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Introdução
pelo Prof. Dr. Pedro Benítez, chefe de estudos do Instituto Cervantes/Rio de Janeiro e
organizador do simpósio, com o qual Juan Valera e sua obra foram vislumbrados sob
social carioca do século XIX, época na qual se insere o período em que Valera residiu
através das cartas escritas pelo autor a Estébanez Calderón (Valera, 1996).
Brasil e o mundo hispânico, como evidencia a lei que insere efetivamente o ensino de
1. Atividades desenvolvidas
1.1. Esquematização
considerações sobre as perspectivas do autor. Em uma segunda fase, foi procedida uma
sinopse histórica da cidade do Rio de Janeiro, desde sua fundação até a chegada de
discussão dirigida entre grupo de trechos das cartas de Valera associados a temáticas
forma, a relevância de tais cartas por terem se configurado como parte de um processo
de auto-descoberta de Valera como escritor de prosa, como bem destaca a Profª Piñero
do autor.
1.3. Contextualização
meados do século XIX encontrada por Valera. Para tal, a seguinte cronologia foi
seguida:
1.4. Prática
de sua sociedade. Para tal, foram oferecidos 4 temas centrais, em torno dos quais foram
desencadeadas as discussões:
– Vida Feminina
– Vida Escrava
Calderón e explorados por meio de roda de leitura, discussão em grupo e exposição dos
TEXTO DE APOIO I
ATIVIDADE – TEXTO I
imperial.
Identifique-as:
IMPERADOR
ESTRUTURA
ADMINISTRATIVA
FORÇA
POVO
1.4.2. A cidade vista por Valera
TEXTOS DE APOIO II
Río de Janeiro está fundada en una bahía cercada mosquitos, salamanquesas, alacranes y otros monstruos
de montañas magníficas, y sembrada de infinidad de horribles y asquerosos. La fecundidad de esta tierra se
islas, que parecen otros tantos canastillos de flores. La comunica también al hombre, y si no pare, se empreña
vegetación más frondosa y admirable hace de sus muy a menudo.
alrededores un paraíso. Las palmeras, los cocoteros, la Es cosa corriente que se le llenen a uno los
canela, el clavo, el segú, los bambúes colosales y cojones de agua, o que le crezcan en ellos carnosidades
pomposos y no sé cuantas plantas más, siempre verdes y voluminosas: por manera que cuando se ve pasar un
cargadas de frutos sabrosos y de flores de aroma regimiento, y no se está en el secreto, se puede muy
singular, y de vivísimos matices, no sólo adornan los bien imaginar que los soldados llevan entre las piernas
jardines, sino que muchos crecen naturalmente en la mochila. Mi jefe me ha confesado que si bien un
poético desorden, y con mayores galas, por aquellos cirujano, Moisés, ha hecho repetidas veces milagros en
sitios donde la mano del hombre aún no ha llegado. Las sus testes, todavía los tiene con tres dedales de agua, por
más lindas mariposas, lo menos. Es de notar que mi jefe hace treinta y cinco
Joyas con alas, voladoras flores que en su anos que vive en el Brasil, y puede pasar por un
manto nupcial céfiro lleva, en la rica verdadero cuadro sinóptico de todos los males que en él
estación de los amores, se padecen. Pero de los que más habla son del agua
aquí pueblan de continuo el aire, y por las noches se testicular y de otra cierta dolencia recóndita que él
ilumina y se enciende con el brillo de las numerosas describe con una palabra harto gráfica, llamándola “su
luciérnagas que vuelan en él. Pero yo me fastidio sin tomatera”. De todos estos primores me anuncia, con la
embargo; el calor me mata, y un dolor de estómago casi más inocente sangre fía, que he de disfrutar yo con el
continuo me quita el gusto para todo. Las calles de la tiempo: brillante porvenir a la verdad. La sífilis es aquí
ciudad están mal empedradas, los coches son caros y más variada y exquisita que en Europa, y así mismo
detestables, las distancias enormes, la comida todo género de fiebres y de enfermedades cutáneas.
nauseabunda, los negros que la sirven descalzos de pie y J. Valera
pierna y apestando a lo chotuno, y las habitaciones mal
alhajadas, y llenas de arañas, curianes, lagartijas,
B - Río de Janeiro, 12 de agosto de 1852 (Valera, 1966: 73)
No crea usted con todo, que estoy arrepentido En el momento de escalar las nubes, y las
de haber visitado este país, pues a pesar de sus islas flotantes paraísos,
inconvenientes, es por extremo hermoso y digno de y el mar su claro espejo. Aquí la vida
verse; y ahora, que estamos en invierno, Rompe, como los ríos, caudalosa
agradabilísimo su clima, y menor la cosecha de Por los abiertos poros de la tierra,
avechuchos dañinos. (...) paseo a caballo con Bryan, y en el aire sereno se dilata.
y varios amigos de la diplomacia; y no queda Oro y diamantes en las rocas cría
rincón, ni bosque ni vergel por estas cercanías que Su plástica virtud. Aquí la sangre Hierve con el calor
yo no recorra: no ha mucho escribí unos versos, en en nuestras venas.
los cuales, entre mil garatusas fantásticas y
meditabundas, iba engarzada la siguiente
(...) EI ir asaetadas mis cartas consiste en que
descripción.
por aquí la fiebre amarilla ha hecho de las suyas, y
Me encontré al despertar en las aunque ya mitigó sus rigores, es probable que vuelva
remotas Playas de Nieteroy, do con el verano. Yo no la temo, pues en mí no tiene
calienta dónde clavar el diente, y si muero ha de ser como
El sol la tierra con fecundos rayos, murió Laura.
y brotan flores, adorantes, ricas,
y gigantescos árboles pomposos
De perenne verdura: do los montes
J. Valera
Asemejan titanes fulminados
Vida feminina
(…) Todas las damas que viven en esta calle (...) En punto a mujeres, hay algunas
cantan, y mientras más calor hace, más cantan, a la bonitas entre las de alto copete, y más bonitas
manera de las cigarras y de los grillos. La vecinita aún entre las de medio pelo; si bien la recelosa
de enfrente sigue con el furor della tempesta, erre condición de los maridos, el poco trato, y mil
que erre sin acabarle de aprender, y todas las otras circunstancias no me dejan probar mi negra
mañanas me despierta, como las aves a Fray Luis fortuna. En la calle principal de las tiendas,
de León con su suave canto no aprendido. Viene donde las hay lujosas y bien surtidas no faltan
algunas veces a verla una amiga suya, también ninfas del Sena, graciosas, y dadas a liviandades;
cantora, y me salen enseguida ambas con el pero esta escuela de amor, yo no la curso (…)
delicioso e inspirado dúo de Semiramis y Arsaces;
y entonces, a pesar de los encantos que en sí (…) Sin embargo a una tal Mme. Finet,
misma conserva siempre, aunque mal tratada vendedora de perfumes, guantes, y otras niñerías,
música tan divina, no puedo menos de pensar que ya le daría yo un mes mi sueldo por un par de
estoy oyendo los gritos de los cochinillos, cuando nochecitas de gaudeamus. Ella entretanto se
Si sentono atrappar dalle muestra castísima, y me hace comprar infinidad
coltelle E tirar fuera certe de baratijas y esencias: de modo que ando
bagatelle sumamente oloroso.
y con todo eso, tal es el influjo poderoso de la
música
J. Valera
B - Río de Janeiro, 12 de febrero de 1853 (Valera, 1966: 89)
No vaya a creer usted por esto que aquí arte de enamorar, sabe un punto más que el
toda la gente es ordinaria, y que lo e todo y para demonio. A mí me tiene frito dos meses ha; y si
todo. Personas hay, en particular del sexo fuera a poner aquí por escrito todas las aventuras
femenino, que son elegantísimas, ya por instinto que he tenido con ella y las graciosas pillerías
natural, ya porque los diplomáticos las han que ha hecho conmigo, sería cosa de nunca
desvastado, barnizado y puesto en limpio. Y entre acabar. Baste sobre este asunto que yo le envíe a
estas mujeres de hablo, hay una que la echaría yo usted, como le envío adjuntos, y que usted lea
a pelear con las más pulidas de Europa, porque los versos que la hice, cuando el Amor, si ya no
no sólo es cortesana en el vestir y en los modales, me había herido, se preparaba a herirme el
sino toca y se encumbra a lo científico y sublime, corazón con sus flechas.
como otra nueva Aspasia; y en cuanto al
J. Valera
Una de las cosas que más admiran, es que entienden y las desprecian. Algunas damas se han
ni hombres ni mujeres piensan en Dios, ni para dado últimamente a las ciencias filosóficas, para
bendecirle, ni para negarle, ni para blasfemar de enmendar esta falta de los hombres; y una de
su nombre. Las fiestas y ceremonias religiosas no ellas, que vive en esta misma calle, se va
pasan de un entretenimiento. Los estudios de los haciendo tan docta que, según su marido, sabe el
letrados brasileños son administrativos, porqué de todo: y por ejemplo, añade él, apenas
económicos y políticos; pero las altas cuestiones mi mujer ve una silla, averigua de donde procede.
de filosofía, no las
J. Valera
Desde que llegué al Brasil, puso los ojos en Yo lo procuro: pero en vano. Ni Hércules lo
mí una cotorrona sabrosa, ex prima donna, y conseguiría. ¿Quién ha de llenar aquel pozo sin
casada hoy con el Alfio de Río de Janeiro, fondo? Duerma pues tranquila la graciosa doña
usurero riquísimo. Yo la había siempre Carolina, hija legítima del primer matrimonio de
desdeñado; pero don José me aconsejó que Alfio, y esposa del señor Delfin-Pereira, hermano
cediese y me entregase. de la Buchental.
(…) Ma Jeannette está empeñada en que le
haga yo un chiquillo para que herede al viejo
ladrón de su esposo. J. Valera
1.4.3.2. Trabalho pedido
Vida feminina
MULHERES
1.4.4. Vida escrava
TEXTOS DE APOIO IV
Vida escrava
1.4.4. Consolidação
a perspectiva de Valera sobre pelo menos um dos temas abaixo, referentes ao Rio de
cotidiano da sociedade carioca e da própria cidade por meio das cartas de Valera e sob a
2. Conclusão
proposta de estudo aprofundado dos temas tratados, até mesmo pela exigüidade do
intenção expressada no simpósio de retratar o homem, o autor, sua obra e seu tempo.
Bibliografía