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Los nombres de los demonios

La gente suele creer que las palabras diablo y demonio son


sinónimos, y como tales los usa. Pero la Sagrada Escritura no
usa estas dos palabras como sinónimos. Por lo que dice la
Biblia del Diablo, éste es un espíritu muy superior al resto de
jerarquías demoníacas. La palabra Diablo o Satán o Beelzebub
siempre son usadas en singular, así como sus otras
denominaciones equivalentes (la Serpiente, el Dragón, etc).
Mientras que la palabra demonio aparece unas veces en
singular y otras en plural.

La palabra hebrea Satán significa adversario, su traducción al


griego es la palabra Diabolos, de la raíz dia-ballo, dividir, el
significado de Diablo sería quien pone división, y su sentido
derivado sería calumniador. En arabe la palabra Satán significa
macho cabrio.

Belial o Beliar, de la raíz Baal que significa el señor, es otra


forma de nombrar a Satanás en el Nuevo Testamento. El
símbolo de Baal es el toro, frente a la ferocidad del toro, o de
la cabra, se contrapone la mansedumbre del cordero, símbolo
de Jesucristo

Beelzebul (o Beelzebub) significaría príncipe del estiércol, o


príncipe de las moscas. Si mezclamos la palabra aramea be´el
(que significa señor) con la palabra hebrea zebul (que significa
casa) sería entonces señor de la casa.

El Diablo aparece en la Sagrada Escritura con las siguientes


denominaciones además de las ya dichas antes:

el Acusador ,
el Enemigo,
el Tentador,
el Maligno,
el Asesino desde el principio,
el Padre de las mentiras,
el Príncipe de este mundo,
la Serpiente,

Lucifer es una denominación que no se haya en la Biblia, y


significa estrella de la mañana. La simbología sería que las
estrellas representan a las naturalezas angélicas, la luna a la
Virgen María, y el sol -el astro rey- representaría a Dios. El día
primero de la creación, en que se separa la luz de las tinieblas,
la luz representaría la creación de los ángeles
bienaventurados, mientras que la noche la defección de los
ángeles rebeldes, Satanás sería el lucifer, es decir la estrella
primera que anuncia la noche, la primera defección que
apareció en el cielo crepuscular. De ahí que el nombre de
Lucifer le conviene por la belleza de la estrella que
corresponde a su naturaleza angélica superior a las otras, y
por ser la primera estrella del crepúsculo. Algunos traducen
erróneamente la palabra latina lucifer como el que lleva la luz,
pero eso es un error ya que ese significado corresponde a la
palabra luciferarius.
Este nombre de Lucifer se le aplicó a Satanás cuando algunos
Santos Padres se dieron cuenta de que las palabras del profeta
Isaías sobre el gran príncipe babilónico convenían
perfectamente al Diablo, la estrella de la mañana que cae
desde los cielos por su orgullo.

¿Cómo has caído del cielo


astro rutilante,
hijo de la aurora,
has sido arrojado a tierra,
tú que vencías a las naciones?
tú dijiste en tu corazón: el cielo escalaré,
por encima de las estrellas de Dios elevaré mi trono. (...)
Por el contrario , al seol has sido precipitado.
Is 14, 12-15

Aquí, en esta obra, hago uso de la palabra Lucifer como


sinónimo del Diablo. Sin embargo algunos, entre ellos Don
Gabriele Amorth, consideran que Lucifer es un demonio
distinto de Satanás, Lucifer sería el segundo en dignidad
dentro de los ángeles caídos. No obstante, la tradición no ha
distinguido entre estos dos términos. Ya Orígenes en el siglo III
los usa como sinónimos y, francamente, yo pienso que no hay
sólidas razones para considerar que son dos espíritus y no uno.

En el libro de Tobías aparece el nombre de un demonio:


Asmodeo (del persa Aaesma daeva) que significaría "espíritu
de cólera".
El nombre de Lilith (Is 34,14) es un hapax (* ) que siempre ha
sido considerado como una figura demoníaca. En la mitología
mesopotámica ese nombre corresponde a un genio con cabeza
y cuerpo de mujer, pero con alas y extremidades inferiores de
pájaro. Su nombre es muy probable que esté relacionado con
"lylh" que significa "noche".
En Is 13, 21 y Bar 4, 35 aparecen los "seirim" que se podría
traducir como los "peludos", deriva del hebreo "sa´ir" "peludo"
o "macho cabrio"), San Jerónimo optó por traducir esa palabra
como "sátiros", traducción sumamente acertada pues esa
palabra hebrea se consideraba que designaba a algo así como
demonios en forma de machos cabríos. Esta palabra designaría
antiguas entidades demoníacas a las que se tributaría culto,
"no sacrificarán más sus sacrificios a los sátiros, tras los cuales
se prostituían" (Lev 17,7).
En Ap 9,11 se nos dice Ael ángel de abismo, cuyo nombre es en
hebreo Abaddón y en griego tiene por nombre Apolyon.. El
nombre de Abaddón significa "perdición, destrucción".
Apollyón significa "destructor".

La palabra griega daimon significa genio (bueno o malo), si


bien en el Nuevo Testamento se utiliza sólo para designar
espíritus malignos. Con la excepción de He 17, 18, en que tiene
el significado genérico de "divinidades". En el ambiente
pagano de la época clásica, los puntos de referencia al hablar
del concepto demonio son muy diversos pues consideraban
que existían fantasmas, eones, espíritus de la naturaleza,
mediadores, almas de ciertos difuntos, genios buenos y genios
malos, etc.

La palabra espíritu inmundo y demonio se usan


indistintamente, así la mujer sirofenicia dice que su hija está
poseída del demonio en Mateo, y en Marcos dice que tenía un
espíritu inmundo

Los distintos nombres con que se designa a los demonios son:

-espíritu sordo; Mc 9,25


-espíritu mudo; Mc 9,17
-espíritu impuro; Mc 1,23
-espíritu maligno; Lc 7,21
-demonio impuro; Lc 4,33

En el Evangélio aparece una vez la palabra lunático (Mt 17,14).


Esta palabra en la antiguedad podía referirse tanto a la
epilepsia como a la posesión, y deriva de la creencia de la
influencia de la luna sobre los estados de crisis de estas
personas.

Energúmeno es otra forma de designar a los poseídos, viene


de la palabra energía, por la fuerza que desplegaban en los
estados de crisis.

Luzbel es otra forma extrabíblica de denominar al Diablo.

Mefistófeles es el nombre del demonio que aparece en la obra


Fausto de Goethe. En las antiguas leyendas germanas aparece
este personaje infernal como compañero del doctor Fausto y
con el nombre Mefostofies, cuya antiguedad data del año
1587. La forma actual y corriente de este nombre se ha
generalizado por la influencia de Goethe. Su etimología más
probable es la que se origina de Megistophiel, Ophiel (del
griego Aophis@, serpiente) era un sobrenombre de Hermes
Trismegisto que en la antiguedad era el patrono de los
hechiceros, resucitado en la literatura del s. XVI y clasificado
por ésta entre los siete grandes príncipes infernales.

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