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El término “pesca de arrastre de fondo” o “arrastre” puede ser usado para describir el tipo de arte o una
práctica de pesca. Se usan estos términos para describir la práctica de remolcar o arrastrar una red de pesca –
pelágica, demersal o de fondo – en contacto continuo u ocasional con el fondo marino
(http://www.wwf.cl/Posicion_WWWF_Chile_pesca_arrastre.pdf, 2009).
La pesca de arrastre de fondo se empezó a desarrollar en los años 1950 y 1960, con la aparición de las embarcaciones industriales
de pesca de arrastre - embarcaciones equipadas para tratar y congelar la pesca a bordo. Las redes para la pesca de arrastre de
fondo son redes muy grandes, que son arrastradas en el fondo del mar para atrapar peces de fondo y otras especies bentónicas. La
red esta lindada con flotadores en la cuerda, que forma la apertura superior de la boca de la red, y con un sistema de pesos en el
cable de acero, que forma la apertura inferior de la boca de la red.
Las redes de pesca de arrastre fueron históricamente usadas en fondos relativamente lisos de aguas con poca profundidad. Hasta
mediados de los años 1980, las redes de pesca de arrastre no podían ser usadas en hábitats de alto relieve sin el riesgo de que se
engancharan al rozar contra el áspero fondo, lo que dañaba la red e implicaba un costo muy alto que asumir.
Las redes de pesca de arrastre fueron históricamente usadas en fondos relativamente lisos de aguas con poca profundidad. Hasta
mediados de los años 1980, las redes de pesca de arrastre no podían ser usadas en hábitats de alto relieve sin el riesgo de que se
engancharan al rozar contra el áspero fondo, lo que dañaba la red e implicaba un costo muy alto que asumir.
Cuando las reservas de pescado en aquellas lisas áreas disminuyeron, los pescadores comenzaron a usar el sistema de los así
llamado "rockhoppers" - grandes bolas de goma que saltan sobre el fondo irregular - y otras innovaciones tecnológicas para pescar
en aguas más profundas y tener acceso a áreas con hábitats estructuralmente complejos, como arrecifes de coral y campos rocosos
La red de arrastre de fondo tiene un diámetro de alrededor de 100 a 170 metros y consiste fundamentalmente en una red
en forma de bolsa, es el equipo que se utiliza para barrer el fondo del mar con el fin de extraer peces que allí moran,
puede devastar la comunidades de gusanos marinos, esponjas, erizos, tortugas marinas y otras especies que no son
objetivo, a medida que se rastrea la red con pesas y bolas de acero (1 m de diámetro) por entre los sedimentos y se
raspa la superficie de las rocas. La boca de la red de arrastre queda abierta gracias a dos puertas de placa de acero, con
La red de arrastre de fondo dispone de dos grandes placas de acero llamadas "puertas", diseñadas y
montadas de tal manera que al tiempo que abren la "boca de la red" por efecto hidrodinámico, debido
a su enorme peso, ayudan también a que la red se mantenga y desplace sobre el lecho del mar.
La red para pesca de arrastre de fondo puede estirarse 40 pies en la altura y extenderse más de 200
pies de ancho entre las puertas. Una red grande, totalmente preparada, puede capturar cientos o miles
de libras de pescado y requiere que un barco poderoso la arrastre.
La pesca de arrastre de fondo puede provocar un daño irreversible, no sólo a los ecosistemas
bentónicos y hábitats sino que también a las poblaciones de especies objetivo como a las que no
son de interés comercial. La práctica del arrastre de fondo remueve la mayoría de las especies en
su curso, homogeniza el hábitat y reduce
la complejidad biológica. Ha sido demostrado que reduce la biodiversidad y crea perturbaciones
que pueden llevar a la dominancia de especies detritívoras (carroñeras) (McConnaughey et al.,
2000). Los corales de aguas frías y otras especies tienden a ser longevas y de bajo crecimiento,
algunos de los cuales alcanzan 5.000-8.0000 años de edad. Un lance de pesca con el pesado
equipamiento de arrastre de fondo puede destruir tales estructuras bentónicas, tal como se
documentó que ocurrió en cierta porción de las aguas Noruegas antes de que se prohibiera el
arrastre en esa zona en 2003. La recuperación de corales puede tomar cientos de años. Inclusive
para las comunidades de fondo blando, la disrupción severa puede, en algunos casos, hacer
extremadamente difícil la recuperación al estado previo de complejidad y composición de especies.
arrastre de fondo remueve la mayoría de las especies en su curso, homogeniza el hábitat y reduce
la complejidad biológica.
La destrucción que la pesca de arrastre de fondo produce en las complejas comunidades que habitan el fondo oceánico,
contribuye a la declinación de las pesquerías ya que tales comunidades proporcionan las condiciones para resguardar y
proteger el crecimiento de una gran variedad de especimenes juveniles de peces e invertebrados marinos.
En definitiva, una vez que el hábitat esencial ha sido destruido producto de la pesca de arrastre de fondo, stocks de peces
de valor comercial, así como otras especies que dependen del fondo marino para su desove, cría, protección, alimentación y
abrigo, declinan drásticamente y pueden desaparecer, si no se limitan estas prácticas oportunamente.
La pesca de arrastre, tanto de fondo como de media de agua, es la menos selectiva de todas, pues consiste en un arte
activo que va agresivamente en busca de aquellos que viven sobre el fondo marino o cerca del mismo. De esta forma, la red
de arrastre no sólo extrae los peces que son objetivo de la pesca, sino que también captura una gran diversidad de otros
organismos que constituyen el llamado “bycatch” o fauna acompañante, que luego es descartada y arrojada al mar, muerta
o gravemente herida. Esta situación ha provocado gran inquietud por las consecuencias ecológicas que puede tener sobre la
biodiversidad marina.
Según un cálculo global, el área donde se da la pesca de arrastre abarca 14,8 millones
de kilometros cuadrados del fondo del mar. En otras palabras el área de fondos
marinos afectados por la pesca de arrastre es 150 veces el área de la tierra con
bosques que es talada anualmente.
Muchas de las especies de peces que habitan en y alrededor de los corales de agua fría
y montañas submarinas, también crecen lentamente y tienen tazas de reproducción
menores a las especies que habitan en profundidades menores, tales como el arenque
y el bacalao. Estos peces de aguas profundas, los cuales incluyen a la maruca azul, el
reloj anaranjado, el espejo dory, el granadero (rata de los mares), el San Pedro
plateado, el alfonsino, el rape, el ochavo, la trevalla de ojos azules, el sable negro y
algunos tiburones de aguas profundas, son cada vez más el objetivo ya que los barcos
cambian de aguas de pescas tradicionales y desgastadas, a otras más profundas. Esto
significa que para estas poblaciones de peces no es fácil recuperarse de la sobrepesca,
y muchas pesquerías de profundidad han sido sobreexplotadas en menos de 10 años.
El bentos de los abismos acuáticos también conocido como bentos de la zona batial,
abisal y hadal, es uno de los ejemplos más asombrosos de sobrevivencia de
organismos; la vida que se encuentra en estos lugares está sorprendentemente
adaptada: a la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la escasez de víveres, a
las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC.
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http://search.conduit.com/Results.aspx?
q=impacto+del+ARRASTRE+DE+FONDO&meta=all&hl=es&gl=pa&SearchSourceOrigi
n=10&SelfSearch=1&ctid=CT1750559
http://www.wwf.cl/Posicion_WWF_Chile_pesca_arrastre.pdf
http://www.savethehighseas.org/publicdocs/Spanish_Moratorium.pdf
http://www.youtube.com/watch?v=x0QldcutVmo