Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Lope de Vega
Pero la respuesta esencial, ya la dio l mismo, cuando se hizo carne y desde su torturado corazn hizo subir el grito de la angustia ante el desconsolador silencio del Dios lejano. La eterna Palabra del gozo divino se ha hecho temporal grito de la humana necesidad. Jess reza y va delante nuestro en esta oracin de splica.
Jess pronuncia: Pase de M ste cliz. Ms no se haga mi voluntad, sino la tuya. Jess lucha con la voluntad de
Dios hasta la sangre, y, sin embargo se ha entregado totalmente a l; grita de angustia y a la vez est ntimamente
seguro de ser escuchado. Su oracin por su vida no es otra cosa que una ofrenda de su vida a la muerte.
En esta misteriosa unidad divinohumana de la voluntad de hombre enfrentada con Dios y abandonada en la voluntad de Dios, se hace posible e inteligible la infalibilidad de ser siempre escuchados en nuestras oraciones. Hemos de centrar nuestro querer en Dios, en su amor, en su gloria. En este querer debe quemarse todo egosmo.
Doble faz de la oracin de splica; verdadero grito de la angustia y la necesidad que ansa lo terreno, y verdadera y
radical capitulacin del hombre ante Dios inescrutable en sus juicios. Ambas cosas en una, y llevarlas as unidas a
la oracin, angustia y confianza, voluntad de vivir y prontitud para la muerte, seguridad de ser escuchado y absoluta renuncia a ser escuchado segn los propios planes.
Quin entender sta apologa de la oracin de splica? Slo el que ora y pide. Para entenderlo, orar, pedir, gemir, si las palabras salen del corazn, si con ellas junta su voz suplicante el Espritu de Dios, ninguna caer en
el olvido, l guardar esas palabras en su corazn y nos seguir oyendo pacientemente, complacidamente; durante toda nuestra vida; hasta que hayamos acabado de hablar, entonces hablar l una nica palabra de amor;
que ser l mismo para siempre.
Extractos de: De la necesidad y don de la OracinKarl Rahner Agape Libros 2010.