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LA MEMORIA DE DAVID

Martha Lucía Ortiz Cárdenas


Estudiante

Rymel Serrano
Asesor académico

Universidad Autónoma de Bucaramanga


Poéticas y Estéticas
2009

1
LA MEMORIA DE DAVID

“La belleza que ves en verdad está en ella,


pero crecer al subir hasta un lugar mejor,
Y por los ojos mortales viene al alma”
Miguel Ángel

El hombre ha intentado a través del tiempo construirse y entenderse usufructuando


el arte, iniciando una exploración estética; y Miguel Ángel gracias a Dios, como
otros, no pudo evitarlo. Pero en su época este principio no era una cuestión
meramente intuitiva sino parte de la disertación sobre el concepto de belleza, arte y
estética que entraba en conflicto directo con lo divino, el intelecto y lo posible; en
todo caso, se trataba de la búsqueda de un gran argumento que lograra una
inteligencia total del proceso de creación, y su resultado, la obra como tal. Sin
embargo esta anhelada tesis –para los artistas del período- solo se comprendía al
contemplar y detenerse en cada pieza.

Esta fase de la historia se encuentra realmente marcada por el análisis que realizan
los artistas de su propia obra, se debe notar entonces, la conclusión de muchos de
ellos acerca de la importancia que adquiere la interpretación de la obra desde lo
divino, donde el acto de la creación de Dios se convierte en la mejor analogía –como
obra perfecta y modelo- para descubrir al artista como continuidad de la misma, y
así, también como nuevo creador. Dicha interpretación a la vez permite atribuir al
artista una intuición de carácter divino que al articularse con el Intelecto se traduce
en: la mano que Dios presta al artista para descubrir tras la materia en caos, toda la
belleza que es posible. De esta manera nace el concepto del arte como creación
absoluta, que en la escultura de Miguel Ángel es forma ideal, es viva figura, es
espíritu. Pues bien, esta actividad contenida en la materia inquieta al escultor, que
en medio de tan constante dilema apresa en sus sonetos cualquier logro que del
entendimiento fluya como conclusión, evidentemente, dotando su escrito con cierta
belleza.

2
“Se ben concetto ha la divina parte

il volto e gli atti d’alcunm, po’ di quello

doppio valor con breve e vil modelo

dà vita’ sassi, e non è forza d’arte.”1

Los versos anteriores son una manifestación de hallazgo, más que verdad, son –
para el artista- una representación que lo hace vencedor de la lucha que sostiene en
el proceso de creación de su obra, luego, son versos vivos que suministran la
tranquilidad perdida en la exploración iniciada en pro de descubrir el espíritu oculto
en cada roca pero en ningún momento consisten en la culminación de su búsqueda.

Es aquí justo retomar el tema de la creación y citar –sin temer- el acierto más grande
de Miguel Ángel y es el reconocer dentro de su trayectoria la enfermedad del alma
que menciona el texto “Cuerpo y creación en Miguel Ángel” de Rafael Argullol, como
observable en el autorretrato realizado, tal y como dice el articulo “en el pellejo de
San Bartolomé” que se encuentra en los frescos de la Capilla Sixtina. Así la tensión
trágica2 de la que Miguel Ángel se percata, lo confronta y lo presiona a exponerse en
su obra y exponer su obra inacabada. A esto ultimo, en una apreciación personal,
debo agregar que: puede que no se trate únicamente de la voluntad del artista por
“mostrar su concepción del proceso artístico”3, y más bien, sea un elogio
inconsciente al estado dual que involucra esta percepción alterada que ha
preconcebido la figura pero que niega la posibilidad de ejecución para evitar un
autorretrato en mármol y de titánico tamaño.

Pero Miguel Ángel ya se había retratado en la forma de David, declarándose


vencedor al conseguir esculpir la belleza absoluta de la anatomía humana,
desnudando al hombre centrando toda la atención en él, y no exclusivamente por la
precisión en la ejecución de la estatua. Si, David es la memoria de los valores que

1
“Si la parte divina ha concebido bien el rostro y los actos de alguno, después con ese valor doble y un breve y
vil esbozo da a las piedras vida, y no es fuerza de arte.”
2
Un gran sinónimo de Dualidad y causa de su angustia.
3
Cuerpo y creación de Miguel Ángel, Rafael Argullol.

3
corresponden a la época clásica, revivida en este renacimiento italiano, una memoria
que en sus líneas obtiene dinámica y que es posible nombrar poética por la gracia
de su estética, su postura como indicador de debilidad y una desprevenida mirada
que no sugiere precisamente que este hombre sea el asesino de Goliat. En
consecuencia se reitera la superioridad el intelecto para revelar en la mirada de
David un ideal, y en su cuerpo la perfección de la creación de Dios, imitada de forma
celestial por el artista.

Pero en cada escultura de Miguel Ángel, así como en cada verso, es factible
vislumbrar el concepto de realidad y/o su forma de leerla, entonces cabe anotar el
parentesco evidente en la significación que da al símbolo de la noche y la piedra en
sus escritos; un vientre al que procura regresar en su momento de reposo y al tomar
su cincel, por tanto, si existe una relación entre sus obras escritas y escultóricas, no
es solo estética. Aunque a este respecto, lo estético, hay mucho que decir,
comenzando por su estilo de redacción que implica necesariamente, el uso decoroso
del idioma que para este periodo era considerado un gesto de la alta clase y de la
excelente educación recibida. Tampoco se debe olvidar en su poesía al amor, la
angustia, la providencia, el miedo, la muerte, el cuerpo, entro otros; elementos
tratados con una rima dulce donde uno a uno es halagado sin importar la afectación
manifiesta del autor.

Este modo de componer sus sonetos es otra herencia de la situación Florentina, que
derivaba del próspero mercado de las telas, opulenta, tersa y colorida por dicho
legado. Tácita, así ya estaba la fantasía en esta ciudad, y así, puede leerse en los
versos de los artistas que se rebelaron a las formas preconcebidas de la escritura.
Deviene entonces una confrontación con los conceptos de la época, observable en
la obra pictórica de muchos; aquella que empieza a desafiar la perspectiva conocida
y a oponer y arbitrar colores. Es la semilla de Miguel Ángel y Rafael, igualmente, en
la escultura.

El surgimiento de manierismo4, básicamente yace en la libertad que conquista el


artista en su obra y que exhibe empleando agresivamente elementos en los que

4
“El término deriva de la palabra italiana maniera, en el sentido de modo o manera en que los artistas de
segunda fila imitaban la maniera de los grandes.” http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761551767/Manierismo.html

4
primariamente se buscaba sutileza y matiz, a la par que descarta el uso del espacio
limitado y de la sobriedad y falta de movimiento. Empero esta agresividad declarada
no es homólogo de mala ejecución, al contrario, el manierismo se destaca por la
expedición de la ejecución maestra, tanto así, que en un principio el término
manierismo fue utilizado de forma despectiva por la relación que se daba entre la
búsqueda de esa perfección en la ejecución y la imitación de “la manera” de los
grandes artistas como Miguel Ángel. No obstante socorro –en un apunte personal- el
remedo, en cuanto hablamos de un maestro de la escultura que a sus 25 años había
consumado, con majestuosidad, una obra como la Pietà5.

Una obra como esta suscita la emoción que por los


sentidos inicia y que demanda de la bondad del alma
para ser apreciada, más no cabe duda, la mirada se
detendrá en cada pliegue de la manta en que reposa un
Cristo desvanecido e inerme. Componentes como estos
son rescatados aproximadamente un siglo después en
el Periodo Barroco que procura alentar el rasgo
dramático, teatral; enseñando una exaltación sin
medida en adorno y líneas aún más dinámicas, implementando también el tema de
la violencia explicita y la critica divina en algunos casos. Si, el caos de la materia que
mencionaba Miguel Ángel se transforma ahora, en el caos de la apariencia, la
apariencia de cada obra que siendo rica en ejecución, bien podía, distraer su
objetivo en atiborrarse de color y forma. Pero en el proceso se perdió el espíritu, la
viva figura y la eventualidad de la intervención del intelecto para descubrir “la forma
esencial”.

También el fin último del arte se extravío en las necesidades de la iglesia y sus
opuestos, de los gobiernos y sus guerras y tropezó finalmente con el gentil que
acomodó y promovió el arte barroco retratándose en su cotidianidad. Quizá este
acercamiento puede ser agradecido pero el olvido del concepto de belleza, de la

5
En la Pietà, Miguel Ángel trabaja el mármol creando formas fluidas y dinámicas. El realismo de los cuerpos y
los marcados pliegues del ropaje provoca una profunda emotividad en el espectador. Enciclopedia Encarta.

5
belleza como esencia y conocimiento6, en este caso, no es algo meritorio. Es el
Goliat del Barroco, esta pérdida superflua y gigantesca del artista. Probablemente
esta sea la mejor razón para –como mencione al principio-, probar la tesis del
autoanálisis del artista mientras se contempla a David… La memoria de David.

Martha Lucía Ortiz Cárdenas


U00034838

6
Referentes del mundo clásico que rescato el renacimiento.

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