Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
El derecho de autor (del francés droit d'auteur) es un conjunto de normas y principios que
regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores, por el solo
hecho de la creación de una obra literaria, artística, científica o didáctica, esté publicada o
inédita.
En el derecho anglosajón se utiliza la noción de copyright (traducido literalmente como
"derecho de copia") que -por lo general- comprende la parte patrimonial de los derechos
de autor (derechos patrimoniales).
Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales han expirado. Esto
sucede habitualmente trascurrido un plazo desde la muerte del autor (post mortem
auctoris). Por ejemplo, en el derecho Mexicano, 100 años desde la muerte del autor.
Dicha obra entonces puede ser utilizada en forma libre, respetando los derechos morales.
Símbolos
El símbolo ℗ (una letra "P" mayúscula ubicada dentro de un círculo) representa la reserva
de los "derechos de autor sobre una grabación sonido" (música) y es la abreviatura para
la palabra "fonógrafo" (phonograph en inglés) o registro fonográfico. Este símbolo hace
referencia más directamente a la obra musical en sí grabada en un determinado disco,
casete, CD, etc., de hecho, es muy común verlo impreso en las contraportadas de los
álbumes musicales.
Por otro lado, el símbolo © (una letra "C" mayúscula dentro de una circunferencia) hace
referencia más propiamente al derecho de autor (copyright) sobre obras intelectuales de
otra índole, como por ejemplo: libros, folletos, obras dramáticas, obras cinematográficas y
audiovisuales; dibujos, pinturas etc.
La diferencia entre el significado de un símbolo y otro es muy tenue.
Según la Ley Federal del Derecho de Autor[] , los derechos patrimoniales de autor están
vigentes durante toda la vida del autor más 100 años tras el final del año de la muerte del
autor más joven o de la fecha de publicación en caso de los gobiernos federal, estatal o
municipal. Existen dos excepciones a esta regla:
• 1.- Las obras que ingresaron al dominio público antes del 23 de julio de 2003
• 2.- Las obras que por su naturaleza, están protegidas por una reserva de
derechos.
En general, esto significa obras creadas por alguien fallecido antes del 23 de julio de 1928
(75 años antes).
Los autores que se ubican en el campo del derecho de autor, son los creadores de obras
artísticas, literarias y científicas, así como de programas de cómputo u otras creaciones
similares. Para diseñar un derecho de autor como un conjunto de prerrogativas
establecidas en favor de los creadores, en México se implantó la Ley Federal del Derecho
de Autor (LFDA), porque era necesario proteger el “producto del intelecto humano como
un derecho que se adquiere”.
Así, el conjunto de atribuciones que son reconocidas por la LFDA, son las otorgadas a los
creadores de obras intelectuales expresadas por medio de “la escritura, la imprenta, la
palabra hablada, la música, el dibujo, la pintura, la escultura, el grabado, la fotocopia, el
cinematógrafo, la radiodifusión, la televisión, el disco, el casete, el videocasete o cualquier
otro medio de comunicación”.
En su artículo 11, la Ley Federal del Derecho de Autor define el derecho de autor, como:
El derecho de autor se divide en dos tipos de prerrogativas para los creadores: los
derechos morales y los derechos patrimoniales. El derecho moral reconoce a un creador
como “único, primigenio y perpetuo titular” de una obra en la que haya plasmado su
creatividad, mientras que el derecho patrimonial tiene por función proteger las
retribuciones a que se haya hecho acreedor por la explotación, la ejecución y el uso de su
obra en forma lucrativa.
Cabe señalar que los creadores relacionados con la propiedad industrial, son aquellos
que se ocupan de generar aplicaciones en la industria o agregar comodidad al entorno
con nueva tecnología. Es el derecho de la propiedad industrial el que ampara marcas,
patentes, nombres comerciales, avisos comerciales, modelos de utilidad, diseño industrial,
el secreto industrial y las denominaciones de origen.
Toda creación humana que permita transformar la materia o la energía que existe en la
naturaleza, para su aprovechamiento por el hombre y satisfacer sus necesidades
concretas. Quedan comprendidas entre las invenciones, los procesos o productos de
aplicación industrial.
Entre las patentes de invención están incluidas las de importación, las patentes de
perfeccionamiento, y las patentes y certificados de adición, entre otros. La propiedad
industrial se aplica no sólo a la industria y el comercio, sino también a la industria agrícola
y la extractiva, y productos naturales como “vinos, granos, tabaco, frutos, animales,
minerales, aguas minerales, cervezas, flores, harinas”.
Desde el siglo XIX, los gobiernos de diversos países han tenido la iniciativa de proteger el
derecho de autor y la propiedad industrial de sus ciudadanos creativos, motivo por el cual
se han dado a la tarea de establecer leyes en diferentes momentos. Este desarrollo de la
creatividad y la aplicación de una legislación, han tenido efectos a nivel internacional,
gracias a la fluidez con que las obras intelectuales se exportan a otros países, pues el
idioma, la cultura y las tradiciones no son un obstáculo para ello. Esto ha dado lugar al
establecimiento de convenciones, a las cuales se han adherido una gran cantidad de
países:
La Unión de París para la Propiedad Industrial, mejor conocida como Convenio de París,
fue establecida en 1883 con la finalidad de que los titulares de patentes, marcas o diseños
industriales, quedaran protegidos con un solo registro en su país y en los pertenecientes a
la Unión. Entre estas naciones se pueden establecer vínculos, por estar involucradas en
la propiedad intelectual.
Convenio de Berna
Convención de Roma
El código civil de 1928 fue promulgado por Plutarco Elías Calles, en cuyo libro II, Título
VIII, quedó de manifiesto la regulación del derecho de autor, a través de sus
disposiciones. Por otra parte, en el Reglamento para el Reconocimiento de Derechos
Exclusivos de Autor, Traductor o Editor, que fue publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 17 de octubre de 1939, ya se había hecho énfasis en una obra o creación
como el objeto de protección del derecho de autor.
Pero fue hasta el 2 de febrero de 1989 cuando quedó determinada como una atribución
expresa de esta Dirección General, “la salvaguarda de la propiedad intelectual”, a través
de la creación de la Subdirección Jurídica de la Propiedad Intelectual, como resultado de
la reorganización administrativa de la Oficina del Abogado General.
La Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) es el instrumento a través del cual se
protege el derecho de los autores en México. La Ley protege la forma en que se fija una
obra y la originalidad. En el artículo 5 de esta Ley se señala que las obras están
protegidas desde el momento que son “fijadas en un soporte material” y que el
reconocimiento de los derechos de autor y los derechos conexos no “requiere registro ni
documento de ninguna especie, ni quedará subordinado al cumplimiento de formalidad
alguna”.
En su artículo 2 se establece que sus disposiciones son de orden público, interés social y
observancia general en todo el territorio nacional. Se agrega que su aplicación
administrativa corresponde al Ejecutivo Federal por conducto del Instituto Nacional del
Derecho de Autor y, en los casos previstos por esta Ley, al Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial (IMPI).
Contrato de edición
Mediante un contrato de edición, el titular de los derechos patrimoniales de una obra debe
entregarla a un editor para que la reproduzca, distribuya y venda, cubriendo al primero las
prestaciones acordadas. Los elementos más importantes de un contrato de edición, son:
2. Tiraje;