El dogma es una variante empobrecedora no solo de la política, sino de la vida cultural de los pueblos. Surge siempre cuando se olvida el proyecto y se disputan las herencias.
Cuando las concepciones de una causa (nacidas y creadas al calor de una historia de lucha) se vuelven reponso, letanía, catecismo ideológico, significa que las ideas pasan a formar parte simplemente de una astucia de poder.
El dogma es una variante empobrecedora no solo de la política, sino de la vida cultural de los pueblos. Surge siempre cuando se olvida el proyecto y se disputan las herencias.
Cuando las concepciones de una causa (nacidas y creadas al calor de una historia de lucha) se vuelven reponso, letanía, catecismo ideológico, significa que las ideas pasan a formar parte simplemente de una astucia de poder.
El dogma es una variante empobrecedora no solo de la política, sino de la vida cultural de los pueblos. Surge siempre cuando se olvida el proyecto y se disputan las herencias.
Cuando las concepciones de una causa (nacidas y creadas al calor de una historia de lucha) se vuelven reponso, letanía, catecismo ideológico, significa que las ideas pasan a formar parte simplemente de una astucia de poder.
El dogma es una variante empobrecedora no solo de la poltica, sino de la vida cultural de
los pueblos. Surge siempre cuando se olvida el proyecto y se disputan las herencias. Cuando las concepciones de una causa (nacidas y creadas al calor de una historia de lucha) se vuelven reponso, letana, catecismo ideolgico, significa que las ideas pasan a formar parte simplemente de una astucia de poder. El atajo de los cortesanos. Significa que la riqueza de un pensamiento colectivo se ha transformado en un comisariato que pretende ajustar la capacidad poltica y cultural de las masas. Aparecen entonces los dueos de la verdad revelada, para reemplazar el conocimiento sobre la realidad nacional y su gente. Aparece una suerte de burocracia teolgica, con intenciones carcelarias sobre la imaginacin y la memoria popular. Nunca como en esta ltima etapa, el peronismo oficial ha hecho tanta gala de doctrinarismo vacio, en el supuesto nombre de Pern. Nunca, como en esta ltima etapa, ha intelectualizado falsamente su aporte a las causas de las mayoras, suplantando creatividad por retorica. Convirtiendo la ausencia de argumentos realmente confrontadores y rebeldes, en ortodoxia. Falta adoctrinamiento en las bases, se perdi la fuerza doctrinaria, hay que volver a los escritos doctrinarios. Pero que se quiere decir con esto? Que ahora somos algo parecido a este largo ritual del marxismo, donde s se fracasaba era porque no se haban ledo adecuadamente los textos? Sin duda, en estos ltimos tiempos no hubo acto, reunin importante, documento oficial, congresos, celebracin, recordatorio o evento donde no se escucho, se escribi, se ley, se dijo, se cito y se recito doctrina, verdades, posiciones filosficas, frases de Pern convenientemente seleccionadas, lemas y carteles que ratifican que la nueva Iglesia del movimiento nacional tenia a sus sacerdotes trabajando tiempo completo. Una esforzada competencia verbal. Una suerte de espiritismo poltico, que sepulto la mas decisiva y fecunda enseanza de un caudillo abierto siempre a la historia y a sus nuevas secuencias, sin complejos frente a los cambios, rejuveneciendo sus nociones en cada encrucijada, adelantndose a su poca, incorporando las transformaciones en el campo de las ideas, se llame todo esto ao 2000, modernizacin de la democracia, replanteo del proyecto, Cordobazo, socialismo sueco. Vietnam, ecologa, Club de Roma, ultimas estrategias imperialistas, y hasta el entierro en paz de su propio pensamiento de coyunturas pasadas. Un caudillo al que si se le quita el registro de su nombre en infinidad de artculos de su puno y letra, estos serian acusados de zurdos, subversivos, antiortodoxos, socialdemcratas y de herejas doctrinarias, por gran parte del peronismo que defini el juego mayor en estos ltimos dos aos. Hay lneas trazadas por el peronismo que coherentizan con un derrotero nacional y popular, y le otorgan a este ltimo un sello categrico: su humanismo, su antiimperialismo tercerista contemporneo, el planteo democrtico de los trabajadores, su decisin de transformar un pas estructurado por las minoras de la dependencia. Este es el cauce amplio que genero posiciones desde la experiencia poltica del pueblo que encontr sus objetivos interpretando sin ataduras a la realidad. Esto es tambin Pern. Este cauce amplio definido por el recorrido del pueblo peronista y por el pensamiento liberador de telaraas que expuso siempre Pern, es el marco para que la militancia y las bases reinterpreten la realidad, recuperen la iniciativa y salgan convocadoramente al frente. El dogmatismo doctrinario, en cambio, paraliza las renovaciones de ideas que hacen falta. 6 de abril de 1984