................. 14.

13. Papel y cartón...................................................................................... 15.

14. Metales y electrodomésticos............................................................. 17.

15. Frigoríficos.......................................................................................... 18.

16. Basura electrónica.............................................................................. 19.

17. Una basura electrónica especial: los móviles.................................. 22.

18. Medicamentos..................................................................................... 24.

19. Envases de pinturas y disolventes................................................... 25.

20. Ropa vieja y trapos............................................................................. 26.

21. Neumáticos usados............................................................................ 27.

22. Radiografías........................................................................................ 29.

23. Cartuchos de tinta y tóner................................................................. 29.

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1. QUE ES UN ECOPARQUE

Un ecoparque es un recinto cerrado y vigilado que permite a los


ciudadanos depositar aquellos desperdicios domésticos, que por su naturaleza
deterioran el Medio Ambiente. También se pueden depositar residuos que por
su tamaño, o por cantidad no son recogidos por los servicios de recogida de
basura. Los ecoparques se sitúan en la periferia de las ciudades, y han sido
creados con el objetivo de servir a los ciudadanos como centros de aportación
voluntaria para la recogida selectiva de residuos. Hay que tener en cuenta que
no se trata de vertederos, ya que tan sólo admite los residuos que puedan ser
recogidos en los contenedores existentes. Tampoco es un almacén de
residuos: los residuos son trasladados a otros lugares, donde son tratados o
reciclados.

Con carácter general, un ecoparque consta de una serie de


contenedores de diferentes dimensiones y características, dependiendo del
residuo a depositar. Este tipo de instalaciones están destinadas a particulares,
oficinas y pequeños comerciantes, y nunca para el depósito de residuos
industriales.

Tipos de residuos

Aunque puede existir alguna variación en los residuos aceptados, el tipo


de residuo que se puede llevar a un ecoparque es el siguiente: envases de
vidrio; vidrio plano; cajas y embalajes de cartón; papel/cartón; ropa usada;
metales; aluminio; acero inoxidable; envases plásticos de gran capacidad;
plásticos (botellas); muebles; maderas y restos de podas; puertas/marcos;
escombros; lavadoras; frigoríficos; electrodomésticos; colchones; somieres;
aceite usado vegetal y mineral de automoción; pilas; filtros de aceite; baterías

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de automóvil; recipientes de mat. tóxicas/peligrosas; envases de pinturas y
disolventes; aerosoles; medicamentos; radiografías; tubos fluorescentes;
pantallas de ordenador y televisores; bombillas.

2. PILAS Y BATERIAS USADAS

Todo tipo de pilas y baterías, por su composición, resultan


especialmente tóxicas y peligrosas para el medio ambiente, especialmente
aquellas que contienen cadmio (pilas recargables) o mercurio (la mayoría de
las pilas botón, pilas alcalinas y de óxido de plata), aunque también son
preocupantes otros metales como el manganeso, níquel y cinc. El peligro se
presenta al terminar su vida útil. Muchas veces las pilas son enterradas o
quemadas con los demás desechos: en el caso de la incineración, al quemarse
se producen elementos tóxico que contaminan el aire. Al enterrarlos, además
de que tardan muchísimos años en desintegrarse, emanan sustancias
peligrosas que se contaminan el suelo, las bacterias, las plantas y el agua
subterránea. Las pilas que se tirar a la basura acaban oxidándose en los
vertederos, liberándose el mercurio que contienen y contaminando así suelos y
aguas. También puede llegar a convertirse en metil-mercurio, un compuesto
altamente tóxico.

La recogida selectiva de las pilas es de una gran importancia, por lo que


debemos exigir la existencia de contenedores específicos repartidos por zonas
estratégicas y bien visibles de nuestra ciudad. Cuando se realiza la recogida de
esas pilas, se procede a la separación del mercurio en las plantas de reciclaje.
El proceso requiere la trituración de la pila, excepto en el caso de las pilas
botón, y se introducen en un destilador que se calienta hasta la temperatura
adecuada. La condensación posterior permite la obtención de un mercurio con
un grado de pureza superior al 96%. De la trituración de las pilas normales se
obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila.

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El tratamiento de pilas en desuso (utilizado sobre todo en pilas normales
y alcalinas) consiste fundamentalmente en obtener un mecanismo que asegure
que no se producirá contaminación por lixiviación. En tal sentido se ha
diseñado un sistema que cuenta con el uso de 3 componentes: un compuesto
químico que neutraliza, inhibe y secuestra posibles pérdidas de los metales
pesados que contienen las pilas. ("el secuestrante"); bolsas de polietileno de
alta densidad, termoselladas con extracción de aire; claustro (bloque de
hormigón). Una vez finalizado este proceso, se almacenan en cámaras
especiales de seguridad, ya que en nuestro país no existe hasta el momento
plantas recicladoras de este tipo de productos.

El resto de las pilas (de botón y recargables), pueden ser recicladas. Las
pilas botón recogidas en los contenedores específicos del ecoparque serán
transportados a una planta de tratamiento que disponga de la calificación de
gestor autorizado para su reciclado. Posteriormente se introducen en un
destilador que trabaja a baja presión y alta temperatura. El mercurio revienta la
carcasa al liberarse en forma de vapor, desprendiéndose y separándose de la
misma, y más tarde se condensa y se recoge en forma líquida. El mercurio
recuperado se utiliza de nuevo como materia prima, mientras que las carcasas
metálicas se dedican a chatarra.

Sin embargo, debemos tener siempre en cuenta que el mejor reciclaje


siempre será la prevención, es decir, emplear pilas recargables y la utilización
de electricidad o la energía solar. Además, las pilas pueden durar mucho pero
no son una fuente de energía económica: se calcula que la corriente producida
por una pila es 450 veces más cara que la que nos llega a través de la red
eléctrica. Por eso, es importante disminuir nuestra dependencia de las pilas
utilizando la red eléctrica, y si no hay más remedio que usarlas, elegir aquellas
que contengan menos productos perjudiciales (la mayoría los especifican en el
envoltorio). Otros consejos válidos es considerar la posibilidad de utilizar
cargadores de energía solar; recambiar las pilas cuando empiecen a
debilitarse, y no esperar a que se agoten.

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Tipos de pilas.

Una primera clasificación diferenciaría las llamadas primarias, es decir,


las desechables, de las secundarias o recargables. Dentro de las primarias, las
más comunes y económicas son las salinas (zinc-carbón), que son las que
habitualmente se utilizan en electrodomésticos. Su duración es baja, y también
lo es su poder contaminante, ya que aunque el metal que contienen es
mercurio, este se encuentra en una proporción muy baja. Otro ejemplo son las
pilas alcalinas también se utilizan en aparatos electrodomésticos, y su duración
es muy alta, siendo por otro lado muy bajo su poder contaminante (aunque
tienen la mayoría una pequeña proporción de mercurio).

Las más contaminantes son las de óxido de mercurio y óxido de plata,


llamadas comúnmente pilas-botón. Una sola pila botón, por poner un ejemplo,
puede contaminar hasta 600.000 litros de agua. Por suerte, estas pilas
actualmente ya se reciclan, recuperándose la mayor parte del mercurio que
contienen. Finalmente, citamos también las pilas de litio, que tienen un gran
poder energético y una duración muy alta. Aunque su nivel contaminante es
alto, no lo es tanto como las pilas botón. Se utilizan en cámaras fotográficas y
telefonía principalmente.

Entre las pilas secundarias, o recargables, las más comúnmente


utilizadas son las de niquel-cadmio. Pueden ser recargadas cientos de veces,
aunque su poder contaminante es muy alto (el cadmio es altamente
cancerígeno por inhalación). En otros países estas pilas ya se reciclan.

3. TUBOS FLUORESCENTES.

Los tubos fluorescentes son una de las fuentes de iluminación más


eficientes en el uso de energía. Sin embargo, estos tubos contienen una
pequeña cantidad de mercurio que dirige el flujo de la corriente eléctrica dentro

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del tubo. Históricamente, estos materiales han sido dispuestos en los
vertederos, pero cuando los tubos se rompen, el mercurio puede ser liberado al
ambiente. El peligro potencial ha causado que muchas agencias ambientales
clasifiquen los tubos fluorescentes como desechos peligrosos y que se
manejen de acuerdo a las leyes y regulaciones aplicables a esta clase de
desechos.

El reciclaje de los tubos de luces fluorescentes fundidos ofrece una


alternativa ambiental a la disposición de desechos sólidos. Para ello, un gestor
autorizado se encarga de transportarlos hasta la planta de tratamiento. Allí se
procede inicialmente a retirar los dos casquillos de aluminio que llevan los
tubos en los extremos, y que se destinan posteriormente a chatarra de
aluminio. Después se extrae el polvo que hay en su interior y que contiene el
mercurio, para finalmente romper el tubo y reciclar el cristal. El polvo mercurial
se introduce en el destilador y se recupera el mercurio en forma líquida, para su
destino en los mismos canales de fabricación que en el caso de las pilas botón.

4. BOMBILLAS USADAS.

Aunque lo parezcan, algunas bombillas disponibles en el mercado no


son inofensivas. A la hora de prescindir de ellas es necesario depositarlas en
un lugar específico para su reciclaje, diferente al contenedor tradicional para
envases de cristal. Hay muchos tipos distintos de bombillas que se componen
de diferentes materiales. El más visible es el cristal. Sin embargo, es
importante saber que no podemos depositar las bombillas en los contenedores
de vidrio como si de una botella se tratara: el cristal de las bombillas es de tipo
industrial y no se recicla como el vidrio. Además, las bombillas están formadas
por otros componentes, en algunos casos tóxicos, que requieren ser tratados
de forma especial.

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En todos los casos, debemos depositarlas en los ecoparques disponibles
en cada ciudad (una buena idea puede ser acumular las bombillas fundidas en
una caja y llevarla al punto limpio cada tres o cuatro años). De esta forma, las
bombillas son recogidas por gestores autorizados, quienes las transportan
hasta las plantas de reciclaje específicas donde se separa el metal pesado del
resto de los elementos, como el cristal, el plástico o los metales no tóxicos. El
vidrio se recicla de acuerdo a los cauces normales, mientras los casquillos de
metal no tóxico son destinados a chatarra igual que ocurre con los tubos
fluorescentes.

5. AEROSOLES.

La eliminación de aerosoles representa un problema por varias razones.


Las latas se convierten en desecho cuando están vacías y el producto ya no
puede ser expulsado, o cuando el producto ha excedido su vida útil. Pero a
veces las latas pasan a ser desecho cuando la boquilla o la válvula no funciona
o el contenido comienza a solidificarse.

Para minimizar los problemas de eliminación del desecho, las mejores


recomendaciones son: comprar únicamente lo que se necesita, seguir las
recomendaciones contenidas en la etiqueta para impedir que se atasque, usar
el producto en el período de su vida útil y comprar productos que no tienen
características peligrosas.

No se consideran desechos sólidos peligrosos las latas de aerosoles


completamente vacías que son desechadas y enviadas a una planta de
reciclaje para la recuperación de los trozos de metal. Las latas de aerosoles no
vacías deben únicamente enviarse a recicladores capaces de tratar recipientes
presurizados mediante la captura y el manejo adecuado de todos los líquidos,
gases y propulsores que aún contengan. Una despresurización inadecuada de
las latas de aerosoles es sumamente peligrosa, y la salida de material peligroso

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puede provocar daños a los operadores y al medio ambiente (p. ej. CFCs,
sustancias que suben hasta la alta atmósfera y destruyen la capa de ozono).

Considerando que algunas latas de aerosoles contienen materiales muy


tóxicos (como ciertos tipos de pesticidas), su eliminación puede ser la única
opción, considerando que no pueden ser tratadas adecuadamente (lavado
triple) para poderlas reciclar. Respecto a este tipo de latas, se recomienda
observar atentamente las instrucciones de eliminación que trae la etiqueta.

Evita comprar aerosoles (incluso aquellos que lleven la etiqueta "no


daña la capa de ozono") y considera hasta que punto necesita realmente el
producto. A través de diferentes test se ha demostrado que los ambientadores
de aroma de limón utilizados en muchos hogares, pueden provocar cáncer en
los animales. En vez de usar estos aerosoles, abre las ventanas y utiliza
sustancias naturales como las esencias de aceites o las flores secas
perfumadas. Compre los productos capilares en botes rellenables, los sprays
de bomba manual, los desodorantes en barra y los limpiadores de casa en
latas. No arrojes los aerosoles al fuego porque explotan.

6. ACEITES DE MOTOR USADOS

Si no se recoge adecuadamente, el aceite de motor usado causa graves


problemas a nuestro entorno:

o Si se arroja a la tierra el aceite usado, éste contiene una serie de


hidrocarburos que no son degradables biológicamente que destruyen el
humus vegetal y acaban con la fertilidad del suelo. El aceite usado contiene
asimismo una serie de sustancias tóxicas como el plomo, el cadmio y
compuestos de cloro, que contaminan gravemente las tierras y las aguas
subterráneas.

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o Si se vierten a las aguas, bien directamente o por el alcantarillado, el aceite
usado tiene una gran capacidad de deterioro ambiental. En el agua produce
una película impermeable, que impide la adecuada oxigenación y que
puede asfixiar a los seres vivos que allí habitan: un litro de aceite contamina
un millón de litros de agua. Asimismo, el aceite usado, por su bajo índice de
biodegradabilidad, afecta gravemente a los tratamientos biológicos de las
depuradoras de agua, llegando incluso a inhabilitarlos.

o Si el aceite usado se quema sin un tratamiento y un control adecuado,


origina importantes problemas de contaminación y emite gases muy tóxicos,
debido a la presencia en este aceite de compuestos de plomo, cloro,
fósforo, azufre, etc. Cinco litros de aceite quemados en una estufa
contaminan, con plomo y otras sustancias nocivas, 1000.000 m3 de aire,
que es la cantidad de aire respirada por una persona durante tres años.

El aceite, en consecuencia, debe depositarse en un ecoparque o


entregarse a un recogedor autorizado, que lo transportará en camiones cisterna
homologados para llevarlo a las plantas de reciclado. Allí, se tratarán mediante
un proceso de deshidratación y destilación al vacío a través de altas
temperaturas. Con este procedimiento, se permite la reutilización de los aceites
en sus sectores de procedencia. El ciclo se completa con la separación de los
metales pesados incorporándose a una especie de masa alquitranosa que se
puede utilizar en la construcción de asfalto para carreteras.

7. ACEITES DE COCINA USADOS

En todos los hogares se generan cada día restos de aceite vegetal


usado. Normalmente, estos residuos, una vez que han perdido su utilidad
culinaria se vierten por los desagües domiciliarios y terminan en cauce público,

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degradando la calidad de las aguas de nuestros ríos. Asímismo dificulta y
encarece la depuración de las aguas residuales pues al llegar a las
depuradoras, los restos de aceites dificultan su funcionamiento, además de
disminuir la vida media de este tipo de instalaciones. El aceite Vegetal usado
es un residuo catalogado con el código europeo de Residuo (CER) 200125 y es
importante tener en cuenta que verter dicho residuo al fregadero o al inodoro es
una práctica antiecológica . El aceite comestible es difícilmente biodegradable,
y forma en los ríos una película difícil de eliminar y que afecta a su capacidad
de intercambio de oxígeno y altera el ecosistema.

Si reducimos la cantidad de aceite usado en las alcantarillas disminuirá


la cantidad de nutrientes en las aguas residuales lo cual conseguirá que se
reduzca la presencia de ratas. También se evitará que el aceite usado se utilice
en la fabricación de piensos, con los riesgos de intoxicación que este hecho
supone para la población. El aceite usado puede reciclarse en biodiesel y el
uso del mismo reduce las emisiones contaminantes a la atmósfera. También se
puede utilizar para la fabricación de jabones. También se puede emplear como
abono orgánico, lubricante o para la creación de velas, pinturas o barnices.

8. BATERIAS DE COCHES

La clave del éxito de este tipo de baterías (pilas de plomo-ácido), que en


su composición combinan el plomo (que sirve para el arranque e ignición del
vehículo) con el ácido sulfúrico, es su facilidad de recarga. Además, ofrecen un
alto voltaje, facilidad de fabricación y su costo es muy bajo en comparación con
otro tipo de pilas recargables. Pero, a pesar de sus indudables ventajas
económicas y de rendimiento, el plomo y el ácido sulfúrico que contienen este
tipo de baterías pueden resultar peligrosos, y por supuesto muy contaminantes
si no son tratadas y recicladas de forma adecuada.

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Afortunadamente, ya no es habitual encontrarse alguna que otra batería
de coche tirada en medio del campo o al lado del cubo de la basura. Su uso
común y el hecho de que el cambio de batería del automóvil se suele realizar
en un taller o concesionario oficial ha facilitado su correcto reciclaje. Son
precisamente estos locales los que ejercen de almacén temporal de las
baterías para su posterior tratamiento. Por otro lado, todos los particulares que
necesiten deshacerse de la batería usada de su automóvil deberán hacerla
llegar al punto limpio autorizado más cercano a su domicilio.

En nuestro país, se recicla un 95 por ciento de las baterías de coche que


se utilizan. El reciclaje de las baterías de automóviles es un problema
solucionado que constituye la principal fuente de obtención de plomo que existe
en España. Se logran tasas de reciclado que no se consiguen con ningún otro
metal. Del 95% de reciclaje de baterías gastadas, se reutiliza el 99 % del
material. El único resto son los adornos, como las pegatinas. Retiradas del
ecoparque y llevadas a una planta de tratamiento, se procede en primer lugar a
la extracción del ácido sulfúrico para su envío a un gestor autorizado.
Posteriormente las baterías se trituran de forma mecánica y se separan el
plomo y el plástico para su reciclaje (por ejemplo, para fabricar más baterías).

9. VIDRIO

El vidrio es un silicato que funde a 1.200 grados y está constituido


esencialmente por sílice (procedente principalmente del cuarzo), acompañado
de caliza y otros materiales que le dan las diferentes coloraciones.
Afortunadamente se trata de un material 100 % reciclable, es decir, que a partir
de un envase utilizado puede fabricarse uno nuevo que puede tener las
mismas características del primero. Está facilidad abre un amplio abanico de
posibilidades para que la sociedad y las administraciones afectadas puedan
autogestionarse fácilmente su medioambiente.

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Desde el punto de vista de su aplicación, el vidrio se clasifica en
industrial y doméstico. Se entiende como vidrio industrial el que no es utilizado
como envase para productos alimenticios (almacenamiento de productos
químicos o biológicos, y el vidrio plano para ventanas, cristales blindados, fibra
óptica, bombillas, etc). El vidrio doméstico, por otro lado, es el que se emplea
para almacenar productos alimenticios (conservas, vinos, yogures, etc); aunque
de una manera más generalizada, es el vidrio que el ciudadano deposita en los
contenedores específicos. Más del 42 % del vidrio reciclado procede del
doméstico, siendo el sector principal de producción de vidrio recuperable.

Las ventajas del reciclado del vidrio son numerosas: por un lado, el
empleo del vidrio usado reduce considerablemente la energía necesaria para
su fabricación. Por otro lado, se disminuye el volumen de los residuos sólidos
(por cada Tm de casco reciclado se reducen 1.000 Kg de basura). Además, se
reduce la erosión producida en la búsqueda y extracción de materias primas,
así como hace disminuir la dependencia del petróleo (por cada tonelada de
vidrio reciclado, se genera un ahorro de 1.200 Kg. de materias primas). Otra
ventaja difícil de cuantificar pero no por ello menos importante es la mejora
medioambiental que supone el poder reciclar envases que muchas veces, son
tirados a cunetas o descampados sin ninguna consideración.

10. RESTOS DE PODA

Los restos de poda son los materiales que se generan del mantenimiento
de los jardines privados. Las grandes zonas ajardinadas, con sus parques,
urbanizaciones, jardines, etc, generan una gran cantidad de residuos vegetales
como restos de poda y broza de jardín, derivadas del mantenimiento de esas
zonas verdes. Estos restos se venían quemando o bien arrojando a vertederos
incontrolados (con el consiguiente peligro de incendios), o se incorporaban al

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flujo habitual de los residuos urbanos. Además de estos riesgos inherentes, se
desaprovechaban unos recursos que pueden ser reciclados y devueltos a la
cadena de consumo, originando a su vez puestos de trabajo.

Al ser materiales orgánicos generados en zonas muy concretas, los restos


de poda pueden recuperarse mediante el compostaje en plantas específicas.
En estas instalaciones, los residuos vegetales se limpian de impurezas y se
trituran para facilitar el proceso orgánico (salvo los troncos y ramas más
grandes, que son separados y cortados para su posterior venta para leña). En
la zona de compostaje, la fracción triturada se fermenta durante un tiempo y
finalmente se traslada a la zona de almacenamiento, envasado y expedición,
para ser utilizado en el propio sector de jardinería.

11. ESCOMBROS.

El gran desarrollo urbanístico propicia una abundancia de obras que


generan en conjunto un importante volumen de escombros. Hasta hace poco,
éstos se solían tirar en vertederos incontrolados con el consiguiente impacto
ambiental asociado (contaminación del suelo y aguas por polvo de cemento o
restos de pintura, riesgo de incendios a causa de fragmentos de vidrio, quema
de plásticos y contaminación del aire, impacto paisajístico, etc). Además de
estos riesgos, se desaprovechaban unos recursos que podían ser reciclados,
ahorrando materias primas y originando puestos de trabajo.

Para evitar estos problemas, los escombros pueden ser trasladados


hasta una planta específica, donde se reciben además restos de hormigón y
asfalto, suelos de excavación y a menudo maderas procedentes de tablones y
palets. Tras separar los objetos de gran tamaño no aptos para la trituración, así
como los metales, el material restante se tritura y se criba para convertirse en
áridos de distinta granulometría, almacenándose finalmente. Este material se

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utilizará para relleno de carreteras o canteras abandonadas, mientras que los
materiales que no recuperables se trasladan hasta un vertedero controlado.

12. MUEBLES Y MADERAS.

Hoy en día acaban en los vertederos miles de toneladas de madera cuya


recuperación evitaría la tala de millones de árboles. Con la recuperación de la
madera, se disminuye considerablemente el porcentaje de madera virgen
empleada en la fabricación de tableros. La madera es un residuo voluminoso,
por lo que su recuperación minimiza además de manera notable la ocupación
de vertederos. Se obtiene una fuente renovable de energía (biomasa), y se
generan puestos de trabajo y un desarrollo socioeconómico de notable
proyección. Una vez en la planta de tratamiento, la madera es sometida a
procesos de clasificación, limpieza y reducción de volumen, destinándose
posteriormente al sector de fabricación de tablero aglomerado, de producción
energética, de fabricación de compost y usos ganaderos.

En el caso específico de los muebles, la situación cambia. En otro


tiempo se heredaban pertenencias de los antepasados pues, como los
muebles, eran "para toda la vida". Hoy nuestro poder adquisitivo es
suficientemente alto como para permitirnos reemplazar unos muebles por otros
con relativa comodidad. Pero que nosotros podamos no significa que el planeta
pueda. En una ciudad con 200.000 habitantes es posible recoger anualmente
más de 30.000 muebles y trastos viejos. La madera, y especialmente los
aglomerados, son una de las principales fuentes de contaminación con
formaldehido, una sustancia altamente cancerígena. Por otro lado, la
combustión del PVC usado en las tapicerías produce dioxinas, que son un
potente carcinógeno. Todos estos trastos terminaban hasta hace poco en
vertededos incontrolados donde producían no sólo diversos grados de
contaminación, sino también un impacto visual y paisajístico muy notable.

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Afortunadamente, estos problemas pueden evitarse ya que es posible
restaurar los muebles que los Ayuntamientos recogen diariamente o que se
depositan en los ecoparques. La recogida de objetos voluminosos, entre ellos
los muebles, permite que mucha gente viva de un trabajo digno, retirándose
además artículos cuya composición es de materiales inertes de difícil
eliminación o transformación. Los muebles en buen estado que permitan su
restauración son donados a organizaciones sin ánimo de lucro (rehabilitación
de toxicómanos, asociaciones de minusválidos, escuelas especiales para
deficientes mentales, etc.) o a Escuelas-Taller Municipales, para ser
restaurados en sus talleres.

13. PAPEL Y CARTÓN

El papel se compone de fibras vegetales, es decir, de materia orgánica,


o lo que es lo mismo, de elementos que están o han estado vivos. Por ello, de
igual modo que confundimos dinero con bienestar, debemos concienciarnos de
que, al utilizar papel, aprovechamos parte de la riqueza viva del planeta, y si no
la cuidamos, corremos el riesgo de perderla.

A partir del año 1660, la industria de fabricación de papel se desarrolló a


ritmo acelerado. Esto trajo consigo el consumo generalizado y masivo de papel
de fibra vegetal y con ello el abuso y desgaste de los bosques del planeta. No
es casualidad que en los años 1950 las reservas forestales de la Tierra se
redujeran a un 50 %, y que los desiertos se extendieran en el planeta a un
ritmo de 6 millones de hectáreas por año. La industria de papel es además,
actualmente, una de las más contaminantes que existen, ya que utiliza pastas
semiquímicas y productos auxiliares para dar resistencia, blanquear, colorear,
impermeabilizar, etc.

Hemos de reconocer lo irracional que resulta sacrificar bosques enteros


para fabricar papel, y a continuación tirarlo a la basura. No es práctico, rentable

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ni tampoco ecológico. En otro orden de cosas, resulta contraproducente aplicar
sofisticadas soluciones tecnológicas a los problemas urbanos y
medioambientales, cuando tenemos a nuestro alcance soluciones
extraordinariamente sencillas, asequibles, económicas y constructivas.

El papel reciclado se consigue utilizando desecho de papel como


materia prima. Se tritura el papel usado, se añade agua, se aplican los
diferentes sistemas de depuración, se blanquea (es necesario utilizar métodos
mecánicos no agresivos, descartando el blanqueo con productos químicos
como el cloro), se escurre, se deposita en rodillos, se seca y se corta. Una vez
conseguido el producto final, es importante descubrir que se ha reducido el
consumo de energía en un 70%, el de agua en un 90%, la contaminación
atmosférica en un 73% y los desechos sólidos en un 39%. Cuando el papel
recuperado es blanco (folios, cuartillas, etc.) se dedica posteriormente a la
fabricación de papel reciclado blanco. Si se trata de materiales mezclados
(periódicos, revistas, cartones, etc.) se recicla destinándose a la fabricación de
tripa (cartón ondulado) utilizada para la producción de cajas de cartón,
embalajes y otros objetos. El cartón, finalmente, se recicla para la fabricación
de nuevas bobinas de cartón, que posteriormente se utilizan para la
elaboración de envases y otros artículos.

Además, y aunque pudiera parecer que Matemática y Naturaleza no


tienen nada que ver, es importante reflexionar sobre el siguiente dato: 7.000
periódicos pesan alrededor de una tonelada. Si queremos obtener este peso en
madera, es necesario talar aproximadamente 15 árboles de tamaño medio.
Entonces, si un colegio, por ejemplo, ha conseguido recuperar 21.000
periódicos en un año, habrán salvado la vida de 45 árboles, aparte de ahorrar
energía y agua.

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14. METALES Y ELECTRODOMÉSTICOS

Los artículos que contienen elementos metálicos en mayor o menor


grado pueden también ser reciclables, y ser convertidos en chatarra tras retirar
los productos no recuperables: es el caso de los materiales fabricados de latón
(griferías, casquillos de bombillas,...), plomo (material de fontanería, tubos de
pasta de dientes,...), cobre (cableado eléctrico, tubos de gas,
transformadores,...), hierro (puertas y ventanas), estaño (soldaduras,...) y
aluminio (bandejas, ventanas, platos,...). La chatarra limpia se destina
directamente a fundición, mientras que la chatarra que lleva otros
componentes (plásticos, materiales aislantes en los frigoríficos, etc.) se somete
previamente a un proceso de separación de los mismos mediante una máquina
fragmentadora para su posterior fundición.

En este colectivo encuadramos también a las lavadoras, televisores,


cocinas y hornos. Todos ellos constituyen la principal fuente de residuos de
acero, aunque su reciclaje puede tener un efecto negativo sobre el medio
ambiente. Los tubos catódicos de los televisores son especialmente
contaminantes por el plomo que contienen, y motores y compresores de los
aparatos viejos llevan PCB (bifenilos policlorados, que se utilizaban como
refrigerante para transformadores). Cuando los electrodomésticos se
convierten en chatarra, los PCB se propagan en el medio ambiente. Son
sustancias tóxicas no biodegradables que originan, a largo plazo, serios daños
en la tierra y el agua. Están clasificados como residuos peligrosos y en EE.UU
su uso está prohibido desde 1979. La solución más segura es la de separar las
piezas que contienen PCB antes de enviar el aparato al desguace. Los
comerciantes de chatarra deben advertir esto a sus clientes o hacerlo ellos
mismos.

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15. FRIGORÍFICOS

Los CFCs se inventaron hace aproximadamente 65 años, mientras se


buscaba una nueva sustancia que no fuera tóxica y que pudiera actuar como
un refrigerante seguro. Posteriormente, los CFC se utilizaron asimismo para
otras muchas aplicaciones, como propelente en aerosoles, en la fabricación de
plásticos y como limpiador para componentes electrónicos. Toda esta actividad
hizo que el uso de los CFCs a nivel mundial se duplicara cada 6 ó 7 años.

Sin embargo, los científicos demostraron que, aunque los CFC


permanecían inalterados en las capas inferiores de la atmósfera, por encima de
los29 kilómetros de altitud las perjudiciales radiaciones ultravioletas solares
inciden directamente en las moléculas de CFC, descomponiéndolas en átomos
de cloro y fragmentos residuales. Tras analizar las reacciones pertinentes, los
investigadores determinaron que la mayoría de los átomos de cloro se
combinaban con ozono, un tipo de oxígeno que protege a la Tierra de las
radiaciones ultravioletas. Al reaccionar el cloro con el ozono, se forma una
reacción en cadena de tal forma que un solo átomo de cloro puede eliminar
hasta 100.000 moléculas de ozono: era el inicio del famoso agujero de la capa
de ozono.

Debido a estas conclusiones, la producción de CFCs fue totalmente


prohibida en los años 80, pero esto no soluciona el problema del reciclaje de
frigoríficos antiguos, cuyos sistemas de refrigeración contienen CFCs. Por ello,
los clorofluorocarbonos que contienen estos aparatos también debe
recuperarse antes de desguazarlos. Inicialmente se procede mediante una
máquina a la extracción del gas del circuito de refrigeración (freón). Este gas
refrigerante contiene CFCs altamente agresivos para la capa de ozono de la
atmósfera, ya que la atacan y acaban destruyéndola. Una vez depositados en
una bombona especial identificada con color verde (similar a la de butano) se
envían a un gestor autorizado para su destrucción. Posteriormente se procede

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a la extracción del aceite que contiene el cárter del motor del frigorífico. Se
realiza esta operación mediante una pequeña bomba eléctrica de extracción de
aceites, y se deposita el aceite recuperado en la campana de aceites usados
del ecoparque. Efectuadas estas operaciones, el frigorífico se deposita en el
contenedor de chatarras para proceder a su reciclado.

16. BASURA ELECTRÓNICA.

La mayor parte de un ordenador es plástico y silicio, con proporciones


más bajas de hierro, aluminio e incluso oro, plata y platino (estos últimos en
muy pequeña cantidad). Ninguno de estos componentes representa un serio
peligro de toxicidad, pero la lista de elementos químicos que hay en un PC
también incluye sustancias como el mercurio o el arsénico, que se utiliza en la
fabricación de transistores y que representan un serio peligro si no se controlan
adecuadamente. El componente más peligroso, sin embargo, es el plomo,
utilizado en las soldaduras de los distintos componentes y en la protección de
radiación de los monitores de tubo. Representa casi el 6% de un ordenador y
sólo en los últimos años los fabricantes han comenzado a usar sustitutos en los
procesos de fabricación. Si el ordenador se abandona en un vertedero a la
intemperie, sin las medidas de protección adecuadas, hay un riesgo muy alto
de que el plomo llegue a contaminar la tierra y los depósitos subterráneos de
agua. El efecto en el organismo es devastador.

Los problemas de la basura electrónica se derivan del hecho de que su


producción a aumentado extraordinariamente en los últimos años, pero sigue
sin saberse muy bien que hacer con estos residuos. Un ejemplo curioso es el
destino que de ella hacen países como EEUU: la vida útil promedio de una
computadora en el primer mundo es de dos años. Cada día, los
norteamericanos sacan de servicio casi 4.000 Tm de tecnología transformadas

19
en basura, de las cuales una ínfima cantidad se recomercializa como
repuestos. Otros son compactados y enterrados en vertederos, pero el 80% es
retirado del país por brokers a los que se les paga para que los lleven a
desarmaderos en el tercer mundo, como India, Pakistán y China.

Lo que buscan son sus componentes químicos. Con un martillo, se


rompe la cobertura del tubo catódico del monitor para sacar el alambre de
cobre de la bobina, que se revende a 80 centavos de dólar. Los martillazos
siempre quiebran el tubo, que es de vidrio revestido internamente de plomo, y
los pedazos van a parar a los desagües y arroyos, cuyas aguas aumentan
hasta 190 veces el nivel de plomo aceptable e influyen directamente en las
altas tasas de tuberculosis o defectos de nacimiento en estas zonas.

En otros trabajos, sobre un fueguito de carbón al aire libre, se pone


estaño de soldadura a hervir y se sumerge cada placa de circuitos. Al minuto,
ya flojos, se pueden sacar con una pinza los chips, que se sumergen en una
mezcla de ácido. Esto desprende cantidades ínfimas de oro de los
conductores, que son rescatados porque valen el equivalente a dos dólares. El
ácido es arrojado sin más en el desagüe (junto al plomo), lo que acidifica
enormemente el suelo y las aguas (hasta el punto de que desde hace cinco
años el gobierno lleve agua en camiones para que nadie pruebe siquiera la de
los ríos y arroyos locales). Mientras se rescata el oro, otros queman los cables
en zanjas al aire libre para rescatar los 9 centavos de dólar de cobre que
contiene cada uno. El problema es que los cables están cubiertos de PVC, que
al quemarse expide cantidades de dioxinas, un carcinógeno de particular
eficiencia.

Finalmente, no debemos olvidar el componente económico de todo este


asunto: en todos los cementerios de computadoras, los chicos caminan por el
barro contaminado y respiran el aire envenenado mientras separan por colores

20
los plásticos en grandes pilas para reciclado, éste sí industrial. El ingreso
promedio por día de sus padres es el equivalente a un dólar con 30 centavos,
mientras el intermediario en EEUU recibe entre 10 y 30 dólares por
computadora.

Por fortuna, con la nueva ley española de residuos electrónicos (entrada


en vigor en el 2005), se ponen las bases para una futura regulación del sector.
A partir de su aplicación, los fabricantes, vendedores y distribuidores tendrán la
obligación de hacerse cargo de la recogida, tratamiento y recuperación de los
productos electrónicos que vendan. Otra opción interesante para empezar a
solucionar estos problemas, y que además comienza a ponerse de moda, es
donar las computadoras de forma altruista a una organización no
gubernamental (ONG) para que los puedan utilizar en sus proyectos. En
Europa por ejemplo la Fundación Bip Bip recupera excedentes informáticos de
empresas y particulares. Una vez que sus voluntarios han pasado por el
domicilio para recoger la máquina, otros técnicos las ponen a punto y las dejan
preparadas para acceder a Internet y realizar tareas básicas de ofimática.

Estas computadoras son instaladas gratuitamente, creando aulas


informáticas en hogares, asociaciones y centros de acogida que solicitan
participar en el proyecto. Si lo que se quiere es contribuir a la alfabetización
digital fuera de nuestras fronteras, también hay organizaciones que se dedican
a recoger material informático para enviarlo a zonas del Tercer Mundo donde la
Sociedad de la Información apenas existe. La organización no gubernamental
"Nuevas Tecnologías para África" ya ha enviado decenas de ordenadores
(recogidos gratuitamente por toda España) a proyectos en Camerún,
Mauritania, Burkina Faso y Marruecos, donde han instalado aulas de
informática en las escuelas y diversos centros de enseñanza.

21
Es importante mencionar que África y el Tercer Mundo necesitan
Internet, no como objeto de consumo, sino de producción y desarrollo, que les
sirva como sistema de educación y formación profesional. Los medios de
comunicación deberían ser un factor esencial para poner fin a la pobreza de
1300 millones de personas en el mundo.

17. UNA BASURA ELECTRÓNICA ESPECIAL: LOS MÓVILES.

En la Unión Europea se reemplazan cada año cerca de 60 millones de


terminales móviles, a la vez que otros 85 millones no se usan y permanecen en
manos de sus propietarios. Sin embargo, a pesar de su pequeña tasa de
reciclaje, hay que remarcar que aproximadamente el 70% de los materiales de
un terminal son plásticos, cerámicos y cristal de larga vida y el resto son
metales tóxicos que deberían tratarse adecuadamente.

¿Por qué existe esta contradicción? Está claro que entre los avances
tecnológicos que se suceden cada semestre en el sector y la garantía legal de
dos años se hace evidente que los grandes fabricantes no tienen interés alguno
en facilitar recambios para la reparación más allá de este tiempo de custodia
legal de los dos años. Por otra parte a cada temporada añaden más
prestaciones a los nuevos modelos para que el consumidor tenga la sensación
de que su terminal ya es obsoleto aún cuando funcione perfectamente (más
megapíxels para la cámara que incorporan, utilidades multimedia, etc.). Sin
embargo, se da la paradoja que en el 80 % de su funcionalidad los teléfonos
móviles sirven tan sólo para hablar. En otras palabras, por el 20 % restante
participamos en una escalada de expoliación de recursos naturales. Por tanto,
los consumidores deberíamos reclamar a las tiendas y fabricantes una mayor
durabilidad a los teléfonos móviles, y en cambio, menos “utilidades” o
prestaciones de las que habitualmente adquirimos.

22
Además, aún cuando un cliente quiera conservar por razones
ambientales un determinado terminal, es probable que se encuentre con la falta
de recambios. Y si por casualidad todavía existen, la opción es tan cara que se
le obliga a un nuevo terminal con la amenaza que la garantía de reparación es
de 3 meses frente a los 2 años de un aparato nuevo. Hay una pesadilla peor,
que es la de las baterías o los cargadores de red: es frecuente encontrarnos
con un terminal en perfecto estado pero obsoleto, por la imposibilidad de
obtener el recambio de la batería. Y lo mismo ocurre con el cargador si por
desgracia debemos cambiar de teléfono móvil: el usuario puede adquirir otro
terminal de la misma marca, pero igualmente obtendrá con la nueva
adquisición (y la pagará) otro nuevo cargador a pesar de poseer uno útil y
compatible. Por ello, tanto las baterías como los cargadores deberían ser
universales, evitando así adquisiciones inútiles y la generación de más basura
electrónica inútil.

Pero aquí no acaban los problemas. Para la fabricación de los terminales


de móviles de última generación, se utiliza un metal denominado Coltán. En
concreto, se usa en condensadores y componentes electrónicos por su
resistencia al calor, lo que permite dar mayor duración a la carga eléctrica de
las baterías. Sin embargo, el boom de la tecnología electrónica ha hecho que el
precio del coltan se dispare, a la vez que ha provocado un grave desequilibrio
sociopolítico en los principales países donde se extrae (el 80% de las reservas
mundiales se encuentra en África, sobre todo en una zonas de alta
conflictividad bélica como la República Democrática del Congo, donde más de
10.000 mineros recolectan en condiciones infrahumanas esta arcilla rica en
coltán). Afortunadamente, los principales fabricantes de la telefonía móvil han
tomado medidas para que el mineral empleado en sus productos no proceda
de la República Democrática del Congo, debido a las denuncias de injusticia,
corrupción y violencia que acompaña a la explotación de este mineral en aquel
país.

23
18. MEDICAMENTOS

Desde hace unos meses, la mayoría de los españoles tenemos más fácil
el deshacernos de un antibiótico caducado o un frasco con restos de jarabe,
gracias al programa Sigre (Sistema Integrado de Gestión y Reciclado de
Envases) de recogida de medicamentos y envases de medicamentos a través
de contenedores situados en las farmacias, que garantiza la correcta gestión
de este tipo de residuos.

El Plan Nacional de Residuos califica los medicamentos como residuos


domésticos especiales y algunos compuestos farmacéuticos incluso forman
parte de la listas de residuos peligrosos. Además, continuamente se introducen
en el mercado nuevas sustancias, cuyos efectos a medio o largo plazo se
desconocen. Por esta razón, las medicinas caducadas nunca deben terminar
en el cubo de la basura o en el desagüe. Tampoco sus envases, en los que
pueden quedar restos del producto, pueden mezclarse con el vidrio, el cartón o
el plástico que separamos para reciclar.

Aunque la contaminación por medicamentos es todavía una gran


desconocida, ya se ha resaltado que incluso los restos de analgésicos o
antidepresivos que se eliminan a través de la orina, suponen una amenaza
para la vida acuática. Así las cosas, no es difícil imaginar los devastadores
efectos de la liberación directa de compuestos farmacéuticos al medio
ambiente, sin ningún tipo de control.

Durante años, la forma más ecológica y solidaria de deshacerse de los


medicamentos usados y caducados ha sido devolverlos a alguna de las
muchas farmacias, que, en otro gesto de solidaridad, los donaban a ONG como
Farmacéuticos Mundi o Farmacéuticos Sin Fronteras. Gracias a estas
farmacias, Farmacéuticos Mundi ha llevado, desde su nacimiento en 1991, más
de 500 toneladas de medicamentos a más de 80 países de todo el mundo. Sin
embargo, a menudo no basta con la buena voluntad. Por poner un ejemplo, ya

24
que más de la mitad de estos envíos deben finalmente eliminarse por hallarse
caducados y en mal estado. Ante estos resultados, la Organización Mundial de
la Salud prohibía en 1999 las donaciones de fármacos recuperados e instaba a
la industria farmacéutica a colaborar con estos países de manera más
ortodoxa, mediante el envío de medicamentos originales.

Hoy, gracias al Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases


(Sigre), todo lo que tenemos que hacer hoy para deshacernos de un
medicamento caducado, o de un envase de medicamentos vacío es llevarlo a
la farmacia y depositarlo en un contenedor especial. Desde las farmacias se
trasladan hasta una planta específica situada en Orense, donde se recupera el
cartón, el papel, el vidrio o el aluminio, mientras que los restos de
medicamentos, una vez clasificados, son eliminados por gestores de residuos
autorizados que aseguran su correcto tratamiento y eliminación final.

19. ENVASES DE PINTURAS Y DISOLVENTES.

¿Cuántas veces hemos comprado una lata de pintura para decorar una
pared, un barniz para recubrir la estantería o un bote de pegamento para
reparar esa mesa desencolada? Lo habitual es que, después de utilizar estos
productos, los envases se queden a medias, con la pintura seca y el
pegamento inutilizable. Y, por desgracia, lo más habitual es que los tiremos a la
basura sin pensarlo dos veces.

Las pinturas y barnices que utilizamos contienen solventes, pigmentos y


aditivos que, en mayor o menor medida, son contaminantes y tóxicos. En la
elaboración de pigmentos de pinturas se emplean materiales pesados como el
cadmio y el dióxido de titanio, así como diversos metales pesados, cuya
exposición puede causar efectos cancerígenos y neurotóxicos en el hombre
amén de numerosos problemas medioambientales. Lo mismo ocurre con los
disolventes, barnices y pegamentos, cuya composición incluye también algunos

25
productos tóxicos. Por eso son considerados como materiales domésticos
peligrosos, y nunca deben eliminarse tirándolos en la basura o por el inodoro
(ni tampoco los pinceles y brochas usados), ya que estas sustancias podrían
absorberse por la tierra y terminar contaminando las aguas subterráneas.

Para el correcto reciclado de los desechos de estos productos, es


necesario depositarlos en los ecoparques. De allí son recogidos por gestores
autorizados que los transportan hasta plantas de reciclaje específicas, donde
se utiliza un proceso criogénico que solidifica la pintura, barniz o pegamento
residual hasta que éste se vuelve frágil como el vidrio. De esta forma se puede
separar fácilmente de su envase, quemándose posteriormente sin ningún
impacto medioambiental significativo, mientras los envases de aluminio son
reciclados para la fabricación de nuevos envases.

20. ROPA VIEJA Y TRAPOS

Empieza el buen tiempo y es hora de renovar el armario: una ocasión


inmejorable para aunar reciclaje y solidaridad. Dicen las estadísticas que cada
español se deshace cada año de 7-8 kilos de ropa; y que, a pesar de que todos
sabemos que un chandal usado, una vieja camisa o un abrigo pasado de moda
pueden ser muy útiles a otras personas, gran parte de esa ropa acaba en la
basura, y la mayoría de las veces por pereza.

Afortunadamente, las cosas están empezando a cambiar. En primer


lugar porque la mayoría somos conscientes del problema que suponen los
residuos urbanos, y de que tirar la ropa a la basura, además de insolidario, es
un gesto que demuestra muy poco respeto por el medio ambiente. Pero, sobre
todo, porque en los últimos años, las ONG que tradicionalmente han
aprovechado el terreno de la recuperación y el reciclaje de ropa se han puesto
a trabajar codo con codo con Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y
entidades privadas para que depositar nuestra ropa en un contenedor sea
mucho más fácil.

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La ropa depositada en los contenedores de pueblos y ecoparques, que
debe guardarse en bolsas bien cerradas, se lleva a plantas de clasificación de
ONGs colaboradoras, donde se clasifica según su calidad, y se destina a venta
de segunda mano, a países del tercer mundo, o bien se vende a empresas de
reciclaje textil para fabricar trapos, relleno para colchones, cojines y otros
productos. Además, con el dinero obtenido a través de estos diferentes
canales, las ONGs financian otros proyectos de ayuda humanitaria en nuestro
país o en diversos zonas de todo el mundo.

Y no olvides que lo mejor que puedes hacer por el medio ambiente es


reducir tu producción de residuos textiles. No tires ropa o calzado en buen
estado sólo porque ya no esté de moda y reutiliza tu ropa inservible para otros
usos, como trapos de cocina u otras mil cosas que se pueden hacer con los
retales.

21. NEUMÁTICOS USADOS.

La composición de los neumáticos es compleja, con una base de caucho


a la que se suman otros compuestos como negro de carbono, materias textiles,
cables de acero y diferentes aditivos. Todos estos materiales pueden resultar
reutilizados, además de poder aprovecharse, en algunos casos, el contenido
energético atrapado en los mismos. El aprovechamiento de esta fuente de
recursos es una buena forma de evitar la proliferación del abandono de los
mismos en vertedero y la de quemas incontroladas. Son muchos los
inconvenientes de carácter ambiental que plantean los neumáticos si reciben
una gestión inadecuada y sin embargo son fuente de valiosos recursos,
entonces.... ¿por qué no les sacamos el mejor partido?

Los neumáticos fuera de uso tienen un potencial de aplicación muy alto,


siendo numerosos los fines a los que pueden destinarse. Entre las indicaciones

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se contempla con este orden de prioridad: perseguir el incremento de la vida
útil de los neumáticos, reutilizar en los casos que sea posible mediante el
recauchutado, recuperar por otros métodos distintos al recauchutado, y como
última opción la valorización energética.

Como se ha mencionado, muchos y valiosos son los recursos encerrados


en estos residuos, y para aprovecharlos se usan distintos tratamientos. Uno de
los tratamientos aplicados más frecuentemente a este tipo de residuo es el
triturado mecánico. Se trata de retirar las fracciones metálica y textil, que son a
su vez perfectamente reciclables, y se tritura el resto, conformando una granza
de caucho. Entre los usos de esta granza se encuentran los siguientes:

• Aplicaciones de ingeniería civil relacionadas con absorción de impactos


y ruido en carreteras. La goma granulada se puede utilizar mezclada con
el asfalto para mejorar sus propiedades, disminuyéndose el ruido
generado por la rodadura de los vehículos. El principal inconveniente es
vencer las reticencias de los constructores de carreteras en la
sustitución de polímeros vírgenes por materiales reciclados (betunes
modificados con polímeros).
• Fabricación de alfombras, moquetas y losetas.
• Fabricación de tejados, aislantes de vibración, cubiertas y parachoques.
• Rellenos drenantes.
• Suelas de calzado y complementos de ropa.
• Bandas de retención de tráfico
• Pavimentos para exteriores, suelos de parques de juego infantiles,
carriles-bici, suelos de atletismo y césped artificial.

Una utilización bien distinta es la de su valorización energética, pudiendo


usarse los neumáticos como combustible en cementeras, centrales térmicas y
plantas industriales. Finalmente, con otros tratamientos, como la termólisis,
pirólisis y gasificación, se pueden obtener de los neumáticos fuera de uso un
gas pobre que se utiliza en motores de generación eléctrica.

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22. RADIOGRAFÍAS.

Las radiografías son productos plásticos (normalmente PET) cuyo


principal componente contaminante es la plata. Por esta razón no pueden
tirarse sin más al cubo de la basura, sino que deben depositarse en los puntos
limpios o entregarse en farmacias (no todas recogen este producto), para su
posterior reciclaje. Y es que cada tonelada de radiografías dará origen a cerca
de 10 kg de plata. Con la venta de esta plata, algunas ONGs consiguen fondos
importantes para sus proyectos en diversas partes del mundo. Además, hay
que tener en cuenta que la plata es un metal pesado que, una vez liberado y en
determinadas concentraciones, puede ser muy tóxico y perjudicar gravemente
al medio ambiente.

El proceso de reciclaje de las radiografías para recuperar la plata supone


su incineración. Las cenizas producidas se tamizan, se muelen, y
posteriormente se mezclan con fundentes introduciéndolas en un horno. A
través de la fundición de los metales se separa la plata, que se transforma en
granalla de plata, la cual es finalmente reutilizada como materia prima en el
mercado de materiales preciosos. El resto de escoria se destina a vertedero.

22. CARTUCHOS DE TINTA Y TÓNER.

Los cartuchos de tinta y tóner contienen materiales de plástico, otros


metales pesados y la propia tinta, que son extremadamente peligrosos para el
medioambiente y la salud. El tóner, también denominado tinta seca, es un
polvo fino, normalmente de color negro, que se deposita en el papel que se
pretende imprimir por medio de atracción electrostática. Las partes de un
cartucho contienen sustancias altamente contaminantes como, es el cobre
utilizado en sus integrados, que al hacer contacto con las sales de desechos se
tornan en ácidos nocivos. Además, la tinta contiene derivados del petróleo no
degradables y por tanto cancerigenos al inhalarse.

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La idea para reciclar y reutilizar estos productos es sencilla. Los
consumidores devuelven los cartuchos usados a los gestores autorizados,
quienes los envían a su vez a los puntos de recogida del territorio nacional, y
de ahí a la planta específica de reciclaje. Los cartuchos devueltos son
desmontados: plásticos, metales, partes mecánicas y tóner residual se
separan, y los componentes que puedan volver a ser utilizados serán antes
examinados para comprobar si son aptos para su reciclado. El plástico y
aluminio se funden para fabricar nuevos cartuchos, mientras que el tóner
residual se elimina sin riesgo para la salud o el medio ambiente.

Al igual que los tóner, los cartuchos de tinta se reutilizan en gran medida.
El primer paso es la limpieza del cabezal del cartucho, inyectándole después la
cantidad necesaria de tinta para cada modelo de cartucho. Se comprueba el
correcto funcionamiento del cartucho, y finalmente se embala para nueva
puesta en el mercado.

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