TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA - EDICIÓN ILUSTRADA CON PINTURAS DE LA VIRGEN: REVELA LA IMPORTANCIA DE LA VIRGEN EN EL PLAN DIVINO DE LA SALVACIÓN

Introducción

El tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen es la obra maestra de San Luis María Grignion de Montfort, un clásico de la espiritualidad cristiana.

La grandeza de la obra

Este libro es de gran importancia para católicos y cristianos porque nos permite entender y vivir el amor a María de una manera más profunda, en sus páginas se revela la función e importancia de la Santísima Virgen en el plan divino de la salvación.

Considerado como el libro más grande de espiritualidad cristiana y uno de los libros más importantes e influentes, es la revelación sobre el camino espiritual a Jesucristo a través de la Santísima Virgen María.

El camino a Jesús

La importancia de esta obra trasciende meramente lo teológico; se convierte en un camino, un método y una puerta abierta para la renovación de la fe.

El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen nos ofrece una guía y propone prácticas concretas para la consagración total a María, con el fin de acercarse a Jesús.

La propuesta de San Luis María de consagración a Cristo por medio de la Virgen María fue una forma revolucionaria de vivir la vida cristiana.

María, el camino para llegar a Jesús

San Luis reflexiona si Jesús eligió a María como camino ¿Por qué no deberíamos hacerlo nosotros?

Y si mi amable Jesús viene otra vez al mundo para reinar en él como sucederá ciertamente, no escogerá para su viaje otro camino que el de María. (…) Esta devoción a la Sma. Virgen es camino seguro para ir a Jesucristo y alcanzar la perfección uniéndonos a Él

El mismo autor explica en su obra que la devoción a María es el camino más fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios, en la cual consiste la perfección cristiana

Sin embargo, en la tradición cristiana antigua, la figura de María siempre había sido relegada, casi olvidada.

Con su obra San Luis María profundiza esta realidad al proponer un camino en el que, así como Jesucristo vino a este mundo a través de María, los cristianos pueden llegar a Dios por medio de ella.

Si bien hoy gozamos de esta visión, ello fue muy controversial para su época. Y como bien advirtió el autor el libro había un precio a pagar.

Un manuscrito perdido, y prohibido

El libro no fue instantáneamente reconocido ni aceptado y menos ampliamente difundido. Popularmente, se afirma que es El libro que el Maligno nunca quiso que se difundiera.

Escrito en 1712, su manuscrito estuvo extraviado durante 130 años. Esta persecución y desaparición casi total reflejan las dificultades y resistencias que enfrentó la doctrina que se propone.

Pero estas dificultades no disminuyeron su relevancia; al contrario, demostraron la necesidad vital de esta enseñanza en el cuerpo de la espiritualidad cristiana. Una doctrina que revela la importancia del lugar de la mujer, y de María, en la fe.

Una obra reveladora que nos ofrece una nueva dimensión y entendimiento de la devoción a la Virgen María, a través de la cual uno puede renovar, fortalecer y profundizar su fe con Jesús.

Según el autor, la devoción a la Santísima Virgen es más que una mera devoción; es el camino corto y perfecto para encontrar a Jesucristo.

En una época donde la fe a menudo se ve asediada por dudas y confusiones, la propuesta de San Luis María ofrece una claridad y una dirección que son profunda y reveladora.

La importancia de María

La lectura de este tratado es imprescindible para aquellos cristianos que quieren profundizar su fe en Jesús, y que buscan comprender el papel y la importancia de la Virgen María:

Hay un Padre, que es Dios, y una Madre, que es María.

"Y quien no tenga a María por Madre,

tampoco tiene a Dios por Padre."

(Rom 8,25-30)

La influencia de este tratado no solo se ha sentido en las esferas más altas de la Iglesia como Grandes papas han reconocido y recomendado este libro como un gran camino a Cristo.

Incluso el Papa Pío IX afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis María en este libro es la mejor y la más aceptable, mientras que el Papa San Pío X aprobó la fórmula de consagración del santo.

El tratado nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con María. Pues, si Jesús eligió a María como camino, ¿por qué no deberíamos hacerlo nosotros?

La respuesta a esta pregunta no es solo teórica; es un llamado a la acción, una invitación a unirnos a Cristo a través de la devoción a su Madre.

No es solo una simple obra teológica, es una guía para la vida cristiana, un llamado a la consagración y a la renovación de la fe. La influencia y relevancia de esta obra perduran. Un libro los fieles que buscan crecer en amor por la Virgen María y, a través de ella, a Jesucristo, este libro es una lectura imprescindible.

En conclusión, "El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen", es un recordatorio de que hay un Padre, que es Dios, y una Madre, que es María, y que, en esta relación divina y maternal, los cristianos pueden encontrar un hogar.

El Editor

La Virgen con el Niño dormido, Sassoferrato, Ancona, 1609 - Roma, 1685

¿Como esta armado este libro?

El tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen de San Luis María Grignion de Montfort en detalle consta de 273 puntos, y a grandes rasgos, el libro está dividido en tres grandes secciones: María en la historia de la Salvación, El culto a María en la iglesia, y La perfecta consagración a Jesucristo.

La introducción sirve como preludio y marco para el desarrollo del tratado. San Luis María expone la necesidad y relevancia de una verdadera devoción a la Virgen María, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para alcanzar una unión más íntima con Jesucristo. San Luis María nos explica el propósito de su obra y sienta las bases para las tres partes centrales de su obra.

En la primera parte: María en la Historia de la Salvación nos explica la función única y esencial de la Virgen María en el plan divino de la salvación. Desde la Anunciación hasta la Crucifixión, María es presentada como colaboradora activa en la obra redentora de su Hijo. Aquí, San Luis María desarrolla el papel de María como mediadora entre Dios y la humanidad. Como Madre de Dios, su intercesión es vista como un medio poderoso y eficaz para acercarnos a Jesucristo.

En la segunda Parte: El Culto a María en la Iglesia, analiza cómo la Iglesia ha venerado a María a lo largo de su historia. Desde los primeros concilios hasta las prácticas devocionales contemporáneas, el autor examina cómo la devoción a María ha sido un elemento constante, esencial y vital en la vida de la Iglesia.

San Luis María también considera las diversas formas en que los fieles han expresado su devoción a María. Discute tanto las formas verdaderas como falsas de devoción y guía a los lectores hacia una devoción sincera y auténtica.

En la tercera parte: La Perfecta Consagración a Jesucristo es tanto una culminación como una aplicación práctica de las ideas precedentes. En estas páginas finales, San Luis María presenta la consagración total a Jesucristo a través de María como la forma más perfecta de devoción. Además, se proporcionan instrucciones específicas y ejercicios espirituales para vivir esta consagración en la vida diaria.

Finalmente, en esta edición se acompaña la obra con pinturas históricas de la Virgen María, así como imágenes de advocación mariana de pintores de diferentes periodos históricos: italianos, españoles, holandeses, alemanes y mucho más.

El "Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen" no solo es solo un hermoso libro sino un manual completo para entender y vivir una relación más profunda con la Virgen María, para lograr un entendimiento superior de la fe y del plan divino.

Historia del Tratado

de la verdadera devoción a la Santísima Virgen

San Luis María Grignion de Montfort escribió el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen en los últimos años de su carrera misionera, probablemente en el año 1712, en su pequeña casa en La Rochelle.

Los historiades asumen que aprovechó su descanso obligado durante el invierno 1710-1711 en Nantes para organizar sus ideas y que comenzaría a escribir la obra durante su estancia en la ermita de San Eloy, en otoño de 1712. La culminaría en la segunda mitad de 1715, cuando se encontraba de retiro en la gruta de Mervant.

El manuscrito permaneció prácticamente oculto por más de un siglo, antes de que fuera descubierto.

Se cree que, durante la Revolución Francesa y la Guerra civil que estalló en esa región, el padre Monfort le dio el manuscrito al obispo de La Rochelle para que lo guardara ante el posible ataque de los jansenistas.

Un grupo religioso que le había criticado y enfrentado en numerosas ocasiones debido a su predicación sobre la devoción mariana, según lo descrito por el mismo San Luis en el tratado.

El tratado fue sepultado en alguna casa de campo cercana a la capilla de San Miguel, en San Lorenzo, para evitar que fuese destruido. Tras la Revolución, la caja fue desenterrada y con ella el manuscrito.

El volumen fue llevado a la biblioteca de la Compañía de María en la Casa Madre y allí permaneció olvidada hasta el 29 de abril de 1842 cuando fue descubierta, casi por casualidad por el padre Gabriel Deshayes, quién fue más tarde el fundador de los Hermanos de San Gabriel.

Cuando el manuscrito fue encontrado, faltaban varias páginas del primer fascículo y otras del último. Dicha pérdida parece haber ocurrido antes de su descubrimiento, se calcula que faltan de 84 a 96 páginas iniciales que entre otras cosas contendrían: un método para vaciarse durante 12 días del espíritu contrario al de Jesucristo, las letanías y oración del Espíritu Santo y algunas prácticas de desprecio del mundo.

Las páginas finales perdidas tendrían la fórmula de consagración y la bendición de las cadenillas. El resto es imposible saberlo, pero no parece afectar el desarrollo del tema mariano.

El título de la obra también se perdió, junto con las hojas faltantes, no obstante, el Superior de los Montfortianos tomó como referencia el octavo capítulo del texto, en el que se especifican las prácticas de la devoción a María, para la elección del mismo en el momento de la publicación, en el año 1843.

Tras su publicación, la obra del padre Monfort tuvo un éxito inmediato, revelándose como una obra de increíble eficacia en la difusión de la verdadera devoción a la Virgen santísima.

Actualmente, es considerado uno de los libros más apreciados del catolicismo contemporáneo, y uno de los que más han contribuido a fomentar la piedad cristiana en el mundo.

Reproducción fotográfica y numeración del manuscrito

La edición más importante del manuscrito fue, sin duda, la reproducción fotográfica del mismo, hecha en 1942, en el centenario de su descubrimiento. Lo que le hace tan especial, es la presentación manuscrita del Papa Pío XII, quien el 20 de julio de 1947 canonizó a Luis María Grignion de Montfort.

La numeración marginal por parágrafos se hizo por primera vez en la edición italiana de 1919. La misma fue acogida universalmente.

La Virgen, el niño y los cuatro ángeles, Gerard David Holanda, 1510–15

Importancia de la lectura del Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen

El tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen es la obra más importante de San Luis María Grignion de Montfort y, por ende, la que más lo ha hecho conocer alrededor el mundo.

Es una enseñanza práctica de la misión que invita a descubrir el rol de la Virgen María en el plan divino de la salvación y en la vida bautismal y apostólica de todo cristiano.

En el primer capítulo del manuscrito, San Luis María Grignion de Montfort propone la urgente Necesidad de la devoción a María, es decir, la satisfacción de las necesidades espirituales del ser humano, todas ellas en plena consagración de la Santísima Virgen María como un camino directo para unirse a Nuestro Señor Jesucristo.

Ello no significa que Dios necesita de Nuestra Señora para salvar a las almas, pues, al ser omnipotente, no precisa de nadie. La necesidad de la Virgen María en el plano espiritual es, por tanto, de otro tipo.

Cuando Dios creó a María, le concedió determinadas atribuciones, entre ellas, un rol mediador, la devoción a Ella se hizo necesaria.

Los fieles hacen así a la Virgen, depositaria de sus propios requerimientos, inquietudes, méritos, o cualquier elemento de inestabilidad que se encuentre en la interioridad de su ser.

En otras palabras, el Señor no tiene ni ha tenido absoluta necesidad de la Santísima Virgen, simplemente quiso que Ella fuera parte de nuestra salvación, y así lo dispuso por deliberación de sus superiores designios.

A lo largo del manuscrito, el padre San Luis Grignion de Montfort invita constantemente a los fieles a encomendarse a la santísima Virgen María, tan inseparablemente unida a Jesús, que primero se separaría la luz del sol.

Ella es la que guía seguramente hacia Cristo: Si establecemos la sólida devoción a la santísima Virgen, es sólo para establecer más perfectamente la de Jesucristo y ofrecer un medio fácil y seguro para encontrar al Señor (ib., 62), dado que María es la criatura elegida por el Padre y entregada totalmente a su misión materna.

Al entrar, por su consentimiento, en unión con el Verbo, la Virgen María está asociada de manera privilegiada a la Encarnación y a la Redención, desde Nazaret hasta el Gólgota, pasando por el cenáculo, con fidelidad absoluta al Espíritu Santo.

Ella halló gracia delante de Dios para todo el mundo en general y para cada uno en particular (ib., 164).

La necesidad de la devoción a Nuestra Señora, por tanto, se basa en el papel que Ella tuvo en la Encarnación, debido al alcance que Ella disfruta de todos los planes divinos.

Acudir a María lleva siempre a dar a Jesús un espacio mayor en la vida. Es significativo, por ejemplo, que el padre Montfort invite a los devotos a dirigirse a María antes de la comunión: "Suplica a esta bondadosa Madre que te preste