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Jesús
Entrevista al pastor Juan Carlos Ortiz.
RESPUESTA: Al tratar con estos casos, nos damos cuenta que los chicos y chicas con estas
tendencias, en su mayoría, odia ser así. Muchos hacen lo posible para vivir una vida que llamamos
normal o al menos lo intentaron. Fuera de la iglesia evangélica muchos se han hecho sacerdotes o
monjas, para neutralizar el problema. Muchos otros se suicidan porque no se aceptan de la forma
que son. Entonces la Iglesia va a tener que enfrentar un día este problema de una manera nueva. Va
a tener que decidir. ¿los matamos a todos estos? ¿Los condenamos? ¿Se puede cambiar? ¿O los
tenemos que aceptar como son? Ya la iglesia está avanzando, aunque no sé si es avance o retroceso,
en que comienza a ver la posibilidad de casamiento de personas del mismo sexo. Esto solucionaría
parte del problema de pecado porque entonces a estas personas se les aplicaría las mismas
condiciones que a las personas heterosexuales respecto al matrimonio. Me refiero al vínculo donde
se espera fidelidad. Uno de los problemas que han enfrentado los homosexuales siempre ha sido que
sus relaciones tienden a ser furtivas en vez de estables. Quiero que quede claro que no estoy
promoviendo esto pero es una pregunta muy importante que debemos hacernos en términos
pastorales.
RESPUESTA: A mí se me ocurre que dentro de 15 años, la mayoría de las iglesias van a mirar la
homosexualidad con otros ojos. Porque así hemos estado viendo que sucedió en el pasado con otros
temas como que la mujer predique o el divorcio. Entonces la pregunta que nos debemos hacer es:
¿la iglesia se está acomodando al mundo? ¿La iglesia está aguando el Evangelio? ¿O es Dios en la
Historia que está enviando al mundo hacia más justicia? Porque era injusto que en un matrimonio
donde la mujer era abusada, maltratada, tuviera que quedarse con ese hombre para toda la vida.
Entonces el divorcio en muchos casos trajo un poco de justicia para la mujer. Los psicólogos no se
animan a decirlo, y muchos quisiéramos poder negarlo, pero hay un gran porcentaje de personas
que parecen no haber escogido su homosexualidad. Yo tengo un hijo homosexual. Nosotros lo
hemos vivido muy de cerca. Cuando él tenía apenas dos años lo mandamos a un psicólogo porque le
gustaban todas las cosas femeninas. No le gustaba el deporte, le gustaba jugar con muñecas.
Peinaba muñecos y fue así que él descubrió con angustia y tristeza su problema. Y lo comunicó a
nosotros diciendo que como éramos ministros, él iba a desaparecer. Un día nos dijo: “Voy a ir al
África o a Europa, y ustedes no van a verme nunca más”. Nosotros le dijimos “¡Estás loco! Eres
nuestro hijo, te queremos así”. Así que aunque no puedo generalizar yo sé que en el caso de él no
fue una elección, sé que lo descubrió. Por eso hacia el futuro veo que, aunque no tiene una solución
como desearíamos, creo que se tratará a estas personas tal como se tratan a los heterosexuales y que
se pondrán las mismas reglas de juego. Que una persona que tiene esa condición, que no es
únicamente sexual tampoco, es una cuestión sentimental, pueda estar con la persona que ama.
Debemos entender que el homosexual se enamora de otra persona de su mismo sexo, y aunque no
tenga sexo, lo quiere, la quiere ayudar, quiere que se sienta bien, le hace regalos, tal como un
muchacho a una novia cuando está enamorado y no tiene sexo. Entonces es más que satisfacer un
deseo sexual, es satisfacer una necesidad emocional, psicológica de amistad. Pero cuando hay un
casamiento, hay un compromiso y sucede cómo decía el famoso teólogo Bonhoeffer: “Cuando uno
es soltero y novio, los sentimientos mantienen el compromiso. Pero cuando uno es casado el
compromiso mantiene al sentimiento”. Igual podría pasar en personas en esta condición; que tengan
un compromiso para que no vivan una vida totalmente disoluta.
RESPUESTA: Lo que pasa es que cuando un muchacho está saliendo siempre con el mismo amigo,
la gente empieza a murmurar. Entonces cambia de amigo y cambia de amigo. Son despreciados y se
los empuja hacia el bar de los gays, hacia una vida terrorífica. Sé por mi hijo. No logré ir, pero mi
esposa sí lo acompañó al bar de los gays, porque mi hijo nos empujaba a ir para predicarles.
Recuerdo que me decía “Papá, dame ese cassette de aquel mensaje, que dice...” y a la mamá la
decía: “Mamá ven a hablarle al Señor a éstos porque los padres lo echaron de la casa, y me
preguntan cómo a mí no me echaron y entonces les explico que mis padres son pastores, son
creyentes”. Mi hijo leía su biblia, oraba; él vivía como un creyente pero era gay. No había en la
iglesia una clase para gays. Así que él tenía que irse al mundo, al bar. Y bueno. (hace un silencio y
se le nubla la mirada con lágrimas) él murió de SIDA.
PREGUNTA: ¿Cómo convivieron con esta situación?
RESPUESTA: (Se repone y enérgico responde) Nosotros tenemos mucha experiencia en eso.
Hemos hecho algunas decisiones. Mi pensamiento es “¿Qué sería del mundo heterosexual si el
matrimonio estuviera prohibido...?”
RESPUESTA: Pero pensémoslo. sería lo mismo que el mundo homosexual. Claro uno dormiría con
cualquiera para que no lo pesquen porque estaría prohibido el matrimonio. Igual pasa con ellos. Se
los empuja a una vida totalmente licenciosa, horrorosa, ni pensar donde estos chicos se meten. Es
como la pornografía que miran un poquito y luego necesitan, más y más y termina siendo un
desastre. Soy bastante progresista en cuanto a esto porque lo hemos experimentado en carne propia.
Otra vez, no estoy promoviéndolo, pero como estadista cristiano, estoy profetizando casi que dentro
de 15 o 20 años la mayoría de las iglesias van a aceptar el matrimonio de personas de esta
condición. Porque eso va a aliviar, va a mejorar la condición de estas personas, si es que se usan las
mismas reglas.
RESPUESTA: Hablé con algunos que testificaron que cambiaron. Pero pregunté “¿Ustedes sienten
atracción hacia una mujer como antes hacia un hombre?” Y respondieron: “No, es una lucha”.
¡Entonces no cambiaron! Lo que han hecho es que se controlan, como lo hace una persona que
empieza una dieta alimentaria. Enamorarse no es como decir, no voy a comer por un día. No va a
dejar de comer para toda tu vida. Uno puede decir hoy resisto la tentación, pero mañana, pasado…
es una cosa constante. Es muy difícil.
PREGUNTA: Dígame ¿cómo ayudar a la pastoral juvenil a entender esto que me está
contando? Porque quizás el primer discriminador es el líder que está escuchando el
testimonio o confesión de la persona que está en esta situación.
RESPUESTA: ¡Claro! Yo les comprendo porque éramos todos iguales, cuando tengan un hijo en
estas condiciones puede pasar dos cosas o lo echavn de la casa, lo defenestran o comienzan a pensar
diferente.
PREGUNTA: Sí, pero ¿cómo pensar diferente?
RESPUESTA: A mí se me ocurre que es difícil, como mencioné antes. Nos pasó igual con el
divorcio. Hasta que no hubo un divorcio en la familia, nunca revisamos el tema. Siempre nuestra
respuesta era un NO. Rechazábamos a los otros, pero cuando era un ser querido nuestro, los
queríamos mantener juntos hasta que un día casi hubo un asesinato. Un marido violento que se
ponía a caballo de nuestra parienta y un cuchillo en la garganta gritándole “¡Te voy a matar, te voy
a matar!” y nosotros manteníamos que siguieran. Luego ellos fueron a los Estados Unidos; ella le
contó a su pastor y el pastor los hizo separar. Ese pastor la escondió, la llevó a un lugar secreto por
temor a la vida de esta mujer. Eso lo aceptamos porque nos pasó en carne propia. De manera que,
volviendo al tema, no tengo una respuesta. Es posible que publicaciones como ésta, Líder Juvenil,
pueda en confianza, por lo menos, abrir el tema. Creo que Dios va guiando de una forma
imperceptible, y tristemente a veces Dios tiene que usar a los inconversos para hacer los cambios
sociales. Porque la Iglesia siempre llega atrás, llega a lo último cuando ya no puede hacer nada.
Sería la Iglesia la que debe mover la justicia, porque la forma en que se trata a los homosexuales es
injusta. Son seres humanos y se los desprecia. Están acomplejados y avergonzados. Ellos huyen de
la Iglesia, pero hombres como mi hijo no huyen del Señor. Yo creo que el Señor no lo desechó, pero
la Iglesia sí. Nosotros no aprobábamos su vida. Él recién hizo un retorno a la Iglesia cuando llegó
enfermo, los últimos años los vivió muy consagrado, pero enfermo. Ya sabía que iba a morir.