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Pueblo (CPP)
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ÍNDICE
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Introducción: La Comunicación Social y la Reforma Plan de
Estudios de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social
(FPyCS) Puntos de partida y desafíos para el debate.
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sustituyo al de 1977 de la dictadura- y el actual de 1998. El proyecto y más allá de que
sea perfectible, inició un importante camino hacia la reformulación de nuestra
formación académica. Lejos del consignismo y la simplificación realizada sobre el
mismo por parte de algunas agrupaciones, consideramos oportuno analizar a
conciencia, sin anteojeras y sistemáticamente, dicha propuesta, rescatando los
avances que presentó en varios aspectos y marcando, cuando consideramos
pertinente, las críticas y promoviendo propuestas para mejorarlo. El trabajo que usted
va a poder leer a continuación se vincula a la reforma del Plan de Estudios
mencionado y cuenta con el antecedente en la Consulta Popular Estudiantil sobre las
fortalezas y debilidades del Plan 1998 que desarrolló Comunicadores Para el Pueblo
en el año 2007. Conjuntamente a la consulta, se desarrolló una actividad de debate
abierta con la presencia de un panel conformado por varios docentes de la Facultad.
Con posterioridad a dichas actividades y como complemento, implementamos un
diagnostico comparativo de los programas de otras carreas, lo cual nos permitió tener
algunas herramientas para analizar el Plan 1998 y la propuesta 2006.
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transmitir el conocimiento, que va a promover un determinado tipo de profesional
de la comunicación.
En este marco, el recorte teórico y la proyección del perfil del comunicador del
nuevo Plan, debería partir de un acuerdo general y básico entre la sociedad que nos
financia y la Facultad, del tipo de profesional que queremos y que necesitamos para
resolver los problemas de la región y el país. Es importante recordar que articular la
formación académica con los problemas de la nación, involucra tener en cuenta la
posibilidad de establecer una relación armónica entre la formación del comunicador,
las políticas públicas, el conjunto de las organizaciones libres del pueblo y el resto de
los factores de poder de la sociedad.
2- por otro lado, algunos van a plantear la importancia de vincular el perfil del
profesional a las “demandas del mercado”;
4- y por último, también estamos aquellos que sostenemos que el perfil del
comunicador social debe relacionarse, prioritariamente, a las demandas del conjunto
de las políticas de Estado depositarias de la soberanía popular e instrumentos de
desarrollo nacional integrado.
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relación a las prácticas comunicacionales, podemos recordar las experiencias de
comunicación alternativa de las Radios Mineras de Bolivia de las décadas del
cincuenta y sesenta, la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA) de Rodolfo Walsh o
el paso del argentino Ricardo Masseti en la fundación de Prensa Latina. Asimismo y
llegando a la actualidad, podemos ver que existen diversas experiencias de
comunicación en el marco de las organizaciones libres del pueblo, como y por
ejemplo, aquellas vinculados al Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO). En
este contexto, varios estudiantes, profesionales o docentes, van a sostener que el
perfil de comunicador debe ligarse al estudio y/o el acompañamiento de experiencias
de esta índole.
2- En lo que respecta a la articulación de la Comunicación Social y el Estado y
pese a la prácticamente inexistencia histórica de Políticas Nacionales de
Comunicación en el país, es innegable la trascendente dimensión que adquirió la ley
14.241/53 del Servicio Nacional de Radiodifusión, la agencia de noticias TELAM o el
Canal 7, creados durante los dos primeros gobiernos peronistas. Asimismo y de
distinta índole o latitud, es bueno recordar la trascendente importancia que adquirieron
el programa de Comunicaciones de Velasco Alvarado de Perú del año 1968, el debate
de la UNESCO y el Informe Mac Bride en los setenta, el actual canal latinoamericano
TELESUR, la programación del canal del Ministerio de Educación de la Nación
ENCUENTRO o el proyecto reciente del Satélite Simón Bolívar. Estos casos son
expresiones claras y trascendentes, de la potencialidad que tiene el Estado para
desarrollar y promover las comunicaciones en una nación del sur de América. En este
marco, vamos a encontrar propuestas que establecen que el perfil del comunicador
debe estar orientado, prioritariamente, al estudio de la Planificación de la esfera
Pública y las Políticas Nacionales de Comunicación.
3- De la crítica ideológica de los años setenta ingresamos a la década de 1980
en donde se desarrollaron extensamente los “Estudios Culturales”, muchos de
ellos, importaciones de marcos conceptuales del marxismo europeo de posguerra. A
diferencia de las décadas anteriores, se abordaron las diferencias culturales
desentendidas de los factores materiales de poder y en muchos casos, se naturalizó la
realidad existente y el programa neoliberal implementado en esa década y la siguiente.
Ante el afán de recalcar la capacidad del receptor de resignificar lo que recibe de los
medios de comunicación, se perdió de vista en estos estudios, el proceso de
concentración de medios y de poder de la década.
4- Durante los años noventa se promovió un modelo de comunicación
estrechamente relacionada a los estudios de marketing y opinión pública publicitaria
o electoral. En este sentido y de manera similar a los modelos anteriores, estarán
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aquellos docentes, profesionales o estudiantes, que van a sostener la importancia de
orientar la formación académica en torno de la demanda laboral de mercado.
Una vez que acordemos los puntos precedentes, vamos a tener que plantear
algunas dicotomías que nos presenta la posibilidad de la Reforma del Plan. Por un
lado, entre los planteos que sostienen la importancia de mantener una Formación
Teórica amplia y entre aquellos que por el contrario, promueven una formación
prioritariamente técnica y más bien orientada a la práctica periodística concreta, que a
los estudios o investigaciones. En el caso de la Facultad y durante el año 2007, se
aprobó la Tecnicatura de Periodismo Deportivo, cuestión que, parecería, impulsó esta
última posibilidad. Pero, tecnicatura mediante y en lo que respecta a las Licenciaturas,
consideramos importante conservar la matriz teórica amplia en nuestra formación y
fomentar, paralelamente, las prácticas laborales y comunitarias.
Asimismo, la reforma del Plan incluye decidir entre propuestas que hacen
hincapié en la importancia de implementar una Formación Básica extensa ampliando
la obligatoriedad de materias. Por otro lado, están aquellas personas que promueven
un núcleo básico de materias obligatorias corto siguiendo el modelo del Plan de
Estudio sancionado en el año 1998. En este sentido y tras la experiencia como
docentes y alumnos, consideramos importante ampliar la formación básica y las
correlatividades para homogeneizar las formaciones y elevar el nivel de los debates en
los cursos. La especialización puede quedar circunscrita a la orientación en la última
etapa de la carrera y paralelamente, a la elección de Seminarios de práctica técnica e
instrumental de la comunicación, de ámbitos de formación de Tesis, de programas de
Extensión o de Cátedras Paralelas. En lo que respecta a la propuesta del Plan del año
2006, observamos que introdujo el ciclo básico o “ABC” en el cual se propuso ampliar
a 20 las materias obligatorias (en vez de las 13 actuales) y se introdujo un nuevo
esquema de correlatividades. Asimismo, y en el tema de las especializaciones, el
proyecto conservó las orientaciones de “Periodismo” y de “Planificación
Comunicacional” y agregó además, las de “Investigación Socio Cultural y Política” y la
de “Opinión Pública”. En este último punto por qué no pensar en la posibilidad ampliar
los contenidos de la orientación de Planificación Comunicacional en cuestiones
de agenda y políticas de Estado y servicios públicos de comunicación.
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Como punto de partida, es de suma importancia para el Comunicador Social
adquirir una formación sólida en Economía Política, conocimiento sin el cuál
dificultosamente podemos comprender tres de los rasgos más importantes de los
medios de comunicación del país y el continente: primero, la concentración de medios
audiovisuales y gráficos en pocas manos; segundo, la extranjerización de las emisoras
y las agencias de producción de programación y noticia; y tercero, la articulación de
los intereses de empresas y gobiernos extranjeros y los medios de comunicación,
simbiosis que se estructura y desenvuelve como imposición cultural y “política
neocolonial”.
Asimismo, consideramos prioritario en nuestra formación reforzar el estudio de
las Políticas y la Planificación incluyendo materias que aborden las siguientes
temáticas: la legislación, planificación pública y las regulaciones de medios; una teoría
del Estado del tercer mundo; la relación entre Planificación de la Comunicación y
Desarrollo Nacional; la importancia existente entre las categorías de soberanía
política, independencia económica y tecnológica y Plan Nacional de Comunicación.
Vamos a promover que las investigaciones se orienten hacia los problemas de
la región y el país, superando los frecuentes estudios de “discursos sobre discursos”.
Es importante implementar talleres e intervenciones comunitarias con el objetivo de
generar ofertas académicas relacionadas con las demandas de las organizaciones
libres del pueblo. Para garantizar la masividad de estas prácticas, es importante
promover la acción comunitaria desde medidas que acrediten y premien
académicamente a los participantes en este tipo de proyectos. Consideramos
importante desarrollar Seminarios de grado sobre Comunicación Alternativa,
Social y Comunitaria.
Un tema importante que quedó planteado en la Consulta Popular Estudiantil del
año 2007 fue la posibilidad de hacer anuales las historias argentina y
latinoamericana, con el objetivo de reforzar la mirada desde nuestro continente en la
formación académica. Es importante traer a consideración que la propuesta del año
2006 contempló este tema ampliado las historias obligatorias en el Plan. Otra cuestión
pendiente estrechamente ligada a esta, es que no existe en el Plan actual la materia
Historia Argentina del siglo XIX.
Con el objetivo de articular la formación integral del comunicador social,
consideramos central implementar espacios institucionales permanentes en los cuales
los estudiantes desarrollen prácticas concretas sobre las herramientas de trabajo
periodístico y de investigación, tales como la radio, la edición de programación, las
prácticas de cámara, la formación de espacios de comunicación digitales, portales
WEB, etc.
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Con el objetivo de responder a estas y otras inquietudes familiarizadas,
desarrollamos tres preguntas que fueron contestadas por un conjunto de docentes,
profesionales y comunicadores sociales, universitarios y no universitarios, que nos
dieron sus opiniones personales. La primera pregunta se relaciona a un “Diagnostico
del estado actual de la Comunicación Social” y fue redactada de la siguiente manera:
¿Qué temas usted considera, se están debatiendo en el campo de la
comunicación actual? Los temas que aparecieron están ligados a diversos debates
entre los cuales podemos mencionar: cuestiones de incumbencia de la disciplina;
temas vinculados a la aparición de nuevas tecnologías; a la digitalización; cuestiones
ligadas a la Ley de Radiodifusión; a la extranjerización de la prensa; a los debates de
la democratización en función de los alcances de los canales de cable y la televisión
abierta; al estudio del poder económico y los medios; al conflicto agrario y la cobertura
de la prensa; a temas de comunicación comunitaria y la tensión con la academia; a los
desafíos que traen aparejados los tratados de libre Comercio y la Cultura; al debate de
las desigualdades entre naciones en el terreno de la comunicación; a la tensión
libertad de prensa y de empresa; a temas del rol del Estado y su relación con las
organizaciones populares; a la falta de debate de muchos temas; a los análisis de la
relación entre la disciplina y el mercado; a la aparición de nuevos estudios culturales;
cuestiones de las Políticas Nacionales de Comunicación y el Desarrollo; al problema
de duración de la carreras y las tesis: otros se refirieron al Observatorio de Medios; al
debate sobre la libre expresión y el COMFER; al rol de las agencias de noticias como
CNN o Al Jazzira; a la aparición de TELESUR; al abandono de los debates sobre el
poder y la crítica o la diversidad de estudios, entre otros temas.
La segunda pregunta se relaciono al “Deber ser” de la Comunicación
Social” y quedo redactada de la siguiente manera: ¿Cuál es en su opinión la función
o el “deber ser” del Comunicador Social? Aquí aparecieron respuestas que
establecieron la importancia de distintas cuestiones entre las cuales se pueden
rescatar los planteos de: comunicar de manera real; de acompañar la formación de
una sociedad más justa; de afrontar el debate sobre calidad de los medios; de
problematizar la relación entre comunicación y conciencia nacional; de apoyar la
militancia e intervenir en el conflicto social; de acompañar el bien común; de apoyar el
desarrollo de una mirada política, social y cultural propia del continente; de promover
las Políticas de Comunicación Públicas; de acompañar el desarrollo nacional; de
discutir la dinámica de la sociedad y la forma como transformarla; de cuestionar la
concentración mediática de rediscutir la idea de verdad o de ubicar al comunicador en
un proyecto nacional, entre otros.
La tercera y última pregunta, se relacionó a la “Articulación de los puntos 1
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y 2 en el Plan de Estudios” y quedó redactada de la siguiente forma: ¿Qué
problemáticas, materias o áreas de investigación, usted considera, deberían
introducirse o tendrían que ocupar un lugar más amplio en el Plan de Estudios
de la Carrera?. Entre las respuestas encontradas debemos mencionar la posibilidad
de: desarrollar una formación curricular basada en una mirada latinoamericana;
promover la práctica laboral y la extensión permanente; poner a prueba los marcos
teóricos; difundir la comunicación Alternativa incluyendo una orientación en
Comunicación Popular o Comunitaria; desarrollar una formación humanista; promover
la articulación entre investigadores y docentes; modificar las correlatividades de
algunas materias; modificar la duración de materias; articular el trabajo de las
cátedras; articular Proyecto nacional y reforma curricular o introducir nuevas materias,
entre otras cuestiones.
Las entrevistas aparecen por orden alfabético y van acompañadas de una
breve referencia de las actividades en las que se desenvuelve el entrevistado.
El trabajo cuenta con una breve historia de la Carrera denominada “Siete
décadas de estudios en Periodismo y Comunicación” que aporta una mirada integral
del desarrollo desde sus orígenes a la actualidad.
Debemos recordar que el Plan de Estudios establece pautas generales y que
solamente su aplicación concreta y comprometida por parte de los universitarios,
promoverá determinado posicionamiento político e ideológico en relación su
articulación o no, a las Políticas públicas, las Organizaciones Libres del Pueblo y el
Conjunto de factores de poder de la sociedad. En este sentido, solamente la práctica
cotidiana de los miembros de la Facultad y sus relaciones con el medio, dirá la última
palabra sobre el nivel de adecuación o de distancia de la formación académica y la
producción científica, en relación a los temas y la información socialmente necesaria
para la región y el país.
Por último y cuestión que excede el mero debate del Plan, estamos seguros de
la importancia de promover en nuestra formación una mirada desde autores
latinoamericanos y nacionales. En el mediano y largo plazo, este posicionamiento
debe dar los frutos esperados: desarrollar una escuela de comunicación social con
una mirada y una teoría nacional y latinoamericana, que responda a los desafíos,
las demandas y las exigencias del país y del sur del continente.-
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Siete décadas de estudios en Periodismo y Comunicación.
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el Presidente de la Universidad Nacional de La Plata, la serie de conferencias y cursos
a dictarse durante el año lectivo.
Este estado de opinión sucedía en otras partes del mundo. El profesor
Strowski, en el diario “Paris-Soir”, auspició en 1927 la idea de fundar en La Sorbona,
un instituto para la formación de periodistas porque, decía, “se haría ganar 10 años de
vida al periodista si, en lugar de los largos tanteos profesionales a que se someten
hasta llegar a su madurez, sin más guía que el instinto o la práctica, se establece una
enseñanza metódica para ellos”. También Otto Groth, en “Die Setung” (1928),
preconiza esta solución. La mayor parte de las naciones europeas la fueron
adoptando, movidas por la necesidad de contar con periodistas de verdadera
preparación profesional. La Guerra Mundial les había revelado la importancia de
proveer de comunicación profesional, efectiva y veloz para la seguridad nacional. Las
potencias mundiales de Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Rusia habían implantado
o estimulado el funcionamiento de escuelas de periodismo con las perspectivas de
desarrollar profesionales idóneos para las tareas de comunicación e inteligencia de la
guerra. Los Estados Unidos se habían anticipado a los países europeos en muchos
años y ya a mediados de la década del 30 contaban con más de 100 institutos
especiales de periodismo y 300 universidades y Colegios que ofrecían cursos de esta
profesión, mientras que en Sudamérica no existía ninguno que cubriera esta
necesidad.
En nuestro país y con anterioridad al caso mencionado, hubo algunos intentos
fallidos como y por citar uno, el Primer Congreso de la Prensa Nacional reunido en
mayo de 1901, por iniciativa de Estanislao Zeballos, Manuel Carlés, Ezequiel Paz y
Emilio Mitre y Védia. Este Congreso resolvió la fundación de una Universidad Libre y
una Escuela de Periodismo que finalmente no se llevaron a cabo. Otro caso es el del
decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
Norberto Piñero que se propuso crear una Escuela con la colaboración de algunos
grandes diarios, cuestión también inconclusa.
Los cursos de la Escuela de La Plata comenzaron con la participación de casi
300 alumnos inscriptos. Al iniciarse el primer bimestre Manuel Elicabe, explicó el
fundamento de su propósito y expresó que:
(…) “la aceleración del ritmo de la vida contemporánea, ha exigido al periodismo la mayor
universalidad de la información noticiosa y de su comentario y le ha impuesto la condición de la
más estricta actualidad. (…) el público lector es un ser fugitivo que el periodista debe cazar
cada día. Adversos a la universalidad y actualidad de la labor periodística, los factores
distancia y tiempo se reducen a su mínima expresión por la velocidad que engendran la
preparación profesional y la atinada utilización de los medios modernos de comunicación. Al
alcance de todos, por lo general, están los últimos; mas la preparación profesional exige arduo
aprendizaje previo, que desarrolle y cultive las actitudes originarias; impone la adquisición de
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conocimientos variados, la vivacidad y el perfecto dominio técnico del complicado mecanismo
del diario moderno”.
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“Sociología”, “Derecho Administrativo y Derecho Internacional Público”, que se
dictaban en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y también en la
de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad local. Por otra parte, el Círculo de
Periodistas se comprometía a dar enseñanza teórica y práctica a través de las
asignaturas específicas: “Historia del Periodismo”, “Reportaje y Redacción de
Noticias”, “Estudio de originales periodísticos, su crítica y reconstrucción”, “Arte
Tipográfico aplicado al Periodismo”, “Legislación de Prensa” y “Ética Periodística”.
Por su parte, el Presidente de la Universidad designó una Comisión que dictó el
Reglamento de la Escuela. La Comisión fue presidida por Levene e integrada por
Manuel Elicabe como representación del Círculo, por José A. Oría (Profesor de la
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación) y por los periodistas Ramón T.
García y Carlos R. Molteni. La Comisión redactó el reglamento que contenía 16
artículos, en los que hacía referencia a que una Comisión de Gobierno, compuesta por
un Director y dos Vocales, tendría a su cargo el gobierno técnico y administrativo de la
Escuela. Dicha Comisión, además, podía estar integrada por un delegado del Centro
de Estudiantes, siempre que éste lo solicite, quien podría emitir opinión sobre toda
clase de asuntos a tratarse, pero no tendría voto resolutivo sobre ellos. El Director
sería nombrado por la Comisión Directiva del Círculo de Periodistas, siendo su
mandato por 4 años, y los Vocales -con 2 años en sus funciones- serían nombrados
uno por el Presidente de la UNLP y el restante por la comisión Directiva del Círculo.
El contexto de aparición de la Escuela fue la década del treinta y transcurrió
bajo el esquema político de la Concordancia durante la denominada “Década Infame”,
periodo en el cual se conocen escasos intentos de avanzar hacia la formación de una
Política Nacional de Comunicación. Por el contrario, el funcionamiento y el desarrollo
de la prensa escrita y la radio, estuvieron en manos y con pocas excepciones, del
sector privado. En este cuadro político y cultural y salvando los proyectos de Elicabe y
algún otro mencionado, fueron escasos los intentos de avanzar hacia el desarrollo de
instituciones publicas de formación profesional del Comunicador Social.
Conjuntamente al periodismo en manos de los grupos económicos ligados a la
oligarquía y como fue históricamente el diario La Nación, La Prensa o el Nacional,
durante la década del treinta aparecieron expresiones culturales como por ejemplo
FORJA, que iniciaron nuevas escuelas de pensamiento nacional y otras formas de
vincular el periodismo y las transformaciones sociales.
En 1943 y tras 13 años de fraude electoral se produjo un golpe militar, que
poco tiempo después, llamó a elecciones libres dando cauce democrático a la vida del
país. Este gobierno y en particular el peronista desde 1946, inauguraron profundas
transformaciones en las comunicaciones y en la educación argentina. Durante el año
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1943 la Comisión de Gobierno de la Escuela resolvió introducir reformas en el Plan de
Estudios que fueron elaboradas inicialmente y de común acuerdo, entre la Universidad
y el Círculo. En su petitorio, la Comisión solicitó a la Universidad auspicios más
eficaces que los que se habían brindado hasta ese momento y se agregaron
modificaciones al Plan de Estudio introduciendo asignaturas como “Ilustración de
periódicos” y “Reportaje gráfico” (dibujo, grabado, litografía, fotograbado,
belinogramas). El Círculo propuso para el dictado de esta materia la colaboración de
los laboratorios de la Escuela de Bellas Artes de la UNLP. Se presentaron como
innovación las materias de “Administración de periódicos” y “Publicidad, avisos y
propaganda comercial”. Se sumaron al Plan algunas cátedras de estudios superiores y
de perfeccionamiento, dictadas en las facultades de Humanidades y de Ciencias
Jurídicas y Sociales. La necesidad de dictar cursos básicos por un lado y superiores o
de perfeccionamiento por el otro, respondió a las exigencias de profesionales y
veteranos del periodismo, para quienes cabe suponer, eran “innecesarias o poco
atractivas las enseñanzas elementales”. El Presidente de la UNLP Dr. Alfredo L.
Palacios y conjuntamente con el Consejo Superior, el día 22 de junio de 1943
aprobaron un plan de reformas. La propuesta estableció, entre otros temas, la
inclusión de “cátedras básicas para los alumnos regulares y cátedras de estudios
superiores y de perfeccionamiento, de asistencia facultativa, para alumnos de la
Escuela o periodistas profesionales”.
La Escuela dictaba clases en forma gratuita y su personal docente y
administrativo desempeñaba sus funciones sin cobrar salarios y se sostuvo
financieramente a través aportes provenientes del Círculo. En el año 1941, el Diputado
Nacional Dr. Raúl Díaz, presentó ante la Cámara de Diputados un proyecto de Ley por
el que se proponía dar a la Escuela una pequeña subvención económica. Dicha
subvención sería destinada en parte para la adquisición de las máquinas y accesorios
de un taller de imprenta. Finalmente el aporte quedó demorado varios meses. Ante
esta situación la Comisión Directiva del Círculo acudió en demanda de ayuda al
gobernador de la Provincia de Buenos Aires que le acordó un donativo por única vez,
en marzo de 1943 y cuyo importe hizo posible la instalación del taller de imprenta. Éste
contó con una máquina “Ausburg” plana de imprimir, una linotipo de “modelo 8B” con
tres almacenes, cajas y juegos de tipos variados, mesa de imponer, ramas, guillotinas,
sacapruebas y otros accesorios indispensables para impresión de un periódico –que
más tarde compusieron los alumnos- y de las cartillas de divulgación académica que la
Escuela editó y difundió gratuitamente en el país. En aquella rudimentaria imprenta se
editó desde 1946, “El Iniciador” que era un periódico escrito por los estudiantes de
periodismo y de distribución gratuita. La subvención, administrada por la Dirección y la
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Comisión de Gobierno de la Escuela, permitió además, asignar una modesta suma
anual a las diversas cátedras y un sueldo al personal administrativo durante 1943, e
instituir una “bolsa” para costear un viaje de estudios a los alumnos que más se
destacaban en los cursos. Pero este salvataje financiero no fue más que un paliativo
temporario ya que la falta de sostén económico no fue resuelta en los años siguientes.
Ante este cuadro de situación, el Círculo comienza a tramitar una gestión con la
Universidad Nacional de La Plata con el fin de lograr la oficialización de la Escuela
bajo la dependencia directa de esa casa de estudios. La incorporación definitiva de la
Escuela a la Universidad, se formuló a través de un anteproyecto de bases que el
Vicepresidente de la UNLP a cargo de rectorado durante 1948, Ing. Héctor Ceppi,
resolvió someter a consideración del Consejo Universitario. A los fines de llevar a la
práctica esta incorporación, se estableció un convenio en el que se incluyó la
transferencia a la Universidad del material didáctico con que contaba la Escuela y su
taller de imprenta. La Universidad se comprometió a mantener la estructura de la
Escuela en sus lineamientos generales. Mantendría en sus cargos a la Dirección, al
personal docente y administrativo y mejoraría las asignaciones que tenían los mismos.
La Escuela de Periodismo de la UNLP se creó finalmente en el año 1954.
Consideramos pertinente hacer algunas menciones al contexto histórico universitario y
político que le dio auspicio. La asunción de los sectores populares a la política
Argentina tras la figura de Juan Perón marcó una transformación de suma importancia
para la política del país. En temas universitarios el gobierno decretó la gratuidad
universitaria, introdujo los derechos sociales de los estudiantes (becas, deporte,
asistencia medica, comedores, etc.), creó las dedicaciones exclusivas para docentes,
las leyes de salario mínimo, las prácticas estudiantiles rentadas, fundó el Ministerio de
Educación, aumentó el presupuesto educativo en sueldos e infraestructura, fundó la
Universidad Obrera y entre otras cuestiones, sancionó las leyes universitarias
13.031/47 y 14.297/54. En la UNLP se creó el Departamento de Acción Social para
desarrollar al extensión Universitaria, las Olimpiadas Interuniversitarias para
estudiantes deportistas, se abrió el comedor universitario, se suprimieron los aranceles
en 1949, se construyeron desde 1953 residencias estudiantiles, se abrió la Dirección
General de Sanidad, se dictaron los Cursos de Formación y Cultura Argentina, se creó
la Escuela de Obstetricia, se iniciaron los proyectos de nuevas Facultades de
Ciencias Económicas, de Odontología, de Ciencias Exactas, de “Ingeniería,
arquitectura y urbanismo”, se propusieron los Institutos de Psicología, de “Higiene y
Medicina Social” y se abrió la escuela de Kinesiología y la Escuela de “Administración
Publica”. En temas de políticas de Comunicación se intentó implementar un Programa
Nacional de Comunicaciones y de esta manera en el año 1953, se sancionó la Ley del
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Servicio Nacional de Radiodifusión 14.241, se promovió la creación de de la agencia
de noticias TELAM terminando con el monopolio de las agencias norteamericanas, se
sancionó el Estatuto del Periodista y se dio nacimiento a la televisión con la fundación
de canal 7.
Ligando directamente ambos desarrollos, tanto los avances en la universidad
como los de comunicaciones, en abril de 1954 el Consejo Superior resolvió
institucionalizar la Escuela de Periodismo como parte de la UNLP y que fue
denominada “Escuela de periodismo Presidente Juan Perón”. Para ello se dispuso
designar una Comisión con el fin de elevar un proyecto de organización y
funcionamiento, compuesta por el fundador Manuel Elicabe, Saverio Redoano y Miguel
Ángel Escalante. El intento de avanzar en la formulación de una Política Nacional de
Comunicaciones que permitiera acompañar la formación de un programa de nación
económica, política y culturalmente independiente, era el contexto general que dio
auspicio a la creación de la Escuela, ámbito a partir de cual formar profesionales para
el desarrollo argentino autosustentable. Estos anhelos eran parte del Segundo Plan
Quinquenal del año 1952 que estableció los objetivos generales a cumplir por el
Servicio Nacional de Radiodifusión. En septiembre de 1954 el Consejo aprobó el
proyecto respectivo y con él la creación definitiva de la Escuela. Para concretarla, el
Círculo ofreció sus aulas, elementos didácticos y el uso de su taller de imprenta por 3
años prorrogables y hasta que la Universidad dispusiera de un presupuesto adecuado
a sus fines.
Tras el golpe militar del año 1955 se inició en el país y particularmente en la
Universidad, una persecución de los docentes e intelectuales que habían tenido
cargos durante los gobiernos democráticos del año 1946 a 1955, hayan estado o no,
vinculados partidariamente al peronismo. Por intermedio del decreto 478 se declaró en
comisión a todos los docentes del país y desde el decreto 6.403 se posibilitó la
expulsión de los docentes relacionados al gobierno democrático depuesto por el
bombardeo de Buenos Aires que ocasionó 450 muertos y la asonada militar de
septiembre. Los militares derogaron la Constitución nacional, se prohibió al partido
peronista y la CGT y se anularon gran parte de las leyes sancionadas por el congreso
nacional, incluyendo las leyes universitarias y las resoluciones de gratuidad y los
servicios sociales de los estudiantes. Ese año se suprimió el Segundo Plan
Quinquenal y se derogó la ley de telecomunicaciones del año 1953. En este marco es
nombrado Rector interventor de la UNLP Villegas Basivalbaso y en octubre de 1955
asumió sus funciones como Delegado Interventor en la Escuela de Periodismo el Dr.
Pascual Cafasso, cargo que ocupó por más de 12 años. Durante su gobierno se
aprobó un nuevo Plan de estudios en 1956 y se creó el Seminario de Investigaciones.
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En el año 1958 asume Arturo Frondizi el gobierno del país y Danilo Vusetich la
presidencia de la UNLP. La Argentina dio un viraje político hacia la articulación del
país con los intereses de capital extranjero y abandonando el modelo de desarrollo
industrial nacional de la década anterior. En este marco, se puede ver la llegada de
varias empresas trasnacionales, el ingreso al FMI y su injerencia en los asuntos
públicos desde los Planes de Estabilización propuestos por ese organismo e
implementados por Frondizi. La extranjerización de la economía llegó a los medios de
comunicación y tras la derogación de la ley 14.241 que prohibía el ingreso del capital
extranjero, se crearon los canales privados en una alianza de grupos económicos y
políticos internos, con capitales norteamericanos. En ese período se conformó el perfil
actual de la comunicación argentina caracterizado por la concentración, privatización,
extranjerización e inexistencia de Políticas Públicas de comunicación. En temas
universitarios, el gobierno de Aramburu instrumentó el gobierno tripartito y Frondizi
habilitó el ingreso de universidades privadas católicas al país. Durante la apertura al
capital trasnacional llegaron las primeras donaciones de fondos de la Fundación
Rockeffeller a la UNLP, cuestión que fue profundizada por diversos convenios con el
capital extranjero implementados hasta el día de la fecha.
En el año 1958 la Escuela se mudó al edificio de calle 53 N° 726 alquilado por
la Universidad, dejando definitivamente las instalaciones del Círculo de Periodistas de
la Provincia de Buenos Aires. Allí también se trasladó la imprenta, la biblioteca
especializada, el laboratorio fotográfico, los grabadores y el resto de la infraestructura
de la Escuela.
En julio de 1961 apareció el primer número de “Noticias Universitarias”, editado
por la Escuela, que se convirtió en vocero de la Universidad platense y sirvió
gratuitamente a docentes, administrativos, estudiantes y graduados. En el año 1964 y
durante la presidencia del país de Arturo Illia, el Consejo Superior de la UNLP aprobó
un nuevo Plan de Estudios para la carrera de Periodismo y en el año 1965 las
autoridades designaron nuevamente al Dr. Cafasso como Director.
En año 1966 se realizó el golpe de Juan Carlos Ongania contra Illia y en
temas universitarios esta gestión militar es recordada por la “Noche de los Bastones
Largos”, fecha caracterizada por la fuerte represión de docentes y estudiantes,
continuando la política de cesantías y violencia contra opositores instrumentada en el
año 1955. Durante el año 1968 se fundaron 9 universidades privadas, marcando el
año record en la apertura de esas instituciones en el país. En el año 1966 se resolvió
crear un Consejo Asesor para la Escuela integrado por profesores, graduados y
estudiantes, y en junio de ese mismo año se designó al Aula Magna de la Escuela con
el nombre de Manuel Elicabe en homenaje a su memoria.
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A principios de los años ´70, la Escuela Superior de Periodismo seguía en el
mismo edificio. El Plan de Estudios contaba con una Licenciatura en Ciencias de la
Información (3 años) y un Profesorado en Comunicación Social (2 años más), sin tesis
de graduación y en el marco del Plan de Estudios de 1969.
En el período que va del Cordobazo y la caída de Onganía en 1969 a la
reapertura democrática del año 1973, se produjo un proceso de movilización masiva y
de conformación de diversas expresiones de articulación directa entre la política
nacional y el activismo universitario. En esta época trascienden la figura de Rodolfo
Wolsh y el Semanario de la CGT de los argentinos y otro conjunto de publicaciones
periodísticas ligadas al proceso político de las décadas del sesenta y setenta, como
fueron las revistas Antropología del 3er mundo, Envido, Crisis, Qué, Descamisados, El
Escarabajo de Oro, Hechos e Ideas, etc. El año 1973 se identificó por la recuperación
de la democracia luego de 17 años de proscripciones y persecuciones. Como parte de
la inmensa corriente cultural y política nacional y en nuestra ciudad, la Federación
Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) presentó a debate público las “Bases
para una Nueva Universidad”, propuesta innovadora de transformación de nuestra
casa de estudios. En temas universitarios la apertura política fue trascendente ya que
fue el año que mayor cantidad de universidades nacionales se abrieron en la historia
del país: 7 nuevas casas de estudio tuvieron auspicio en 1973 y otra en 1974. En este
último año se creó la ley universitaria 20.654 que introdujo y entre otros temas, la
participación en los consejos con voz y voto del personal no docente y la
incompatibilidad de la práctica docente de aquellas personas con cargos en empresas
multinacionales. En el año 1973 el filosofo y ex Decano y rector en la década de 1950,
Rodolfo Agoglia, se hizo cargo de la Presidencia de la UNLP y durante su gestión se
reincorporaron los docentes expulsados por cuestiones políticas, se suprimieron
aranceles y cursos de ingreso, se creó el Departamento Central de Planificación y el
Instituto de la Realidad Nacional y el Tercer Mundo, se dictaron Cursos de Realidad
Nacional, se estableció una reforma de los planes de estudio, se declaró una amnistía
a todas las acciones tomadas contra el personal y se reabrió el Comedor Universitario,
entre otras medidas. Este ímpetu transformador de la UNLP si vio cortado
violentamente con los asesinatos del director del Departamento Central de
Planificación, Carlos Miguel y del secretario de Supervisión Administrativa, Rodolfo
Achen, ambos perpetuados por la organización triple A en la antesala del golpe de
1976.
Durante el tercer gobierno peronista y en temas de Políticas de Comunicación,
se nacionalizaron los canales de aire que luego fueron privatizados por Menen durante
los noventa.
19
La precariedad de los sucesivos edificios ocupados y de los magrísimos
presupuestos acordados complicó la situación del cuerpo docente. Estos límites no
fueron superados y pese a la mudanza al edificio de la calle 44 N° 676, puesto que
casi al mismo tiempo del cambio, el país comenzó el período más negro de su historia:
el 24 de marzo de 1976 la Junta Militar derrocó al gobierno constitucional aplicando el
terrorismo y las desapariciones. En junio de 1976 el rector interventor de facto
Guillermo Gallo nombró al Licenciado en Psicología Daniel Alfredo Pabón como
Director de la Escuela. Durante su administración desaparecieron y fueron asesinados
docentes, no docentes, estudiantes y graduados.
En lo específico institucional y por resolución del 31 de Diciembre de 1976, se
cambió la denominación de la Escuela pasándola a Escuela Superior de Periodismo y
Comunicación Social y se reformó el Plan de Estudios formulando una Licenciatura en
Comunicación Social de cinco años (con tesis) y un título intermedio de Periodista (de
3 años). Se creó el Instituto de Investigación de la Comunicación Social. La Escuela
pasó a formar desde el año 1981 parte de la Federación Latinoamericana de
Asociaciones de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS) en carácter de
miembro. En toda la década, salvo emprendimientos individuales, la Escuela no salió a
la calle con ningún producto periodístico ni académico, salvo un folleto reivindicatorio
de algunas ideas en torno a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, con
escaso valor académico y nulo contacto con cualquier práctica o saber vinculado al
periodismo y la comunicación social. Quedan en los pasillos del edificio de 44 las
voces de los compañeros muertos y desaparecidos.
El regreso a la vida democrática es el despertar de una pesadilla. La vuelta a
las organizaciones estudiantiles pudo recrear la política y dio auspicio a la irrupción de
nuevos valores culturales. Poco tiempo después del año 1983 y tal cual quedó
expresado tras las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, la recuperación de la
democracia política no sería cosa fácil. Por otro lado y en lo que respecta a la
democracia social, la economía neoliberal implementada implicó un fuerte retroceso
para el país, cuestión que sigue vigente como una gran deuda de los argentinos. Con
el fin de la dictadura muchos estudiantes de la Escuela Superior de Periodismo
participaron activamente en los principales hechos de la política nacional. En este
sentido y nos orgullecemos en decirlo, la responsabilidad social del periodismo y de
los medios de comunicación, es parte fundante de la nueva agenda de la Escuela.
Como culminación de varios períodos turbulentos y contradictorios, en 1984 la
Escuela Superior de Periodismo y Comunicación Social eligió, por primera vez en su
historia, a su propio Director.
20
Luego de un proceso de profundo crecimiento y maduración, el 24 de octubre
de 1994, la comunidad mayoritaria de la UNLP consideró pertinente y justo que se
cambiara el status académico de la Escuela Superior y se pasara a Facultad.
Acompañando este proceso comienza, en todos los niveles institucionales la
jerarquización de los estudios, el cogobierno efectivo y la consolidación epistemológica
del campo.
En pleno 2008, la Facultad de Periodismo y Comunicación Social alcanzó un
prestigio nacional, regional e internacional que da cuenta de los frutos de un esfuerzo
compartido con logros tangibles. Cuenta en la actualidad con una Tecnicatura en
Periodismo Deportivo -aprobada por el Consejo Superior de la UNLP y que comenzará
cursarse a partir del ciclo lectivo 2009-, con una Licenciatura en Comunicación Social,
con orientaciones en Periodismo y en Planificación Institucional; con un Profesorado
en Comunicación Social y con diversas Especializaciones de posgrado, rescatando la
existencia de dos Maestrías y un Doctorado.
Un promedio de 800 alumnos ingresa anualmente a la Licenciatura en la sede
central de la ciudad de La Plata y sumados a otros aproximadamente 180 alumnos del
resto de las unidades, dejan un saldo de casi 1000 nuevos inscriptos al año. El
proyecto académico de la FPyCS además, se amplió a través de extensiones
universitarias a lo largo y ancho de todo el país. Cuenta con áreas de producciones
gráficas, radiofónicas, audiovisuales y multimediales. Produce con su propia editorial,
libros especializados y revistas científicas y de temáticas de interés general como la
revista Questión o Tram(p)as digital. Sostiene la Agencia Periodística del Mercosur
(AGM) y el Observatorio de Medios. Posee centros de estudios de diferentes
temáticas. Articula acciones con el Estado, las organizaciones sociales y de derechos
humanos y otras unidades académicas y universidades. Es formadora de destacados
profesionales del campo de la Comunicación y el Periodismo. Estimula una práctica
responsable, comprometida y crítica, entendiendo a la Comunicación como un bien
social y propiciando el respeto por el derecho a la libertad de expresión y de prensa.
Se pueden contar muchos otros registros de tareas, miradas y contribuciones
académicas y científicas, aunque no es materia de este texto. Baste decir, que su
comunidad se destaca por una incansable dinámica que, en 2008, alcanzó un objetivo
largamente demandado: la construcción de un nuevo edificio. Con el comienzo del
curso introductorio de este año, la FPyCS inauguró la Primera Etapa de su nueva
sede, ubicada en la zona del Bosque de la ciudad de La Plata. Actualmente, está
aprobado por las autoridades de la Universidad Nacional de La Plata y por el Ministerio
de Educación de la Nación el inicio de la Segunda Etapa del edificio, con lo que se
completará la sede y para posibilitar, por primera vez en su larga historia, una
21
respuesta a las necesidades pedagógicas, académicas y científicas de la FPyCS, en
permanente crecimiento.
22
Opiniones Relevadas
23
Adriana Archenti, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de la UNLP.
24
2- Deber “ser” de la Comunicación Social: ¿Cuál es en su
opinión la función o el “deber ser” del Comunicador Social?
Considero que el “deber ser” del comunicador social es comunicar, aunque
parezca esto una verdad de perogrullo. Cuando digo comunicar me refiero a
aproximarse a los acontecimientos con la más sólida formación e información teórica,
empírica y técnica posible, de la manera más seria posible y transmitirlos con el
máximo rigor posible a la mayor cantidad de gente posible. Se verá que hay varios
condicionales aquí y todos ellos responden a que no debemos ser ingenuos acerca de
los contextos, las motivaciones, los intereses ideológicos, políticos, económicos, las
ideas previas, los puntos de vista, los prejuicios, las capacidades de los distintos
grupos para apropiarse de aquello que reciben como “noticia”, etc, etc. Pero entiendo
que en la función del comunicador debe haber una aproximación a un criterio de
verdad. Esta es otra palabra compleja, ya que, sobre todo en la actualidad, se
entiende que las verdades son construidas de diversas maneras y existe la posibilidad
de múltiples verdades. Mi propia disciplina, la Antropología, ha abonado esta posición
con su teoría del relativismo cultural (las más de las veces mal comprendida). Sin
embargo y en este aspecto entiendo que no todas las posibles “verdades” tienen el
mismo estatuto. Recurro para explicar esto precisamente a la cita de un antropólogo,
Marvin Harris, quien hablando acerca de las relaciones entre moralidad y verdad
decía: “Qué duda cabe que la historia de Dachau (campo de concentración en la
Alemania nazi) nos la podrían contar el miembro de la SS (cuerpo de combate de élite)
y el prisionero; la de My Lai (aldea bombardeada con napalm durante la guerra entre
Vietnam y EEUU) el Teniente Calley (a cargo de la operación) y la madre arrodillada
(víctima vietnamita), la de la Universidad de Ken State (matanza de estudiantes en
manifestación antibélica en esa Universidad de EEUU) los miembros de la Guardia
Nacional y los estudiantes matados por la espalda. Pero solo un cretino moral
sostendría que todas estas historias son igual de verdaderas”. A esto me refiero como
el compromiso del comunicador con la verdad.
25
3- Articulación de los puntos 1 y 2 en el Plan de Estudios:
¿Qué problemáticas, materias o áreas de investigación, usted considera,
deberían introducirse o tendrían que ocupar un lugar más amplio en el Plan de
Estudios de la Carrera?
He citado algunas problemáticas particulares en las anteriores respuestas. De
manera general, entiendo que el Plan de Estudios debe contemplar los intereses
propios del desarrollo de la disciplina en sus aspectos de formación de saberes,
investigación y aplicación, teniendo como horizonte -pero no solo constriñéndose a
ellas- áreas prioritarias de indagación, desarrollo e intervención en el país.
Una sólida formación teórica en el campo de las Ciencias Sociales, a la par de
una específica de la Comunicación Social que contemple posiciones clásicas y
emergentes, de los centros “consagrados” y de las tradiciones “nativas”, tal como el
pensamiento crítico latinoamericano, saberes y experiencias metodológicas frente a
las cuestiones empíricas y la adquisición y práctica temprana y sostenida de la “caja
de herramientas” técnicas de la disciplina, deben sustentarse en el marco de una
formación ética y en valores.
26
Isabel Arigós, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social
de la UNLP.
1- Diagnostico del estado actual de la Comunicación Social:
¿Qué temas usted considera, se están debatiendo en el campo de la
comunicación actual?.
En la actualidad creo que se están debatiendo en el campo de la comunicación
aspectos referidos a la vigencia de algunos soportes, la irrupción de otros, la
innovación electrónica y especialmente como afectan los cambios tecnológicos.
El rol del comunicador social se debate diariamente, en sus múltiples ámbitos
de acción, en el análisis de la realidad entre un proceso a “escala humana” o la
reproducción del capital.
En la era de la globalización y las comunicaciones trasnacionales la discusión
se sigue centrando en quienes poseen los medios de producción ideológica, muchas
veces utilizados como herramientas de dominación.
27
geopolítico, humano y social. Se debiera profundizar los conocimientos para lograr
volcarlos a la formación de los comunicadores en ámbitos como: la comunicación y su
intervención en la vida de las personas, además de la comunicación como herramienta
liberadora o dominadora en términos políticos y humanos.
Es importante que los comunicadores manejen y tengan amplio conocimiento
de los soportes y las formas para lograr comunicar lo que pretenden y se proponen
claramente, siendo conscientes de ello. Es así que debe ocupar en la formación
amplio espacio la producción.
Un desarrollo al que se debiera apostar en la formación del comunicador es al
desarrollo en la educación, tanto en los ámbitos formales, como en los no formales
tales como los medios masivos.
Creo que la comunicación es necesaria para lograr una sociedad mas justa,
mas equitativa y que brinde oportunidades, para el desarrollo de las cualidades
humanas por sobre las económicas.
28
Julio Barbaro, fue Diputado Nacional, Secretario de Cultura de la Nación e
Interventor del COMFER, entre otras funciones.
29
En radios la concentración existe pero limitada, en principio el grupo mejicano
CIE vendió Del Plata y Belgrano, mientras sigue administrando varias, siendo ilegal en
el número de las radios y en el capital extranjero.
En radios estamos con multiplicidad de propietarios y el actual gobierno
legalizo unas 3600 FM de corto alcance en todo el país.
Nos queda ser duros con las truchas, aun cuando algunas se disfrazan de
revolucionarias para que no las toquen.
Hay más de cien AM truchas en capital y gran buenos aires, caso único en el
mundo. Eso debe desaparecer en poco tiempo, mientras en su enorme mayoría
pertenecen a bailantas o pastores.
Las FM ilegales también hay que eliminarlas y entonces obligar a todos a que
utilicen la potencia a la que están autorizados, y no la demencia actual.
En televisión de aire necesitamos primero elegir la norma de digitalización y
luego convocar a canales de corto alcance.
Modificar la ley para que el único limite de los canales de aire sea el espectro, y
no los negocios o la venta de publicidad.
El cable logró que el canal gratuito de aire sea escaso y sin extensión, con eso
obligó a todos al servicio pago. Si hubiera un servicio gratuito digno el pago estaría
limitado al lujo y no como hoy que lo han convertido en una necesidad.
Si decimos que el cable abarca cerca del 70 por ciento de los hogares queda
claro que más del treinta por ciento solo recibe canales gratuitos, y fuera de la capital
esto implica uno y a veces ninguno.
La televisión paga es excelente tanto como escasa o nula es la gratuita.
El 7 es un canal que abarca mucho, pero no toda la geografía. Si la paga es 70
canales y la gratuita asegurada solo uno, hemos inventado una nueva marginalidad.
La televisión paga será legitima cuando la gratuita sea digna.
30
La clave esta en el ejerció de los paradigmas. Si el ídolo televisivo es un Señor
analfabeto y grosero es complejo intentar imponer al educando otro modelo.
La televisión tiene más peso que la familia o la escuela, o al menos el mismo.
Si sus exitosos son seres menores, la mediocridad es el futuro. La sociedad de
consumo necesita un ser limitado que imagine la marca y el tatuaje como única
manera de ser diferente. Si la vida humana es algo más que el recorrido por una
góndola infinita, entonces los medios no pueden ser esclavos de la publicidad.
Si el estado da las licencias tiene derecho a exigir que el nivel educativo de los
periodistas sea sólido para obligar así a quienes intentan imitarlos.
Lo complicado es no mezclar miradas supuestamente elitistas en el debate. El
lugar común de los que critican al medio es “Yo no veo televisión o yo veo otra cosa”.
Son demasiados los que se sienten superiores por no compartir los gustos de
las mayorías.
Hay demasiada ideología en esta tensión entre la realidad y lo propuesto.
Yo no tengo relación con el fútbol, eso no me lleva al campo de Sebreli que
escribió un absurdo libro en su contra. Demasiado desprecio por los gustos populares
no muestran un ser inteligente, sino tan solo definen un lenguaje de casta.
Y a la inversa, que la pasión por lo popular no nos lleve a permitir cuanto
animal agresivo se considere digno de ser escuchado.
Lo complejo es definir normas o establecer límites. Esto es casi imposible. En
un sentido lo bueno siempre suele trascender, ahora, cuando Canal Once pone un
excelente programa de literatura dirigido por Juan Sarturain que se acerca al diez por
ciento de audiencia, no encuentra ninguna empresa avisadora.
No hace tantos años que para algunos espíritus refinados el Tango era mal
visto.
Es tan necesario mejorar los medios como establecer que queremos decir con
esto.
Por momentos muestran una realidad que negamos, semejante a los espejos.
Insisto, lo simple y urgente es elevar el nivel de los comunicadores, establecer
premios al que utiliza mayor número de palabras, desnudar la pobreza de algunos
vocabularios.
Lo demás es talento, y no suele abundar. Desde Tato Bores a Fontanarrosa, de
Discepolin al Negro Dolina, cuando hay vuelo se unen el entretenimiento al arte.
Lastima en exceso cuando para ahorrar los medios utilizan seres menores que
solo generan vergüenza ajena, de la propia nadie se hace cargo.
31
Instalar el debate sobre la calidad de los medios ya es algo importante, y
separarlo de los represores que imaginan que una tabla de multas puede dar una
mejor televisión.
32
Y en el futuro los expertos en medios ocuparan un lugar importante si logran
que la sociedad entienda como actúan y en consecuencia sea lo menos influenciable
posible por ellos.
Develar los medios implica ayudar a la madurez de la sociedad.
Pocas cosas logran alcanzar parecida importancia.
33
Walter Barboza, Licenciado en Comunicación Social, docente de la Facultad
de Periodismo UNLP, trabajador de prensa de la empresa Multicanal, integrante de la
Secretaría de Prensa de CONADU, y conductor del ciclo televisivo "Debate
Universitario".
34
2- Deber “ser” de la Comunicación Social: ¿Cuál es en su opinión
la función o el “deber ser” del Comunicador Social?
El de un trabajador inserto en un proyecto de país, con una clara conciencia de
su función como formador de una conciencia nacional; impermeable a los intereses
económicos; dispuesto a tomar posición política respecto de los grandes debates del
país; capaz de articular su tarea profesional con el compromiso político, sin que ello
implique un condicionamiento por parte del contexto en el cual se mueve; consciente
de su obligación de profundizar el análisis en los escenarios políticos en los que
desarrolla su trabajo para que el común de la gente pueda tener una mirada más
amplia sobre los conflictos políticos y sociales (un ejemplo es la discusión por el
aumento de las retenciones: fueron escasos los periodistas y los medios que
plantearon como marco de discusión que la posición del campo era una disputa por
definir la política agropecuaria del Gobierno Nacional. El debate sólo se redujo a las
cuestiones de porcentajes y a una confrontación entre clase media porteña y pobres
del conurbano). En ese sentido creo que es de vital importancia comprender que la
tarea de los periodistas y comunicadores es hoy, más que nunca, un camino en el que
es necesario aportar nuevos sentidos e interpretaciones del proceso político que vive
el país, recuperando la memoria histórica, aportando su pensamiento crítico,
reflexionando sobre la el acontecer diario, articulando permanentemente su
experiencia profesional para tratar de develar lo que descansa debajo de cada hecho
político, social y cultural; con el objetivo de que la realidad no sea sólo la que
construyen los medios.
35
puesto que si pretendemos que el “deber ser” del comunicador social deber ser el de
un profesional comprometido con un proyecto de país, deberemos formar
profesionales dispuestos a navegar, en algunas ocasiones, por sobre la conflictividad
social y las contradicciones que a diario nos plantea un escenario con un mercado de
trabajo altamente concentrado y que no deja a sus trabajadores margen para optar; un
mercado de trabajo que además exigirá de él, el mayor de los compromisos políticos
ante la empresa en nombre de la libertad de expresión.
36
Leonardo Benaglia, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de la UNLP. Editor de programas radiales en Radio Provincia y Radio de las
Madres de Plaza de Mayo.
37
el curso de lingüística general dictado por Saussure. El que abreva en la modernidad
para dar cuenta del funcionamiento del Lenguaje. Y de este el concepto de
comunicación.
Esta claro que esta evolución es la evolución del campo científico, del mismo
modo que Newton describe principios aceptados hasta que fueron refutados por
Einstein y reemplazados por los principios descriptos por este. Lo que de ningún modo
hace mejor a uno que a otro.
Resulta evidente desde esta perspectiva que es la misma idea de
“comunicación” lo que está en discusión. Del mismo modo podemos afirmar que el
campo de la comunicación es inherente –exclusiyamente- a la actividad Humana. Y
por lo tanto resultan descripciones de la cultura, ancladas en la modernidad, la
comunicación de los animales; de los sistemas matemáticos; etc.
Tal ves el concepto “comunicación” quede reservado, en el devenir de las
discusiones académicas, para describir operaciones mecánicas y lineales e alguna
esfera de la descripción de las: “representaciones humanas en lo social”, entendiendo
a estas como un conjunto complejo de relaciones e inabarcables. En lugar de un
esquema que supo dar respuesta en una dimensión espacio temporal muy diferente a
la actual.
38
Aclarado el punto me permito describir brevemente lo que considero el campo
de las ciencias sociales. Como una respuesta a la pregunta: el deber ser de la
comunicación social y de sus profesionales.
Como ya exprese el campo de la comunicación es absolutamente social por lo
que resulta redundante la aclaración “comunicación social”.
Por lo que las “ciencias de la comunicación” deben indagar en el “sentido” es
decir: en las relaciones de los objetos que esta pueda describir y sus representaciones
en lo social.
Cabe aclarar que “lo social” desborda lo comunicacional. Y que esta indagación
por el sentido precisa de un abordaje complejo, mas no complicado. Es que el sentido
de una palabra; de una acción; de una expresión pictórica; etc. no puede contenerse a
sí misma, antes bien es apropiada por una operación en el campo de lo social que la
“arrima” a uno de sus sentidos posibles. Ejerciendo una influencia mutua de “lo social”
en el “sentido” y del “sentido” en “lo social”. Esta idea presentada por el semiólogo E.
Verón se completa con otra que sostiene que las operaciones de constitución de un
producto cultural, por decirlo de algún modo, no coinciden nunca con las operaciones
de apropiación de ese mismo producto cultural. A esta diferencia la llama distancia ó
circulación
Lo que obliga a pensar en un modo de medir estas distancias en un momento
espacio temporal determinable.
De allí lo complejo, ya que la linealidad instrumental, a la que está sujeta la
teoría clásica ya descrita, carece de aplicación en esta perspectiva que podemos
llamar de construcción del sentido.
Estas perspectivas estructurantes y de ningún modo estructuradas permiten
abordar el complejo campo de lo social no solo reconociendo la interacción de otras
ciencias sino que permite nutrirse de estas universalizando el abordaje del estudio en
lugar de estudios lineales y unidimensionales que pretenden respuestas clausura al
tiempo que se anuncian como verdades universales.
39
3- Articulación de los puntos 1 y 2 en el Plan de Estudios: ¿Qué
problemáticas, materias o áreas de investigación, usted considera, deberían
introducirse o tendrían que ocupar un lugar más amplio en el Plan de Estudios
de la Carrera?
De algún modo de esto vengo discurriendo. Considero que la Argentina se
debate en un modelo de educación el que esta atado ineludiblemente al debate de
Nación.
No es posible pretender un proyecto de nación que no contenga un proyecto
educativo consecuente. Por lo que podemos afirmar que observando los procesos en
la educación podemos deducir la nación que se construye.
Si esto es de este modo resulta alarmante, pata quienes estamos convencidos
de la autodeterminación de los pueblos organizados en naciones soberanas, que la
educación se fragmenta cada vez mas en supuestas especializaciones que
desvinculan la integridad de campo específico.
Ya sea en medicina; en derecho; en ingeniería; etc vemos como las
especialidades desembarcan en la carrera de grado fomentando el estudio de
particularidades, con la consecuente conformación de campos laborales fragmentados
en todas las áreas.
A modo de ejemplo hoy en día un medico especialista en corazón, difícilmente
contemple el hígado en su abordaje profesional, esto no es casual fue formado para
entender que el hígado no es algo que este en su horizonte profesional y que si el
paciente tiene una afección he dicho órgano, debe ver a un especialista en el tema.
Por lo que es casi ficción que ambos profesionales discutan pareceres respecto de la
integralidad del problema que aqueja al paciente. Este es tratado discriminadamente
en un caso y en otro sin vincularlo. Otro tanto podemos decir de todas loas actividades
profesionales.
Esto se nos ha presentado en las últimas décadas como el modo correcto de re
orientar la educación, al menos la superior, en la Argentina. Ya que esto es así en
todos lados.
Lo que representa un engaño ya que solo es así en los EEUU y en otros países
que están teñidos del modelo. Pero existe otra tradición la llamada perspectiva
europea enraizada en las tradiciones clásicas de la universidad.
La Argentina estuvo históricamente vinculada a la perspectiva europea e
incluso llegó a plantear un modelo propio desarrollado en la gesta independentista del
continente. Que orientaba los estudios e investigaciones al desarrollo regional y
cultural de América del sur. Con un fuerte raigambre nacional
40
Por lo que considero debería salirse de la lógica de mercado, aquella que
describe la sociedad como 1° sector 2° sector 3° sector. Donde se estipula como
primer sector al mercado, etc. por constituir categorías liberales y mercantilistas y que
desde ellas solo puede pensarse procesos semejantes. Por perspectivas donde sea el
estado el primer sector y sea este quien procure la realización social.
Claro que esto es una discusión mucho más amplia que un nuevo plan de
estudio para la carrera. Pero que de todos modos debería ser el ponto de partida que
nos permita elaborar un plan de estudios a la altura de las naciones en lugar de los
mercados.
Es decir de lo general a lo particular y no en lo particular definir
inmanentemente su objeto y especificidad.
41
Pascual Caliccio, Responsable Nacional del Área de Comunicación de la
agrupación Barrios de Pie.
1- Diagnostico del estado actual de la Comunicación Social:
¿Qué temas usted considera, se están debatiendo en el campo de la
comunicación actual?.
No creo que haya un tema central o temas importantes que se estén
debatiendo masivamente, más bien veo “kioscos” académicos y políticos donde los
temas que se debaten tienen que ver más con a necesidad de conseguir una beca
o un trabajo para sobrevivir que en pensar un rumbo para la comunicación social.
El mercado por su parte sigue condicionando una buena parte de las agendas,
sobre todo en lo que se refiere a tecnologías. Creo esto produce dos extremos:
una variante hipercrítica pero alejada de la posibilidad de realizar cambios
concretos en la sociedad y otra totalmente adaptada al mercado que corre tras la
última moda y justifica cualquier política.
Cada debate se mueve en un circuito determinado y pocas veces entra en
contacto con otros. Recorriendo diversas Universidades del país se puede ver esta
fragmentación. ¿Nuestro futuro está en los weblogs?¿El tripleplay se va a dar de
hecho?¿lo importante son los públicos?¿Analizar la estructura de medios es
anacrónico?¿Técnicos, científicos , políticos, qué somos? ¿las TICs o las
políticas culturales?¿La comunicación comunitaria es comunicación de segunda?
¿Alternativos, alterativos, comunitarios?¿Medios públicos o gubernamentales?
Las carreras de Comunicación Social (pero no solo ellas) tienen que
repensar sobre todo el último término de su nomenclatura y definir los temas
centrales de sus debates, no pueden quedar aisladas de los procesos sociales y
políticos que se están dando en Latinoamérica sino que tienen que aportar todos
sus conocimientos a la construcción de proyectos nacionales y a soluciones
concretas para las grandes mayorías populares. Romper la burbuja no es sólo leer
autores marxistas o presentar una ponencia sobre los cartoneros con lo valioso
que esto puede ser, si eso queda aislado y no se articula con las demandas de la
sociedad civil, con las políticas y necesidades de las organizaciones sociales, con
una mayor participación en la elaboración de las políticas públicas solo nos va a
resolver un problema de conciencia pero no va a contribuir a cambiar la realidad y
de eso se van a ocupar los grandes medios y las multinacionales en favor de sus
intereses.
42
La Ley de Radiodifusión, el proceso de digitalización, el fortalecimiento de
los médicos públicos y la integración Latinoamericana tienen que ser algunos de
los temas centrales de los próximos tiempos.
43
Por lo tanto, y aunque parezca un lugar común, el comunicador social tiene que
tener un fuerte compromiso social tanto cuando ejerce de periodista, como cuando
elije un tema de investigación, cuando elije el camino de la docencia, cuando hace una
publicidad o se dedica a la planificación, apuntando siempre a mejorar la calidad de
vida del pueblo que en definitiva es quien permite que estudie en la Universidad.
44
siempre estamos empezando de nuevo, que no tenemos historia. Pero siempre
pensando alternativas propias, que tengan que ver con la indiosincracia platense, que
surjan del debate en los distintos claustros y de la discusión entre la facultad y la
sociedad, ya que la participación es la única garantía de que un plan de estudios sea
la expresión de las inquietudes de los miembros de la comunidad académica pero a la
vez esté a la altura de los nuevos vientos que soplan en nuestro continente.
45
Graciela Fernández, Periodista, Presidenta de la ONG "Periodistas del Sur
Internacional"
46
El periodista, no debe ser un testigo pasivo de los hechos, al dar noticias, las
enmarca, las pone en un contexto para que se entiendan; estimula el pensamiento,
sugiere lo que hace falta decir; en una palabra debe ser un maestro democratizador.
Se trata entonces de que, en esta importante actividad pública hay una función
social, es decir un verdadero servicio público, que implica responsabilidades
profesionales ineludiblemente ligadas a la sociedad en su conjunto y no solamente a
las empresas de las industrias culturales privadas.
47
Gabriel Fernández, Director La Señal Medios / Director Periodístico Revista
Question Latinoamérica / Realizador de espacios en radio y televisión. Trabajó, entre
otros medios, en los diarios La Voz y Sur, en la Agencia Latinoamericana de Noticias
Prensa Latina y fue director del diario de las Madres.
48
Xiomara Gallardo, Área de Cultura de la Embajada de Venezuela en la
Argentina.
49
Jorge Huergo, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social
de la UNLP.
50
(también en tiempos de expansión, reinvención y redefinición) como de los “estudios
culturales de comunicación/educación”.
Por último, mi sensación es que, al menos en Congresos, Encuentros, Revistas
especializadas, no hay “debate” sino más bien sumatoria de percepciones, ensayos,
opiniones y, a veces, investigaciones de tipo particular. El sentido de “pertenencia” al
campo está más condicionado o impulsado por los requerimientos de certificaciones
para la carrera académica, que por el reconocimiento mutuo y el debate activo de
ideas, prácticas, formas de investigar o sentido político de la producción de
conocimientos.
51
Un ámbito central en este sentido, es el de la comunicación popular (u otros
aditamentos) y el de los espacios sociales, culturales, políticos, artísticos, educativos,
que trabajan con sectores populares para incrementar y socializar la producción de
sentidos en nuestra sociedad. Sin dejar de lado, por supuesto, el paso en las prácticas
formativas por los grandes medios, pero desde una plataforma formativa que privilegie
un horizonte político transformador, crítico y creativo.
Por lo demás, soy partidario de continuar “hablando” la Comunicación desde
las Ciencias Sociales. Para lo cual es necesario tomar distancia de las narrativas de
las “Ciencias de la Comunicación” y retomar y recrear la tradición del pensamiento
latinoamericano, forjado en esa zona donde se articulan los estudios socioculturales,
las ciencias sociales, la literatura, el arte, los proyectos políticos, etc.
52
La articulación creciente en la formación entre los estudiantes, los
docentes y los investigadores, con el fin de experimentar las trayectorias de formación
como un puente de diálogo intercultural (intergeneracional) y como un ámbito de
producción de modelos de comprensión. Esto enriquece la extensión y complejidad
necesaria en la interpretación del mundo y la sociedad en que vivimos, donde se
producen procesos comunicacionales, y también amplía los campos de la acción.
53
Lic. José Eduardo Jorge, docente del Seminario Comunicación y Cultura
Política, Facultad de Periodismo y Comunicación social de la UNLP.-
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Quizás donde mejor se alcanzan estos dos ideales –así como el del
autogobierno- es en el ámbito de las pequeñas asociaciones voluntarias. A estas
microdemocracias, caracterizadas por la comunicación personal y las relaciones
horizontales entre los ciudadanos, se las reconoce hoy como la infraestructura que
sustenta la democracia mayor. Esta es la concepción en la base del movimiento que,
frente a la tendencia a la desafección política y a la identidad en grupos cerrados,
destaca el rol de la sociedad civil, el “capital social” o la “cultura cívica”, en el
funcionamiento de la democracia.
Aunque apoyada de este modo en la participación y la comunicación directas,
en la compleja sociedad moderna la democracia necesita también de la representación
política y de la comunicación a través de los medios. ¿Cómo garantizar, en estas
condiciones, una comunicación genuina entre dirigentes y ciudadanos, y una
deliberación pública en la que participe la mayor diversidad de individuos y grupos
sociales?
La enorme penetración de la televisión ofrece a los políticos la posibilidad de
llegar a grandes públicos sin la mediación de los partidos -debilitados, como otras
instituciones, por la pérdida de credibilidad-. Esto ha llevado a la “personalización” de
la política –donde suelen importar más las cualidades del candidato y su habilidad
frente a las cámaras, que las ideas que defiende- y al uso táctico de las encuestas. La
retórica y la coyuntura dominan, en muchos casos, frente a la comunicación y la visión
estratégica. Por otro lado, mientras la multiplicación de los canales de comunicación,
debida al desarrollo tecnológico, amplía la diversidad de los contenidos y el acceso de
individuos y grupos, la concentración de las empresas de medios tiende a reducirlos.
Así como el mercado político no asegura la calidad de la democracia, tampoco el
mercado de la información garantiza la calidad de la comunicación.
A las concepciones elitistas de la democracia, que buscan limitar la
participación de los ciudadanos, “poco y mal informados”, al día de los comicios, es
posible oponer los estudios que, basados en los datos recopilados en los últimos 50
años por la investigación social, demuestran las facultades del público para el análisis
crítico y la deliberación (6). La conclusión de esos estudios es que el público,
considerado como un todo, tiene capacidad para gobernar. Hay, empero, una
condición: que el sistema de información funcione razonablemente bien. Esto supone
un nivel adecuado de transparencia, tanto de los medios como del sistema político. La
concentración de los medios, la presión de los intereses para influir sobre su agenda,
igual que el secreto y el engaño como prácticas políticas, distorsionan el proceso de
deliberación y aumentan la probabilidad de adoptar políticas equivocadas.
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2. Deber “ser” de la Comunicación Social: ¿Cuál es en su opinión la función o el
“deber ser” del Comunicador Social?
Algunos de los desafíos indicados son particularmente críticos para el
comunicador social que se desempeña en el ámbito latinoamericano. Las recurrentes
crisis económicas, los altos niveles de pobreza y exclusión, la debilidad del Estado, la
falta de regulaciones efectivas en muchas áreas del mercado, el clientelismo, la
corrupción y la desconfianza en las instituciones y los dirigentes, adquieren un carácter
agudo en las nuevas democracias de la región.
Más allá de esta multiplicidad de problemas, quizás la principal barrera para
que los países latinoamericanos avancen hacia una democracia de mayor calidad,
superando el nivel puramente electoral, reside en la profunda inequidad social. La
Argentina, en este aspecto como en los otros, no es la excepción. América Latina es,
según todos los estudios, la región más desigual del mundo (7). Las condiciones de
pobreza extrema, la enorme brecha entre los que más y menos tienen, limitan el
ejercicio pleno de los derechos formales de millones de personas. El reparto desigual
de la riqueza se traduce, pues, en la inequidad en la distribución de los derechos, es
decir, de los mismos bienes políticos que debe proveer la democracia. La desigualdad
reduce asimismo los niveles de confianza social (8). La desconfianza, a su vez, afecta
la comunicación y la posibilidad de alcanzar consensos.
A pesar de estos obstáculos, las democracias latinoamericanas han creado
condiciones para que los grupos menos favorecidos de la región desarrollen acciones
para lograr la vigencia de sus derechos y mejorar sus condiciones de vida. Después
de décadas de inestabilidad, la democracia ha alcanzado legitimidad como sistema de
gobierno entre la mayoría de los latinoamericanos (9).
En este contexto, el comunicador social es uno de los actores fundamentales
en el proceso de consolidación democrática en América Latina. Una de sus tareas
consiste en incorporar a la agenda de debate los temas centrales que es necesario
abordar en la construcción de una democracia plena. Corrientes como el periodismo
social o el periodismo cívico son expresión de este cometido. El periodismo de
investigación ha sido clave, frente a la debilidad del poder judicial, en el control de la
corrupción política. La debilidad del Estado, con su incapacidad para implementar
políticas públicas efectivas, asegurar la vigencia del estado de derecho y regular los
mercados, entre otros aspectos deficitarios, es otra cuestión que debe ubicarse en el
centro de la agenda, tras largos años de haber sido eclipsada por un paradigma
fiscalista que promovía el achicamiento del gasto y la administración estatal.
56
El comunicador -tanto el que trabaja en los medios, como el que se desempeña
en el Estado, el tercer sector u otras organizaciones- afronta también el desafío de
mejorar la calidad de nuestra democracia promoviendo, a través de sus proyectos y
políticas de comunicación, instituciones políticas más abiertas a la comunidad y, al
mismo tiempo, ciudadanos más comprometidos y dispuestos a participar activamente
en la vida política y cívica. Este objetivo supone el desarrollo de un paradigma en el
que la comunicación no busca sólo un público “bien informado” para la toma de
decisiones, sino que promueve la participación, la deliberación y la construcción de
ciudadanía como bienes valiosos en sí mismos.
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El diseño de la Orientación combina materias existentes en el actual Plan de
Estudios con asignaturas nuevas. Entre estas últimas, hemos propuesto: “Taller de
Periodismo Político”; “Comunicación, Cultura Política y Participación Ciudadana”;
“Taller de Planificación de la Comunicación Política”; “Sistema Político Argentino”;
“Sociología Política”; “Comunicación y Movimientos Sociales en América Latina”;
“Taller de Análisis del Discurso Político” y “Seminario de Políticas Públicas”, entre
otras.
La Orientación Comunicación y Política procura abordar, en consecuencia, los
saberes teóricos e instrumentales que proporcionen al alumno la formación necesaria
para planificar más eficazmente la comunicación en diversos contextos sociopolíticos,
pero sin descuidar el campo de actuación que pone un énfasis mayor en la práctica
periodística.
Notas
(1) Ver Wolton, Dominique: Pensar la comunicación, Prometeo, Buenos Aires, 2007,
en especial pp. 21-74 y pp. 151-197.
(2) El número de democracias pasó de 39 en 1974 –año que, con el fin de la dictadura
salazarista en Portugal, se considera el inicio de la ola democratizadora- a 117 a
comienzos del siglo XXI.
(3) Touraine, Alain: ¿Qué es la democracia?, Fondo de Cultura Económica, Buenos
Aires, 1998.
(4) Touraine, op. Cit., p. 201 y siguientes.
(5) Entre los pensadores clásicos, fue Alexis de Tocqueville quien destacó
especialmente el valor de las asociaciones voluntarias.
(6) Ver Page, Benjamin I. y Robert Y. Shapiro: The Rational Public, The University of
Chicago Press, Chicago, 1992. La capacidad del pueblo ya había sido advertida por
Maquiavelo, que en los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio subraya que
“la multitud es más sabia y más constante que un príncipe”.
(7) La medida más utilizada de distribución del ingreso es el coeficiente de Gini, que
varía entre 0 (perfecta igualdad en la distribución de la riqueza) y 1 (perfecta
desigualdad). Según estudios internacionales, en América Latina, el promedio del
coeficiente de Gini para las décadas de los 70, 80 y 90 es de 0,51, frente a 0,41 de
Asia y 0,33 de los países industrializados. El valor del coeficiente de Gini en Argentina
a comienzos del siglo XXI era de aproximadamente 0,50.
(8) Comparando entre países, diversos estudios encuentran una fuerte correlación
inversa entre el valor del coeficiente de Gini y el porcentaje de la población que dice
confiar “en la mayoría de las personas”. Cuanto más elevado es el coeficiente de Gini
58
–es decir, cuanto mayor es la desigualdad-, menor es el porcentaje de personas que
confían en los demás.
(9) Según el Estudio Latinobarómetro 2007, el 72% de los latinoamericanos se
manifestó de acuerdo con la frase: “La democracia puede tener problemas, pero es el
mejor sistema de gobierno”. En nuestro país la cifra ascendió al 83%.
59
Juan Magariños, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social
de la UNLP.
1- Diagnostico del estado actual de la Comunicación Social: ¿Qué
temas usted considera, se están debatiendo en el campo de la comunicación
actual?.
La velocidad del cambio social y cultural, sin figuras, temas, o realizaciones con
carácter permanente. Poder anticipar cómo va a cambiar determinada línea
comunicativa, por ejemplo en publicidad, o en el discurso político o institucional, a
partir del estudio de lo que se está realizando efectivamente en un momento
determinado y que ya no sirve para el siguiente, pero que contiene la posibilidad y sus
límites para producir ese siguiente momento. Más que temas nuevos, se trata de la
actitud o concepción con la que se trasmite la enseñanza en el aula y en este sentido
sería conveniente que toda materia se enfocase para reflexionar sobre las nuevas y
diferentes circunstancias comunicacionales en las que tendrá que dar respuesta a las
necesidades del investigador y del profesional de la comunicación.
60
entender qué función explicativa y proyectiva le aporta la semiótica en relación con la
crítica y la producción de nuevos comportamientos comunicativos.
El tema de la semiótica es complejo. Un cuatrimestre es poco tiempo para abarcar
todos los aspectos en los que la semiótica puede ayudar al desempeño tanto
conceptual como empírico del comunicador. Mi sugerencia sería articularla en 2 cursos
cuatrimestrales. El primero dedicado a la Semiótica General y el segundo a las
Semióticas Particulares, con particular desarrollo de la Semiótica simbólica (el
lenguaje verbal y, en especial, las variantes y la respectiva eficacia de las diversas
características del lenguaje informático) y de las Semiótica Icónicas (por ejemplo, el
tratamiento de las imágenes visuales en Internet y sus interpretaciones posibles desde
las comunidades virtuales receptoras), dejando también un espacio para la Semiótica
Indicial (los rituales sociales, su eficacia ética y política y su transformación; también la
comunicación popular en espectáculos, graffitis y, en general, lo que se denomina
“Universidad de la Calle”).
Desde otro punto de vista, también podría dividirse, siempre pensando en 2 cursos
cuatrimestrales, en 1º Teoría Semiótica y 2º Semiótica Aplicada.
Pero de algún modo lo que considero imprescindible es que los alumnos sepan
para qué sirve lo que están estudiando y que se oriente la formación que se propone
desde la Cátedra de Semiótica hacia la explicación, el análisis y la producción de
comunicaciones en un universo rápidamente cambiante, con estructura informática y
morfología de hipermedios y con aplicación de los avances en la identificación de
procesos cognitivos involucrados.
61
Verónica Piovani, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de la UNLP.
62
localizada en cada cultura. Por poner un ejemplo, Murdoch produce culebrones
americanos según los modelos clásicos americanos, pero Sky Channel en Inglaterra
se adapta a la tradición inglesa. Sky Channel en India produce en hindú en el norte de
India y en tamil en Madrás y con personajes locales; y Sky Channel en el sur de China
produce en cantonés y con historias locales. En cambio, en Pekín y en el norte de
China lo hace en mandarín y con historias distintas. Es decir, la fórmula, el negocio, la
estrategia es de comunicación global; la relación es obviamente con las culturas
específicas, con las identidades, porque si no nadie vendería, nadie difundiría su
información. Este proceso de globalización se ha desarrollado en un conjunto de
instituciones internacionales que representan un papel cada vez más importante en la
gestión de los problemas”.
En este marco, esta cuestión resulta esencial: las discusiones internacionales
en torno a la comunicación y a la información inciden directamente sobre el
interrogante básico del rol del Estado y sus políticas de comunicación.
Encontramos posturas que sostienen la democratización del espacio
comunicativo gracias a la existencia de las nuevas tecnologías e Internet y pregonan
programas de reducción de la brecha digital, omitiendo cuestionarse sobre los
contenidos y los “propietarios” de la información, mientras, al mismo tiempo hay
quienes siguen reclamando por la existencia del pluralismo y la pluralidad de voces, el
efectivo ejercicio del derecho a la comunicación y el entendimiento conceptual de la
comunicación, el desarrollo y la pobreza.
Los medios de información, siguen presentándose como “medios de
comunicación” pero sabemos que el campo de la comunicación se encontraría (y se
encuentra) reducido, limitado, alterado y manipulado si se los considera únicos actores
de un vastísimo campo conformado no sólo por saberes y teorías, sino también por
políticas que tallan directamente sobre las acciones y las prácticas.
Comunicación y políticas, comunicación y cultura, comunicación y desarrollo,
comunicación y economía, comunicación y derecho, comunicación y medios,
comunicación y educación, comunicación y ambiente, comunicación e investigación,
no son de ningún modo “cruces” o “contribuciones mutuas” de campos distintos, ni
pueden ser vistas bajo miradas meramente instrumentales, sino que conforman una
concepción integral e integradora que constituyen una trama única. En el
reconocimiento de esta mirada compleja radica la posibilidad de pensar el orden social
de una forma no atomizada ni fragmentada, típica de las concepciones liberales, sino
centrar la discusión en otro orden epistemológico.
63
2- Deber “ser” de la Comunicación Social: ¿Cuál es en su opinión la
función o el “deber ser” del Comunicador Social?.
64
Durante los 90, y es importante recordarlo, no pocos intentaron sostener y
reponer estos interrogantes. Pero también es cierto que el impulso a una formación
tecnocrática, desprendida de toda reflexión política e histórica, aparecía como el
desideratum de varios ámbitos académicos, muchos de los cuales eran extensiones
de empresas de comunicación. Por ello, el perfil (como dictado de requisitos
premoldeados), el rol (como definición de atributos anteriores a la experiencia
histórica) y las “competencias”, resultaban palabras clave en esos discursos.
Pensar en la formación del comunicador nos confronta a mirar el horizonte de
formación como construcción histórica posible, en el contexto del escenario mediático
y social en sentido amplio, no como compendio de requisitos. Y nos lleva a discutir el
sentido político cultural de la comunicación, si busca insertarse críticamente y ser
motor de la transformación social, tejiendo relaciones con otros actores sociales.
Tal como sucede con otras prácticas culturales, las relaciones de poder son
inseparables de las prácticas de significación que forman el currículum. Por ello, los
aspectos estructurales que se expresan en la “Caja Curricular” se imbrican con la
dinámica real que adquieren en la vida cotidiana institucional. Estos aspectos forman
65
parte del complejo consenso que requiere construir un Currículum, que siempre será
una propuesta abierta y, en algún punto, inconclusa, atendiendo, en la síntesis
transitoria que se alcance, la expresión de aquellos campos de conocimiento que
contribuyan al sentido que hemos planteado.
66
Guillermo Quinteros, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de la UNLP.
67
abanico, también se discute la cantidad de años que implica el estudio de las
licenciaturas y la elaboración de la tesis de grado. He puesto en tiempo presente la
enumeración de las problemáticas porque ellas continúan debatiéndose a pesar de
que, en su momento, pareció haberse llegado a un consenso sobre la reformulación
del plan de estudios.
Me parece muy oportuno referirme brevemente al otro debate, al que se
está dando actualmente también fuera de la Universidad. En el momento de escribir
estas líneas, se habla de la creación de un Observatorio de Medios, sobre el cual por
el momento tengo escasa información. Pero, independientemente de tal iniciativa, el
campo de la comunicación importa y siempre ha importado a los gobiernos, a los
sectores políticos, económicos, culturales y sociales. En este sentido es dable advertir
que en determinados momentos de la historia emerge, con más fuerza que en otros, el
debate sobre el rol de los periodistas, los intereses que persiguen los medios de
difusión masiva como empresas lucrativas y, últimamente con mayor notoriedad, se
habla de la responsabilidad social del periodismo en general. Desde luego que todo se
complica en la medida en que se discute el tema de la libertad de prensa, el papel del
COMFER, el de una nueva Ley sobre comunicación, el manejo de la publicidad, el
control de los poderes públicos sobre los medios que aún conserva bajo su órbita, etc.
Para sintetizar, desde mi punto de vista se está discutiendo una política de estado
general en materia de comunicación, que no debe confundirse con un plan coyuntural
de tal o cual gobierno.
De manera tal que percibo dos ámbitos de discusión dentro de los
cuales se debaten cuestiones similares. Sin embargo, las conclusiones de unos y otros
no parecen siempre yuxtapuestas. Señalo esta cuestión porque no es conveniente que
la Universidad olvide o no tenga presente lo que sobre el propio campo de la
comunicación se debate fuera de ella.
68
las cuestiones técnicas y los nuevos desarrollos comunicacionales. A mi criterio, la
función o el deber ser del comunicador es el punto que causa mayor controversia en
los dos ámbitos de discusión citados anteriormente. Pero soy enemigo de establecer
una definición al respecto; en cambio, creo que deberían explorarse las diferentes
aristas de esta problemática compleja que necesita un espacio que escapa a los
límites impuestos en esta propuesta. Por esta razón, voy a limitarme a señalar que la
cuestión del deber ser atañe específicamente a la ética del comunicador, sea éste una
persona física o una empresa editorial. Pienso que éste es un tema relevante y
siempre vigente en lo profundo de la cuestión, al mismo tiempo que observo su
ausencia en los debates. En última instancia, sea cual fuere la tarea que desarrolle un
comunicador social en cualquiera de los ámbitos de su incumbencia, es preciso que
contemos con su responsabilidad y honestidad intelectual puestas al servicio de su
tarea. Porque sin la vigencia de estos principios, cualquier trayecto universitario puede
considerarse un fracaso.
69
Dado que no podríamos planificar una formación en términos absolutos, no
creo que se trate de agregar o quitar materias, sino en trabajar mancomunadamente al
interior de cualquier plan, para solidificar las cátedras –en donde existe la libertad-,
revisar sus contenidos, capacitar a su personal, vincular intelectualmente a los
profesionales que participan, evaluar la implementación de tal o cual orientación,
reflexionar sobre los temas puestos en debate vinculándolos a los principios que he
señalado, etc. El trabajo consciente, meditado y responsable sobre un plan académico
es el mejor ejemplo que se puede brindar a quienes hacemos a la institución y la mejor
defensa a futuro de los profesionales de la comunicación frente a, por ejemplo, los
embates de los poderes públicos.
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Marcela Reposi, Periodista, Responsable del área de Comunicación de la
Agrupación 22 de Noviembre
71
Es importante además que el Comunicador tenga una visión integral de la
realidad de su país y la del mundo y que esté en permanente formación para darle
valor agregado al trabajo que realiza.
El comunicador también debe ser un emprendedor capaz de crear su propio
medio de comunicación o dirigir algún emprendimiento mayor. Debe estar preparado
además para llevar a cabo procesos de comunicación internos que tiendan a mejorar
la calidad del trabajo en el ambiente que se desenvuelve.
72
Florencia Saintout, docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación
Social de la UNLP, Directora de la Editorial de la UNLP.
73
pueda aportar a la construcción de otra comunicación para una sociedad mejor que la
actual.
Estos temas además circulan de manera inercial por unas carreras a las que
les cuesta dejar de mirase el ombligo para posicionarse social y políticamente.
Finalmente, tal vez quepa la reflexión en torno a la imposibilidad de pensar el
campo de la comunicación por fuera del campo cultural en su conjunto y de una
sociedad que no ha logrado reconstruirse luego de profundas derrotas lo cual no lo
inocenta pero permite comprender más complejamente esta realidad y desde allí
ensayar respuestas.
74
estado o con los movimientos sociales que los transformen en insumo para la
resistencia o el diseño de políticas alternativas o contrahegemónicas de comunicación.
La verdad, no se lo que debería ser la función del comunicador social. Sí quiero
imaginar que la universidad pública debería tener una preocupación y un compromiso
claro para transformar la realidad comumunicacional actual que es básicamente
excluyente (y ya sabemos que lo que precariamente llamo aquí realidad
comunicacional es inseparable de “otras “realidades”: económica, social, política,
cultural).
Por supuesto que para esto hay que pensar también en qué se debe enseñar,
cómo es posible estructurar un plan de estudios, de contenidos, de modos de trabajo.
En este sentido creo que es importante que de alguna manera se reponga la
idea de verdad, banalizada y hundida en las últimas décadas de la mano del liberal
relato del simulacro. Que se problematice la idea de una verdad no universal, no
opresiva, menos blanca y masculina. Que no pueda pensarse de una vez y para
siempre, desde un sólo lugar, que se sepa construida pero no sólo por el lenguaje
(siempre de unos pocos, además) sino por el peso de lo que estuvo silenciado, de lo
que debe estar.
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