Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
30
31
32
33
resulta imposible de ejecutar. En el Uruguay, dice Iruretagoyena, siempre se ha aplicado el criterio clsico
del Cdigo italiano; pero si se deciden a aplicar el cri
terio subjetivo alemn, estarn en muy buena compa
a, teniendo a su lado la casacin francesa y el Tribunal
Supremo alemn, aparte de la brillante legin de autores
que patrocinan esta misma teora.
Dice Carrara, citado por Iruretagoyena, que mien
tras no se ha constatado la existencia del cadver no se
puede admitir legalmente la existencia del homicidio.
Segn l, la falta del cadver, como elemento de prueba,
no puede ser suplida ni aun por la confesin del reo. El
confesante, en efecto, puede estar equivocado, creyn
dose autor de un homicidio que en realidad no ha come
tido, y cabe tambin, como ha ocurrido muchas veces,
que intenta servirse de la justicia para suprimir su pro
pia vida, atribuyndose un asesinato imaginario. M e
contaba el doctor Jos Vicente Berti, presidente de la
Corte Superior del Estado de Aragua, que conoci de
un caso de un campesino que se atribua el asesinato,
en un bosque, de un amigo, diciendo que lo haba matado
de un tiro de escopeta; pero los mdicos legistas com
probaron que no se poda saber de qu haba muerto el
occiso por el tiempo que tena el cadver cuando fu
examinado por los expertos, no habiendo en el expe
diente otra prueba que la confesin del reo en que el
mismo se inculpaba; por ello fu absuelto, siguiendo
aqu el criterio del maestro Iruretagoyena.
Esa tesis fu sustentada hace muchos aos en el
Uruguay por el camarista Laudelino Vzquez. Esta tesis
del doctor Vzquez fu criticada por Irureta, diciendo
que Vzquez confunda el cuerpo del delito con el
34