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coleccion bibicora (Cue O ert) eudem LA “INSTANCIA” DE LACAN arehy (oR im HECTOR LOPEZ Lopez, Héctor La instancia de Lacan : actualidad de Ia instancia de Ia letea en el inconsciente 0 la raz6n desde Freud . - 1a ed. - Mar del Plata : EUDEM, 2009. v. 2, 352 p. 5 21x15 cm, ISBN 978-987-1371-39-6 1, Psicoanilisis. I. Titulo CDD 150.195 Queda hecho el depésito que marca la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducci6n total o parcial por cualquier medio o método, sin autorizacién previa de los autores. ISBN: 978-987-1371-39-6 Fecha de edicién: Septiembre de 2009 © 2009, BUDEM Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata EUDEM / Diagonal Alberdi 2695 4° piso (B7600GY1) Mar del Plata / Argentina © 2009 Héctor Lopez “COLECCION BITACORA” (Cuadernos del analista) Directores: Dra. Marta Gerez de Ambertin y Mg. Horacio Martinez Este libro fue evaluado por la Dra. Marta Gerez de Ambertin Arte y Diagramacién: D.1. Luciano Alem Imagen de tapa: Laura Brarda “V09 - Mujeres” - Fragmento Impreso en: Departamento de Servicios Grificos, REUN UNMEP. Formosa 3485, Mar del Plata SRSERNB Gs La obra completa de Freud nos presenta... (Freud fildlogo, logico, dialéctico) (194/489)" En el inconsciente freudiano se trata de la letra, pero no en el mutismo de su pura estructura formal como la emplea la ciencia, sino en la prictica del discurso. Si el inconsciente es “estructurado como un lenguaje”, no es menos “el discurso del Otro”, es decir herencia transmitida de nuestros antepasados. Pero ademas, apelar a la funcién de la letra en el inconsciente cs dar intervencién a un sujeto que por cl solo hecho de hablar queda detetminado y localizado por los efectos significantes de la letra en su discurso. Es lo que nos ensefia la obra completa de Freud dice Lacan. En efecto, no es posible avanzar en su lectura sin tropezar en cada pagina con referencias filoligicas, inferencias ligicas, y una aprebensiin dialictica de la experiencia. La delimitacién entre filologia y lingiiistica no ha sido aun claramente trazada. Por lo tanto, Lacan quiza esté recordando aqui tanto las innumerables referencias freudianas a las operaciones lingiiisticas (técnica del significante) como la * Para los a, colocamos junto a cada copete de lectura dos niimeros entre paséntesis que semiten, el primero a la edicién de 1971/1976, y el segundo a la edicién de 1985/1988 de Escritos. zat los parrafos de L Héctor Liper constante lectura e interpretacién (una pdgina de cada tres) de los textos y obras escritas por la humanidad a través de los siglos y las culturas. Ademias, la obra freudiana es un ejercicio permanente (una pagina de cada dos) de rwzonamiento légico y argumentativo. Cuanto mas especulativos sus articulos, como “Proyecto de Psicologia para Neurdlogos”, 0 “Mas alla del Principio del Placer”, mas se somete su estilo al rigor de la inferencia: argumentar encadenando proposiciones de tal modo que ninguna de ellas deje de sostenerse en las anteriores. Cuando llega a alguna conclusién es siempre como producto de una fandamentacién previa, donde el punto de partida y el punto de legada resultan légicamente articulados. En este sentido, Freud trabaja como el inconsciente: el valor de verdad que encontramos en su obra no se refiere tanto a los contenidos como al encadenamiento significante de su pensamiento. Porque finalmente, si de légica se trata, la que importa es la del iente, a la que Freud supo plegar la suya. La experiencia freudiana, que no es otra que la del inconsciente, sigue un camino dialéctico. En este punto, Freud no es especulativo, no elabora hipotesis previas mi saca conclusiones “objetivas” en el sentido del positivismo. Se coloca en una posicion dialéctica absolutamente inédita: escuchar a su paciente para reconstruir una verdad desconocida, otorgandole al discurso, y no a si mismo, el poder de enunciar el semi-decir propio de la verdad. La prosopopeya de Lacan: “Yo, la verdad hablo”, nos propone una dialéctica clinica que no es intersubjetiva, pues se trata de un analista que escucha y de una verdad que habla por si misma en el analizante incons Asi es como en “La Interpretacién de los sueftas...”” (194/489) Lacan dice que toda la obra de Freud es un anilisis del lenguaje, pero cita especificamente La interpretacién de los sueftos como lugar privilegiado donde Freud muestra que ese trabajo “La instancia de Lacan” - Tomo IL sobre el lenguaje (éraumarbeit: trabajo del suefio), es la rfa regia hacia el inconsciente. Con la referencia fugaz a la analitica del Lenguaje pone a Freud en el seno de los debates filos6ficos mas modernos sobre la funcién del lenguaje. La referencia es a la filosofia analitica, escucla iniciada en las universidades de Cambridge y Oxford y continuada en el llamado “Cicculo de Viena”. Esta corriente, que se inicia con B. Russell entre otros, sostiene que el problema de la verdad se juega totalmente en cl campo simbélico del lenguaje y ao en el campo imaginario de la realidad. Nos interesa sobre todo el aporte de L. Wittgenstein, quien en su obra postuma Investigaciones filosificas (1953) parece adivinar la logica del significante al advertir contea la fascinacién del pensamiento por el significado de las palabras: “La filosofia es un combate contra el hechizamiento de nuestra inteligencia por medio del significado del lenguaje”. Coherente con esta advertencia, parece también defender la idea de que es el uso del lenguaje (empleo del lenguaje es el concepto de Benveniste), el que dice la verdad de las palabras. Wittgenstein roza de cerca la idea lacaniana expuesta en este escrito acerca de que las palabras solo funcionan como soporte material (letca) cuyo significado cambia en cada empleo. Si la letra depende de la sincronia de la lengua, el significado depende de la diactonia del discurso. En verdad, Lacan no hablata de significado (resto imposible de la cadena significante), sino de significancia 0 efecto de sentido, y posteriormente de efecto de goce. La Traumdentung es el mensaje de Freud donde estd el todo de su descubrimiento; fue una sorpresa pata el mismo Freud, quien sin buscar tropez, casi a disgusto, con la novedad que inauguratia una nueva eta del hombre. En la nota al pie mimero 20, Lacan remite a dos cartas de Freud a W. Fliess. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Héctor Liper Es en la introduccién al capitulo VII, (VI en AE) #— Lacan Wam6 diminar a este breve capitulo— donde el término rébus aparece por primera vez. Freud utiliza en el sentido de “acertijo en imagenes” tanto la palabra alemana bilderviitsel, como a francesa rébus, aceptada tambien cn alemén, inglés y espafiol. Las traducciones al castellano son ambiguas. Los. términos ilderritsel y rébus son traducidos impropiamente por Lopez Ballesteros. como “jeroglifico”. La traduccion de José L. Etcheverty, cotejada con la prestigiosa “Standard Edition” inglesa de James Strachey, comienza teaduciendo rébus como “acertijo” y también “pictografia”, pero finaliza el capitulo empleando la misma palabra del original aleman: rebus Estos detalles filolégicos tienen su importancia, en la medida que Lacan atribuye al rébw freudiano la propiedad de legitimar el concepto de letra * Como esta parte del texto de Lacan exige una continua refer ala obra La interpretacién de las sueias, se hace necesatia Ia signiente aclaracién bibliogrifiea desde que Amorrortu en 1979 edité las Obras Completas de Freud, citar la Interpretacién de los sueias pox el nvimero de sus capitulos se ha prestado a confusién, En efecto, en dicha edicion que trae la traduccién directa del alemin por José L. Etcheverry con todas las notas y comentarios de James Strachey extraidas dela Standard Edition en inglés, la obra se compone de siete capituilos traducidos como: I. “La bibliografia cientifica sobre los problemas del suefio”, Il. “El método de Ia interpretacién de los sueiios”, III. “El sueiio es un cumplimiento de deseo”, IV. “La destigu ion onirica”, V. “El material y la fuente de los suciios”, VI. “El trabajo del suefio” y VIL “Sobre la psicologia de los procesos oniricos”. Mientras que en la edicién de Biblioteca Nueva, traduccién de Lopez. Ballesteros, la obra consta de nueve capitulos, es decir dos mis, Los agregados son: Capitulo I, “Los suefios”, que es en realidad un atticulo independiente escrito por Frend para la Enciclopedia Britanica con posterioridad, y que no figura en la edicién de Amortortu. Los siguientes capitulos TI, TI, IV, V, VI y VII de Biblioteca Nueva, corresponden a los capitulos I, II, HII, IV, V y VI de Amosrortu, El otto agregado es el Capitulo VIII “Apéndice (Del Dr. Otto Rank): El sueiio y la poesia, El sueiio y el mito”, que tampoco figura en Amorrortu, Y finalmente le sigue el Capitulo IX “Psicologia de los procesos oniticos” que se coresponde con el Capitulo VIT en Amorroum 12 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. “La instancia de Lacan” - Tomo IL Lacan reduciri. todo esto a lo. siguiente: la condensacién equivale a la metifora, el desplazamiento ala metonimia, (Las diferencias de Lacan con respecto a la idea de Jakobson, y los pasos de la transformacién, fucron expuestos bajo el encabezado “Nuestra linea de referencias: Saussure, Benveniste, Jakobson” en tomo I, pag. 149). ...estructura de sobreimpresion de les significantes (196/491) La condensacion es entendida como la estructura de sobreimpresion de los significantes donde toma su campo la metéfera. Sobreimpresién cs una relacién catre dos significantes, de tal modo que uno, llamémosle “el primero”, viene a quedar oculto (tachado) por la escritura de un segundo sobre él. En esta pumera idea de sustitucion, Lacan clige cuidadosamente cl téxmino sobreimpresién, pasa indicar que el psimer significante no desapatece, sino que petmanece debajo del segundo, como un sostén ausente que habilita al segundo para ocupar su posidén en la cadena del discurso. Precisamente, en la respuesta a la preguata qué es lo que habilita al significante metaforico pata ocupar la posicién del primero en el discurso?, esti toda la diferencia que introduce Lacan con respecto no sélo a Jakobson, sino a toda la tradici6n retOrica. Para honrar su deuda intelectual, nunca hablé de sus diferencias en este punto, ni desmerecié un trabajo de innegable originalidad De todos modos, tomemos con teservas las criticas y errores atribuidos a Jakobson, como a cualquier otro autor de quien Lacan nutre sus devs: ellos no piensan desde el psicoanilisis, sino segtin las reglas légicas de su propio campo discursivo, en este caso la lingiiistica. Es decir, Jakobson no tiene por qué pensar como Lacan, ni es un ettor no hacerlo. Segun Jakobson, el ejercicio del discurso implica solo dos operaciones de caracteristicas automiaticas: —selewionar unidades dentro de las disponibles en un paradigma dado y aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. “La instancia de Lacan” - Tomo IL Un significante puede estar elidido a causa de la censura. No se trata de un simple olvido; clidir, verbo castellano, tiene como etimologia el latino edidere: expulsar. Asi por ejemplo, si en el lenguaje periodistico se elide el nombre Perén, como en realidad sucedid cn nuestra historia, apareceri inmediatamente alguna metonimia, digamos: “cl tirano profugo”. La metonimia no pretende decir nada nuevo, sino “hacer pasat” el significante censurado mediante otro aceptable. Si el significante Perdn servia para designar a Peron, censurado aquél, sera ahora el significante “tirano préfugo” el que cumplira esa funcién, adaptado a las nuevas significaciones de que se ha cargado ese nombre. Ni el primero ni el segundo dicen el significado de Perén, ambos lo designan apuntando a un rasgo significante del mismo: el primero a su nombre, el segundo por actualizacién de una significacién generada por un determinado discurso (y sus consecuencias), pero ninguno de los dos deja de set un significante. La definicion retorica de la metonimia como “tomar la parte por el todo”, tiene como supuesto que hay un todo, es decir que hay un significante (barco, Peron) que dice el todo del significado, y que puede ser eventualmente reemplazado por otro que designe sdlo una parte del mismo (vela, titano profugo), que a su vez dice el todo de esa parte. Pero la verdad de la metonimia como la plantea Lacan, es que si la significacion puede desplazarse de un significante a otto (de barco a vela, de Per6n a tirano préfugo), es porque ninguno de los dos dice el todo del significado ni del objeto interesado, y que eventualmente cualquiera, segtin condiciones discursivas, no reales, puede servir para designaclo. Si nos atenemos ala funcién del significante, no podemos pensat en un desplazamiento del todo a la parte, se trata siempre de una cuestion parcial de parte a parte. La metonimia por lo tanto, no es creacion de un sentido nuevo sino desplazamiento de una misma significacion, siempre parcial, de un significante a otro. Sdlo por las condiciones del discutso, contextualizado en tiempo Héctor Liper y lugar, cualquiera entendesfa que diciendo “tirano profugo” se esta diciendo Peron, aunque ese cualquiera sea alguien que lo ame; hasta esa aversion de lo afectivo llega la dependencia del sujeto con respecto al lenguaje: Repitamos, por su importancia, la idea de que, cuando aparece una metonimia, debemos suponet la accién de la censura que ha clidido un significante, desplazando su significacién a otro, que por su sentido inocuo, “inocente” dice Freud, o servil de la censura en nuestro ejemplo politico, sitve de disfraz al primero. De ahi también que el campo del discurso periodistico © politico, se inunde de metonimias en épocas de regimenes totalitarios represivos. La metonimia permite decit lo mismo que decia el significante censurado, sdlo que ahora, el nuevo significante transmite otto casgo parcial de un objeto que nunca sera todo: Es lo que en el capitulo anterior motivé la referencia al “escribir entre lineas” estudiado por Leo Strauss en tiempos de persecucién. Qué es ln que distingye a esos dos mecanismos.. ? (196/491) 3. Si alguien hasta ahora pens6 que la forma en que funciona el trabajo del inconsciente lo hace diferente al discurso habitual, seri sin duda sorprendido por la aseveracién de que nada los distingue estructuralmente. Tanto en el suefio como en el discurso, hablado o no, la metafora y la metonimia son las dos tnicas vertientes de produccién de sentido. Es casi transparente ver aqui el homenaje que Lacan_tinde a la idea basica del trabajo sobre las afasias de Roman Jakobson, para luego, plantear una diferencia: en los suefios, al material significante le es impuesta una condicién llamada Riicksicht auf Darstellbarkeit. Tal el titulo del apartado d) del capitulo Die Traumarbeit, “El trabajo del suefio”, que Lacan viene comentando. Y aqui nuevamente los problemas de traduccion: en L6pez Ballesteros es d) “El cuidado de la 38 “La instancia de Lacan” - Tomo IL representabilidad”, mientras que en J. Etcheverty: d) “El micamicnto por la figurabilidad”. Lacan no esta de acuerdo con estas traducciones, como no lo esté con la francesa “papel de la posibilidad de figuracién”. Todas cllas acentian la importancia de la representacion en imigenes © figuras, olvidando que se trata de la funcién de la letra. Por eso Lacan traduce: Deferensia a los medios de la puesta en escena, dejando entender que la puesta en escena es sdlo un medio que utiliza el suefio, y que se teata de una deferencia, no de un miramiento entendido como cuidado, sino mas bien de una concesién a la que se ve obligada la verdad por la censuta. Mas artiba habiamos mencionado la “regresi6n formal” como mecanismo de esta deferencia. Jacques Derrida traduce esta Darvtellbarkeit’ como “aptitud para la puesta en escena” y dice de ella: “Hay que reconocer que las palabras, en tanto son atraidas, seducidas en el suefio, hacia el limite ficticio del proceso primario, tienden a convertirse en puras y simples cosas. Y cita a Freud: A menudo las palabras son tratadas por el swetto como cosas_y sufren, entonces, las mismos montajes que las representaciones de cosas™, De todos modos, Freud entiende por figurabilidad la facilidad del sueio para servirse casi siempre de imagenes visuales que traducen los “pensamientos del suefio” (Gedanken). Lacan insistira en que tal condicion no debe entenderse como una semiologia figurativa sino como wna limitaciin que se ejerce en el interior del sistema de la escritura. La escritura jeroglifica que toma Lacan de Freud, nos permitié entender mas arriba que una figura cualquiera no es la expresién natural del objeto que representa, sino que debe ser reducida simbélicamente, limitada, al sistema de la escritura, en este caso del suefio entendido como ¥ Derrida, Jacques, “Freud y la escena de la escritura”, en La eritira y la diferencia, Antheopos, Barcelona, 1989, p. 271 39 Héctor Liper escritura. Lacan habla de los problemas que se presentan para comprender ciertos modos de pictagrafia, cuando no sc los sittia en ef interior de un sistema de escritura, y son relegados entonces como expresiones arcaicas de un supuesto estadio evolutivo donde el hombre hubiera carecido de capacidad simbdlica, salvo la de figurar un objeto cn imagen: el dibujo de un pajaro para representar ese pajaro. Fl axioma que Lacan sostendr hasta sus tltimos seminarios podria enunciarse asf: si hay escritura es porque hay lenguaje. Queda despejada asi toda especulacién con respecto a fandar la escritura en la realidad, ya que su fundamento es una estructura lingiiistica, y no la representacién estilizada de la cosa por medios grificos. No por eso debemos pensar que la esctitura es sélo instrumento, medio subsidiario para dejar una impronta de lo dicho. La esctitura es mucho més que conservacién; tiene una funcién propia en la medida que es la dimensién donde la letra produce todos sus efectos, como es visible en el jeroglifico, en el suefio, ¢ incluso en la ciencia ¢Hay acaso ciencia sin escritura? Lacan responde en el Seminario 18: no la hay. No sdlo permite la transcripcidn de los cantos Homeéricos al papito; la escritura es produaién en el campo del sentido (luego Lacan diri también en el del goce) 2 Lacan, Jacques, ibid. p. 189. “La instancia de Lacan” - Tomo IL EZ retorno al texto de Freud muestra por ef contrario... (La rectificacion no oscurece la verdad del descubrimiento) (199/494) Con rectificaciones del psicoanalisis, Lacan alude a las del propio Freud, con la introducciéa, primero del narcisismo, y luego de su segunda topica. Alli, algunos creyeron encontrar un abandono freudiano del inconsciente, para destacar la importancia central de las funciones autonomas del yo. Lacan insiste en que toda rectificacién debe ser situada bajo la primacta del inconsciente, cuya verdad es imposible de oscurecer en su momento original. ¢Qué verdad es ésta sino la de la Traumdentung? Ese libro es mucho més que la expe para interpictar los suefios; es del principio al fin cl que da las icion de una técnica leyes de esteuctura del inconsciente en sw extensiin mds general, [...] tanto en el sujeto normal coma en el neurdtico. La eficacia del inconsciente no se detiene al despertar, todas nuestras acciones, incluso los actos volitivos o racionales de nuestro jo ilusoriamente auténomo, encuentran su razon en el inconsciente, y esa es “la razon desde Freud”. Pues en el andlisis del sueito, Frend no pretende darnos otra cosa que las leyes del inconsciente... (199/494) Sigue un parrafo que setvira de preparacion a un nuevo gito de la espital cn la definicién de la tépica del inconscicate freudiano. Es un pirrafo extenso, pero inusitadamente claro. Simplemente advierte que ¢l inconsciente no ¢s una funcién de orden psicolégico, y que no tiene la misma extension que las motivaciones llamadas inconscientes en la relacion del individuo con su semejante. Los motivos desconocidos que intervienen en la conducta estudiados por la psicologia y la psicologia social, no por ello dejan de encontrarse sin ninguna relaciin por su naturalexa con el inconsciente frendiano. En otras palabras, el inconsciente es algo absolutamente especifico, que no se sitia en el mismo campo que las motivaciones y afectos rechazados por el sujeto. Cuando wn on aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. “La instancia de Lacan” - Tomo IL significado, que queda asi subordinado a las leyes de la relacién centre (S) y 1, no siendo en verdad més que un efecto de ellas. Es decit, si algo de lo real puede ser significado, es pura y exclusivamente por la relacién posible entre $ y 1, 0 sea ($1 $3). Fue de la copresencia no sélo de los elementos... (200/495) Con estos elementos Lacan simboliza esas dos estructuras. Al decir es/rutura decimos “en el campo de la lengua”, pero teniendo en cuenta que son también operaciones, © sea, que necesitan, para tealizarse, de la palabra de un sujeto en cl discurso. El paradigna y cl sintayma son pura estructura, entidades simbdlicas que no requicren del sujeto; pero la metdjora y la metonimia, si bien pueden sex descriptas en sus leyes de estructura como lo hace aqui Lacan, son sin embargo originales, particulates e ierepetibles en su produccidn; es decit: no son sino en la pedctica del habla por un sujeto. La primera estructura se escribe: LS La primera parte de la formula: / (S. . .S’) equivale a la qui el 1, numero neutro, est reemplazado por S’ para hacer aun mis claro que en la metonimia se trata de la concatenacién de significante a significante. Los puntos yS=8Q)s anterior. suspensivos entre $ y S’ realizan un espacio vacio que simboliza la falia en ser que instala la cadena significante. Es decir, el intervalo destinado al sujeto deseante. Fs asi como Ia estructura metonimica permite que un significante pueda ser elidido, en la confianza de que siempre habra otto que venga a llenar el vacio generado. En psicoanilisis, la metonimia es la estructura de la censura y del desplazamiento del deseo. La censura es una operacién que pertenece al lenguaje y que trabaja mediante la clision de un significante que deja un hueco, un vacio en el discurso. Clinicamente, este fendémeno puede aparecer como “me falta la palabra”, 0 como el olvido de Héctor Liper un recuerdo en la histeria. Al problema de la censura como mecanismo de lenguaje (a diferencia de la resistencia como “masa ideacional”), Lacan le dedica todo un capitulo y una jugosa discusién en su Seminario 2. Pero esto no es aun la metonimia; ese hueco debe ser ocupado, ademis, por otro significante, capaz de representarlo pot su rclacién de contigiiidad con cl primero, y sin aportar ningdn sentido nuevo, sino, de alguna manera, conservando el antetior. Toda la discusi6n de Lacan con las escuelas retéricas en akobson nunca este punto, incluso sus diferencias con demasiado explicitadas, se reducen a una cuestién: zcual es la ley que determina el efecto de contigiiidad? La retérica, y en parte Jakobson, no pudieron sortear la fascinacién por la realidad perceptiva. Creyeron que lo que unia al elemento elidido con el que lena su ausencia, era una contigiidad en lo real: si el significante “vela” puede llenar la ausencia de “barco” deberia ser porque en la realidad uno siempre encuentra que donde hay una vela, debe haber un barco. Se trata de una teoria indicial (por indicios) de la metonimia, del tipo “si hay humo es porque hay fuego”. Lo que Lacan demuestra es que, en efecto, lo que explica a la metonimia es una telacién de contigiiidad, pero no la que mantienen ambos elementos en la realidad, sino la que se produce en el nivel del significante por la prictica discursiva. Subraya asi que la metonimia seria inentendible si solo nos atuviéramos a una vaga correlacién entre cosas. En La parte tomada por el todo... (191/485) del capitulo anterior, hemos utilizado el verso “Tu corpifio es un cAntaro de amor” para ilustrar la estructura de la metonimia. 2 Lacan, Jacques, “La censura no es la resistencia”, en Seminario 2 “B/yo en la teoria de Freud..”, Cap. XY, Editorial Paidés, Barcelona, 1983 60 “La instancia de Lacan” - Tomo IL El problema no es s6lo retérico, se trata nada menos que del desco rio deambulando de significante en significante, pero siempre clidido. Cualquicr significante puede convertirse en metonimia de un deseo inconfesado, y no precisamente por una rclacion de contigiiidad semantica, sino como hecho de discusso. En los primeros acercamicntos amorosos, podria alguien decit “me gustaria invitarte a tomar un café”. Alli no hay nada, como parece haberlo tan evidentemente entre “vela” y “barco” (pero es, sin embargo, el mismo mecanismo), que pueda entenderse a partic de una contigiiidad en el plano semintico; el café en si mismo nada tiene que ver con el sexo ni con las intenciones de conquista o seduccién. Y sin embargo, ambos interlocutores entienden que se trata de un deseo que va mas alla del deseo de café. Toda la relacién podria funcionar, al menos por un tiempo, sostenida por la remisién al significante “café”, velando pudorosamente ese mas alli del deseo. La S que en la formula sigue a /(S. . .S’) es, en nuestro ejemplo, el significante “café”, es decir el significaate metonimico que aparenta resolver el vacio que la elisin del significante sexual ha producido en la cadena (S. . .S’) La segunda parte de la formula, que empieza por un signo de congruencia: =, ligeramente diferente al de equivalencia: =, indica que la operacién anterior, donde aparecié el significante “cafe” 0 cualquiee oteo al que se haya desplazado metonimicamente el significante elidido, se correlaciona (es congruente) con el mantenimiento de la barra resistente a la significacién: S(—)s. Esto quiere decit: nada nuevo a nivel del significado; el significante “café” permite que el significado del deseo, que en verdad es otro significante, pueda conservarse en el secreto de su elisién. La formula dice: ex da conexién del significante con el significante, esto es (S. . .S’), La que permite la elision de un significante en la cadena, que es reemplazado por otro cualquiera, funcion que permite el mantenimiento de la barra entre significante y significado. El simbolo entre paréntesis (—), indica que la barra no es atravesada. No 61 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Héctor Liper . pues ¢cémo podria yo saber que dudo y que desco, es decit, que algo me falta y que no soy perfecto, si no hubiese en mi la idea de un ser més perfecto, por comparacién con cl cual adviesto la imperfeccién de mi naturaleza [...] Por cllo pasaré adelante y consideraré si yo mismo, que tengo esa idea de Dios, podria existir, en el caso de que no hubiera Dios,3! Luego de desarrollar sus argumentos, Descartes concluiti: Y nada tiene de extrafio que Dios, al crearme, haya puesto en mi esa idea para que sea como el sello del artifice, impreso en su obra, Con esto, Descartes abandona la idea de un ser constituido puramente en la teflexividad —que en su logica lo hubiera Ievado al callejon sin salida de dudar de que duda— y encuentra la causa original en Dios. Partamos nuevamente del principio: pienso, drego say, es la formula que establece un nexo entre la afirmacion existencial del sujeto: yo say, con la pretendida ¢ ilusoria evidencia inmediata (transparencid) del sujeto trascendental: pienso. Queda la pregunta por al sujcto del acto de pensac. La fancién del sujeto se ditime pata Descartes, no en cl plano de los enunciados de los que el yo sea capaz, sino en la certeza de que “alguien” realiza el acto de pensar. Quien sea ese “alguien” como sujeto de la enunciacién, aunque no planteado como problema por Descartes (ya que para él es una evidencia), seri sin embargo lo que vincula a Descartes con Freud. 3! Descartes, René, ibid., p. 39. 72 “La instancia de Lacan” - Tomo IL Con Descartes se inaugura la reflexion sobre las condiciones de la ciencia: siendo la verdad una cuestion de raz6n, queda libecado para el hombre el camino del conocimiento, del cual puede permitirse dudar, y por lo tanto investigar, ya que ahora ha quedado desligado de las verdades a priori de la teligion. En esta operacién, Lacan sittia cl paso a la ciencia moderna, que epistemélogos como T. $. Khun habjan ilustrado con el pasaje (0 mejor corte) de la alquimia a la quimica, por la implicacion del sujeto (el iniciado) en la primera, y su forclusién subjetiva en la segunds El psicoanalisis vendra a restituir el lugar del sujeto en la operacida, bajo la forma del deseo de analista En la densidad extrema del parrafo de Lacan, nos encontramos con gran parte de la historia de la filosofia: por un lado el concepto de lo trasiendental que se clabora desde Aristételes, ahora intentando dar cuenta de las propiedades esenciales del ser, mas allé de los modos contingentes en que lo expresan las Categrias aristotélicas; y por otto lado, la filosofia de la existencia, para la cual no hay dimension trascendente del ser sino solo la realidad de la existencia misma. Existencia que no es susceptible de ser determinada objetivamente, en tanto el hombre no es un ente, sino un “existente”. La intenci6n de Lacan al oponer entre si estas dos corrientes del pensamiento, es colocar al cogifo, erga sum como un original nexo entre ambas: /a afirmaciin existencial del sujeto en el “soy” y su fransparencia trascendental en el “pienso”. Que sea o no capaz de pensarme a mi mismo, es una cuestion, dice ahora, gue silo me concierne a mi, y, si lo digo, no interesa a nadie 24 quién podria interesar lo que yo pienso que soy (en mi pensamiento), cuando seguramente el otro piensa algo diferente con respecto a mi El siguiente parrafo comienza con un Sin embarzo... modo en que ciertas afirmaciones, que solo tienen una finalidad retérica, se invierten. Peto atin antes, en la nota 26, comienza la inversion con la candida aunque mordaz pregunta 73 Héctor Liper cPor qué hay filésofos?*, pregunta que no sélo interroga a la filosofia en cuanto si tiene o no sentido la reflexién filosdfica sobre el set, poniendo en cuestién su utilidad misma como disciplina, sino muy particularmente a los filésofos, cuya existencia depende de la respuesta que pueda darse a la pregunta equé cs cl hombre? Sin embargo, eludirlo bajo el protexto de su aspecto filoséfico... (201/496) No puede desecharse como mera inquietud filos6fica la pregunta por el ser del sujero, pues incluso una disciplina tan ajena como la estrategia, creada por Clausewitz en el fragor de las batallas, pero pertinente también en la teoria de los juegos, no es otra cosa que el cilculo de un sujeto para nada concéntrico al soy. En la estrategia, cl sujcto esta vaciado de todo contenido subjetivo para reducirse al resultado de un cilculo operacional. En el juego de ajedrez, por ejemplo, poco importa la subjetividad de los jugadores; la estrategia es una cuestién significante que depende de las movidas de cada uno, no de los afectos ni deseos, y donde calcular la proxima movida del adversario no se logea observando a la persona, sino estudiando el estado del juego y las posibilidades ldgicas. Aqui también, el “sujeto ajedrecistico” no depende del subjetivisme del jugador, sino de la operatoria significante 32 Esta pregunta parafrasea aquella otra que da titulo a la conferencia de M. Heidegger “ZY para qué poetas?” en Caminos de Bosque, Alianza Editotial, Madkid, 1996. * La critica al sujeto de la filosofia seri retomada por A. Badiou en estos téxminos: “Para la filosofia el sez piensa, o bien hay un pensamiento por el lado de lo real puro. [...] La locnra filoséfica es alucinar al ser como sujeto, es decir, el ser piensa como si firera sujeto, que es exactamente el proyecto de Hegel (Verla conferencia de A. Badiou “Acto analitico, acto politico, acto poético” en. Revista de la Asociacién Argentina de Psicoterapia para Graduados, N° 26, Bs As., 2000. 4 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. “La instancia de Lacan” - Tomo IL Seria suficiente recorrer las Maximas_y Sentencia*> de La Rochefoucauld para enterarnos de todos los desconocimientos y engafios que provoca el amor propio. Lacan alude veladamente aqui, pero no cita, a este “fildsofo de salén”; lo habia hecho ya, y cn cl mismo sentido, cn varios de sus seminarios. Por ejemplo en cl Seminario I dice: Si consideranns su bra se refiere a El yo y los mecanismas de defensa de Anna Feeud— como una descripsién moralista, entonces ella sin duda alguna habla del yo como sede de cierto nimero de pasiones, en sn estilo que no ex indigno de lo que La Rochefoncanld seftala con las astucias incansables del anvor propio. Todo hasta ahi, y los dos parrafos que siguen, destacan la fuerza de evidencia que tiene el espejismo del “yo soy” para el hombre. Lo que Lacan denomina /a comersién frendiana, introducicd la novedad de un sujeto dividido; dividido entre el ser y el pensar, de tal modo que ya no habri un solo lugar para ser y pensar. Fl sujeto dividido freudiano, 0 piensa 0 es, pero no las dos cosas al mismo tiempo; lgica del sujeto que aparece formulada como pienso donde no soy, soy donde no pienso. Asi pues, si, volviendo contra la nostalgia... (202/497) Antes de pasat al gro de la conversién frendiana, Lacan dedicara dos parrafos a acentuar que, ya sea que se ponga en juego el mecanismo de la metonimia o de la metafora, resulta dificil refutar la evidencia del yo en la experiencia del hombre. Si me obstinara, por ejemplo, en atiligar el arma de la metoninia contta la nostalgia de mi carencia de ser, 0 sea autoafirmarme en una engafiosa identidad mientras tapo el hueco de mi falta con la tautologia “soy eso que soy” y me niego a *8 La Rochefoucauld, Francois, Reflexions ou sentences et maximes morales suiti de riflecions diverses, Gallimard, Paris, 1946 (Hay ediciones en espaitol) 26 Lacan, Jacques, “Anna Freud o Melanie Klein”, cn Seminario 1 Los Escrifos ‘Técnicos de Freud, Cap. V1, Editorial Paidés, Barcelona, 1981 79 Héctor Liper definirme por lo que no soy... geémo desprenderme aqut de la evidencia de que soy en ese acto mismo, es deci en el acto de rechazar (0 de aceptat) mi falta en ser? Razonamiento cartesiano, sin duda. Siew ef otro polo de la brisqneda significante utilizo paca definirme alguna metifora que supuestamente consagraria mi ser —como por ejemplo “soy un leon”, 0 quiz “soy una micrda”—, no se me ocurte dudar de que sigo siendo yo, aun disuclto perdido en algo que no soy. EL giro de la conversion frendiana no necesité de otra cosa que de bo empirico, es deci, de la experiencia clinica de la escucha pata subvertir el espejismo de esa evidencia: en la neurosis obsesiva, por ejemplo, donde el sujeto se presenta al anilisis dudando —mas que de cualquier cosa— de su propio set ‘Mas all de esa duda manifiesta, hay algo que es, sin duda, pensamiento (Gedankeyi), peto no mio. Sucede en mi, pero 90 de eso nada sabe, porque se produce all donde m soy porgue no puedo situarme. Es el ambito del fpos inconsciente, donde efectivamente yo no puedo situarme, sino que me sitia; me localiza a mi, pero en un lugar diferente con respecto a aquel en que me reconozco como “yo soy”. El juego obligado de la metonimia y de la metéfora no reintegra para nada la realidad de mi ser, es un juego que clava mi deseo, es decit lo deja en la total dependencia de un desplazamiento donde se tepite el rechazo de un significante censurado, o de un significante metaforico que lo simboliza, y al hacerlo, lo pierde como teal (del deseo vivo al deseo muerti) Fs asi como mi suerte personal esta anudada a un destino que no soy yo quien lo fija ni lo proyecta. Lacan compara aqui a la vida misma con una partida, probablemente de ajedrez, donde la suerte del jugador no es captichosa ni depende de sus intenciones, sino que ev sa inexorable finura, todo va a jugarse en el campo de reglas y leyes que no le son propias, y de su combinatoria particular, destino inexorable, en cada partida, Resulta pertinente hacer resonar aqui, ese doble soneto borgeano donde 80 “La instancia de Lacan” - Tomo IL también el juego de ajedrez es la metifora del destino del hombre.” Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso, (202/498) Esta es la reformulacion que Lacan hace de la formula cartesiana, a la que dedicara gran parte de su Seminario 14: La Vigica del fantasma. Descartes dice “pienso, luego soy”. Al “pienso” Lacan le agrega “donde no soy”, y al “luego soy” le agrega “donde no pienso”. La ambigiiedad de este enunciado es total: donde me parece haber atrapado su sentido, ya no esta, desaparece, como el anillo a lo largo de la cucrda en el jucgo ded hurdn. En este punto, el texto remite a una nota al pic de “Puncién y campo de la palabra...” donde el traductor [TS] da la siguicate explicacién breve de este juego llamado cn francés dv Sure: 3 AJEDREZ 1 En su grave tincén, los jugadores/ Rigen las leatas piezas. El tablero/ Los demora hasta el alba en su severo/ Ambito en que se odian dos colores. Adentro itradian magicos rigores/ Las formas: torre homeérica, ligeto / Caballo, armada teina, rey posiero,/ Oblicuo alfil y peones agresores. Cuando los jugadores se hayan ido,/ Cuando el tempo los haya consumido,/ Ciertamente no habra cesado el tito. En el Oriente se encendié esta gnerra/ Cuyo anfiteatro es hoy toda Ia tierra./ Como el otto, este juego es infinito. IL. ‘Tenne rey, sesgo alfil, encarnizada/ Reina, toxte disecta y pedn ladino/ Sobre lo negro y blanco del camino / Buscan y libran su batalla armada No saben que la mano seiialada/ Del jugador gobiezna su destino,/ No saben que un rigor adamantino / Sujeta su albedrio y su jornada ‘También el jugados es prisionero/ (La sentencia es de Omar) de otto tableco/ De negras noches y de blancos dias. Dios mueve al jugador, y éste, la pieza,/ Tanto la sentencia freudiana de la primera cita, como el rano refrdn de tantos otros (pero también de Freud en la segunda), parecen ilustrar una misma cosa. Pero si el refrain (“conécete a ti mismo”) es raio, lo es porque el conocimiento que impone resulta imposible por la division estructural del sujeto donde naufraga toda ilusin de un si mismo. La ilusién de que “eso” pueda ser objeto de un conocimiento tiene, como gusta decir Lacan, “un origen noble” en el Sedbsthewusstsein (ser consciente de si) hegeliano. Si en la segunda cita Freud esbala hacia la autoconciencia, en la primera no es tanto eso como las vias que llevan a ello lo que él nos da a revisar. En efecto, cuando Freud concibe ef niiclo de nuestro ser advierte también que tal nticleo es inconsciente ¢ inaprensible. En verdad, toda La Interpretacién de los sueftas es una demostracién de las vias de acceso a la verdad del ser que sdlo 2 Freud, Sigmund, La Interpretacion de los suefes, ex BN., Tomo I, Cap. 9, p. 28 Freud, Sigmund, Una dificultad del psicoandiisis, en BN., Tomo Tl, p. 1112. 218 “La instancia de Lacan” - Tomo IL transformada por la Enisielling (transposicién) puede ser dicha a medias, pero nunca formulada como propia. En cuanto ala segunda cita, habria que comentar todo el pequefio articulo “Una dificultad del Psicoandlisis”, para entender cabalmente que ese aprende a conocerte a ti mismo, s6lo tiene la intencién de denunciar la infatuacién del yo, en su certeza de autoconocimiento que Lacan llamé “paranoica”, y en su ignorancia de las razones verdaderas tanto de sus satisfacciones como de su sufrimiento. No es nuestro yo exactamente el que pueda tomar como objeto de conocimiento al siclea de nuestro ser. De mi ser, 0 pata ser mas sencillo: de quién soy, doy testimonio tanto mis ahi donde mis me desconozco. “Tt eres eso” es lo que queda testimoniado en mis caprichos, en mis aberraciones, en mis fobias y en mis (fetishes. Fl “personaje vagamente rigilada” (policé), (deberia decir “civilizado”)2° donde he alienado mi ser, es decir donde digo “yo”, es una estructura imaginaria tomada en préstamo de multiples identificacion Cuando Freud dice aprende a conoverte a ti mismo, esta diciendo debes saber que hay una dimensién del ser que te es inaccesible, debes aprender (dolorosamente) que no te conoces aunque creas saberlo todo de tu ser. Los siguientes tres pirrafos de Lacan estin organizados en tomo a una referencia a Elgin de la Lacuna” de Exasmo, y pot algunas alusiones a su vida piiblica. Entre otras, a su condicién de tan poco dotado para los compromisas, al hecho que haya ocupado un Lugar tan eminente en la revolucién de la Reforma, y a sus inteteses humanisticos donde el hombre estaba tan interesado en cada hombre como en todos. Pata ubicar estas alusiones en su contexto realizamos la siguiente referencia. 2 Pasternac, Marcelo, 1256 Errores, erratas, omisiones y disorepandias en los Ecsritos de Lacan en espaitol, comecci6u 553, p. 212, Oficio Analitico, Buenos Aires, 2000, 2) Exasmo de Rotterdam, Elogio de la Locura, Editorial Concepto, México, 1979. 219 Héctor Liper 220 18. Referencia a Erasmo y a su libro Elogio de la Locura Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fue un sacerdote agustino que posteriormente obtuvo las dispensas papales; escritor, erudito y humanista holandés, supo interpretat eminentemente las corrientes intelectuales del renacimiento en el norte de Europa. Viajo incansablemente como profesor y conferenciante, sin petjuicio de seguir esctibiendo en forma inintercumpida. Ademas de sus libros, se conservan mas de mil quinientas cartas intercambiadas con los personajes més importantes de la época, sobre todo con los eruditos de la nueva ensefianza humanista, empefiados en el renacimiento de lo clasico. Su obra da cuenta de una cnorme erudiciéa no ajena ala clegancia ¢ ingenio en el estilo. Desde las primeras publicaciones atacé las peicticas corruptas de la Iglesia y el escolasticismo racionalista. fomentado por los clétigos. Desde temprano se pronuncié a favor de una renovacida de la teologia, pero nunca se definié a favor de la Reforma. La sitira Elogio de la Locura (Encominm moriae sen laus stultitiae, 1511) dedicada a su amigo Tomas Moro quien le habia presentado al rey Enrique VII, es su mas famoso libro pero en absoluto el tinico ni el mis importante. Fue escrito en el trayecto de su viaje a Inglaterra en 1509, invitado por el nuevo soberano Enrique VIII. En 1517, cuando la Reforma se convirtio en un tema candente bajo el liderazgo decidido de Mastin Lutero, la vida intelectual de Erasmo cambié de diteccién. En principio, fue acusado de ser precursor y cémplice de Luteto por mostrarse a favor de una discusi6n abierta y franca entre hermanos y no del enfrentamiento. Con aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this 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El supuesto que determina y condiciona toda su teoria, es que la metafora se basa en una telacién amaligica subyacente. En este punto Lacan alude a Jas dificuliades de Perelman para desprender la metifora de la analogja..* No podemos decit de Perelman que tenga la intencién de realizar tal desprendimiento, pucs su teoria toda se basa justamente en la analogia, compleja es verdad, pero analogia “por los cuatro costados”. Dice: Ex este momento, la mejor forma de explizar La metéfora seria concibiéndola, al menos en lo que concierne a la areumentacion, como una analogia condensada, resultante de la fusién de un elemento del foro con un elemento del terra Perelman habla de fusién' entre e/emenios, en otra parte habla de sérminos, diferenciandose de la concepcidn retorica que hace de la metifora una relacion entre imégenes, y petmitiendo evocar la nocién de significante. Por fema entiende el contexto lingiiistico donde se encuentra el elemento a sustituit, y por for el contexto al que se traslada la significacion. Explica la forma en que se realiza la fusion entre el tema y el foro por una relacién entre cuatro elementos al modo de una proporci6n lgica: “A es a B como Ces aD”. Pata probar que la metafora encuentra su determinacién en un razonamiento analogico implicito, propone el ejemplo que Aristételes hizo famoso: e/ atardecer de la vida pata decit “la vejez”. Si el sinsentido de atribuirle un atardecer a la vida transmite la ® Kuti, Carlos, “Retésica de un humanista”, en ibid, p. 79. ° Perelman, Chaim y otto, op. cit, p. 611 * El témnino fusidn hace ver que Perelman no es ajeno a la caracterizacion de la metifora como condensacién. 289 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Heidegger M. 25, 62, 65, 66, 68, 79, 106, 108, 110, 115, 117, 118, 186, 187, 201, 232, 235 a 245, 247 a 254, 261 a 263, 268 a 271, 274, 278, 331, 334, 340 Hericlito de E. 64, 117, 154, 274, 275 Hielmslev L. 43 Hélderlin F, 105 a 110, 116, 190, 211, 244, 247 « 249, 334, 335, 337 Hutin S, 259, 335 Jaeger W. 171, 335 Jakobson R. 33 a 37, 43, 60, 63, 85, 86, 102, 158, 159, 286, 335 Janet P. 180 Joyce J. 40 Kammerer P. 184, 185, 318, 321, 522 Kant 1. 56, 234, 239 Kardiner A. 141 Kepler J. 75 Khun T. 8. 23 Kierkegaard S. 105, 112 a 114, 335 Klein M. 79, 231 Klingender F. D. 133 Kluckhon C, 133 Kohut H. 197,198, 335 Kojeve A. 123 Koyré, M. 287, 288, 336 Kréeber A. 130, 131, 138, 139, 336 Krolow K. 116 Kuri C. 284, 287, 289, 336 Labarthe Ph. 236 a 238, 242, 252, 253,275, 338 Laplanche J. 106, 211, 257, 337 LeGaufeyG. 284 Learch B, 129 Levinas E. 112 Lévi-Strauss C. 129, 134 a 137, 139, 141, 168, 261, 262, 339 Lépez Ballesteros L. 12, 14, 32, 38, 41, 45, 133 Lucas San 99, 340 Malinowsky B. 137, 141, 142 Mani 178, 179 MariniM. 232, 338 Mauriac F 228, 229, 323, 338 Mead M. 133, 141 Moliére J.B. 193, 338 Moliner, M. 16, 169, 315, 338 NancyJ.L. 236 4238, 242, 252, 253, 259, 275,338 Nasio D. 106, 107, 112, 339 Nietzsche F, 261, 263, 271, 278 Pascal B. 90 a 94, 301, 339 Pasternac M. 219, 339 Perelman Ch. 260, 279, 283 a 295, 297,339 Platén 101 a 103, 162, 238, 270, 339 Quintiliano FE. T. 63, 154, 157, 158, 160, 287, 339 Rabelais F. 163, 164, 340 Rank O. 12 Reich W, 120 a 173, 340 Ricoeur P.278 Rilke E. M. 244, 248 Rochefoucauld F. de La 79, 337 Roheim G. 131, 133, 141, 142 Rossellini H. 24 Roudinesco E. 130, 173, 340 Russell B. 2 Samaranch F. 246, 340 Sartre J. P. 66, 95, 240, 262, 263, 265 a 270, 278, 340 Saussure F. de 27, 28, 33, 35, 50, 56, 57, 63, 101, 182, 262, 277 Sazbén J. 27, 28, 340 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.

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