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Hace poco más de un siglo nuestros antepasados todavía se alumbraban con velas y
candiles, se desplazaban en caballerías, viajaban en barcos, se calentaban con leña o
carbón y se comunicaban escribiendo cartas que tardaban varios días o meses en llegar.
Es decir, con algunas pequeñas mejoras, utilizaban los mismos medios de
comunicación, producción y subsistencia que se habían utilizado a lo largo de miles de
años. Y en un tiempo record hemos pasado del caballo a la nave espacial, de la espada
de madera y las muñecas de trapo a los juegos de ordenador, y de la carta escrita con
pluma a la telefonía móvil e Internet, sin olvidar el resto de avances científicos y
tecnológicos que han transformado profundamente nuestra vida y hábitos, eso sí, con
resultados dudosos para nuestro equilibrio global.
Estamos viviendo un periodo histórico que parece confirmar el tan pregonado cambio de
era que tiene lugar cada 2155 años aproximadamente. Hay quienes afirman que ya
hemos entrado en la era de Acuario mientras que otros dicen que todavía está por llegar.
Pero en realidad poco importa la etiqueta que le pongamos a este periodo de
transformaciones sin precedentes, que se inició a principios del siglo XX con la
creciente industrialización, la aparición del automóvil, los primeros vuelos de aviones, el
cine, la radio, la televisión y toda una serie de descubrimientos que hubiesen dejado
perplejos a nuestros antepasados de hace tan sólo un par de generaciones.
La astrología mundial es una especialidad que estudia los ciclos planetarios con el
objetivo de tener una visión comprensiva de los procesos sociales y acontecimientos
colectivos que afectan a la Tierra. Un primer paso es observar los planetas más lentos,
Urano, Neptuno y Plutón, en su tránsito por los signos. El astrólogo Dane Rudhyar (1895-
1985) calificaba de “fertilizantes” a los tránsitos de estos planetas, y decía que a su paso
por los signos despertaban y eran portavoces de las cualidades asociadas al signo
transitado. De forma general:
Urano se relaciona con las ideas colectivas. El ciclo de este planeta en torno al
zodíaco es de 84 años, y su tránsito se caracteriza por el rupturismo con
respecto a los valores sociales vigentes representados por el signo transitado.
A la vez, apunta hacia un nuevo modo en la expresión de dichos valores.
Neptuno se relaciona con los sentimientos colectivos. El ciclo zodiacal de este
planeta es de 165 años, y su tránsito revela los sueños, valores idealizados y
anhelos inconscientes del colectivo, simbolizados por el signo que transita.
Podemos observar su expresión externa en la seducción de las modas y en los
movimientos sociales del momento.
El tránsito de Plutón
El tránsito de Plutón es el más lento de los tres planetas mencionados, por lo que
cuando entra en un signo actúa durante largo tiempo, en base a la energía que
representa, haciendo emerger a la superficie los factores simbolizados por el signo
transitado. Si tomamos como ejemplo sus últimos pasos por signos, vemos que entre
1983 y 1995 Plutón transitó por Escorpio, signo del que es planeta regente y cuyo
simbolismo está asociado a los procesos tanto autodestructivos como
autoregenerativos que pueden vincularse claramente con la ecología.
Con respecto a este significativo 2008 hay que señalar que Plutón entró en el signo de
Capricornio el 26 de enero, luego en su movimiento retrógrado volvió a Sagitario el 14 de
junio, y al volver a su movimiento directo, entró definitivamente en Capricornio el 27 de
noviembre, donde permanecerá hasta el año 2024. Capricornio es un signo que se
relaciona con las estructuras sociales, la política y la economía, por lo que la entrada de
Plutón en este signo hacía presagiar profundas transformaciones en estos ámbitos. Por
otro lado, sus desplazamientos en 2008 a caballo entre los signos de Sagitario y
Capricornio parece expresar una síntesis de ambos signos en un año en que salieron de
la sombra los excesos, imprudencias y maquinaciones económicas de los sectores
financieros.
En sus ciclos individuales, Júpiter tarda 12 años en dar una vuelta entera al zodíaco,
Saturno 29 años y medio, Urano 84, Neptuno 165 y Plutón 248 años aproximadamente.
Mientras que en sus ciclos combinados los periodos están condicionados por las
velocidades de los planetas implicados, tal y como puede verse en la tabla, donde
también se señala el año de inicio más próximo al momento actual:
El momento más intenso de un ciclo combinado es el que corresponde a la conjunción,
pues señala el inicio de una relación que se desarrollará a lo largo de los años
siguientes. Hay que señalar que en los raros momentos históricos que participan más de
dos planetas en un inicio de ciclo son de esperar cambios especialmente significativos.
Esto es lo que ocurrió entre 1988 y 1991 con la triple conjunción de Saturno-Urano-
Neptuno en Capricornio, evento que solamente tiene lugar cada 500 años y que tuvo su
momento álgido en 1989 cuando Júpiter hizo oposición a estos tres planetas desde el
signo de Cáncer. Recordaremos que fue precisamente en esas fechas cuando cayó el
muro de Berlín y se inició la desintegración de la Unión Soviética, dando lugar a una
nueva correlación de fuerzas en el orden mundial y a la desaparición de las tensiones de
laguerra fría entre los dos grandes bloques formados por los USA y la URSS. El
astrólogo francés André Barbault en su obra Le Pronostic Experimentale en Astrologie,
publicada en 1973, ya se refería a esta triple conjunción y señalaba en relación a las dos
grandes potencias del momento:
Todo esto nos lleva a observar que el 2010, precisamente el año que Urano entrará en el
signo de Aries, se forma una figura de tensión en la que participan Júpiter, Saturno,
Urano y Plutón. Tan sólo Neptuno parece permanecer relativamente ajeno a esta
configuración planetaria que en argot astrológico denominamos "Cuadratura en T en
signos cardinales". Urano en Aries nos remite a situaciones nuevas e imprevistas no
exentas de brusquedad, pero el momento de máxima tensión lo tenemos para el 10 de
Agosto de ese año, tal y como puede verse en la siguiente carta astral:
Esta configuración revela una evidente tensión entre unos valores conservadores que
buscan perpetuarse mediante alianzas (Saturno en Libra) enfrentados a posiciones
ideológicas radicales y beligerantes en donde no es de excluir el fanatismo religioso
(Urano-Júpiter en Aries). Todo ello con el arbitraje de Plutón en Capricornio que recibe
esa tensión de ambas partes y que hace pensar en una salida abrupta que transforme en
profundidad las estructuras sociales, económicas y políticas tal y como las conocemos.
Y esto sin descartar otras posibles interpretaciones de esta configuración, relacionadas
con perturbaciones geológicas o atmosféricas que podrían hacer todavía más
complicada la situación.
En el 2011, Neptuno en su ciclo de 165 años entrará en Piscis (signo del que es planeta
regente), luego retrocederá unos meses a Acuario, para entrar definitivamente en Piscis
el 3 de Febrero de 2012 donde permanecerá durante catorce años. Es precisamente a
finales de ese año cuando, según el calendario maya, acaba un ciclo que se inició el 13
de Agosto del 3113 a.C. (14 de Agosto del 3114 a.C. según el calendario Juliano) y que
acaba el 21 de Diciembre de 2012. Las especulaciones con respecto a esta fecha son
abundantes y van desde predicciones sobre cataclismos naturales y guerras mundiales,
a eventos en los que intervendrían fuerzas cósmicas o visitaciones extraterrestres. Por
otro lado, fuentes científicas de la NASA hablan de un aumento en las manchas solares a
partir del 2010 ó 2011, que tendrían repercusiones importantes en nuestro planeta. En
realidad es difícil asimilar tal aluvión de teorías, pero de lo que no cabe duda es que
existen indicadores de procedencias muy diversas que parecen coincidir en que algo
está pasando y que algo se avecina.
Igualmente, desde la perspectiva astrológica que nos ocupa, vemos que los planetas
para el 21 de Diciembre de 2012 no presentan la situación de tensión extrema que
pudimos ver en la carta astral del año 2010. Esto es algo que parece confirmar el Índice
Gouchon, un método de investigación astrológica actualizado y divulgado por el
veterano astrólogo André Barbault, en donde se suman las distancias angulares entre
los cinco planetas lentos y después se anotan los resultados de forma grafica, año por
año, para el periodo que se quiere investigar. En la gráfica se observa que cuando la
línea desciende hay un aumento de la tensión internacional y que cuando la línea sube
disminuye esa tensión. Tomando el periodo actual vemos una curva descendente hasta
el 2010, seguida de un breve remonte hasta el 2014 y después un pronunciado descenso
que tocaría fondo hacia el 2022 para luego remontar de nuevo.
En base a estos datos, parece que en el 2012 estaríamos en una situación más favorable
que en 2010. No obstante, si nos interesamos por la carta astral de esa mediática fecha
del 21 de Diciembre de 2012 veremos un aspecto tenso de cuadratura entre Urano y
Plutón (relacionado con cambios bruscos e intensos) que estará activo hasta el 2015.
Igualmente destaca una configuración (denominada Yod) que involucra a Saturno-
Plutón-Júpiter siendo éste último el planeta llamado focal. Esta configuración señala una
presión subliminal por parte de Saturno y Plutón hacia lo significado por Júpiter, quien
tiene la difícil tarea de conjugar principios de conservación y de transformación al
mismo tiempo, y de realizar ajustes regenerativos con respecto a valores filosóficos,
religiosos y espirituales, que son atributos jupiterianos. Encontrar el compromiso de
esta síntesis no parece fácil, aunque lo señalado por esta configuración no parece estar
demasiado lejos de los reajustes que según las profecías mayas deberíamos hacer si
queremos dar un salto cualitativo, en lo que a nuestra conciencia se refiere.
La carta astral siguiente del 21-12-2012 está construída para el solsticio de invierno
(momento de entrada del Sol en Capricornio):
José Royo
Noviembre 2008