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En el capítulo anterior citamos a Juan Pablo II, quien habló de los límites
de la ciencia. En este capítulo veremos como los científicos proponen
teorías filosóficas, totalmente ajenas al ámbito de la ciencia.
Miles de personas a través de la historia, han dedicado su vida y han hecho sus
mayores esfuerzos por aumentar el conocimiento de la raza humana para beneficio
general, muchos de ellos creyentes monoteístas. Que su trabajo no siempre haya sido
desinteresado ni sus intereses prístinos, no obvia el hecho de que cada cosa que
disfrutamos hoy día en nuestra sociedad urbana occidental, incluyendo la posibilidad
de que debatamos estos temas a través de foros virtuales y así establezcamos un
diálogo constructivo sin importar en qué lugar del mundo nos encontremos, lo
debemos a ellos, al trabajo que se han tomado de pensar y construir un mundo que,
acertada o equivocadamente, pero contundentemente, han considerado mejor para
todos nosotros.
Por ello, quiero en primer lugar declarar mi profunda admiración y respeto por todos
los hombres y mujeres de ciencia en la historia de la humanidad (es decir, por todos
aquellos que han tenido por norte la búsqueda de la verdad), aún por aquellos que han
estado equivocados pero no han cejado en su intento por develar los secretos del
universo y del hombre, incluidos (y muy especialmente) aquellos que en el anonimato
han hecho su aporte para el avance del conocimiento.
"Sólo se comprende todo el bien con el intelecto. No hay modo de vida (o
Religión verdadera) para quien no tiene intelecto", Mahoma.
En realidad no existe ninguna división realmente entre ciencia y religión. Hay división
entre científicos ateos (por sus creencias, no por su ciencia) y científicos creyentes y
teólogos. Por definición, si Dios existe, es el creador del mundo y por lo tanto la
naturaleza y su estudio no pueden contradecirlo. Sin embargo los científicos si pueden
equivocarse en sus interpretaciones en un sentido y otro.
Por lo anterior no puede hablarse de ‘un conflicto entre la Ciencia y la Religión’ sino de
un conflicto entre científicos -que ha habido muchos- en el que los mismos científicos,
tanto Galileo como los anti-galileanos usaron la religión -equivocadamente- como
argumento para apoyar sus ideas.
• “El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se apresura con los
pies, peca.”, Proverbios 19:2
La ciencia es un saber público, lo que significa que sus enunciados son validos para
cualquier sujeto que tenga acceso a sus razones y pruebas. Para aprender ciencia y
adquirir un conjunto de conocimientos científicos no es necesario poseer una capacidad
especial, solo se necesita recibir una educación adecuada a tal fin.
Quien puede entrar en crisis o desear semejante independencia son los científicos, los
hombres, no la ciencia que practican. De hecho, tenemos un claro ejemplo en
Dawkins, cuyo objetivo parece ser eliminar a Dios de este mundo, o al dr. Francis
Collins, reconocido genetista y biólogo norteamericano, cuyo objetivo es el opuesto,
parece querer "meter" a Dios en la ciencia.
W = ∫F dl.
, y si Dios hace trabajo, Dios está aumentando la energía del sistema de un modo
físicamente ilegal: ¡se está cargando la conservación de la energía mecánica! Podemos
seguir, pese a ello, si nuestro creyente considera oportuno considerar a Dios un
sistema termodinámico que cede energía a otros sistemas, ahora bien, al margen de
las leyes entrópicas que afectarían a Dios en este caso, llegamos a la conclusión
importante: nuestro científico es un traidor al método. Un traidor porque acepta y
trabaja con la conservación de la energía en un mundo donde no se considera a Dios,
cuando sabe que si Dios apareciese el modelo se desmorona. ¡Está dejando circular
leyes en las que no puede creer, bien sea que Dios puede mover la materia, bien sea
que la energía se conserva! Y en este caso, tal y como está planteado, no tiene sentido
decir que Dios está al margen del asunto.” [2]
Pero la respuesta que se puede dar es que “no puedes luchar de forma razonada
contra la omnipotencia de Dios, pues tendría la capacidad de que las leyes de la física
se respetasen o no a voluntad. Puesto que el método científico se basa en confirmación
experimental de los hechos y que tantas y tantas teorías físicas han sido revisadas con
el paso de los años, uno podría llegar a la conclusión de que siempre estaremos
equivocados, pues habrá algo que se nos escape. Quizás detrás de eso esté la mano
de Dios.” [3]
“Creo que no se puede aplicar las mismas herramientas para intentar explicar el
comportamiento de la naturaleza que para demostrar o no la existencia de Dios. Con el
método científico se ha llegado muy lejos pero en mi opinión es un método para “andar
por casa” si te vas a hacer preguntas mas profundas no creo que tenga validez
ninguna. Soy estudiante de física y creyente porque creo que hay que saber diferenciar
lo que nuestra comprensión puede abarcar y lo que no, y el método científico no
abarca a Dios. La ciencia llegará muy lejos pero nunca llegará a descubrir la esencia
del alma.” [4]
Hay un conflicto contemporáneo entre la ciencia y la religión. No es nuevo, y viene
desde la época de Galileo. La literatura, el cine, los medios de comunicación, nos traen
constantemente a memoria escenas de este conflicto.
Nos interesa tener en cuenta que al final del período griego y principios de nuestra
civilización cristiana, permanecía inamovible la creencia en la autonomía y superioridad
del pensamiento teórico humano, frente a la religión y el conocimiento práctico, así
como el desprecio hacia la práctica en sí. Esa creencia en la ciencia y la razón
constituía la base de la seguridad y el poder de la élite. El rasgo más importante de la
filosofía y la ciencia, desde entonces en adelante, hasta finales de la Edad Media, fue el
compromiso entre la fe cristiana y la idea entonces reinante acerca de la ciencia: hacer
al hombre independiente mediante la investigación autónoma y neutral de la ciencia.
Con el fin de hacer a la fe y a la razón independientes entre sí, fue necesario constituir
dos niveles de vida, como Aquino hizo: el natural, donde la razón domina
independientemente de la fe, y por sus propias luces, y el sobrenatural donde la fe
marca el rumbo.
La ciencia moderna apareció tras el período escolástico. Sin ningún género de dudas
vemos que adoptó el esquema “natural-sobrenatural”. La neutralidad de la ciencia era
algo presupuesto. Esto desembocó en una nueva actitud hacia el hombre y el mundo.
El lazo entre la ciencia y la iglesia se rompió tanto a causa del Rehacimiento
(humanismo) como de la Reforma. Mientras que la Reforma se oponía a la ¡dea de una
naturaleza autónoma y en general a la idea de que algo podía ser independiente de
Dios, o intocado por el pecado y capaz de perfeccionarse sin la gracia, al propio tiempo
proclamaba la vocación del hombre para servir a Dios en su creación, desarrollándola y
dominándola. Ese reto inspiró a los hombres a investigar la tecnología y las ciencias. El
humanismo, por el contrario, utilizó la idea de la naturaleza y la razón autónoma para
proclamar la independencia del hombre respecto a Dios, engendrando de este modo su
seguridad y poder seculares. También esta creencia sirvió de inspiración a la ciencia.
Más adelante volveremos a referirnos a esta diferencia. Pero primero debemos fijarnos
en el nuevo método que ha hecho que la ciencia sea lo que hoy es.
Claro está que el actual desprecio hacia la religión al principio en la intención de los
científicos, Descartes esperaba servir la causa de la religión, y Newton ensalzó el honor
divino al explorar las leyes naturales por las que Dios había establecido el orden. Pero
esa misma idea de que existen leyes que regulan completamente la naturaleza y que,
en principio, están a disposición de la ciencia, no sólo condujo al deísmo (el
“absentismo” de Dios), sino que produjo, durante el siglo XIX, la noción científica de
que podía omitirse toda especulación respecto a Dios. Sin embargo, aunque esta
secularización de la vida no molestó al científico en su disfrute de la primera emoción
de su revolucionadora victoria, no deja de ser cómico e irónico el pensar que esta
“todopoderosa” ciencia, que no tenía lugar para Dios, fue incapaz de hallar un lugar
para el propio hombre. La soberanía y libertad de éste, fin supremo del humanismo,
fueron barridas por la ciencia. Esta ha producido un alejamiento entre el hombre y los
instrumentos con los que ha de construir el poder y la seguridad.
Se continuaba creyendo que la ciencia era independiente y neutral, y como tal la única
forma segura de conocimiento y dominio del mundo. ¿Pero cómo podía cumplirse esta
promesa tras el fracaso del idealismo especulativo? Comte bosquejó la esperanza del
futuro. Su positivismo se ocuparía únicamente de los hechos de la realidad. Estos
hechos son realmente verdaderos y, desde luego, neutrales.
Era de esperar que esta ley general, de acuerdo con el espíritu del siglo XIX, subrayara
el progreso. Esto, sin embargo, nos demuestra que la neutralidad no es tan neutra
como se pretendía. Estaba claramente basada en una fe presupuesta en el progreso.
Este modelo asumido del progreso nunca fue demostrado científicamente, y no
obstante se aplicó a diversos campos de la investigación científica. Podemos dar
muchos ejemplos. Los más conocidos son la ley general de la evolución, patrocinada
por Darwin y Spencer, y la ley del materialismo histórico, proclamada por Marx, quien
insistió en la necesaria evolución histórica hacia una sociedad comunista. La ley de la
evolución de Darwin afirmaba la continua evolución de la vida, a partir de la materia, y
de las formas superiores de vida, partiendo de las inferiores, estando este proceso de
desarrollo regulado por leyes físicas y por el azar. La ley de Spencer era más
complicada, y esencialmente filosófica, pero también argüía que la realidad estaba
regida únicamente por leyes físicas. De este modo la ciencia erigió una imponente
estructura de conocimiento independiente de la religión, superior a la fe,
esencialmente neutral, y en principio considerada como “todopoderosa” [6]
Algunos científicos, creen que esto se solucionaría, por ejemplo, poniendo a la biología
evolutiva en el centro de todo: su mensaje es que si llegamos a saber quiénes somos,
mediante un mejor conocimiento de la evolución y de sus resultados, sabremos hacia
dónde hemos de ir (la tesis central de la sociobiología)
Según estos intelectuales, las ciencias naturales son la clave para unificar todo lo
demás: las ciencias sociales, las artes, la ética y la religión deberían interpretarse en
clave biológica.
Pero esto significa que nos encontramos, una vez más, con una especie de
cientificismo que pretende juzgar toda la realidad utilizando como metro la ciencia
natural.
En los Estados Unidos, como consecuencia de los conflictos judiciales creados por los
"creacionistas científicos", se han visto obligados a precisar cuidadosamente qué es
ciencia y qué no es ciencia, y cuál es el alcance de la ciencia. A estas alturas no tiene
sentido pretender que la ciencia lo explique todo, ni se puede presentar la ciencia y la
religión como si fuesen realidades opuestas, ni cabe diluir la religión y la ética en la
ciencia.
Sin duda, subsisten puntos en los que es necesario realizar un esfuerzo para
comprender la armonía entre ciencia y fe. Pero si nos limitamos a los aspectos básicos,
puede decirse que el espectacular progreso de las ciencias más bien invita a plantear
las cuestiones religiosas sobre una base cada vez más amplia y más interesante. De
hecho, son muy abundantes las publicaciones actuales donde científicos, filósofos y
teólogos estudian esta temática, y el creciente interés que suscitan muestra que los
avances de la ciencia, lejos de arrinconar a la religión, le proporcionan nuevas alas.
La tesis positivista no permite comprender que en nuestra época, una vez que se ha
conseguido un avance científico y técnico mayor que nunca, la religión continúe
estando ampliamente presente, también en la vida de muchas personas que se
dedican profesionalmente a la ciencia. Además, puede mostrarse que el positivismo es
demasiado superficial, porque la ciencia, si bien tiene una autonomía propia, se
relaciona estrechamente con ideas filosóficas: la ciencia tiene unos supuestos
filosóficos sin los cuales ni siquiera podría existir, y el progreso científico retroactúa
sobre esos supuestos, ampliándolos y precisándolos.
Yo entiendo que si hay una crisis. Lo vemos en el choque con la teoría de la Evolución
y el creacionismo que sin duda es una reacción muy fuerte en contra de esta teoría; se
que hay excesos, pero también los ha habido de parte de la ciencia que aun
proclamando su independencia de Dios no lo ha sido.
Cuando hablo de ciencia también englobo a las tecnologías. Por ejemplo, las
manipulaciones genéticas aprobadas en algunos países como Inglaterra, el
armamentismo de Irán, que apunto sus misiles hacia Tel Aviv, en el tema del
calentamiento global, en el conspiranoico proyecto HAARP de los Estados Unidos, etc.
El problema esta en la independencia de Dios. Nada en este mundo puede estar
independiente de Dios.
En verdad, los excesos no los provoca la ciencia, en todo caso los científicos. Como no
lo hace el cristianismo, sino los cristianos.
El hecho de que la ciencia haya dado lugar a armas nucleares o armas biológicas no
quiere decir que la ciencia se haya excedido o que se haya independizado de Dios. La
ciencia es la que es y los problemas por el uso que hagan los seres humanos de ella.
La energía nuclear puede dar energía a un país entero a través de un central nuclear, o
devastar una ciudad entera a través de una bomba atómica. Igualmente, la biología
puede dar lugar a una vacuna contra la viruela o crear un virus mortal. Un símil: con
un cuchillo puedes cortar alimentos o asesinar a alguien. En cualquier caso, depende
del uso que se haga de la ciencia, es decir, depende de las personas.
Es sabido que hay conflictos ciencia - religión. Uno de los más extremos quizás sea el
de los creacionistas.
El libro "Las Bases Bíblicas de la Ciencia Moderna", fue publicado en 1984 por el
ingeniero hidráulico protestante y profesor universitario estadounidense Henry Morris,
cofundador del Instituto para la Investigación de la Creación (entidad privada sin
ánimo de lucro que exige a todos sus miembros una confesión de fe sobre el fijismo de
las especies creadas, la universalidad del diluvio y la realidad histórica de la Creación
según el Génesis) y de la Sociedad de Investigación de la Creación. En su libro, Morris
(considerado por algunos como el padre del creacionismo moderno) esgrime una serie
de argumentos con los que defiende la doctrina de la Infalibilidad de la Biblia, desde
una posición radical, fundamentalista.
Hay un sitio en Internet, a nombre de Ureña (www.antesdelfin.com), que se
complementa con otros artículos supuestamente escritos por él, en los que
sencillamente resume y amalgama las ideas de otros cristianos creacionistas
protestantes como Carl Baugh, Dennis Petersen y Joseph Dillow, así como del mismo
Henry Morris.
Algunas personas creen incluso que Ureña no existe, sino que es un personaje creado
por un staff de creacionistas de Tierra joven que ha diseñado la figura de un
afroamericano exitoso con una familia perfecta, de ideas apocalípticas, defensor de la
teoría del Rapto y miembro del Instituto para la Investigación de la Creación, como
medio para lograr la colonización de América Latina con los dogmas de dicho Instituto.
De manera que los análisis que aquí hago sobre la correlación entre Biblia y ciencias
modernas, no son una respuesta a una publicación en particular o a las ideas de una
persona individual, sino que son un estudio concienzudo sobre la forma en que muchos
de los más reconocidos cristianos creacionistas (es especial los de Tierra joven)
defienden su postura.[11]
Desafortunadamente algunos de estos avances en la ciencia han sido sólo para atacar
a la Poderosísima Palabra de Dios.
La traducción sistemática del árabe al latín de las obras médicas griegas y árabes más
importantes, tuvo su epicentro en el Toledo del siglo XII, y gracias a esto, durante ese
siglo se inició el auge de la medicina medieval occidental. Con el surgimiento de las
universidades en el siglo XIV, la medicina dejó de estar en manos de los monjes. A su
vez, los creyentes musulmanes tradujeron del griego al árabe las obras del médico
griego Galeno, el filósofo macedonio Aristóteles y el médico griego Discórides, entre
otros, entre los siglos VIII y IX, consolidándose el sistema de Galeno en la medicina
islámica y, en consecuencia, en la medicina occidental que dependía de ella. El
desarrollo de todas las ciencias en el mundo del Islam, principalmente en el Bayt al
Hikma o Casa de la Sabiduría, en Bagdad, hizo del Islam el imperio de mayor avance
científico y tecnológico en el mundo.
El sistema decimal y los números arábigos en uso hoy día (ideados en India pero
adoptados y desarrollados por el Islam), aparecen en el siglo IX, pero este enorme
avance no fue conocido en occidente hasta el siglo XII gracias a una traducción del
árabe al latín. En definitiva, sin el trabajo de los musulmanes y de los monjes
cristianos, ambos profundamente creyentes en el Dios de Abraham, hoy día
seguiríamos creyendo que la Tierra es plana, y que es el centro del universo alrededor
del cual giran todos los astros,, como promulgaba la Iglesia en el medioevo (no
olvidemos que en el siglo XVII la Iglesia Católica Romana prohibió cualquier mención al
sistema de Copérnico y condenó a Galileo Galilei por decir que la Tierra se movía).
Mientras la Iglesia Católica Romana temía que el trabajo de los científicos pudiera
derrumbar los preceptos teológicos y doctrinales en los que basaba su poder
económico y político, los reinos musulmanes estaban ávidos de conocimiento,
alentados por las palabras del propio Profeta del Islam: “La búsqueda del conocimiento
es un deber para todo musulmán”, Mujámmad. Los trabajos de los musulmanes,
filtrados a los monasterios, traducidos y analizados por monjes cristianos, fueron
fundamentales para que se fueran cocinando poco a poco las condiciones necesarias
para el surgimiento de la Ilustración.
Otro tema más difuso es que rodea algunos temas biomédicos, como las células
madre, la ingeniería genética, etc. que están más ligados a la ética que a la ciencia.
Algunos científicos opinan, por Ej., que en el caso del creacionismo, los científicos
creacionistas reconocieran que su objeción a la TE está fundamentado en un conflicto
religioso. Para los científicos, el hecho de que se llenen miles de páginas webs y se
escriban libros “científicos” para refutar la TE científicamente, sin un sólo experimento,
es “un ataque a la ciencia”. Están llenando internet de información sin ningún valor
académico. Pero eso también sucede con la religión. O acaso las sectas no publican sus
creencias, o las webs con pornografía no han invadido el ciberespacio?
Quizás por eso encaja mejor el D.I. como hipótesis preliminar a la teoría de la
evolución, por su agnosticismo y por su flexibilidad para adaptarse a cualquier religión,
pero lamentablemente hasta ahora no han podido superar la etapa de hipótesis, no
pudiendo hacer ningún aporte a lo que llamamos ciencia moderna. Lamentablemente
nada es neutral en si mismo en cuanto a creencia religiosa. Aunque las últimas noticias
que uno tiene de los teóricos del D.I es que este aún no ha sido falseado.
Cuando uno determina la neutralidad, en realidad esta declarando ser atea, en el
sentido de sin dioses.
Aunque la intención es buena, yo la entiendo, pero la necesidad de autonomía de Dios,
la transforma en un ente independiente de Dios, y sin pautas claras de lo que esta bien
y esta mal, y arrastra a muchos un endiosamiento inconsciente de la ciencia,
transformándola en cientificismo, o naturalismo.
Por tanto, las discusiones continúan. Me temo que continuarán siempre. Los más
próximos a la ciencia son precisamente quienes sostienen que ciencia y religión no se
oponen e incluso se complementan. [14]
Aunque los estudios filosóficos y teológicos de las últimas décadas suelen incluir
importantes referencias a la evolución, estamos lejos todavía de haber conseguido
explicaciones profundas y claras que integren los conocimientos científicos con la
perspectiva metafísica. [15]
Yo entiendo que si hay una crisis. Lo vemos en el choque con la teoría de la Evolución
y el creacionismo que sin duda es una reacción muy fuerte en contra de esta teoría; se
que hay excesos, pero también los ha habido de parte de la ciencia que aun
proclamando su independencia de Dios no lo ha sido.
Cuando hablo de ciencia también englobo a las tecnologías. Por ejemplo, las
manipulaciones genéticas aprobadas en algunos países como Inglaterra, el
armamentismo de Irán, que apunto sus misiles hacia Tel Aviv, en el tema del
calentamiento global, en el conspiranoico proyecto HAARP de los Estados Unidos, etc.
Creo que el problema esta en la independencia de Dios. Nada en este mundo puede
estar independiente de Dios. Vemos que la unión de la ciencia y la Tecnología ha dado
un poder terrible a la humanidad, y se esta volviendo en contra de nosotros.
En verdad, los excesos no los provoca la ciencia, en todo caso los científicos. Como no
lo hace el cristianismo, sino los cristianos.
Es sabido que hay conflictos ciencia - religión. Uno de los más extremos quizás sea el
de los creacionistas.
El libro "Las Bases Bíblicas de la Ciencia Moderna", fue publicado en 1984 por el
ingeniero hidráulico protestante y profesor universitario estadounidense Henry Morris,
cofundador del Instituto para la Investigación de la Creación (entidad privada sin
ánimo de lucro que exige a todos sus miembros una confesión de fe sobre el fijismo de
las especies creadas, la universalidad del diluvio y la realidad histórica de la Creación
según el Génesis) y de la Sociedad de Investigación de la Creación. En su libro, Morris
(considerado por algunos como el padre del creacionismo moderno) esgrime una serie
de argumentos con los que defiende la doctrina de la Infalibilidad de la Biblia, desde
una posición radical, fundamentalista.
Algunas personas creen incluso que Ureña no existe, sino que es un personaje creado
por un staff de creacionistas de Tierra joven que ha diseñado la figura de un
afroamericano exitoso con una familia perfecta, de ideas apocalípticas, defensor de la
teoría del Rapto y miembro del Instituto para la Investigación de la Creación, como
medio para lograr la colonización de América Latina con los dogmas de dicho Instituto.
De manera que los análisis que aquí hago sobre la correlación entre Biblia y ciencias
modernas, no son una respuesta a una publicación en particular o a las ideas de una
persona individual, sino que son un estudio concienzudo sobre la forma en que muchos
de los más reconocidos cristianos creacionistas (es especial los de Tierra joven)
defienden su postura.[17]
Desafortunadamente algunos de estos avances en la ciencia han sido sólo para atacar
a la Poderosísima Palabra de Dios.
La traducción sistemática del árabe al latín de las obras médicas griegas y árabes más
importantes, tuvo su epicentro en el Toledo del siglo XII, y gracias a esto, durante ese
siglo se inició el auge de la medicina medieval occidental. Con el surgimiento de las
universidades en el siglo XIV, la medicina dejó de estar en manos de los monjes. A su
vez, los creyentes musulmanes tradujeron del griego al árabe las obras del médico
griego Galeno, el filósofo macedonio Aristóteles y el médico griego Discórides, entre
otros, entre los siglos VIII y IX, consolidándose el sistema de Galeno en la medicina
islámica y, en consecuencia, en la medicina occidental que dependía de ella. El
desarrollo de todas las ciencias en el mundo del Islam, principalmente en el Bayt al
Hikma o Casa de la Sabiduría, en Bagdad, hizo del Islam el imperio de mayor avance
científico y tecnológico en el mundo.
El sistema decimal y los números arábigos en uso hoy día (ideados en India pero
adoptados y desarrollados por el Islam), aparecen en el siglo IX, pero este enorme
avance no fue conocido en occidente hasta el siglo XII gracias a una traducción del
árabe al latín. En definitiva, sin el trabajo de los musulmanes y de los monjes
cristianos, ambos profundamente creyentes en el Dios de Abraham, hoy día
seguiríamos creyendo que la Tierra es plana, y que es el centro del universo alrededor
del cual giran todos los astros,, como promulgaba la Iglesia en el medioevo (no
olvidemos que en el siglo XVII la Iglesia Católica Romana prohibió cualquier mención al
sistema de Copérnico y condenó a Galileo Galilei por decir que la Tierra se movía).
Mientras la Iglesia Católica Romana temía que el trabajo de los científicos pudiera
derrumbar los preceptos teológicos y doctrinales en los que basaba su poder
económico y político, los reinos musulmanes estaban ávidos de conocimiento,
alentados por las palabras del propio Profeta del Islam: “La búsqueda del conocimiento
es un deber para todo musulmán”, Mujámmad. Los trabajos de los musulmanes,
filtrados a los monasterios, traducidos y analizados por monjes cristianos, fueron
fundamentales para que se fueran cocinando poco a poco las condiciones necesarias
para el surgimiento de la Ilustración.
Retomando el tema, la ciencia ha sido desarrollada en gran medida por hombres de fe.
De forma que pensar en los científicos como un grupo de gruñones que conspiran día y
noche contra los creyentes, es cuando menos, infantil. Aún hoy, muchos científicos
son, si no religiosos o seguidores de alguna doctrina, personas con la convicción de
que existe un Ser Supremo. No podemos olvidar que el precepto de la ciencia no es
demostrar o negar la existencia de Dios, sino descubrir los mecanismos por los cuales
funciona el universo, y en segunda instancia, encontrar aplicaciones prácticas al
conocimiento adquirido para beneficio de la humanidad, o del mercado.
Otro tema más difuso es que rodea algunos temas biomédicos, como las células
madre, la ingeniería genética, etc. que están más ligados a la ética que a la ciencia.
Algunos científicos opinan, por ej, que en el caso del creacionismo, los científicos
creacionistas reconocieran que su objeción a la TE está fundamentado en un conflicto
religioso. Para los científicos, el hecho de que se llenen miles de páginas webs y se
escriban libros “científicos” para refutar la TE científicamente, sin un sólo experimento,
es “un ataque a la ciencia”. Están llenando internet de información sin ningún valor
académico. Pero eso también sucede con la religión. O acaso las sectas no publican sus
creencias, o las webs con pornografía no han invadido el ciberespacio?
Es parte de la democratización de las autopistas de la información. Me pregunto si será
un ataque a la ciencia o una defensa de la fe cristiana. ¿No puede responder la teología
a las ambiciones sin límites de la ciencia, que pretende explicar el mundo y sus
razones sin Dios?
Quizás por eso encaja mejor el D.I. como hipótesis preliminar a la teoría de la
evolución, por su agnosticismo teórico y por su flexibilidad para adaptarse a cualquier
religión.
Lamentablemente nada es neutral en si mismo en cuanto a creencia religiosa. El D.I
aún no ha sido falseado.
Ayala comentando de los conflictos en Estados Unidos con los creacionistas, afirma
que "… la teoría de la evolución, a la que todavía consideran como antirreligiosa, [es]
… “no religiosa”, como lo es cualquier otra teoría científica" [19]
Los científicos hacen esto para poder estudiarla. Pareciera esto un mal necesario.
Algunos científicos piensan que es indispensable que el trabajo científico sea
completamente autónomo de cualquier ideología, religión o incluso, posibles
consecuencias éticas de la investigación. No creo que pueda hacerse verdadera ciencia
si partimos bien de unas preconcepciones (por ejemplo religiosas) o bien de unas
limitaciones (por ejemplo, las consecuencias de la investigación).
Ahora bien, también creo que no podemos obviar la influencia de los descubrimientos
científicos en la sociedad, ni sus posibles aplicaciones en contra de lo que
consideramos ético. Por eso también pienso que es importante el desarrollo de lo que
ha venido a llamarse Bioética, como disciplina también autónoma, aunque íntimamente
relacionada con la biología en cuanto a que se ocupa de las consecuencias sociales de
los avances científicos.
De la relación, sin injerencias mutuas, entre ambas, creo que puede surgir un
protocolo de funcionamiento muy interesante, donde la ciencia trabaje sin limitaciones
ni prejuicios, pero las aplicaciones a la sociedad sean discutidas y consensuadas.
Pero aunque la ciencia progrese, no por eso la teología debe permitir que las ciencias
naturales la acorralen; debe resistir a la presión de la ciencia, ya que luego que esta le
cambie la interpretación a las doctrinas y enseñanzas de las sagradas escrituras,
entonces ya no comunican verdad alguna de parte de Dios. Esto es un desafío
importante para una nueva generación de teólogos y maestros bíblicos.
Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano,
es uno de los científicos de mayor reconocimiento en estos momentos en el ámbito
bio-médico. Explica en esta entrevista cómo reconcilia la ciencia con su profunda fe
cristiana. Collins recientemente habló con Beliefnet sobre su libro “The language of
God” (“El lenguaje de Dios”), un reciente éxito de ventas.
Creador de la teoría científica Biologos, en la que procura integrar armónicamente
ciencia y fe, “es de la opinión de que Dios al darnos la inteligencia, “quiso darnos la
oportunidad de investigar y de apreciar las maravillas de su creación. Dios no se ve
amenazado por nuestras aventuras científicas.” [22]
Francis Collins fue ateo hasta los 27 años, cuando siendo un joven médico le llamó la
atención la fuerza de varios de sus pacientes más delicados de salud, que en vez de
quejarse a Dios parecían apoyarse en su fe como una fuente de fuerza y consuelo.
Luego leyó “Mere Christianity” (Mero Cristianismo) del protestante C. S. Lewis. La obra
de este profundo creyente -autor de "Las Crónicas de Narnia"- lo arrastró al
cristianismo. [23]
Collins, de 59 años de edad, fue el líder del proyecto público del Genoma Humano y es
autor del conocido libro 'El lenguaje de Dios', en el que reconcilia la investigación
científica con su fe.
Collins se une así a una línea de científicos cuyos descubrimientos han contribuido a
reafirmar su fe en Dios. [24]
Tanto ciencia como fe son formas de buscar la verdad. La ciencia la busca observando
como funciona el mundo natural, y la fe busca respuestas a cuestiones más profundas,
como ¿por qué hay algo hay en lugar de nada? o ¿cuál es el sentido de la vida? o
¿existe Dios? Todo requiere un cierto elemento de fe, no se puede ser científico si no
se tiene fe en el hecho de que existe un orden en la Naturaleza y que ésta se
comportará de una manera reproducible y predecible. Pero esto no constituye una
prueba –aparentemente Dios tenía la intención de dejarnos tomar esta decisión. Quizá
un salto de fe como éste suene arrebatado a un materialista convencido pero, ¿puede
usted demostrar la belleza o el amor?”, dice Collins [25]
También Collins eventualmente es conocido como “el científico que cree en Dios” [27]
considera que los milagros son una “posibilidad real” y descartó que la ciencia sirva
para refutar la existencia de Dios debido a que está confinada al mundo “natural”.
[28]
Entre las evidencias expuestas por científicos destacados” figura prominentemente la
complejidad absolutamente asombrosa de la vida. Particularmente, la del ADN (ácido
desoxirribonucleico). Se considera Inconcebible que la evolución la produjera.” [29]
Collins trabajó durante varios años en la decodificación del genoma humano, fue líder
durante más de una década del Proyecto Genoma Humano
Francis Collins confiesa en su libro “El lenguaje de Dios”, que el descubrimiento del
genoma humano le permitió vislumbrar el trabajo de Dios. Reivindica que, según él,
hay bases racionales para un Creador y que los descubrimientos científicos llevan al
hombre más cerca de Dios.
Collins explica que cuando da un gran paso adelante en el avance científico es un
momento de alegría intelectual; pero es también un momento donde siente cercanía
con el Creador en el sentido de estar percibiendo algo que ningún humano sabía antes,
pero que Dios sí conocía desde siempre. [30]
El año pasado, La Casa Blanca anunció el nombramiento de Francis Collins como nuevo
director del Instituto Nacional de Salud (NIH, en sus siglas en inglés), el poderoso
organismo estadounidense de investigación biomédica que cuenta con un presupuesto
anual de 30.600 millones de dólares (21.785 millones de euros).
Durante varios meses se había especulado acerca de esta elección del presidente
Barack Obama, tras la dimisión de Collins de su cargo como director del Instituto
Nacional de Investigación del Genoma Humano. [31]
Considerado hasta 2004 el filósofo ateo más férreo e influyente del mundo,
Antony Flew acepta ahora la existencia de Dios.
"Considerado hasta 2004 el filósofo ateo más férreo e influyente del mundo,
Antony Flew acepta ahora la existencia de Dios. En su libro Hay un Dios: Como el ateo
más notorio del mundo cambia de parecer, Flew explica el porqué de ese cambio:
recientes investigaciones científicas sobre el origen de la vida y el ADN revelan la
existencia de una “inteligencia creadora”, asegura.
Durante más de cinco décadas, este filósofo inglés fue uno de los más vehementes
ateos del mundo. Escribió libros y, con audiencias multitudinarias, debatió con
conocidos pensadores creyentes, entre otros con el célebre apologista cristiano C. S.
Lewis.
Su investigación le llevó a examinar, entre otros, los trabajos [de] críticos [tales como]
David Hume [sobre el] principio de causalidad y los argumentos de importantes
científicos como Richard Dawkins, Paul Davies y Stephen Hawking. Otro de los
pensamientos sobre Dios que tomó como referencia fue el de Albert Einstein, ya que,
lejos de lo que afirman ateos como Dawkins, Einstein fue claramente creyente.
“Lo que creo que el ADN ha demostrado, debido a la increíble complejidad de los
mecanismos que son necesarios para generar vida, es que tiene que haber participado
una inteligencia superior en el funcionamiento unitario de elementos
extraordinariamente diferentes entre sí. Es la enorme complejidad del gran número de
elementos que participan en este proceso y la enorme sutileza de los modos que hacen
posible que trabajen juntos. Esa gran complejidad de los mecanismos que se dan en el
origen de la vida es lo que me llevó a pensar en la participación de una
inteligencia”. [35]
Otros suponen que es el modo crudo en que la religión se presenta a las mentes de los
hombres, en estos días de papas infalibles y Ejércitos de Salvación, que insulta la
inteligencia de los hombres de pensamiento e impide que sus donaciones a la
verdadera esencia de la fe de la atención que se traduciría en de su aceptación.
Otros, aún, imaginar que es fomentar el conocimiento en sí, que en la ciencia ha
llegado a las manos en la religión con las supersticiones gastadas de una época
pasada. En tal confusión de voces discordantes que es una bendición para ser capaz de
doblar el oído y escuchar a uno de los trabajadores científicos, honrado por todos,
como nos dice qué fue lo que le llevó a ceder su fe cristiana, e incluso, en gran
medida, de que la fe común en un Dios que no se comparten con los cristianos
solamente, sino con todos los hombres de pensamiento y sentimiento.[36]
Los científicos cometen errores, claro que si. No son perfectos, son tan humanos como
cualquiera. Por ejemplo, A finales del siglo XVIII Franz Joseph Gall fundó su "doctrina
craneal" o "frenología". El médico vienés despertó con ella tal revuelo, que su teoría
fue prohibida en Austria y Alemania.
Desde principios y hasta mediados del siglo XIX se creyó que el estudio de las
protuberancias óseas del cráneo de una persona revelaba sus talentos y carácter. Este
análisis de la psique humana se llamó frenología, y su creador fue el médico austriaco
Franz Joseph Gall, nacido en 1758. Darwin y muchos otros hombres de ciencia se
interesaron en las teorías de Gall, e incluso la reina Victoria hizo que un frenólogo
examinara a sus hijos, para indagar sus probabilidades de éxito posterior.
El error de Gall fue creer que el crecimiento cerebral moldeaba al cráneo y que, de tal
suerte, los contornos de éste revelaban las facultades mentales. Hoy se sabe que entre
el cráneo y el cerebro está el espacio subaracnoideo, que contiene líquido
cefalorraquídeo; éste sirve de acojinamiento al cerebro y lo protege del contacto con el
cráneo. El cerebro sí tiene regiones que regulan diversas funciones, pero no son las del
sistema frenológico de Gall.
El descubrimiento del líquido cefalorraquídeo por parte del médico francés Francois
Magendie ocurrió en 1828, el mismo año en que murió Gall. Pero ni eso detuvo el
apoyo a la teoría básica de la frenología.
En la era victoriana se creía que cuanto más pesado y grande era el cerebro, tanto
mayor la inteligencia. La gente estaba encantada con las mediciones del cerebro de
personajes famosos. Por ejemplo, los cerebros del novelista William Makepeace
Thackeray y del estadista alemán Otto von Bismarck pesaron 1,658 y 1,907 g,
respectivamente. Sin embargo, las mediciones del peso cerebral en la autopsia no
significan nada, ya que después de la muerte el peso de este órgano aumenta como
consecuencia del edema (acumulación de agua en los tejidos). [38]
Pero lo cierto, afirma Sagan, "es que no hay modo de distinguir entre los cerebros de
los asesinos y los de los sabios (los restos del cerebro de Albert Einstein están,
recordémoslo de pasada, flotando en un frasco depositado en la universidad de
Wichita). Es indudable que quien hace a los criminales no es la herencia sino la
sociedad.” [41]
Notas
[0] http://es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Artigas
[1] Gustavo Schujman, Filosofía, ed. Aique grupo Editor S.A. Bs. As. Argentina, Pág.99
[2] http://estudiarfisica.wordpress.com/2010/01/10/analisis-de-la-voluntad-de-dios-
o-por-que-ningun-cientifico-deberia-creer-en-el/
[3] http://estudiarfisica.wordpress.com/2010/01/10/analisis-de-la-voluntad-de-dios-
o-por-que-ningun-cientifico-deberia-creer-en-el/#comment-414
[4] http://estudiarfisica.wordpress.com/2010/01/10/analisis-de-la-voluntad-de-dios-
o-por-que-ningun-cientifico-deberia-creer-en-el/#comment-417
[5] http://html.rincondelvago.com/ciencia-moderna-y-conocimiento.html
[6] Dr. H. Van Riessen, Enfoque cristiano de la ciencia, ed. Felire, pag. 16-20
[7] 22 Julio 2009, Yaiza Martínez, tendencias21.net
[8] Mariano Artigas ,1 Septiembre 1999,
http://www.aceprensa.com/articulos/1999/sep/01/la-ciencia-como-religi-n/
[9] http://www.aceprensa.com/articulos/1995/feb/01/progreso-cient-fico-sin-
retroceso-religioso/
[10] Antonio Cruz, La ciencia encuentra a Dios, Pág. 32, ed. Clie
[11] En última instancia “todo se reduciría a ellas. La conciencia humana, las
relaciones sociales, el comportamiento moral, los sentimientos, el gusto por la estética,
la espiritualidad o la religiosidad, no serían más que interacciones materiales de los
átomos. Por tanto, la existencia de Dios o la experiencia religiosa constituirían
conceptos carentes de sentido al no poder ser verificados por la ciencia.” Antonio
Cruz, La ciencia encuentra a Dios, Pág. 32, ed. Clie
[12] http://www.laneros.com/showpost.php?p=1596670&postcount=18
[13] http://pedaleosymas.wordpress.com/2008/05/19/evolucionismo-creacion...
[14] J. C. Janse, la Tiranía de la teoría de la evolución, Pág. 25,ed. Felire, disp. en
www.felire.com
[15] http://www.aceprensa.com/articulos/1995/feb/01/progreso-cient-fico-sin-
retroceso-religioso/
[16] cf. http://www.aceprensa.com/articulos/1995/mar/29/evolucionismo-el-hecho-y-
sus-implicaciones/
[17] http://www.laneros.com/showpost.php?p=1596670&postcount=18
[18] http://www.laneros.com/showpost.php?p=1596670&postcount=18
[19] http://www.aceprensa.com/articulos/1995/mar/29/evolucionismo-el-hecho-y-
sus-implicaciones/
[20] Sagan, Carl, El cerebro de Broca. Reflexiones sobre el apasionante mundo de la
ciencia, Barcelona, Grijalbo, 1981
[21] F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe , p. 11, Temas de
Hoy, 2º ed.
[22] rsanzcarrera, http://rsanzcarrera.wordpress.com/2007/04/21/francis-
collins-“creo-que-dios-tuvo-un-plan-para-crear-unas-criaturas-con-las-que-pudiera-
relacionarse”/
[23] http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Collins
[24] http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Collins
[25] http://www.tendencias21.net/Francis-Collins-Dios-se-puede-encontrar-en-un-
laboratorio_a1909.html
[26] F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe, p. 11, Temas de
Hoy, 2º ed.
[27] http://www.tendencias21.net/Francis-Collins-Dios-se-puede-encontrar-en-un-
laboratorio_a1909.html
[28] http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Collins
[29] http://foros.monografias.com/showthread.php?t=54808
[30] http://ceirberea.blogdiario.com/1247623380/
[31] http://ceirberea.blogdiario.com/1247623380/
[32] F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe, p. 12-13, Temas de
Hoy, 2º ed.
[33] R .Dawkins, “is Science a religión?”, The Humanist 57 (1997), p.26-29, cit en
F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe, p. 12-13, Temas de Hoy,
2º ed.
[34] H. R. Morris, “The Long war Against God” , New York, Master Books, 2000, cit en
F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe, p. 12-13, Temas de Hoy,
2º ed.
[35] http://www.editoriallapaz.org/ateismo_Flew_cambia.htm
[36] http://www.bibleteacher.org/BBW3.htm
[37] B. B Warfield, Selected Shorter Writtings (Philipsburg: PRR Publishing, 1970), p.
463-465, cit en F. Collins, ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe, p.194,
Temas de Hoy, 2º ed
[38] http://www.pulsodigital.net/2010/01/cuando-la-seudociencia-de-la-
frenologia.html
[39] Sagan, Carl, El cerebro de Broca. Reflexiones sobre el apasionante mundo de la
ciencia, Barcelona, Grijalbo, 1981
[40] Ibid
[41] Ibid