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DE
“TOROS JIJONES”
Fuenlabrada, 2010
Publicado en: http://corredordeencierros.blogspot.com/
Contraportada: Anagrama de don José Jijón en la rejería del patio de la casa de los Jijón
Agradecemos a los autores la autorización para publicar sus obras en este artículo.
Agradecimiento que hacemos extensivo a Ana Rosa Maesa Govantes y a la familia
Peñuelas, de Villarrubia de los Ojos, por su buena predisposición para colaborar en
nuestro trabajo.
Índice
Introducción .................................................................. 3
5. CONCLUSIONES ..............................................................34
Documentación y bibliografía.............................................35
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
Introducción
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Candelas y Cecilio Naranjo González
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
Por todo ello, salvo que aparezca una prueba fehaciente en contrario,
creemos que Juan Sánchez-Jijón no fue intendente de la vacada del Real
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Candelas y Cecilio Naranjo González
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
Según declaran los testigos, Juan Jijón de Salcedo era propietario de: 300
cabezas de ganado vacuno, entre toros y vacas, 80 lechones, mucho ganado
lanar y una gran yeguada, que pastaban libremente en Villarrubia invadiendo
los sembrados (AHPZ: Híjar. 4-288-1).
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Analizando estos documentos podemos obtener algunos datos que nos parecen
importantes a la hora de estudiar el origen de la casta Jijona.
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
Ahora bien, más allá de la posible relación familiar entre Juan Sánchez-Jijón
de Salcedo y don Pedro Jijón González, la importancia de que estas dos ramas
familiares sean denunciadas conjuntamente en 1657 viene dada porque, como
iremos viendo, las dos seguirán apareciendo unidas en los negocios de ganado.
Lo que indica que, más que ante dos ganaderos individualizados, estamos ante
una gran explotación ganadera familiar. Algo que quedaría definitivamente
sellado con un doble matrimonio entre hijos e hijas de ambas líneas.
Tras esta denuncia, las dos ramas de los Jijones actuaron unidas en la defensa
de sus intereses, alcanzando un acuerdo con el Concejo consistente en
arrendar las cuatro quintas partes de los pastos comunales para pastoreo del
ganado de todo el grupo familiar. Cinco años más tarde, en 1662, don Pedro
Jijón González y sus parientes volvieron a actuar unidos al solicitar la
renovación del arrendamiento (AHPZ: Híjar. 1-120-82). Renovación que, por
cierto, fue denegada por el Concejo. Y es en ese desencuentro en la
negociación donde habría que encuadrar el pleito civil que la viuda de Juan
Sánchez-Jijón de Salcedo planteó en 1662 contra dos vecinos de Villarrubia
por haber matado a uno de sus toros (AHPZ: Híjar. 4-288-1).
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Sólo algunas puntas del ganado heredado no habrían formado parte de ese
gran acuerdo familiar. Así, por ejemplo, se tiene constancia de que doña
Quiteria Jijón y Cervantes (hija de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo), otorgó
poder en 1678 para presentar una querella ante la Justicia Ordinaria de
Villarrubia por la muerte de uno de sus toros (AHPCR: Leg. 670–1678, fol.
396). Y, por otro lado, Cristóbal Jijón González (hijo de don Pedro Jijón
González) en 1679 otorgó poder para vender en Tembleque (Toledo) una
corrida de hasta 18 toros de muerte de su vacada, (AHPCR: Leg. 670-1679, fol.
336).
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Es evidente que los cuñados Juan Jijón y Pedro Jijón actuaron como socios en
la práctica totalidad de los protocolos, lo que nos lleva a sostener que ambos
ejercían de titulares de una única ganadería de carácter familiar, aunque
cada uno de ellos fuera propietario de sus propias reses y las pudiera
diferenciar por cualquier tipo de distintivo. Por otro lado, se aprecia que sus
toros ya gozaban en 1679 de un prestigio que se extendía, al menos, por tres
provincias: Ciudad Real, Toledo y Cuenca. A este respecto hay que tener en
cuenta que los documentos reseñados sólo hacen referencia a ventas de reses
con precio aplazado, pero hay que presumir que en aquellos años ya debían
ser mucho más numerosas las ventas de toros que realizaban, pues en los
casos en los que se pagaba al contado y la venta quedaba cerrada no se
acostumbraba a protocolizar las ventas ante fedatario público.
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
De los treinta toros que se citan en este protocolo del mes de agosto, veinte
debieron ser los que se corrieron el día 25 de septiembre de 1679 en la Plaza
Mayor de Madrid con motivo del voto anual de San Juan. Entre los pagos que
se realizaron a los Jijones por dicha corrida cabe destacar los 16.000 reales
que recibieron por los toros, a 800 por res (López Izquierdo: 1993, pág. 216).
Hay tratadistas que defienden que en el año 1618 ya había lidiado sus toros en
Madrid Juan Sánchez-Jijón; y otros mantienen que un supuesto Blas Jijón lo
hizo en 1654. Ambos datos, en principio, hay que rechazarlos. El primero
porque es muy probable que en 1618 los Jijones no hubieran empezado a criar
ganado vacuno. Y el segundo porque, como se explicará más detalladamente
en otro capítulo, no aparece ningún Blas Jijón hasta 1667 y, por tanto, es
imposible que nadie lidiara toros con ese nombre en 1654.
Nos parece mucho más fundada la opinión de Francisco López Izquierdo, pues
ha revisado todas las cuentas del Archivo de la Villa de Madrid referentes a las
corridas de toros de la época y sostiene que fue en ese festejo de 25 de
septiembre de 1679 cuando por primera vez aparece lidiando en Madrid un
ganadero de apellido Jijón, refiriéndose a don Juan y don Pedro Jijón (López
Izquierdo: 1975, pag. 84).
La falta de protocolos nos impide saber las ventas que los Jijones hicieron en
los años siguientes, pero se intuye que su intención era continuar con el
negocio, pues el 1 de octubre de 1679, cinco días después de su presentación
en Madrid, ambos otorgaron un poder a favor de Cristóbal Jijón González y de
Diego Cabrero Jijón, vecinos de Almodóvar del Campo, para que ajustasen con
Diego Muñoz de Molina el gozo del patio y tierra de Mochuelos y las lomas que
se agregasen y concertasen para que pasten en ellos sus ganados (AHPCR: Leg.
670 - 1679, fol. 367).
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Cinco años después, en 1684, morirían Juan Jijón de Salcedo y Pedro Jijón
González. Casualmente, los dos en el mismo año. Como ganaderos habían
logrado una de las grandes metas de todo criador de toros bravos: lidiar en
Madrid. Y todo apunta a que la ganadería familiar estaba ya consolidada, pues
disponer de más de cincuenta toros para la lidia implica un alto número de
cabezas de ganado. Tras la muerte de ambos, sus herederos dividieron la
ganadería en tres partes al menos:
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Así, por ejemplo, decir que el prototipo racial de la casta Jijona fue creado
por Juan y José Jijón implica tanto como negarle el componente de dicha
casta a las ganaderías que crearon Manuel Aleas y Gil Flores.
Fig. 5. Cuadro de los criadores de Toros Jijones donde se puede comprobar la división del
tronco original antes de la titularidad de los hermanos Juan y José Jijón.
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Que Manuel Aleas y Gil Flores adquirieron reses de casta Jijona para formar
sus ganaderías es algo que viene manteniendo la bibliografía taurina y que ha
sido ratificado por el profesor Javier Cañón con sus estudios sobre genética. Y
también se mantiene que dichas reses procedían de las de doña Elena Jijón,
vecina de Valdepeñas. Entonces, si hubieran sido Juan y José Jijón los que
hubieran fijado el prototipo racial, lógicamente, de sus reses deberían
proceder las de doña Elena.
Pues bien, doña Elena no era descendiente ni de Juan ni de José Jijón. Como
hemos indicado anteriormente, provenía de la otra línea familiar: era biznieta
de Pedro Jijón González. Así, si se mantiene que las reses de doña Elena eran
de casta Jijona, forzosamente hay que convenir que el prototipo racial de la
casta Jijona estaba ya fijado antes de que se dividiera la ganadería a la
muerte de los cuñados Pedro Jijón González y Juan Jijón de Salcedo.
Respecto al posible origen de las reses con las que se conformó la vacada
primigenia, unos tratadistas mantienen que procedían de la Real Vacada de
Aranjuez, otros defienden que eran del Valle de Alcudia y también hay
autores que aseguran que fueron escogidas entre las que se criaban por la
comarca de los Montes de Toledo. Sobre este punto, cualquier postura que se
adopte es una mera conjetura, pues no hay documentos para sostener ninguna
de las tres. El hecho de que desde Madrid se mandasen veedores a la comarca
de Los Montes de Toledo en 1628 nos está indicando que en la zona ya existían
vacadas. Por tanto, lo más lógico sería pensar que las reses fueron adquiridas
a ganaderos de la zona.
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Don Juan Sánchez-Jijón de Salcedo, familiar del Santo Oficio, siguió para sus
hijos la política matrimonial que ya habían iniciado sus antepasados. Casó a
una de sus hijas con el que años después sería I Condes de las Cabezuelas, y
con el resto de sus hijos consolidó las relaciones con dos viejas familias de
Villarrubia: los Díaz Hidalgo y los Jijón. Con un doble matrimonio entre sus
hijos y los de don Pedro Jijón González refuerzan con un vinculo familiar la
unificación de la ganadería, que ellos ya habían empezado por intereses
comerciales.
Creemos que, en su origen, esta rama tuvo mayor relevancia social que la de
los Sánchez Crespo o Sánchez Jijón. Hay indicios que nos hacen pensar que
estamos ante descendientes de un mismo tronco familiar, los Sánchez Jijón
por vía femenina y los Jijón González por vía masculina, pero este extremo no
lo hemos podido documentar.
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Don Juan al ser el mayor de los dos hermanos, fue el que en un primer
momento tomó las riendas de la parte de la ganadería que heredaron de sus
padres.
Meses antes de morir don José lo habían hecho su esposa y varios de sus hijos,
posiblemente victimas de varias epidemias que se desataron en Villarrubia por
esa época. En los protocolos encontramos varios poderes para testar que se
van modificando según se suceden los acontecimientos familiares, sin duda
consecuencia del temor a la epidemia. En el último, el de 28 de mayo al que
antes hacíamos referencia, don José ordenó fundar un vínculo con el tercio de
sus bienes a favor de su hijo don José Antonio, imponiendo la obligación de
utilizar el apellido Sánchez Jijón y el escudo de armas a sus titulares. (AHPCR:
Leg. 671, fol. 138).
De su matrimonio habían quedado dos hijos menores, don José Antonio y don
Miguel, por lo que nombró como administradores de sus bienes a don Juan
Jijón de Salcedo, su hermano; don Hermenegildo Alfonso Díaz Hidalgo,
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emparentado con los menores tanto por línea paterna como materna; y a don
Dionisio de Torres y Figueroa, un tío de su esposa domiciliado en Tembleque.
Así, don Juan siguió dirigiendo la ganadería, como titular que era de la mitad
y administrador de la parte de sus sobrinos. Posiblemente fuese en esa
condición como aparece lidiando a su nombre el 22 de agosto de 1737 en
Madrid (Uriarte: 1970, pág. 155, citando una documentación de la
Archicofradía de la Sacramental de San Isidro, de la que no da referencia).
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Con ellos, los toros jijones llegan a su cenit y, al mismo tiempo, sus
circunstancias familiares llevarían a la práctica desaparición de una ganadería
que la familia Jijón había manteniendo durante más de 150 años.
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Don José Jijón, que debía ser de carácter difícil, tuvo fuertes diferencias con
don Hermenegildo, y éste decidió cesar en la administración de sus bienes.
Algo parecido debió ocurrir con don Dionisio que, a principios de 1750, solicita
de las autoridades el cese en sus funciones como administrador. Alegó que
don José estaba a punto de cumplir los 25 años, con lo que alcanzará la
mayoría de edad; que don Hermenegildo se negaba a seguir ocupándose de la
hacienda de los menores, como venía haciéndolo hasta entonces; y que él no
podía asumir esas funciones por residir fuera de Villarrubia. Las autoridades
declararon la mayoría de edad de don José y le nombraron tutor de su
hermano Miguel, debido a que no encontraron a nadie que quisiera hacerse
cargo de su tutela. A partir de ese año, don José pasa a ser el administrador
único de la ganadería (Villalobos: 1967, pág. 60).
Aunque hasta este momento los datos conocidos sobre la lidia de toros jijones
son escasos, la ganadería debía gozar de gran crédito. De hecho, para la
corrida que se iba a celebrar el 15 de julio de 1760, con motivo de la entrada
de Carlos III en Madrid, se mandó un mensajero solicitando a don José que
enviase 20 toros (López Izquierdo: 1993, pág. 300). Según Villalobos, fue
entonces cuando se trasladó a Madrid y, como muestra de la afición a los
pleitos que mantuvo a lo largo de toda su vida, tras la corrida inició uno
contra el Ayuntamiento de Madrid, reclamando que se le pagasen los toros al
mismo precio que se habían pagado los toros de Aranjuez, con los que
compartía cartel (López Izquierdo: 1993, pág. 302).
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Sería prolijo hacer una relación de las corridas en las que se lidiaron toros
jijones bajo su administración, pero baste decir que, al margen de su
presentación en Sevilla el 7 de junio de 1783 (Uriarte: 1970. Pág. 158),
solamente en Madrid se lidiaron:
En circunstancias aún sin aclarar, don José es detenido por orden real el 29
de septiembre de 1792 y puesto preso en el Sacro Convento de Calatrava la
Nueva. Posiblemente en el origen de esta decisión esté algún tipo de protesta
familiar. Recordemos que, aunque don José era soltero, tenía una parte de
sus bienes vinculados por los testamentos de su padre y su tío y que esos
bienes debían pasar íntegros a los descendientes de su tía doña Isabel Jijón de
Salcedo. Por otro lado, él mantenía relaciones muy estrechas con parte de su
familia materna y, por entonces, ya debía tener concertado su matrimonio
con un miembro de esa familia, doña Leonor del Águila y Bolaños, 49 años más
joven que él. Estando preso, el 9 de julio de 1794, redactó un testamento
cerrado, que no se legalizó hasta el 16 de septiembre. En él nombra heredera
universal de sus bienes a su futura esposa, doña Leonor del Águila. Dada la
edad de don José, que entonces contaba con 69 años, extraña que la boda se
demorara aún cuatro años y que no se celebrara hasta 1798.
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Los últimos toros que se anunciaron en los carteles a su nombre fueron los
lidiados en Aranjuez el 29 de mayo de 1802, con motivo de la celebración del
día de San Fernando, y el 31 de mayo de ese mismo año, en la quinta corrida
de la temporada de la Plaza de Madrid. Pocos días después, el 21 de junio de
1802, doña Leonor del Águila lidiaba a su nombre en Madrid, en la séptima
corrida de la temporada. (Diario de Madrid: 1802, págs. 594, 600, 684).
III. Don Pedro Jijón González (1639-1684). Hijo de don Pedro Jijón González
y de doña María de Ortega. Fue bautizado en Villarrubia el 19 de enero de
1639. Contrajo matrimonio el 1 de octubre de 1663 con doña Juana Jijón y
Cervantes, hija de don Juan Sánchez-Jijón de Salcedo y de doña Quiteria de
Cervantes. Murió el 28 de octubre de 1684.
El año 1684 fue fatídico para los Jijón. El 28 de octubre de ese año moría don
Pedro Jijón y once días después lo haría su cuñado. Don Pedro murió
relativamente joven, siendo sus hijos menores de edad, lo que condicionó el
devenir de esta rama de la ganadería.
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Fig. 10. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.
En su obra Los Toros, José María de Cossío dice que en 1654 lidió sus toros en
Madrid don Blas Jijón, de Villarrubia de los Ojos. Uriarte, a partir de este
dato, especula sobre un posible hermano de don Juan Sánchez-Jijón de
Salcedo, que pudiera haber sido tutor de sus hijos. Después de examinar
detenidamente los registros parroquiales de Villarrubia llegamos a la
conclusión de que se trataba de un dato erróneo. No existió ningún Blas Jijón
anterior al que nos ocupa que pudiera lidiar en 1654.
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V. Don Pedro Jijón de Salcedo (+ 1752). Hijo natural de don Blas Antonio
Jijón y de Ana María Fernández. No hemos logrado identificar su partida de
nacimiento, pero fue legitimado por el matrimonio de sus padres en 1722.
Todos los autores que se han ocupado de la historia de los toros jijones hacen
referencia a doña Elena Jijón, vecina de Valdepeñas, dando por supuesta su
relación familiar con la rama de los Sánchez Jijón, pero sin aportar ninguna
documentación.
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Fig. 11. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.
IV. Don Cristóbal Jijón González (1669-1700). Hijo de don Pedro Jijón
González y de doña Juana Jijón y Cervantes. Fue bautizado en Villarrubia el 4
de agosto de 1669. Contrajo matrimonio en Valdepeñas con doña María
Manuela Muñoz de la Fuente Calero y las velaciones se celebraron el 9 de
mayo de 1698 en Villarrubia. Fallece en Villarrubia dos años después, el 24 de
julio de 1700, dejando dos hijos menores.
Murió muy joven y apenas has dejado rastro en la documentación. Hay que
suponer que continuaría con la actividad ganadera de sus padres.
V. Don Juan Antonio Jijón Muñoz (1698-1769). Hijo de don Cristóbal Jijón
González y de María Manuela Muñoz de la Fuente. Nació en Villarrubia el 27
de diciembre de 1698 y fue bautizado el 8 de enero. Contrajo matrimonio en
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Valdepeñas hacia 1720 con doña Ana María Teresa Ortiz de la Mota. Murió en
Valdepeñas el 19 de septiembre de 1769.
No tenemos noticias de que lidiara, pero sí de que criaba vacuno. Según las
Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (AGS: Ensenada. RG-L469), el
ganado vacuno que había en Valdepeñas era propiedad de don Juan Jijón y se
especifica que tenía:
VI. Doña Elena Jijón y Mota (+ 1790). Hija de don Juan Antonio Jijón Muñoz
y de doña Ana María Teresa Ortiz de la Mota. No conocemos su fecha de
nacimiento, pero el 9 de septiembre de 1746 figura como madrina en el acta
de bautismo de uno de sus hermanos. Murió soltera y sin descendencia el 18
de diciembre de 1790.
Sin duda, debió sufrir un error en sus notas, pues el marido de doña María
Manuela era don Cristóbal Jijón González y no murió en 1600 sino en 1700.
“Hija del MANUEL JIJÓN que sonó como de Valdepeñas en los primeros
años del último tercio del siglo XVIII debió de ser ELENA JIJÓN, de
Valdepeñas igualmente, que el l de julio de 1776 se presentó como
ganadera en Madrid, con divisa azul. Y ella sería la esposa de BENITO
TORRUBIA, de Granátula, de quien ya se sabe con seguridad que era hijo
político del tal Manuel Jijón -¿de cuál otro podría serlo, por las fechas?-
y que de él procedía su vacada, cuya divisa azul celeste y rosa disfrutó
de sólido crédito...” (Uriarte: 1970, pág. 188).
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
Como hemos indicado, doña Elena murió soltera y sin descendencia, por lo
que no pudo ser la esposa de Benito Torrubia. Este dato es importante porque
se afirma que de la ganadería de Benito Torrubia derivó gran parte del ganado
al que se le ha atribuido origen Jijón (Gil Flores, Manuel Aleas, José
Manzanilla, etc.).
Creemos que el señor Uriarte tuvo acceso a una amplia documentación que,
como es habitual en la literatura taurina, no citó en su libro. En sus
investigaciones debió encontrar alguna fuente que le permitió sostener que la
reses de Torrubia procedían de la ganadería de Doña Elena, pero lo que él
afirma, en medio de tanta duda, no pudo ser por vía de matrimonio, ya que
doña Elena murió soltera, sino por vía de compraventa.
Como hemos visto, los linajes ganaderos de los Jijón se extinguieron en 1790
en Valdepeñas y en 1802 en Villarrubia. Quedaron descendientes de estas
familias pero lo fueron por vía femenina y utilizaron otros apellidos, sin que
tengamos noticia de que tuvieran ninguna relación con la lidia. Ya nos hemos
referido a la posible adquisición de la ganadería de doña Elena Jijón por parte
de Torrubia. Ahora nos ocuparemos de otros ganaderos relacionados con
Villarrubia a los que tradicionalmente se atribuye un origen Jijón para sus
ganados y que, de alguna forma, son el epílogo de esta importante ganadería.
Al morir don José Jijón, comenzó a lidiar su viuda, doña Leonor, conservando
la antigüedad de la ganadería. Apenas un año después contrae matrimonio con
su tío, don Bernabé del Águila y Bolaños, que se presentó en Madrid el 9 de
abril de 1804, haciendo constar en los carteles la procedencia Jijón y
conservando la antigüedad (Diario Madrid: 06/04/1804).
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Candelas y Cecilio Naranjo González
Las relaciones familiares entre los Sánchez Jijón y los Díaz Hidalgo fueron muy
estrechas a lo largo de los siglos XVI y XVII. En el XVIII, la familia Sánchez
Jijón quedó seriamente restringida, pero siguieron manteniendo lazos
familiares a través de sus esposas.
Sabemos que doña Quiteria, viuda de don Juan Díaz Hidalgo y hermana de
Juan Jijón de Salcedo, tenía ganado vacuno en 1678, pero creemos que eran
los restos de la herencia de sus padres y que sus descendientes debieron
desprenderse de ellos.
Los miembros de esta familia que tuvieron relación con cría de reses bravas
fueron:
II.a. Don Juan Díaz Hidalgo (+ 1819). Nació en Tembleque hacia 1735.
Contrajo matrimonio con doña Isabel del Águila Bolaños, hermana de doña
Leonor. Presentó sus toros en Madrid el 21 de abril de 1800 (Cossío: Tomo I,
Ed. 1992, pág. 315).
II.b. Don Hermenegildo Díaz Hidalgo (1746-1834). Hermano del anterior, fue
bautizado el 12 de marzo de 1746 en Villarrubia. Se presentó en Madrid el 3
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
de junio de 1782 (Cossío: Tomo I, Ed. 1992, pág. 315), aunque ya desde 1780
se estaba ofreciendo a los Reales Hospitales, gestores de la plaza (Villalobos
Racionero: 2000. Pág. 24).
Fig. 12. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.
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Candelas y Cecilio Naranjo González
No sabemos si las ventas llegaron a realizarse, pero a partir de 1815 los dos
hermanos vuelven a aparecer en los carteles.
III. Don Fulgencio Díaz Hidalgo (n. 1789). Hijo de don Hermenegildo y de
doña Francisca de Losada y Plata. Fue bautizado en Villarrubia el 18 de enero
de 1789. Sucede a su padre en la ganadería y se presenta en Madrid el 4 de
septiembre de 1843 (Vázquez y Rodríguez: 1886, pag. 49). Las últimas noticias
que tenemos de su actividad ganadera son de la década de los cincuenta.
Era nieta de don José Rafael de Silva Fernández de Híjar Portugal y Palafox,
XII duque de Híjar y señor de Villarrubia de los Ojos. Su padre, don Cayetano
de Silva y Fernández de Córdoba, utilizaba por esos años el título de Conde de
Salvatierra y, con el tiempo, llegaría a ser el XIII duque de Híjar y señor de
Villarrubia.
5. CONCLUSIONES
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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”
- Respecto al prototipo racial de los toros jijones, hemos acreditado que debía
estar fijado en la época en que los cuñados Pedro Jijón González y Juan Jijón
de Salcedo codirigían la ganadería familiar que habían heredado de sus
padres, dado que a su muerte se dividió en varias ramas y todas ellas fueron
consideradas de casta Jijona.
-Y, sobre todo, esperamos que este trabajo sirva para abrir nuevas vías de
investigación. Quedan lagunas en la historia de los Toros Jijones que habrá
que resolver investigando en la documentación notarial del siglo XVIII.
DOCUMENTACIÓN Y BIBLIOGRAFÍA
Abreviaturas
ADCR: Archivo Diocesano de Ciudad Real.
AGS: Archivo General de Simancas.
AHN: Archivo Histórico Nacional.
AHPCR: Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real.
AHPZ: Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
ARCHG: Archivo de la Real Chancillería de Granada.
Bibliografía
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Dadson, Trever J. (2007): Los moriscos de Villarrubia de los Ojos (siglos XV-XVIII). Hisotria de
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Candelas y Cecilio Naranjo González
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