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La Enciclopedia Álvarez: una

cincuentona de muy buen ver...


La Enciclopedia Álvarez: una cincuentona de muy buen ver...

Dejo a los lectores de Hibris y a su indulgencia y comprensión para con mis atavismos
particulares, el traer a estas páginas una obra que por ser el que esto escribe diplomado
en magisterio y librero de viejo tiene un gran cariño. La misma no es otra que la
Enciclopedia Álvarez que ha cumplido ya los 50 años desde sus primeras ediciones, y a la
cual me gustaría homenajear desde estas líneas junto a su autor “Don Antonio” fallecido en
agosto del 2003

Libros de texto y educación

Alguna vez en estas páginas, hemos mencionado la nula o libérrima política editorial que
existía en el mundo educativo desde principios del XIX hasta los del XX. En esta
prehistoria editorial no existían tales propiamente dichas, dedicadas exclusivamente a la
edición de obras escolares y libros de texto, aunque algunas dedicaban a la producción
escolar parte de su catálogo. Las más de las veces, las obras eran iniciativa editorial
personal de maestros o profesores que invertían y arriesgaban sus ahorros y esfuerzos en
la edición de estas. Como excepción hay que señalar a la Iglesia, que desde un principio sí
editó sus catecismos y después obras de texto específicas para sus congregaciones y
educandos.

Hasta que la enseñanza no se racionaliza a partir de las Cortes de Cádiz, los libros de
texto constituyen verdaderas rarezas editoriales. Podemos afirmar que la organización de
la educación en España y la producción editorial escolar iban paralelas pero con cierto
retraso de la segunda sobre la primera.

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El marco educativo de España, el franquismo y la Enciclopedia Álvarez

Para entender y enmarcar correctamente la aparición de la Enciclopedia Álvarez y su éxito


que hoy nos ocupa en Hibris, no estará de más que demos un repaso al mundo de la
educación y su producción editorial, haciendo especial hincapié en la etapa franquista.

Los primeros balbuceos editoriales en el mundo de la enseñanza, ya lo hemos dicho, los da


el establecimiento eclesial, con sus catecismos, y métodos de latín para catecúmenos y
seminaristas. Desde las Cortes de Cádiz, y más tarde con los intentos burgueses de
organizar estatalmente el mundo educativo, encontraremos otras “piezas” de colección
como algún abecedario, o incluso libros de enseñanza básica debidos a la iniciativa de
maestros. El proceso sería largo pormenorizarlo, el paso de iniciativas eclesiales o privadas,
hasta la aparición de verdaderas y lucrativas empresas editoriales como la Editorial Calleja
ya tratada en otro Hibris, excede el objeto del presente artículo y además existen otros
manuales y fuentes de información más adecuadas. Lo que si podemos afirmar es que el
mundo educativo no fue nunca del todo aséptico ni en modo alguno ajeno a los cambios
políticos como bien saben los coleccionistas de manuales escolares que buscan diferentes
ediciones de los mismos libros y editoriales, para observar los cambios significativos en las
lecciones descritas, que son, por cierto, dignos de ver, pues en donde se loaba a la
monarquía se acabó ensalzando la llegada de la República, y más tarde la misma editorial y
sin rubor alguno, acabó denostando esta y alabando al Movimiento Nacional...

La enseñanza durante la II República es valorada ya como proceso necesario de


socialización de nuevos ciudadanos educados en principios democráticos. La educación es
considerada en este régimen una herramienta útil para el nuevo sistema político tanto como
hacía siglos lo había sido valorada por la Iglesia Católica, a la que por cierto se le prohíbe
la enseñanza y se le cierran o “reconvierten” escuelas.

El interés por los adelantos pedagógicos, y la misma calidad de los libros de texto mejorará
de forma notoria. Estos se tirarán en buen papel y con ilustraciones en color, calidad que
con la guerra y la post guerra se verá truncada totalmente, y no sólo en la calidad sino
también en el formato, volviendo a las “enciclopedias” en un solo volumen por algo tan
imperioso como el ahorro de papel que era escaso. Es decir, en vez de un libro por
asignatura, ahora habrá un único libro para todas las asignaturas, aspecto este por cierto,
que facilitará la enseñanza cíclica (mismos contenidos cada vez más ampliados según edad)
en centros unitarios (varias etapas de diferentes edades en un mismo aula) que eran los
más en la España rural anterior y posterior a la guerra civil.

El franquismo no será una excepción en los totalitarismos. La labor e intencionalidad


adoctrinadora estará presente ya en fecha muy temprana en la España Nacional que
siempre actuó como si ganar la guerra fuera cuestión de tiempo y con verdadera vocación
de estado. Imaginen los lectores que ya en el año 1938 en plena guerra civil, y en
Pamplona concretamente, entre el 1 y 30 de Junio, el Ministerio de Educación Nacional
realiza un “Curso de orientaciones Nacionales de la enseñanza primaria” para los futuros
maestros de la España nacional. Congreso que se concretará el mismo año en dos libros de
la editorial burgalesa Santiago Rodríguez (dos volúmenes que por cierto fueron de obligada
compra para todos los maestros y descontado su importe de la nómina). En el mismo se
recogen conferencias tan aleccionadoras como: “Política” de parte de don Ernesto Jiménez
Caballero, o “¿Qué espera el ejército del magisterio primario? Por Julio Osle.

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El congreso al que asistirán cuatrocientos maestros cursillistas, con banda de falange,
misas y personalidades del movimiento incluidas, lo presidirá el Ministro de Educación
Nacional Don Pedro Sainz Rodríguez (1), que en el acto de clausura expresará claramente
lo que espera de la educación nacional:

Este es un deber de todo estado, el de formar maestros, y es un deber preferentísimo del


estado nuevo (...)

El estado sabrá conjugar con una doctrina original propia ( se refiere a la falange ), ese
concepto de la autoridad estatal, con las normas de la tradición católica, imprescindible
componente de la civilización de nuestro pueblo. (...)

Durante mucho tiempo la bandera de los católicos en frente del Estado liberal o de los
estados marxistas, ha sido la bandera de la libertad de enseñanza. Ya lo he dicho repetidas
veces y se lo he dicho a las autoridades de la jerarquía eclesiástica: Creo que es una mala
expresión esta de “libertad de enseñanza” lo que debemos decir es “no monopolio” de
enseñanza por el estado, que es un cooperador con la sociedad en esa función de la
enseñanza; pero de ninguna manera “libertad” en el sentido de que se pueda enseñar lo que
se quiera, pues eso sería un concepto liberal de la docencia. (...)

Todos vosotros habéis vivido, muchos de vosotros habéis vivido un ambiente en los medios
pedagógicos docentes en los que habían elevado a la categoría de dogmas unas cuantas
ideas que se trataba de imbuir en las mentes de la juventud que se preparaba para el
magisterio. Una de esas ideas liberales era la de que hay que respetar, sobre todo , la
conciencia del niño y la conciencia del maestro; que la educación es respetar el sentido
natural de los educandos y su libertad. Pues bien: yo quiero que meditéis que la idea
contraria es el eje de toda la filosofía de la educación patriótica.

" Por tanto el problema de la educación consiste en situarse delante del niño diciéndose;
¿ Es este un ser a quien no hay más que cultivar porque él tiene de un modo inmanente todas
las virtudes, o es un ser en el que predomina la naturaleza de la bestia humana, si no viene la
educación a poner la semilla de espiritualidad y de luminosidad en su alma ?".

Para acercarnos a la educación de los años cuarenta y posteriores en la cual prima lo objetivo
sobre lo subjetivo y la descripción sobre los juicios de valor, se hace indispensable el hacerse
una reconstrucción mental de la época a la que nos referimos, pues será en este marco en el
que nace la Enciclopedia Álvarez.

En los años cuarenta, en la inmediata post guerra, España estaba arruinada y dividida como
consecuencia de la cruenta Guerra Civil que enfrentó a españoles con españoles y que, como en
todas las guerras, sobre todo las civiles, había dejado un rastro de crímenes cometidos por
ambos bandos. España carecía de lo más elemental, las cartillas de racionamiento eran algo
habitual. Los vencedores, como en todas las guerras, imponían sus criterios y por supuesto en
la educación no se hacía una excepción. El régimen consideraba a la juventud como "su obra
predilecta" y consideraba la labor adoctrinadora de los niños, como un antídoto para que el
"virus del marxismo" no se reprodujese. Hay que decir que esta filosofía totalitaria de la
enseñanza se cumplió escrupulosamente en años sucesivos, de hecho, el cuerpo de maestros
de la república fue minuciosamente cribado de elementos indeseables para el franquismo,
cosa que se consiguió con las famosas "depuraciones" y reclutando entre los jóvenes más
fanáticos, ex-combatientes o familiares de estos, gente afecta al régimen en una palabra,
maestros que deberán ser paradigmas políticos del nuevo régimen y creyentes de la única

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iglesia, estos serán los futuros "Maestros Nacionales". La educación será pues una labor
política a la vez que educativa, pues muchos de ellos eran a la vez maestros e instructores
del Frente de Juventudes. Tanta era la importancia que se daba al tema de los futuros
educadores. El nuevo régimen quiere construir una pedagogía de carácter “nacional”,
imperial y católica y cuenta o quiere contar para ello con maestros de toda confianza. La
Iglesia, duramente represaliada durante la guerra civil, y ya perseguida institucionalmente
durante la República, gozará con el nuevo régimen de un poder omnímodo y colaborará con el
mismo activamente.

En este contexto, sucintamente expuesto, no hará falta decir la precariedad de medios


humanos y materiales en las cuales se iba a desarrollar la educación. Situación social, política
y económica, que se mantuvo hasta el "milagro desarrollista" de los años sesenta. El desolador
panorama, se agudizaba aún más en el tema de la carencia de escuelas, (lo que favoreció la
aparición de la escuela unitaria y en el elevadísimo índice de analfabetismo que había en
España.

Sin embargo, y para no caer en parcialidades, cabe decir que si la Guerra la hubiera ganado la
República y teniendo en cuenta la preponderancia del Partido Comunista dentro de este bando,
la situación de España no hubiera sido mejor, ni su educación más imparcial o menos
adoctrinadora. Teniendo que sumar además de la persecución política, la persecución religiosa.

No es posible decir de esta época que predominara una ideología en exclusiva. Lo que
predominó, y según las épocas con más o menos fuerza, fue una mezcolanza de ideologías que
iban desde un Falangismo "sui generis", a un “tradicionalismo” antiliberal, en inconcebible
convivencia con un conservadurismo burgués y reaccionario, y todo ello aderezado de
integrismo católico y militarismo. El mejor calificativo que lo puede resumir es el de
"Nacional-Catolicismo". Esta amalgama, producía a veces contradicciones que se traslucen
incluso en los libros de texto.

Amando de Miguel, en su libro Sociología del Franquismo (2), divide a este régimen político
en una serie de etapas con unas características determinadas, reflejándose estos cambios
también en la producción editorial:

I: Era Azul: Etapa Bélica (1938-1945); Autarquía (1945-1951); Despegue económico (1951-
1957)

II. Tecnocracia (1957-1973)

III. Funcionariato (1973-1975)

La etapa que a nosotros nos ocupa es la llamada por Amando de Miguel "Era Azul", que se
caracteriza, según este autor, por ser de las "(...) primeras etapas del Régimen inflamadas por
los deseos imperiales, (...) en definitiva por el predominio ideológico de la Falange y de los
llamados (en el sentido más político y estricto) católicos". En esta etapa educativa que
estamos analizando encontraremos ministros de marcado signo "Monárquico" como Pedro
Sainz Rodríguez, primer Ministro de Educación que tuvo el franquismo, o "católicos" (en el
sentido del término antes citado) como Ibáñez Martín. Y no podemos olvidar a José María
Pemán (escritor de ideología tradicionalista y católico famoso en la España Nacional por obras
de exaltación patria), que aunque no fue Ministro de Educación, fue el primer presidente de la
Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado en plena contienda civil.

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En el propio seno del franquismo asistiremos una pugna por adquirir mayores ámbitos de
influencia educativos entre la Falange y la Iglesia que acabará ganado esta ultima en el
aspecto formal y con el establecimiento del “Nacional Catolicismo” como inspirador del
estado, frente a la Falange que quedará como coreografía vistosa y cúmulo de lecciones
patrióticas lanzadas al final de los libros, aunque dominará el ámbito de la educación
informal a través de los campamentos, tiempo libre etc. del Frente de Juventudes o de la
Sección Femenina

Para acabar con este repaso de la educación franquista, y aunque nos extendamos algo, no
podemos dejar de mencionar la Ley de Educación Primaria de 1945, porque esta ley plasma lo
que fueron las aspiraciones educativas de la "Nueva España". En ella no falta la “retórica azul”
habitual que invadía hasta los textos legales. El Preámbulo es un repaso a la historia de la
pedagogía española, desde Quintiliano al Movimiento Nacional. Reproducimos los párrafos que
hablan de la República:

"La etapa republicana de 1931 llevó a la escuela una radical subversión de valores. La
legislación de este período puso su mayor empeño en arrancar de cuajo el sentido cristiano de
la educación, y la Escuela sufrió una etapa de influencias materialistas y desnacionalizantes
que la convirtieron en campo de experimentación para la más torpe política, negadora del ser
íntimo de nuestra conciencia histórica . La imagen de Cristo fué prohibida en las aulas, en
tanto que las propagandas sectarias preparaban la incorporación de la adolescencia al torvo
empeño de la revolución marxista."

En el Título I, en su artículo 1º se hace una declaración de principios sobre lo que tiene que ser
la educación primaria y sus objetivos:

"a) Proporcionar a todos los españoles la cultura general obligatoria.


b) Formar la voluntad, la conciencia y el carácter del niño en orden al cumplimiento del deber
y a su destino eterno.
c) Infundir en el espíritu del alumno el amor y la idea del servicio a la Patria, de acuerdo con
los principios inspiradores del Movimiento.
d) Preparar a la niñez capacidad para ulteriores estudios y actividades de carácter cultural.
e) Contribuir, dentro de su esfera propia, a la orientación y formación profesional para la vida
del trabajo agrícola, industrial y comercial."

El que se llevaran a cabo estos objetivos, correspondía "Como obra fundamentalmente social,
corresponde a la Familia, a la Iglesia y al Estado, y por delegación al Maestro, cuya noble
misión se reconoce y aclama."

Son numerosas las alusiones a la Iglesia dentro de esta ley, tanto en el orden de los
contenidos, de sus derechos, de sus principios como inspiradores de la educación, etc.
En el Art. 3º se le reconoce a la Iglesia el derecho a " la vigilancia e inspección de toda
enseñanza en los centros públicos o privados (...) en cuanto tenga relación con la fe y las
costumbres." En el artículo 62, se le reconoce también su derecho a crear sus escuelas
propias de Magisterio.

En el Art. 11 al hablar de Educación profesional se dice que "La Educación Primaria orientará a
los escolares, según sus aptitudes, para la superior formación o intelectual o para la vida
profesional del trabajo en la industria y el comercio o en las actividades agrícolas. La
educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e
industrias domésticas."

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El artículo 14, prescribe la separación de sexos "por razones de orden moral y de eficacia
pedagógica". La educación de los niños sería impartida por Maestros y la de las niñas por
Maestras. En el Artículo 20 señala la posibilidad de escuelas mixtas, sólo en el caso
excepcional de que "el núcleo de la población no dé un contingente escolar superior a treinta
alumnos entre los seis y doce años", aunque estas escuelas mixtas deberán ser siempre
"regentadas por Maestras", al igual que las de párvulos.

En el Art. 15 se nos define la escuela como " la comunidad activa de Maestros y escolares,
instituida por la Familia, la Iglesia o el Estado, (...) para la formación cristiana, patriótica e
intelectual de la niñez española."

Se especifican en el Art. 18 los períodos de graduación escolar que serán:

"Primero. - Período de iniciación que comprenderá los siguientes períodos:

a) Escuelas maternales, hasta los cuatro años.


b) Escuelas de párvulos, de los cuatro a los seis años.

Segundo.- Período de enseñanza elemental: de los seis a los diez años.

Tercero.- Período de perfeccionamiento: de los diez a los doce años.

Cuarto.- Período de iniciación profesional: de los doce a los quince años."

El Art. 17 determina que habrá una escuela por cada 250 habitantes, como mínimo.

El Art. 21 señala y regula la existencia de los dos tipos de escuela, Unitaria y Graduada.
Señalando que serán unitarias en aquellos núcleos de población cuya densidad, dentro de un
radio máximo de un kilómetro, no supere la cifra determinada en el Art. 17, es decir de 250
habitantes.

En cuanto a las materias de enseñanza y según los artículos 37 y siguientes es curioso que la
enseñanza de la Geografía y la Historia se enmarcarán en la Formación del Espíritu Nacional

El maestro será según el artículo 56, "hombre de vocación clara, y de ejemplar conducta moral
y social". Además colaborará con la Iglesia local, con las familias de los alumnos, con las
Corporaciones Locales, con el Movimiento y el Frente de Juventudes o con la Sección
Femenina según sea hombre o mujer. En el apartado tercero del artículo 57 se señala que el
maestro ha de "estimar su vocación como servicio debido a Dios y a la Patria, y merecerá y
exigirá para su profesión respeto y consideración pública." Según el apartado cuarto del
mismo artículo, "prestará juramento de fiel servicio en el acto de su incorporación a la función
docente" El Art. 58 no dice que "Todo maestro habrá de poseer como base de su preparación
los conocimientos (...) de los primeros ciclos de la enseñanza media" En el Art. 63 se dice que
para acceder a los estudios de Magisterio "el aspirante ha de tener los catorce años
cumplidos". De entre sus múltiples obligaciones durante la carrera que durará tres cursos, se
señala la de "asistencia a campamentos y albergues del Frente de Juventudes”.

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Sobre la educación en este período y la Enciclopedia Álvarez en concreto, José Antonio
Zapata Parra en interesante artículo (3) nos expresa lo siguiente:

Uno de los libros que más se ha caracterizado por la enseñanza de la Historia de España
durante el franquismo ha sido la Enciclopedia Álvarez. A lo largo de más de diez años
(1954-1966) y educando a más de 8 millones de niños, la enciclopedia fue el libro de
acercamiento a la Historia, que los jóvenes españoles, entre ellos, nuestros padres,
tuvieron durante la Escuela primaria franquista. El libro, titulado Enciclopedia: intuitiva,
sintética y práctica, estaba destinada, como decimos, a la Escuela Primaria, y para ello
existían tres volúmenes, cada uno para el grado correspondiente.

En la enciclopedia no solo se trataba la Historia, más concretamente la Historia de España,


también trataba otros temas y materias, tales como: Historia Sagrada, Evangelios, Lengua
Española, Aritmética, Geometría, Geografía, Ciencias de la Naturaleza, Formación Político-
Social (niños), Lecciones Conmemorativas, Formación Familiar y Social, Higiene, Formación
Política (niñas) y Conmemoraciones escolares. Así mismo, a la enciclopedia le acompañaban
otra serie de libros: uno para el maestro, titulado Sugerencias y Ejercicios, en el que se
completaba el índice de conocimientos que los Cuestionarios Nacionales señalaban para
cada curso, figurando miles de ejercicios de carácter activo que, por extensión, no
procedía ponerlos en el libro del alumno; otros de apoyo para el alumno: para enseñar a leer,
escribir y dibujar con perfección y rapidez se utilizaban las Cartillas, también había
Cuadernos de Trabajo, adaptados a cada una de las asignaturas de las Enciclopedias
(Aritmética. Lengua Española, etc...). En Resumen, toda una serie de publicaciones
destinadas a la enseñanza de la juventud en época franquista.

Una de las partes que integraban la Enciclopedia Álvarez era la Historia de España, una
historia muy particular con una función predeterminada: la justificación de la situación
político-social del momento. Para llevar a cabo tal función, sentarían las bases de la
enseñanza de la historia sobre una serie de valores imperantes en la época: raza, religión
católica, patria, imperio, unidad, nación, etc. Con el fin de adoctrinar ideológicamente a la
juventud española del momento. A nivel ideológico, la Historia de España de la enciclopedia
cumplió con sobresaliente su función adoctrinadora. (...)

Pero la mayor importancia de esta obra reside en su carácter metodológico y pedagógico,


que fue lo que realmente la hizo triunfar. Según Álvarez "solo se sabe lo que se recuerda, y
para recordar hay que aprender de memoria". La enciclopedia se apoya sobre esta base,
siendo la memoria la principal arma a desarrollar y cultivar por el estudiante. Para ello,
Álvarez incorpora textos y lecturas en cada lección, que vienen a reforzar tanto la lección
impartida por el maestro, como la teoría incorporada en el libro. Lo importante de las
lecturas, según Álvarez, es su sencillez. Los libros anteriores incorporaban lecturas, pero
eran muy densas y prolijas, lo que provocaba que el niño se perdiera; con el método de
Álvarez, los textos eran fáciles, resúmenes para que el niño retuviera, sobre todo, la
ideología que subyace.

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A los textos hay que añadir otras actividades que afianzaban los conocimientos de cada
lección. Tras cada lección (Nociones, así se denominaba en la Enciclopedia a cada lección
teórica), había una serie de preguntas, que prácticamente venían a resumir la lección, el
titulo de esta actividad, a modo de juego, se denominaba "A ver si lo sabes". Tras esta
actividad, venían los ejercicios de tipo complementario que abarcaban diversas funciones
del aprendizaje del niño, muchos de ellos reflejan ese carácter adoctrinador del que
hablábamos. Tales ejercicios eran: Recoger y examinar, Reproducir dibujos, Vocabulario,
Observación e Historia Local.

Así mismo, la enciclopedia incorporaba toda una serie de gráficos y dibujos, que en más de
una ocasión debían ser reproducidos por el niño. Estos dibujos tenían una función
pedagógica e ideológica. Pedagógica, porque servían de "relax" en cada lección. Incorporar
textos densos cansaba al estudiante, y por eso Álvarez introdujo dibujos, que hacían más
amena cada lección. A nivel ideológico, los dibujos, en su mayoría, ensalzaban los valores de
España, ya fuera conceptualmente o a través de dibujos de personajes imbricados
directamente con la Historia de España y con su grandeza. (...)

Por lo tanto, como se observa, la importancia que adquirió la Enciclopedia Álvarez durante
los años cincuenta y sesenta residió en su revolución metodológica, basada en el desarrollo
de resúmenes y de la memoria, para ello Antonio Álvarez seleccionó textos y lecturas de
fácil comprensión, muy resumidos, de los que el alumno pudiera extraer la información
necesaria. Esto lo complemento con dibujos y gráficos, así como con pequeñas narraciones
legendarias, que como no ensalzaran la grandeza de España.

Cabe señalar tras este extenso “resumen”, que por muy adoctrinadores y demodé que nos
parezcan ahora la enciclopedia Álvarez y la enseñanza durante el franquismo en el aspecto
de sentimientos patrios, cumplieron ambos mejor su función de crear una identidad
española, que la educación democrática de ahora, inmersa en una sociedad que aún en pleno
siglo XXI se está pensando sí su identidad propia es la española o no. Por otro lado le
enciclopedia Álvarez, es el mejor ejemplo de la enseñanza de aquella época y en el único
“estilo” que podía hacerse, siendo el mérito de Álvarez el haber creado el producto ideal
para servir de vehículo a la enseñanza del momento y hacer de ello además un producto de
calidad pareja al tiempo que le tocó vivir.

El autor
Don Antonio Álvarez Pérez, uno más de seis hermanos, nació en 1922 en un pueblo de
Zamora de 50 almas, fue uno de los primeros habitantes del mismo en realizar estudios

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superiores, en este caso de magisterio, obteniendo el número dos de su promoción. Con 19
años ya es maestro interino destinado en Asturias, donde permanece hasta 1944, fecha en
la que es trasladado a Zamora, donde desempeñará su labor docente hasta 1956. Después
y entre el 1956 y el 1958 ejerce en Valladolid, en donde pide la excedencia para dedicarse
a la tarea editorial, pues ya no podía atender la escuela, aunque sigue siendo director
honorario de un centro en Valladolid, y allí iba a probar las innovaciones y a escuchar
sugerencias de los maestros e inspectores.

Este maestro nacional se ha constituido en el autor más famoso de libro de texto en


España, hasta el punto de que su obra principal, la Enciclopedia Álvarez, mereció la
reedición hace unos años, mucho tiempo después de la primera, ya como objeto de culto,
referencia y colección de todos los que estudiaron con ella, y lo que resulta más paradójico,
como verdadera enciclopedia de uso doméstico por cierto sector que se resiste a las nuevas
tendencias pedagógicas.

Nacimiento de la enciclopedia más famosa de España


Contaba Don Antonio (permitirán los lectores que lo nombre así pues es título de orgullo
entre maestros este tratamiento y yo se lo doy a este autor) que en una reunión escolar,
corrían los años 50, escuchó a un colega de Zamora que los docentes no estaban
satisfechos con los textos de que disponían, y que hasta que no se escribiera un libro de
texto elaborado por un maestro en ejercicio no se tendría la herramienta adecuada que
todos precisaban para enseñar. El mismo Álvarez, echaba en falta un buen manual escolar
para sus pupilos. De hecho Don Antonio, hombre ordenado y metódico, dedicaba su tiempo
libre a una tarea de hormiga, elaborarse una enciclopedia para uso propio, completa y
actual. Sus compañeros asombrados por la minuciosidad de los archivos que tenía, le
solicitaban continuamente información. (...) Sus colegas le sugirieron que hiciese un libro
recogiendo todas esas nociones de ratón de biblioteca, con ilustraciones y con ejercicios
prácticos, el no pudo negarse. Tuvo que decir que sí. (4)

Según leemos en otra entrevista (5): La materia se la sabía. Historia y lengua tenía. Le
fallaba el método, a él y a todos los maestros de España en posguerra. Fue don Antonio el
más rápido en descubrirlo: resúmenes y ejercicios. Se puso a ello. De cinco de la mañana a
diez, 17 horas de trabajo rendido. La obra fue una creación exclusiva y personal suya,
hasta el punto que las ilustraciones lo fueron también de su mano en las primeras ediciones,
aunque en sucesivas ediciones fueron mejoradas por los dibujantes de la editorial.

La sorpresa del éxito


Una vez elaborada la criatura en 1951, tras pasar la censura eclesiástica y política del
régimen: "O decías lo que ellos querían o le encargaban a otro la tarea ", y tras varios
viajes a Madrid, empieza el peregrinaje editorial de Don Antonio, entonces un perfecto
desconocido, al que le rechazan la obra hasta cinco editoriales diferentes. Ello no le
desanimó y la editó un año después, en 1952. La primera edición, que corrió a cargo de un
modesto impresor de Zamora (6), fue la de primer grado que servía para dos cursos, para
niños de entre seis y ocho años. Por aquel entonces valía 15 pesetas. Decía el autor que al
carecer de “contactos” en el Ministerio de Educación Nacional, la forma de promocionarla
fue el “boca a boca” entre maestros. El éxito inicial fue tal, y tan sorprendente para
todos, empezando por el autor que pensaba que vendería unos miles de ejemplares nada
más, que un par de años después la editorial Miñón de Valladolid se decide a editarla en

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exclusiva (7). Las sucesivas ediciones se suceden y se agotan a la puerta de la imprenta,
llegando a copar el 80% del mercado de libros de texto del momento. Se editaron el
primer, segundo, y tercer grado de la enciclopedia, El Parvulito, la enciclopedia profesional,
cuadernos de ejercicios, libros del maestro, se colorearon ediciones, etc., hasta que el
autor en 1958, como ya indicamos, debió retirarse de la docencia para hacerse cargo del
tema editorial que proporcionó al Sr. Álvarez una situación económica desahogada gracias a
los derechos de autor. Don Antonio declaraba hace unos años y según las autorizaciones del
Ministerio, que de la enciclopedia en sus distintos grados se habían vendido en España unos
22 millones de ejemplares, y de todas sus obras, incluyendo la enciclopedia, unos 33 o 34
millones. Todo ello sin incluir los miles de ejemplares vendidos en la reedición última.

La reedición (8)

Pasaron años y transición, borrando el recuerdo de muchos. Otros, nostálgicos, bucearon


librerías de viejo para rescatar los textos de su infancia. Tanto insistieron, que los
editores se apuntaron el cuento. A la tercera petición editorial él, "superjubilado" por su
éxito, deseando sólo vivir tranquilo, no tuvo más remedio: "Pasa algo aquí...". Respondió a la
primera oferta, de editorial Edaf, que reeditó 60.000 ejemplares facsímiles, que se han
vendido en un mes y han colocado la enciclopedia de la memoria en el número uno de los
libros más vendidos ("¡ojo! -dice su autor-, la enciclopedia es del pasado, está sin presente
ni futuro"). Tiene otros 120.000 preparados, para antes de Navidad. (...) [Los datos están
referidos a 1997]

Don Antonio insiste en el método: "Los textos de hoy son demasiado prolijos, los niños no
los entienden, los padres no saben descifrarlos". Falta su sintético: "Uno sólo sabe lo que
recuerda”

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Una entrevista a Don Antonio (9)

Pregunta.- Don Antonio, es usted responsable de la enseñanza de ocho millones de


españoles, ¿no es mucho?.

Respuesta.-Sí es mucho, pero yo encantado. Los que utilizaron mis libros están muy
satisfechos, lo demuestra el éxito de esta edición de recuerdo: había 60.000 señores que
la estaban deseando.

P.-¿La reedición se debe sólo a la nostalgia o puede ofrecer a los niños una idea de lo que
fue aquello?, ¿qué saben ellos?

R.-Los niños de ahora no saben nada de aquello, los padres sí, y lo echan de menos. Muchos
padres la compran para resolverle los problemas a los niños de ahora.

P.-Me refería al franquismo. Un crítico dijo: "Había aprendido a detectar muchas artes
del engaño estudiando Historia de España en la Enciclopedia Álvarez".
R.-¿Muchas artes del engaño? Bueno, verá, existían unos cuestionarios y un régimen
censor que te indicaba lo que habías de poner; y si no era así, no te aprobaban el libro.
Dicho esto, que había que escribir que el Alzamiento fue un éxito muy conveniente y que

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Franco era un tío muy bueno, mi opinión es que aquello fue una dictadura. Aunque, quién va
negar que Franco debía ser un tío muy listo, y que ganó la guerra y que los llamados rojos
fusilaron a José Antonio en Alicante. Eso es Historia.

P.-¿Y usted falseó la Historia para burlar la censura?

R.-Claro, había que decir lo que imperaba. Yo no estaba de acuerdo con la dictadura y en
sus últimos tiempos, era abiertamente contrario.

P.-¿Volvería a escribir que el Alzamiento fue necesario?

R.-Hay una cosa en la que sí estoy de acuerdo con Franco: se presenta uno de sus
ministros para denunciarle críticas en su propio gobierno, y él contesta: "Déjalos que
hablen, tú haz como yo: no te metas en política y vive tranquilo". Pues ésa ha sido siempre
mi conducta, nunca me he metido en política, ni un mitin, hasta ese punto llega mi
independencia. Bueno, y me está haciendo hablar, me estoy saltando el chiste.

P.-¿Por qué las niñas estudiaban Formación Política y los niños, Político-social?
R.-Porque así lo dispuso el Ministerio. La verdad es que no lo sé, yo ya ni me acordaba de
las enciclopedias.

P.-¿Usted ahora qué opina de la integración de la mujer en la sociedad laboral ?


R.-Me parece a todas luces positivo. La mujer tiene exactamente los mismos derechos que
el hombre. Lo que ocurre es que ellas quieren conservar alguna ventaja, las consideraciones
hacia un ser más débil: pues no es más débil, es igual.

P.-¿Qué le parece un alumno de segundo grado frente a una pantalla de Internet?


R.-No sé lo que es Internet, ni me interesa, a mi edad...

P.-Pero sabrá lo que es

R.-Sí, una pantalla donde se obtienen muchos datos. Todos los adelantos son positivos, si
no, no lo serían. Pero yo estoy fuera de combate.

P.-Bastante ha dado, don Antonio, ¿cómo se aprende más, memorizando o leyendo y


analizando?
R.-Sólo se sabe lo que se recuerda, y para recordar hay que aprender de memoria. La
memoria es una facultad que hay que cultivar, sobre todo en la infancia. Hay quien dice que
es la inteligencia de los tontos. Le responde un filósofo: bueno, eso es lo que dicen los
tontos que no tienen memoria.

P.-¿Los niños hoy son más listos?

R.-No, en absoluto. Lo que ocurre es que disponen de más medios, tienen un concepto del
mundo muy superior al que tenían antes. Pero eso no quiere decir que sean más listos, yo
incluso diría que saben menos.

P.-¿Tienen más fantasía?

R.-No, estamos iguales. La prueba la tenemos en la literatura. Fíjese cuándo se escribió El


Quijote, que es el asombro del mundo.

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P.-Dice usted que los libros de ahora están mal hechos.
R.-Encuentro que son demasiado densos, prolijos, y en consecuencia los niños se pierden.
Científicamente son correctos, pero pedagógicamente... No contienen resúmenes para que
el niño retenga, porque se pretende que elabore sus conocimientos y esto no es propio de la
primaria. Los niños, después de leer tanto, no saben extraer prácticamente nada.

P.-Entonces, ¿qué propone?

R.-Yo creo que se debe a una táctica de las editoriales, hacen libros cada vez más grandes
y más caros. Los libros deberían desandar el camino, hacerse más sencillos y eficaces, con
menos palabras.

P.-Se repite una situación deficiente, ¿usted en su época fue un revolucionario?


R.-Claro, claro, la escuela cambió radicalmente. Antes de mi enciclopedia todo era estudio
de memoria. La clave del éxito fue el libro del maestro, o sea la práctica, las actividades
que afianzaban los conocimientos.

P.-Se decía entonces, "pasar más hambre que un maestro". ¿Estaban realmente mal
alimentados o era una cuestión espiritual?

R.-Es un dicho que existe desde principios de siglo. Yo no sé si pasaban hambre o no, yo no
la he pasado nunca. Normalmente somos gente de procedencia humilde, pero no somos
tontos, eh. Yo siempre he visto a los maestros con mucha dignidad, perfectamente
vestidos. Ahora, si los maestros estuvieran bien pagados, que no lo están, todo iría mucho
mejor, porque la base de todo está en la escuela.

P.-Don Antonio, ¿el éxito de la enciclopedia le jubiló?

R.-Sí, yo pedí la excedencia en el año 58, porque no podía atender la escuela. Pero seguí
siendo director honorario de un centro en Valladolid, y allí iba a probar las innovaciones y a
escuchar sugerencias de los maestros e inspectores.

P.-¿Y qué le preocupa de los planes de la ministra Aguirre?

R.-No estoy preocupado, en líneas generales creo que la ministra tiene razón: pretende
que los niños de toda España sepan las ideas generales de todo el país, y después que
estudien la literatura, geografía, lengua e historia de su región: a esto no se opone.

P.-Vamos, que le inquieta el mapa de las autonomías.

R.-No, las autonomías me parecen bien, pero no el desfase: que los niños catalanes
aprendan que el río Ebro nace en tierras extrañas...

P.-¿Sabe que los sindicatos comparan los planes de Aguirre con su enciclopedia?
R.-No (incrédulo).

P.-Literal, le enseño el recorte.

R.-¿Se lo han dicho? Buah. Le contesto a ese que si supiera lo que dice la Enciclopedia
Álvarez, y sobre todo, si en el aspecto ético y moral estuviera formado, no se expresaba

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así: son salidas de tono. La enciclopedia tuvo su momento y este señor está llamando bobos
a centenares de miles de maestros y a los que estudiaron en ellas.

P.-Don Antonio, antes el maestro castigaba físicamente a los niños, y ahora se defiende,
¿quién es responsable de la violencia infantil?

R.-Supongo que, en gran parte, la televisión: necesitaríamos cuidarla un poco.

P.-No hablará de censura.

R.-No, no, de educación. La gente habla con una violencia, con una gesticulación...

P.-¿Se ha perdido la etiqueta?

R.-Pues en parte sí. La sociedad está mucho más avanzada, antes era demasiado pacata. Ni
aquello ni esto: en el medio siempre está la virtud.

P.-¿También hemos perdido el sentido de la familia?

R.-No, simplemente hay otra forma de quererse. Ha habido una evolución de la familia, que
no sólo no me parece mal, sino necesaria.

P.-¿Cree que los niños de hoy son más felices?

R.-No, sobre todo por los estudios: andan desesperados.

P.-Tienen más cosas.

R.-Ahora se vive mejor. Me parece bien lo que se ha ganado en libertades, sin pasarse, eh.

Epílogo

Sirvan estas líneas de humilde homenaje póstumo a un maestro nacional y escritor de una
de las obras que permanecerán ya en el recuerdo de todos los millones de alumnos que
estudiaron en ella, y a un sistema de enseñanza no tan malo ni nefasto como parecen
empeñados algunos en contarnos en “floridos pensiles” y otras obras burlescas de similar
jaez aparecidas en los últimos años y que, al contrario que la Enciclopedia Álvarez, sí
pasarán al olvido.

Eduardo CONNOLLY
Librería Caronte

CONNOLLY DE PERNAS, Eduardo, La Enciclopedia Álvarez: Una cincuentona de buen ver. Revista
de Bibliofília Hibris, Nº. 25, 2005, pags. 21-29

Fuentes consultadas:
VAZQUEZ, Miguel G y SIMON, Pedro, Tal como éramos, Diario: El día del mundo
21/10/1997

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PITA, Elena, Entrevista: Antonio Álvarez: El maestro de la Enciclopedia. La Revista, 7 de
diciembre de 1997

Entrevista radiofónica en ONDA CERO por Luís del Olmo a Antonio Álvarez. 3/03/1998

Notas

(1) Pedro Sainz Rodríguez (1897-1986), político, escritor e intelectual e historiador de la literatura
española que, desde su juventud dedicó la mayor parte de sus esfuerzos a la conspiración, primero contra
la República y después de 1940, desde su exilio en Lisboa y junto a Don Juan de Borbón, contra el propio
Franco. No fue un doctrinario político, pero si de sus escritos hubiera que deducir un ideario político,
este sería el de la monarquía tradicional y corporativa.

(2) Amando de Miguel, “Sociología del franquismo: análisis ideológico de los ministros del
régimen”, Euros, Barcelona 1975
(3) “La enseñanza de la historia en la escuela primaria durante el franquismo: la historia
de España y la enciclopedia Álvarez”

(4) VAZQUEZ, Miguel G y SIMON, Pedro, Tal como éramos, Diario: El día del mundo
21/10/1997
(5) PITA, Elena, Entrevista: Antonio Álvarez: El maestro de la Enciclopedia. La Revista, 7
de diciembre de 1997

(6) Se refiere a la Editorial ELMA, Tipografía Comercial, de Zamora. Ejemplares de esta


primera edición son verdaderas rarezas de coleccionista. El autor en entrevista radiofónica
dice que la primera edición fue en 1952 por eso la he señalado como tal, aunque las fichas
más antiguas que he encontrado señalan el año 1953

(7) Aquí empieza el baile de fechas habitual, en unos lugares se señala el 1953 como la
fecha de la primera edición por parte de Editorial Miñón, sin embargo en biblioteca
Nacional existen fichas bibliográficas de ejemplares de la anterior editorial (ELMA),
señalando que es la 3ª edición y con fecha 1954.

(8) y (9) PITA, Elena, Entrevista: Antonio Álvarez: El maestro de la Enciclopedia. La


Revista, 7 de diciembre de 1997

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Biografía de Don Antonio Álvarez elaborada
para el Diccionario de autoridades de la Real
Academia de la Historia

ALVAREZ PEREZ, Antonio. Ceadea de Aliste (Zamora) 19 Agosto 1921 – Alicante 14 Agosto del
2003. Maestro, escritor y editor

Don Antonio Álvarez Pérez, uno más de seis hermanos, nació en 1921 en un pueblo de Zamora de 50
almas, fue uno de los primeros habitantes del mismo en realizar estudios superiores, en este caso de
magisterio. En 1940, con 19 años, ya es maestro destinado en Asturias, donde permanece hasta 1944,
fecha en la que una vez aprobadas con el número 2 de la promoción las oposiciones a poblaciones de
10.000 habitantes, es trasladado a Zamora, en donde desempeñará su labor docente hasta 1956 fecha en
la que es destinado a Valladolid y ejerciendo hasta 1958, año en el que pide la excedencia para dedicarse
a la tarea editorial, pues ya no podía atender la escuela, aunque sigue siendo director honorario de un
centro en el que iba a probar las innovaciones y a escuchar sugerencias de los maestros e inspectores. Se
casó en el año 1949 con Magdalena María del Rosario HERNÁNDEZ NIETO, y tuvo tres hijos.

La obra que le ha hecho famoso y con la que han estudiado varias generaciones de españoles, la
“Enciclopedia Álvarez” nace de una necesidad que detecta el mismo autor en el mundo docente de la
época. Se echaba en falta un buen manual escolar que recogiera de forma ordenada y sistemática todos los
epígrafes del plan de estudios vigente. Don Antonio Álvarez, hombre ordenado y metódico, dedicaba su
tiempo libre a la tarea elaborarse una enciclopedia para uso propio, completa y actual. Sus compañeros
asombrados por la minuciosidad de los archivos que tenía, le solicitaban continuamente información,
sugiriéndole estos mismos que hiciese un libro recogiendo todas esas nociones recopiladas, y
acompañadas de ilustraciones, resúmenes y ejercicios prácticos. Se puso a ello. Dedicando 17 horas de
trabajo diario. La obra fue una creación exclusiva y personal suya, hasta el punto que las ilustraciones lo
fueron también de su mano en las primeras ediciones, aunque en las sucesivas fueron mejoradas por los
dibujantes de la editorial.

La Enciclopedia Álvarez queda elaborada en 1951, tras pasar la censura eclesiástica y política del
régimen: "O decías lo que ellos querían o le encargaban a otro la tarea" nos dice el autor. Tras varios
viajes a Madrid, empieza el peregrinaje editorial de Don Antonio, entonces un perfecto desconocido, al
que le rechazan la obra hasta cinco editoriales diferentes. Ello no le desanimó y consigue editarla un año
después, en 1952. Esta primera edición de su enciclopedia corrió a cargo de un modesto impresor de
Zamora, el señor Eduardo LÓPEZ, propietario de la Editorial ELMA, editando el primer grado de la
enciclopedia que servía para dos cursos, e iba dirigida a niños de entre seis y ocho años. Al carecer el
autor de contactos en el Ministerio de Educación Nacional, la forma de promocionarla fue el “boca a
boca” entre maestros. El éxito inicial fue tal, y tan sorprendente para todos, empezando por el propio
autor que pensaba que vendería unos miles de ejemplares nada más, que en 1953 la editorial Miñón de

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Valladolid se decide también a editarla. Las sucesivas ediciones se agotan a la puerta de la imprenta,
llegando a copar el 80% del mercado de libros de texto del momento. Se editaron el primer, segundo, y
tercer grado de la enciclopedia, El Parvulito, y la Enciclopedia de iniciación Profesional, además de
cuadernos de ejercicios, libros del maestro, etc. Desde 1958 se dedica en exclusiva a la labor editorial, e
incluso cuando años después las enciclopedias compilatorias caen en desuso en el sistema educativo
español y se pasa a un libro por asignatura, el autor aún colaboró y dirigió a otros autores en la
elaboración de los nuevos manuales.
Según las autorizaciones del Ministerio, se deduce que de la enciclopedia en sus distintos grados se
habrían vendido en España unos 22 millones de ejemplares, y de todas sus obras, incluyendo la
Enciclopedia, unos 33 o 34 millones. Todo ello sin incluir los miles de ejemplares de las reediciones
facsímiles que lleva a cabo la editorial EDAF desde 1997.

En relación al éxito de su obra Don Antonio Álvarez insistió en el método usado: "Los textos de hoy son
demasiado prolijos, los niños no los entienden, los padres no saben descifrarlos. Uno sólo sabe lo que
recuerda”

Eduardo CONNOLLY

Fuentes consultadas:

VAZQUEZ, Miguel G y SIMON, Pedro, Tal como éramos, El día del mundo 21/10/1997

PITA, Elena, Entrevista: Antonio Álvarez: El maestro de la Enciclopedia. La Revista, 7 de diciembre de


1997

DEL OLMO, Luís, Entrevista radiofónica a Antonio Álvarez. ONDA CERO, 3/03/1998

CONNOLLY DE PERNAS, Eduardo, La Enciclopedia Álvarez: Una cincuentona de buen ver. Revista
de Bibliofília Hibris, Nº. 25, 2005, pags. 21-29

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