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La navidad a la luz de la

palabra de Dios

¿Se celebra en la navidad el nacimiento de Cristo? ¿Nació Jesús el 25 de


diciembre? ¿Pablo y los apóstoles junto con la iglesia primitiva celebraron la
navidad? ¿Usted sabe lo que dice la biblia acerca de la navidad?

Piénselo solo por un momento. Muy pocas personas saben porque hacemos
las cosas que hacemos, o donde nacieron las tradiciones que seguimos.
Vivimos en un mundo lleno de tradiciones. Crecemos practicándolas, y nunca
nos preguntamos el porqué.

¿La navidad es una celebración cristiana?


Siempre pensamos que la navidad era la máxima celebración cristiana, sin
dudarlo. Habíamos asumido que conmemorándola estaríamos siguiendo uno
de los principales acontecimientos del nuevo testamento. Hemos pensado que
el Señor Jesús de hecho y de verdad nació el 25 de diciembre, y que el nuevo
testamento ha marcado esta fecha como la máxima festividad cristiana. Por
generaciones hemos pensado que el acto de intercambiar regalos se realiza
porque los reyes magos ofrecieron regalos a Cristo cuando lo vieron.

Pero dejémonos de suposiciones y veamos las verdades bíblicas.

Esta celebración ni siquiera es mencionada en ningún lugar del nuevo


testamento. Nunca fue festejada por Pablo ni ninguno de los otros apóstoles.
La idea de que Jesús nació el 25 de diciembre es una de las fabulas de las que
nos advierte el apóstol Pablo que vendrían en estos últimos días. Ni presten
atención a fábulas e interminables genealogías, que sirven más a
especulaciones que al plan de Dios, que es por la fe. 1 Timoteo 1:4
La verdad es que la navidad no es la celebración del nacimiento de Cristo, y
esa festividad aunque importante para muchos, no es de origen cristiano, sino
una adaptación de festividades paganas de origen Babilónico. ¿Pero esto es
malo en realidad? ¿Debemos ignorar esto y celebrar de cualquier manera?
¿No es el espíritu navideño una cosa buena que une a las personas, no
importando de donde se origine? Veamos lo siguiente:

¿Jesús nació el 25 de diciembre?


La biblia no nos informa del mes o la fecha en que Jesús nació. Pero
ciertamente nos dio pistas de que no fue el día 25 de diciembre. El nacimiento
de Jesús sucedió, y eso esta muy claro con hechos y evidencias, pero ¿en que
mes y en que día? Lo que también es cierto y no deja lugar a dudas es que el
Señor Jesucristo no nació el 25 de diciembre, invierno en Israel.
Millares de turistas llegan a Israel en esa época esperando encontrar un clima
caliente y árido en el Medio Oriente, pero se llevan una gran sorpresa porque
encuentran un clima frio porque es invierno en Israel, el tiempo es frio
especialmente en la noche, frecuentemente llueve y algunas veces hasta nieva
en esa época del año, desde noviembre hasta el inicio de marzo. En Lucas
2:28 leemos lo siguiente: Había pastores en aquella región, que velaban y
guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Los pastores velaban sus rebaños en las vigilias de la noche

Si usted le pregunta a cualquier israelí o pastor en los días de hoy, ellos le


responderán que eso nunca podría haber sucedido entre mediados de octubre
hasta, más o menos mediados de marzo; por el simple hecho de que es
invierno. En los tiempos antiguos y también en los días de hoy, los pastores
llegan los rebaños de los campos a los rediles (refugios) no después del mes
de octubre. Esto era necesario para protegerlos de la estación fría y lluviosa, 9
Así que todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en
Jerusalén en el plazo de tres días, el 20 del mes noveno. Y todo el pueblo
se sentó en el área abierta de la casa de Dios, temblando por motivo de
aquel asunto y a causa de la lluvia. 10 Entonces se levantó el sacerdote
Esdras y les dijo: — Vosotros habéis actuado con infidelidad, porque
tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así a la culpa de Israel. 11
Ahora pues, haced confesión a Jehovah, Dios de vuestros padres.
Cumplid su voluntad, y apartaos de los pueblos de la tierra y de las
mujeres extranjeras. 12 Entonces toda la congregación respondió y dijo
en voz alta: — Sí, haremos conforme a tu palabra.
13 Pero el pueblo es numeroso, y el tiempo es lluvioso; no tenemos
fuerzas para permanecer afuera. Además, no es una tarea de un día ni de
dos, porque somos muchos los que hemos transgredido en este asunto
(Esdras 10:9,13)
11 Ya ha pasado el invierno, la estación de la lluvia se ha ido (Cantares
2:11). Y la noche en que Jesús nació los pastores estaba en el campo ¡En la
noche! Es obvio que la estación fría y lluviosa, (de diciembre a marzo) invierno
en Israel, ¡No había comenzado aún!
Después del relato de Lucas 2:8 vemos que Jesús no podría haber nacido
después de mediados de octubre. Un 25 de diciembre es demasiado tarde para
que Jesús haya nacido. Una prueba más clara que esta no existe.
Como advertencia bíblica adicional podemos calcular el nacimiento del Señor
Jesús a partir del nacimiento de Juan el Bautista. Vamos a poner el relato tal
como lo dice Lucas 1:5,13: 5 En los días de Herodes, rey de Judea, había
un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las
hijas de Aarón y se llamaba Elizabeth. 6 Ambos eran justos delante de
Dios y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y
ordenanzas del Señor. 7 No tenían hijo, porque Elizabeth era estéril, y
ambos eran de edad avanzada. 8 Aconteció que, cuando Zacarías ejercía
el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase, 9 conforme a la
costumbre del sacerdocio, le tocó por sorteo entrar en el templo del
Señor para quemar el incienso. 10 Toda la multitud del pueblo estaba
fuera, orando a la hora del incienso. 11 Entonces el ángel del Señor se le
apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías se
turbó cuando le vio, y el temor se apoderó de él. La biblia dice que en
aquella época cada sacerdote tenía un tiempo definido del año en que servía
en el templo. Había 24 divisiones o turnos de servicios durante el año. Los
nombres de esos turnos son dados en Crónicas 24:7,19. El turno de Zacarías
era de la orden de Abias o “Abiah” en hebraico y este era el octavo turno en la
rotación. 1 Crónicas 14: 10 La séptima a Cos, la octava a Abías, esto es la
orden entre Iyar 27 y Sivan 5; ósea del 1 a 8 de junio. Después de su servicio
semanal en el templo. Zacarías fue obligado a permanecer otra semana en el
templo junto con todos los sacerdotes porque era la fiesta anual de
pentecostés. Se realizaba durante ese periodo dos semanas de trabajo. Este
era el final de la primavera cuando el ángel Gabriel anunció que ambos iban a
tener un hijo. Cuando cumplió su ministerio, volvió a su casa en los montes de
Judea, aproximadamente a treinta millas al sur de Jerusalén, y su esposa
concibió. 23 Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este
ministerio, él se fue a su casa. 24 Y después de aquellos días su mujer
Elizabeth concibió y se recluyó por cinco meses (Lucas 1:23,24). Esto fue
aproximadamente a mediados de junio e inicio de julio, cuando sumamos
nueve meses a esto llegamos a una fecha aproximada del nacimiento de Juan.
Juan nació al inicio de la primavera. Cuando Elisabeth estaba en el sexto mes
de embarazo fue anunciado a María que ella tendría un hijo. Este se llamaría
Jesús.
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre
llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María. 28
Cuando entró a donde ella estaba, dijo: — ¡Te saludo, muy favorecida! El
Señor está contigo. 29 Pero ella se turbó por sus palabras y se
preguntaba qué clase de salutación sería ésta. 30 Entonces el ángel le
dijo: — ¡No temas, María! Porque has hallado gracia ante Dios. 31 He aquí
concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
Jesús. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor
Dios le dará el trono de su padre David. 33 Reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin. 34 Entonces María dijo al
ángel: ¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón. 35 Respondió el
ángel y le dijo: — El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra, por lo cual también el santo Ser que nacerá
será llamado Hijo de Dios. 36 He aquí, también tu parienta Elizabeth ha
concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era
llamada estéril. (Lucas 1:26,36). Ya que Jesús es seis mese más joven que
Juan, simplemente sumamos seis meses al mes en que Juan nació. Y tenemos
como resultado que Jesús nació a mediados de septiembre. Como podemos
ver claramente, Jesús nació en otoño y no el 25 de diciembre. También en esta
época del año José y María habían ido a Belén para el censo. 2 Este primer
censo se realizó mientras Cirenio era gobernador de Siria. 3 Todos iban
para inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. 4 Entonces José
también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad
de David que se llama Belén, porque él era de la casa y de la familia de
David, 5 para inscribirse con María, su esposa, quien estaba encinta
(Lucas3:3,5). No hay registros que indiquen que ese periodo fuese en invierno,
ni motivo para creer que este censo causó tal aglomeración de forasteros que
no permitió a José y a María encontrar un lugar de estancia. ¿Qué causó tal
aglomeración? Lo más probable es que fuese la fiesta anual de otoño (1ª
cosecha); que coincidió con el censo. Estas fiestas atrajeron multitudes de
judíos hacia Jerusalén y las ciudades vecinas, como por ejemplo Belén, que
estaba a solo 10 Km. Al sur de Jerusalén. Jerusalén normalmente tenía una
población de 120 mil habitantes, pero en la época de la fiesta llegaba a recibir
hasta 2 millones de judíos, llenando así todas las locaciones de las ciudades
vecinas.
Si Cristo no nació en diciembre ¿cómo es que hoy se conmemora el nacimiento
de Cristo el 25 de diciembre?
Jesús era 6 meses menor que Juan al Bautista

¿Qué dicen las enciclopedias?


No existe una sola palabra en todo el Nuevo Testamento, ni en ningún otro
lugar de la biblia, en la que se nos enseñe a celebrar la navidad. Los cristianos
del primer siglo bajo la enseñanza directa de Pablo y Pedro, los otros
apóstoles, nunca celebraron.
Entonces la pregunta lógica que surge es: ¿de dónde surgió la celebración de
la navidad? Y la respuesta es simple: de la iglesia católica romana, y solamente
le atribuye un sentido cristiano como dice en la Enciclopedia Católica,
publicada por la iglesia. Bajo la palabra “navidad” encontramos la
siguiente definición: “la navidad no estaba entre las primeras festividades
cristianas de la iglesia… la primera evidencia de esta festividad proviene
de Egipto… costumbres paganas celebradas cerca del mes de enero y se
adaptaron hasta llegar a convertirse en la navidad.

¿Cómo se introdujo esta costumbre en la iglesia?


La enciclopedia SCHAFF-HERZOG lo explica claramente, en su articulo sobre
la navidad: “la fecha de dicho festival dependía mucho de la festividad de
la brumalia pagana (25 de diciembre) la cual seguía a la seturnalita (17-24
de diciembre), y esta celebraba el día más corto del año”… estas
celebraciones paganas estaban tan profundamente enraizadas en las
costumbres populares de los nuevos cristianos como para hacerlas a un lado
por la influencia cristiana… Este festival pagano con toda su algarabía y
felicidad era tan extraordinariamente popular que los cristianos se alegraron de
tener una excusa para continuar su celebración sin cambiar el espíritu o la
manera de ella. Sin embargo al saber esto la mayoría de los predicadores
cristianos protestaron contra la manera frívola en que se celebraba el
nacimiento de Cristo, mientras los cristianos de Mesopotamia acusaron a sus
hermanos occidentales de ser idolatras y adoradores del sol por haber
adoptado como cristiano este festival tan evidente pagano.
Debemos recordar que el mundo romano hasta el siglo cuarto fue
primordialmente pagano, y los cristianos eran una minoría, aunque a pesar de
la persecución constante del gobierno y el pueblo, aumentaban en número
cada día… Y fue así hasta que surgió el emperador Constantino, el cual hizo su
profesión como cristiano, en el siglo cuarto, colocando con esto al cristianismo
a la par del paganismo, la gente del mundo romano empezó a aceptar por
cientos de miles esta nueva fe. Aunque no debemos olvidar que estos nuevos
creyentes crecieron en las costumbres paganas, la mayor de las cuales era el
festival idolatra del 25 de diciembre. Este era un festival lleno de alegría, lleno
de un “espíritu especial”. Ellos lo disfrutaban y no lo querían dejar.
En el mismo articulo de la enciclopedia SCHAFF-HERZOG se explica como el
reconocimiento del domingo, el cual había sido el día de adoración al
Dios sol, por parte de Constantino y la influencia pagana que relacionaba
al dios físico con el hijo de dios, les dio a los paganos, que ahora se
estaban tornando al cristianismo por docenas, un pretexto excelente para
hacer de su festival del 25 de diciembre (nacimiento del dios sol), el
nacimiento del Hijo de Dios.

El verdadero origen de la Navidad


Pero si recibimos la celebración de la navidad del catolicismo romano, y ellos a
su vez lo obtuvieron del paganismo, ¿de dónde lo obtuvieron los paganos?

¿Dónde y cuando fue su verdadero origen?


Esta era la principal celebración del corrupto sistema que la biblia denuncia a
través de sus enseñanzas y profesáis bajo el nombre de Babilonia y todo se
origino en la Babilonia de Nimrod. La cual fue fundada poco después del
diluvio.
Después del Diluvio, dice la Biblia que “tenía entonces toda la tierra una
sola lengua y unas mismas palabras” (Génesis 11: 1). Emigraron del oriente
y fueron todos a otro lugar. Dice así el relato bíblico:
“Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la
tierra de Sinar, y se establecieron allí” (Génesis 11: 2).
Fue en esa tierra, Sinar, donde la ciudad de Babilonia fue construida. Esa tierra
se llegó a conocer más adelante como Babilonia y Mesopotamia. Los ríos Tigris
y Éufrates habían almacenado ricos depósitos de tierra que podían producir
grano en abundancia.
La desventaja es que estaba poblada de fieros animales salvajes que mataban
a muchos. Aquellas gentes pedían que surgiera alguien que les librara del mal.
Así que, en un momento dado, entró en escena un formidable cazador: Nimrod,
después del Diluvio, el primer prototipo del Anticristo.
Nimrod, Semiramis y Tammuz
Su nombre era Nimrod. La Biblia nos dice:
“Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la
tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice:
Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 8, 9).
Este “poderoso” cazador cautivó las mentes de aquellas gentes. Según “La
Historia antigua a la luz de la Biblia”, p. 54, “Nimrod era tan poderoso y
era tan grande la impresión que causó en la mente de los hombres, que el
oriente está lleno actualmente de tradiciones de sus extraordinarias
proezas”.
Nimrod estaba lleno de demonios que le proporcionaron muchas habilidades, y
era un hábil estratega. Organizó la protección de las ciudades a base de
murallas, y así fue estableciendo su propio reino.
Entendamos que justo después del Diluvio, habiendo muerto casi la totalidad
de la humanidad, aquella humanidad extremadamente impía (ver Génesis 6: 1-
7), todas aquellas miles de hordas de demonios que habitaban en aquellos
hombres quedaron a la espera de volver a invadir nuevos cuerpos. Por lo tanto
cuando los hombres empezaron de nuevo a multiplicarse sobre la tierra de
Sinar, la maldad volvió a tomar lugar de nuevo.
El exponente máximo de esa maldad en ese momento lo protagonizó Nimrod.
La Biblia certifica estas palabras: “Y fue el comienzo de su reino Babel,
Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar” (Génesis 10: 10). Este fue el
primer reino que hubo después del Diluvio.
Nimrod no fue un hombre en nada temeroso de Dios. La palabra que emplea la
Biblia en el hebreo original para “poderoso”, se traduce realmente por “tirano”;
así como la misma palabra Nimrod significa rebeldía.
Nimrod enseñó a las gentes a rebelarse contra Dios. Cuando la Biblia dice
de Nimrod: “Este fue vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10:
9), este “delante de”, en realidad habría de traducirlo mejor por: contra, es
decir: “contra Jehová”.
Nimrod, seguro de su poder sobre todos, levantó, satánicamente inspirado, un
nuevo culto religioso. Fue un rey-sacerdote, levantando idolatría, cometiendo
abusos y atrocidades de la peor clase. El inició todo el culto idolátrico del
Oriente.
Satanás le usó como quiso, ya que al rebelarse contra Dios, se puso
enteramente en las manos del enemigo de nuestras almas. Bajo Nimrod, la
astrología se desarrolló y se sentaron las bases para la magia negra y blanca.
El desarrolló el culto a Moloc, tan difundido entre los cananitas y
desgraciadamente, entre Israel en un tiempo.
Finalmente, Nimrod murió asesinado, y el pueblo lo lloró. Pero su culto religioso
que había iniciado, la religión babilónica, prosiguió. Su mujer, Semiramis (o
Istar, Astarté), fue la gran sacerdotisa en tiempos de Nimrod y después de él.
Esta dijo que Nimrod era el “dios-Sol”, o Baal (Señor).
Semiramis era una bruja, físicamente bella y poderosa, completamente rendida
a Satanás, el cual la usó para sus fines de destrucción de la humanidad. Más
tarde, quedó embarazada, aunque decía que era virgen; y dio a luz un hijo
ilegítimo, le llamó Tammuz, y declaró que ese hijo era en realidad el mismo
Nimrod renacido.
El Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages, escribe:
“Según antiguos escritos, Semíramis fue la esposa de Nemrod. Llegó a
ser la sumo-sacerdotisa de la religión babilónica, y fue llamada la Reina
del Cielo. Conforme a la antigua leyenda, Nimrod murió, y vino a ser el
dios sol. Su mujer Semíramis fue impregnada por un rayo del sol, y dio a
luz a Tammuz (un falso nacimiento virginal). Más tarde Tammuz fue
muerto por un jabalí. No obstante, después del clamor de Semíramis por
40 días, Tammuz vuelve a la vida, lo cual es una falsificación de la
resurrección. De hecho, este fue el origen del falso sistema religioso que
envuelve la adoración a la madre y al hijo. De hecho, durante la cautividad
de Babilonia, en Jeremías vemos que esa fue la adoración de Israel, la
abocada a Semiramis como “Reina del Cielo” (Jer. 7; 18, 19; 44: 15-30). En
el templo de Jerusalén, adoraban a Tammuz, el hijo de Semiramis (Ez. 8:
14, 15) Esa diabólica adoración se extendió a lo largo del mundo”
Acordémonos que la Palabra nos habla de Tamuz en Ezequiel:
“Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al
norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.
(Ezequiel 8: 14)
No contenta con ser suma sacerdotisa, Semiramis, se proclamó a sí misma
diosa y demandó que se le sacrificaran niños. Semiramis capitalizó la rebelión
del hombre contra las leyes de Dios sobre el matrimonio.
Promovió el celibato, una cubierta religiosa para luego cometer adulterio,
fornicación, homosexualidad, sodomía y lesbianismo. Este celibato,
supuestamente separaba a los sacerdotes y los hacía “santos”; les hacía como
superiores al resto de los hombres y mujeres que contraían matrimonio y tenían
hijos.
Semiramis, la reina-madre, por inspiración satánica, conocía la profecía de que
de una mujer nacería el Mesías (ver Génesis 3: 15). Semiramis decía ser el
“espíritu de Dios” encarnado en una madre humana. Su símbolo era la luna. De
esta “madre-virgen” pronto aparecieron por todas partes estatuas de ella
cargando al pequeño “dios-sol”; el cual decía que era el “salvador”.
Escribe el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“En Egipto, Semiramis fue llamada Isis y su hijo es Osiris. En Asiria fue
Istar y Bacus. En Asia fue Cibeles y Deoius. En la antigua Grecia fue
Afrodita y Eros, y en la antigua Roma, fue Venus y Cupido. Los nombres y
lugares de la adoración de la madre y el hijo varían de un país a otro a lo
largo de los tiempos”
El catolicismo romano ha sido desde su existencia el instrumento por
excelencia del diablo para colocar y recolocar el culto a la “virgen y el niño”.
Existen 2.800 versiones de la “virgen María” por todo el mundo.
Estas visiones y apariciones han ocurrido en el contexto de las religiones
paganas y en el catolicismo romano. Lourdes, Pilar, Fátima, Lanka, Guadalupe,
Medjugorke, etc. etc. Para los chinos era Shingmoo; los bárbaros germanos
tenían a Hertha. Los escandinavos la llamaban Disa; los celtas, Virgo Paritura;
en la India, Indrani, Devaki (y el niño Krishna); en el Japón, Amaterasu o Akita.
Para los aztecas, Xochiquetzal; para los chibchas, Bachue; para los muiscas,
Hiutaca.
La “diosa” Semiramis reclamaba que su hijo fue concebido de una forma
sobrenatural, y que él era la simiente prometida, el “salvador del mundo”. Al
tiempo reclamaba la misma adoración, no sólo para el hijo, sino para ella como
su madre.
Las historias de Nimrod, Semiramis y Tammuz circularon por todo el mundo.
Ese culto se hizo popular y empezó la mitología. Según la cultura, se adoptaron
diferentes nombres, y llegaron a ser la “sagrada familia”.
Semiramis llegó a ser conocida como la “Reina del cielo”. Satanás utilizó a sus
demonios para que produjeran “apariciones” por todo el mundo de esa “virgen-
madre”, las cuales llamaron y llaman, “milagros”.
Semiramiz, se encargó de propagar la doctrina que decía que Nimrod de hecho
no había muerto, sino que había resucitado como un ser espiritual. Ella
afirmaba que de la noche a la mañana de un tronco seco había nacido un
encino (es un tipo de árbol) completamente crecido, lo que simbolizaba la
resurrección de Nimrod. En cada aniversario de su nacimiento, ella decía que
Nimrod visitaba el encino y dejaba regalos tras si. El 25 de diciembre se
celebraba el nacimiento de Nimrod. Este es el verdadero origen del árbol
navideño.
A través de sus mentiras Semiramis se auto-proclamó la reina del cielo” en
Babilonia y Nimrod bajo diferentes nombres se convirtió en el divino “hijo del
cielo”. A través de las generaciones en esta idolátrica generación, Nimrod se
convirtió en el falso mesías, hijo de Baal el dios sol. En el sistema Babilónico,
“madre e hijo” (Semiramis y el resucitado Nimrod); se tornaron los principales
“objetos de fervor”. El culto a “la madre y el hijo” pronto se extendió por todo el
mundo. Sus nombres variaron en los diferentes países y lenguajes. En Egipto
les llamaban Isis y Osiris, en Asia, Cibeles y Júpiter. En la Roma pagana,
Fortuna y el niño Júpiter. Incluso en Grecia, China, Japón y el Tíbet, la
contraparte de “Madonna”. Ellos pueden ser encontrados mucho antes del
nacimiento de Cristo.
En Egipto siempre se creyó que el hijo de Isis (la reina del cielo del Egipto)
nació el 25 de diciembre. Esta fecha fue conmemorada por ellos mucho antes
del nacimiento de Cristo. Incluso la tan difundida adoración a María, como la
“madre de Dios”, y de la inmaculada concepción, que pretende convertirla en
una falsa mediadora de Dios y los hombres, es tan solo una continuación de la
idolatría babilónica, comenzada por Semiramis, esposa de Nimrod. Durante los
siglos IV y V, cuando los paganos del mundo romano estaban, “aceptando” el
ahora popular “cristianismo” por los cientos de miles, sus viejas costumbres
idolatras, las encubrieron con nombres que parecían cristianos. La idea de la
virgen y de la “madre e hijo” se hizo entonces popular, y particularmente
durante la época de la navidad es increíble como hemos sido enseñados a
reverenciar estas cosas como sagradas y santas, sin nunca preguntarnos de
donde vienen y si la biblia las respalda o no. Así, los antiguos “misterios
caldéanos”, creados por la esposa de Nimrod, han sido heredados de las
religiones paganas hasta llegar al seno de la iglesia católica bajo nombres
aparentemente cristianos, y hasta los bien intencionados evangélicos las
abrazaron inocentemente.

¿Y que pasa con Santa Claus?

El nombre de “Santa Claus” es la deformación de “San Nicolás”, quien era un


obispo católico romano que vivió en el siglo V. En la enciclopedia británica,
Vol. 19, paginas 648-9, se puede leer: “San Nicolás, obispo de Myra… un
santo honrado por los griegos y latinos en el seis de diciembre…
legendario por sus repetidos regalos para las tres hijas de un ciudadano
empobrecido… se dice que esta acción origino la vieja costumbre de dar
regalos en secreto en la víspera del día de san Nicolás (6 de diciembre),
consecuentemente esto se transfirió para el día de la Navidad. De allí la
asociación de la navidad con Santa Claus…” puede usted darse cuenta de la
gran contradicción de esta celebración, pues todo el año los padres castigan a
sus hijos por decir mentiras. Pero en la época de la navideña ellos mismos le
cuentan esta “mentira de Santa Claus” y de los “reyes mayos”. Tal vez es por
eso que cuando crecen y descubren la verdad, terminan por creer que Dios es
un mito también.
Lo peligroso de esto es que los niños creen que Santa Claus es Dios!!!

¿Qué dice la biblia acerca del árbol de navidad?

Esto puede que sorprenda a muchos, pero aquí esta: Jeremías 10:2,6 dice: 2
Así ha dicho Jehovah: “No aprendáis el camino de las naciones, ni
tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones las teman. 3
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Cortan un árbol del
bosque, y las manos del escultor lo labran con la azuela. 4 Lo adornan
con plata y oro; lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee.
5 Son como un espantapájaros en un huerto de pepinos. No hablan; son
llevados, porque no pueden dar un paso. No tengáis temor de ellos,
porque no pueden hacer daño ni tampoco tienen poder para hacer bien.”
6 ¡No hay nadie semejante a ti, oh Jehovah! Tú eres grande; grande es tu
nombre en poder. Esta es una perfecta descripción del árbol de navidad, al
cual se refiere el Señor cuando dice: “No aprendáis el camino de las
naciones…las costumbres de los pueblos”. Somos incentivados por Dios
para no aprenderlas ni seguirlas, e incluso en este pasaje Dios lo considera
como idolatría. El quinto versículo nos muestra que los arboles no pueden
hablar ni caminar, pues tienen que ser llevados de un lugar a otro: “ni tengáis
temor de las señales del cielo, aunque las naciones las teman”. No son dioses
a los cuales hay que temer. Algunas personas que leyeron esto lo mal
interpretaron diciendo que no hay ningún mal en tener un árbol de navidad,
pero es claro que no es esto lo que esta escrito.

¿Es bíblico el dar regalos?


Cuando uno se refiere a la parte más importante de toda la festividad navideña
(la temporada de compras) es el comprar y el dar regalos. Hay muchas
personas que pueden decir “bueno, por lo menos la biblia nos manda esto, ¿no
lo hicieron así los reyes magos cuando dieron obsequios al niño Jesús?
Históricamente sabemos que el intercambio de regalos entre amigos era una
práctica común en los festivales de la saturnalia y fue adoptada por los
cristianos que apenas se estaban convirtiendo y algunos que querían disfrazar
sus creencias paganas con la religión que en ese momento era la más popular.
De hecho esta costumbre de intercambiar regalos en la víspera del 25 de
diciembre no tiene nada que ver con el cristianismo. Esta tradición no celebra el
nacimiento de Cristo ni lo honra. Por ejemplo, supongamos que alguien a quien
usted ama cumple años y para celebrarlo usted intercambia regalos con todos
sus parientes y amigos pero al homenajeado usted no se molesta en regalarle
algo.
¿No cree que sea algo tonto y sin sentido cuando lo vemos de esta manera? Y
esto es exactamente lo que las personas en todo el mundo hacen cada año.
Ellos celebran un día que no es el cumpleaños de Cristo, gastando todo el
dinero que tienen comprando regalos para presentarlos a sus familiares y
amigos, pero puedo decirle por experiencia, que cuando llega esta época, la
mayoría de los cristianos se olvidan de presentarle regalos a Jesús y a su obra.
Considere lo que la biblia dice acerca de dar regalos por el nacimiento de
Cristo. En Mateo 2:1,11 dice: “1 Jesús nació en Belén de Judea, en días del
rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, 2
preguntando: — ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque
hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle. 3
Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Y
habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas
del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron:
— En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: 6 Y tú, Belén,
en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la más pequeña entre los
gobernadores de Judá; porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará
a mi pueblo Israel. 7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e
indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella. 8 Y enviándolos a
Belén, les dijo: —Id y averiguad con cuidado acerca del niño. Tan pronto
le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. 9 Ellos,
después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en
el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde
estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría.
Los reyes magos ofrecieron presentes el Rey de reyes y mesías que había
nacido y no se hicieron intercambio de regalos entre sí

Observe que ellos preguntaron por el niño Jesús, que había nacido para ser rey
de los judíos, ahora ¿Por qué le fueron presentados regalos? ¿Por qué era su
cumpleaños? De ninguna manera, porque cuando ellos llegaron ya habían
pasado días e incluso semanas desde que había nacido. Ellos hicieron esto
para darnos un ejemplo no para que hoy nos demos regalos los unos a los
otros. Porque si usted observa atentamente ellos no intercambiaron regalos,
sino que “abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes”. Ellos dieron
regalos a Cristo, no a sus amigos ni parientes y mucho menos entre ellos
mismos.
Históricamente nos podemos dar cuenta que era una tradición en el oriente el
presentarse ante un rey con regalos en las manos e incluso esta tradición es
muchas veces mencionada en el Antiguo Testamento. Ellos no estaban, de
ninguna manera, instituyendo una nueva costumbre cristiana sino siguiendo la
antigua costumbre oriental de presentarse ante un rey y honrarlo con regalos.
Así como hizo la reina de Saba cuando se presento ante el rey Salomón, y aun
en los días de hoy, cuando un dignatario se presenta ante el presidente de otro
país, siempre lo hace con regalos para honrarlo.

Lo que más se regala en navidad son bebidas alcohólicas de todo tipo


Amigo (a), tal vez usted no se ha dado cuenta pero sin saberlo usted siempre
ha celebrado, tal vez durante toda su vida, un festival que nació hace siglos en
la antigua Babilonia; un festival que no tiene que ver con Dios y del cual no
encontramos ninguna referencia bíblica. Probablemente, engañado, usted ha
pensado que celebrando el 25 de diciembre usted ha honrado a Dios, pero si
usted se da cuenta de lo que ha leído en este articulo podre pensarlo bien y tal
ves tomará la decisión de dejar de seguir las tradiciones humanas que no nos
acercan a Dios y empezara a obedecer su voluntad y servirle verdaderamente.

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