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Rafael
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD
Cadenas
Hablar desde la
inseguridad
BIBLIOTECA
DIGITAL DE
AQUILES
JULIÁN
Muestrario de
Biblioteca Digital Poesía 51
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 2
Hablar desde la
inseguridad
Rafael Cadenas, Venezuela
Edición digital gratuita de
Muestrario de Poesía 51
Editor: Aquiles Julián, República Dominicana.
INTERCOACH
Forjando líderes ganadores
Sol Poniente interior 144, Apto. 3-B, Altos de Arroyo Hondo III, Santo
Domingo, D.N., República Dominicana. Tel. 809-565-3164
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MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 3
Contenido
El poeta frente a su tiempo / Aquiles Julián 5
Nombres 8
Hace algún tiempo solía dividirme… 8
Matrimonio 9
Lo que miras a tu alrededor 9
El que no espera… 9
He vivido 10
Mandelstam 10
¿Sabías? 10
Informe 11
1. 15
2. 15
3. 15
4. 15
5. 16
6. 16
7. 16
8. 16
9. 17
Derrota 17
Dichos 18
II 20
Intemperie 20
Ars poética 21
Las paces 22
Disyuntiva 22
La búsqueda 23
Inquisidores 23
Mirar 24
Nuevo mundo 24
Temor 26
Amantes 27
Una isla 28
El enemigo 30
Ella, la insojuzgable… 31
En la confusión, tu rostro… 31
XI 32
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 4
Me muevo 32
No me lavaste 32
Pídeles sus títulos 32
Postergaciones 32
XI 33
Tuvo que descender 33
Vives piel adentro 33
Despilfarro 33
Los cuadernos del destierro 33
Beloved country 36
Desolado 36
Rutina 37
Mal 37
Angst 37
Es como si amáramos… 38
Deseo 38
El argumento 38
7. 38
Amante 39
Gestiones 41
Combate 42
17 42
Las ideologías impiden pensar con cierto nivel lógico y racional la historia y la
realidad. Que el llamado socialismo fue y sigue siendo una estafa es cosa harto
conocida. Lo fue en Rusia y los países y pueblos sometidos a los dictámenes de
una pandilla de delincuentes extremistas que dieron un contragolpe militar en
1917, sometieron por el terror a todo un país y luego se asesinaron entre ellos
mismos: no otra cosa fue la mal llamada “revolución rusa”, contrarrevolución
real que destruyó las conquistas alcanzadas por la Revolución de Febrero, única
experimentada en Rusia. Y luego, las experiencias de las llamadas (los
totalitarios son maestros del arte del eufemismo) “democracias populares”,
gobiernos satélites sometidos a la KGB y al dictador soviético de turno; de las
improvisaciones delirantes de Mao que arrojaron decenas de millones de
víctimas en China; los desparpajos criminales de Mengistu en Etiopía, de Pol
Pot en Kampuchea, de Kim Il Sung en Corea del Norte o del patético Enver
Hoxa, el tirano de Tirana; la ineptitud atroz de los violentos mandarines
cubanos que traicionaron la revolución libertadora contra Batista, la
corrompieron e impusieron una dictadura estalinista en contra del pueblo
cubano que dura ya 50 años, todo eso ha emergido como los desperdicios, que
siempre terminan por flotar.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 6
Sin embargo, pese a tanta ineptitud, tanto fracaso, tanta mediocridad, tantos
crímenes y abusos y tanta barbarie cometida en nombre de “los nobles ideales
revolucionarios”, ¡ese modelo es el que los demagogos populistas
neototalitarios están proponiendo como el camino a seguir por nuestros
pueblos!
Y por el otro lado, están los que quieren retrotraernos a las igualmente ineptas
y corruptas dictaduras militares y gobiernos de fuerza que pretendían ser la cura
de los extravíos izquierdistas. Lo mismo, en el fondo.
Era más fácil, claro, sumarse. Esa ha sido una conducta que, cuando la
matraca de calumniar que manejan los totalitarios ve que es en su favor,
mueven a loas y santificaciones en su bien aceitado mecanismo de crear ídolos:
Benedetti, Galeano, son algunos de los santones que nos proponen como los
máximos cultores de la poesía y la literatura. Y en realidad nos lo proponen no
por sus méritos literarios, sino por su inveterada sumisión, por su inmoral
colusión, por su silencio cómplice.
Y en ese proceso, Venezuela se quedó sin líderes válidos. Las viejas burocracias
políticas, enquistadas en las maquinarias electorales de Acción Democrática y el
COPEY, se repartían las sinecuras de los puestos. La población, asqueada hasta
la náusea, se sentía estafada una y otra vez por los mismos bribones de siempre,
los seudo líderes de las mafias políticas que no representaban a nadie. Y eso
abrió el camino al delirante caudillo Chávez.
Rafael Cadenas, desde las palabras con que encabezamos esta presentación,
nos llama a cuidar esa frágil libertad, cuyas limitaciones y precariedad en
muchas ocasiones nos desesperan.
Aquiles Julián
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 8
Nombres
Te llamas hoja húmeda, noche de apartamento solo, vicisitud.
campana, tersura y lascivia, ingenuidad, lisura de la piel,
luna llena, crisis,
oh mi cueva, mi anillo de saturno, mi loto de mil pétalos,
Éufrates y Tigris, erizo de mar, guirnalda, Jano, vasija, tórtola,
S. y trébol,
ovípara,
uva, vellocino y petrificación;
podrías llamarte…
pero tu nombre es
lecho, lavamanos, dentífrico, café, primer cigarrillo,
luego sol de taxis, acacia, también te llamas acacia y six pi em
-em- o half past six o seven, cerveza y Shakespeare
y vuelves a llamarte hoja húmeda, noche de apartamento solo
día tras día,
sí, tienes tantos nombres
y no te puedo llamar,
todo tan absurdo como esa mañana sin amor que el espejo
de los baños recoge y protege,
todo tan desoladamente inabordable,
todo tan causa perdida.
Matrimonio
Todo, habitual,
sin magia,
sin los aderezos que usa la retórica,
sin esos atavíos con que se suele recargar el misterio.
El que no espera
El que no espera
vive
como inerme,
como húmedo,
como naciendo,
como suficiente,
a lo largo de los días
que no se suman,
desde lo hondo,
abajo,
abajo,
nuevo,
bañado,
parido
desde otro vientre,
barro igual
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 10
y sin embargo
otro.
He vivido
He vivido
cediendo terreno
hasta quedarme con el necesario
-un área invicta,
de nadie,
que un desconocido reclama.
Mandelstam
Vivo
¿a quién debo este honor?
No puedo huir.
Esconde
los poemas, Nadezda.
Los gritos
se pierden en la vastedad de mi país.
¿Sabías?
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 11
¿Sabías
en tus adentros
que los poemas no bastan?
¿Qué se busca
excavando con ella
en tierra endurecida?
Informe
Oigo los ayes de la quimera.
Tú
la ahogada tres veces
-sombra donde el verdugo no está, día sin jueces, ruta- siempre regresas.
Ahora
salvemos de las máscaras a la rosa.
Olvido
y despiertan astros como frutas.
Ahora.
Se vive en cierne.
La poesía no transforma.
Paciencia.
Este es el rito del que hace señales, para que nadie, sólo nadie, venga a
rescatarlo.
Soltarse, eso,
Unidos y separados.
Unidos.
El hombre sólo tiene una vieja canción para calmar sus tormentas.
Lo que se llama corazón es polvo que palpita.
Sólo el olvido sostiene.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 14
Las sábanas susurran caídas.
La almohada es la boca de un abismo.
Un niño nos persigue por las calles.
El viento es un sobreviviente descalzo.
Ya no voy al sitio donde el alma aumenta, me reúno donde se congregan los
acusados.
Después me aparto, casi secreto.
Me asiste la desmemoria.
¿Huida?
Nadie puede partir, todos buscan un sitio de anclaje, aún el vagabundo roído
por los astros.
Sobrevivimos a un estrago.
Ya no tengo rostro,
mi ser se erige sin clave,
ando como acabado de despertar.
1.
Eludías
el encuentro
con el tú
magnífico,
el que te toma
y te anula como tempestad
y de ti arranca al que busca.
2.
Cómo pudiste vivir
de la idea
que la ocultaba,
con un sabor
que no era el de ella,
huyendo
de su aparecer
que era también el tuyo?
3.
Llegas
no a modo de visitación
ni a modo de promesa
ni a modo de fábula
sino
como firme corporeidad, como ardimiento, como inmediatez.
4.
Llevas el amante
al lugar
del acontecer
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 16
-el lugar
del asentimiento.
5.
Él abre los ojos,
siente,
se abandona.
Sabe ya que nada, nada
le pertenece,
salvo su dependencia,
y acata
el extraño señorío.
6.
Se creyó dueño
y ella lo obligó a la más honda encuesta,
a preguntarse qué era en realidad suyo.
Después lo tomó en sus manos
y fue formando su rostro
con el mismo material del extravío, sin desechar nada,
y lo devolvió a los brazos del origen
como a quien se amó sin decírselo.
7.
Misión
del amante:
arder
fuera del camino.
8.
Enséñame,
rehazme
a fondo,
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 17
avívame
9.
Destruye
la retórica del amante
y hazlo venir a pie, desnudo, sin arrimo,
a tu recio descampado.
Que pruebe a sostenerse ahí,
que sienta tu frío,
que vele.
Derrota
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
}que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más
burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo
("Ud. es muy quedado, avíspese, despierte")
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada a cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 18
que no soy de las FALN y me desespero por todas esas cosas y por otras
cuya enumeración sería interminable;
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico
aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer
todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una frescura nueva,
y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros
y de mí hasta el día del juicio final.
Dichos
Vivir en
el misterio: frase redundante.
*
Todo es misterio, aun lo que la conciencia conoce en detalle en
su orgulloso penúltimo escalón-
Cualquier
hombre es una agresividad en busca de una bandera.
No hay
diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario.
Quien no
busca, es.
*
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 20
Nada hay
más extraño que la existencia.
II
Acuñar quimeras
como soles muertos
para los ojos de un fantasma,
no es tu tarea.
De intemperie
1.
¿Cómo pudo
volverse tribunal
de su vida
(no es sino la sala
donde se reúne
a rumiar fallos)
el
que menos juzga,
el
que existe desde su cuerpo,
el
menos concluyente
de los nacidos?
2.
Puesto que estás aquí,
tienes que
Aquí se camina
sin preguntar.
Tienes que
No precisemos.
Haz como que entiendes.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 21
Ya sabes:
sin interrogar.
(Todas las preguntas caen
a los pies de tienes que.)
¿Angustia?
Nada de eso,
quédate tranquilo
en tu silla, contando las horas.
3.
Vida
arrásame,
barre todo,
que sólo quede
la cáscara vacía, para no llenarla más,
limpia, limpia sin escrúpulo
y cuanto sostuviste deja caer
sin guardar más.
Ars poética
No tiene más asidero que la vida. Seguramente una voz queda le dice en los
adentros: La época de las causas ya terminó. Ya no puedes aferrarte a religiones,
ideologías, movimientos, ni siquiera literarios. Se acabaron las banderas. Pero
este desengaño lo libera para luchar en otra clave por lo que religiones,
ideologías, movimientos dicen defender: lo religioso, lo humano, lo valedero.
Esa voz, que parece la del nihilismo, podría ser más bien la voz de la vida que
desea recuperarnos.
Las paces
Lleguemos a un acuerdo, poema.
Ya no te forzaré a decir lo que no quieres
ni tú te resistirás tanto a lo que deseo.
Hemos forcejeado mucho.
¿Para qué este empeño en hacerte a mi imagen
cuando sabes cosas que no sospecho?
Líbrate ya de mí.
Huye sin mirar atrás.
Sálvate antes de que sea tarde.
Pues siempre me rebasas,
sabes decir lo que te impulsa
y yo no,
porque eres más que tú mismo
y yo sólo soy el que trata de reconocerse en ti.
Tengo la extensión de mi deseo
y tú no tienes ninguno,
sólo avanzas hacia donde te diriges
sin mirar la mano que mueves
y te cree suyo cuando te siente brotar de ella
como una sustancia
que se erige.
Imponle tu curso al que escribe, él
sólo sabe ocultarse,
cubrir la novedad,
empobrecerse.
Lo que muestra es una reiteración
cansada.
Poema,
apártate de mí.
Disyuntiva
La naturaleza de la poesía
es inintencionada.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 23
Goran Palm
Yo quería escribir
un poema,
luego tuve la intención
de no tener intención
y el poema se quedó allí
detenido,
atrapado,
carbonizado entre la chispa
de las dos intenciones
y aquí
lo dejo.
La búsqueda
Nunca encontramos el Grial.
Los relatos no eran verídicos.
Sólo la fatiga de los caminos acompañó
a los que se aventuraron,
pero se esperaban historias,
¿qué sería nuestro vivir
sin ellas?
Nada se resolvió,
hubiéramos podido quedarnos en casa.
Es que somos tan inquietos.
Sin embargo, concluido el viaje
sentimos que en nosotros
—ya no rehenes
de la esperanza—
había nacido
otro temple.
Inquisidores
Van de un sitio a otro midiendo, anotando, mordiendo aquí, más allá, llenos de
baba de pasado, muecas, rótulos. Indician, señalan, dictan, corrigen, acosan.
Ahí, dicen, está el culpable. Nuestros códigos amaestrados lo perseguirán
ladrando día y noche. Ahí está, nuestros mastines olisquean el rastro sucio. Él es
la mancha en nuestras baldosas. Agravia nuestra pureza. Por el mundo,
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 24
siempre, con sus libros de cuentas, sus lápices perversos, sus esto sí esto no, sus
autos de fe, sus pócimas vengativas, extendiendo un rojo metro sobre el cuerpo
que la jauría va a perseguir.
Ahí está el que nos traicionó, dice. Escupamos, que ahí viene.
Mirar
Veo otra ruta, la ruta del instante, la ruta de la atención, despierta, incisiva,
¡sagitaria! Pico de víscera, diamante extremo, halcón, ruta relámpago, ruta de
mil ojos, ruta de magnificencia, ruta de línea que va al sol, reflejo del rayo
vigilancia, del rayo ahora, del rayo esto, ruta real con su legión de frutos vivos
cuyo remate es ese lugar en todas partes y ninguna.
Nuevo Mundo
Tejido sobre el tejido, la lengua muerta del amor, fuego que me ha hecho
adicto a un culto insinuante.
Entra mi sombra
Trae una serpiente, un búfalo, una mujer, una casa,
un muelle.
Intoxicación de cobres salvajes.
Avanza, avanza.
Droga.
Se apodera de lo que miro.
Va marcando aquí y allá, todo.
Luego huye para unirse a un animal.
Voy, abriéndome paso por entre la aspereza, al lugar donde está guardado
mi retrato futuro.
Orgía vegetal.
Una mujer desnuda se acuesta bajo la lluvia.
10
Cada día es el primer día, cada noche la primera noche, y yo, yo también
soy el primer habitante.
Temor
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 27
Alguien cierra una puerta a un hombre que enmudece, se mira en su celda de un
solo respiradero y duda de que él mismo exista.
Algunas veces, por instantes, es sacado a ver sol, pero vuelve por sus propios
pasos a su sitio.
Amantes
I
Por prenda
le diste el mundo,
pero una inatención se lo robaba.
Uniéndolo
tú
lo condujiste
lentamente al sabor,
al alojamiento,
a la sacralidad.
Enséñame,
rehazme
a fondo,
avívame
como quien enciende un fuego.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 28
II
Ella conoció tu andar,
aquel fuego a la deriva, sin sosiego, solo,
que se consumía
en calles
más terribles
que el hambre de gracia.
Cuanto hiciste
fue para propiciar
el encuentro.
Aparta pues de ti
la espera.
Ahora.
Sólo hay
aquí,
ya,
un aquí embriagado
en un ya de oro.
Súbitamente
estás ante ella.
La vida a quemarropa.
Por fin.
En tu cuerpo.
La flor inmediata,
la única,
te esperó siempre.
Una isla
1.
Coney Island
Rosa de claras risas
que golpea siempre
un mismo jirón de luz
y a un blanco río
de trópico que duerme
va girando,
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 29
girando
en la noche
amante.
2.
Escribiste: "Estos muros se hacen transparentes cuando te siento.
Mañana traigo los libros.
Te besa".
Mi libertad había nacido tras aquellas paredes. El calabozo núm. 3
se extendía como un amanecer. Su día era vasto.
El pobre carcelero se creía libre porque cerraba la reja, pero
a través de ti yo era innumerable.
3.
Vengo de un reino extraño,
vengo de una isla iluminada,
vengo de los ojos de una mujer.
Desciendo por el día pesadamente.
Música perdida me acompaña.
Mi fortaleza,
mi última línea,
mi frontera con el vacío
ha caído hoy.
4.
Sola,
insegura,
apremiante
palabra,
casa sin atavío.
5.
Te extiendes, camino de arena, más suave que la memoria de un ciego.
6.
Tú que caminas esta noche en la soledad de la calle, vas llena de besos que no
has dado.
Del amor ignoras la escritura prodigiosa.
7.
Una urbe áspera sella mi boca.
8.
You
Tú apareces,
tú te desnudas,
tú entras en la luz,
tú despiertas los colores,
tú coronas las aguas,
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor,
tú rematas la más cegadora de las orillas,
tú predices si el mundo seguirá o va a caer,
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu lentitud de lava,
tú reinas en el centro de esta conflagración
y del primero
al séptimo día
tu cuerpo es un arrogante
palacio
donde vive
el
temblor.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 31
Agrio portero nos aturde ahora.
Antes veló por nosotros, y ya azuza esfigies, sentencias, contenciones.
El enemigo
De pronto aparece en la puerta, como tallado, el acreedor.
Viene en busca de su salario. Tiende su mano izquierda desde
la entrada, inmóvil. Los dos nos miramos sin comprender.
Ella, la insojuzgable…
Ella, la insojuzgable, no pudo detener la jauría. Oigo voces,
teas, látigos. Desde hace meses están aquí. Les grito: no soy
el que buscan. Pero ellas conocen su presa: saben que no
me he movido.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 32
En la confusión, tu rostro…
¿En la confusión, tu rostro
estará en el lado opuesto también,
poniéndole el sello
al naufragio,
con el gran vendedor?
XI
Lenguaje
emanado
puntual
fehaciente,
no el engaño
de la palabra que sirve a alguien.
Me muevo
Me muevo. Uno, dos, tres pasos. Nadie puede negar que avancé un poco. Se
pueden ver mis huellas en el suelo, pero amanezco en el mismo sitio. ¿No me
desplacé? Es cierto —verifico las marcas— que ayer no estaba donde ahora
estoy, pero algo me dice que no me he movido. No sé qué significa desplazarme.
No me lavaste
No me lavaste,
no me reuniste,
no me limpiaste del escrúpulo,
no me quitaste el estigma,
no me recibiste en tu templo.
Me dejaste afuera
con la guirnalda hecha para ti
en la mano
que las tinieblas sostienen.
Postergaciones
Rutas nunca tomadas, sitios que aplacé, bocas perdidas.
Insostenibles lugares.
XI
Sé
que si no llego a ser nadie
habré perdido mi vida.
Despilfarro
Es recio haber gastado días, meses, años en defenderse sin
saber de quién. Recio no poder ver el rostro del que asedia.
Recio ignorar lo que nos devasta.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 34
2.
He entrado a región delgada.
Todo lo que canta se reúne a mis pies como banderas que el tiempo inclina.
Aquí el mundo es una estación amanecida sobre corales.
Ésta es la morada donde se depositan los signos de las aguas, el légamo de los
navíos,
los mendrugos cargados de relámpagos.
Éste es el huerto de las especias clamorosas, la temporada de arcilla que el
océano erige.
Ésta es la fruta de un piélago muerto, la columna desesperada del hambre.
Ésta es la salobre campana de verdor que el fuego crucifica, la tierra donde una
tribu oscura
embalsama un clavel.
Ésta es la tinta trémula del día, la rosa al rojo vivo inscrita en los anales de la
selva.
3.
Pero el tiempo me había empobrecido.
Mi único caudal eran los botines arrancados al miedo.
De tanto dormir con la muerte sentía mi eternidad. De noche deliraba en las
rodillas de la belleza. Presa de tenaces anillos, a pesar de mi parsimonioso
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 35
continente de animal invicto
me guardaba de la transitoriedad ínsita a mis actos.
Magnificencia de la ignorancia. Brujos solemnes habían auscultado mi cuerpo
sin poder arribar a un dictamen. Sólo yo conocía mi mal. Era -caso no
infrecuente en los anales de los falsos desarrollos- la duda.
Yo nunca supe si fui escogido para trasladar revelaciones.
Nunca estuve seguro de mi cuerpo.
Nunca pude precisar si tenía una historia.
Yo ignoraba todo lo concerniente a mí ya mis ancestros.
Nunca creí que mis ojos, orejas, boca, nariz, piel, movimientos, gustos,
dilecciones, aversiones me pertenecían enteramente.
Yo apenas sospechaba que había tierra, luz, agua, aire, que vivía y que estaba
obligado a llevar mi cuerpo de un lado a otro, alimentándolo, limpiándolo,
cuidándolo para que luciera
presentable en el animado concierto de la honorabilidad ciudadana.
Mi mal era irrescatable.
Me sentía solo. Necesitaba a mi lado una mujer silenciosa, paciente y dúctil que
me rodease con una voz.
Yo era un rey de infranqueable designio, de voluntad educada para la recepción
del acatamiento, de pretensiones que hacían sonreír a los duendes.
Un rey niño.
Cuando advino, inopinadamente, una era de pobreza, perdí mi serenidad.
Mis pasiones absolutas -entre ellas el amor, que para mí era totalidad- fueron
barridas.
En suma, yo era una pregunta condenada a no calzar el signo de interrogación.
O un navío que se transformaba en fosforescente penacho de dragón. O una
nube que se demudaba
conforme al movimiento.
Habitaba un lugar indeciso.
Mi historia era un largo recuento de inauditas torpezas, de infértiles
averiguaciones,
de fabulosas fábricas.
Un dios cobarde usurpaba mis aras.
Él había degollado el amor frente a una reluciente laguna, en
un bosque de caobos. Huía mugiendo sábanas ensangrentadas. Escapaba del
recinto feliz. Las nubes eran símbolos zoológicos de mi destierro.
El amor me conducía con inocencia hacia la destrucción.
El odio, como a mis mayores, me fortalecía.
Pero yo era generoso y sabía reír.
Como no soportaba la claridad, dispuse entre anaranjados estertores de sol mi
regreso hacia el final. Las aguas me condujeron como el sensitivo lleva la
pesadilla. Volví insomne al lugar de la ficción.
4.
Sól0 tú misma en el acto. Extendida, carnosa, húmeda.
Un temblor sin lapso. Sin equívoco. Torbellino en torno de la flor de blando
terciopelo, acorazonada, que nace del clima de tus piernas como un grito
nocturno. Flor que se liba.
Sombra de flor. En la sinfonía ciega de las corrientes lozana forma de mis manos
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 36
sin ojos. Cuerno remoto de los rendimientos.
Llego navegando ondulaciones desesperadas. Soy dichoso.
¿Cuál es el color de esta fruición desencadenada, cómo llamarla, qué dios nos ha
entregado esta conjunción? Me iré, Venus, me iré, pero antes quiero apurar la
copa. Ahogar los límites mollares, sofocar los cerrojos albeantes, vencer la
sombra leda de la desnudez, sacrificar el sonrojo numerado.
No me marcharé hasta que esta vegetal confusión de ondas no se haya
cumplido. En tanto mi animal lamedor no esté sosegado.
Amo los blandos linderos de inefable tinte, ondulantes en la selva enana y
espléndidamente libre que sobresale de tu cuerpo como mil vocecillas frutales,
el letífico aroma, el muelle
calor, el ansioso tremar. Toda tú adunada por mareas geométricas a mi piel.
Toda presión, jadeo, huida, retorno, blancor, demencia. Nadadora. Extensión
que amamanta mi vicio. Sombra del láudano bajo mi pesado tiempo.
No partiré sin llevar una hora feliz en la corola, giradora, vencida y celante de
los ojos que como al sol te reciben.
Beloved country
Cuánto tuyo no se desenvuelve como música perdida en mí.
País al que regreso cada vez que me he empobrecido.
Sello, fasto, bóveda de los cofres.
País donde van las líneas de mi mano, lugar donde soy otro,
mi anillo de bodas, estás cerca del centro.
***
Desolado
De tanto imaginarte, sonreírte, esperarte, me canso. Te veo y pregunto ¿eres tú?
Respiro tu llegada; ya sin creer.
No me pidas explicaciones.
No me quites la idea que tengo, tan vaga.
No me pruebes, por favor, en terreno firme (me harías a un lado).
Rutina
Me fustigo.
Me abro la carne.
Me exhibo sobre un escenario.
Allí no ofrezco el número decisivo.
Devorarme ¡mi gran milicia!, pero soy también un armador tenaz.
Sé reunirme pacientemente, usando rudos métodos de ensamblaje.
Conozco mil fórmulas de reparación. Reajustes, atornillamientos, tirones, las
manejo todas.
A golpes junto las piezas.
Siempre regreso a mi tamaño natural.
Me deshago, me suprimo, displicente, me borro de un plumazo y vuelvo a
montar,
montar
al carafresca.
(No se trata de rearmar un monstruo, eso es fácil, sino de devolverle a alguien
las
proporciones.)
Planto mi casa en medio de la locuacidad.
Me reconstruyo con un plano inefable.
Calma. Ya está. Entro a la horma.
Mal
Detenido, no sé dónde, mas es un hecho que estoy, detenido.
Llevo años en el mismo lugar, al fondo. ¿Vivo? Funciono, y ya es mucho.
Angst
No es nada, nada
algo sin trascendencia,
nada.
Una dificultad leve
en la respiración.
Problema de angostura
parece.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 38
¿Acaso no sabías
que la puerta es estrecha?
Es como si amaramos…
Es como si amáramos. Es como si sintiésemos. Es como si viviéramos.
Deseo
Asciende por mi cuerpo como otra sangre
más cálida
que en mi boca se muda,
se vuelve la que no es
y se extingue
como un rumor más de la noche.
Río
que repite nombres.
El argumento
Por la mañana
leemos anestesiados
las noticias
de la guerra (cualquier guerra),
un titular
bien merece algunos combates;
cada bando
desea demostrar que Dios
está de su parte
con el argumento definitivo;
nuestros ojos recorren
las páginas
-buscamos más confirmaciones
de nuestra derrota
y el periódico trae lo que esperamos encontrar.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 39
7.
Sé
que si no llego a ser nadie
habré perdido mi vida.
Amante
1.
Eludías
el encuentro
con el tú
magnífico,
el que te toma
y te anula como tempestad
y de ti arranca al que busca.
2.
Cómo pudiste vivir
de la idea
que la ocultaba,
con un sabor
que no era el de ella,
huyendo
de su aparecer
que era también el tuyo?
3.
Llegas
no a modo de visitación
ni a modo de promesa
ni a modo de fábula
sino
como firme corporeidad, como ardimiento, como inmediatez.
4.
Llevas el amante
al lugar
del acontecer
5.
Él abre los ojos,
siente,
se abandona.
Sabe ya que nada, nada
le pertenece,
salvo su dependencia,
y acata
el extraño señorío.
6.
Se creyó dueño
y ella lo obligó a la más honda encuesta,
a preguntarse qué era en realidad suyo.
Después lo tomó en sus manos
y fue formando su rostro
con el mismo material del extravío, sin desechar nada,
y lo devolvió a los brazos del origen
como a quien se amó sin decírselo.
7.
Misión
del amante:
arder
fuera del camino.
8.
Enséñame,
rehazme
a fondo,
avívame
como quien enciende un fuego.
9.
Destruye
la retórica del amante
y hazlo venir a pie, desnudo, sin arrimo,
a tu recio descampado.
Que pruebe a sostenerse ahí,
que sienta tu frío,
que vele.
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 41
Gestiones
1.
Lo que miras a tu alrededor
no son flores, pájaros, nubes,
sino
existencia.
2.
¿ Quién es ese que dice yo
usándote
y después te deja solo?
No eres tú,
tú en el fondo no dices nada.
Él es sólo alguien
que te ha quitado la silla,
un advenedizo
que no te deja ver,
un espectro
que dobla tu voz.
Míralo
cada vez que asome el rostro.
4.
Tú
dependes
pero
¿lo sabes
a fondo,
con tu cuerpo,
lo puedes vocear,
se ha vuelto carne fascinada?
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 42
5.
Quién es ese que dice yo
usándote
y después te deja solo?
No eres tú,
tú en el fondo no dices nada.
Él es sólo alguien
que te ha quitado la silla,
un advenedizo
que no te deja ver,
un espectro
que dobla tu voz.
Míralo
cada vez que asome el rostro.
6.
¿Quién deja de oponerse?
¿Quién se sale del juego?
¿Quién se vive en el vacío?
¿Quién hace del desabrigo refugio?
¿Quién se disuelve en el percibir?
¿Quién se expone sin arrimo al descampado?
¿Quién abandona el trajín por la hora solitaria?
¿Quién puede comer con tenedores de absoluta piedad?
¿Quién accede a trocar su día por un rostro que no ha de ver?
Combate
Estoy frente a mi adversario.
Lo miro, cuento la distancia entre él y yo, doy un salto. Con mi mano abierta a
modo de sable lo cruzo, lo corto, lo derribo, rápidamente. Veo su traje en el
suelo, las manchas de sangre, la huella de las caídas; él no está en ninguna parte
y yo me desespero.
17
Días antes de partir a España en junio pasado, invitado para participar, entre
otros eventos, en el Festival de Poesía de
Granada (que este año rinde homenaje
al poeta Ángel González), Rafael
Cadenas accedió a esta entrevista. En
ella se hace un recuento acerca de la
edición de su obra en el extranjero, de la
historia de la publicación del poema
Derrota, de sus lecturas actuales, de su
interés por las actividades literarias que
han venido realizándose en Venezuela
en los últimos años y de su visión acerca
de la realidad política del país. El Ahora
Venezuela es de todos no me parece verdad –comenta– creo más bien que es de
algunos todos.
– Ésta se reeditó por la Editorial Pre–textos en 2007. Hace dos meses salió,
con este mismo sello, Habla Walt Whitman, el libro de las conversaciones, pero
le añadí veinte páginas. En 2007 se publicó Un’ Isola e altre poesie, edición
bilingüe en italiano y español por la editorial Ponte Sist, y Memorial en inglés y
español por la Universidad Nacional de San Marcos del Perú. Aquí la
Universidad Simón Bolívar volvió a publicar el año pasado Realidad y
literatura. Antes, en 2003, había aparecido en Francia una selección con el
título de Fausses manoeubres y en Canadá Poèmes choisis, un año después.
Bilingües ambos libros.
– Se debería ver como totalidad lo que uno hace. Todo forma parte de lo
mismo. Una entrevista, una anotación, una charla, un poema, una nota para
algún taller y hasta una conversación se vinculan, se entretejen, se aclaran o se
apoyan entre sí. Lo que pasa es que solemos privilegiar un medio, el que en un
momento dado se destaque. Czeslaw Milosz dice que algunos de sus poemas son
apuntes, y eso me agrada porque soy muy lacónico. Es como encontrar apoyo en
un gran poeta. Conviene recordar que siempre ha habido poemas breves y
poemas largos; lo importante es que en ellos se aloje la poesía, dama muy
esquiva, como lo saben muy bien sus amadores, los poetas, a quienes un día les
sonríe y otro día los castiga con sus desdenes. En cuanto a las poetas, la llevan
en sí.
– Voy a esos eventos que mencionas porque así veo a los amigos y amigas.
Además hay que apoyar esas actividades. Son importantes. Indican que nuestra
sociedad está viva, y mientras lo esté, no podrá ser subyugada.
– Es asimismo una insensatez inculcar odio a Estados Unidos, país del que
nunca hemos sido colonia, aunque sí muy influidos por él. Recordemos, de paso,
que le sacó las castañas del fuego al altisonante Cipriano Castro, aunque haya
sido con ánimo imperial. Es más: los agravios que hayan infligido algunos de
sus gobernantes a otros países de Hispanoamérica, si bien no se olvidan, deben
ser puestos en un segundo plano para poder coexistir en paz. La Unión Europea
no existiría hoy si los países que la forman no hubiesen depuesto sus rencores.
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 47
– Es pública y notoria tu posición en relación al ambiente político
en nuestro continente y, particularmente, con respecto a lo que
sucede en el país. Durante mucho tiempo, estuviste cerca de los
planteamientos de la izquierda venezolana y entiendo que, en algún
momento, fuiste militante de la Juventud Comunista. He visto y oído
muchas declaraciones en contra de tus opiniones y actitudes por
parte de la burocracia cultural de este país e, inclusive, de poetas.
¿Es esto un problema entre la ética y la estética?
– Lo que hago a veces es dar declaraciones muy críticas sobre lo que ocurre
aquí, pero debo advertirte que la palabra enemigo no existe en mi vocabulario.
¿Hasta cuando los seres humanos van a seguir destrozándose por ideologías,
nacionalismos, religiones? Son las adhesiones fanáticas a credos las que traen
tanta destrucción. Ningún país en el mundo está exento de violencia, en todos
está latente o manifiesta. En el nuestro, su gobierno está preparando una
guerra, que, para decirlo con una frase de Erasmo, sería el naufragio de todo
bien, y la mayoría de los venezolanos no quiere eso. Además, toda guerra es
fratricida.
– En una entrevista que le hizo María Elena Walsh a Doris Lessing, ésta
tilda de psicopatología masiva el comunismo en el cual creyó durante su
juventud, y dice que ella y sus amigos creían estar salvando el mundo, pero no
querían ver lo que estaba pasando en la Unión Soviética, que para mí ha sido el
mayor engaño de la historia, y ahora nuestros revolucionarios como que quieren
repetir esa experiencia. Ella también fustiga a los idealistas. Los considera gente
peligrosa. Las utopías –afirma– convierten a los hombres en salvajes que se
matan los unos a los otros.
Querido Amigo:
Bien sabe usted que casi siempre sabemos que no sabemos quienes somos.
Llegamos incluso a dudar de si somos o nada más estamos, con todo ese
estrépito de la mente que no nos deja quietos. Vivimos también sumergidos en
nuestros propios claroscuros, y nos volvemos de pronto un gran enredo. Mas a
veces un poema nos lleva a adentrarnos en nuestras sombras y nos encontramos
con nuestra silueta.
Leo una vez más su poemario Amante, y me encuentro con la única certeza de
que vivimos con el propósito de amar, con la esperanza de alcanzar el amor. Sin
amor, nadie quiere vivir. Día y noche, por el amor nos movemos, pensamos,
sentimos, escribimos dramas y comedias, somos actores y actrices, ¡hacemos
tantas cosas! ¿Será que no somos un yo, un tú, este o aquel, más bien somos
Amor?. Casi me resulta evidente:
“¿Quién es esta sangre, estos tendones, estos ojos, esta extrañeza, esta
antigüedad? / Una fuerza / me tiene / Entonces es ella/ la que puede decir soy,
/ la que puede llevar un nombre / la que puede usar la palabra yo.”
El conocimiento del amante impele a reconocer que “ni un solo átomo mío es
mío”. El encuentro con el amante se produce, “no a modo de visitación / no a
modo de promesa / ni a modo de fábula / sino / como firme corporeidad, como
ardimiento, como inmediatez”.
No hay distancia entre el acto y la palabra. Las acciones más nobles y las más
ruines, se fraguan primero en la relación que establecen las palabras en nuestra
mente. Nunca dejan de estar en conexión. Hemos visualizado una
fenomenología del contacto que jamás podríamos aprehender si carecemos de la
conciencia de la indisolubilidad entre lenguaje y hechos, entre solidaridad de
palabra y solidaridad de sentimientos, entre sincronicidad de hablas y
simultaneidad de actos.
***
Ahora salto a otro tema. “Un día danzo en la luz y otro en la sombra”, escribe
Miguel Serrano en “Las visitas de la Reina de Saba”. La luz y la sombra que
vemos afuera, están igualmente dentro de nosotros. Los diferentes ritmos de las
cosas son la urdimbre, entreverada con la trama de millones de instantes en
movimiento. El lenguaje también está inmerso en el ritmo: sonido-silencio,
sonido-silencio, y así.
Si hacemos caso a nuestro ritmo vital , al del cuerpo y al del espíritu, (esta
dicotomia, totalmente anacrónica, es muy ilustrativa), probablemente
estaremos en paz.
Así como su presencia es un misterio, me refiero a usted, Rafael, un siempre
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 52
preguntarse, ¿Qué estará pensando el poeta?, vivo inmersa en el misterio y por
eso la vida se me hace tan interesante. No sé tú, como dice la canción de
Manzanero, pero a mí me sucede con frecuencia que me siento como si el
ambiente en el cual me muevo, fuese un mar habitado por toda clase de cosas
extraordinarias. Hasta una cafetera italiana es algo estupendo, incluso una taza
o un caballito de madera es algo sin igual. Diga usted si no. Ante los objetos más
corrientes, ante los sucesos más cotidianos, algo le ocurre al espíritu, algo más
allá del pensar, el alma está suspendida. Se va y se queda, levita en un gozo
pequeñísimo en el instante de la extrañeza.
Nada sucede misterioso o fantástico, es en lo “natural” donde ocurre la
extrañeza. En esa soledad de lo entrañable surge el impulso de atrapar lo que
me toca y huye y se escapa en su roce con alguna revelación. Sobreviene el
instante de la extrañeza, En un solo instante las cosas inquietan su apariencia
familiar, todo se transforma y uno no sabe si está aquí o allá, y en ese estado
surge la extrañeza interrogante, encallando en lo que es la sustancia de lo que,
en nosotros, interroga, latiendo en el fondo del devenir. Es la solubilidad
completa en la otredad en el juego abierto (a veces cerrado) de la alteridad.
“Eludías
el encuentro
con el tú
magnífico,
el que te toma
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 54
y te anula como tempestad
y de ti arranca al que busca” (Amantes)
El amante es el ser que posee por entero nuestra imagen rota y nos
la devuelve intacta, íntegra, plena de toda plenitud. Nos entrega
también algo más que antes no éramos, porque habíamos sido
fragmentados, porque cuando llegábamos a ser, no había espejo que
nos contemplara, ni había cáliz que contuviera nuestra sangre toda.
El conocimiento del amante impele a reconocer que “ni un solo átomo mío es
mío”.El encuentro con el amante se produce, “no a modo de visitación / no a
modo de promesa / ni a modo de fábula / sino / como firme corporeidad, como
ardimiento, como inmediatez”.
Esta situación no podía menos que agravarse durante los 40 años de contienda civil y
larga paz de los cementerios. En 1960, cuando Rafael Cadenas publica Los cuadernos
del destierro, el primer poemario que le valió celebridad, un joven Mario Vargas Llosa
había ya pasado por Madrid y podido constatar, como recordará luego en sus
memorias de candidato a presidente frustrado, que el terreno de la vida literaria
española era más bien un erial. Conviene, así sea liminarmente, evocar estas cosas
para ir situando una obra, la de Cadenas, que ofrece, de entrada, la paradójica
singularidad de ser una de las más interesantes de la poesía contemporánea en lengua
española y de haber evolucionado fuera de todo contexto que no sea el muy estrecho y
parco de la creación poética venezolana.
Venezuela es, muy por el contrario de lo que nos enseña la geografía, una isla. El siglo
XIX, que en ese país empieza en 1811 con el desmantelamiento de la sociedad colonial
y culmina en 1899 con la llegada al poder de Cipriano Castro, fue una sucesión
ininterrumpida de guerras que anegó en sangre la sola idea de una convivencia
civilizada. La primera mitad del siglo XX quedó sellada por la larga dictadura de Juan
Vicente Gómez, caudillo campesino y ni tan siquiera déspota ilustrado, que cerró el
país a canto y lodo. Esos dos hechos trágicos -la descomposición de la sociedad civil, el
apartamiento del país de la modernidad- han ejercido una influencia duradera en las
mentalidades y la manera de situarse ante el mundo de la mayoría de los venezolanos.
Influencia que la ineficiente, corrupta democracia de estos últimos 40 años no ha
permitido contrarrestar debidamente. Venezuela es, por razones y otras que, de
nuevo, convendría analizar en detalle, un país cuyos habitantes se han acostumbrado
a vivir al margen, aislados y ensimismados. De ahí la imagen isleña.
Es preciso, creo, tener muy presente este contexto general a la hora de valorar el
interés y la especificidad de la obra poética de Rafael Cadenas. A diferencia de Vicente
Gerbasi, cuya escritura elegíaca surge de la necesidad asumida por el poeta de
instalarse en el territorio que media entre unos orígenes foráneos y lejanos, y la
masiva, espléndida, misteriosa presencia de la naturaleza venezolana, Rafael Cadenas
no cultiva la rememoración y la nostalgia. Desde Los cuadernos del destierro (1960),
el poeta busca menos "declarar su nombradía" que desbrozar un terreno previamente
acotado por otras voces. Los 31 poemas en prosa que componen este libro inaugural
pueden leerse como el minucioso, pormenorizado informe de un viajero que, antes de
zarpar y emprender una larga travesía, hiciera un repaso a lo que hasta ese entonces
han sido sus pertenencias. Los cuadernos es, desde este punto de vista, la puesta en
práctica del designio eliotiano: "set my lands in order".
Pero mi raza era distinto linaje (…) De ella me viene el gusto por las
alcobas sombrías, las puertas a medio cerrar, los muebles
primorosamente labrados, los sótanos guarnecidos, las cuevas
fatigantes, los naipes donde el rostro de un rey como en exilio se fastidia.
Señor del cambio, hijo del mar, sacude las inmóviles aguas, muda el
metal enfermo, convierte. Quítame de la detención. Hazme un nuevo
rostro.
No quiero que las manos perseguidoras me encuentren.
Sin tu favor la tarea se vuelve interminable.
En tus manos pongo mi destino.
Cadenas agota los registros de un yo lírico expansivo, pletórico, proliferante, hijo más
o menos declarado de Whitman. Es éste el primer rostro del poeta o, quizá convendría
decir, la primera máscara. Que no tardará, por cierto, en provocarle una angustiosa
sensación de impostura, de doblez. Y tengo para mí que la poesía de Cadenas comenzó
a fraguarse precisamente en el momento en que ese yo lírico intuyó que la
suntuosidad verbal con la que se arropaba escondía un peligro, quizá el mayor para el
poeta: el peligro de perderse en el laberinto de la palabra. En su segundo poemario
notable, Falsas maniobras, Cadenas dice de entrada este temor:
En este poema aparece por primera vez delineado el núcleo de la escritura de Cadenas:
la búsqueda de la unicidad, entendida no como coherencia ideológica o uniformidad,
sino como correspondencia íntima de la palabra y la postura del poeta ante la vida.
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 59
Como postura ética, Falsas maniobras marca esa inflexión, o el comienzo de esa
inflexión en la obra de Cadenas. Es un libro agonístico, que pone de manifiesto la
lucha del poeta por hallar el espacio más propicio a su voz. Una voz que acabará
diciendo no a todo lo que ha sido y dicho, y que buscará situarse, en contraste con Los
cuadernos, no ya en contraposición, sino en franca contradicción con su entorno. Esta
búsqueda de la voz auténtica se prolonga en Intemperie, libro que concluye en "Ars
poética", con la declaración angustiada de una búsqueda de autenticidad ("Enloquezco
por corresponderme") que se nutre de una sed de integridad, enunciada como una
súplica:
La preocupación por la lengua justa, el decir recto es, a mi entender, el legado más
apreciable de Cadenas. Es ella quien lo ha alejado de la gesticulación y el verbalismo,
tan frecuentes en nuestra tradición poética. Pero esa preocupación ha dado pie
también a malentendidos. Así, se ha glosado hasta la saciedad sobre el silencio de
Cadenas, sobre el hecho de que se negara a publicar durante los 11 años que median
entre las Falsas maniobras (1966) y Memorial (1977). Junto con los ecos
rimbaudianos, éste es el otro pilar en el que se asienta el mito del poeta vaticinador
que la crítica venezolana ha levantado en torno a la poesía de Cadenas. El silencio
cultivado por Cadenas habría tomado cuerpo, además, en la escritura concisa,
epigramática que se abre paso en su obra a partir de Memorial y Amante (1983). En
realidad, Cadenas no ha dejado nunca de escribir, y su silencio circunstancial es la
manifestación pública, visible (audible) de una desconfianza, de un recelo. Estamos
ante un poeta que recela del lenguaje, de sus proteicos poderes, de su capacidad para
decir y hacer decir cualquier cosa. No sólo en su poesía ha prendido esta reticencia; se
ha expresado a menudo en entrevistas, en sus ensayos y diarios, con una lucidez
desencantada que no hubiera desagradado a Karl Kraus, a quien Cadenas admira. "El
lenguaje es la vía principal que utiliza la sociedad para perpetuarse en nosotros a
través del condicionamiento", sostenía ante José Balza, y "el pensamiento ejerce una
tiranía absoluta sobre nuestra vida" (1973, p. 30). Desconfianza no amarga, sino fértil
anunciadora de una lucidez frágil, pero esencial, constitutiva, que hay que luchar por
recobrar incesantemente:
"He quemado las fórmulas (…) Todo el arrasamiento ha sido para desplazarme, para
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 60
entonces, la voz de sus poemas habla para decir la necesidad de una experiencia
genuina, para exorcizar imposturas.
Esa experiencia es, para Cadenas, la del vínculo de la palabra con la realidad, vínculo
insustituible no tanto porque permita nombrar verazmente el mundo ("Lo que miras a
tu alrededor/no son flores, pájaros, nubes, /sino/existencia. // No, son flores, pájaros,
nubes", reza un poema de Gestiones), cuanto porque hace posible que la voz que lo
enuncia sea el portavoz de un sujeto veraz. A diferencia de José Ángel Valente, poeta
en quien la búsqueda de la palabra esencial es también ejemplar, Cadenas no
propugna, sin embargo, la desnudez, el despojamiento -die eigenlichste Armut, la
íntima pobreza de Meister Eckhart-, no proclama la necesidad del desierto como
condición previa al surgimiento de la palabra más honda. El yo poético de Valente
niega para afirmar, es expresión radical de aquel intelligere incomprehensibiliter, el
entender incomprensiblemente de Nicolás de Cusa, de la negative capability de la que
hablaba Keats, del "entender no entendiendo" de San Juan de la Cruz. En Valente, la
palabra poética es el fruto de una tensión primigenia, fundacional, entre la nada
germinativa y la palabra inaudible del origen. La búsqueda del yo poético de Valente
es búsqueda del Vor-Schein, lo que aún no ha llegado a ser.
Apreciable en Amante, y hasta cierto punto exigida por el tema del poemario, esa voz
poética dialogante se ofrece diversa y abierta en Gestiones. La "imagen doble", la
división, "en innumerables personas" que tanto temía el poeta de Falsas maniobras,
se ha ido depurando en sosegada aceptación de una identidad múltiple pero
reconciliada:
Tanteas
como ebrio
en la ruta del extravío
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 61
(así se llama
nuestro segundo
nacimiento).
Ella nos conduce
fuera del mapa que
trazamos.
Lo que vimos con una
duda
-descubrimos-
no lo podíamos separar
de nosotros.
También éramos eso.
La aventura
nos trajo
este bien: no ser dueños.
II
Esta lectura de la obra de Cadenas, atenta sobre todo a la elaboración del yo poético
que en ella se manifiesta, deja de lado aspectos no menos importantes. La escritura de
Cadenas, ya se insinuó antes, tiende a la parquedad y evita la ampulosidad y el verbo
lujoso. Hay una palabra que el poeta acaricia, con su suave habla barquisimetana, y
que regresa a menudo en sus escritos y conversaciones: la palabra "menesteroso".
Hermoso vocablo que el uso ha emborronado con resonancias peyorativas. En la boca
y la pluma de Cadenas, si no lo he leído u oído mal, es el epíteto que acompaña a la
poesía. La poesía es menesterosa porque desdeña el poder; y ya sabemos lo
íntimamente asociados que están poder y lenguaje. La poesía es el otro lenguaje, el
otro del lenguaje, pues aspira a expresar lo que el lenguaje hace a un lado y aun
maltrata: "Una energía muy elemental, muy pura, muy libre, que no puede adaptarse a
nada y que al buscar voz produce ese fracaso que es la poesía", decía Cadenas en 1969.
Del "poeta menesteroso" que es Rafael Cadenas cabría decir más cosas. Por ejemplo,
la coherencia de su vida con su obra o, mejor dicho, con el yo poético que habita su
obra. En sus lecturas, en sus conversaciones, en los cursos que imparte desde hace
más de 20 años en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, y en
su manera de estar en el mundo, nada hay que desmienta o desentone con lo que ha
publicado. Integridad y sencillez son las cualidades del poeta menesteroso. En el
suplemento literario del diario El Nacional, uno de los beneficios que Cadenas
esperaba de la poesía, hace ya 32 años, era "poder caminar todavía con cierto decoro
por una ciudad irremediable". Eso lo ha logrado plenamente, y no es poca cosa en una
ciudad como Caracas, inhóspita, agresiva, doliente, o en esa otra urbe, sobrepoblada,
estrepitosa y a menudo vana, que es también la literatura de nuestros días. Un último
apunte sobre el hombre Cadenas. Es un ciudadano de a pie, en el sentido más literal
de la expresión. En una ciudad invadida por autopistas y cegada por automóviles,
Cadenas es un transeúnte amable. Nada más fácil que dar con él; basta con pasear por
Sabana Grande o visitar la Escuela de Letras. Es, también, un hombre de diálogo, es
decir, alguien que cultiva el arte de la escucha y que no se oye a sí mismo hablar.
Quizá sea ésta, en definitiva, la mejor definición de su poesía: una poesía que sabe
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 62
El origen está en una especie de quiebra psíquica al comienzo de los años 60,
la cual me llevó a hacerme preguntas que creía resueltas. Fue un despertar,
pues hasta entonces yo había vivido conforme a ideas procedentes de un
esquema que a todo responde, que todo lo explica, cuando en realidad no
existe nada que esté fuera del misterio, de ese misterio de fondo que también
nos constituye, y cualquier explicación no trasciende el campo de lo relativo
donde sí puede tener validez. Es allí donde funciona el pensamiento, más allá
no, más allá tiene que enmudecer, lo que no está mal pues es muy hablador,
porque ha de toparse con lo desconocido, con la fuente infranqueable, con lo
que ha recibido muchos nombres, pero en realidad no puede tener ninguno.
Es asombroso ¿verdad?, que en rigor no podamos dirigirle la palabra a
nuestro fundamento esencial. En cuanto al balance que me pides, no me
atrevo a hacerlo, pues me parece que implica un cierre. Se asemeja a un
inventario espiritual, lo que exigiría más espacio del que ofrece una
entrevista. Espero, sin embargo, que mis otras respuestas complementen las
que acabo de darte.
(Fracaso)
…Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
Me preocupa mucho la división del país. Estamos ante un gobierno que trata
de fabricar una revolución que en ningún momento ha definido claramente, y
ante una oposición que la rechaza por considerar que conlleva un propósito
de dominación con miras a implantar un régimen hecho de retazos
ideológicos de la vieja izquierda, militarismo y caudillismo, todo ello cubierto
con el nombre de Bolívar cuyo uso desmedido da la impresión de que el
gobierno ha literalizado el poema de Neruda a este héroe, ¿lo recuerdas?
“Todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada”, etc.., lo que está bien en
un poema, pero en la realidad resulta un exceso. En el país existe, sin duda,
libertad de expresión, pero los llamados círculos bolivarianos -tenían que
llamarse así, ¿verdad?- constituidos por el propio gobierno para su defensa,
amenazan, insultan y agreden a periodistas y a manifestantes de la oposición.
La justicia adolece de una falla radical: los poderes públicos -contralor, fiscal
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 67
y defensor del pueblo- son personas que están al servicio del régimen y no al
de la sociedad. También los magistrados del Tribunal Supremo fueron
escogidos con la misma intención, pero últimamente dieron una muestra
inesperada de independencia para consternación del gobierno que reaccionó
inmediatamente con insultos y amenazas a los magistrados que no votaron
como éste lo deseaba. En una democracia es esencial que los poderes
públicos sean realmente autónomos. A mi ver tal ha sido aquí el problema
central pues sin justicia la verdad es inoperante. La división de poderes
ideada por Montesquieu tenía el propósito de cerrarle el paso al despotismo y
moralizar el Estado, urgencia por la que claman en vano desde su nacimiento
los países de nuestro continente. “Es una experiencia constante -piensa- que
todo hombre que posee poder tiende a abusar de él y esto último es,
precisamente, lo que hay que impedir”, dice José Luis Aranguren en su libro
Ética y política (Guadarrama). Por eso dije en una declaración que ese
francés ha sido muy infortunado en nuestro país, sobre todo en el actual
periodo. De tal anomalía -a la cual se suma el control de la Asamblea
Nacional por el gobierno- se derivan los otros males que no voy a mencionar
para no extenderme, pero hay dos hechos que sí debo señalar. Uno es el que
haya sido imposible crear la comisión que investigue el crimen del 11 de abril
a fin de saber quienes son los responsables de semejante atrocidad. Sé que la
verdad es un producto muy escaso, sobre todo en Latinoamérica, pero en este
caso encontrarla es demasiado importante como para que se repita lo de
siempre: dejar que el tiempo aporte el olvido cómplice. El otro hecho es casi
inseparable del anterior: ante la corrupción también campea la impunidad.
Finalmente, no puedo pasar por alto que la cultura ha estado muy relegada.
Te daré un solo ejemplo: la Editorial Monte Avila tiene más de un año sin
recibir el aporte del Estado para la publicación de libros. Es necesario sobre
todo en Latinoamérica -permíteme insistir en esto- limitar el poder de los
presidentes, tengan o no inclinación autoritaria, pues a veces actúan como
reyes del periodo absolutista cuando simplemente son empleados públicos al
servicio del país, y nunca al de una parcialidad, lo cual sería una aberración.
Ellos son elegidos por el pueblo, denominación que incluye a todos los
sectores de una nación, no por una divinidad. Ponerles coto mediante la
constitución contribuiría a evitar que el poder los enloquezca, tal vez dejarían
de sentirse importantes, y hasta se vuelvan humildes al perder los “humos de
propia estimación”, para decirlo con frase de Santa Teresa. Después de todo,
el brillo que presta el cargo dura poco, y al concluir, el mandatario pasa o
debería pasar a ser un ciudadano corriente.
Sí, procuro ir con la vida sin oponerle resistencia. Casi me dejo llevar, aunque
a veces me atasco. Dependemos de esa fuente, pero no la poseemos, más bien
le pertenecemos. Ver, sentir eso es una apertura que puede significar mucho
para quien esté muy envuelto por su ego. Debo decirte que siempre evito la
palabra “mística” porque se presta a confusión, suscita prejuicios y está tan
cargada de sentidos que terminamos por no saber qué significa. Al usarla
conviene tener la precaución de precisar qué tratamos de decir con ella.
Razón y misterio no se oponen, lo que pasa es que ella llega a un punto
después del cual no puede seguir. Allí se encuentra con el espacio del
misterio, palabra que por cierto tiene la misma etimología del término
“místico”. Deriva como éste de mistés, que designaba en Grecia a la persona
iniciada en los ritos secretos. Si lo que llamas certeza religiosa tiene que ver
con creencia, pues no tengo ninguna. ¿Creer significa religión? Pienso que
no, aunque es lo que piensan los más. Pero sentir el misterio que nos rodea y
nos constituye sí me parece religiosidad.
Hoy pienso más las palabras, lo que tal vez no sea conveniente para la poesía,
pero ¿qué puedo hacer? En su reino no caben las decisiones. Los cambios se
dan un poco solos. Van apareciendo sin que uno se dé cuenta aunque están
vinculados con nuestro movimiento interior. Mi actitud no es estética, si bien
le doy, claro, mucha importancia a la forma, sin ella no hay poema ni nada, y
lo que haya de ética en mi trabajo nace de un sentimiento de unidad, de esa
unidad que subyace en todo lo existente. Uno puede rechazar posiciones
ideológicas de otros sin perder de vista que son seres humanos, y lo más
importante es esta condición. Percatarse de que ella está por encima de todo
es muy saludable en este mundo tan lleno de violencia. El crimen en política
comienza con la palabra “enemigo”. Usarla es ya prepararla.
Un tema constante a lo largo de sus libros, es una revisión del lenguaje, del
poema y del poeta. Para usted, la poesía es contrapeso y contraste del
poder, una ofrenda. En cuanto al autor “uno sólo espera de los poetas un
óbolo que sirva para el trayecto”. Pero ante la barbarie, ¿el poema y poeta
tiene algún sentido frente a esta realidad?
No seríamos los mismos lectores que hoy somos sin habernos asomado a ese
discurso que sólo propone una ambición: recuperar la nitidez del ser humano.
De eso se trata cualquiera de sus títulos. A eso apuntan Los cuadernos del
destierro, Falsas maniobras, Memorial y Gestiones (por nombrar un puñado).
Cadenas -su poesía, sus ensayos, sus jirones- ha insistido en una obsesión:
reconciliarse con el acto mismo de estar vivos. No es una hipótesis mía. Lo ha
dicho con todas sus letras: “el hombre ha perdido la poética del vivir”. Y en
muchas ocasiones se empina un poco más: “Vivir en el misterio: frase
redundante”. A veces, cuando asume el tono del aforismo, pareciera que busca
convencernos.
Quizás estoy derramando agua sobre el agua. Los lectores de poesía de esta
comarca sabemos muy bien cuán decisivos son los libros de Rafael Cadenas.
Sabemos que hay muchos poetas en este país, buenos y malos, pero son pocos
los imprescindibles. Estamos, quién lo duda, ante uno de ellos. Y digámoslo: la
mejor manera de celebrar a un poeta es leerlo con afán, deteniéndose en sus
rincones, colocando la mirada donde él, en el poema, logró hacerlo, calcar el
instante, y así, entenderlo, descubrirlo. En un país signado por la incertidumbre,
balanceándonos entre la zozobra y la vigilia, quizás valga la pena recuperar la
voz de nuestros grandes poetas. Y yo sugiero hoy a Rafael Cadenas, no como el
único, pero sí como alguien que nos puede acompañar a reconciliarnos con el
compromiso de estar vivos. En su poesía no triunfa la belleza, sino la verdad. Y
últimamente nos está haciendo falta mucha verdad. Una exigencia más ardua
con el rostro que nos devuelve el espejo. Un compromiso mayor con el
amanecer.
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 74
Este largo poema en prosa se enlaza con toda una tradición de poesía
narrativa que se inicia en el siglo XIX con los románticos, continúa en
Baudelaire y sus “petits poèmes en prose” y que en América Latina alcanza con
Azul de Rubén Darío su concepción más moderna. Para Eduardo Milán “la
narratividad poética combatiría el concepto de poesía lírica heredado de la
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 75
tradición y retrotraería a la poesía latinoamericana a las funciones épicas de la
lengua” (Milán, 2001:15).
(Cadenas, 1960:11).
Yo nunca creí que mis ojos, orejas, boca, piel, nariz, movimientos,
gustos, dilecciones, aversiones me pertenecían enteramente.
A pesar de que en este poema no encontramos una retórica del terruño, hay
una serie de alusiones a la tierra siempre elogiosas “La tierra es un tesoro
franqueado por los vendavales a las manos fértiles, instrumentos de mi raza”
(Cadenas, 1960: 27) que aunadas a la valoración de la memoria emparentan a
Cadenas con la tradición de la que Palomares y Montejo son herederos. La
exaltación de la tierra se opone a la descripción de las ciudades que le producen
“un recurrente sentimiento de desafección” (Cadenas, 1960:29).
Las dos pasiones ante las que el hablante claudica son un ´tú` femenino al
que dedica parte de estas memorias y el lenguaje “Así como sucumbo a vocablos
pudiera sujetarme a tu mirada” (Cadenas, 1960:48).
La reflexión sobre el lenguaje es uno de los ejes de esta obra. George Steiner,
en Gramática de la creación, comenta
En Los cuadernos del destierro conviven los contrarios, magia y logos, sonido
y silencio, presencia y ausencia del hablante, en una lucha por superar el límite
del lenguaje mismo.
Retrocedo hacia mi origen para recomenzar por otro silencio que me lleve a
más dulces dominaciones. Exhausta está mi lengua, la matriz amante.
Es muy duro decir, es muy duro callar. Ofreceré mi corazón a los villanos
(Cadenas, 1960:51-52).
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 79
El poeta plantea la incapacidad del lenguaje para nombrar con propiedad la
realidad, para revivir el pasado y para expresar los estados de ánimo. Para
Steiner, “en un gran poema lírico hay una amorosa hostilidad hacia el lenguaje.
Más exactamente, el poeta busca traspasar las fronteras de su lenguaje”
(Steiner, 2001:190). En Cadenas la lucha con el lenguaje se refleja en el
siguiente poema de modo categórico:
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que tengo vergüenza por actos que no he cometido que poco me ha faltado
para echar a correr por la calle
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más
burlado en mi ridícula ambición que estoy cansado de recibir consejos de
otros más aletargados que yo (“Ud. Es muy quedado, avíspese, despierte”)
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los
otros y de mí hasta
en situaciones corrientes.
permitido olvidar
He de encajar en mi molde.
En este texto Cadenas propone una nueva poética con una actitud más
auténtica y comprometida, a la vez que nos deja entrever la tendencia
orientalista de sus planteamientos metapoéticos. La búsqueda de la iluminación
a través del Budismo Zen se hace más explícita en los poemas “Mirar” y “Satori”.
ovípara
podrías llamarte …
pero tu nombre es
y no te puedo llamar
todo tan absurdo como esas mañanas sin amor que el espejo de los baños
recoge y protege
BIBLIOGRAFÍA
___. 1979. Los cuadernos del destierro. Falsas maniobras. Derrota. Caracas:
UCV.
NOTAS
[2] En “Mala sangre” Rimbaud escribe “He heredado de mis antepasados galos,
el ojo azul claro, la frente estrecha y la torpeza en la lucha. Encuentro mi
vestimenta tan bárbara como la suya. Pero yo no engraso mi melena.
Los galos eran los desolladores de animales, los quemadores de hierba más
ineptos de su tiempo.
[3] José Barroeta en su libro Lector de travesías dice a propósito del poema:
Derrota”, de Rafael Cadenas, fue publicado por primera vez en “Clarín de los
Viernes”, página artístico-literaria, del diario Clarín, que la izquierda
venezolana auspiciaba en momentos difíciles, controvertidos, de subversión”
(Barroeta, 1994:51). “El poema, durante largo tiempo, no aparece en ninguno de
los libros editados por el autor. En 1979, en la edición antológica de Fundarte,
revisada y corregida por el autor, se incluyen los Cuadernos del destierro,
Falsas Maniobras y Derrota, es decir, como texto diferenciado, guardando su
propia independencia del resto del discurso literario de Rafael Cadenas. En
1966, ese infatigable divulgador de la poesía latinoamericana contemporánea
que fue Aldo Pellegrini, recoge el poema “Derrota” en la Antología viva de la
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RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 87
poesía latinoamericana, impresa en Barcelona por la editorial Seix Barral”
(Id:54).
[4] El poema, traducido por Octavio Paz como “Tabaquería” comienza así:
...
Fracasé en todo.
Como no tenía propósito alguno, todo tal vez fuese nada.”
[6] “la presencia del doble siempre se refiere a la existencia de un “otro”, de una
alteridad, lo que supone el planteamiento de cualidades humanas en
recurrencia, sincretismo u oposición. En todo caso, el doble remite a la
expresión o reconocimiento de una carencia o insatisfacción en el seno del
propio sujeto, con frecuencia fuertemente interiorizada. El doble constata y
certifica una personalidad escindida; es un concepto dialógico, al exigir
condiciones formales propias de la interacción, y con frecuencia existencial, al
implicar al sujeto en una secuencia temporal en la que cada uno de sus yoes
adquiere forma objetiva. Como signo objetual de desdoblamiento, el espejo
representa al ser que se es, y supone la representación del sujeto desde la
exterioridad, el examen del propio yo como algo ajeno, como un ´tu`” (Maestro,
1998:294-295).
Rafael Cadenas
Por Fabienne Bradu
Muestrario de Poesía
1. La eternidad y un día y otros poemas / Roberto 28. La lengua de las cosas y otros poemas / José
Sosa Emilio Pacheco
2. El verbo nos ampare y otros poemas / Hugo Lindo 29. La tierra baldía y otros poemas / T.S. Eliot
3. Canto de guerra de las cosas y otros poemas / 30. El adivinador de hojas y otros poemas /
Joaquín Pasos Odysseas Elytis
4. Habitante del milagro y otros poemas / Eduardo 31. Las ventajas de aprender y otros poemas /
Carranza Kenneth Rexroth
5. Propiedad del recuerdo y otros poemas / Franklin 32. Nunca de ti, ciudad y otros poemas / Czeslaw
Mieses Burgos Milosz
6. Poesía vertical (selección) / Roberto Juarroz 33. El barco en llamas y otros poemas / Jaroslav
7. Para vivir mañana y otros poemas / Washington Seifert
Delgado. 34. Uno escribe en el viento y otros poemas /
8. Haikus / Matsuo Basho Gonzalo Rojas
9. La última tarde en esta tierra y otros poemas / 35. El animal que llora y otros poemas / Antonio
Mahmud Darwish Gamoneda
10. Elegía sin nombre y otros poemas / Emilio 36. Los andamios del mundo y otros poemas /
Ballagas Ledo Ivo
11. Carta del exiliado y otros poemas / Ezra Pound 37. Dominican Style y otros poemas / Alexis
12. Unidos por las manos y otros poemas / Carlos Gómez Rosa
Drummond de Andrade 38. Poesía francesa actual / Muestra de 40 autores
13. Oda a nadie y otros poemas / Hans Magnus 39. Número equivocado y otros poemas / Wislawa
Enzersberger Szymborska
14. Entender el rugido del tigre / Aimé Césaire 40. Desde la república de la conciencia y otros
15. Poesía árabe / Antología de 16 poetas árabes poemas / Seamus Heaney
contemporáneos 41. La tierra giró para acercarnos y otros poemas /
16. Voy a nombrar las cosas y otros poemas / Eliseo Eugenio Montejo
Diego 42. Secreto de familia y otros poemas / Blanca
17. Muero de sed ante la fuente y otros poemas / Tom Varela
Raworth 43. Tal vez no era pensar y otros poemas / Idea
18. Estoy de pie en un sueño y otros poemas / Ana Vilariño
Istarú 44. Bajo la alta luz inmerso y otros poemas /
19. Señal de identidad y otros poemas / Norberto Mariano Brull
James Rawlings 45. Las ocupaciones nocturnas / Jorge Enrique
20. Puedo sentirla viniendo de lejos / Derek Walcott Adoum
21. Epístola a los poetas que vendrán / Manuel Scorza 46. La gruta de las palabras y otros poemas /
22. Antología de Spoon River / Edgar Lee Masters Vladimir Holan
23. Beso para la Mujer de Lot y otros poemas / Carlos 47. La vida nada más, la sola vida y otros poemas
Martínez Rivas / Gastón Baquero
24. Antología esencial / Joseph Brodsky 48. El futuro empezó ayer / Luis Cardoza y Aragón
25. El hombre al margen y otros poemas / Heberto 49. Los errores necesarios y otros poemas /
Padilla Joaquín Giannuzzi
26. Réquiem y otros poemas / Ana Ajmátova 50. Jardín de Piedra / Fernando Ruiz Granados
27. La novia mecánica y otros poemas / Jerome 51. Hablar desde La inseguridad / Rafael Cadenas
Rothenberg
MUESTRARIO DE POESÍA 51
RAFAEL CADENAS – HABLAR DESDE LA INSEGURIDAD 94
Colección
Muestrario de
Poesía
2009