LECTURA COMPLEMENTARIA
Ochoa de Alda, |. (1995)
Enfoques en terapia familiar sistémica.
Barcelona: Herder.
Pags. 93-107‘Terapia del Grupo de Milin
Fuentes_
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“McGoldrick, M. y Gerson, R.(1987), Genogramas en la evaluacin familiar, Ge-
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Palazzoli, MS., Boscolo, L., Cecchin, G. y Prata,G. (1978), A ritualizaed pres-
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LA ENTREVISTA CIRCULAR COMO INTERVENCION
Karl Tomm, profesor en el Departamento de psiquiatria de la
Facultad de medicina en la Universidad de Calgary y director de!
Programa de terapia familiar en la Clinica médica de dicha univer
ssidad es, junto con los integrantes del antiguo Grupo de Milén, uno
de los autores que més se mantienen en la ortodoxia sistémica, eva-
Iuando el sintoma dentro de su contexto relacional familiar e insti-
tucional.
‘Tomm, al igual que Boscolo y Cecchin, postula que la entrevista
circular puede ~en numerosas ocasiones— generar el cambio, sin ne-
ccesidad de recurrir a intervenciones adicionales al final de la entre-
vista, El cambio se suscitarfa a través de las implicaciones de las
Preguntas del terapeuta y/o a través de las respuestas verbales y no
vverbales de los miembros de Ia familia (Penn, 1982). Mas atin, este
autor considera la entrevista completa como un conjunto de inter-
venciones continuas. En este sentido sefiala que los miembros del
Grupo de Milén planifican detalladamente todos sus movimientos a
10 largo de la sesién y no tinicamente en la pausa previa a la inter-
venci6n, y que constantemente estén tomando decisiones cons-
ciente o inconscientemente para favorecer el cambio (Tomm, 1984).
A. Direetrices dela entrevista,
Las directrices son posturas terapéuticas conscientes y no cons-
ccientes, que facilitan las acciones deseadas por el terapeuta y limitan ,
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La entrevista circular como intervencién
las no deseadas. A las posturas clésicas del Grupo de Mildn de hipéte-
sis, circularidad y neutralidad, Tomm afiade el disefio de estrategias.
A.L. Generaci6n de hipétesis
Con objeto de explicar tentativamente qué ocurre en el sistema fa-
miliar, el terapeuta busca nexos entre datos aportados por la familia,
observaciones de las interacciones familiares, su experiencia personal
¥y sus conocimientos previos. Como mencionébamos en el capftulo 5,
las hip6tesis ordenan y guian la recogida de la informacién y, cuando
son confirmadas, permiten disefiar una intervencién adecuada.
‘2. Cirewlaridad .
La circulatidad es la capacidad que debe poseer el terapeuta
para confirmar o falsar sus hipStesis a partir de la informaci6n eli-
citada en Ia familia como respuesta a sus preguntas. Esta capacidad
puede basarse en el afecto o en Ia obligacién, pudiendo alternarse
ambas posturas a conveniencia durante la entrevista. Cuando
sume una postura basada en el afecto, el terapeuta atiende selecti-
‘vamente a aquellas diferencias en las respuestas de la familia que le
ofrecen Ia oportunidad de apoyar su desarrollo como personas au-
ténomas. La circularidad basada en la obligacién consiste en aten-
der selectivamente a las respuestas de los miembros del sistema
familiar que proporcionen «aperturas» para que el clinico sea tera-
péuticamente eficaz (Tomm, 19872).
A3. Neutralidad
‘Como concepto general, 1a neutralidad reside en 1a adopcién
por parte del terapeuta de una posicién en la que no tome partido
por nadie ~explicita o implicitamente— y en la que acepte las ideas,
valores, metas y creencias de todos los componentes de la familia,
Siendo neutral evita formar parte del juego familiar y protege su
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‘Tipologta de preguntas
capacidad para introducir algo nuevo en Ia familia que altere Ia
epistemologta de sus miembros, favoreciendo un cambio de juego.
No obstante, el autor distingue diversas modalidades de neutra-
lidad: indiferente, positiva, distante y estratégica (Tomm 19872).
En el primer caso, la actitud del terapeuta es atender y aceptar todo
de la misma manera. Sin embargo, presenta el riesgo de transmitir
tuna falta de interés por las personas en cuanto seres humanos tni-
cos. La neutralidad positiva es més diferenciada que la anterior y
supone aceptar a os integrantes del grupo familiar como personas,
independientemente de su forma de ser. Para lograrlo, el terapeuta
confirma a los miembros de la familia, mejorando asf la compene-
traciGn y Ia alianza terapéutica. En el tercer caso, el clinico adopta
luna metaposicién, una postura de observacién profesional, que le
‘mantiene un tanto alejado del sistema familiar. Por Gltimo, la neu-
tralidad se utiliza como una estrategia para facilitar el cambio més
{que como una postura de aceptacién en sf misma. Un compromiso
estratégico con la neutralidad evita que el terapeuta se conduzca de
forma rigida y violenta en su intento constante de alcanzar el cam-
bio. La ausencia de confrontacién permite que la familia acceda
‘con més facilidad a una soluci6n eficaz de su problema.
a ella, establecer dis-9
La entrevista circular como intervencién
tinciones relevantes acerca de las experiencias conductuales y epi
temol6gicas de sus miembros y generar explicaciones clinicas tti-
les respecto a sus problemas.
Los cuatro grandes apartados de preguntas son: las lineales, las,
circulares, las estratégicas y las reflexivas (Tomm, 1988).
B.1. Preguntas lineales
Al comienzo de Ja entrevista el terapeuta hace preguntas para
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