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ya no atraa las miradas cuando entraba en un restaurante. As que puede ser cierto
que estuviera coqueteando con Philip, pero no conscientemente -al decir esto, s
e volvi hacia todo el grupo-. Mea culpa, me gusta que me admiren; me gusta sentir
me querida, adorada; me gusta el amor.
-Platn -interrumpi Philip- deca que el amor est en quien ama, no en quien es amado.
Irvin D. Yalom Un Ao Con Schopenhauer
- 146 -El amor est en quien ama, no en quien es amado... una cita magnfica, Philip. -Un
destello de sonrisa ilumin la cara de Roberta. -Eso es lo que me gusta de ti. Com
entarios como se, que me abren los ojos. Me pareces interesante. Y tambin atractiv
o.
Roberta volvi a dirigirse al grupo.
-Eso que acabo de decir, significa acaso que quiero tener un romance con l? En abs
oluto. El ltimo que tuve casi liquid mi matrimonio, y no estoy con nimo para buscar
me ms problemas.
-Y, Philip? -dijo Tony-. Algn sentimiento con respecto a lo que acaba de decir Robe
rta?
-Ya dije antes que mi meta en la vida es desear lo menos posible y saber tanto c
omo pueda. El amor, la pasin, la seduccin son sentimientos poderosos, forman parte
de nuestro cableado interno para perpetuar la especie y, como Roberta acaba de
poner de manifiesto, pueden actuar de manera inconsciente. Pero, tomando todo es
o en cuenta, esas actividades descarrilan la razn, son una interferencia para mi
formacin, y no quiero saber nada de ellas.
-Cada vez que te pregunto algo, me das una respuesta que no es fcil de comprender
. Pero nunca respondes concretamente a la pregunta -dijo Tony.
-A m me parece que la contest -dijo Roberta-. Dej bien en claro que no quiere ningn
compromiso emocional, que quiere mantener la cabeza fra y la libertad. Creo que J
ulius dijo lo mismo; por eso hay un tab con las relaciones amorosas entre miembro
s del grupo.
-Qu tab? -Tony se diriga a Julius. -Nunca o esa regla.
-Nunca lo dije de ese modo. La nica regla que les mencion sobre relaciones extra g
rupales es que no debe haber secretos aqu y que, si se producen encuentros de cua
lquier ndole fuera de las sesiones, los miembros en cuestin deben contarlos en el
grupo. Si no, si hay secretos, casi siempre arruinan el trabajo grupal y sabotea
n la propia terapia. sa es la nica regla con respecto a los encuentros 146