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CAPÍTULO I

EL SEÑOR JESUCRISTO: PUERTA ÚNICA DE LA SALVACIÓN

1.- ORIGEN Y NACIMIENTO

A) Los antepasados de Jesús (Mateo 1:1-17; Lucas 3:23-38).

Mateo se dirige principalmente a los judíos cristianos y se propone


demostrarles que Jesús es la simiente prometida de Abraham y el hijo de
David, el rey de Israel. Por lo tanto, traza su linaje desde Abraham, el padre
de la nación, a través de la línea real, hasta José, el padre legal de Cristo. A
los judíos les bastaba la paternidad legal de José para ver cumplidas las
profecías del Antiguo Testamento. Así es como se declara a Jesús heredero
de las promesas hechas a Abraham y David.
Sin embargo, es obvia la diferencia entre la genealogía que presenta Mateo y
la que nos da Lucas. ¿Cómo se puede explicar ésta divergencia? La opinión
generalmente aceptada es que Mateo presenta la línea de José, mientras que
Lucas presenta la línea de María, los antepasados de Jesús según la sangre.
George Bliss explica que las antiguas genealogías, tanto judías como
romanas, no comenzaban con la madre; por eso Lucas comienza con José,
como representante legal de María. Es decir, que Lucas presenta la
genealogía de María conforme a las costumbres judías, empleando el
nombre de su esposo. José era “hijo de Elí” (Lucas 3:23); o sea, su yerno. Es
probable que José fuera el padre de María, mientras que el verdadero padre
de José se llamaba Jacob (Mateo 1:15).
Lucas, que presenta la misión universal de Jesucristo, lleva la genealogía de
Jesús hasta Adán, la cabeza del linaje humano. Así se identifica a Cristo con
toda la humanidad. Mateo lo relaciona principalmente con Israel,
comenzando su ascendencia con Abraham, fundador de la nación escogida.
Sin embargo, lo más extraordinario de la genealogía presentada por Mateo
es que incluye nombres de mujeres: Tamar, Rahab, Rut y una alusión a
Betsabé. Dos de ellas eran extranjeras, con lo cual Jesús se vincula con los

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gentiles. Además, no todas eran originalmente mujeres de elevada
moralidad. En efecto, Tamar tuvo un hijo de su suegro (Génesis 38), Rahab
era una mujer pública de Jericó y Betsabé cometió adulterio con David. Por lo
tanto, Dios incorporó en su plan de salvación aun a quienes habían cometido
repugnantes.

B) El lugar, las circunstancias y la fecha (Lucas 2:1-7).

Sólo Lucas nos proporciona datos históricos y menciona personajes, lo cual


nos permite fechar de manera aproximada el nacimiento de Jesucristo. Lo
relaciona con el decreto de Augusto César y con el empadronamiento hecho
bajo Sirenio. Sin embargo, menciona éstos sucesos, no tanto para darnos la
fecha del advenimiento del Señor, para explicar porqué sucedió en Belén y
no en Nazaret, el pueblo de José y María. “Sólo una necesidad legal pudo
hacerles emprender un viaje así en tales circunstancias; pero de éste modo
se ve cómo el emperador del mundo estuvo inconscientemente relacionado
con el cumplimiento de la profecía divina concerniente al salvador del
mundo.”
El imperio romano exigía a todos los pueblos vasallos una contribución y la
presentación de servicio militar cuando fuera necesaria. Éste tributo y la
necesidad hacer listas de reclutamiento exigían que se hicieran censos con
frecuencia. Puesto que los judíos estaban exentos del servicio militar, el
censo de Palestina sólo tenía los impuestos como razón de ser. El
empadronamiento fue ordenado durante los últimos años de Herodes el
grande, quién murió en el año 4 A.C. Sirenio no fue gobernador de Siria hasta
el año 6 A.C. por consiguiente, parece que el censo fue hecho alrededor de
aquel año, lo que significa que la fecha del nacimiento de Jesús puede haber
sido el año 6 ó 5 A.C. Dionisio el exiguo, quien fuera religioso en roma
durante el siglo VI, calculó el nacimiento de Jesús en el año que llamó 1 D.C.
y así comenzó este error.

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No tenemos idea exacta del día ni del mes en que tuvo lugar el primer
advenimiento de Cristo. No hay pruebas históricas de que se celebra la fiesta
de su navidad antes del siglo IV. Al principio se la incluyó con la celebración
del bautismo del Señor y la adoración de los magos en la fiesta de Epifanía
(“manifestación”) el día 6 de enero, y en esta fecha la observan aún las
iglesias de Europa Oriental y Asia.
La idea de celebrar la navidad el 25 de diciembre apareció en Europa
occidental y luego se extendió con toda rapidez. En realidad, el hecho mismo
de su encarnación y nacimiento es mucho más importante que la fecha
exacta. Puesto que no sabemos el día exacto, el 25 de diciembre es una
fecha tan buena como cualquier otra para recordar que el verbo eterno se
hizo carne y habitó entre nosotros.
Según lo acostumbrado en el empadronamiento, todas las personas que
residían fuera de su distrito de origen tenían que regresar a la ciudad original
de su familia para inscribirse. José, que vivía en el pequeño pueblo de
Nazaret, en galilea, tuvo que viajar a Belén de Judea, ya que pertenecía a la
casa y familia del gran rey David. Viajó unos ciento veinte kilómetros, lo que
significa un viaje de tres días. Debe haber sido un viaje muy penoso, porque
su esposa María esperaba un hijo de un momento a otro, pero él tenía que ir,
y ella no podía quedarse.
Fue ahí, en Belén, donde nació Jesús. Aquella antigua población donde
habían tenido su hogar Rut, Noemí y David, se hallaba ahora rebosante de
gente que había venido para ser empadronada. Por tanto, los dos esposos
tuvieron que contentarse con encontrar refugio en un establo excavado
probablemente en la ladera de una colina. 1

2.- ¿CÓMO LLEGAR A ESA PUERTA?

¿Qué quiere decir la expresión “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, y tome su cruz y sígame”? Negarse a sí mismo significa renunciar
a sí para poner a Cristo como el objetivo central de la vida. El que quiere

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servir al Señor tiene que dejar de vivir para sus propios deseos, intereses y
ambiciones y aceptar la voluntad de él. Esto nos habla de la negación y
muerte del propio yo. Tomar la cruz significa hacer todos los sacrificios
necesarios por amor a Cristo como siervo suyo, incluso sufrir la muerte física
si es necesario. Éste es el espíritu de sacrificio, de martirio y de fidelidad del
que trabaja y sufre por la causa del Señor.
Jesús menciona tres razones por las cuales vale la pena negarse a sí mismo,
tomar su cruz y seguirle.

A) Ese es el camino que conduce a la vida eterna.

El que quiere salvar su vida temporal, es decir, que no está dispuesto a


sacrificar sus bienes materiales y las satisfacciones del mundo presente,
perderá la vida verdadera, la espiritual y eterna. “En cambio, el que está
dispuesto a poner todo lo que es y todo lo que tiene a disposición del
maestro, salvará la vida por medio de esa pérdida aparente.” La
consagración que exige Jesús tiene que ser total. Solamente la persona
entregada a Cristo y dispuesta a servirle a todo precio, vivirá
verdaderamente en este mundo y en el venidero.

B) El alma vale mucho más que las cosas temporales.

¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?


¿O que recompensa dará el hombre por su alma? La muerte no acaba con
todo. El hombre tiene que elegir entre lo pasajero y lo eterno, y su decisión
es irrevocable. Tanto la ganancia como la pérdida son eternas. En el día de
juicio, nadie podrá dar nada en rescate de su alma. ¿De qué nos sirve todos
los bienes y riquezas del mundo, si nosotros perecemos?

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C) Cristo volverá en gloria algún día y “pagará a cada uno conforme
a sus obras”.

Entonces se avergonzará de los que se avergüencen de Él. Algunos


estudiosos creen que la predicción “Hay algunos de los que están aquí, que
no gustarán la muerte hasta que haya visto el reino de Dios venido con
poder” (Marcos 9:1), o “hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en su
reino” (Mateo 16:28) se refiere a la transfiguración. Sin embargo, es mejor
interpretarla como una predicción de la destrucción de Jerusalén en el año 70
D.C. según esta interpretación, la ruina de la ciudad santa fue el juicio
terrible de Cristo, el cual está escrito como su “venida con poder”. El Señor
empleo a los romanos para llevar a cabo este juicio; murieron seiscientos mil
judíos, noventa mil fueron vendidos como esclavos y la nación dejó de existir
durante unos diecinueve siglos. 2

D) La necesidad de arrepentirse.

El principio que enseña Jesús en estos momentos es que no hay una relación
directa entre la falta y calamidad. A menudo suceden accidentes imprevistos
y desastrosos que nada tienen que ver con los pecados de los hombres. Sin
embargo, debemos considera toda la calamidad como una invitación de la
providencia divina al arrepentimiento. Jesús indica que tenemos necesidad
impostergable de cambiar nuestra actitud y volvernos hacia Dios. El que no
se arrepienta, morirá igualmente. La muerte de la que habla aquí puede ser
el castigo del día final, pero es muy posible que se estuviera refiriendo a la
destrucción de Jerusalén por los romanos.
Cristo propuso la parábola de la higuera como una advertencia a Israel de
que la oportunidad de arrepentirse estaba a punto de concluir. Dios, como el

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viñador, había hecho todo lo que habría podido beneficiar a la planta (Israel),
pero ésta no había producido fruto. Con todo, al igual que el viñador, que
estuvo dispuesto a aflojar la tierra alrededor de sus raíces, abonarla y darle
nueva oportunidad, Dios también estaba dispuesto a darle a Israel más
tiempo para arrepentirse. Si no se arrepentía y producía fruto, sería cortado;
es decir destruido por los romanos (véase Mateo 23:32-36), o posiblemente
rechazado por Dios. Dejaría de ser el pueblo de Dios.
Al igual que en el caso de Israel, la paciencia de Dios es grande con el
hombre ingrato que no corresponde a la acción repetida de la gracia divina
sobre él, pero ésa paciencia tiene sus límites. Cuando Dios le concede al
hombre un privilegio tras otro, y él sigue sin dar fruto, Dios le puede retirar
sus bendiciones, cortarlo y dar su lugar a otro, que producirá frutos dignos de
arrepentimiento. 3

3.- ¿HACIA DÓNDE NOS LLEVA?

A) Salvación del pecado

Jesús es el cordero de Dios que viene a quitar el pecado del mundo, para que
podamos vivir en plenitud y en abundancia. Su misión no es sólo quitar los
males y sufrimientos de este mundo, sino arrancar la raíz que origina este
mal: el pecado.
Por nuestro pecado, todos nosotros estábamos enemistados de Dios y
teníamos con El una cuenta pendiente que no éramos capaces de saldar.
Pero, nos pasó como si habiendo comido en un restaurante, al momento de
pagar la cuenta, no tuviéramos dinero, de manera que irremediablemente
tendríamos que ir a la cárcel. Y, en ese instante, se acerca el dueño del
negocio y nos dice: “el señor que estaba sentado en la otra mesa lo conoce a
Ud. y ya pagó su cuenta”. De esta misma forma es que Jesús tomó la nota de
cargo y la clavó en la cruz (Col 2,13-14). Así, ya ninguna condenación pesa
sobre nosotros. Nuestros pecados han sido perdonados gracias a la sangre

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de Cristo que le pidió al Padre: “Perdónales, porque no saben lo que hacen”.
Por eso, ya estamos en paz con Dios y nos podemos acercar confiados a Él,
por los méritos de Cristo. Cuando Dios perdona nuestras culpas y pecados,
perdona para siempre (Miq. 7,19). 4

La salvación no es una experiencia de una sola vez. Es una experiencia que


le encamina en el andar cristiano - el camino de salvación. El aceptar a
Jesucristo como su Señor y Salvador es su primer paso en ese andar. Usted
crecerá espiritualmente a medida que lea su Biblia. Busque buenas personas
cristianas con las que se pueda asociar. Empiece a asistir a una iglesia que
crea en la Biblia. Aprenda a testificar a otros informándoles de su nueva
relación con Jesús. La meta de la vida cristiana no es llegar al cielo; esa es la
recompensa. La meta es continuamente llegar a ser como Jesucristo, y crecer
más en su relación con Él. 5

B) Liberación del pecado

La obra de salvación no se limita a quitarnos nuestros pecados, sino a


liberarnos, es decir, nos capacita para ya no pecar. El pecado es una
esclavitud, una debilidad que arrastra nuestro cuerpo. Hacemos el mal que
no queremos y no somos capaces de hacer el bien que debiéramos. Pero,
ahora somos nuevas criaturas en Cristo, no estamos al servicio del pecado, y
con la fuerza que Jesús nos transmite, no tiene poder sobre nosotros.

Dios envió a su Hijo para traer vida en abundancia (Jn. 10,10) (Rom. 5,20).
Jesús es presencia del amor del Padre para con los pecadores, para que allí
donde abunde el pecado, sobreabunde el amor misericordioso de Dios.
Jesús vivió la vida humana en toda su plenitud, enseñándonos la verdadera
dimensión del ser creado a imagen y semejanza de Dios. Jesús le da
verdadero sentido a la existencia e instaura la paz en el corazón de todos.

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C) Jesús venció al pecado

Dios envió a su Hijo, quien tomó nuestra condición humana y habitó entre
nosotros, haciéndose semejante a nosotros en todo, menos en el pecado.
Jesús no fue asesinado. El voluntariamente se entregó a la muerte por
nosotros, para cargar con nuestros pecados. El tomó sobre sí nuestras culpas
y al morir en la cruz, murió con El, nuestro pecado y sus consecuencias:

-Con su resistencia pacífica murió toda violencia.


-Con la entrega de todo lo que tenía murió el afán de riquezas y la ambición
de poder.
-Con su impotencia murió el deseo de dominio y poder terreno.
-Con su sumisión al Padre murió la rebeldía frente a Dios.
-Con el abandono en manos de su Padre murió toda seguridad terrena.
-Con su perdón murieron los odios, rencores y resentimientos.
-Con su confianza murió toda desesperación y angustia.
-Con su entrega murió todo egoísmo.

En la cruz de Jesús murió todo lo que no nos dejaba vivir como hijos de Dios y
por su sangre, fuimos rescatados, lavados y purificados. La obra salvífica
llega a su culmen máximo cuando Jesús resucita, dejando muerto el pecado.
En la resurrección Jesús vence a la peor de todas las consecuencias del
pecado: la muerte. 6

Muchas personas luchan con dudas acerca de su salvación. Si tú estás


pasando por esta pelea, aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte a ti
mismo para ayudarte a tener la certeza que necesitas acerca de tu relación
con Dios.

1. ¿He creído que Jesucristo es el sustituto de mis pecados y lo he recibido


como mi salvador personal?

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La Biblia dice que este es el único requisito para la salvación.
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

2. ¿Confías más en tus sentimientos que en la Palabra de Dios, para tener la


seguridad de salvación?
La Biblia dice:
"El que tiene el Hijo tiene la vida, pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá
la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (Juan 3:36).
"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a
vida" (Juan 5:24).

3. ¿Basas tu salvación en lo que tú haces para Dios en vez de lo que Dios


hace para ti?
La Biblia dice que no podemos hacer nada para ganar nuestra salvación.
Dios, por gracia, hizo todo lo que necesita hacerse.
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por
su misericordia." (Tito 3:5 a).
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues
es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).
¡La Biblia dice que podemos saber que tenemos vida eterna con certeza si
hemos creído en Jesús como nuestro Salvador!
"Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está
en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no
tiene la vida. Estas cosas os he escrito para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios"
(1 Juan 5:11-13).

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D) Evidencias de la salvación en la vida cristiana

El único requisito para la salvación es creer en Jesucristo como el Hijo de Dios


quien murió como sustituto por nuestros pecados. Las siguientes no son
pruebas de nuestra fe, porque no podemos ser lo suficientemente buenos
para merecer la salvación de Dios. Podemos animarnos de que tenemos vida
eterna porque Dios lo dice, porque están sucediendo cambios en nuestras
vidas, porque queremos compartir acerca de Cristo con otros, y porque
deseamos vivir vidas que sean agradables a Dios.

1. Sabemos que tenemos vida eterna porque Dios dice.

La Palabra de Dios dice que tenemos vida eterna si hemos recibido a Cristo
como nuestro Salvador.

"Estas cosas os he escrito para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que
creáis en el nombre del Hijo de Dios" (1 Juan 5:13).

2. Sabemos que tenemos vida eterna porque están sucediendo cambios en


nuestras vidas desde que nos hicimos cristianos.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).

Pueden ser cambios pequeños. Al principio pueden no ser notados por los
demás. Pero este versículo nos dice que nos volvemos una nueva persona
cuando aceptamos a Cristo y que es inevitable que haya cambios en nuestra
vida.

3. Sabemos que tenemos vida eterna porque queremos compartir acerca de


Cristo con otros.

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"Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego"
(Romanos 1:16).

4. Sabemos que tenemos vida eterna porque queremos vivir vidas santas.

"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los


hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente...” (Tito 2:11-
12). 7

E) La herencia de la vida eterna

Los hijos de Dios somos HEREDEROS de Dios, y coherederos con Jesús: "El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con el
Mesías, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él
seamos glorificados" (Ro.8:17, Gal.3:29, Ef.3:6, Tito 3:7, Heb.1:14).

Por lo tanto, al ser herederos, significa que aun los hijos de dios no hemos
recibido esa herencia prometida de vida eterna. ¿Cuándo la recibiremos?
Jesús dijo que esa vida eterna la recibiremos en el siglo venidero: "Y él les
dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o
hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir
mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna" (Lc.18:29-
30). 8

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CAPÍTULO II
¿CÓMO PERMANER EN ELLA?

1.- AMOR

A) La pregunta sobre el gran mandamiento (Mateo 22:34-40; Marcos


12:28-34).

Los rabinos de la época de Jesús pasaban mucho tiempo en discusiones


sobre el valor relativo de los mandamientos. Trataban de dividirlos en
categorías de “leves” y “graves”. El escriba de éste relato quería saber cuál
era el mandamiento mayor en la ley. La respuesta de Cristo fue contundente.
No porque fuera desacostumbrado a ésta pregunta mencionando el
mandamiento de amar a Dios, o citando el relacionado con el amor al
prójimo, sino porque el maestro los relacionó y equiparó entre sí,
combinando el Shema o credo judío (Deuteronomio 6:4, 5) con Levítico
19:18.
Esto nos enseña que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. No
se puede amar a Dios sin amar también al prójimo, puesto que éste último
amor es en realidad una consecuencia del primero. Lamentablemente,
muchos creyentes fundamentalistas sólo insisten en el primer gran
mandamiento, mientras que muchos de sus hermanos liberales tienden a
hacer énfasis en el segundo, sustituyendo de ésta manera la fe vital en Cristo
y la consagración en Dios por la obra social.

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El amor debido a Dios es mucho más que un sentimiento. Las palabras
“corazón”, “mente” abarcan todo el ser humano; indican que el creyente
debe amar a Dios con toda su personalidad y con todas sus fuerzas.
Trenchard nota que el término “mente” no se encuentra “en las palabras de
Moisés siendo el Señor mismo quien adelanta el hermoso concepto de amar
a Dios con la inteligencia”. Estos dos mandamientos sintetizan todos los
deberes del hombre hacia Dios y hacia el prójimo que se encuentran en el
Antiguo Testamento, esto es en “la ley y los profetas”.
El escriba admitió que era cierta la respuesta de Cristo, agregando además
que ese amor tenía más importancia que todos los sacrificios. Así
demostraba darse cuenta de que las ceremonias y el formalismo de los
fariseos no bastaban para agradar a Dios. Se necesitaba una renovación
espiritual. Jesús reconoció su sinceridad y comprensión de las escrituras
aunque ésta cualidades no bastaban para darle entrada al reino de los cielos;
el escriba estaba cerca del reino, pero no en él. 1

B) Perfeccionados en el amor de Dios.

Dios nos asegura que hay una fuerza mayor que el temor: el amor. El amor
es más fuerte que el temor y es capaz de echar fuera y derrotar
completamente al temor.
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor;
porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme no ha sido
perfeccionado en el amor” (1 Juan 4:18).
Es bueno comprender a modo de ejemplo que, una mujer que normalmente
le teme a un ratón puede interponerse entre su bebé y un animal salvaje,
únicamente por amor. El soldado, que en condiciones normales es tímido y
hasta cobarde, arriesga su vida e ingresa al campo de batalla para rescatar a
un compañero herido, por amor. El amor es la fuerza que supera en poder al
temor.

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“Pero el que guarda su palabra en éste verdaderamente el amor de Dios se
ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en Él” (1 Juan 2:5).
Cuando llegamos a Dios fuimos limpios por su sangre. Pero no fuimos
perfeccionados en su amor. Muchos llegan a Cristo con temores. Varias son
las razones que pudieron haber causado ese dolor. Tal vez las malas
experiencias de la infancia, aún estando en el vientre de nuestra madre,
como por ejemplo: amenazas de aborto, una caída, etc. Quizás cuando
éramos pequeños nos empujaron a una piscina y temimos ahogarnos, o nos
pusieron una almohada en la cara y tuvimos miedo de asfixiarnos. Esas
situaciones produjeron grietas en nuestro corazón, en lo más íntimo de
nuestro ser. Como humanos, somos seres tripartitos compuestos por espíritu,
alma y cuerpo. En algunos textos la Biblia llama al alma, corazón, porque es
ahí donde se encuentra las emociones. Del corazón nace la risa, el llanto, el
amor y también los temores. Las emociones son para el alma lo que los
sentidos físicos son para su cuerpo. Nadie en pleno uso de sus facultades
disfruta del dolor. Pero si no sintiera dolor estaría en peligro de graves
heridas e infección. De igual manera si no sintiera enojo, tristeza, gozo, etc.,
su alma correría peligro.
Las emociones son las señales de Dios que indican lo que está sucediendo en
el interior. Alguien ha comparado a las emociones con la luz roja del tablero
de instrumentos del automóvil que indica un problema en el motor.
Hay varias maneras de responder a la advertencia de la luz roja. La pueda
tapar con una cinta, puede destruir la luz con un martillo, o puede responder
utilizando el manual del fabricante y solucionar el problema. Pero todo
cambia cuando el amor de Dios se derrama sobre nosotros:
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramada
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos
5:5).
Lo primero que Dios hace cuando llegamos a su camino es derramar de su
amor sobre nuestras emociones, es decir sobre nuestra alma, porque es la
parte más sensible que tenemos y nuestro espíritu es resucitado
automáticamente.

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Antes, nuestro espíritu estaba muerto en delitos y pecados. El diablo lo había
adormecido de tal manera que no éramos conscientes de su existencia. Ese
espíritu fue resucitado al recibir a Jesús en el corazón, convirtiéndonos en
seres espirituales.
Al principio de la creación Dios creó a Adán como un muñeco de barro. Pero
pasó a ser alma viviente recién cuando el espíritu de Dios fue soplado en su
nariz. Después, por el pecado, ése espíritu se adormeció y el hombre
comenzó a conectarse con los demás a través de las emociones en vez de
hacerlo por medio del espíritu. Como consecuencia de ello, el corazón se fue
resquebrajando poco a poco. Ellos perdieron su percepción acertada sobre la
realidad. Después de la caída no podían pensar con claridad, ellos se
escondían de Dios.
El apóstol Pablo decía:
“Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón" (Efesios 4:18).
No podemos luchar contra el temor a nivel intelectual o de la voluntad. La
resistencia espiritual requiere asistencia espiritual. 2

C) El Amor Bíblico.

“El amor sea sin fingimiento. Aborrece lo malo, seguid lo bueno. Amaos los
unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los
unos a los otros” (Romanos 12: 9 y 10).
La mayoría hemos aprendido a fingir que amamos a los demás. Sabemos
cómo hablar con bondad, evitando herir sentimientos y aparentando interés
en los demás. Podemos aún fingir que nos llenamos de compasión cuando
oímos de la necesidades de otros. O de indignación cuando nos enteramos
de alguna injusticia.
Pero Dios nos llama a sentir el verdadero amor que va más allá de las
emociones y conducta superficiales. El amor sincero requiere concentración y

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esfuerzo. Incluye hacer algo para que otros sean mejores. Demanda tiempo,
dinero y participación personal.
Ninguna persona tiene los recursos necesarios para amar a toda una
comunidad; pero una iglesia, el cuerpo de Cristo es su ciudad, necesitan su
amor en acción y considere los medios que usted y los demás miembros
pueden usar para unirse y mostrar amor por su comunidad en el nombre de
Cristo. 3

2.- FÉ

A) Una vida de fe

Un piloto de avión contó que cuando el avión cae en medio de una tormenta,
lo que nunca debe de hacer es lo que se siente. En medio de la turbulencia,
los vientos que azotan al avión de diversos lados, y agregado a eso está la
falta de visibilidad.
Todo esto genera en el piloto un montón de sensaciones diferentes, como por
ejemplo sentir que el avión está girando pero en realidad no es así, sentir
que desciende pero en realidad asciende o viceversa.
Tal vez el piloto conoce la ruta y puede estar diciendo para sí que si sigue así
se va a estrellar contra una montaña. Pero ellos saben bien que sus
sentimientos los engañan, y comprenden que si responden a ellos
seguramente terminarán estrellados. En esos momentos de crisis es cuando
tienen que confiar en los instrumentos ciegamente. Qué momento difícil es
negarse a sí mismo, conociendo sus limitaciones y terminar dependiendo
totalmente de los instrumentos.
Es parte de vivir por fe, guiado no por vista sino por lo espiritual. Muchas
veces creemos que lo que decimos hacer es lo correcto, pero en ciertas
oportunidades las emociones nos juegan una mala pasada.

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Asimismo cuando nos proponemos la unción de Dios debemos soltarnos a la
dirección del Espíritu Santo, que hará las veces de instrumentos para guiar
nuestro vuelo.
En el libro de 2° Corintios 4:13 leemos:
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí,
por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”.
Lo primero que hace la unción es llevarlo a una vida de fe. Cuando la unción
del Espíritu Santo viene a su vida, ya no vive más por vista sino que
comienza a vivir por fe. Pero no se puede vivir por fe si no se conoce la
unción del Espíritu Santo. Porque es ella quien lo llevará a vivir por fe.
La carne vive por vista, busca y anhela lo que ve. Cuando usted vive en la
carne anhela lo que mira y se deleita en lo que ve. Pero cuando conoce la
unción, comienza a deleitarse en lo que no se ve. Por eso l Biblia dice:
“Bienaventurados los que no vieron y creyeron”.
En cambio, cuando vive en el Espíritu la unción lo llevará a creer sin ver.
Quiere decir que indiscutiblemente necesito entrar en la dimensión del
Espíritu Santo. De lo contrario, no podré vivir el evangelio si no vivo en la
unción del Espíritu.
Vivir en la unción es vivir en el Espíritu, caminar en el Espíritu, hablara en el
Espíritu, oír al Espíritu y obedecer al Espíritu. Cuando el Espíritu viene a mi
vida comienzo a vivir por fe y no por vista.
El pueblo de Israel vivió mucho tiempo en el desierto. Y ahí lo hizo por vista:
vieron el maná, el agua que brotó de la peña, la nube durante el día y la
columna de fuego por la noche. Pero llegó un momento en el que el pueblo
tuvo que dejar de vivir por vista para comenzar a vivir por fe.
Cuando conozca la unción llegará la hora en que dejará de vivir por vista
para vivir por fe. Y si realmente quiere llegar a la manifestación gloriosa de la
unción, deberá obedecer.
La fe viene por el oír y el oír la palabra de Dios. Pero preste atención a ésta
palabra: la fe “viene”. Quiere decir que la fe se moviliza como resultado
cuando usted camina en el Espíritu, viene la fe. Pero cuando anda en la carne
la fe no viene, pero si llega la incredulidad, el temor y la duda.

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Cuando la unción llega trae caminando a la fe. La fe viene a su vida cuando
usted conoce la unción. De ahí que muchos cristianos no creen, porque no
conocen la unción.
La fe en el espíritu se da del mismo modo que el Espíritu en la fe. La fe viene
a su vida junto con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo santifica la fe que hay
en el corazón, la transforma, la resucita. Ante tenías fe en ídolos y cosas
muertas. Pero cuando la unción entra en su vida, resucita esa fe como a una
persona muerta que estaba dentro suyo. Más cuando la unción viene trae la
vida. Y, dentro de esa vida del espíritu esta la vida de fe que reemplaza a la
vida por vista.
Yo puedo reconocer cuando una persona tiene o no tiene la unción. Porque si
tiene la unción, vive por fe y no por vista. Pero vivir por fe no significa dormir
hasta el medio día, esperando que las golondrinas traigan la comida. Vivir
por fe no significa vivir de la beneficencia.
Muchas personas interpretan mal las palabras “vivir por fe”. Llegan al
evangelio y dicen: “Dios me llamó a vivir por fe”. ¡Esto no es así!
Vivir por fe es vivir por la fe en el Hijo de Dios, pero los únicos que viven de
esta manera son aquellos que él señaló como ungidos del Espíritu Santo.
Antiguamente, las ovejas eran frotadas con aceite para evitar que los
insectos se le pegaran. De esta manera los pastores impedían que su rebaño
contrajese una epidemia. Nosotros también necesitamos ser frotados con la
unción del Espíritu Santo para que los demonios no se acerquen y si se
acercan, correrán espantados al percibir la fragancia del aceite de la unción
del Espíritu Santo.
Cuando caminamos con gente ungida somos frotados con aceite al caminar
con ellos, froto sobre mi vida espiritual la unción que hay en su vida.
Eliseo estuvo varios días frotándose la unción de Elías. Camino con la unción,
se frotó con la unción, estuvo al lado de la unción y bebió de ella. Cuando
Elías fue arrebatado el doble de la unción que él tenía reposo sobre Eliseo.
Usted debe saber elegir a la gente con quien anda, deben ser cristianos de
fe. Gente que no vive por vista sino por fe. Si quiere la unción debe comenzar
a vivir por fe.

18
B) Plenitud de unción en la plenitud de fe

Sin fe es imposible agradar a Dios. Y sin fe es imposible tener la


manifestación de la gloria de Dios. Si su fe no es resucitada no obtendrá vida.
Porque la unción no hará nada de lo que usted no crea que puede hacer. Para
que la unción fluya en mí, tengo que vivir por fe y no por vista.
Cuando una persona vive por fe, se toma de las promesas de Dios y camina
como viendo al invisible. En el libro a los Hebreos 11:1 Pablo dice: “Es, pues,
la fe la certeza de lo que se espera, l convicción de lo que no se ve”.
Las personas que tienen la certeza que Dios los llamó, la convicción de saber
que están parados en un camino de victoria y la seguridad de que allí se
camina por fe y no por vista, tienen fe.
Si usted dice que tiene fe, ¿Por qué no proyecta nuevos desafíos para su
vida? ¿Por qué cuando ora por los enfermos duda en su fe? ¿Por qué se
asustó cuando el curandero se mudó al departamento de arriba de su
vivienda? ¿Por qué confía en los cupones de descuento y no en el Salmo 23?
Si camino por fe debo creer que:
“Jehová es mi pastor; nada me faltará en lugares de delicados pastos me
hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma;
me guiará por sendas de justicia por amor a su nombre. Aunque ande en
valles de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás
conmigo; tu vara y tu callado me infundirán aliento. Aderezas meza delante
de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi
copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”.
Si quiere llegar a la plenitud de la unción, primero tiene que aprender a vivir
por fe. Debe caminar junto a personas de fe. Algunos me preguntan qué
hago para tener fe. No camino de tras de los incrédulos o con gente que dice
andar por fe y no deja ningún rastro de ella.

19
Los teólogos toman la Biblia y hablan de fe. Pero no viven en ella, porque no
hacen nada por fe. No se mueven en la dimensión de fe. Pueden hablara de
la palabra “fe” desglosando su etimología del griego, del hebreo y del
arameo, pero no la viven. La fe cobra vida cuando la vivimos. Cuando la
experimentamos, la sentimos, y cuando la impartimos.
Me reúno con personas que tienen fe porque la viven, me junto, me froto y
me absorbo su fe pero no escucho a aquellos que no viven la fe, porque sus
conversaciones terminan siendo aburridas. El que habla de fe sin tenerla no
bendice a nadie. Puedo preparar un estudio muy completo sobre la fe, sin
embargo para hablar de ella debo basarme en la fe que Dios me hizo vivir.
Formamos nuestra primera iglesia en los Estados Unidos por fe. No teníamos
ningún miembro ni un solo dólar en el bolsillo, sólo nuestra fe y la de los
líderes que nos acompañaban en ése entonces. Pero cuando Dios dice: “Ve y
tómalo”, no hay diablo que se lo pueda sacar, ni infierno ni hombre que se lo
quite, porque todo lo que usted posee por fe nadie se lo puede arrebatar;
hemos escuchado muchas prédicas de fe por boca de personas que no tienen
una vida de fe. Pero la unción maraca la diferencia entre un hombre que
tiene fe del que no la tiene.
Si tiene fe, tiene unción; si no tiene fe no tiene unción. Porque la unción y la
fe caminan juntas, y una conlleva a la otra. Un pastor puede predicar muy
bien, con excelente vocabulario, pero si no vive la fe del Hijo de Dios no tiene
unción. Si cuando él ora los demonios no salen, las enfermedades no son
sanas y la prosperidad no viene, entonces mejor que no hable de fe.
Aprenda a diferenciar entre el conocimiento y la unción. Se puede conocer la
Biblia, pero no vivirla. Conocer la Biblia no trae unción, creer en la Palabra de
Dios trae unción. El mundo está lleno de Iglesias y de predicadores que
conocen la Biblia, pero no creen en ella porque no la viven. No creen en el
poder de Dios ni en el poder del Espíritu Santo, porque no ponen en práctica
la vida de fe que enseña la Palabra de Dios. Y no hay vida, ni fe, ni unción. El
conocimiento no trae la unción, la fe sí. La unción lo llevará ante un despertar
de fe en su vida.

20
Dios persigue a quienes persiguen la fe. Frente a cada desafío económico
algunos se preguntan: “¿Cómo lo vamos a pagar?” Otros, más “espirituales”
dijeron: “Vamos a ayunar para recibir fe”. Pero la fe no se recibe ayunando,
sino escuchando y creyendo la palabra de Dios.
La fe mata la carne para poder recibir la unción porque si la carne no muere,
no se puede recibir la unción. Al creer en Dios la carne se hace a un lado, y
se deja de vivir por vista para comenzar a vivir por fe. Así, automáticamente
abandonamos la vida en la carne para vivir en el espíritu. “No hay…, no
puedo…”, todo eso dice la carne.
Mas cuando vivo por fe en el espíritu dice: “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” o “Mi Dios pues suplirá todo lo que os falte conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Esa sí es la vida de fe, la que mata a la
carne. No podrá matar la carne, en tanto no viva en la fe del Hijo de Dios.
Si antes oraba mirando la carne, ahora que conoce la vida de fe, ore en el
espíritu. Ya no basta pedir como algo que va a venir; sino que debe pedir
como algo que ya tiene. Entonces le agradece a Dios por el auto que ya
tiene, por la casa, por el pago de la renta. Seguramente el diablo vendrá a
perturbarlo diciendo: “¿Estás loco? ¡El dinero no te va a alcanzar!”. Pero
usted seguirá agradeciéndole a Dios porque logrará lo que se propuso
confesando victoria: “Lo creo, lo recibo, lo tengo”.
Su oración será diferente porque orará con fe. Cuando la carne prevalece, la
oración es en la carne porque actúa por vista. Pero cuando ora en el espíritu,
sus palabras son: “Dios lo dice y yo lo creo”.
Cuántas cosas le creí a Dios, y mucho se me rieron en la cara. Cuantas cosas
Dios me mandó a hacer y algunos me tildaron de loco. Pero cuando vivimos
por fe y no por vista, pasaremos a ser locos para el mundo pero sabios para
Dios.
Su carne morirá porque de continuo se presentará en el altar de la oración de
fe y cuando hable creerá, recibirá y poseerá, mientras la fe sigue matando a
la carne. Cuando vive por fe la carne muere, porque ora como viendo al
Invisible y cree, aunque no lo tiene. Porque comienza a traer lo que necesita

21
de lo espiritual a lo natural. Y practica la fe en la oración pidiendo y
recibiendo.

C) Vencedores de la fe

La fe nos convierte en vencedores. Pero, si su fe no es viva y eficaz, no podrá


hacerlo. La victoria vendrá a su vida cuando comience a vivir tomado de la
fe. Aférrese a ella y camine en fe por la Palabra de Dios. Dios lo dijo y yo lo
creo. Aunque se levante el diablo y el mismo infierno, por más trabajos y
hechizos que hagan los brujos, no lograrán su objetivo, se confundirán y
terminarán en un manicomio.
Cuando me tomo de la fe me aferro a su palabra, me paro firme en ella: “Yo
estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20); “yo estoy
contigo pelearán contra ti pero no te vencerán” (Jeremías 1:19).
La fe lo hará vencedor. La unción por medio de la fe, lo llevará a hacer más
que vencedor por medio de aquel que lo amó. Porque viviendo en la fe y
creyendo la Palabra de Dios todo está bajo sus pies.
Muchos no entienden porque tiene tantas luchas y dificultades. Es que el
Espíritu Santo quiere enseñarles a vivir por fe para vencer las pruebas.
Quiere que se convierta en un vencedor de las tribulaciones y tentaciones. El
Espíritu Santo desea que usted sea un vencedor. Para eso, tiene que ponerlo
a prueba. Por eso permite la tribulación. Poner un mar rojo delante suyo para
que se abra, un muro para que se caiga, para que usted sea un vencedor. Ahí
es cuando Dios le enseña que es más que vencedor.
Dios le dio la espada, que es su Palabra. Esa espada es el mismo que venció
al diablo en el monte de la tentación, mucho antes que Cristo llegara a la
cruz. Cristo resistió al diablo por la Palabra. Esa Palabra la espada del
Espíritu, Dios la puso en las manos y los labios de Cristo para resistir al diablo
con su poder. Por eso somos más que vencedores.

22
D) Una nueva visión

A través de la fe, la unción nos enseña a caminar a vivir, a matar la carne y


ser más que vencedores. Pero demás nos da una visión por fe. Usted no
tendrá visión si no tiene fe. Muchos creen que solamente con palabras
alcanzan la fe. La fe trae visión, y la visión en Dios es sí y amén, es victoria,
tardará pero se cumplirá.
Yo sé en qué tren me subí, hacia dónde voy y quién es el maquinista. Estoy
en el tren de la fe el cual tiene una visión y el maquinista es el Espíritu Santo.
Sé cuál es el destino de este tren, porque he conocido la fe y ella me ha dado
una visión. Tengo la unción y ella me condujo a la fe, por eso sé que voy a
llegar a destino.
Cuando la unción viene de Dios conduce hacia la fe, ésta lo guiará hacia la
visión para su vida. El problema de muchos es la falta de visión por falta de
fe. Por lo tanto no llegan al conocimiento de la unción. Pero, cuando usted
conoce la unción, camina en la fe del hijo de Dios y hace todo lo que él le
indica. Y Dios le provee para tal fin.
Muchos gastan saliva al criticar nuestro ministerio, pero la diferencia está a
la vista: ellos viven el evangelio de la máquina, porque aunque permanecen
en el mismo lugar, sudan pero permanecen estáticos.
En cambio, si usted tiene la unción, sale a la calle y puede ver más allá. Así
son los que creen en Dios, corren y no se fatigan, camina y no se cansan.
Quienes llegan a la meta son aquellos que viven por fe. Los que corren la
buena carrera, los atletas de Dios los que tienen una visión, los que salieron
del punto de partida y saben a dónde deben llegar, y no se detendrán hasta
alcanzar la meta, porque la fe los moviliza.
Nuestro ministerio le enseña fe a la gente en lugar de legalismo. Por eso,
nuestro crecimiento es importante. No perdemos el tiempo hablando de
cosas que no edifican ni imparten fe sino que predicamos bendición.
Impartimos unción y la gente tiene visión.
El Espíritu Santo lo llevará a comprometerse con la visión de la iglesia.
Comenzará a amar la visión de su congregación, peleando y cuidando de

23
ella. Como consecuencia, apoyará y aportará en pos de la visión, porque
conoce y cree en ella. Sucede que quien tiene unción, ama la visión. Pero
quién no ama la visión no tiene la unción.
Si la visión de su Iglesia es ganar almas, esa también es la visión de Dios. Por
consiguiente, tiene que amarla. Si habla mal de ella, es señal de falta de
unción. Envidia, celos, soberbia, hipocresía, son los síntomas de la carencia
de unción.
Pero si la unción se manifiesta, las palabras serán de apoyo y aliento con
respeto a la visión. Sus líderes le dirán que se congregue, que ame a su
Iglesia y a su pastor, que ame a los miembros, que contribuyan con el diezmo
y las ofrendas.
La unción nos lleva a edificar el cuerpo de Cristo los unos con los otros. Sin
embargo las Iglesias están llenas de personas que dicen tener la unción, pero
con los hechos demuestran no conocerla.
Si no pueden amar la visión ni comprometerse con ella, no tienen la unción.
No muestran evidencias de que su carne está muerta porque dan para todos
menos para Dios. Pero cuando la carne está muerta, usted quiere dar a Dios
porque tiene visión y quiere que ésta se lleve a cabo.
Oremos al Señor para que las iglesias estén llenas de la unción de Dios, que
sus miembros anden por fe y no por vista. De personas que hayan crucificado
su carne al permitir que el Espíritu Santo obre en sus vidas. Personas con
visión que apoyen la visión de su iglesia. Y que crean que con Cristo la
victoria está asegurada. Porque lleno de la unción de Dios, somos más que
vencedores por medio de aquél que nos amó. 4

E) Yo soy tu escudo

Lo segundo que Dios le dice a Abraham es: “Yo soy tu escudo“. Dios se
presenta muchas veces en la Biblia como escudo. Además, la fe representa
nuestro escudo. Una vez libre del temor el Señor nos rodea con su protección
brindándonos seguridad

24
Moisés le dijo a Dios: “si tu presencia no va conmigo, yo no me muevo”. Le
estaba diciendo que si no iba por delante su escudo no salía. Moisés sabía el
peligro que debía afrontar.
La clave para que el Señor permanezca como escudo es ésta:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación
de nuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
Abraham logró quitar el temor de su vida y comenzó a caminar con Dios
como escudo. Para poder ingresar a ésta nueva dimensión, él tuvo que
renovar su mente. Si nuestra mente no esta renovada no entenderemos el
plan que Dios para nuestra vida. Dios aclara en su palabra que: “Mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, así como el cielo es más alto
que la tierra mis pensamientos son más altos que vuestros pensamientos”.
Es imposible que Dios sea mi escudo si mi mente no está renovada. Por más
que el temor haya quedado atrás, si no pienso como Dios, si no tengo la
mente de Cristo, no podré seguir su propósito, porque todavía persiste mi
antiguo pensamiento, el pensamiento del mundo. Continúa la duda, la
incredulidad. Entonces mi mente no se renueva.
No puedo alcanzar ese galardón que Dios tiene para mí si no conformo mi
mente a la Palabra de Dios. Si Abraham no hubiera renovado su mente con
las promesas de Dios, nunca hubiera entendido porqué Dios le pidió a su hijo.
5

3.- OBEDIENCIA

A) La herencia de la obediencia

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se


acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se
veían con temor preparó el arca en que su casa se salvase y por esa fe

25
condenó al mundo y fue heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe
Abraham, siendo llamado obedeció para salir al lugar que había de recibir
como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como
extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas
con Isaac y Jacob coherederos de la misma promesa; porque esperaba la
ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la
fe también la misma Sara siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a
luz aún fuera de tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quién lo había
prometido. Por lo cual también, de uno, y ese ya casi muerto, salieron como
las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la
orilla del mar” (Hebreos 11:6).
Quizás no somos conscientes de que cuando perdonamos a nuestros
enemigos, muchos hijos reciben la herencia de Dios por nuestra obediencia.
Hemos sido llamados a engendrar bendición y a dar a luz bendición para
otros.
Dios le dijo a Abraham: “Te bendeciré y serás bendición y a los que te
bendijeren los bendeciré y a los que te maldijeren los maldeciré”.
Oremos para ser hacedores de su Palabras y no solamente oidores. Tenemos
que hacer que la Palabra de Dios sea nuestro pan de cada día, para ver la
victoria. Al levantarnos, el Espíritu Santo debe llevarse toda preocupación y
temor, para iniciar la jornada con la mirada puesta en el galardón como
enseñan las escrituras, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de
la fe”.
Los creyentes deben pedirle al Espíritu Santo que quite las preocupaciones,
las dudas y los temores de su mente. Ésa es la obra que vino a hacer el
Espíritu Santo. La obra del enemigo es: robar, matar y destruir. Pero Cristo
vino para darnos vida y vida en abundancia el que quiere que esa
abundancia de vida esté en su mente que es donde Satanás libra sus
batallas. Dios quiere que la mente de Cristo sea implantada en su mente,
para que pueda bendecir en cualquier circunstancia. Una mente que pueda
visualizar el galardón, para caminar hacia él. 6

26
B) Ejemplo de obediencia

“Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8).
La vida de Jesús no fue un guión que él siguió pasivamente. Fue una vida que
escogió libremente (Juan 10:17 y 18), fue un proceso continuo de hacer suya
la voluntad del padre.
Jesucristo optó por obedecer a pesar de que esa obediencia lo condujo al
sufrimiento y a la muerte. Por haber obedecido a la perfección, aún en medio
de gran prueba él nos puede ayudar a obedecer por muy difícil que parezca. 7

4.- FIDELIDAD

A medida que el Señor seguía su recorrido por Perea, las multitudes que se
congregaban se entusiasmaban y aumentaban en número. Probablemente
pensaban que pronto Jesús establecería un reino material. En ese momento
les enseñaba sobre el precio que hay que pagar por el discipulado y el valor
que tienen para el Padre las almas perdidas.
Lo que cuesta seguir a Jesucristo (Lucas 14:25-35). Nuestro Señor sabía lo
superficial e irreflexivo que el infierno de la multitud que lo asediaba. Se
consideraban discípulos suyos pero no entendían lo que era el discipulado.
Pensaban más en los beneficios materiales que él les podía brindar que en la
congregación necesaria para seguirlo.
Con el fin de tranquilizar su entusiasmo, Jesús les señala ahora tres requisitos
imprescindibles para ser un verdadero discípulo.

A) Es necesario poner a Cristo en primer lugar en la vida.

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¿Qué significa esto de aborrecer a sus familiares parientes y hasta su propia
vida? Es un hebraísmo que no significa odiarlos literalmente, sino amar tan
intensamente al Señor que el cariño familiar parezca odio en comparación.
Nuestra lealtad hacia él debe ir por delante de todo afecto y toda lealtad
humana.

B) Es necesario llevar la cruz constantemente y seguirle de cerca.

La cruz era el símbolo del vituperio, el sufrimiento y la muerte. Significaba


también la renuncia a todo aquello que fuera egoísmo o que tendiese a
satisfacer la carne el discípulo debe estar dispuesto a pagar el precio que sea
necesario para seguir a Cristo. El Señor quiere que lo anhelemos a él más
que ninguna otra cosa, y que lo amemos más que a ninguna otra persona.

C) Es necesario calcular el precio antes de hacerse discípulo.

Casi nunca la clase de consagración que perdura es consecuencia de una


decisión precipitada. El Señor Jesús compara ahora el buen discípulo con el
hombre que antes de comenzar un edificio se sienta primero a calcular lo que
llevaría terminarlo. También lo compara con un rey que estudia
detenidamente lo que necesitará para alcanzar la victoria sobre su enemigo.
Por consiguiente el verdadero discípulo es aquél que determina primero
cuáles son sus recursos y dónde se apoya su esperanza de victoria.
Solamente cuando entendemos lo que la cruz significó para Jesucristo, y lo
que nuestra cruz debe significar para nosotros, podemos consagrarnos a él
de tal manera que esa consagración pueda resistir las virtudes del tiempo y
dure toda la vida. También debemos darnos cuenta que volver a caer será
algo que nos causará vergüenza a nosotros y constituirá una afrenta al

28
nombre del Señor. Conviene calcular el precio antes de tomar la decisión de
seguir a Cristo.
¿Por qué incluye Lucas en éste discurso la figura de la sal que pierde su
sabor? Carlos Erdman explica: “nada hay más sin valor que un seguidor de
Cristo mundano, egoísta y obstinado; es como la sal que ha perdido el sabor;
le falta la esencia misma del discipulado; no le puede servir para nada a su
Señor”. 8

5.- HUMILDAD

A) Jesús enseña humildad (Lucas 22:34-30)

La disputa de los discípulos sobre quién de ellos sería mayor ocurrió antes de
la institución de la santa cena. Se supone que la contienda sobre rangos y
puestos en la mesa tuvo lugar cuando llegaron a ella.
Lo más trágico de éste episodio es que a la misma sombra de la cruz, los
discípulos discutieran acerca de sus privilegios. Ésta fue la ocasión en que
Jesús les dio una lección objetiva al lavarles los pies. De ésta manera les hizo
ver que las normas del reino no eran iguales a las de éste mundo. “El más
importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que
manda tiene que hacerse como el que sirve” (Lucas 22:26, V.P.). Quería decir
que “cualquier discípulo que en verdad sea espiritualmente grande,
manifestará siempre su grandeza, no por dominar a los demás… sino por
someterse a ellos como un joven al que no se diera importancia”.
Para animar a los doce discípulos a continuar por el difícil camino apostólico
después de su ascensión, el Señor les prometió exaltación y gloria. Habían
permanecido fieles en las pruebas, tentaciones y peligros, por lo que
participarían en el banquete Mesiánico y juzgarían a las doce tribus cuando
Cristo fundara su reino en la tierra. 9

29
CAPÍTULO III
EL PROPÓSITO DE SU CREACIÓN

1.- LA SALVACIÓN

“A éste, Dios ha exaltado con su diestra por príncipe y salvador para dar a
Israel arrepentimiento y perdón de pecados” (Hechos 5:31).
“Porque convenía aquél por cuya causa son todas las cosas, y por quién
todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria,

30
perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” (Hebreos
2:10).
La gracia de Dios hacia nosotros condujo a Cristo a la muerte. Jesucristo no
vino al mundo para ganar popularidad ni poder político, sino para sufrir y
morir de modo que pudiéramos tener vida eterna. Para nosotros es difícil
identificarnos con la actitud de un Cristo siervo. ¿En qué estamos más
interesados; en el poder o en la obediencia, en dominar o en servir, en dar o
en recibir?
¿Cómo podía Jesucristo ser perfeccionado por las aflicciones? De Jesús lo
convirtieron en un líder perfecto, un pionero de nuestra salvación, Jesucristo
no tenía porqué sufrir por su propia salvación, porque era Dios en forma de
hombre su perfecta obediencia (que lo guió por el camino del sufrimiento)
demostró que era el perfecto sacrificio para nosotros. A través de las
aflicciones, Jesús terminó la obra necesaria para nuestra propia salvación.
Nuestro sufrimiento puede hacer de nosotros siervos de Dios más sensibles.
Las personas que han sufrido el dolor están en condición de actuar con
piedad por los demás. Que sufren, si usted ha sufrido, pregúntele a Dios de
que manera su experiencia puede ayudar a otros. 1

2.- EL PERDÓN DE PECADOS

A) Definición de expiación

La expiación es aquella forma de satisfacción por la culpa del pecado en la


que el culpable queda absuelto al cargar con su pena. La palabra viene del
hebreo kipper, equivalente al arameo de borrar o la raíz de cubrir. El
concepto básico parece ser el de eliminar el obstáculo que impide la
bendición de Dios.
El medio de expiación variaba; podía muy bien ser una ofrenda en efectivo.
Principalmente la expiación se hacía mediante la muerte de una víctima, y
por la sangre como símbolo de su vida derramada.[1] A veces el culpable

31
mismo debía morir, pero en la mayoría de los casos se ofrecía un animal
como sustituto. La expiación se fundamenta en el pecado como algo que
contamina al hombre y que interrumpe su relación con Dios. Indica que es
Dios mismo el que brinda el medio para restablecer la relación rota por el
pecado, ya que el hombre no puede hacerlo por sí mismo. Demuestra la
justicia de Dios, porque Él demanda un castigo por el pecado. También
demuestra su amor, porque Él provee un sustituto para el pecador. Por
último, demuestra los beneficios para aquel que acepta la provisión
expiatoria de Dios. Hay limpieza de la contaminación, perdón de la culpa y
liberación del castigo merecido. Las ofrendas expiatorias del Antiguo
Testamento no podían en sí quitar el pecado, sino que prefiguraban a
Jesucristo, el sacrificio perfecto provisto por Dios mismo. Él quitó los pecados
del mundo y ofreció la base para el perdón y la Justificación del pecador. 2

B) El sacrificio expiatorio de Jesucristo

El sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz del Calvario, ha sido el evento


más significativo para toda la humanidad. Allí en aquella cruz del centro,
Jesucristo el Hijo de Dios, ofrendaba su vida a favor del género humano. Allí
compraba nuestra salvación, pagando un precio sumamente alto. Su preciosa
sangre fue derramada para remisión de nuestros pecados. Hoy nosotros
damos gracias, porque ese sacrificio que se efectuó hace más de 2,000 años,
todavía sigue siendo efectivo. Todavía esa Sangre es eficaz y tiene el poder
para limpiar los pecados. (1 Juan 1: 7) La Biblia dice, que si confesamos
nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda
maldad. (1 Juan 1: 9).

Aquel sacrificio que se realizó en el Monte Calvario, nos reconcilió


nuevamente con Dios al perdonar nuestros pecados, nos libertó del poder del
pecado y de la muerte y nos dio la vida eterna. Seamos pues, agradecidos,

32
ya que su amor convertido en acción, mediante el sacrificio expiatorio, nos
permite disfrutar del hermoso y más valioso regalo: la Salvación.

La muerte de Cristo fue un sacrificio verdadero por el pecado. El obró


redención por su sacrificio expiatorio en la Cruz. Para que podamos entender
la magnitud de ese glorioso acto, es necesario estudiar los sacrificios del
Antiguo Testamento, ya que éstos eran ritos de adoración y al mismo tiempo
señales proféticas y tipos o símbolos del sacrificio perfecto que vendría. El
primer sacrificio de expiación por el pecado aparece en Génesis 3: 21: "Y
Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles y los vistió". El
Señor cubrió la desnudez de ellos con pieles de animales. Para poderlos
cubrir, una criatura inocente tuvo que morir, con el objeto de que la
culpabilidad fuera cubierta. Las vestiduras simbolizaban la justicia de Dios.
Expiación quiere decir cubrir. En este primer sacrificio, la sangre de una
criatura inocente fue derramada y esto hizo posible que los primeros
pecadores fueran cubiertos. La expiación no fue algo que Dios se ideó con
carácter de emergencia porque se topó con un pecado. Ya en la mente de
Dios había sido concebido el plan de redención para el hombre y este hecho
se ve cumplido en Génesis 3: 21.

El libro de Levítico nos detalla los sacrificios por el pecado y la culpabilidad


del hombre. (Lv. 4: 27 - 35). Se podían ofrecer distintos animales pero sin
defectos. "Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo
ofrecerá...", Lv. 1: 3. "Si su ofrenda para el holocausto fuere del rebaño, de
las ovejas o de las cabras, macho sin defectos lo ofrecerá", Lv. 1: 10. Esto
variaba de acuerdo a la situación económica de la persona. Los animales
para el sacrificio podían ser desde un cordero, tórtola, pichón o un cabro. Se
degollaba al animal y se rociaba su sangre sobre el altar. "Entonces degollará
el becerro en la presencia de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón
ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar, el cual está a la
puerta del tabernáculo de reunión", Lv. 1: 5.

33
En este sacrificio el animal tenía que ser consumido totalmente por el fuego
en el altar. "Los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar, y
compondrán la leña sobre el fuego. Luego los sacerdotes hijos de Aarón
acomodarán las piezas, la cabeza y la grosura de los intestinos, sobre la leña
que está sobre el fuego que habrá encima del altar; y lavará con agua los
intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar;
holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová", Lv. 1: 7 - 9.

Es significativo el hecho de que el sacerdote colocaba la mano sobre la


cabeza del animal. "Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será
aceptado para expiación suya", Lv. 1: 4. Esto significaba que el pecador se
identificaba con el sacrificio y ésta era la única prueba visible de su fe.

En Apocalipsis 5: 6 - 10, nos habla del Cordero muerto para liberar los
culpables de sus pecados. "Y miré, y vi que en medio del trono y de los
cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba de pie un Cordero
como inmolado...", Ap. 5: 6. Esta Cordero como inmolado señala que pasado
los siglos, el hombre alcanzaría la total redención, sólo a través de este
sacrificio único. La sangre de este Cordero inmolado (Jesús), sigue fluyendo
para remisión de los pecados.

En el Antiguo Testamento los sacrificios se ofrecían con el objeto de alcanzar


la comunión con Dios y remover los obstáculos de esa comunión. El
obstáculo era el pecado. El pecador traía una ofrenda de expiación. Se
sacrificaba el animal y su sangre cubría el pecado. Era un tipo de lo que
Cristo haría más tarde al ofrecer un sacrificio perfecto, que cargó con el
pecado cancelando nuestra deuda. "Al que no conoció pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El", 2 Co. 5: 21. Isaías 53: 10
dice: "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto Su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días, y la voluntad de Jehová será en Su mano prosperada".

34
Los sacrificios del Antiguo Testamento eran buenos para su época. El
pecador se arrepentía y traía su ofrenda visible. El acto del sacrificio era una
expresión del sacrificio interno del corazón contrito y humillado. El sacrificio
sin el arrepentimiento era abominable, pero el arrepentimiento sólo era
insuficiente, ya que había que cubrir, expiar el pecado. Eran menos
transitorios e imperfectos de cubrir los pecados hasta que entrara en vigor
una redención mejor. "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos
no puede quitar los pecados", He. 10: 4. Por la ley la gente estaba consciente
del pecado. Los sacrificios hacían que esos pecados no provocaran la ira de
Dios. Estos sacrificios eran expiación por el hecho externo, pero no
cambiaban el corazón del pecador. Por su imperfección se repetían y eran
ofrecidos por sacerdotes imperfectos que no podían traer al pecador a la
presencia Divina. El sacrificio perfecto de Cristo hizo todo lo que la ley no
pudo realizar. Hizo un solo sacrifico expiatorio y se sentó a la diestra de Dios.
Cubrió a los que murieron arrepentidos en el Antiguo Testamento y a los que
viven ahora. ¡Jesucristo, gracias por ese sacrificio expiatorio! ¡Aleluya!

La expiación simbólicamente prefigurada en el Antiguo Testamento por los


sacrificios de animales, fue realizada en la crucifixión de Jesús, cuando el
propósito de Dios fue consumado. Así como la Pascua recordaba la redención
de Israel de Egipto, el Señor instituyó la Santa Cena, para recordar la
redención de la humanidad del pecado, obrada por El en la cruz del Calvario.
¡Gloria a Dios!

¿Por qué es necesaria la expiación? La santidad de Dios y el pecado del


hombre la hacen necesaria. El pecado perturba la relación personal entre
Dios y el hombre (Is. 59: 2) La expiación cubre el pecado y repara las
relaciones interrumpidas entre Dios y el hombre. Muestra la misericordia de
Dios y también Su justicia. En el Calvario, la pena por el pecado, fue pagada
y honrada la Ley Divina. La Ley de Dios dice que la paga del pecado es
muerte, pero Cristo murió, pagando esa deuda, y derramó Su sangre que

35
limpió el pecado. "Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de
Dios es vida en Cristo Jesús Señor nuestro", Rom. 6: 23. "Pero si andamos en
luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado", 1 Jn. 1: 7.

Por la expiación el pecado es borrado, "Yo, yo soy el que borró tus rebeliones
por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados", Is. 43 : 25; "Y
tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es
quitada tu culpa, y limpio tu pecado", Is. 6 : 7; echado en lo profundo del
mar, "El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados", Miq.
7: 19; echados tras las espaldas de Dios, "He aquí, amargura grande me
sobrevino en la paz, mas a ti agrado librar mi vida del hoyo de corrupción;
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados", Is. 38 : 17; perdonado,
"Pero El, misericordioso, perdonaba la maldad y no los destruía; y apartó
muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo", Salmos 78 : 38.

La muerte de Cristo fue una muerte expiatoria porque quitó y deshizo el


pecado. "De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces
desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se
presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en
medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue
ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por
segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan" He.
9 : 26 - 28. Veamos también Hebreos 10: 12 - 14 "... pero Cristo, habiendo
ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por el pecado, se ha sentado
a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos
sean puestos por estrado de sus pies...". Al expiar el pecado, Cristo cargó con
él, lo quitó del corazón del pecador. "... quien llevó El mismo nuestros
pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos
a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" 1 P.

36
2: 24. "Siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús", Rom. 3: 24. Por esa obra el pecador quedó
justificado, limpio y santificado para pertenecer al pueblo de Dios. ¡Aleluya!

La expiación trajo propiciación. Logró reconciliación con Dios. La expiación


por Su Sangre cubrió el pecado y apaciguó la justa ira de un Dios Santo. Por
eso, en el nombre de Cristo podemos acercarnos a Dios. El compró esto con
Su Sangre. En el Antiguo Testamento, el Arca del Pacto tenía dos partes. El
Arca representaba el trono y tenía las tablas de la ley, la justa voluntad de
Dios. La segunda parte era el propiciatorio, una cubierta o tapa adornada con
querubines. El arca con las tablas de la ley indicaba que Dios es justo y no
pasaría por alto el pecado y que tenía que castigar a los malvados. El
propiciatorio que cubría las tablas de la ley, era el lugar donde la sangre se
rociaba una vez al año a fin de expiar, cubrir los pecados del pueblo. Por la
sangre expiatoria, el trono de juicio se convertía en trono de gracia. El
problema del pecado era resuelto por la expiación. En la cruz del Calvario,
Dios mismo en la persona de Su Hijo, hizo expiación y tomó la pena de
muerte, dejando así abierto el camino para el perdón del pecador. Su Sangre
quitó el pecado que se interponía entre Dios y pecador, y Su muerte canceló
esa deuda. Por eso, todo creyente debe vivir mostrando su gratitud hacia
Aquel que sufrió toda clase de vituperio, con el propósito de salvarnos.
¡Gloria a Dios!

La expiación es un acto de sustitución. El altar representaba a Dios y el


sacerdote al pecador. La víctima era el sustituto del pecador, aceptado en
lugar de éste. Cristo en la cruz nos sustituyó. Por eso el arrepentimiento en
Su nombre nos acerca a Dios. El es el sacrifico y para El es nuestra gratitud.
Murió en nuestro lugar y cargó sobre Sus espaldas el castigo que nos
correspondía, a fin de que nosotros no lo sufriéramos. Ahí llevó el pecado
nuestro, que lo hizo sentirse separado de Dios. "... pero vuestras iniquidades
han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han
hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír", Is. 59: 2. Por eso gritó: "...

37
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?", Mt. 27: 46. Sólo Cristo
pudo hacer ese sacrificio, por eso sólo Él puede salvarnos. Cuando Adán
pecó, Dios fue ofendido, sin embargo, El mismo se movió y sacrificó animales
e hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Estas vestiduras
fueron provistas para que el primer pecador pudiera comparecer ante Dios.
Las túnicas eran un tipo de Cristo, quien se sacrificó en la cruz, para que
nosotros fuéramos vestidos con la justicia de Cristo que nos redimió. Vestidos
de Su justicia podemos presentarnos ante Dios y somos declarados justos por
El. Nadie podrá acercarse jamás a Dios a menos que sea a través de
Jesucristo. Esta obra sublime nos muestra que Dios quiere que el pecador se
arrepienta y se salve. La obra ya está hecha. Sólo hay que proclamarla y el
pecador recibirla.

Por la obra expiatoria de Cristo en la cruz somos muertos al pecado, pero


vivos para Dios en Cristo. Somos libres de la maldición del pecado y
viviremos con Dios por la eternidad. Sólo tienes que venir a Cristo
arrepentido y vivir conforme a Su Palabra. Su Sangre te limpiará de pecado y
recibirás poder para rechazar las tentaciones. Sólo Jesús puede salvarte. "Y
en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a
los hombres, en que podamos ser salvos", Hch. 4: 12. Ven a El ahora y serás
justificado por la obra gloriosa de expiación que el Señor Jesucristo hizo por
la humanidad. Por ese sacrificio de expiación hemos contraído una enorme
deuda de gratitud. Por lo que toda nuestra vida debe ser una acción de
gracias diaria. 3

3.- PARA QUE SE LE ALABE Y SE LE ADORE

A) Digno de adoración

Jesucristo es único en la historia humana. Él no es uno de los dioses. Él es


Dios. Él no es un hombre más. Él es el único hombre perfecto en su bondad.
Él no es otro gran líder él es único líder digno de absoluta devoción y lealtad.

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Él no es sólo un rey, sino el Rey de Reyes y el Señor de Señores. Jesucristo es
santo, justo y eterno. Juan lo llamó el hijo de Dios, y Lucas lo llamó el hijo del
hombre. Él es el Dios hombre. Él es único en su clase.
La gran búsqueda del corazón humano es la búsqueda en el descubrimiento
de aquél que es digno de adoración. Margaret Cleator, en el libro The god
who answers by fire, cuenta la historia de un joven de la India Arjún, que
recorrió el camino en ésa búsqueda. Comenzó su viaje como consecuencia de
una gran tragedia que ocurrió en su familia. Después de graduarse regresó a
su hogar. Allí mientras entraba en la casa, escuchó a su madre gritar: “¡Está
muerta, la hermana de Arjún, Tara, se había enfermado y había muerto. Su
muerte dejó a Arjún en un estado de conmoción y tristeza, y lo dejó con las
preguntas más fundamentales de la vida. Entonces decidió que debía buscar
las respuestas a esas preguntas!”
Con ese fin Arjún comenzó a viajar a los grandes templos de la India.
Deseaba conocer a Dios y encontrar las razones de la vida y la muerte de su
hermana. Durante todo un año visitó templo tras templo. En el primer templo
que visitó a quién le dijo:
- Swamiji, tengo que hacerle una pregunta
El yoga sólo le respondió:
- ¿No traes una ofrenda?
- No tengo dinero – dijo Arjún, disculpándose.
Mirando al espacio el yoga dijo:
- Vienes delante de la presencia de Dios con las manos vacías.
Hasta entonces Arjún no había pensado que para que los líderes religiosos le
pudieran dar respuesta a sus preguntas primero tendría que darle dinero.
- Deseo preguntarle si usted ha encontrado a Dios
- Respondió suavemente.
El yoga no le respondió y Arjún se fue.
Los siguientes meses fueron muy deprimentes para Arjún. Nadie estaba
dispuesto a decirle cómo encontrar a Dios. Hasta se reunió con un sacerdote
que había estudiado en Oxford, Gran Bretaña. El sacerdote le dijo que sólo
podría encontrar a Dios si era “absorbido en la esencia, como una gota de

39
agua es absorbida en el océano”. Le dijo a Arjún que memorizara los miles de
nombres, títulos y epitafios del Vishnu, una deidad hindú y que fuera y se
pusiera de pie en el río Ganges a media noche, donde el agua le llegará
hasta el cuello, recitando esos nombres. No sería sino hasta entonces que
llegaría a ser uno con Dios.
Arjún obedeció al sacerdote, sólo para llegar a la conclusión de que éste le
había dado una orden de cometer suicidio. La corriente del río era tan fuerte
a esa hora que Arjún casi se ahoga mientras gritaba los nombres y títulos de
Vishnu. Fue rescatado por una prostituta del templo momentos antes que la
corriente lo arrastrara. La prostituta le tiró un lazo y lo haló hasta la orilla.
Arjún recobró la conciencia en la orilla y continuó en su desesperada
búsqueda de Dios. Sin embargo, ningún líder religioso le podía decir cómo
encontrar a Dios. Después de un año de búsqueda se sintió muy amargado y
decidió volver a su hogar.
En camino a su casa, un hombre humilde que iba en una carreta tirada por
bueyes le preguntó si le gustaría que lo llevara. El hombre le preguntó a
Arjún porque estaba tan decaído, Arjún le contó de su búsqueda de Dios y
cómo no lo había encontrado. Ese hombre sencillo le contó a Arjún que él sí
había encontrado a Dios cinco años atrás. Le contó que el único camino para
llegar a conocer a Dios era por medio del Dios hombre, Jesucristo. Le habló
de la pureza de Cristo de su amor por todos los hombres Arjún aprendió que
Cristo no era como los líderes religiosos que él había conocido en su
peregrinaje. Aprendió que Jesucristo es lleno de gracia en lugar de avaricia. Y
Jesucristo le ofreció vida en lugar de muerte. Sobre todo, aprendió que Dios
es santo. Arjún ya sabía que tenía pecado. Ahora aprendió que Cristo había
muerto en la cruz en expiación por sus pecados.
Arjún pasó largo tiempo con ese nuevo amigo. Un día Arjún se arrodillo
delante de Jesucristo como al digno de adoración, y lo recibió en su vida
como Señor y salvador. Por fin pudo clamar: “¡Lo encontré! ¡Oh, lo encontré!
El me ha hecho limpio. ¡Por fin tengo paz!”
Arjún había buscado a Dios por todo su país, pero no lo pudo encontrar así.
Cuando Arjún llegó al final de sus propios medios, Dios lo encontró a él.

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Creo que la búsqueda de Arjún expresa el deseo que hay en el corazón de
toda persona. Llega un momento en la vida en que deseamos profundamente
conocer si existe un Dios, y cómo podemos tener una relación con él. He
conocido jóvenes de Europa oriental quienes se le ha enseñado toda la vida
que Dios no existe sin embargo, en lo más profundo de su ser todavía tienen
un gran deseo de conocer a Dios. Otros han buscado abiertamente a Dios en
el mundo Occidental sólo para llegar a desilusionarse con los avaros
manipuladores religiosos. La búsqueda de esas personas señala lo
inconsecuente de la conducta de los pastores cristianos que, como Arjún,
dejan de buscar.
Sin embargo, hay uno que es único en la historia humana. Sólo él es digno de
adoración. No es como los dioses de este mundo. Ni tampoco es como los
que emplean su nombre para satisfacer sus propias ambiciones. Él es
Jesucristo, Dios revelado en carne. La epístola a los Hebreos describe a
Jesucristo como a “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
substancia” (Hebreo 1:3). El conocer, amar y adorar a Cristo es el conocer,
amar y adorar a Dios.
Esa intrépida afirmación puede hacerse basándose en la clara distinción que
hay entre Jesucristo y los otros hombres. La diferencia entre Cristo y los
demás hombres está en su carácter, sus afirmaciones y las confirmaciones
registradas sobre su vida. 4

B) ¿Qué es adorar a dios?

Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño


Es reconocerme en verdad lo que soy: hechura de Dios, posesión de Dios.
Dios es mi Dueño.
Yo le pertenezco.
Adorar a Dios, entonces, es tomar conciencia de nuestra dependencia de Él
y de la consecuencia lógica de esa dependencia: entregarnos a Él y a su
Voluntad.

41
Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
Tú mi Hacedor, yo tu hechura,
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.
Aquí estoy para hacer tu Voluntad. 5

4.- PARA RECONCILIAR AL MUNDO

No existe ninguna definición unánimemente aceptada del significado que


tiene la Reconciliación en las comunidades humanas.
El término Reconciliación, en general, viene del hebreo KIPPER y se traduce
al griego como:
ILASKESTAI: Expiar, frotar, limpiar, purificar (Lv. 12,7; Lv. 14, 20-53)
ILÁSKOMAI: Desenojar, apaciguar, aplacar, propiciar, conciliar, compensar,
redimir, cubrir.
Si se entiende la Reconciliación como CUBRIR, esto indica que CUBRIR es el
precio del rescate (Ex. 21,30; Ex. 30,12), es la cosa que presenta el hombre
al reconocer sus errores a Dios, para indemnizarlo, restituirle, apaciguarlo y
obtener el perdón (Gn. 32,21; Prov. 16,14).
Por lo tanto en los textos del Antiguo Testamento, la Reconciliación se
enmarcó en la acción de apaciguar la ira de Dios frente al reconocido pecado
del hombre.
La Reconciliación era entonces una mancha física que se borraba con la
sangre de la víctima expiatoria (Lv. 8,14-15). Aparece la expiación como
institución Divina y obra de Dios y el hombre que quiere debe confesar su
falta (Lv. 5,5; Núm. 5,7), tratándose de un rito superador de la culpabilidad.

El Antiguo Testamento destaca la Reconciliación a través de MEDIADORES


(sacerdotes, ritos, víctimas, sangre, confesiones) en el caso del MEDIADOR se
trata de hombres de Dios, elegidos por él.
“La Reconciliación perfecta y definitiva fue llevada a cabo por Cristo, el
MEDIADOR entre Dios y los hombres.”

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La palabra Reconciliación, de la raíz latina RECONCILIATIO – IONIS, significa:
1. Volver a unir lo que está separado
2. Volver a la amistad
3. Atraer y acordar los ánimos desunidos
4. Restablecer
5. Restaurar
6. Reconquistar
7. Reparar – Arreglar de nuevo
8. Restituir
9. Reunirse nuevamente
10. Caminar juntos

“La Reconciliación es una experiencia espiritual porque resalta el amor que


Dios ha derramado sobre nosotros como resultado de la Reconciliación que Él
mismo ha llevado a cabo en Cristo.
La reconciliación es obra de Dios: es Él quien la inicia a través de Cristo y la
lleva a su culminación en nosotros. La Reconciliación no es un logro humano,
sino el resultado de la acción de Dios en nosotros.
Dios inicia la obra de la Reconciliación en las vidas de las víctimas,
restituyéndoles la humanidad que los agresores habían intentado arrebatar,
destruir.
Esta restitución de la humanidad expropiada puede ser considerada como el
núcleo mismo de la Reconciliación. La experiencia de la Reconciliación es una
experiencia de Gracia: La Humanidad de la víctima que había quedado
deteriorada, es ahora restaurada como beneficio de una relación vivificadora
con Dios.
Es precisamente ese Ser Imagen de Dios lo que es restaurado.” 6

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CAPÍTULO IV
COMO ALCANZAR LA VIDA ETERNA

1.- TEMOR DE DIOS

Para un no creyente, el temor de Dios es temer el juicio de Dios y la muerte


eterna, la cual es la separación eterna de Dios (Lucas 12:5; Hebreos 10:31).
Para un creyente, el temor de Dios es algo muy diferente. El temor del
creyente es el reverenciar a Dios. Hebreos 12:28-29 es una buena
descripción de esto, “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y
reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Esta reverencia y
admiración es exactamente lo que significa el temor de Dios para los
cristianos. Este es el factor que nos motiva a rendirnos al Creador del
Universo.

Proverbios 1:7 declara, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová...”


Hasta que comprendamos quien es Dios, y desarrollemos un temor
reverencial hacia Él, no podremos adquirir la verdadera sabiduría. La
verdadera sabiduría solo procede del entendimiento de quién es Dios – que Él
es santo, justo y soberano. Deuteronomio 10:12, 20.21 dice, “Ahora, pues,

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Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti?, sino que temas a Jehová tu Dios, que
andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma.” – “A Jehová tu Dios temerás, a Él solo
servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás. Él es del objeto de tu
alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y
terribles que tus ojos han visto.” El temor de Dios es la base para nuestro
andar en Sus caminos; servirle y si, amarlo.

Muchos tienen la tendencia de minimizar el temor de Dios de los creyentes


interpretándolo como “respetarlo”. Mientras que el respeto indiscutiblemente
está incluido en el concepto del temor de Dios, es mucho más que eso. El
temor bíblico de Dios para un creyente, incluye el entender lo mucho que
Dios aborrece el pecado y temer Su juicio sobre éste – aún en la vida de un
creyente. Hebreos 12:5-11 describe la disciplina de Dios hacia el creyente.
Aunque que es hecha en amor (Hebreos 12:6), aún así es algo para temerse.
Como hijos, el temor a la disciplina de nuestros padres se espera que
prevenga las malas acciones. Lo mismo debe ser verdad en nuestra relación
con Dios. Debemos temer Su disciplina y por lo tanto, buscar el vivir nuestras
vidas de tal manera que lo agrademos.

Los creyentes no deben “tener miedo” de Dios. No tenemos razón para


tenerle miedo. Tenemos Su promesa de que nada podrá separarnos de Su
amor (Romanos 8:38-39). Tenemos Su promesa de que nunca nos dejará o
desamparará (Hebreos 13:5). El temer a Dios significa tener tal reverencia
por ÉL, que éste tenga un gran impacto en la manera en que vivimos
nuestras vidas. El temor de Dios es reverenciarlo, someternos a Su disciplina,
y adorarlo con admiración. 1

2.- PRUDENCIA

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La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela,
definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium, para diferenciarla
del arte recta ratio factibilium. De comunicarse con los demás por medio de
un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los
sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas. 2

La palabra prudencia- En Griego es: "PHRONESIS"- Relacionado con


"PHRONEO"- Tener entendimiento, denota sabiduría práctica, prudencia en la
conducción de asuntos, se traduce cordura- sensatez- inteligencia. VINE.
La prudencia es muy importante en la vida del cristiano y más en los asuntos
espirituales debemos de ser muy prudentes, sabios para servir a nuestro
Dios.
Siempre en la vida nos encontramos con muchas dificultades en nuestra vida
todos los días lidiamos con algo y tenemos que usar de mucha prudencia, es
por ello que tenemos que alcanzar la prudencia para saber qué hacer en los
momentos que se nos presente cualquier dificultad en nuestra vida.

A) La prudencia en el cristiano

A. El cristiano debe ser muy prudente, Jesús lo advirtió a sus discípulos.


Mat.10:16. Ser prudentes como la serpiente. La serpiente es un animal que
muestra gran cautela y destreza en evitar los peligros y sobre todo protege y
cubre su cabeza donde reside su fuerza vital y su poder. Con esto Jesús
quería que sus discípulos que estaban tan expuestos a los ataques y peligros
del mundo, no se expusieran sin motivo, sino que usasen todos los medios
legítimos para protegerse. En la causa de Cristo hemos de estar dispuesto a
perder la vida temporal con todas sus conveniencias materiales, pero no
debemos derrocharlas sin motivo. Es un hecho bien atestiguado por la
historia que los creyentes que se ofrecían espontáneamente al martirio sin

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ser buscado por los perseguidores, eran los más propensos a retroceder a la
hora del tormento.
B. Debemos de ser muy prudentes en nuestra habla así como David que fue
prudente en su habla. I Sam.16:18. David era muy prudente en su habla así
nosotros debemos de ser muy prudentes en nuestro hablar con los demás.
Debemos de saber responder. Muchos problemas se dan por lo que nosotros
hablamos ya que no meditamos en los que vamos a decir.
C. Debemos aprender la prudencia. Prov.8:5. Debemos de alcanzar la
prudencia en nosotros. La prudencia habita con la inteligencia ambas van de
la mano. Prov.8:12. El prudente esconde su enojo. Prov.12:16. La pasión es
loca, muchos hombres han perdido su prestigio por no saber controlarse en
el momento del insulto, pero el hombre prudente no hace caso del insulto y
así evita pleitos, no hay nadie tan señor como el que sabe dominarse a sí
mismo.
D. Todo hombre prudente obra con conocimiento. Prov.13:16. Es cauto pesa
bien las circunstancias y sabe cómo responder y actuar con todo
conocimiento, mientras que el necio manifiesta su necedad al proceder
precipitadamente sin precaución y sin prever las consecuencias con lo que se
daña a sí mismo y a otros.
E. El prudente sabe bien su camino. Prov.14:8.Aquí se habla del prudente, la
práctica, del que sabe discernir su camino. Prov.4.26. y por tanto sabe en
cada caso como comportarse, la dirección que hay que tomar sin mirar a los
que otros hagan, ni criticarlos precipitadamente por seguir otros caminos. Ya
que muchos escogen caminos por que van muchas personas por allí. Se fijan
en la cantidad de gente. No se fijan en el camino que es verdadero.
F. El prudente acepta la reprensión. Prov.15:5. El prudente acepta la
corrección por muy dura que esta sea. Es cierto que la corrección aun
viniendo de Dios. Heb.12:11. Es causa de tristeza, pero mejor es el dolor que
causa el cirujano que la muerte que ocasiona un tumor maligno. Y toda
persona prudente presta atención a cualquier corrección o consejo que sirva
para mejorar su carácter y sus actos. Ya que la disciplina es para nuestro
provecho.

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G. El prudente ve el mal y se esconde. Prov.22:3. Es prudente se aleja lo mas
que puede del mal no se acerca a él para no caer.
H. El prudente edifica su hogar en la roca, no en la arena. Mat.7:24-29. El
prudente es aquel que oye las palabras de Jesús y las pones en prácticas.
I. Debemos de estar preparados para la venida de nuestro Señor Jesucristo y
así ser prudentes como las cinco vírgenes. Mat.25:1-13. Debemos de ser
prudentes en velar porque no sabemos la hora de la venida de nuestro
Señor. Estemos preparados para esa venida, que no nos halle desprevenido.

3.- ORACIÓN

A) Introducción

"No hay un método fijo para la oración y cada cual tiene su forma de hacerlo,
pero hay cositas que no deberían faltar en ella, o que a veces hacemos y nos
impide que recibas mas bendiciones de la oración."
Por lo general hacemos 2 tipos de oraciones, la que hacemos en nuestro
corazón cuando estamos caminando, haciendo los quehaceres, guiando etc.
Y la que hacemos cuando, como dice su palabra, nos encerramos en nuestro
cuarto o en algún sitio y sacamos tiempo para hablar con Dios. Este breve
estudio se puede aplicar ambas.

B) Áreas básicas de la Oración

Invocación e Introducción (Mateo 6:9 “…Padre nuestro que estás en los


cielos”) Tenemos que expresar a quien estamos orando. (Aunque orar
significa hablar con Dios, pero tenemos que recordar que muchos brujos y
espiritistas le oran a sus dioses).

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Como parte de la introducción preparamos el ambiente para la oración,
tenemos que empezar a vencer una serie de problemas que quieren impedir
que oremos. Por ejemplo.

Las malicias en los aires – Muchos piensan que porque estamos orando las
malicias no están alrededor; sin embargo ahí es cuando más tratan de hacer
lo posible para tratar de impedir esa bendición. Tenemos que entender que
nuestra lucha es contra principados. (Efesios 6:12) So tenemos que Atar el
hombre fuerte, limpiar los aires, y preparar el ambiente.

La Carne – (Marcos 14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación el


espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil) Tenemos que
entender que si no ponemos de nuestra parte y empezamos a tomar la
seriedad y la importancia de lo que vamos a empezar a hacer, y pedirle a
Dios que nos prepare y nos de la fuerza para poder hablar con Dios
posiblemente o nos quedaremos dormidos, o vamos a terminar de orar en 5
minutos.

Las Diligencias – No vivimos en la iglesia 24 hrs. al día, y hay cosas que


tenemos que hacer, si sabemos que vamos a sacar tiempo para hablar con
Dios, y tenemos algo que hacer, es necesario que o tratemos de terminar lo
que tenemos que hacer rápidamente o debemos hablar con las personas
necesarias (familia) para que sepan que en este tiempo estaremos orando y
no deben ser molestados a menos que sea una emergencia y lo que no lo
sea, se hará cuando se termine de orar.

Alabanza (Mateo 6:9 “...Santificado sea tu nombre.”) Debemos de alabar de


corazón a Dios, tenemos que expresarle que lo amamos, pero no solamente
de palabra sino de corazón. (Juan 4:24 "Dios es Espíritu; y los que le adoran,
en espíritu y en verdad es necesario que le adoren") para empezar una
oración con Dios tenemos que demostrar que disfrutamos de la presencia de
Aquel con quien hablamos.

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Pedir la voluntad de Dios (Mateo 6:10 "Venga tu Reino Hágase tu voluntad,
Como en el cielo así también en la tierra") Como podemos establecer una
conversación o relación con una persona cuando no hay acuerdo y no
conocemos lo que la otra persona desea, tenemos que entender siempre que
la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros. Aun el mismo Jesús en el
monte Getsemaní, no pedía su voluntad sino la voluntad del Padre, cuanto
más nosotros debemos pedir que se haga su voluntad.

Presentación de nuestras peticiones (Mateo 6:11 "El pan nuestro de cada día
dánoslo hoy") Esta es la parte favorita de muchos cristianos la de pedir. Esta
es la oportunidad para presentarle a Dios (aunque El ya las conoce) todo
nuestras peticiones. Aquí le pedimos al Señor por salud, decisiones,
peticiones espirituales (dones, unción, etc.) y o materiales En las peticiones
también le pedimos a Dios que nos cuide de las tentaciones y pruebas que
no sean necesarias. (Mateo 6:13 "y no nos metas en tentación mas líbranos
del mal") Al igual que presentarse de mañana el día en que viviremos y pedir
que Dios destruya todo plan del enemigo en contra de nuestras vidas.

Intercesión – Una parte importante de la petición es la Intercesión, donde le


pedimos o intercedemos ante Dios por otra(s) persona(s) (1 Tim. 2:2 "Exhorto
ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de
gracias, por todos los hombres"; Efesios 6:18 "orando en todo tiempo con
toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
y suplica por todos los santos") en esta gemimos y lloramos si es necesario
para que Dios tenga misericordia de el pueblo o para que Dios cambie,
Moisés intercedió por el pueblo de Israel cuando Dios pensaba destruirlo, si el
pueblo de Búfalo se uniera en clamor y pidiera por los gobernantes de esta
ciudad, Dios pusiera hombres con sabiduría que pudieran levantar esta
ciudad. Debemos orar e interceder aún por nuestros enemigos (Mateo
5:44...y orad por los que os ultrajan y os persiguen

50
Unas de las armas más poderosas que se utilizan para la Intercesión es La
Cadena

Por lo general hay 2 tipos de cadenas de oración:

La Cadena de Manos – Esta es cuando 2 o más hermanos se unen de manos


y poniéndose de acuerdo oran, claman y gimen a Dios por una o más
peticiones.

Las Cadenas de 24 horas – Cuando se dividen las 24 horas del día entre un
grupo de personas las cuales, cada hora se rotan para orar a Dios por una
petición o grupo de peticiones en específico. (Se imagina lo que es estar 24
horas al día pidiéndole a Dios por algo. Una parte que sería beneficiosa del
pueblo de Dios es de orar constantemente por la iglesia, tanto por la local
como en general, si tan pronto termináramos un servicio empezáramos a
orar y a pedirle a Dios que vaya preparando la bendición para el próximo
culto la gloria de Dios se derramara en cada uno de ellos.
No podemos olvidar que Dios nos ordena en su segundo mandamiento que
“Amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos” y si nos gusta que
Dios supla nuestras necesidades también nos debería agradar pedirle a Dios
que supla las necesidades de nuestros prójimos) Por ultimo otra parte Biblia
de la Intercesión es interceder por Israel (Salmo 122:6)

Arrepentimiento y perdón – Porque esta parte fue la última explicación de


esta sección no significa que se debe dejar para ultimo, es menester que
arreglemos cualquier ofensa antes de que alabemos al Señor. (Mateo 6:12 "Y
perdónanos nuestras deidad, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores) Una fase importante de la oración es el arrepentimiento y
confesión de Pecado (Ver Salmos 51) tenemos que ser sincero con Dios y
arrepentido Dios no tolera la hipocresía y a él no le podemos mentir, (Salmos
92:11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres) tenemos que ser
honestos con él y pedirle perdón para que nuestra oración sea oída Al igual

51
que tenemos que aprender nosotros a perdonar a nuestros deudores. No
podemos olvidarnos que Dios no aceptara nuestras alabanzas si tenemos
algo contra nuestro prójimo o aun si sabemos que nuestro prójimo tiene algo
contra nosotros y no hacemos nada para resolver la situación. (Mateo 5:23
"Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano
tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda reconcíliate
primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda")

C) Que debe acompañar a la oración

Se ha probado que la persona hace ejercicio para rebajar o para fortalecer los
músculos y no acompaña el ejercicio con algún tipo de Dieta no recibe
mucho beneficio, de igual manera la oración funciona mejor cuando la
acompañamos de ciertos elementos que veremos a continuación:

Ayuno – “La Abstinencia de Comer con el fin de consagrarse más a Dios”


(Marcos 9:29 "Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y
ayuno".) Cuando Ayunamos no solamente nos abstenemos de comer, sino
que separamos ese tiempo sean 12 horas, 24 horas o varios días para
Estudiar la Biblia y otros libros de estudio cristianos, orar, cantar cánticos,
etc. En otras Palabras Darle Viandas, Steak y de los mejores manjares a
nuestro espíritu. Ahí nos fortalecemos y por lo general recibimos grandes
bendiciones espirituales y aun a consecuencias de ellos, bendiciones
materiales.

Fe, (Marcos 11:23 "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este
monte: Quítate y échate a la mar y no dudare en su corazón, sino creyere
que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho".) Como podemos
recibir lo que pedimos y o agradar a Dios, sino creemos que lo recibiremos,
Dios no se agrada de aquellos que oran sin Fe. (Hebreos 11:6 "Pero sin fe es

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imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan")
Santidad o Estar en la voluntad de Dios, (Juan 15:7 “Si permanecéis en mí y
mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será
hecho”. Cuando necesitamos un favor por lo general se los pedimos a los
amigo con los cuales tenemos más confianza, porque hay más posibilidades
que nos ayuden ya que me conocen bien de igual manera mientras más
conocemos a Dios, y estamos en su voluntad, más él contestara nuestras
peticiones. Aun cuando Dios está dispuesto a tomar una acción, puede
cambiarla por un justo, fijémonos que tuvo misericordia de Israel, por la
intercesión de Moisés (un justo) a Ezequías (un justo) le añadió 15 años de
vida después que había decidido llevárselo porque él le acordó que había
sido justo delante de él. Los justos tienen un arma secreta, que cuando la
usan estremecen los cielos (La Oración)

Clamor (Jeremías 33:3 “Clama a mí y yo te responderé y te enseñare cosas


grandes y ocultas que tu no conoces”) Clamar a Dios es pedirle a él en un
nivel más intenso, no es simplemente decirle que tenemos una petición, pero
es gemirle, llorarle. El salmista compara su clamor con el bramido de el
ciervo por las aguas (Salmo 42:1) Si utilizamos ese ejemplo podemos darnos
cuenta de que el Clamo es algo más profundo que simplemente expresar una
petición.

Oración Matutina – (Proverbios 8:17 “Yo amo los que me aman y me hallan
los que temprano, “o de madrugada” me buscan”.) Es necesario demostrarle
a Dios que es lo más importante de nuestra vida al darle las primicias de
nuestro tiempo cada día, lo primero que hagamos con el día que el Señor nos
da, debería ser hablar con él. Además, no podemos olvidarnos que al
empezar el día deberíamos de cubrirnos con la coraza de Dios por medio de
la oración.

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Humillación y arrepentimiento ante Dios (2 Crónicas 7:14 “Si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mis rostro
y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonare sus pecados, y sanare su tierra”) Muchas veces no le guardamos
el respeto debido a la oración y pudiendo doblar rodillas, porque estamos un
poco agotados, nos acostamos y a media oración, nos quedamos dormidos,
(Medite en esto: para hablar con su jefe se acostaría usted en la cama o en la
carpeta del piso para estar cómodo y hablaría así con él?)

Es cierto que Dios quiere también ser nuestro amigo, pero en ningún
momento podemos olvidar quien es él. No hay nada malo con ponernos a
alabarlo en nuestro corazón cuando nos vamos a dormir hasta que nos
quedemos dormido, pero eso no debería sustituir el que oremos, sea de
rodilla, parados caminando si no podemos arrodillarnos, o sentados si por
alguna razón no podemos hacer ninguna de las dos.

Alabanzas (Salmo 103:2 "Alaba, alma mía a Jehová, y no te olvides de sus


beneficios") Cuando aprendemos a amarle y alabarle, Jehová se glorificara en
nosotros y nos dejara ver lo hermoso que es alabarle, no solamente con su
presencia intensificada en nosotros, pero también supliendo todas las
necesidades y o peticiones de nuestro corazón.

D) Que hace que no recibamos la oración

En ocasiones le pedimos a Dios por algo y no lo recibimos, y tal vez es que no


nos conviene recibir esa petición, pero a veces es porque estamos haciendo
algo mal en nuestra petición. Veamos algunas de ellas.

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Pedir Egoístamente (Santiago 4:3 “Pedid y no recibid porque pedís mal para
gastar en sus propios deleites”) A veces Dios nos quiere bendecir con algo,
pero no lo recibimos porque en todo lo que pensamos es en otra cosa con el
único fin de satisfacer nuestro capricho.

No escudriñamos la Palabra ni sus promesas. En la palabra de Dios hay un


número grande de promesas de bendiciones que Dios nos quiere dar al igual
que reglas para conseguirlas, pero si no las conocemos es como tratar de
volar un avión sin saber el manual, posiblemente logremos despegar, pero no
vamos a llegar a nuestro destino.

Cansarnos de Pedir (Daniel no logro obtener la respuesta sino hasta después


de 21 días de constante búsqueda y oración) Cuantas veces le pedimos una
petición a Dios, pero porque no la recibimos en 2 ó 3 días nos cansamos, y no
le demostramos a Dios interés.

Dudar al Pedirle a Dios. (Santiago 1:6) "Pero pida con fe, no dudando nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrado por el
viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor".

Mucha oración, pero poca acción (Éxodo 14:15 “Entonces Jehová dijo a
Moisés, ¿porque clamas a mi? Di a los hijos de Israel que marchen”) Cuantas
veces le pedimos a Dios, que nos dé un trabajo, pero no salimos a buscarlo,
que nos dé una unción, pero no nos consagramos más o hasta le lloramos
para que le provea a alguien, pero cuando podemos nosotros ayudar no lo
hacemos. (Proverbios 3:27 "No te niegues a hacer el bien a quien es debido.
Cuando tuvieras poder para hacerlo. No digas a tu prójimo, anda y vuelve y
mañana te daré, cuando tienes contigo que darle").

A veces pedimos pero no queremos la voluntad de Dios sino la nuestra.


Tenemos que entender que lo que Dios tiene para nosotros siempre es mejor.

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Y conocer que hay caminos que nos parecen derecho, pero su fin es camino
de muerte, pero Dios escudriña todas las cosas. Tenemos que estar de
acuerdo con la voluntad de Dios (Amos 3:3 ¿Andarán 2 juntos si no están de
acuerdo?)

Orando sin guardar el respeto a Dios (Juan 9:31 "Y sabemos que Dios no oye
a los pecadores pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a
ese oye".) Muchas veces parece que ignoramos a quien le estamos pidiendo,
y en casos parece como que lo que faltaría es que alguno se dirigieran a Dios
diciéndole: What's up dude, esa clase de irreverencia detiene las bendiciones
y las respuestas de Dios

Utilizando vanas repeticiones (Mateo 6:7 "y cuando ores no uséis vanas
repeticiones como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán
oídos".) Muchos creen que porque dicen el Padre Nuestro 50 veces van a
hacer algo, no entendiendo que este es simplemente el modelo, pero la
oración no debería de venir de un papel sino de nuestro corazón.

Utilizar la oración para que nos vean. "La gracia sea con todos los que aman
a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén." (Efesios 6:23) 3

4.- AYUNO

En la época del antiguo testamento el ayuno tenía como fin humillarse y


dolerse de los pecados, convertirse a Dios, acercarse a Él y buscar liberación
ante la opresión y los ataques de los enemigos de Israel. Al parecer la Iglesia
primitiva lo practicaba en ocasiones especiales, como parte de su culto, con
el propósito de estrechar la comunión con Dios y fortalecer sus oraciones,
especialmente la de intercesión (Hechos 13:3). En Marcos 9:29, Jesús indica
que el creyente debe orar y ayunar para revestirse del poder divino cuando
lucha contra las fuerzas de Satanás.

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Los fariseos practicaban con diligencia el ayuno, pero con el fin de hacer
alarde de su espiritualidad. Trataban de desfigurar y revestir de
espiritualidad su rostro para que todo el pueblo viera cómo se consumían de
tristeza. Esa era su recompensa. El discípulo del Señor debe ayunar en
secreto, porque es un acto que debe realizar ante Dios y sólo para Él. 4

“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos


demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa.” (Mateo 6:16-18).
Ayunar, no tomar alimentos con el propósito de emplear el tiempo en
oración, es noble y dificultoso. Nos da tiempo para orar, nos enseña
autodisciplina, nos recuerda que podemos vivir con mucho menos y nos
ayuda a apreciar los dones de Dios. Jesús no estaba condenando el ayuno
sino la hipocresía de ayunar con el fin de ganar la aprobación de la gente. El
ayuno era obligatorio para los judíos una vez al año, en el día de la Expiación
(Levítico 23:32). Los fariseos ayunaban dos veces a la semana para
impresionar a la gente de su <<santidad>>. Jesús recomendó actos de
autosacrificio hechos en silencio y con sinceridad. Buscó personas que lo
sirvieran con buenos motivos, no para satisfacer ansias de alabanza. 5

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CONCLUSIÓN
La necesidad de un amor verdadero por el mundo actual, nos lleva a
acercarnos a la presencia de nuestro creador, único y suficiente salvador
Jesucristo; esto lo podemos hacer a través de la oración, el ayuno, la
alabanza y la adoración, etc.
Es necesario que cada uno de nosotros que hemos conocido de grande
Salvación nos interesemos cada día en conocer más de nuestro Salvador, y
de esta manera poder presentárselo al ser humano que anda en búsqueda de
comprensión, amor, esperanza y de una razón propia para vivir; el ser
humano en esta búsqueda y muchas veces por falta de quién se la presente
a optado por buscar caminos equivocados: vicios, sectas, narcotráfico y
muchas veces hasta llegar al suicidio.
A través del estudio de este libro nos podemos dar cuenta del gran interés de
Dios porque el hombre encuentre el camino de la vida eterna, razón por la
cual envió a su propio Hijo a dar su vida por nosotros en la cruz del calvario.
Este interés es tan grande que involucra a los que ya hemos conocido de
esta salvación; descubriendo la manera de cómo Dios quiere que nos
mantengamos en comunión con Él, permaneciendo fieles a través del amor
mismo, la fe, la obediencia, la fidelidad y la humildad.
Dios es fiel y espera que cada uno de nosotros los cristianos, le entreguemos
todo nuestro ser: amándole, correspondiéndole, etc. así como Él. Ya que Él es
paciente para con nosotros primero porque somos sus hijos y segundo
porque ama al ser humano sin medida y limite.
La manera de corresponder a ese gran amor y sacrificio que primero Dios nos
demostró a nosotros, es dando testimonio de Él en la manera de conducirnos
en ese camino de Salvación que es Cristo Jesús Señor nuestro; a través de
nuestro testimonio, búsqueda de Él en la oración y del conocimiento de su
Palabra que es verdad y espada nuestra dada por Dios; vamos a poder

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presentar a Jesucristo como puerta única de salvación al ser humano,
demostrándole que solo a través de Él, encontrará la paz, el amor, la
comprensión tan anhelada en éste mundo que cada día vive en medio del
caos.
Cada día que pasa podemos darnos cuenta de cuan necesario es la salvación
para el mundo entero; ya que estamos viendo el cumplimiento de las últimas
profecías dadas por Cristo Jesús antes de su regreso por los redimidos.

“… Y habrá pestes, y hambres y terremotos en diferentes lugares” San Mateo


24: 7. (RV. 1960).
APARATO CRÍTICO

CAPÍTULO I
1. PABLO HOFF, SE HIZO HOMBRE, EDITORIAL VIDA, 1989, PÁG. 52 – 54.
2. Op. Cit., PÁG. 167 y 168.
3. Ibíd., PÁG. 188.
4. http://confirmaemaus.galeon.com/aficiones1310628.html
5. http://www.jesussaves.cc/spanish/prayer_salvation.htm
6. http://confirmaemaus.galeon.com/aficiones1310628.html
7. http://www.christiananswers.net/spanish/q-dml/dml-y005s.html
8. http://www.las21tesisdetito.com/t8.htm

CAPÍTULO II
1. PABLO HOFF, SE HIZO HOMBRE, EDITORIAL VIDA, 1989, PÁGS. 223 - 224.
2. MABEL DI ROCCO, COMO VIVIR UN VIDA VICTORIOSA, EDITADO POR
EMMANUEL III MAYO 2000, PÁGS. 18 – 22.
3. BIBLIA DEL DIARIO VIVIR, EDITORIAL CARIBE, 1997, PÁG. 983.
4. RICARDO DI ROCCO, REVELACIONES DIVINAS DE LA UNCIÓN, EDITADO
EMMANUEL III, ABRIL 2000, PÁG. 45 – 63.

59
5. MABEL DI ROCCO, CÓMO VIVIR UNA VIDA VICTORIOSA, EDITADO POR
AMMANUEL III, MAYO 2006, PÁGS. 55 Y 56.
6. Op., Cit., PÁGS. 97 – 99.
7. BIBLIA DEL DIARIO VIVIR, EDITORIAL CARIBE, 1997, PÁG. 1743.
8. PABLO HOFF, SE HIZO HOMBRE, EDITORIAL VIDA, 1989, PÁGS. 194 Y 195.
9. Op., Cit., PÁGS. 249 – 259.

CAPÍTULO III
1. BIBLIA DEL DIARIO VIVIR, EDITORIAL CARIBE, 1997, PÁGS. 1492 Y 1739
2. http://es.wikipedia.org/wiki/Expiaci%C3%B3n_(religi%C3%B3n)
3. http://www.deleiteenarmonia.net/2008/06/gracias-por-el-sacrificio-
expiatorio.html
4. SAMUEL TIPPIT, DIGNO DE ADORACIÓN, EDITORIAL VIDA. 1990, PÁGS. 38-
40.
5. http://www.homilia.org/adorar/index.html
6. SCHREITER, Robert J. “El Ministerio de la Reconciliación” (Espiritualidad y
estrategias) Ed. SAL TERRAE, Santander. Pág. 30

CAPÍTULO IV
1. http://www.gotquestions.org/Espanol/temor-de-Dios.html
2. http://es.wikipedia.org/wiki/Prudencia
3. http://www.foroekklesia.com/showthread.php?t=5849
4. PABLO HOFF, SE HIZO HOMBRE, EDITORIAL VIDA, 1989, PÁG. 118.
5. BIBLIA DEL DIARIO VIVIR, EDITORIAL CARIBE, 1997, PÁG. 1231.

60
BIBLIOGRAFÍA

1. PABLO HOFF, SE HIZO HOMBRE, EDITORIAL VIDA, 1989.


2. MABEL DI ROCCO, COMO VIVIR UN VIDA VICTORIOSA, EDITADO POR
EMMANUEL III MAYO 2000.
3. MABEL DI ROCCO, CÓMO VIVIR UNA VIDA VICTORIOSA, EDITADO POR
AMMANUEL III, MAYO 2006.
4. BIBLIA DEL DIARIO VIVIR, EDITORIAL CARIBE, 1997.
5. RICARDO DI ROCCO, REVELACIONES DIVINAS DE LA UNCIÓN, EDITADO
EMMANUEL III, ABRIL 2000.
6. SAMUEL TIPPIT, DIGNO DE ADORACIÓN, EDITORIAL VIDA. 1990.
7. SCHREITER, Robert J. “El Ministerio de la Reconciliación” (Espiritualidad y
estrategias) Ed. SAL TERRAE, Santander.
8. http://confirmaemaus.galeon.com/aficiones1310628.html
9. http://www.jesussaves.cc/spanish/prayer_salvation.htm
10. http://www.las21tesisdetito.com/t8.htm
11. http://es.wikipedia.org/wiki/Expiaci%C3%B3n_(religi%C3%B3n)
12. http://www.deleiteenarmonia.net/2008/06/gracias-por-el-sacrificio-
expiatorio.html
13. http://www.homilia.org/adorar/index.html
14. http://www.gotquestions.org/Espanol/temor-de-Dios.html
15. http://es.wikipedia.org/wiki/Prudencia

61
16. http://www.foroekklesia.com/showthread.php?t=5849

62

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