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Poder Judicial de la Nación

Causa N143.503 AAlani, Héctor Horacio


s/ competencia".
Juzgado Federal N19- Secretaría N1 17

Reg. N1: 1512

////////////////nos Aires, 23 de diciembre de 2009.


Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
Las presentes actuaciones llegan a conocimiento y decisión de
este Tribunal en virtud del recurso de apelación interpuestos por los Dres. Juan
Carlos Luena y Jorge D. Agüero Iturbe, abogados patrocinantes de Bernardo León
Mamid, pretenso querellante, contra la resolución de fs.1/2 por medio de cual el
titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°9, Secretaría
N°17, se declaró incompetente para seguir interviniendo en la presente causa.
I- Los actuados tuvieron su génesis con motivo de la denuncia
formulada por el Sr. Bernardo León Mamid, en la que puso en conocimiento que el
día 1º de julio del año en curso, siendo aproximadamente las 12:15 horas, mientras
se encontraba en el café “I Fresch Market”, ubicado en la calle Olga Consentini
1190 de Puerto Madero, recibió insultos y amenazas discriminatorias por parte de
Héctor Horacio Alani. Éstos habrían consistido en frases tales como: “…vos sos un
judío hijo de puta, te voy a matar. Sos un garca igual que tu familia y todos los
judíos.... Hitler los tendría que haber matado a todos ustedes... te voy a matar judío
hijo de puta… bajá la mano porque te mato acá… te voy a pegar un cohetazo… no
me importa nada, total salgo en seis meses por emoción violenta… ya lo averigüé…
yo tengo mucha plata… denunciame no me importa nada… si querés grabame…
haceme una denuncia policial o lo que quieras… yo a vos te voy a matar porque sos
un judío hijo de mil puta… si querés denunciarme por xenófobo y odio a los
judíos... sí, soy antisemita y xenófobo… ustedes me chupan bien la pija,
denunciame, no me importa nada, yo fumo adentro de un tanque de nafta… mañana
quiero la plata...” (ver fs. 1/5 del expediente principal).
Las agresiones verbales descriptas se habrían originado en el
marco de un vínculo comercial consistente en la contratación de pasajes aéreos de
cabotaje, provistos por Mamid a Alani, quien frecuentaba la Provincia de Santa
Cruz. Dicha relación se fue deteriorando pues el imputado habría comenzado a
incumplir las obligaciones devengadas de los contratos.
Para compensar lo adeudado, Mamid habría aceptado una
contratación con la empresa “MINERA SANTA CRUZ” propuesta por Alani. Sin
embargo, el pretenso querellante decidió concluir la vinculación con dicha entidad,
por lo cual el imputado habría comenzado a reclamarle dinero por supuestas
pérdidas, en cuyo marco habría proferido las expresiones anteriormente
sintetizadas.
A fs. 1/2 vta. luce la resolución en la que el a quo declaró la
incompetencia en virtud de la materia, por entender que el hecho no encuadraba en
ninguno de los tipos penales estipulados por la ley 23.592.
II- El pretenso querellante sostuvo que la declinatoria de
competencia resultaba prematura, por no encontrarse precedida de una investigación
suficiente para fijar los hechos con sus características de modo, tiempo y lugar,
recaudos indispensables a efectos de determinar su adecuación típica. Sumado a
ello, argumentó el posible encuadre de la conducta investigada en las previsiones de
la ley 23.592.
III- Ahora bien, de la descripción de los hechos mencionados
por el impugnante en su presentación inicial, se advierten sus circunstancias de
modo, tiempo y lugar en forma suficiente como para determinar la competencia.
Ante este estado de cosas, las acciones inspeccionadas no
habrían comprometido un interés federal. Ello, por cuanto el contenido de las frases
proferidas, por más repudiable que sea, representó un modo -por cierto, poco feliz-
de exteriorizar el descontento devenido de relaciones comerciales y se enmarcó, en
verdad, en una eventual amenaza. Así, más allá del encuadre típico que se asigne a
los hechos, lo cierto es que no nos encontramos frente a ninguno de los supuestos
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del artículo 33 de C.P.P.N.


En sustento de lo antedicho, debe tenerse presente que las
acciones de alentar o incitar en los términos del art. 3, de la ley 23.592, cuya
aplicación la parte considera oportuna al caso, no se configuran con un aislado
comentario de corte discriminatorio, salvo que éste se hubiese encaminado a
animar, dar vigor, mover o estimular a la persecución o el odio contra una persona o
un grupo de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas.
Extremos todos que no se desprenden de las acciones denunciadas.
En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene
dicho que “…si no se advierte que las expresiones atribuidas al imputado hubieran
tenido la capacidad suficiente como para alentar o incitar a la persecución o al
odio a causa de la raza, religión, nacionalidad, o ideas políticas, sino que, en
atención a las circunstancias de modo tiempo y lugar en las que fueron vertidas, se
trataría de una expresión aislada motivada por razones de convivencia entre
vecinos, corresponde a la justicia local conocer tanto de ese hecho como de la
amenaza proferida al querellante…” (C.S.J.N. “Yañez, Mónica s/ injurias” T. 327,
F. 4.979).
Pues entonces, siendo que la conducta denunciada no supera una
estricta motivación particular, no es la justicia federal la que debe continuar con la
investigación (de esta Sala I, C.N. 38.653 “Zanietz”, rta. el 23/3/06, reg. nº 210,
entre muchas otras).
Por lo expuesto el TRIBUNAL resuelve:
CONFIRMAR la resolución de fs. 1/2 vta. en todo cuanto
dispone y fuera materia de apelación.
Regístrese, hágase saber al Sr. Fiscal y devuélvase al Juzgado
de origen donde deberán efectuarse las restantes notificaciones.
Sirva la presente de atenta nota de envío.
Dr. Freiler
Dr. Farah
Ante mi: Dr. Nogales, Prosecretario de Cámara

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