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Acta Literaria, No.22.

1997
Universidad de Concepción

Sobre la escena básica de 'metáfora' en Aristóteles (*)

Emilio Rivano Fischer

1. Nota etimológica. Una mirada a la etimología de "metáfora" nos da una primera


perspectiva general, un entramado inicial del término, y una sugerencia de cómo los
griegos entendían esta palabra. La palabra griega es methaphorà. El núcleo de la forma,
phorà, contiene la misma raíz verbal que pherein, "llevar", del proto-indoeuropeo, bher,
"llevar" ("portar") y también "llevar cría". Metha, denota 'cambio', cuando ya es partícula
verbal (piénsese en "metamorfosis" (cambio de forma o transformación), para este uso del
prefijo); pero también es metha "entre", en tanto adverbio, y "con", como preposición. De
allí la traducción latina, translatio, "translación" (por ejemplo, en la traducción de la
Poética de Ricobboni; vid. infra), para esta figura. De modo que tenemos un compuesto
entre los elementos "(trans)portar", por un lado, y fusiones como las entre "cambio" y
"entre" ("trans-"), por el otro.

La raíz la reencontramos a lo largo del vocabulario europeo, e.g. del inglés bear
(llevar), burden (carga), birth (nacimiento/parto); del sueco bära (llevar), börda (carga),
barn (bebé, niño); y también, a través del latín fero, ferre en palabras como, del sueco föra
(llevar/conducir), y del romance, e.g. español "diferir", "conferir", "inferir", "fértil",
"aferente", "ofrecer", "preferir", "transferir", "proferir", "vociferar", "referir", "sufrir"
(todas las cuales se encuentran también en otras lenguas europeas, e.g. en inglés confer,
deferent, differ, efferent, infer, offer, prefer, proffer, refer, suffer, transfer, vociferate);
también reencontramos la raíz en palabras directamente del griego, como "ámfora",
"anáfora", "periferia", "euforia".

2. Aristóteles. Una derivación nominal de pherein es pherne, la "dote", es decir, lo que la


novia lleva al novio al casarse. (Esta palabra, podemos suponer, no dejaría de frecuentar
las conversaciones de su comunidad natal. Hasta en nuestros días, en ciertas comunidades
y clases, el tema de la dote es un favorito del chismorroteo local y, no pocas veces, causa
de la tragedia misma).
No hay eufemismo en pherne. El concepto evocado, es decir, el transporte de algo,
captura un aspecto esencial del fenómeno social que nombra. La palabra evoca el
escenario de un cargador, una carga y un destinatario. A partir de esta secuencia física,
podemos concebir la ceremonia del casamiento y el acto de casarse como una situación de
transferencia. Este es también el escenario básico en las siguientes palabras de Aristóteles:

"La metáfora consiste en darle a la cosa el nombre que pertenece a otra


cosa; siendo la transferencia de género a especie, o de especie a género, o
de especie a especie, o sobre la base de analogía" (Poética, 1457b).

Cabe hacer un alto ante esta traducción del texto griego (esta es la traducción de
Bywater (1920), que ha pasado a ser una versión standard de este pasaje). Porque en el
texto que damos por original (en la edición de Rudolf Kassel que reproduce García Yebra
(1974:204) en su excelente edición trilingüe de la Poética), el giro que nos importa, y que
hemos reproducido en términos de "metáfora" y "dar", se produce entre metaphorà y
epiphorá. (El giro completo es entre metaphorà, lo definido, y onomatos allotríou
epiphorá, la definición, donde se agrega el carácter ajeno, impropio del nombre trasladado
o achacado: allotríou es 'distinto', pero también 'ajeno', 'impropio', mientras que epiphorá
es 'acción de agregar', 'de echar o poner encima' (epi es 'encima')). De modo que es obvio
en la versión griega que se trata de aspectos de LLEVAR: 'metáfora' se refiere a la
trayectoria (LLEVAR ENTRE, TRASLADAR), 'epífora', a la meta (LLEVAR HASTA,
ENTREGAR, PONER). También se hace obvio esto en la traducción latina de Riccoboni,
reproducida por García Yebra. Aquí la apertura es: "translatio est nominis alieni illatio..."
(ibíd.:205). Es decir, el giro es de 'translación' a 'ilación'. Y acierta aquí también esta
apertura en la acepción de "agregar" tanto en epiphorá como en illatio. Menos acertada, en
este sentido, resulta la apegada traducción de García Yebra de esta apertura: "Metáfora es
la traslación de un nombre ajeno, o desde el género a la especie..." (ibíd:204). Al igual que
la traducción por la que partimos, se pierde el juego entre metaphorà y epiphorá en el
original. Pero esto es algo que ocurre en todas las traducciones a lenguas modernas que he
recorrido. Así, por ejemplo, en la traducción al inglés de Grube (1958), que traduzco aquí
al español, la apertura es "Una metáfora es una palabra con algún otro significado que se
transfiere de género a especie..." (ibíd.:44); y en una traducción al sueco de Stolpe (1961),
que también traduzco al español, se lee "La Metáfora implica que una cosa se designa con
una palabra que en propiedad designa otra cosa..." (ibíd.:56). Es obvio que 'metáfora'
aparece en las distintas traducciones en un nivel de mención lingüística que no
corresponde al texto (que damos por) original. Es decir, 'metáfora' aparece como un
tecnicismo que requiere explicación o traducción a un lenguaje simple. En el original, más
que una explicación, se trata de un desarrollo. El término en sí no es misterioso en su
ambiente original.
Pero dejemos este periplo hasta aquí. El paso que nos interesa se reproduce en la
traducción de la que partimos en términos de "metáfora" y "dar" y para los efectos del
desarrollo que sigue, pero manteniendo la perspectiva que las observaciones anteriores
ofrecen, vamos a aceptar que "dar" recoge un significado importante en el original.
En el uso de la palabra "metáfora" Aristóteles ipso facto refiere a pherein, "llevar".
La apertura definitoria "La metáfora consiste en darle..." se reduce a un giro de LLEVAR a
DAR. Porque epiphorá es una variante terminal de LLEVAR ("poner" es también una
traducción adecuada aquí). Aristóteles pasa de LLEVAR a DAR. Más preciso aun: ese
LLEVAR que está en 'metáfora' deriva en DAR; porque este DAR aparece enmarcado
como un tipo de "transferencia", de lo que podemos deducir que el paso es, en sí, una
figura que ejemplifica el tercer caso señalado por Aristóteles, "de especie a especie" (de
metaphorà a epiphorá).
Claramente, el escenario de LLEVAR, es análogo al de DAR: para cada papel
relevante en la escena típica de LLEVAR hay un papel correspondiente en la escena típica
de DAR. El cargador que lleva una carga a un destino es análogo al dador que entrega un
obsequio a un receptor (destinatario). Lo que era concebido como LLEVAR en el término
original es concebido como DAR en la definición de Aristóteles (ya dijimos que el análisis
también se puede hacer a partir de PONER). De modo que podemos devolver la definición
de Aristóteles al nivel genérico que le corresponde: "La metáfora consiste en llevar el
nombre propio de una cosa a otra cosa". En este "...de...a..." reencontramos el valor "entre"
en metha, y "en" o "hasta" en epi. Claro, tanto "entre" como "hasta" están ya en pherein:
LLEVAR es también LLEVAR ENTRE y LLEVAR HASTA.
Hay una semántica de corte objetivista implícita en este origen: allí está el objeto,
una casa, y este es su nombre, "casa". Allí hay otro objeto, el cuerpo humano, al que le
podemos llevar un nombre que no le pertenece, "la casa del alma".
El cambio sutil de Aristóteles, esta suerte de metáfora en su definición de metáfora,
no está destinado a resaltar la obvia analogía entre LLEVAR y DAR (que, como hemos
visto, más que analogía, es una co-hiponimia en el original), sino a introducir algunos
aspectos ausentes, o demasiado remotos en el escenario de LLEVAR, y presentes en el
escenario de DAR. Así, DAR enfatiza un receptor (el beneficiario, el destinatario, etc.), en
cambio LLEVAR enfatiza la carga. Llevado esto al plano de la metáfora, el beneficiario es
esa "cosa" que adquiere un nombre que pertenece a otra cosa y la carga es el "nombre".
LLEVAR enfatiza el nombre; DAR la cosa nombrada. También, LLEVAR enfatiza la
actividad (en progreso), DAR enfatiza la última fase, la meta del proceso. Así, DAR nos
remite más directamente a intenciones humanas que LLEVAR: DAR es, en primer lugar,
una actividad humana: alguien le da algo a alguien. (De modo que "dote", en contraste con
su contrapartida griega, pherne, implica etimológicamente el escenario de DAR (del
protoindoeuropeo do, dar; griego didonai; latín dare).
Cuando se lee "La metáfora consiste en dar..." lo primero que cabe advertir,
entonces, es el cambio de escenario: se ha reformulado el original "metáfora". Y estas
palabras introductorias nos dan una clave para entender la propuesta aristotélica sobre
metáfora: este LLEVAR que es la metáfora puede ser visto como el tipo de llevar que hay
en DAR. Hay dos etapas involucradas aquí: primero, la metáfora original implícita en la
palabra "metáfora" (el hecho de nombrar el fenómeno de ese modo), es decir, el escenario
de LLEVAR, y, segundo, la conceptualización de esta metáfora original en términos de
DAR.
En términos generales, es justo decir que esta concepción aristotélica de la
metáfora se ha sostenido a lo largo de los siglos (ver, por ejemplo, Black, 1962; Ortony,
1979 y 1993; Sacks, 1978; Lakoff & Johnson, 1980; Rivano, J. 1986). Pero, como hemos
visto, acaso más justo es decir que la primera teoría sobre metáfora es el término mismo.
En el término se conceptualiza una actividad conceptual, NOMBRAR METAFORICO, en
términos de una actividad concreta, LLEVAR.
Y a través del término podemos a la vez reconocer la metáfora prevalente en la
tradición occidental sobre significado lingüístico en general: porque en este LLEVAR se
implica la concepción de las palabras como cargadores de ciertos contenidos, los
significados.
Y ¿no vemos aquí también una clave para el contraste entre la manera platónico-
socrática de desarrollar la disyuntiva entre naturalismo y convencionalismo y la aparente
ligereza con que Aristóteles asume el convencionalismo lingüístico? Porque en el Cratilo,
las palabras pertenecen a las cosas. Aquí la metáfora de fondo es de POSESION. Pero en
Aristóteles, como vemos, la metáfora principal es de CARGA. Las dificultades en
establecer un convencionalismo lingüístico a partir de la concepción de POSESION son
obvias, como obvia es la facilidad de establecerlo a partir de una concepción de los
significados lingüísticos como CARGAS. Porque una carga pasa de un carro a otro como
la cosa más natural, mientras que una posesión cambia de propietario sólo por vías de la
usurpación, la ofrenda o la herencia.

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(*)
Publicado también en la Introducción de Metáfora y Lingüística Cognitiva, Emilio Rivano
Fischer. 1997. Santiago: Bravo y Allende Editores.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Aristóteles: On Poetics. Traducción al inglés de Ingram Bywater


en The Great Books of the Western World. The Works of
Aristotles Vol. II. Ecyclopædia Britannica.
Bywater, Ingram.1920. Vid supra
Black, Max. 1962. "Metaphor", en Models and Metaphors. Cornell University Press.
García Yebra, Valentín. 1974. Poética de Aristóteles. Madrid: Editorial Gredos.
Grube, G.M.A. 1986. Aristotle: On Poetry and Style. N.Y: Macmillan
Publishing
Company. (Primera edición, 1958. The Bobbs-Merrill Company.)
Lakoff, George & Mark Johnson. 1980. Metaphors We Live By. Chicago y Londres: The
University of Chicago Press.
Ortony, Andrew (ed.). 1979. Metaphor and Thought. Cambridge University Press.
---1993. Metaphor and Thought (segunda edición ampliada). Cambridge University
Press.
Rivano, Juan. 1986. Perspectivas Sobre la Metáfora. Santiago de Chile: Editorial
Universitaria.
Sacks, Sheldon (ed.). 1978. On Metaphor. Chicago: The University of Chicago Press.

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