Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
No vamos aqu a discutir que la inocuizacin sea uno de los legtimos fines que, en
un sistema de justicia criminal, se pueden pretender alcanzar mediante la imposicin
de una pena. Pero lo que no parece, en absoluto, tan legtimo es que, con olvido de
otros objetivos, como puede ser la resocializacin, la intimidacin del delincuente o de
posibles delincuentes, la socializacin, etc., la inocuizacin pase a ser el fin primordial,
cuando no el nico, de la pena. Mxime si, como es el caso, bajo la aparentemente
legitimidad de la inocuizacin lo que se pretende, en realidad, es una neutralizacin de
las posibilidades de accin, provocando su eliminacin (social o jurdica), de un
delincuente calificado como peligroso, la definicin de cuya peligrosidad se establece,
en el mejor de los casos, sobre rgidos parmetros actuariales o estadsticos y, en el
peor, sobre meras presunciones
definidos, pero que, en cualquiera de ambos casos, nada tienen que ver con una
valoracin personal, clnica e individualizada que arroje algo de luz, sobre bases
cientficas, acerca del pronstico de su comportamiento futuro.
Por tanto, la pena de prisin perpetua prevista en la reforma del Cdigo Penal
impide la persecucin, en la fase de ejecucin penal, de los fines previstos para la pena
en la Constitucin (reinsercin social y rehabilitacin) y vulnera, por su incertidumbre
(pues el sujeto nunca sabe, a ciencia cierta, cunto va a durar la pena), las exigencias
materiales dimanantes del principio de legalidad y, probablemente, desborda, tambin
los lmites, del principio de proporcionalidad.