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Nombre: Andrea Stephania Porras Ríos.

Asignatura: Humanidades.
Tema: Ensayo sobre el artículo ¿Es menester que los ingenieros filosofen?

MÁS QUE INGENIERIA

Como personas por naturaleza hacemos reflexiones para cualquier ámbito de la vida, estas
reflexiones conllevan a que no solamente miremos más allá de los conceptos aplicados a la realidad
sino que aportemos nuevas ideas en diferentes contextos.
El ser humano a partir de las grandes reflexiones que hizo sobre el mundo dio origen a la civilización
por medio de un arduo proceso de modificación de un mundo natural y primitivo a un mundo técnico.
Cuando el hombre comprendió las necesidades básicas para sobrevivir empezó a crear métodos
para hacer utilidad a todos elementos que le brinda el planeta con un propósito.
Al darle un propósito singular a las nuevas concepciones se gestaron proyectos basados y
construidos a partir del saber, este proceso de inventos para la solución de algún problema fue
avanzando, desde las actividades de recolección, la división de territorios, la construcción de
ciudades, los grandes monumentos a dioses, hasta las obras mas modernas creadas por el hombre.

En el momento de grandes cambios del mundo nace el ingeniero, una persona que desea una
sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para dar soluciones efectivas a
algún problema. El desarrollo de la ingeniera depende de las representaciones que se perciben y el
sentido que se les de por medio de los conocimientos previos y sin dejar a un lado la capacidad de
asombro y la razón humana que es una herramienta valiosa y eficaz como demuestran los avances
científicos del siglo XVIII. La razón netamente humana con la ayuda de las matemáticas y la
experiencia nos capacita para conocer las leyes de la naturaleza y para intervenir en ella. De este
modo, la actividad de la ingeniería posibilita el progreso constante en la vida de los seres humanos.

La necesidad de educación es indispensable ya que esta es el instrumento clave del progreso y


hace del hombre capaz de valerse por su propia razón. El siglo XVIII fue un siglo de notables
investigaciones y avances científicos tanto en el ámbito de las ciencias mas clásicas como en el de
las nuevas ciencias que surgieron entonces, durante el siglo XVIII se produjeron inventos técnicos
sin los cuales la Revolución Industrial no habría sido posible. El más conocido de todo el siglo
seguramente fue la maquina de vapor que el escocés James Watt inventó en 1769. La maquina de
vapor, como cualquier innovación tecnológica, repercutió de un modo ambientalmente en la historia,
las ventajas del invento fueron evidentes, la introducción de la maquina de vapor en el mundo laboral
también provoco efectos muy negativos, como la destrucción del medio ambiente y la degradación
del trabajador.

El siglo XIX constituyo otra de las épocas de gran empuje científico: aparecieron nuevas ciencias,
tuvo lugar un gran número de descubrimientos, se estimularon las investigaciones técnicas y así se
abrió el espacio a la evolución. En la era tecnológica los inventos se ubican en función de las
necesidades urbanas y rara vez armonizan con el entorno, un desarrollo incontrolado de la
tecnología podría suponer un peligro para la humanidad si no se potencian otras formas de
contemplar el mundo, como el arte.
La ingeniería no solamente pone a su favor las técnicas y la tecnología, sino utiliza diferentes formas
de percepción para así reflexionar sobre las mejores opciones al plano de la sociedad para que
estos proyectos se hagan en beneficio de todos y no de un sector en especial.

Los ingenieros no solo poseen la virtud de ingenio, saben como darle utilidad con una visión de
propósito a las necesidades humanas. El ingenio humano tiene tanta determinación sobre el destino
del mundo que no cualquiera puede asumir la responsabilidad de manipular la naturaleza a su
antojo, toda modificación y creación esta elaborada con la intención de que beneficie a la sociedad,
la capacidad de ingenio es el medio para un fin.

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