Você está na página 1de 55
remeraedicion en taano, 1988 Segunda edison en ialano, 1086 Frmera edicin en espa, 1989 Senta reimpresda, 2000 total o parcial de eta obra fea cua ere of meio, elecitGnico om {is el coneamtnlonts por eet del “Thuho orignal: Libations ¢dsoreia (01065, 1086, Franco Angel Libre, tin D.R.© 1080, Fowo ox Curmima Booncnoen,§ A 28 CV, D.R.© 1096, Fonbo be Cunzuma Eeonontca Carretera Pcacho-Ajuto 227; 14200 Mésico,D.F seve com me ISBN 968-1632141 Tempreso en México UES FACULTADDE CIENCIAS Y HUNANIDADES Inventario: 14008891 I. LA LIBERTAD DE LOS ANTIGUOS, Y DE LOS MODERNOS La nxaerincia actual de rogimenes lamados liberal- democriticos 0 de democracia liberal, induce a creer que liberalismo y democracia sean interdependientes. Por et contrario, el problema de sus relaciones es muy complejo. En la acepcién més comin de los iberalismo” se entiende una. de- ida concepeién de! Estado, la concepei6a se- szin la cual el Estado tiene poderes y funcienes limi fados, y como tal se contrapone tanto al Estado absoluto come al Estado que hoy Hamamos social; por “democracia”, una de las tantas formas de go- bicrno, en particular aquelia en 1a cual el poder no ssid en manos de uno © de unos euantes sino de todos, 0 mejor dicho de Ia mayor parte, y como {al se contrapone a las formas autocritcas, como Ia monarquia y la oligarquis. Un Estado liberal no es por fuerza democritico: més atin, histéricamente ve realiza en sociedades en las cuales la participacién en el gobierno esid muy restringida, limitada a las cass pudientes. Un gobiemo democrético no ge- era forzosamente un Estado liberal: inchaso, el Ee {ado Iiberal clisco hoy esti en erisis por el avance progresivo de la democratizacién, producto de la fampliacién gradual del sufragio hasta legar al su- frogio universal ? 8 LIBERTAD DE ANTIGUOS ¥ MODERNOS La antitesis entre liberalisme y democracia, bajo forma de contraposicién entre libertad de los mo- demos y libertad de los antiguos, fue enunciada y sutilmente argumentada por Benjamin Constant (1767-1830) en el célebre discurso pronunciado en el Ateneo Real de Paris en 1618, del cual se puede hhacer comenzar la historia de las dificiles y contro vertidas relaciones entre las dos. exigencias funda- mentales de las que nacieron los Estados contem- porineos en los paises econémica y socialmente més ‘desarrollados, la demanda por un lado de limitar el poder, ¥ por otro de distribuirlo. El fin de los antiguos —escribe— era la distibuclén del poder politico entre todos les cfadadance de una ‘sma patra: ellor Hamaban a esto libertad. Fl fin dde los modernos es la seguridad en los goces privados: ellos aman Ubertad a tas garantas acordadas por st lostituciones para stor gocer! ‘Constant, como buen liberal, consideraba que estos dos fines eran contradictorics. La participacién di- recta en Ins decisiones colectivas termina por someter al individuo a la autoridad del conjunto y a no hhacerlo libre como persona; mientras hoy el ciuda- dano pide al poder piblico la libertad como indi vviduo. Coneluia: 4B, Constant, De la liberté des enciens comparde a celle ‘des modernes (1818), en Collection complite de ourrages, vol. TV, parte 7, Béchet Librair, Paris, 1820, p. 253 (ir. ‘cB. Constant, Inrodusione fradutione, de U- Cerra: fl, Samoad y Savell, Roma, 1963, p. 252). LIBERTAD DE ANTIGUOS Y MODERNOS 9 Nosotros ya no podemos.gomr de la libertad de los antigues, que extaba constituida por la participacioa activa y constante en el poder colectivn, Nuestra ic bertad en cambio debe estat corstituida por el. goon pacifice de ln independencia privada? Constant citaba a los antiguos pero tenia ante si lun oponente més cercano: Jean-Jacques Rousseau. Efectivamente, el autor de Ei Contrato Sociad habia fdeado, bajo una fuerte influcncia de los autores clé- sicos, una repibliea en la que el poder soberano, luna vez comstituido por la voluntad de todos, es infalible y “no tiene necesidad de proporcionar gar rantias a os. sibditos, porque es imposible que el ‘cuerpo quiera.perjudicar a todos sus-miembros"? No es que Rousseau haya llevado el principio de Ja voluntad general hasta el punto de desconocer la recesidad de limites al poder del Estado; atribuirle la paternidad de la “democracia tocaliaria” es una polémica tan trillada como ircorreeta. Aunque sos tiene que el pacto social properciona al cuerpo poli ‘ico un poder absolute, afin. que “el cuerpo sobe- Fano, por su parte, no puede cargar a los siibditos dle ninguna cadena que sea initil a la comunidad’"* Pero es cierto que estos limites no son anteriores a li aparicién del Estado, como lo propone la. teoria de los derechos naturales, que representa el niicleo 2 Tr, ety pe 252. 3 J.J. Rouseau, Du contrat socal, fp? (te. it en J. Rowen, Seti pele, x camo ce B, Alas, Uwe, Tn, 1970, 734 © TH lta pe TH. a 10 LIBERTAD DE ANTIGUOS ¥ MODERNOS doctrinal fuerte del Estado liberal. En efecto, aun admitiendo que (odo lo que cada individuo enajena de su poder... solamente Ia parte cuyo uso es traxcendente para a comunidad —conclaye que—, el cuerpo soberano 4 inieo jer de esta importan 87h city p14, IL, LOS DERECHOS DEL HOMBRE Ex rersurussto filoséfico del Estado liberal, enten- ddido como Estado limitado en contraposicién al Es- tado absoluto, es la doctrina de los derechos del hombre elaborada por la escuela del derecho natural (0 iusnaturalismo) la doctrina, de acuerdo con ta cual el hombre, todos los hombres indistintamente, tienen por maturaleza, y por tanto sin importar su yoluntad, mucho menes Ja voluntad de unos cuantos © de uno solo, algunes derechos fundamentales, como el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la felicidad, que el Estado, © mis concretamente aquellos que cn un determinade momento histérico detentan el poder legitimo de ejercer I fuerea para obtener la obediencia a sus mandator, deben res petar no invadiéndolos y garantizatlos frente a cual- quier interyencién posible por parte de los demés, Atcibuir a alguien un derecho significa seconocer que 4 tiene ta facultad de hacer o no hacer to que le plezca, y al mismo tiempo el poder de resist, recu- rriendo en Giltima instancia a la fuerm propia o de Jos demis, contra el transgresor eventual, quien en consecuencia tiene el deber (0 la obligacién) de abs- tenerse de cualquier acto que pueda interferir con a facultad de hacer 0 de no hacer. “Derecho” y ‘Ueber son dor nociones que pericnecen al lenguaje prescriptivo, y en cuanto tales presuponen la exis- un 2 DERECHOS DEL HOMBRE tencia de una norma 0 regla de conducta que en el momento en que atribuye a un sujeto la facultad de hacer 0 de no hacer algo impone a quien sea abstenense de toda accién que pueda en cualquier forma impedir el cjercicio de tal facultad. Se puede efinir al iumaturalismo come la docttina de acuer- do con la cual existen Jeyes, que no han sido pucstas por fa voluntad humana y en cuanto tales son ante- riores a la formacién de cualquier grupo social, reco- nocibles mediante la bisqueda racional, de las que erivan, como de toda ley moral o juridiea, dere- hos y deberes que son, por el hecho de desivar ‘de una ley natural, derechos y deberes naturales. Se thabla del iusnaturalismo como del presupuesto “flo- sfico” del liberalismo porque sirve para establecer los limites del poder con bwe en una concepcién seeneral © hipotética de la naturaleza del. hombre, que prescinde de toda verifcacién empfrica y de toda procha histérica. En el capitulo 1 del Segundo ensayo sobre al gobierno cil, Locke, uno de los padres del liberalismo, parte del estado de natura- Jeea descrito como un estado de perfecta libertad igualdad, gobernado por una ley de naturaleza que exseia a cuantos sexes humnos quieren consultarl, ‘que, siendo igualese independients, nadie debe dafiar 2 etro en 42 vida, eilud, Titertad 0. posesiones.! Esta descripciin es fruto de una reconstruceién hipotdtica de un supuestoertelo oiginaro del hom 1 J, Locka Tue Treatine of Comin! (680), 1, & (tr. At ‘@ cargo de L, Pareysen, Utet, Turin, 3* ed, tse». 231). DERECHOS DEL HOMBRE 13 bbre, cuyo ‘nico objeto es el de aducir una buena arin para jusificar loe limites al poder del Estado, En efecto, la doctrina de los dereches naturales es la base de las Declaraciones de los derechos de los Estados Unidos de América (a partir de 1776) y de la Francia revolucionaria (a partir de 1789) meciiante lat cuales se afiema el principio fundamen tal del Estado liberal como Estado limitado: BI objetivo de toda asociaci6a politica es la conser: vain de los derechos gatarales + imprescriptibles el hombre (art. 2 de Ta Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1789). En cuanto teoria elaborada de diveras maneras por filsofos,tedloges y juristas, la doctrina de les derechos del hombre puede ser considerada Ia racio- naliacién’péstuma del estado de cosas al que ha levado, especialmente en Inglaterra. muchos. sigloe antes, Ia lucha entre la monarquia y las demis fuer- zas sociales, concluida con la concesin de In Carta Magna por parte de Juan sin Tierra (1213), donde las facultades y poderes que serdn lamads en. los siglos posteriores “derechos del hombre” son recono- ‘idos con el nombre de “libertad” (libertater, jran- chives, freedom), 0 sea, de eaferas individuales de sceién y posesin de bienes protegidas ante el poder conctivo del rey. Aunque esta carta y las sucesivas teagan Ia forma jurdica de eoncesiones soberanas, de hecho son el resultado de un verdadero y propio pactn entre parise contrapuatia seforente @ les de rechos y deberes reciprocos en la reacién politic, ‘6 decir, en Ia relacién entre deberes de proteccién " DERECHOS DEL HOMBRE (por parte del saberano) y deberes de cbediencia {en lo que consiste [a tlunada “obligacién politica” de parve det siibdito), Hamado cominmente pactum subicitionis. En uaa carta de las “libertades” el ‘objeto principal del acuerdo son las formas y Ii le bs obediencia, a sea, dle ta obligacién politica, y orrespondientemente, las formas y limites del de techa de mandar, Que estas antiguas cartas, como por lo dems las cartas constitucionales ectroyées de fas monarguias constitucionales de ta época de la Restauracién y otras (como ef estatuto albertino de 1848) adopten la forma juridica de ta concesién, que es un acto unilateral, mientras de hecho son el resultado de un acuerdo bilateral, ¢ una forma ti- pea de ficcién juridica, que tiene el objetivo de falvaguardar cl principio de la superioridad del rey, por tanto de asegurar 1a permanencia de Ia forma de gobierno monirquica, a pesar de la lleyada de fos limites de los poderes wadicionales del deten- tador del poder supremo. Naturalmente, también en este caso, el curso his- tético que origina un determinado orden juridico sv justifcacién racional se presentan de manera Invertida: histéricamente, el Estado liberal nace de tha continua y progresiva crosién del poder abso- Tuto del rey, y en periodas histériews de crisis aguda, de una rupture revolucionaria (son ejemplares los casos de Inglaterra en ef siglo xvm y de Francia a finales del xvi); racionalmente, el Estado liberal es justifieado como el resultado de un acuerdo entre fndividuos en principio libres que convienen en esta bblecer los vincules estrictamente necesarios pars una DERECHOS DEL HOMBRE 8 convivencia duradera.y paeifica. Mientras el curso hhstérico camina de un estado inicial de servidumbre a estados sucesivos de conquista de espacies de liber- tad por parte de los sujetes, mediante un proceso dle Hberacién gradual, la doctrina transita el camino invorso, ya que parte de la hipétesis de un estado inicial de Whertad, y solo en cuanto concibe al hom- tire naturalmente libre llega @ constituir la sociedad politica como una sociedad con soberania limitada. En sustancia, la doctring, bajo la especie de teoria de fos derechos naturales, invierte el reeorrido del curso histérico, poniendo al inicio como fundamento Y por consiguiente como prius lo que histéricamente es el resultado, el posters. La afirmacin de ks derechos naturales y la teoria del contrato social, o contractualismo, estin cstrechamente vineuladas. La idea de que el ejers ticio del poder politica sea legitimo sblo si se basa en: el consenso de las personas sobre las cuales s¢ ejerce (también esta tesis es lockiana), y por tanto en lun acuerdo entre quieres deciden someterse «un poder superior y com las personas a las que este poder fe confiado, deriva del presupuesto de que los in viduos tengan derechos que no dependen de la intitucién de un sobereno y que la institucién del soherano, tenga como funcién principal cl permit 1 desarrollo méximo de estos derechos compatibles on la seguridad social. Lo que une ln doctrina de fos derechos del hombre y. el contractualisma es Ja comin concepeién individualista de ta sociedad, Ia ‘oncepeién de acuerdo con la cual primero esté. el individuo con sus intereses y necesidades, que toman 6 DERECHOS DEL HOMBRE Ja forma de derechos en virtud de una hipotética ley de natarsleza, y luego la sociedad, y no al con- trario como sostiene el organicismo en todas sus for- mas, de acuerda con Ia cual Ia sociedad es primero ‘que los individuos, © con la {érmula aristotélica, destinada « tener un gran éxito a lo largo de los siglos, el todo es primero que las partes. El contrac tualismo mecerno representa una verdadera y propia ‘mutacin en Ia historia del pensumiento politico do- minado por el organicismo en cuanto, cambiando la relacién entre el individuo y In sociedad, ya no hace de Ja seciedad wun hecho natural que existe indepen- dientemente de la voluntad de los individuos, sino un cuerpo artificial, creado por Jos individuos a su imagen y semejanza para Ia satisfacci6n de sis intereses y necesidades y el mis amplio ejercicio de sais derechos. A su vez, el acuerdo que da origen al Estado es posible porque, de conformidad con la tworia del derecho natural, existe por naturaleza una ley que atribuye a todos los individuos algunos dere- chor fandamentales de los cuales et individu puede desprenderse s6lo voluntariamente dentro de los It mites bajo Jos que esta renuncia acordada con la remineia de todos lor dems permite la composicién de una comvivencia libre y ordenada. Sin esta verdadera y propia revolucién copernicana con bage en la eval el problema del Estado ya no hia sido visto de la. parte del poder soberano sino de la de los sibditos, no hul del Estado liberal, que es in frimis la doctrina de fos limites juridices del poder estatal. Sin individua- lismo no hay liberalismo. IIL. LOS LIMITES DEL PODER DEL ESTADO Hasta aguf se ha hablado genéricamente de Estaclo limitado © de timites de! Estado. Ahora es necesario precisar que esta expresién comprende dos aspectos ‘diferentes del problema que no siempre se distinguen con precisién: ) los limites de lor poderes, b) de las funciones del Estado. Ambos son abarcades por ls doctrina Tiberal, aunque pueden ser tratades teparadamente. El Hberalinne ef una dectsina dl Futado limitado tanto con respecto a sus poderes come a sus funciones. La nocién comin que sive para representar al primero es el estado de derecho: | nociéa comin para representar el segundo es ef ‘stado miximo. Aunque el liberalismo conciba al Es- Judo tanto como estado de derecho evanto como ‘eiado minimo, se puede dar un estado de derecho ue no sea mfnimo (por ejemplo, el estado social ontemporineo) y también se puede concebir un ‘lado minimo que no sea un estado de derecho (como el Leviatin hobbesiano respecto a la esfera feondmica que al mismo tiempo es absolute en el ‘mis amplio sentido de Ia palabra y liberal en eco- emia): Mientms el etd de derecho se contre one al Estado absoluio entendido como legibus so- Os Sige cteestes orca ae Iinkximo: entonces se debe decir que el Estado li- ” 8 LIMITES DEL FODER bral se afirma en la lucha contra el Estado absoluto fen defensa del estado de derecho y contra el estado méximo en defensa del estado minimo, si bien los dos movimientos de emancipacién no siempre coin- céden histérica y précticamente. Por extado de derecho ve entiende en general un stado en el que los podores piblicos 1on regulados por normas gencrales (las leyes fundamentales © conititucionales) y deben ser eercidos en el émbito de las leyes que los sogulan, salvo el derecho del iudadano de recurtir a un juea independiente para hacer reconccer y rechaar el abwo 0 exceio de poder. Entendido asf, el esiado de derecho refleja la vieja doctrina, que se remonta a los clésicos y que fue transmitida por las doctrinas politicas me- dlievales, de la superioridad del gobierno de las leyes sobre el gobierno de los hombres, segdn la formula les facit rege, y que sobrevive wmbién en la Epoca, del absolutismo evando la méxima princeps legibus solutu? fue entendida en el sentido de que el sobe- ano no estaba sujeto a las leyes positivas que él ‘mismo dictaba, pero estaba sujeto a las leyes divinas © naturales y a las leyes fundamentales del reino. ‘Ademis, cuando se habla del estado de derecho en el Ambito de la doctrina liberal del Estado, es preciso agregar a Ia definiei6n tradicional una determinaciéa. subsecuente: Ia constitucionalizacién de los derechos naturales, o sea, Ia transformacién de estos dere- 1H Bracton, De legibus ot consuetudinibus Aneiice, & cargo de G. E. Woodbine, Harvard University Press, Came ‘ridge, Mass, 1968, vol. II, p- 33. '2"Uipiano, Dig, 1, 9, 31. LIMITES DEL PODER 19 chos en derechos protegides juridicamente, es decir, fen verdaderos y_propios derechos positives. En la doctrina liberal estado de derecho no silo significa subordinacién de los poderes piblicos de cualquier grado a las leyes generales del pais que es un limite ppuramente formal, sino también subordinacién de las leyes al limite material del reconocimiento de algunos derechos fundamentales considerados constitucional- ‘mente, y por tanto en principio “inviclables” (este adjetivo se encuentra en el articulo 2 de In consti- tucién italiana). Desde este punto de vista, se puede hablar de estado de derecho en sentido’ profundo para distinguirlo del estado de derecho en senti- Alo débil, que es el estado no despético, es decir, mo regido por los hombres sino por las leyes, y por el ttado de derecho en sentido debilisimo, como lo es ol kelseniano, de acuerdo con el cual una vea re fuelto el estado en su ordenamiento juridico, todo Es- tdo cs estado de derecho (y la misina nocién de ‘twtado de derecho pierde toda fuerza calificativa) Son parte integrante del estado de derecho en fentido profundo, que es el propio de la doctrina liberal, todos los mecanismas constitucionales que im- piiden u obsiaculizan el ejercicio arbitrario ilegie timo del poder y dificultan 0 frenan el abuso, 0 el jercicio legal. Los mis importantes de estos meca- Inmos son: 1) el control del poder ejecutivo por i del poder legislativo 0 més exactamente del go- no al que corresponde el poder ejecutive de parte del pariamento al que toca en hima instancia el oder legislative y Ia orientacién politiea; 2) el con- ol eventual del parlamento en el ejercicio del poder 20 LIMITES DEL PODER Iegislativo ordinario por parte de una corte juris- diccional a la que se pide el establecimiento de la constitucionalidad de las leyes; 3) una relativa auto- nnomia del gobiemo local en todas sus formas y grados frente al gobiemo central; 4) un poder judicial inde- Dendiente del poder politico. IV, LA LIBERTAD CONTRA EL PODER Los mrcanisqos constitucionales que caracterizan sl estado de derecho tienen el propésito ce defen- der al individuo de los abusos de poder, Dicho de ‘tro modo: son garantias de libertad, de 1a iamada libertad negativa, entendida como la esfera de accién en la-que el individuo no esta constrefiide por quien detenta et poder coactivo a hacer lo que 10 quiere y la vex no es obstaculizado para hacer 1o que ‘quiere. Hay una acepcién de libertad, y es la acep- dn preponderante en la tradicién liberal, de acuer- do con la cual “libertad” y “poder” son dos términos fntitéticos que denotan dos realidades contrastantes fenire ellas y por tanto incompatibles: en las rela- fiones entre dos personas, cuando se extiende el order (se entiende el poder de mandar o impedir) ‘de una disminuye la libertad en sentido negativo de In otra, y viceversa, cuando Ia segunda amplia su ‘fora de libertad disminuye el poder de la primera. Mo necesario agregar que para cl pensamiento liberal Jp libertad individual esta garantizada, no sélo por Jos inecanismos consticucionales del estado de dere- tho, sino también porque al Estado se le reconocen Aunciones limitadas en el mantenimiento del orden [plico interno e internacional. En el pensamiento Hiberal, ia teoria del control del poder y Ja teoria de Ia limitacién de tas funciones det Estado caminan " 2 LIBERTAD CONTRA PODER LIRERTAD CONTRA PODER 2 paralelamente: incluso se puede decir que la segun- Bxtedo, el proceso de formacién del Estado liberal dda es Ia conditio sine qua non de Ia primers, en el puede hacerse coincidir con el crecimiento sentido de que el control de les abusos de poder sivo de Ia exfera de la libertad del individuo, con 2 is viable en cuanto es més restringido el émbito respecto a los poderes piblicos (para usar los tér- fen el que el Estado puede ampliar su intervencién, ‘minos de Paine), con Ia emancipaciéa gradual de la © mis sencillamente, el estado minimo es mis con vociedad 0 de la sociedad civil, en el sentido hege- trolable que el estadé miximo. Desde el punto de liano © marxista, del Estado. Las dot exferas princi. Vista del individu, desde el que lo ve ol Iberalimmo, WJ pales en las que acontece esta emancipacion fon is al Estado es concebido como un mal necemrio: pre- J tale religions © en general egpirtua, y la ese, cisamente en cuanto s un mal, aunque sea neceatrio WJ rm econémica o de los intereses matecales Segtn la (y en esto al liberalismo se distingue del anarquis J} conocida tesis weberiana sobre las relaciones' entre smo), el Estado debe entremeterse Jo menos posible If Gcica protestante y el esprit del capitalise, ls en Ia eafera de accién de lov individuos. Poco antes Jf dos procesos estin estrechamente relacionades, Peco de la revolucién norteamericana, ‘Thomas Paine Jf parte de esta dicutida conexiGn, es un hecho que (1737-1008), autor de un ensayo en defenes de lor MJ ls historia del Estado liberal coincide, por un late, derechos det hombre, expres con gran claridad este JJ con in terminacién de ls Estaden confesenales y con pensarnicnto: 4 formacién de os Estados neutrales © agnésticot fon respecto a las creencias religiosas de sus ciudada- os; por otro, con la finalizcién de los privilegios ¥ de los vinculos feudales y con Ia exigencia de la bus ta isposicién libre de los bie de la lit de ii ‘nuestros afecos, l segundo negatioamente teniendo posi clos bienes y bertad de in- raja tents. scien. Une aca las ekscosy AMM able, cos sea ol nacinionws y dl demrcis otro crea las distinciones. La primera protege, el se- de la sociedad mercantil sgundo cantiga. La sociedad es, bajo cualquier com Bajo este aspecto, la concepcién liberal del Est face ena Dendicis ol ghiorso, amm bnjo ms iMG contrapooe It divers forums de potecastanan, See Seite oe cel meee oo PI nce, case Bi Geek Eka dee insoporta fu wibditos como el padre a sus hijos, cuidado just- ‘Una ver definida la libertad en el sentido prepon- If fleado por el hecho de que lcs sdbdites siempre derante de la doctrina liberal como libertad frente al J ¥00 considerados como menores de edad. Uno de los fines que se propone Locke con sus Dos ensayos sobre fake i Come oe 70 Por Ce eames ee 1G EY ee = N'Y) ido para gacantizar la libertad y In propiedad de Ea LIBERTAD CONTRA PODER LIBERTAD CONTRA PODER 5 los individuos quo se asocian para autogobernarse, 3 diferente del gobierno paternal y con mayer razén. del patronal. Ast pues, el paternalismo es uno de tos blancos que mis seiala y golpea Kant (1724 1804), para quien fuesen confiadas a la ganancia privada, Tanto en Kant como en Smith, por cuanto puedan eer lejancs fus puntos de partida, la doetrina de lot limites de ls funciones del Estado se basa en la primacia de la libertad del individuo frente al poder soberano y en ‘eonvecuencia en la subordinacién de los deberes del soberano a los derechos o intereses del individuo, ‘A finales del siglo de las Declaraciones de los de- rechos, de Kant y de Smith, Wilhelm von Humboldt (1767-1835) exeribe la sintesis més perfecta del ideal Hiberal det Estado con las Ideas pare un ensayo de ddeterminar toe limiter de la actividad del Estado (1792). Para hacer entender el objetivo del autor, si no bastase el titulo, nos ayudaria el sentido dado fl primer capitulo, tomade de Mirabes, padre ‘un gobiemo basado en el principio de la benevo- lencia hacia el pueblo, como el gobiemo de un padre Sobre lcs hijos, es decir, un gobrerno patemalista (imperium paternale), en el que los sibditos, como hijos menores de edatl que no pueden distinguir Io que les es Gil 0 daiioeo, son constrefidos a compor- tane tan s6lo pasivamente, para esperar que el jefe de Esado juzgue la manera cn que ellor deben ter felicey y a esperar que por sa bondad él lo quiera, ‘eel peor despotismo que pueda imaginarse? Kant se preocupa sobre todo por la libertad mo- tal de les individuos. Tgualmente clara y neta es la preocupacién de Adam Smith por lot aspectos de la libertad econémica 0 de la mejor manera de | ver por los propios intereses materiales. Para Smith, | “de acuerdo con el sistema de la libertad natural, cl toberano slo tiene ues deberes de gran impor: tancia, Estos son: la defense de la sociedad contra Jos enemigos externos, la protecciGn del individ ‘contra las ofensas de otros individuos y el ver por las obras piblicas que no podrian ser efectuadas si Lo dificil es promulgar solamente Ise leyes necesariae Y permanecer siempre fiel a estos principios verdade- Tapete extol dem voceda decide del furor de gobemar, la més terrible enfermedad los gobiernos madera. B) pensamiento de Humboldt es muy firme en el into de partida del individuo en su inefable singx:- y variedad; sefiala que el verdadero objetivo ‘del hombre es el desarrollo amplio de sus facultades, J mixima fundamental que debe guiar al Estado Weal en el logro de este fin es la siguiente: 2, Kani, Ober den Cmeinsprach: Das mag in ‘Theorie richie sein, taugt aber nicht fur die Praxis (1795) (tr. ie Sopra dl detio comune: "Queite fad eer fn Weoria ma non vale por le pratica”, en E, Kant, Seri ‘elit € i flosofie deta sorte e det dito, Utet, T 1956, p. 258). Bi hombre verdaderamente razonable np puede desear tro Estado més que aquel en el cual, no ablo cada Jnividvo pueda gorar de la ibertad mis irestricta para desarmllare ens singularidad inconfundible, fino también aquel en el que la naturale fisiea 20 LIBERTAD CONTRA PODER La consecuencia que Humboldt sca de esta misn es que el Estado no debe inmiscuine “en cafera de los asuntor privados de los i salvo que estos asuntos no se traducan i ‘mente en una ofensa all derecho de uno por de otro" Al lado de la mutacién de la tradicional entre individuo y Estado, propia de concepeién orginica, y para reforsae tal mutaci ‘© da, respecto a esta misma relaciéa, el cambio a conexién entre el medio y el lin: el de acuerdo con Humboldt, no es un fin en sf ‘mo sino solament= un medio “para Ia formaci del hombre”. Si el Estado tiene un fin ‘ltime, el de “clevar a los ciudadanos haita el punto ‘que persigan espontineamente el fin del Estado, la sola idea de ta ventaja que la organizacin esta Jes garantice a fin de conseguir sus objetives i vViduales" En repetidas ocasiones se afirma en ensayo que el fin del Estado solamente es la Fidad”, entendida como la “certera de la. Il ‘en el denbito de In ley" 8 W, von Hs rm 2 eins Vere eee ‘Sagrio sui limit dalfarons dello sate", cargo Ge Serra, 1! Mulino, Boloaia, 1961, p. 62) he dep. 68 7. ets B. 9. Oy ate pe 1. es Mise década —tace notar (pero cqué corn hubiera V. EL ANTAGONISMO ES FECUNDO ‘At uabo de los temas de la libertad individual como objetivo dnico del Estado y del Estado como medio No como fin en sf mismo, el exrito de Humboldt presenta otro motivo de gran interés para la recons- truccién de la doctrina liberal: el elogio de la “vanedad”. En una critica acerba contra el Estado poteccionista, contra el Estado que muestra una Drrocupacién excesiva por cl “bienestar” de los ciu- dadanos (una critica que prefigura la misma de- fwuncia contra los presuntos descalabros del Estado ‘wistencial por parte del neoliberalismo contempo- ince), Humboldt explica que la intervencién del fpobicrno mis allé de las dos funciones que le han sido encomendadas, el orden interno y el orden ex- emo, termina por erear en la sociedad comporta- ‘Mientos uniformes que sofocan Ia vatiedad natural dp los caracteres y de las di . A lo que is gobiernos tienden, a despecho de los individuos, al bicnestar y a la pasvidad: “Pero lo que el Hombre persigue y debe perseguir es algo muy dife- Werte, cs la vasiedad y la actividad.” Quien piensa ile manera diferente provoca la fundada sospecha de fonsiderar a los hombres como autématas. “De déca- Wieho frente a la ‘jaula de hierro’ del Estado buro- Vr. cit, p65 a 2 EL ANTAGONISMO £8 FECUNDO EL ANTAGONISMO ES FECUNDO 29) critico de hoy?)— sumentan, en la mayor parte de Jos Estados, los funcionazios y os archives, mient disminuye la libertad de los sibdites”? Concluye: “Ast se descuida... a fos hombres para ocuparse las cosas; las energias para interesare en los re- sultados."? De esta manera la defeasa del individuo de la tentacién del Estado de proveer a su bienestarafect no solamente Ia esfera de los intereses sino Ja esfera moral; hoy extamos demasiado influidos or la critica exclusivamente econémica del Welfa state como para darnos cuenta plena de que el pri rer liberalismo nace con una fuerte carga ética, la critica del paternalismo tiene su principal de ser en la defensa de la autcnomia de la. perso hhumana. Desde este punto de vista, Humboldt liga con Kant, y éte y Humboldt con Constan ‘También en Smith, que por lo demas antes de economista fue moraita, la libertad tiene un valo moral ‘Al tema de Ia variedad individual contrapues 4 [a uniformided estatal se vincula el otro tema racteristico © innovador del pensamiento liberal: fecundidad del antagonitmo. La tradicional concep ibn orginiea de Ia sociedad privilegia la Ja concordia incluso impuesta, Ia subordinacién gulada y controlada de las partes al todo, y cond l conllicto como clemento de desorden y d raciin social, Por el contratio, en todas las co tes de pemsamiento que ve contraponen al organi 2 Tr ety 7S 97h et, p18 progress Ja idea de que el contraste entre indivi- duos y grupot en competencia (también entre Bs- ludot, de donde deriva el elogio de la guerra coma modeladora de la virtud de los pueblos) sea bené- fico y sea una condicién necesaria del progreso técnico y moral de la humanidad, el cual sclamente emana le la contraposicién de opiniones e intereses dife- rentes. Esta contraposicién se puede efectuar en ol debate de las ideas para buscar la verdad, en la ompetencia econémica para la persecucin del ma- yor biencstar social, en la lucha politica para la feleccién de los) mejores gobernantes, Se entiende ‘que Ge esta concepeién general del hombre y de la historia parte 1a libertad individual, entendida como I emaneipacién de los vinculos que la tradicién, la ‘fowumbre, las autoridades sacras y profanas han im- Piuesto a los individuos a lo largo de los siglos, y se fuonvierte en condicién necesaria para permitir junto la expresion de la “variedad” de los caracteres juales la disputa, y en la disputa el perfeccio- amiento reeipreco. En el ensayo Idea de una historia universal en wntido cosmopolita (1784), Kant expres6 sin pre- Juicios 1a conviceién de que el antagonismo sea. “el fiysdio que utiliza la naturaleza para realizar el desa- Wollo de todas sus dispoticiones”* y entiende por Pantagoniemo” Ia tendencia del hombre a satistacer ‘Aus intereses en competencia con log intereses de los 41 Kant, [dee su siner alleemeiner Geschichte in welt. Bitgerticher'Abscke, 170¥ (er iy Idea di ana sto coimopobitien, en Seri ‘pli, DEMOCRAGIA DE ANTIGUOS Y MODERNOS 33 poder politico, que siempre es el “pueblo”, enten- lide como el conjunto de ciudadancs a los que toca fon lkima instancia el derecho de tomar las deci siones colectivas, sino Ja manera, amplin © restrin- ida, de ejercer este derecho: en lor mismos_afios, fon los que mediante las Declaraciones de los derechos ‘yace el Extado.constitucional moderno, los autores del Federalista oponen a la democracia directa de los wntiguos y de las civdades medievales la democracia fopresentativa, que es el «nico gobierno popular po- ible en un Estado grande, Hamilton se expres de Ja siguiente manera VI. LA DEMOCRACIA DE LOS ANTIGUOS Y DE LOS MODERNOS EL LimexaLismo, como teoria del Estado (y tambif ‘como clave de interpretacién de la historia), es derno, mientras que la democracia como forma gobierno es antigua. El pensamiento politico gi nos legé una eélebre tipologia de las formas de gobi rio de las cuales una es la democracia, definida fl gobierno de muchos, de Ja mayoria, o de pobres (pero donde los pobres han tomado la premacia es sefial de que el poder pertenece léthes, a ta masa), en sintess, de acuerdo con misma composicién de la palabra, del pueblo, diferencia del gobierno de uno 0 de unos ‘A pesar de lo que se diga, del paso de los sigios todas las discusiones que han tenido lugar en fa la diferencia de la democracia de Ios frente a la de los modernos, el sentide descript ‘general del término no ha cambiado, si bien fexiin los tiempos y Ise doctrinas su significado Tuativo, sein si el gobierno del pueblo sea al gobiemo de uno o de unos cuantes o vic ‘Lo que se considera que cambié en el paso de democracia de los antiguas a la democracia de modemot, por lo menos a juicio de quienes deran itil esta contraposicién, no es el titular 2 Tis imposible leer sobre las pequefias reptblicas de ccia eal sin experimentar sertimientos de hor wor y disgusto por las agitaciones de las que comt- Inuamente eran press, y por la saccsién répida de fevoluciones que las mantenia en ua estado de perpetua Incerciumbre entre lax condiciones extremat de la y de Is snarqula.! Lo secunda Madison: ih partidatio de oe gobiemos populares se encon- ford en graves problemas al considerar el carkcter | yl destino de éxes y cuando ponga atencién en Ia | Fecitidad con que degencran tales formas conruptat diel vivir polisica® 1A. Hiaminon, J. Jay, J. Madisoa, The Federalist (1788) fi. federalste, n cargo de Mk D’Aadio y G. Neen, WMetino, Bolonin, 1980, p. 83). (Bay edicién del Fondo (Cultura Heonéeiea) We. city ps 89. SM DEMOCRACIA DE ANTIGUOS ¥ MODERNOS DEMOCRAGIA DE ANTIGUOS ¥ MODERNOS 35, se gobernaria democriticamente. Pero un go- bierno tan perfecto mo couviene a los. hombres.” Tanto los autores del Federalista. como los constitu- Yentes francesesestaban convencidos de que el ‘nico ebiemo democrético apropiado para un pucblo de hombres fuese ta democracia representatva, que es Jn forma de gobierno en la que el pueblo ho toma his decisiones que le atafen, sino que elige a sus Yepresentantes que deben decidir por él; pero de nin- ffuno manera pensaben que instituyendo una demo- cia representativa degenerase el principio del go- hierno popular. Prueba de ello es que la. primera fonstitucion escrita de los Estados Unidos, lade Virginia (1776) —pero la misma férmula también ‘encueaira en las constitucioaes posteriores— dice: Todo el poder reside en el pueblo, y en conse- ‘iencin emana de él; lot magistrador ton sus fide inrios y servidores, yon todo tiempo responsables Wie A; y el articulo 9 de la Dectaracién del 1789 ‘wpite: “EI principio de toda sobsranfa reside esen- Halnente en la naciéa. Ningtin everpo, ningin indi. ilvo puede ejercer una autoridad que no emane #presamente de ella” Aparte del hecho de que el ‘cio directo del poder de decisin por parte de cludadanos no es incempatible con el ejercicio recto. mediante representantes elegidos, como lo westra la existencia de constituciones como la ita- vigente, que prevé cl instituto del referéadum En realidad, era un pretexto argumentar que defecto de la democracia ciudadana fuese el ‘cadenamiento de las facciones y recordaba el anti ¥ siempre prevente desprecio del pueblo por de los grupos oligirquicos: las divisiones entre fac clones contrapuestas se habria reproducido bajo fo ma de partidos en las asambleas de representan Lo que en cambio constituia la Gnica y sblida de la democracia. representativa objetivamente lag grandes dimensiones de los Estadoe _mederno somensando por la misma unién de las troce « lonias inglesas. Los autores del Federalsta. pres mente estaban discutiendo sobre la nueva constt de esa unién. Lo habla reeenocide el. propio | sesieniendo que “la soberanfa no puede ser rep ada” y por tanio “el pueblo inglés piensa que libre y se engaia: lo es solamente durante la el ién de los miembros del parlamento: tan pro como éstos son clegidos, vuclve a ser esclavo, no nada”? pero también estaba convencido de que hha existido ni exist jamais verdadera democracial porque requiere ante todo de un Estado muy ps quefio “en donde se pueda reunir fécilmente pueblo”; en segundo lugar, “una gran sencillez ‘costumbres”; nego, “mucha igualdad de condi ¥ de fortunas"; por siltime, “poco o ningin ly Por lo que concluia: “Si hubiese un pueblo de Ab Rowen De conta sei 1, 18 (e p 36 DEMOCKACIA DE. ANTIGUOS Y MODERNOS: rivan del mismo principio de la soberania popular ‘aunque se distinguen por Ia modalidad y las formas) fen. que es ejercida esa soberania, Por lo demés, la democracia representativa nc también de la conviccién de que les representant clegides por los ciudadanes son capaces de ji ccudles son los intereses generales mejor que Jas ddadanos, demasiado cerrados en la contemplacién sus intereses particulares, y por tanto 1a dem indirecta es més apropiada para lograr los fines Js cuales habia sido. predispuesta Ia. soberania pular. También bajo este aspecto 1a contrapos fentre democracia de los antigues y democracia los modernos termina por ser desorientadora, ceuanto Ia segunda se presenta, o es interpr ‘como miis perfecta que la primera con respecto fin. Para Madison la delegacién de la accién gobierno a un pequefio nimero de ciueadanos de bbada sabiduria habria “hecho menos probable sacrificio del bien del pats a consideraciones ticularistas y transitorias”® A condicién de que iputado una ver elegido no se comportase hhombre de confianza de los electores que lo Uevado al parlamento sine como repreventante toda la naciéa. Para que en sentido estricto la rmocracia fuese representativa era necesatio que f excluido ef mandato obligatorio del elector frente clegido, que cn cambio era la caracterstica Estado cstamental, en el que los estamentos, corporaciones, los cuerpos colectives transmitian, © The Federalist, eit, v. 96. DEMOCRAGIA DE ANTIGUOS Y MODERNOS 37 oberano mediante sus delegados sus exigencias par= ticulares. También en esta materia la enseiianza venia de Inglaterra. Burke habia dicho: 1s deren de todo hombre expres opis a cls electors es una opiniin que pe Sebe rope, tune El reprecaianie debe ectchar con buen dno {a opin. Pero las natrvcones inperava, a dona fe euro! raienibep de Tr Comancs debe ‘pre y ciegamente obedece, ea cosas som dees. cides por completo pam la yes do ex tare? Para formalizar la separacién del representante del frpresentado, los constituyentes franctses, siguiendo In opinién eficazmente presentata por Siéyds (1748- 1896), introdujeron en Ia constitueién de 1791 la proubicén de mandato imperative con el aneulo le la seceién IIT del capitulo I del titulo TIT que Miipula: “Les representantes nominados en los de- iartamentes no serin representantes de un depar- Hinento particular, sino de toda la nacién, y no se Wes podré imponer a elloe mandaio alguno.”* Desde ‘Mutonces, la probibicién hecha a los representantes recibir un mandato imperative por parte de sus ores se velveri un principio exencial para el fionamiento del sistema parlamentario, el cual, jmmente en virtud de este principio, se distingue os viejos Estados estamentales en los que preva- Hh. Busko, Speech at the Conclasion: of the Poll on ing declared duly eected, The Works, J. Dodsley, vol. 11, p. 13, wn 'comentario sobre el tema, ofesr te, paso deta rappresentaxca. I. Frencia 1708-1729, Renso comp, Palermo, 1681. 38 DEMOGRACIA DE ANTIGUOS Y MODERNOS lecia el principio contrario de la representacién cor- porativa basada en la obligacién de mandato del delegado que institucionalmente es llamado a por los intereses de la corporacién, y mo 9 p separar de esto a riesgo de perder el derecho de La disolucién del Estado estamenta libera al individvo en su singularidad y autonomiai el individuo en cuanto tal, no el miembro de ‘corporacién, quien tione el derecho de elegir 2 lo representantes de la nacién, los cuales son Hamad ppor los individuos espectficos para representar 0 rnacién en su conjunto y por tanto deben ‘sus aceiones y tomar sus decisiones sin algin man dato imperative, Si per democracia modema se em tiende la democracia representativa, y si a In d ceracia representativa es inherente la del representante de Ia nacién del individuo sentado y de sus intereses particulares, la dr ‘moderna presupone la atomizacién de la nacion su recomposicién en un nivel mis alto y como lo es Ia asamblea parlamentaria. Pero ‘proceso de atomizacién es el mismo proceso del nacié la concepci6n del Estado liberal, cuyo mento debe buscarse, como se ha dicho, en Ia rmacién de lea derechos naturales ¢ inviolable: individuo. VII. DEMOCRACIA E IGUALDAD. MurxTRAS it liberalismo de Jot modernot y la de- mocracia de los antigues frecuentemente han sido ‘onsiderados antitétices en cuanto los democriticos de la Antigtiedad no conocian ni la doctrina de los derechos naturales ni el deber de los Estados. de Himicar su actividad al minimo necesario para. Ia tobrevivencia de la comunidad, y por otra parte Jos ocernos liberales nacicron expresando una pro- funda desconfianza hacia toda forma de gobierno Popular (y sostuvieron y defendieron a lo largo de todo el sigio xnx, y més alls, el sufragio restringido), In democracia moderna no sélo no es incompatible ton 1 liberalismo sino que puede ser considerada Iiajo muchos aspectos, por lo menes hasta cierto Punto, como su consecuencia natural Usjo una condicién: que se.tome el témino “de- Inocracia” en su sentido juridieo-institucional y no 4 1 significado ético, 0 sea, en un sentido mis ‘Procesal que sustancial, Es indudable que histiica- Wente “democracia” tiene dos significados prepon- nies, por 1o menos en su origen, sega si. pone ‘mayor evidencia el conjunto de reglss cuya obser- Iacia es necesaria con objeto de que el poder poli- @ sea distribuido clectivamente entre la mayor dle Jos ciudadanos, las amadas reglas del 0, 0 el ideal en el cual un gobierno democrético 39 0 DEMOORAGIA E IGUALDAD DEMOGRACIA & IGUALDAD 4 deberia inspirarse, que es el de la igualdad. felacidn entre la libertad y la igualdad, problema eso en esta distincibo, se sucle difecenciar la demoMll que peesupoae’ un reepucsta’unlvoce: a exten: pre- cracia formal de la democracia sustancial, 0, com puntas: “Qué libertad? ;Qué igualdad?” otra conacida formulacién, la democracia como g En su sentido més amplio, incluso cuando se ex- bierno del pueblo de la democracia como gobi tlendan a la esfera econimica respectivamente el de- para el pueblo. No tiene caso detenernos a echo a la libertad y el derecho a la igualdad, como tuna ver més que en estas dos acepeiones la uieede en las doctrinas opuestas del liberalismo y “democracia” c usada bajo dos signiticados de igualitariame, libertad ¢ igualdad son valores an- diferentes que han dado pie a discusiones ind Aitéticos, en cuanto no se puede realizar con ple- como Ia de que si es mis democritico un fitud uno sin limitar fuertemente el otro: una en ef que la democracia formal no va alB) vicicdad Iberablberina es inevitable que sea in- Pecrite cence alin aiclinigienacan sd qualitaria asi como una sociedad igualitaria por ‘una misma igualdad se obtiene mediante un gobi fwerra ex liberal. Liberslimmo e igualitarismo tienen despético. Tomando en cuenta que en ta larga Ws raices en concepeioaes del hombre y de la s0- toria de Ia teoria democritica se entrelazan elementogll ead profundamente diferentes: individualist, con- de método y motivos ideales, que sélo 2e encuen Wvtiva y- plaralita la Eberal; totalizante, arménica fundides en Ia teoria roussoniana, en la que el wonista la igualitaria. Para ef liberal cl fin_prin- fuertemente igualitario que Ia mveve encuentra es el desarrollo de la personalidad individual, realiacién en la formacién de la voluntad g que cl desarrollo de la personalidad mis rica y ambos significados histbricamente son legitimos. P puede ir en detrimento de Ia expansién de la In legitimidad histérica de su wo no permite onalidad mis pobre y menos dotada; para el igua- vinculacién con la presencia eventual de elemento 0 el fin principal « el desarrollo de la. comu- connotatives. comunes. en sa conjunto, sun a costa de disminuir la ‘De los dos significades, el que se relaciona de libertad de lot individuos ricamente con la formacin del Estado liberal es ica forma de igualdad que no s6lo es com- primero. Si se considera el segundo, el problema con la libertad tal como es entendida por ta Jas relaciones entre el liberalismo y la democrac ina liberal, sino que incluso es exigida por ella, se vuelve mucho més complejo, y ya ha dado lugs Jn igualdad en Ia libertad: lo que significa que y hay rasén para creer que continuars dando hs ‘val debe gozar de tanta libertad cuanto 508 ‘551, a debates interminables. En efecto, de esta ible con la libertad ajena y puede hacer neta el problema de la relacién entre el liberalismo faquello que no daie a libertad de los demés. Ja democracia se resuelve en el dificil problema de samente, desde el origen del Estado. liberal DEMOORAGIA £ IGUALDAD 6 \deben ser retomadas las leyes especificas de Ins érde- es 0 estados particularet: el principio er igualitario por el hecho de que elimina una diseriminacién fnterior. Enel Preimbulo de la Constitueién de 191 se lee que los constituyentes han decidido abolir revocablemente las instituciones que dafiaban la libertad y la igualdad de derechos”, y entre estas lnvtituciones se enumeran las més caracteriticas del eudalismo, El Predmbulo se cierra con una frase: ya no hay en ninguna parte de la nacién, ni para 4 individuo, algin privilegio 0 excepeién al derecho tomiin de todos los franceses” que muestra al con tvario, como no se podria hacer mejor, el significado et principio de ta igualdad frentn a la ley coma echazo a la sociedad estamental, y por consiguiente, June vez mas, como afirmacién de Ia sociedad en la que los sujetos originarios solamente son los indi- Wiluos uti singut. Por lo que hace a ta igualdad en derechos 0 de Rirechce, sta representa un‘ momento pusterior en Th equiparacién de tos individuas con respecto a la frente a la ley entendida como exchusién las discriminaciones de la sociedad estamental fica el disfrute equitativo por parte de les ciu- 6 de la constitucién belga de 1830, en el articulo del estatuto albertino (1048). Ast también, la tienda XIV de la consicucién de los Estados Us dos que asegura a cada ciudadano “la prot cequitativa de la ley”. El segundo ve encuentra nemente afirmado en el articulo 1 de la cid de los Derechos del Hombre y del Ci de 1769; “Los hombres aacen y_ permanccea «© iguales en derechos.” Ambos_principios « lo largo de toda la historia del const ‘modemo y estin conjuntamente expresados en primera fracci6n del articulo 3 de la. consti lacién diferente del principio que campea en Jos tribunales: “La ley es igual para todos” En sentido significa simplemente que el juez debe imparcial en la aplicaci6n de la Jey y como tal fe parte de los recursos constitutives y_aplicables ‘estado de derecho, y por tanto es inherente al Tiheral por Ia ya sefalada identificacion del do liberal con el estado de derecho. Esto significa todos los ciudadanor deben ser sometidos a las sas leyes, y por tanto deben ser suprimidas specifica © histéricamente determinada de id jurtdica, por ejemplo, en el derecho de to- fle tener acceso a Ia jurisdiccién comén y a los “ DEMOCRACIA E IGUALDAD de la igualdad de todos los derechos fundament ‘eoumerados en una corstitucién, es af tanto se pueden definir fundamentaler aquellos, y Ta lista de los derechos funelamentals varia de Epoca a otra, de un pueblo a oto, y por tanto se puede dar una lista definitiva: Gnicamente puede decir que son fundamentales los derechos fen una constitucién determinada se atrbuyen a t Jos ciudadanosindistintamente, en una palabra, a Hos frente alos cuales toxtos los. ciudadanos iquates VII, EL ENCUENTRO ENTRE EL LIBERALISMO Y LA DEMOCRACIA Nixouxo ox los principios de igualdad, ya seialados, Mineulados con el surgimiento del Estado liberal, fine que ver con el igualitarismo democritico, e! (itl se extiende hasta perseguir el ideal de cierta ‘qyviparacién econémica, ajena a la tradicién del ensamiento liberal. Este ha llegado a aceptar, ade~ nie de la igualdad juridica, la igualdad de opor- Wunidades, que presupone la igualacién de los puntos We partida, pero no de los puntot de llegada. Asi €n Fespecto a los diversos significados posibles “We igualdad, el liberalismo y la democracia no coin- ‘len, 1o que entre otras cosas explica su contra- in histérica durante un largo periodo. Entonces qué sentido Ia democracia puede ser conside ome Ia consecuencia y el perfeccionamiento Estado liberal come para justifiear el uso de la ion “liberal-democracia” para designar a cierto ro. de regimenes actuales? No sélo el libera- fs compatible con In democracia, sino que ta rracia puede ser considerada como el desarrollo ‘ny ideal igualitario sino desde et punto de vista. de Hérmula politica que, como se ha visto, es la ” 46 ENCUENTRO: LIBERALISMO Y DEMOCRACIA. soberania popular. La Ginica manera de hacer sible ol ojercicio de In soberania popular es la. atr bbucién all mayor nimero de ciudadanos del d dle participar directa e indirectamente en la toma fas decisiones colectivas, es decir, la mayor ext de los derechot politicos hasta el cltimo limite sufragio universal masculino y femenino, salvo Himite de Ja edad (que generalmente coincide aquella en que se llega a la mayoria de edad). A\ ‘que muchos escritores liberales han criticado la veniencia de la ampliacién del sufragio y en ‘momento de la formacién del Estado liberal 1a tiipacién en el voto solamente era permitida a propietarios, el sufragio universal en principio no contrario ni al estado de derecho ni, al estado imo. Mis alin, se debe decir que se ha f tal interdependencia entre uno y otro que, al inicio se pudieron formar Estados liberales no eran democritices (si no en la declaracién principios), hoy no serlan concebibles Estados rales que no fuesen democritices, ni Estados cerhticos que no fuesen liberales. En summa, ‘buenas razones para creer: a) que hoy el democrético «= necesario para salvaguardar los rechos fundamentales de la persona que son la ‘del Estado liberal; 8) que la salvaguardia de estos rechos ex necesaria para el funcionamiento del método democritico. ‘Con respecto al primer punto, s debe siguiente: Ia mayor garantia de que los de libertad estin protegidos contra Ia tendencia Jor gobernantes a limitarlos y suprimiris reside ENCUENTRO LIBERALISMO Y DEMOGRAGIA 47 posibilidad de que los ciudadancs se defiendan de Jon abuses eventuales. Ahora bien: el mejor reme- llio contra el abuso de poder bajo cualquier for- fia, aungue “mejor” de ninguna manera quiere ilecir ni Sptimo. nj infalible, es la participacion die ecta indirecta de lor ciudadanos, del mayor ni nro de ciudadanos, en Ia formacién de tas eyes. ajo este aspecto los derechos politicas son un com- flemento natural de los derechos de libertad y de Jo deveshos eiviles, para usar las expresiones hechas (élebres por Jellinek (1851-1911), los iure activee elvitatis constituyen la mejor salvaguardia de los fra libertatis y civitatis, la salvaguardia de que en in régimen que no se funda en la soberania popular Wlepenide Gnicamente del derecho natural de. resis: encia 2 ta opresién. ‘Con respecto al segundo punto, que ya no se re- yo a la necesidad de ta democracia para la so- ivencia del Estado liberal, sino al reconocimiento Jos derechos inviolables de la persona cn los que ‘huoa cl Estado liberal para el buen funcionamien- de la demecracia, se debe sefialar que a parti- in en el voto puede ser considerada como el to y eficar ¢jercicio de un poder politico, © del poder de influir en Ia toma de las decisiones tivas, slo si se realiza libremente, es decir, si Individuo que va a las umas para sufragar gora ns libertades de opinién, de prensa, de reunién, de Jncién, de todas las libertades que constituyen fencia del Estado liberal, y que en cuanto tales ‘como presupuestne neceeariog para que la par- iin sea real y no ficticia. 48 ENCUENTRO LIBERALISMO Y DEMOCRACIA Los ideals liberales y el método democrético walmente se han entrelszado de tal manera si es verdad que los derechos de libertad han si desde el inicio la condicién necesaria para la ‘recta aplicacién de las reglas del juego democrat también es verdad que succsivamente el de la democracia se ha vuelto el instrumento cipal de la defensa de los derechos de libertad, slo los Estades nacidos de las revoluciones i son democriticos y solamente los Estados. dem ticos protegen los derechos del hombre: todos Estados autoritarios del mundo son a la vez berales y antidemocriticas. TX, EL INDIVIDUALISMO Y EL ORGANICISMO. Here wexo entre el liberalismo y la democracia es orible porque ambos tienen un punto de partida Wm comGn: el individuo; los dos reposan en una foncepcién individualista de la sociedad. Toda la Nhocia del pensamiento politico esté dominada por ina gran dicotomia; organicisme (olismo) ¢ indi- jalismo (atomismo). Aunque el movimiento no Yecilineo, se puede decir con cierta aproximacién ef organicismo es antiguo, mientras que el indi- smo es modemo (0 por Jo menos a partir 41 comienza la teoria del Estado moderno): contraposicién historicamente més correcta que Dpropuesta por Constant entre democracia (anti- ) y liberalism (moderno). Mientras el organi- considera al Estado como un cuerpo en gran- fwompuesto por partes que concurren cada una de ‘on su propio sentido y en relacién de inter cia con todas las dems, para la vida del Y por tanto no concede ninguna autonomia individuos uti singuli, el individualismo con- al Estado como un conjunto de individuos, resultado de su actividad y de las relaciones ‘tublecen entre elloe. Fi principio constitutive nicismo fue formulado definitivamente por ‘en las primeras péginas de la Politica: ” 50 INDIVIDUALISMO Y ORGANICISMO INDIVIDUALISMO Y ORGANICISMO 51 “BL todo es necesariamente anterior a la parte. Yiduo del primero no es el mismo que el individuo thi nergy ote ye 0 habe ol piel oY a aga artes kreree spel om coenconin ose i iu Fee Is cl pels pncls omnes at weit bern omen!) scree ot AMID sce rsa e apo Oe faoe i a caste: fee SiMe sal ence lee leben Ww coeo fwcin entre el liberalismo y la democracia sola. scabada y perfectamente consciente es necesario i hasta Hobbes, que parte de la hipétesis de un Dies: cay rade nny : de naturaleza en el que sélo hay individwos Ninguna concepeién individualista de 1a sociedad rados Jos unos de Ios otes por sus pasiones y dade: del hecho ne sur interes contrapuestn,y cbligedoe a unine gg ind Kee edict deere ees comin acuerdo en una sociedad politica para de ia destruccién recfproea. Este cambio radical ncaa te i Sar (0061006) Re punto de partida tiene consecuencias decisivas ee ee, c ‘elaciones del individuo con la sociedad son vistas cl nacimiento del pensamiento liberal y dem | liberalismo y la democracia de diferente ma- ‘modernes. De ince tan ea lenrion el primero separa al sujeto del cuerpo organico ‘cepcién onginica coberene, que considera a i sociedad y lo hace vivir, por lo menos du- como totalidad anterior y superior a. us ie una de su vida, fuera del seno sen i ee ee all Ee Ge a ar independiente del ed nope roc Yligres de Ia lucha por In sobrevivencia; la se. icin exe bers pried acer p lo integra. a los otros individuos semejantes ni justifcar Ia sustraccién de intereses Para que a partir de su unin la sociedad ya satisfechos en lat relaciones con otros individ ie recompunta como’un wie efaien site mercado), al interés piblico. Por lo que se lina asoeinein de individwos tibres. El paix inn anny reivindica la libertad individual tanto en la ascendente del poder, el ergenicismo, al fu cepiritual como en la. econémica contra el sm coer decane, we inp Ia otra reconcilia al individu con la so- Sonata manne s panera ee Queda por decir que si bien el liberalismo Pe eon : i luo el protagonista de toda actividad que se \democracia son concepcions individualistas, el lle fuera del Estado; la segunda 1c hace 1 Avinéeales, Police, 12518 (e. i, s cargo de lita de una forma de Estado diferente en Viano, Uiet, Turla, 1895, p. 54). ‘ns decisiones colectivas son tomadas directa- 52 INDIVIDUALISMO ¥ ORGANICISMO INDIVIDUALISMO Y ORGANICISMO 55 mente por los individuos © por sus delegados 0 presentantes. Tomando en cuenta al. individuo, primero pone en evidencia la capacidad de formaci6n, de desarollar sus propias facultades, progresar intelectual y moralmente en condici ‘de méxima libertad de vinculos externos i fen forma coercitiva; Ia segunda exata sobre Ja capacidad de superar el aislamiento con acverdos que permiten instituir un poder comin tirdnico. De las dos caras del individuo la pris contempla la que mira al interior, la segunda. ‘que mira al exterior. Se trata de’ dos indivi potencialmente diferentes: el individuo como ‘erocosmos © totalidad completa en sf misma, 0 ‘como particula indivisible (dtomo), pero c y recomponible de diversas maneras con otras ‘doulas similares en una unidad artificial (y tanto siempre descoraponibles), ‘Como se ha dicho, tanto el individualismo como el individualismo democrético nacen en ‘rapesicién con las diversas formas de organicis pero a través de dos procesos diferentes: el pri por corrosién gradual de la totalidad, cual los individuos, como hijos que se vuelven yores de edad, se separan del grupo primitivo potente y omnipresente y conquistan accién personal cada vez més amplics; el por la completa disolucién de la compacta global, de donde se forman partes Jas unas de las otras y todas juntas del todo, ricnzan a vivir au propia vida. El primer tiene como resultado Ia reduccién del poder los términos minimos, el segundo lo reconstituye, ero como suma de poderes particulares, lo que se fvidencia en el contractualismo que funda el Estado Yobre un instituto juridico como el contrate, propio ile la csfera del derecho privado, donce se encuen- fun voluntades particulates para la formacin de ‘Wom voluntad comin. X. LIBERALES Y DEMOCRATICOS EN EL SIGLO XIX EN s1 conminenre europeo la historia del Est liberal y de su continuacién en el Estado tico pusde hacerve comenzar desde In época de restauracién que con cierto hineapié retérico, que puede separarse del afio del “decenal” del fascita en el que aquellas piginas fueron cadas (1932), Benedetto Croce (11866-1952) la época de la “religién de la libertad”, y en ‘que crey6 ver un “periodo germinal” de una civilizacion.* En el concepto de libertad, Groce prendia sin distinguirlas tajantemente tanto la tad liberal, alli donde habla de “sustitucién del Jutismo de gobierno por el constitucionalismo”, la libertad democritica, hablando de “ref el electorado y de ampliacién de la capacidad tica”, a las que agrega “la separacién del di extranjero” (0 libertad como independencia nal). Pero en cuanto al “periodo germinal”, (querer remontarse a los “bosques alemanes’, Ihabria nacido la libertad de los modernos, Montesquieu retomadlo por Hegel, In teoria praxis moderna de! Estado liberal tuvieron inic 1B Croce, Storia d'Europe mel secolo. dacimononey, tera, Bar, 1982, p. 21. o* LIBERALES ¥ DEMOCRATICOS 55 fn Inglaterra del siglo xv, que durante siglos per tmanecié como un modelo ideal para Europa y los Butados Unidos. En aquel bervidero de ideas, en faquel pubular de sectas religiocas y de movimientos politicos que fue a revelucién puritana, se abrieron piso todas las ideas de libertad personal, de reli- fio, de opinién y de prensa, destinadas a ser el pitrimonio permanente del pensamiento liberal. Con Jirio y sus aspectos. sangrientos. termind por afir~ Jame a superioridad del parlamento. sobre el. rey, iyve, aunque gradualmente y bajo diversas vicisi- wes finali2d por imponer como forma ideal de ‘Woostitucion la del Estado representative, cuya efi- ‘facia dura hasta ahora (también. porque no ve ha ppuesto algo mejor) ; la doctrina de ln separaciGn poderes inspiré a Montesquiew y a través de Mon quicw al constitucionalismo norteamericano y euro- Si por democracia se entiende, como aqui xe en- ic, la ampliacién de los derechos politicos a sciudadanos mayores de edad, también ef sl democritico tuvo su primera y fuerte afir- én en los afos de la great rebellion: en efecto, 10 los Niveladoret quienes en el Pacto del pueblo i) libre (1649) afirmaron por primera vez et ipio demoeritico contra el principio dominante por lo menos durante dos sigles permanecié uprema autoridad do Inglaterra y de los tert yporados a ella seri y residird de ahora en 36 LIBERALES ¥ DEMOGRATICOS LIBERALES V DEMOCRATICOS ” pclae er pia apap \esis de que la democracia y la tiranfa son dos caras 400 personas, no en cuya cleecién - de la misma moneda, y el cesarismo no era mis ee pein orle ie lapis 4a : PO epic eaeg hs «epee imtear nlhanintadt proses Senin elepbles a tal cago supremo? rovocado por la llegada de la repiblica de lor demagogos. Tocqueville (1805-1859) en las iltimas Ademés, solamente en Inglaterra, « partir de piginas de la Democracia en América formulard su segunda revolucién (1688), el paso de la mon ‘lebre protec constitucional a la monarquia parlamentaria, de - nee ~ democracia limitada a la democracia ampliada, cr imagin rages evs et despotimno io totalmente por evolucién, sin acontecimientos podsfa dare a conocer en el mundo; veo una mal- ind de bants Igein p manpencs, aoe las a Jentos ni retrocesns, mediante un proceso grad ‘azar sobre si mlsmos pars, procirane’pheres nines pacifico. y vulgares, con fos que llenan su alma... Sobre étos En Francia, que bajo tantos aspectos fue la Gln poder inmenn y tua qe we ena para la Europa continental, el proceto de dem lo de asequrar sus goces ¥vigilar sa suerte, Abso> tizaciéa fue mucho més aecidentado: el intent Iwto, minucioss, regular, advertide:y benigno,.. imponetlo con la fuerza en la. revolucén del Fe oa : : paso todavia més ripido de Ia cfimera rept ees es see lea de 1848 al Segundo Impecio parecié dar rasén de un nuevo régimen cesarista (el segundo Imy ee NNapoleén 111). Mientras el kino prone deatsier trae arene er cei, orm MBA Dane id sie lpr de icin Gempe, de Ia repiblicn jacobina al Imperio eo cence conten. deere Ieénico suscitS en los escritores fuertes ie Se a Ree Bechecatientioncge nissan ey segin & a ampliacién del slag fore Fe escigentoe cain oa ks eel ove tartan Sess posible y deveable continuidad entre el Estado Gane bee et ¥ Exado democrtico, Entre los ecritoree mtioste lit ‘ia diferente manera de vivir la relacién entre servadores casi se volvid un huger comin, no PMstado i i. ae pig reminiscencias clésicas, on particular pla Bevel pte - A de Tocquesille (De le démocratie en Andi 2 Vinee V. Cabs Poritonetine o-lbortdy 0), “Ea aemocracia en Aménca, Fondo de Cale Turin, 1996, pp. 139196. Reondmica, 1 ed 1987; 4" rempresion, 1984, p. 633. 38 LIBERALES ¥ DEMOCRATICOS LIBERALES ¥ DEMOCRATICOS ” con estas tres combinaciones: a) liberalisme y de- ‘mocracia son compatibles y por tanto pueden con- vivir, en el sentido de que puede existir un Estado liberal y democritico sin que por lo demis se pueda focluir un Estado liberal no democzitico y un Es- {ado democritico no liberal (el primero es 1 de los liberales conservadares, el segundo el de los demo- ‘riticos radieales) ; 6) liberalismo y democracia son Intitéticos, en el sentido de que la democracia en us consecuencias extremas termina por destruir al Ystado liberal (como sostienen Jos. Kberales conser- adores) © s6lo puede realizar plenamente en un ‘wiado social que haya abandonado el ideal del es- ludlo minimo (como sostienen los democriticos radi- les; c) liberalismo y democracia extin ligados ne- Aevariamente en el sentido de que sélo la democracia “capa: de realizar en plenitud los ideales liberales 'y vélo el Estado liberal puede ser la condicién para prictica de la democracia, Utiliando las. cate~ ‘amplio panorama liberal la contrapasicién entre Iiberalismo radical, al mismo tiempo liberal y d critico, un liberalismo corservador, liberal no democritico, que jams renuncié a la lucha tra cualquier propueste de ampliacion del deres al voto, considerado como amenaza a la libertad. igual manera, en el amplio panorama. democ cexistieron democritices liberales.y democriticos liberales, estos Gltimos mas interesados en Ia dist bucién det poder que en su limitacién, mis en instituciones det autogobierno que ea Ia divisién gobierno central, mis en tx separacién_ hor ldo los poceres que en Ia vertical, sms on In de la esfera piblica que en la puntillosa fersa de la esfera privada. Mientras los lib democriticos y los democriticos liberales tern por coincidie en In promocién gradual de las fs etapas, més o menos numerosas y répidas, fampliacién de los derechos politics hasta sfragio universal, los democriticos pUurDs S© € trarin cerca de los primeros movimientos soc aunque en una relacién que frecuentemente es ‘como le sucedi6 en Italia al pat mazziniano.* Entre los democriticos pros y Iiberales conservadores Ia distancia es tal que pprocamente son incompatible. Exquemiticamente, la relacién entre el lib y la democracia puede ser representada de @ forma de bier i demceracin conjept 0 con el era como con oscil, a on entre In democracy ol ecalono tia puede reprnentar de geal mare come una i. de povided o de pole sveriencl, de ad (porte de dnote fo en el extras oats ta qos teed eee eee oo LIBERALES Y DEMOCRATICOS sidad, como en las doctrinas 0 en los movimien socialdeméeratas, de acuerdo con los cuales mediante Ia demoeracia se realiza el socialismo blo en el socialisme el proceso de realizacion la democracia llega a su pleno cumplimiento. XI. LA TIRANIA DE LA MAYORIA Las pos ALAS del liberalismo europeo, la més con- servadora y ta mds radical, estén bien representadas, respectivamente, por los dos mayores escritores libe- rales det siglo pasado, Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill (1807-1873). Contempordneos (el pri- mero nacido en 1005, el segundo en 1907), se co- hocieron y estimaron. Mill escribié en la London Review, Srgano de los radicales ingleses, wna larga eiia del primer volumen de la Democracia em Armérice) Bn la obra sobre Ia democracia repre- envativa, publicada cuando el amigo habia muerto (1061), ‘recuerda a sus lectores este great work? Tocqueville, por su parte, al recibir en el lecho de Jnuerte el ensayo sobre Ia libertad, escribe al autor: No dudo que no sienta en cada instante que en “Wale terreno de la libertad no podiames caminar fin darnos la mano” A pesar de la diferencia de iciones, de cultura y de temperamento, la obra + J. S. Min, “Tocqueville on Democracy in America”, en lon Resiet, junio-nero 1085-1836, pp. 85-129 (tr i. ‘cargo de D. Cofrancesce, Guida, Népotes, 1971, pp. 90- ) ® J. 5S. Mill, Cowiderations on Represeutatice Govern iy on Collected Papers on John Stuert Mil, University "Toronto. Pres, Routledge aad Kegan Paul, Londres, vol. XIX, p. 468 ‘sequeville' on Democracy in America, tt ct ps 13. a « TIRANIA DE LA MAYORIA de estos autores representa bien lo que habia ‘comin en las dos mayores tradicioncs dep tmiento liberal europeo, Ja inglesa y laf Tocqueville habia dedicado aos de estudio y flexién a la democracia de wna sociedad nueva proyectada hacia el futuro, como la norteamerican y Mill, por sa parte, mens insular que muchos de fus compatriotas, conoeia el pensamiento francés, tmenzando por Comte (1798-1857) "Tocqueville primero fue liberal que Babe finueinente

Você também pode gostar