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Libertad sindical incomoda a gobiernos autoritarios

01 de noviembre 2009

Existen diversos termómetros para conocer la temperatura de la democracia. Rolando Díaz, director
del Instituto para el Desarrollo de la Gerencia Económica y Sociolaboral (Ideges) y Alí Poveda,
profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), conciben la libertad sindical como un indicador
clave. “Si el sistema de relaciones laborales es democrático, voluntario, de concertación, digamos que
la sociedad tiene mayores perspectivas de ser más democrática".
Clavel A. Rangel Jiménez crangel@correodelcaroni.com Foto Tomás González

El tema del deterioro de las relaciones laborales en Ciudad Guayana sigue


vigente en la agenda nacional. En los últimos meses, activistas, académicos y
políticos se han dirigido a la zona para constatar de primera mano el
crecimiento o no de un nuevo esquema de relaciones obrero-patronales
"socialista" que vendió el presidente Hugo Chávez.

El interés se ha centrado en las banderas fundamentales del movimiento de


trabajadores: la libertad y la autonomía sindical.

A propósito de las últimas detenciones de dirigentes de la Corporación


Venezolana de Guayana (CVG) y la privativa de libertad que pesa contra el secretario general de
Sintraferrominera, Rubén González, las organizaciones han comenzado a retomar las jornadas de formación y
concreción de una propuesta única frente a la política del Estado.

Esta semana el sociólogo e investigador Rolando Díaz y el profesor de la UCV en materia laboral, Alí Poveda,
ilustraron a un grupo de dirigentes las repercusiones de políticas diseñadas para pasar por encima de las
estructuras vigentes.

Correo del Caroní conversó con ambos profesores acerca de las perspectivas del mundo laboral venezolano.

Democracia y libertad sindical

Poveda expuso que los principales preceptos de la libertad sindical están recogidos en el convenio 87 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece el derecho de organización tanto para trabajadores
como para empleadores para la defensa de sus intereses.

Para el profesor, en Venezuela ese sistema de relaciones laborales -que constituyen la base de la sociedad- es
cada vez más obstruido e invadido por las instituciones partidistas del Gobierno.

"Si no hay libertad sindical no puede haber convención colectiva, y si no hay convención colectiva no tendría casi
sentido la libertad sindical porque ese es el método por el cual se pactan las condiciones de trabajo".

Expuso que la libertad sindical es la base para determinar democráticamente una sociedad.

"Si su sistema de relaciones laborales es democrático, voluntario, de concertación, digamos que la sociedad tiene
mayores perspectivas de ser más democrática. En la medida que se afecte esta vinculación interdependiente entre
la libertad sindical y la capacidad de los sindicatos para determinar las condiciones de trabajo mediante la
negociación, la sociedad tenderá a ser menos democrática".

Paralelismo a sus anchas

Los académicos citaron estudios que hablan de un incremento del paralelismo sindical a partir del 2002, cuando
sobre la base de la ausencia de una central que aglutinara la fuerza laboral el Ejecutivo auspició la creación de
nuevos sindicatos "revolucionarios".

Para Rolando Díaz la libertad de asociación "mal entendida" en vez de fortalecer al movimiento, lo fragmentó y en
consecuencia lo debilitó. Con las evidencias de la disminución de la tasa de sindicalización de un 40 a un 10%
pero un aumento de los sindicatos.

"Para el 2001 habían 2.794 sindicatos según el CNE, en este momento existen más de 6 mil sindicatos. Si uno
revisa los datos, la explosión de los sindicatos fue en el 2004, un caso típico se da en el Metro de Caracas, que
tenían una organización y ahora tienen siete".

Según Díaz esto ha creado un mecanismo "perverso" porque tienes una disminución de la población sindicalizada
pero muchos más sindicatos.

Frente a esto, aseguran, los propios representantes de la Asamblea Nacional han reconocido la debilidad que esto
representó, sobre todo en el sector construcción donde el paralelismo desató la violencia con las prácticas del
sicariato.

En el marco de la discusión de una reforma integral de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) los diputados de la
comisión han propuesto la limitación para la creación de sindicatos, lo cual según Díaz también se contrapone con
el convenio 87 de la OIT.

"Eso estaría violando el principio de libertad sindical, una vez más, porque no se pueden dar normas sobre
cuantos sindicatos existen, eso es una organización de los trabajadores y ellos están en libertad de determinar sus
organizaciones". Para Díaz esto tiene sentido teóricamente con el planteamiento de Müller Rojas, quien señaló que
en un estado socialista no son necesarios los sindicatos.

"Teóricamente esto tiene sentido, si todos están en el Gobierno para qué pelear con el Gobierno, son una sola
cosa. Pero hace dos semanas a raíz de un conflicto de Mercal, el general Félix Osorio también planteó el mismo
tema: por qué el sindicato si están en el Gobierno, eso quiere decir que están en contra del proceso".

Mano dura

Según Díaz el Gobierno trata de disciplinar a los trabajadores con la criminalización, imponiendo regímenes de
presentación. Para el sociólogo lo que viene por ahora es la utilización de los sindicatos que sólo estén afiliados al
partido.

"Quiere decir que se trata de un solo interlocutor válido. No existe democracia si no existe libertad sindical, ese es
el dilema".

Sin embargo, para Poveda el sindicalismo en Venezuela aún tiene "pies muy firmes", "el Gobierno no ha podido
con eso, trata de confundirlos pero allí siguen los sindicatos".

"Se está creando su propia legalidad para actuar, evidentemente entrará un proceso de contradicción de imposible
de solucionar. El sindicato es por excelencia un mecanismo de intermediación, quiere decir que en algún momento
el sindicato intermedia entre el poder y tiene que discutir y negociar. En una concepción autoritaria los
mecanismos de intermediación no van, porque son mecanismos verticales", agrega Díaz.

El sociólogo señala que la mayor contradicción se evidenciará cuando el Ejecutivo insista en señalar que los
sindicatos quieren sólo lo reivindicativo. "Eso traerá más problemas porque la misión de un sindicato, en todas
partes del mundo, es redistribuir el ingreso".

Dispersión en crisis

Las estructuras diseñadas por el Ejecutivo y por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han estado
enfocadas a invadir la fábrica, con organizaciones que procuran la dispersión de la fuerza laboral.

Patrullas Socialistas, Frentes de Trabajadores, Consejos de Trabajadores y las propias mesas técnicas han
diversificado las formas de asociación, todas al margen de la organización sindical.

Las nuevas instituciones de trabajadores no han frenado el irrespeto a las contrataciones colectivas vigentes, por
el contrario han servido como un elemento de legitimación de las políticas del patrono.

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