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'Universidad, ¿Pública?

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«Se han percibido síntomas suficientes de que la convergencia europea se está
realizando desde un enfoque mercantilista».

SALVI TURRÓ
Decano de la Facultad de Filosofía de la U. de Barcelona

Así se manifiesta uno de los tantos (millares) de profesores universitarios


que han dado la voz de alarmar de lo que supone la instauración del EEES (Espacio
Europeo de Educación Superior). Vamos hacia la universidad mercantilizada, donde
lo primordial deja de ser que el alumno aprenda unos conocimientos determinados
que le sirvan más allá de su futura labor profesional. Además de ello, con la
reforma, las empresas deberán, de alguna forma y no completamente, financiar a
las universidades. Concretamente a los grados que determinen conveniente, lo que
derivará en la eliminación paulatina de los grados no rentables, económicamente
hablando. Con todo ello, el EEES pretende igualar el sistema universitario europeo
(ya me dirán que pinta Canarias en todo esto) con el americano, poniéndolo en sus
mismas tasas de calidad y competitividad (véase este término traducido a “buenos
esclavos”)

De todo lo mencionado, me quedo con lo más sutil e importante, la


financiación universitaria. Lo propuesto por el “EEES” es una contradicción más de
la economía de mercado, ya que se convertirá en financiar lo rentable, invertir en lo
que dé dinero. Puro estilo neo y proto liberal.

Ante esto y la inminente llegada del ya temido “EEES” - recordemos que


será obligatorio a partir de Septiembre de 2009- sólo nos cabe sugerir un nuevo
modelo de financiación universitario, más justo con el estudiante y con el ente
público. Para ello debemos exigir a las empresas, a las grandes, intervenir y
financiar el sistema universitario de forma indirecta. En contra de lo que se
pretende, financiar directamente un determinado grado o postgrado, debemos
exigirle a la patronal que financie la universidad en su conjunto, a través de un
modelo concreto de fiscalización que ayude y financie a todos los grados por igual,
así como al ente universitario en sí.

Para justificar lo expuesto no hay que comerse el seso. Simplemente, ¿Acaso


no es la empresa privada, las grandes empresas privadas, las mayores beneficiadas
de la alta cualificación de sus empleados? Siendo así, ¿Por qué la administración
pública y los estudiantes tienen que costearse su preparación, sabiendo que la
empresa privada es la beneficiaria mayor de ella?

Así, no decimos que las empresas deban costear todo el proceso y sistema
universitario, pero que sí debe hacerse cargo de una parte considerable de éste,
para, entre otras cosas, evitar al alumno del pago de esas cuantiosas y abusivas
matrículas que hacen de la universidad una institución de todo menos pública.

Lorenzo Del Cristo Méndez González (miembro de APC-Gran Canaria)

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