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HOMEOPATÍA Y PROFILAXIS

Embarazo, parto y puerperio

La mejor profilaxis contra las enfermedades consiste en elegir unos padres con una
salud a prueba de bombas.
Sin embargo, esta elección no es de las más fáciles, pero la Homeopatía puede
intervenir proporcionándole al niño un escudo contra las posibles afecciones que los
padres le transmitirían, aunque involuntariamente, ayudándole a nacer sano.
Hemos de considerar además que el embarazo, pone a prueba la salud de la madre
causándole una serie de molestias o incomodidades --una madre que vomita, por
ejemplo, alimenta mal a su hijo-- y hasta verdaderas enfermedades (la anemia es la más
común) de modo que puede hacerle difícil al feto construirse una salud decente.
El ideal homeopático consistiría en erradicar las enfermedades de la madre o sus estados
diatésicos con uno o más medicamentos bien elegidos. Desgraciadamente esto no es
posible. El propio Hahnemann había recomendado vivamente este procedimiento,
sugiriendo que se emplease Sulphur si no se podía hallar el remedio.

Tratamiento durante el embarazo


El esquema terapéutico usado corrientemente y que tiene que ser administrado lo más pronto posible, es el siguiente:

Sulphur 200 CH, una dosis para comenzar.

Seguidamente nos ocuparemos de combatir y posiblemente impedir la producción de las


toxinas de los miasmas más comunes, y evitarle al feto cualquier contagio. En realidad
partimos del supuesto de que cada uno de nosotros --quien más, quien menos-- estamos
afectados por los miasmas hahnemannianos.
Luesinum 200 CH, una dosis, pasados 20 días, después de Sulphur. Dado que el
esbozo del SNC (sistema nervioso central) es el primero en constituirse, el bioterápico
de la sífilis defenderá el cerebro del recién nacido de cualquier posible, aunque remota,
influencia nociva. Se sabe que la sífilis puede afectar al cerebro.
También es importante tener en cuenta otros dos nosodes o bioterápicos. Si entre los
familiares hay o ha habido casos de tuberculosis o cáncer, será oportunísimo cortar estas
herencias que pueden ser gravísimas, utilizando Tuberculinum 200 CH para la posible
tuberculosis e Hydrastis 30 ó 200 CH, contra del cáncer.
Los homeópatas que emplean estos remedios se encuentran sumamente satisfechos. Los
niños que nacen tienen cuatro características que los hacen maravillosos: comen, ríen,
duermen y resisten las enfermedades infecciosas que, cuando aparecen, se desarrollan
de manera tan moderada que no requieren tratamiento.

Parto
Llegados el momento del parto, sabemos que suele ser temido por la primípara; sin
embargo no es raro que la multípara sienta aprehensión ante un nuevo parto.
El medicamento homeopático permite ayudar en el conjunto de fenómenos mecánicos
dolorosos que constituyen que constituyen los dos primeros períodos del parto:
dilatación del cuello uterino y salida del bebé. El tercer período es el de las salidas de
los anexos (placenta y membranas).
Lógicamente no hablamos de los partos que escapan a la homeopatía (pelvis estrecha,
mala implantación placentaria, etc). En los casos normales hay también varios
medicamentos de los que mostramos su eficacia:
A los primeros síntomas previos al traslado a la clínica, se alternará Actea racemosa
con Caulophyllum 7 ó 9 CH, 3 gránulos cada media hora o bien cada 15 minutos, una
vez en el hospital (se alarga el momento del parto), se acortarán las tomas a 5 ó 10
minutos.
En caso de no querer "llamar la atención", se puede utilizar otra táctica que quizás sea la
más práctica: Antes de salir para la cínica, tomará una dosis de Actea racemosa 30 CH.
Una vez en el centro, volverá a tomar una dosis de Caulophyllum 30 CH, y a esperar...

Hay que decir que, aunque no existen estadísticas, el parto de estas madres se efectúa
habitualmente de una manera mucho más rápida y menos traumatizante de lo
acostumbrado.

Puerperio

Después del parto, la madre está fatigada, con persistencia de dolores en la región
perineal debidos a los esfuerzos realizados. Puede ser normal observar fiebre moderada
o se podría presentar un principio de infección, lo que es excepcional si el parto ha
tenido lugar en buenas condiciones higiénicas.
Tenemos tres medicamentos útiles para la atenuación de los dolores, por una parte, y
para la disminución de la fatiga por otra, y asímismo para la prevención de todo riesgo
de infección:
Arnica: está indicada ante todo traumatismo muscular. Trata en este caso los dolores
perineales y las hemorroides debido al trabajo de expulsión; también tiene un papel
preventivo en las pacientes con problemas vasculares. asimismo previene el riesgo de
fiebre. Tomar Arnica 9 CH, 5 gránulos cuatro o cinco veces al día, durante 8 a 15 días.
China: es un medicamento útil en todos los puerperios con pérdida de líquidos
orgánicos (loquios). Especialmente indicado en la fatiga post-partum. Tomar China 9
CH, 15 gránulos cada noche durante una semana.
Pyrogenium: Permite prevenir el peligro de infección. Con este fin se administra
sistemáticamente después del parto. Tomar Pyrogenium 9 CH, 5 gránulos al
despertarse, durante 8 días.
También constituye una práctica eficaz la de tomar, después del parto, Pyrogenium 9
CH, (5 gránulos al despertarse) + Arnica 9 CH, (5 gránulos cada 2 horas durante el día).
Espaciar las tomas según se vaya presentando la mejoría.

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