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T RA CI i f)-l tg

dânslesAmériques
Travauxet Recherches
du Centre

TRACE est une revue consacrée aux travaux e!

recherches dans les Amériques du Centre. Elle est
publiee semesrriellementpar

LE CENTRE D'ÉTUDES MEXICAINES

ET CENTRAMÉNICENES
Y t.
conceman!la revuedoit êrre
Tourccorrespondance
adressée
à:
lnolc e
Cenired'étudesmcxicaines
et centraméricaines
SierraLeona330
11000MéxicoD,F.,México
"fél'.:54O-59-21122123

Coordination
M arie-FranceF auvetB ertheIot
Prefacio
Traduction
MariohmudioVega
PRIMERA PARTE
Révislondestextes
Ioèlle Gaîllac
DominiquzMichelet
BlancaLuzPulido De los ritmos lacustres a Ias prâcticas agricolas.
Acercamientocritico a un método que se apoya
Compositionet miseenpages
en las ciencias naturales
Concepciôn
Asuar
Pierre Pétrequiny Hervé Richard
Montage
RodolfoAvila Paleoetnologia.Teoria y prâctica: notas a propdsito de
FrançoiseBagot dos suelos de hâbitat arcaicos americanos
Édition AntoinetteN elken-Terner t22
JoëlleGaillac
El espaciodomésticomaya: una mirada arqueolôgica
Maquettede la couvcrture sobre el presente.Proposicidnde un método
Stéphen
Rostain
Fabiennede Pierrebourg 31
Dessinde la couvcrture
RodolfuAvita De la influencia de la filosofia latina
Françoise
Bagot en el pensamientoaztecà
Alain Musset 43
Photographie dela couvcrture
VictorLagarde
Tonina:captifà demicouchéM122 Los museosde antropologia e historia en México:
organizacidnespacialy proyecto ideoldgico
Impression JérômeMonnel 49
Impresi6ny Disefio
Rio Churubusco,Lote15,Manzana
19,
ColoniaRodeo,México,D.F. La sala de fauna del Museo del Templo Mayor
Ôsca, J. Polaco, Ligia Burrôn M. y Rolando Cdrdenas 53
ISSN-O1
85-6286Arnée1989
 De la influenciade la filosofiaIatina
en el pensamientoazteca
Alain Musset
El actual interés de los lectoresfrancesespor el
mundo prehispânicoen generaly la civilizaciôn az-
teca en particular se ha visto reflejado en la publi-
cacidn de numerosasobras de un valor cientffico
desigual.De la novelade ficci6n, como Le jade et
I'obsidienne,de Alain Gerber,al ensayofilosdfico,
del tipo Le rêve mexicain,de Le Clézio, toda la ga-
ma se encuentrarepresentada. Contrariamentea lo
que podrfacreerse,el éxito obtenidopor esoslibros
no se debe ûnicamentea un exotismode buenao
mala calidad.En 1829,en el prefacioa sus Orien-
tales,Yiclor Hugo decia:"En el siglo de Luis XIV
se era helenista,ahora se es orientalista".La fas-
cinacidnde los mundoslejanosha hechoretroceder
las fronterasdel pequeflomundo de las letras. Hoy
en dia, el poetadiria que se es indigenista.Sin em-
bargo,si el efectode la modaactûaen favor de cul-
t.urashastaentonces desconocidas o menospreciadas,
no podemossino felicitarnospor ello. Creo, ademâs,
que el interésdespertado por esaspublicacionesco-
rrespondetambiéna la adquisicidnde la conciencia
de que existeny han existidootras manerasde con-
cebir la vida. La destruccidnde Tenochlitlanpor los
soldadosde Cortés adquiereentoncesun valor de
simbolo y algunosno vacilan, ingenuamentequizâ,
en asimilarlaa la tala del bosqueamazdnicoo a la
masacrede los cachorrosde foca.
Con todo, hay que saberde qué se habla.Los et-
ndlogospadecengrandesdificultadespara penetrar
todos los misteriosde sociedades contemporâneas
cuya lengua practicany que se muestrantodos los
dias a sus miradas.Imaginemos entonceslo que sig-
nifica reconstruir,a partir de fragmentosde textos
o de cerâmica,civilizaciones que desaparecieron por
completo en la tormentade la conquista.La parte
+ c E Mc A
de nuestraimaginacidnes al menosigual a la de
nuestrosaber;pero tal imaginaciôn,que nos permite
hacer revivir a esos pueblos aniquiladosy hacer
aceptable,si no tolerable, su desaparici6n,reposa
sobre un mal entendido.Hemos olvidado los esfuer-
zos desesperados de los conquistadores y de sus he-
rederos espirituales por hacer encajar el
descubrimientode México en el universoque ellos
conocfano creian conocer.Hemosolvidado el bello
tratado de Gregorio Garcia sobre el origen de los
indios del Nuevo Mundo: ;vienen de Egipto o son
los descenclientes de la tribu perdida de Israel?Ge-
neracionesde historiadores y arquedlogos han que-
rido respondera esta pregunta angustiante,que
mutila sin saberlo la especificidadde las culturas
indigenas.Mientras visitaba las ciudadesmayasen
ruinas,a principiosdel siglo xIX, el francésWaldeck
establecidhâbilescomparaciones entre el frontôn de
los templos sepultadosbajo la selva y los bajorre-
lieves descubiertosen el valle del Nilo.t Todavia
hoy, algunas misiones de arquedlogosmormones
buscanen la greda de Chiapaslas tablas de la ley
revelada a Moisés.
Pero esabrisquedade fuentes,cuandoes explicita,
lo mâs que logra es hacernossonreir. Recordemos,
no obstante,que, en la rûbrica de los falsosencuen-
tros, algunoshacedoresde mitos no vacilan en es-
cribir que los extrat.errestres dirigieron la
construccidnde los templosmayas.Es bien sabido,
en efecto,que el sacerdotemaya representado en la
lâpida de Palenquees un cosmonautasentadoen su
nave espacial.2 Ademâsde que tal suposicidnmues-
tra la inculturade quienla enuncia,no se puedesino
lamentar una vsz més el menosprecioque sugiere
para las culturas que, de esa manera,pretendeva-
lorizar. En efecto,el sobreentendido es claro: si los
marcianosconstruyeron el Caracolde ChichénItzâ,
 TRA CE
fue porquelos indiosjamâshubieranpodido conce-
birlo por sf mismos,dadasu falta de conocimientos.
Consecuentemente, el titulo de este pequgnoar-
ticulo no sdlo es polémico sino que pareceir en sen-
tido contrario de lo que quiere decir su autor. En
efecto,4qué tiene que ver la filosofia latina con el
pensamientoazteca?iAcaso las sociedades preco-
lombinasheredaronsu cultura de los contemporâ-
neos de Cicerôn o de Séneca?No se [rata de eso.
Elegi ese titulo para reflexionarsobre lo que cree-
mos saber,no del mundoprehispânico, sino de no-
sotros mismos. Olvidar que los espaflolesque
conquistaron México eran los herederos cleuna cul-
tura que actualmentenos pareceextraflaes exponer-
se a cometertantoscontrasentidos sobrela filosoffa
de los ant.iguosmexicanoscomo los que cometieron
en su épocalos émulosde GregorioGarcia.Ahora
bien, los trabajosrealizados desdehacecasi 30 aflos
por alguien como Joaquin Galarzamuestrana qué
grado eran diferentesde los modeloseuropeosla
percepcidny la representaciôn del mundo entre las
sociedades indigenas.3Asi, por excesode candoro
de confianza,o por falta de conocimientos sobreIa
cultura europeadel siglo xvl, corremosel riesgo de
confundira Sénecacon Netzahualcdyotl, a Sahagûn
con sus informantes,a la culturalatina con el pen-
samientoazteca.
De la fuente al modelo
En realidad,es dificil abrirscpaso entre los dife-
rentesdiscursospropuestospor los cronist.as y los
histori adoresdel pri mer siglo de la conquista.En
L'origine des Aztèques,ChristianDuvergerofrece
un cuadrocompletode las fuentesque nos permiten
delimitarel universode los antiguosmexicanos, dar-
le un sentidoe intentarcomprenderlo. No obstante,
si examinamos en detallelos elementosprehispâni-
cos de ese conocimiento, nos damoscuentade que
son poco numerosos: algunaspinturas,relatosorales
transmitidosde padresa hijos y deformadospor el
tiempo,ruinas,leyendas... La basede nuestrosco-
nocimientosdependede lo que los espaf,oles salva-
ron de las sociedades que ellos mismosaniquilaron.
Por lo demâs,algunosde ellos llevarona cabo un
trabajonotable.Diego de Landa,en Yucatân,o fray
Bernardinode Sahagûn,en el valle de México, sal-
varon buena parte de la cultura indigena.Ademâs,
ambos son una referenciaobligatoria para los his-
toriadoresde los mundosmayay azteca.Sin embar-
go, la preservacidn de ese tipo de patrimoniopor
44
r6 r 989
los conquistadores no obedeciaa consideraciones de
orden etnolôgico.En la mayoriade los câsos,los
rslatos de los indios se recolectabanpara conocer
mejor sus tradicionesy, de esa manera,combatirlas
con mayor eficacia.
Habidacuentade la falta de informacidnque debe
enfrentarel historiadordeseosode conocerel mundo
prehispânico,esos relatos de espafloles(religiosos,
en general),de mestizos(como lxtlilxôchitl) o de
indfgenas(como Chimalpahfn)son una verdadera
mina de oro. Y qué mejor pruebade ello que el con-
siderablclugar que se les da en Le rêve mexicain,
de Le Clézio. Curiosamente son raros los que pien-
san en poner en tela de juicio el conocimientoasi
transmitidopor esos informadores.Tomar al pie de
la letra los t.extosescritos,a vecesmâs de un siglo
despuésde la conquista,por genteque jamâs cono-
ci6 la Tenochtitlande Moctezumaes un juego pe-
ligroso. Se podria entonces objetar que el
franciscanoSahagûnconsultôa numerososindigenas
antes de escribir su Historia general de las cosas
de la Nueva Espana.Él mismo dice que se trataba
de personasancianasque habian conocido la época
en que los espaf,olestodavfa no se habian hecho
amosdel imperio azteca.Por otra parte,autoresmâs
tardios, como Ruiz de Alarcôn, que escribiaa prin-
cipios del siglo xvtl, describieron ritos a los que ha-
bian asistido, espectadores horrorizadospor esos
resurgimientosdel paganismo.Pero un observador
directo no siempre es capaz de comprenderlo que
ve. Ademâs,cuandoRuiz de Alarcdn evocalas ce-
remoniasorganizadas por las brujasde pueblopara
hacercaer la lluvia o paraalejarel granizo,reconoce
también que en ello se mezclan las dos religiones.
Se recurre al pantedn azteca(los tlaloques)y al em-
pireo (los ângelesy los santos).En esa sociedadya
'aculturada',a veceses dificil reconocer1oque per-
tenecea uno y otro ritual. Inclusocuandose trata
de los informanl.esde Sahagrin,hay que tener cui-
dado:entrelo que ocultan,lo que inventany lo que
deformanpara complaceral franciscanoque los inte-
rroga,a veceses dificil teneren cuentatodoslos ele-
mentosobjetivos.Tomemosun ejemplo:los indios
clijerona Sahagrinque el colibri colocadoen la boca
de Tlazolteotl representabalas impurezasabsorbidas
por Ia diosa del amor para purificar a los hombres;
pero, a susojos, el colibri tambiénera un simbolose-
xual. iCdmo explicar eso a un franciscanoque pro-
fesabala abstinenciay la castidad?Una mentira a
mediaspermitia evadir explicacionesembarazosas.
En fin, es necesarioestablecer diferentesniveles
de conocimiento.El discursode SahagÉnparece
Filosoffa latina en el pensamiento azteca
coherente, peroestâteflidode un humanismoclâsico
que no tiene nada que ver con la informaciôn que
le fue proporcionadapor los indigenas.Estâ plagado
de comentarios, reflexionesy crfticasque tienenpo-
ca relaciôncon la culturaindia. Asi es como, a la
cabezade cada uno de los capitulosdedicadosa los
mexicanos,esta-
-.incipalesdiosesde los antiguos
ce, cuandopuede,una comparacidncon las di-
nidades de la Roma antigua: Tezcatlipoca es
,imilado a Jripiter, Chicomecdatla Ceres, Chal-
niudicuea Juno,Tlazolteotla Venus,Xiuhtecuhtli
r Vulcano.Cuandole llega su turno a la diosa Ci-
huacôatl (mujer-serpiente),precisa que bajo ese
nombrese ocultaen realidadEva. En efecto,los in-
dios le dan el titulo de madrede los hombres(bajo
el nombrede Tonantzin).Ahora bien,Eva es el origen
de nuestrahumanidad.Ademâs,su nombrede mujer-
serpientemuestra,segrinSahagûn,que se trata de la
misma mujer que fue engafladapor el Maligno.a
Esasalusionesson suficientemente explicitasco-
mo para que pudiera uno confundirsecon ellas.
iQuién podriacreerhoy en dia que son los indigenas
quieneshablancuandoSahagrinasimila los dioses
aztecasa los de la antigtiedadgriega y romana o
cuandoconfundela mitologianâhuatly el culto cris-
tiano?Lo que habriacolmadode contentoa un fran-
ciscanodel siglo xvl, deseosode encontrarentrelos
pueblosdel Nuevo Mundo el recuerdode un Evan-
gelio olvidadoo mal comprendido, se presentahoy
claramente como una corrupcidndel pensamiento in-
dio. Por lo demâs.demasiadoa menudoolvidamos
que,despuésde cadacapftulodedicadoa la descrip-
ci6n de los ritos practicadospor los antiguosme-
xicanos,Sahagûnafladeuna refutaciônque muestra
la falsedaddc sus creencias.
Sea lo que fuere, esa mezcla cultural hace que
a vecesseadificil establecer una diferenciaentrela
fuentede informacidny el modeloal que la misma
se refiere. El discursode los indigenasse mezcla
estrechamentecon el de los cronistasespafloles,
pues unos y otros intentantenderpuentesentre las
dos culturas,aun cuandocada grupo funclaese em-
bri6n de sincretismoen motivos muy diferentes.
Cor responden
cias
En efecto,ese fenômenoes comûn a muchoscon-
temporâneosde Sahagrin.Y se explica muy bien
cuandose sabeque, despuésde la conquista,los es-
paflolesy los mestizostrataron de encontraren las
costumbresprehispânicashuellas de evangelizaci1n
45
PRIMERA PARTE
o de cristianismo.Paralos indios, era importantede-
mostrar que sus antepasados no eran salvajessan-
guinarios y que poseian un alma como los
conquistadores, algo que para éstosfue muy dificil
de aceptar.Para los espafioles,habfa que hacer co-
rresponderlas ensefranzas de la Biblia y la realidad
del Nuevo Mundo. Inspiradospor las ideas milena-
ristas de Joaquimde Fiora, los franciscanosquisie-
ron hacer de las Indias Occidentalesun nuevo reino
de Dios sobrela tierra. Pero, lcdmo explicar la pre-
senciade un continenteque no habiasido anunciado
por el libro sagradoy que los apdstolesjamâs habian
evangelizado, çontrariamentea las ensefranzas reci-
bidas desdehacia siglos?Era necesarioencontrar
huellasde una prédicaanteriora la llegadade los
espafloles.
Asi es como las comparaciones abundanparades-
cribir ciertos elementosdel ritual prehispânico. El
ejemplo mâs conocidode ese tipo de interferencia
es el del bautismo.SegrinSahagûn,en efecto, se
bautizabaa los niflos que acababande nacerrociân-
dolos con un agua consagrada, que supuestamente
representaba a la diosa Chalchiutlicue.La propia
diosa,segriné1,"tenia en la manoun vasoadornado
con una cruz, parecidaa la custodiaen que se ex-
pone la Eucaristia".sMendieta,su contemporéneo,
evoca por lo demâsla atraccidnque ejercia sobre
los indigenasel agua bendita que se distribuia en
ocasidnde las fiestasreligiosas.6 Mejor aûn, los in-
dios conocianla confesidn,puestoque, una vez du-
rante su vida, podian confesar sus f altas a
Tlazolteotl,"diosa del amor". Esa confesiônles per-
mitia, nos dicen los cronistas,estaren regla con los
diosesy con la justicia de los hombres,lo que se
prest6a muchasconfusiones cuandollegaronlos sa-
cerdotescatdlicosy se tuvo la autorizacidn para con-
fesarsetantasvecescomo se quisiera.En fin, otra
correspondencia permiti6 muchasinterpretaciones:
se ha querido ver en la cruz de Quetzalcdatl,que
simbolizalas cuatrodirecciones del espacio,una re-
miniscenciade la cruz cristiana;sin embargo,en ese
como en los otroscasos,;cuâl es la partede la coin-
cidencia,si se excluyela evangelizacion de los in-
dios por los apdstoles, y cuâl la de la manipulacidn
ideol6gica?
Si se preguntaa un historiadoro a un antropdlogo
si cree en las prediccionesde madameSoleil,Talzarâ
los hombros suspirando.Pero demasiadoa menudo
va a aceptarsin pestaflearla historiade Quetzalcdatl
que, expulsadode Tula, anunciasu vuelta para un
afro ce dcatl. Tampoco se asombrarâde ver reali-
zarsela predicci6ncon la llegadade los espafloles.
 TRA CE
Moctezumapuedeconfundira Cortés con la divi-
nidad barbadasin que eso nos asombre,puestoque
todo ello es 16gico.No obstante, NathanWachtelde-
mostrd a qué punto ese cuentopareciaser una re-
construccidn a posleriorlquepermitiaa los vencidos
justificarsu derrotay a los vencedores insertarlaen
la corrientede la historia,sLos primeroseran rein-
cidentes.Ya una vez, bajo el reinadode Moctezuma
I, habiandestruidolos libros que describianla epo-
peya mexica para remodelarlaa imagende su des-
tino. Los segundosextraiansu conocimientode la
literatura medieval,plena de prodigios y de mi-
lagros. Las sef,alesque anunciana los aztecasla
caida de Tenochtitlan,cuando todavia ignoran la
existenciade los espafloles, formanpartede esare-
construccidnhistdrica:un cometa,gritos en la no-
che, nacimientode monstruos, todo ello es banal si
se estâ familiarizadocon Tito Livio, con Plinio el
Viejo o con Tâcito.
No obstante,si nos negamosa tomar en cuenta
la culturaclâsicade la genteque,despuésde la con-
quista,ha escritosobrelas civilizacionesprecolom-
binas, nos condenamos a no comprenderni a unos
ni a otros.Todoslos espafroles y, despuésde ellos,
todoslos mestizosde espafloles e indiosestabanim-
pregnadosde los âutoreslatinoso griegosque for-
mabanla base de su educacidn.En ocasiones,las
citas se hacende maneraexplfcitay el autor se re-
fiere a tal o cual obra del Fil6sofo (Aristdteles)para
resolverciertosproblemas. En esecaso,no siempre
hay que buscarentre los ejemplosmâs ilustresde
ese conocimiento. Acosta,jesuitaesclarecido, autor
de una Historia natural y moral de las Indias, pl-
blicadaen 1589,multiplicalas alusionesa los au-
tores latinos, Sénecaentre ellos, cuando intent.a
explicar las extravagancias del clima en el Nuevo
Mundo.
Pero gentemenosconocida,en la misma época,
escribetratadosque se inspirandirectamente en las
obras de Aristdteles,de Hipdcrateso de Galeno.
Juande Cârdenasutiliza abiertamente el Tratadode
los aires, de las aguasy de los lugares de Hipd-
cratespara redactarsu libro Problemasy secretos
rnaravillososde las Indias, al igual que el doctor
Diego Cisneros,unos 30 aflos mâs tarde.e
Entre los autores"indigenas",como Ixtlilxdchitl
o Tezozômoc, la cuituraclâsicaestâigualmentepre-
sente,inclusosi uno rehÉsaverla o ya no es capaz
de hacerlo.Los historiadores que trabajansobrela
época colonial sin conocera los autoreslatinos y
sin haberleido la Biblia se exponena muchoschas-
cos,pueshablande un mundoque creenconocerpe-
46
16 1989
ro que les resultatan extranocomo el de los aztecas,
En efecto,es ilusoriopensarque somosidénticosa
los hombresque conquistaronMéxico y destruyeron
las civilizacionesindigenas.Cinco siglos nos sepa-
ran de ellos y nuestrossistemasde referenciahan
cambiatlo.Asimismo,decir que al pensamiento mâ-
gico de los antiguosmexicanosse oponia el frio ri-
gor de los conquistadores es olvidar que los
espaflolesvivian en un universotan mitico como el
de los pueblosvencidos.Paraconvencernos de ello,
es necesariotomar un ejemplo preciso.Puestoque
trabajésobreel aguaen el valle de México, es de ese
elementode donde voy a extraer las basesde mi
demostraciôn.De esta manerapodremosver que el
pensamientomâgico no era privativo de los pueblos
indigenasy que, si se ha lefdo mal a Séneca,puede
ser tomado por un producto puro de la filosofia
nâhuatl.
Un problema de agua
Entre los textosde Sahagûn,uno de los mâs citados
se refiere al origen de los rios.10Segriné1,los an-
tiguosmexicanospensaban que todoslos rios salfan
del mismo lugar, el Tlalocan,paraisoterrestrego-
bernadopor Tlâloc, dios de la lluvia, y Chalchiut-
licue, diosa de las aguas terrestres.En el mismo
texto, no obstante,da otra interpretaciôn,ligeramen-
te diferente. Segrin sus informantes,las montaflas
son en realidad grandesmasashuecas,llenas de
agua, que puedencompararsea inmensasjarras co-
locadasboca abajo sobreel suelo.El agua brota de
esosgigantescosdepdsitosaéreos,verdaderoscas-
tillos naturalesde agua.El franciscanoseflalaque,
desde su conversidn,los indios saben que Chal-
chiutlicue no ejerceningÉnpoder sobrelas aguas,
y que si los rios salen de las montaflases por la
sola voluntad de Dios. Despuésde esas explica-
ciones se encuentraun pequeflopârrafo colocado
como si se tratarade la continuacidndel discurso
precedente:
La mar entra en la tierra, por sus venas y por sus ca-
nales; circula bajo la tierra, bajo las montaias; y cuan-
do encuentra un camino para salir, brota, al pie de las
montafras o en las llanuras; en seguida, Ios riachuelos
se rerinen y forman grandes rios; y si el agua de mar
es salada y dulce la de los rios, es porque pierde su
amargura, o su sal, pasando por ei fiitro de la tierra,
de las piedras, de la arena; asi se vuelve dulce y buena
para beber.
Filosofia latina en el Densamientoazteca
Esta soluci6ninsdlita al problemade la circula-
cidn de las aguas-insdlita porque elige un ciclo
subterrâneo,en lugar del ciclo aéreoque conocemos
nosotros- ha parecidosuficientemente extraflaco-
mo para ser aceptadatal cual por numerososhisto-
riadoresdel pensamiento azteca.De cierta manera,
en ese pasajeno se vefa sino la expresidnde una
filosofiarudimentariasobrela naturaleza,demasiado
alejadadel carâctercientifico del pensamiento eu-
ropeo como para establecer semejanzas enl.reuna y
otro. Sin embargo,en la misma época,un espafrol
de nombre Tomâs L6pez Medel expresabaideas
idénticassobreel ciclo del agua,sin que para ello
diera la palabraa los indios de Ia Nueva Espafla:
tl t---;-,.i-i^l
j ^^'-,i
--..^ s n
es la m ar , que r odea c om p l e t a -
mente el mundo y se difunde por ias fallas y las ca-
vernas interiores de la tierra. Por ahi es por donde pasa
y, haciendo irrupcidn en diversos puntos, brota bajo la
forma de rios y de manantiales, indispensablespara la
conservacidn de Ia vida, para la bebida de los animales,
para otras necesidadesy para el refresco y adorno de
la tierra . El a gu a salada, pas ando por los por os d e I a
tierra co mo p or u n f ilt r o, s e pur ga y s e des hac e d e s u s
impurezas, de la misma manera que un fino tamiz re-
tiene todo 1o que la harina o un licor contienen de gro-
scro y d e in mun do. ll
La semejanzaentrelos dos textoses asombrosa.
Y todo consisteen saber si se trata de una coin-
cidencia o si puede encontrârseles una fuente co-
mûn, que les sea anteriory sobrela cual se hayan
basado.Ahora bien, esafuenteexiste,pero hay que
buscarlaen las Cuestiones naturalesde Sénecay no
en los poemasde Nezahualcdyotl, rey de Texcoco.
El filôsofo latino expresa,en efecto,a propdsitode
la circulacidnde las aguas,ideasde las que el texto
de Sahagûnes la parâfrasisexacta:
El agua entra en la tierra por vias ocultas; lleg6 en ple-
na Iuz, regresa a ella secretamente.Es filtrada ai pasar,
pues, azota da p or l as num er os asdes v iac ionesque d e b e
hac er en ese trayect o, depos it a s u s alinidad, s e des p o j a ,
en la inmensa variedad del suelo atravesado por ella,
de su sabor desagradable y reencuentra su pureza.
El texto de Sahagrin, tomadodemasiado a menudo
al pie de la letra, estâ plagadode citas latinasdi-
ficiles de identificarporqueno son explicitas.Por
Io tanto, se corre el riesgode confundirlascon las
icleasde sus informantes.Ahora bien, esta expli-
caciôn del nacimientode los rios es muy antigua.
47
PRIMERA PARTE
Probablemente el mismo Sénecala retomd de Lu-
crecio,a quienni Sahagrin ni LdpezMedel debieron
haber leido, pues la filosofia materialistadel viejo
poetalatino no cra ensefrada en las universidadesy
sus textos tenianuna difusi6nmuy restringida.l2 A
la luz del texto de Séneca,el de Sahagrinadquiere
una significaci6ntotalmentediferente.En lugar de
ser la continuaci6nde un relatoque retomalas teo-
rias indigenassobreIa circulaci6nde las aguas,hay
que consitlerarlocomo la refutaci<jn de esasteorias.
Los antiguosmexicanospensaban que el agua salia
de montaflashuecaso bien que brotabadirectamente
del Tlalocan,sobreel cual se encontraban esasmon-
tanas.A estacreenciareligiosa,el franciscano opone
las verdadesde la cienciade su tiempo.Leer de un
solo golpeesediscursosin compararlo con los textos
latinosen los que se inspiraes exponerse a cometer
un verdaderocontrasentido.
Conclusi6n:lcoincidencias?
No entra en el marco de estecorto estudioel escojer
entrelas dos grandesorientaciones que hanmarcado,
entrelos antropdlogos, la manerade percibirel mun-
do indigena.No es un azar que, en los aflos 1940,
JacquesSoustellepublicaraLa penséecosmologique
des anciensMexicainsni que,unos20 aflosmâs tar-
de, Miguel Ledn Portilla escribieraLa filosofta nd-
huatl. Las palabrasy los mitos son muy resistentes.
El valor concedidoal mundoindigenapor el empleo
de la palabra"filosofia" en lugar de "pensamiento"
es evidentey reflejabala voluntaddel autor de dar
una nuevadimensidna la civilizacidnvencida,de-
mostrandoque disponfade un sistemade pensamien-
to tan coherentecomo el de los vencedores. Séneca
y Nezahualcdyotl,reconciliadosen nombre de la
universalidadde la filosofia, se habian reunido al
fin en el pantednde los sabios.
No faltarâ el lector maliciosopara notar que el
dios del rey de Texcoco,TloqueNahuaque,era un
esbozodel dios de los cristianos,un esbozoquizâ
demasiadotransparente paraser honesto.Se ha acu-
sadoa Ixtlilxdchitl,su principalturiferario,de haber
querido demostrara posterioruque los indios no
oran los bârbarosque uno imaginabay que tenfân
conciencia,antesinclusode la llegadade los espa-
floles,de la excelenciade una religi6n monoteista.
Un dios todopoderoso, invisible,innominado,he ahf
lo que conveniaa la sabidurfadel soberanomâs sabio
del Andhuac.Pero las dudasexpresadas sobrelos re-
Iatos de Ixtlilxdchitl arroian una sombrasobre la
 TRA C E no 16 r 989

gloria de Nezahualcdyotl.Sin embargo,casi 3 000 prognôsticos. Los dos libros fueron pubiicados en México.
l 0 Li bro X I, cap. 12.
aflosantesque é1,un soberanode Egipto habia cam-
l l L6pez Medel , p. 223.
biado su nombre de Amenofis IV para tomar el de 12 S obre esfe tema, Lucreci o escri bi d en D e n al ura rerum; "
Akenatdn.El monoteismoaparecfapor primera vez fin, la tierra estâ formada de una substancia permeable, estrecl
en el valle del Nilo, antes de desaparecer con Ia mente uni da a l os bordes de Ia mar, que l a rodea c on un c i ntur
que se adhi ere por todas parl esi en consecuenc i a, s e produc e
muertede su iniciador. Ahora bien, nadie ha puesto
dobl e movi mi ento de l as aguâs terrestres que s e v i erten en l a m
nuncaen tela de juicio la filosof(adel faradn.lSe y del agua sal ada que entra en 1a ti erra. E st a agua amarga
trata de una injusticia o cle un olvido? Nuestraima- fi l tra, pi erde su sal , remonta haci a l a fuente de l os ri os don,
ginacidneuropea,les mâs indulgentehacia los que se reri ne toda l a mal eri a hÉ meda, y de ahi mana en c horros dul c
justifican su existenciaque hacia los que la ponen a l a superfi ci e del suel o, a 1o l argo de un cami no antafro c av a(
que ofrece una pendi ente a su marcha fl ui da" (Li bro V I, v er
en duda?En la Edad Media, Virgilio debia, en su 631 y ss).
cuartaBuc1lica,parecercomo un profeta del cris-
tianismo,puestoque en ella anunciabael nacimiento
de un niflo que daria al mundo una nuevaedad de
oro. De tarde en tarde,cada civilizacidnbuscalas
seflalesque explicany anunciansu propiaevoluciôn.
Pero a veceshay resplandoresextrafros,La filosofia
B i bl i ografi a
de Nezahualcdyotl, mâs que una mezclade cultura
indfgenay de pensamiento latino es tal vez la pre- A costa, P . Joseph de 1985 - H i stori a natural y moral de l as In
monicidn de un México mestizoo la justificacidn di as. rce, Méxi co.
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