EN LA FIESTA DE LA JUVENTUD CARLISTA DE PAMPLONA

EN CELEBRACIÓN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Pamplona 17-XII-2006
por José Fermín Garralda Arizcun

1. EL MOTIVO QUE NOS REÚNE: LA INMACULADA CONCEPCIÓN.

Los pasos y la suerte de Navarra son los pasos y la suerte de España. Y a la inversa.
Hoy, Navarra está en situación limite por el chantaje etarra, y por la estulticia y el sectarismo
socialista. Pero, en esta situación límite, también lo está España.

Y diciendo que España también lo está, precisamente quiero decir que dichos males
no son de hoy, ni sólo los provoca el PSOE y los separatistas enemigos de los Fueros y de Es-
paña. La actual situación límite es consecuencia lógica del liberalismo -llámese falsamente
católico, conservador o radical- que es el alma del actual Régimen. Él, junto al nacionalismo
y el marxismo, ha hecho que Navarra esté en el ojo del huracán.

¿Qué podemos hacer?. ¿Cómo podemos los carlistas servir, sí, servir a la sociedad,
a Navarra y a través de ella España?. Estoy convencido que la mejor forma de servir es
seguir siendo carlistas, serlo cada vez más coherentes y trabajadores, arrojados diría, y que
otras personas, familias e instituciones sean lo que tienen que ser. Porque el carlismo no
es una etiqueta. Hoy como ayer, el principal deber de los carlistas es hacer lo que llaman
proselitismo. Porque el carlismo va en serio y lo creemos de verdad.

No estamos aquí porque hoy las cosas vayan mal, aunque van muy mal. Estamos
aquí porque los carlistas de Pamplona somos herederos de muchas generaciones de carlistas
de toda edad y condición que en Pamplona vivieron su vida a lo católico y tradicional, a lo
navarro y español. Muchas veces nuestro Ayuntamiento era de mayoría carlista. Además,
celebramos con ellos la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, por privilegio especial
otorgado por Pío X a la juventud carlista de Pamplona. ¿Os acordáis? : durante toda la vida
los de mi generación hemos celebrando este día y en esta fiesta.

2. LA ACTUAL POLÍTICA ESTÁ DESQUICIADA.

Hoy lo dice todo el que tiene ojos en la cara.

Pero las mentes no se han vuelto locas, sino que son las consecuencias radicales del
Liberalismo moderado o manso. Estamos en el período radical del largo proceso revolucio-
nario que sufre la sociedad española. Y lo sufre por los falsos dilemas: o Yo o el Comunis-
mo, o Constitución o Dictadura, o PP o PSOE.
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Mientras tanto, la sociedad española está desvertebrada, sin medios propios, calla-
da salvo para votar, desorientada, entretenida en exceso, en proceso de corrupción, con el
empobrecimiento de las clases medias, intervenida y anestesiada por los nuevos déspotas
ilustrados.

Y si nosotros no marcamos el rumbo, lo que está pasando puede desquiciar a la

sociedad como tal y a las personas en particular. No sólo nos tenemos que salvar nosotros
y nuestras familias, sino todos los que nos rodean y la sociedad misma.

La política importa mucho. Mucho más de lo que parece. Lo que hagan o dejen de
hacer los políticos, el Gobierno y las Leyes, repercute directamente, como modelo y causa
ejemplar, en la sociedad, y en la vida de cada hombre. Es un gran error refugiarse en la vida
privada. Esto nunca lo han hecho los católicos y tampoco los carlistas. Lo han hecho los
liberales conservadores. Y luego pasa lo que hoy pasa.

Asistimos al total descrédito -sin duda buscado por sus causantes- de parte de los
Cuerpos de Seguridad, la Justicia, y el Estado. Asistimos al descrédito de la propia Constitu-
ción del 78: ídolo que fue ayer, ídolo hoy semicaído, pues muchos van a cambiarla y no para
bien.

Ante este descrédito, ¿es que no se puede gritar, con total libertad, Viva la Religión,
Viva España, Vivan los Fueros y Viva el Rey?.

3. LA DEMOCRACIA LIBERAL-SOCIALISTA NO ES REPRESENTATIVA.

Sólo mencionaré un aspecto. Los partidos políticos reinventan su programa político

tras las elecciones. Esto es un fraude. Una vez en el poder, rellenan ese cheque en blanco
que es el voto. Rellenan el cheque en blanco con propuestas legales que siempre hacen sur-
gir Leyes mucho peores que la intención de los votantes. No puede decirse que la sociedad
quiera esas leyes cuando se proponen o bien se promulgan. La quieren algunos políticos que
nos persuaden de que la sociedad las reclama. Y digo que la sociedad no la reclama porque
los programas electorales son indefinidos, el voto es un cheque en blanco, y la sociedad es
mucho mejor que las leyes.

Las peores leyes han entrado en España por fraude político y la puerta trasera.
Algunos casos:

Con el voto de los católicos y sin estar en el programa electoral, UCD impuso el di-
vorcio en 1981.

Pero también con el voto sin programa electoral:

• El PSOE impuso la ley de despenalización del aborto en 1985.

• CDN logró que en Navarra saliese la Ley de adopción por homosexuales y la Ley de
parejas de hecho en 2002. Y también formó el famoso tripartito con PSOE y los nacionalistas.

• El PP implantó la píldora abortiva RU-486 del día después (PDD) y ha participado

en la manipulación de embriones.

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• El PSOE ha homologado el matrimonio hombre-mujer con la torpe unión homo-
sexual, y amplía la manipulación de embriones -de vidas humanas- que ya hacía el PP.

Pero ya todo esto se olvida, mientras comamos, bebamos y estemos entretenidos. Pan
y circo como máscara o careta.

En realidad, el espectáculo es horroroso. Con él nuestra denuncia al PSOE y al PP.

Por haber atacado así la moral más fundamental, y, sobre todo, por haber expulsado a Dios y
la Ley natural y divina de la Constitución -éste es el origen de todos los males-, ¿no es para
temer por Navarra, digan lo que digan ciertos políticos?.

Como comprenderéis, me opongo a que esta miseria destruya a Navarra y a los na-
varros. Porque Navarra no es sólo la jota y el zortzico. Y no hacer nada es ver impávido la
destrucción.

4. LA TRAMPA DEL MALMINORISMO.

4.1. Para agravar más las cosas, ahí están los partidos de la alternancia de Gobierno.
Aceptan de hecho o de derecho las leyes inmorales que hace su presunto adversario. Una
vez puestas, el PP no las discute y sí acepta (malminorismo de programa) y el PSOE las
empeora y amplía. Así, una y otra vez: la bola cae rodando por la ladera hasta el valle: y
dentro del juego burgués liberal-socialista cae inexorablemente, no nos engañemos. Incluso
el PP se adelantó al PSOE con la píldora abortiva RU-486.

En los temas morales los grandes partidos de hoy son malísimos. Pero el sistema y
Régimen político es peor, porque admite y promueve el ejercicio e imposición de su inmo-
ralidad.

4.2. El malminorismo electoral, frecuentísimo entre los católicos, es un tema-tram-

pa, porque fijáos lo que digo:

1º. Polarizarse en este tema es el refugio de los comodones.

2º. Este tema fue resuelto hace más de un siglo: léase a Roca y Ponsa, Corbató, Váz-
quez de Mella, Nocedal, y a tantos otros.

3º. Paraliza y después hipoteca toda acción política constructiva.

4º. Encubre el verdadero interés del becerro de oro, por el que sufre la sufrida clase
media, y por el que la cuestión social sigue pendiente.

4.3. El malminorismo, de programa o electoral, no frena al mal mayor sino que le

abona el terreno. Por ejemplo, tanto PP como PSOE admiten el mal esencial del racionalis-
mo y naturalismo políticos, y ninguno deshace el mal que hace el otro.

La derecha sociológica malminorista tiembla en las elecciones, y tiembla porque no

trabaja en política. Y permite que “sus” políticos gobiernen como no quieren sus votantes.
Es tal su dejadez, que la muy hipócrita incluso puede echar la culpa del peligro socialista
a los católicos que levantan una bandera frente al liberalismo, aunque esté más que demos-

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trado que el liberalismo es la antesala del socialismo. Y que el centralismo liberal, del que
forman parte las autonomías como delegación del Estado, unido a la utopía y abuso de la
soberanía nacional, es la antesala del nacionalismo separatista antiespañol y antipatria.

4.4. El malminorismo, de programa o electoral, es un tema trampa que paraliza e

impide salir del agujero. Para eso hay que optar por una sana política. Por eso no me quiero
polarizar en el malminorismo electoral. Este no es el tema que nos trae aquí.

5. PLANTEEMOS LA SOLUCIÓN

La verdadera cuestión no es el llamado mal menor, ni en las elecciones por venir,

ni en lo programático de la política a reclamar y desarrollar.

Hay que retomar el origen del problema. Es preciso salirse del proceso de disolución
(revolucionario). El problema político en España es siempre de principios en la política,
no de mal menor ni de circunstancias. Es problema de Ideales, de oración y perseverancia,
de trabajo y hasta de hombría.

¿Queremos servir a la sociedad y ser útiles?. Bien están las ONGs... pero también
está la buena política, sabiendo que “ante Dios no serás héroe anónimo”, y que la política es
un apostolado, y que la mayor virtud es el servicio al Bien Común.

¿La excusa? : el trabajo, la familia -¡como si la Familia no fuese nuclear en el carlis-

mo y este no la defendiese¡-, el dinero, la posición social, el tiempo...

Preguntemos: ¿cuánto tiempo, dinero, energías y relaciones se gasta en cosas se-

cundarias?. ¿Qué decir de la falta de esfuerzo y responsabilidad, de la comodidad y el qué
dirán?. ¡Cuánto viajan los que dicen que no tienen tiempo!. ¡Cuánto gastan los que dicen que
no tienen dinero!. ¡Cuánto... !.

Por otra parte, nunca los carlistas han preferido el brillo y fortuna personales ponién-
dolas sobre el bien Común y el Ideal. Y eso es así porque los carlistas tenemos mártires,
verdaderos cruzados y mártires en tiempos de guerra y en tiempos de paz. Añádase que
en el carlismo ha militado el pueblo, y que en él el pueblo se ha movilizado. Y el pueblo,
generoso, lo da todo.

Estos son tiempos de testigos, de testimonios vivos, de responsabilidad, y de optar

por una buena política que implica las virtudes del saber y estudio, de la fidelidad y creer
-tener Fe-, tener esperanza y alegría, practicar la caridad con el servicio y el trabajo. Todo lo
demás, como el deseo de brillo, notoriedad y ganancias, la improvisación, la superficialidad,
la falta de preparación -en materias humanas y divinas- y de oración, el exceso de curiosidad,
el utilitarismo y excesivo cálculo, la falta de fidelidades personales, la polémica vana, una
desbocada ambición... es semillero de liberales. ¡Cuántos han vendido sus conciencias y
sus lealtades creyendo que van ha hacer un bien!.

Un ejemplo. De 1939 a 2006 estaba en la parroquia de San Agustín la lápida siguien-

te: “/ + / Manuel Arizcun / Moreno / +++ / Presidente diocesano / de la Acción Católica /
Caballero ejemplar / Propagandista del bien / Confesó a Jesucristo / hasta la sangre / ase-

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sinado por odio a su Fe / en Santander / Noviembre 1936 / +++ /”. Don Manuel, caballero
ejemplar, dejaba en esta vida una viuda y nueve hijos... nueve. Podía haberse amoldado al
mal menor, al gobierno de hecho, al posibilismo, y se podía haber pasado luego a los nacio-
nales. Pero no lo hizo. Él es un auténtico ejemplo.

Con los buenos principios tenemos la solución en la mano. Pero hay que unir las
manos de la sociedad, las instituciones y la gente honrada fuera de la partitocracia. Con-
tamos contigo. Eres Comunión porque lo has elegido. Por eso, ¡sé responsable, testimonio
vivo!. ¡Prepárate!. ¡No delegues!. ¡Actúa por ti!. ¡Sé disciplinado!. ¡Sé tu mismo!.

Por todo lo dicho, y a título particular, voy a proponer a la Junta Carlista de Navarra
y a todos los navarros que la Comunión Tradicionalista Carlista se presente a las elecciones
de Mayo en Navarra. La situación es límite desde dos ángulos. Primero, huyamos del impe-
rialismo mal llamado vasco. Segundo, afirmemos la verdadera Navarra y España, que están
muy bien defendidas, únicamente defendidas de verdad, en la verdadera tradición Navarra
y española recogida por la CTC. El ser de nuestro pueblo resume sus principios vertebrales
en el lema de Dios-Jaungoikoa-, con la confesionalidad católica del Estado y la unidad ca-
tólica, la Patria grande que es España, los Fueros -Fueroak, Lege-zarrak- o derechos propios
anteriores al poder supremo, y el Rey -Errege bidezkoa- que sirva a Dios, al Derecho y la
sociedad.

Recapitulo:

1. La política importa mucho. Mucho más de lo que parece.

2. Los partidos políticos del sistema tienen muy pocos afiliados, reciben dinero de la
Banca y del Estado, y desearían captar a gente buena y sana como vuestros hijos.

3. La democracia liberal-socialista no es representativa.

4. La política y táctica del malminorismo en el programa político o en las elecciones

es una trampa. Máxime cuando el liberalismo es la antesala del socialismo.

5.El problema político en España es de principios en la política, no de mal menor

ni de circunstancias. La raíz del mal está en haber expulsado a Dios, a la Ley y derecho na-
turales, y a la España católica de la Constitución y las Leyes.

6. La mejor forma de servir a la sociedad es seguir siendo carlistas, serlo cada vez
más coherentes y trabajadores.

7. Como personas responsables tenemos que marcar el rumbo en la política de Nava-

rra y España, pues lo que está pasando puede desquiciar a las personas y a la sociedad.

8. Son tiempos de testigos, de testimonios vivos, de responsabilidad, y de evitar caer

en las tentaciones de la falsa política. Sabemos que la unión hace la fuerza y que el amor
reclama trabajo.

Dijo Antonio Arrúe en el homenaje a Zumalacárregui en 1960: “Al igual que los
carlistas de los tiempos de Zumalacárregui, los carlistas de hoy tenemos los brazos abiertos

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para cuantos deseen incorporarse a nuestras filas. Para ello, no es absolutamente necesario
que aceptéis íntegramente nuestra doctrina política. Bastará que admitáis los principios
fundamentales de ella. Y si alguno, por el motivo que fuese, no se atreviere o animare a
acercarse a nosotros, tenga presente que nosotros no tenemos inconveniente alguno en salir
a mitad de camino en su busca.

Y vosotros, hermanos carlistas, ¡adelante!. Adelante todos bajo la gloriosa bandera

de Dios, Patria-Fueros, Rey que tan gallardamente enarboló el gran Zumalacárregui; bajo
la bandera siempre vieja, pero a la vez siempre nueva e invariable de la Tradición. ¡Ade-
lante siempre!” (ARRÚE Antonio, ELÍAS DE TEJADA Fco., FERRER Melchor, Memoria
de Zumalacárregui, Sevilla, Ed. Montejurra, 1960, 42 pp, pág. 18-19).

Muchas gracias.

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