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A te Be Enrica Boffelli W3Bggp any a Guido Sirtori guia fotografica , de la ¥ t. Pp Spy Ratt modalidad y época adecuadas para cada especie de arbol operaciones que hay que realizar durante la poda y tras esta EDITORIAL DE VECCHI INTRODUCCION hia a ee ea) La poda es una practica habitual, me- diante la cual es posible «cambiar» el comportamiento de una planta para obtener los resultados (principalmen- te de cardcter productivo) que se de- seen. Sin embargo, para realizar correcta- mente esta operaci6n es necesario co- nocer, a través de la observacién y de la préctica, el comportamiento natural de los érboles en un ambiente concre- to, para, de este modo, poder interve- nir donde y cuando sea necesario. En efecto, la poda modifica, tanto durante breves perfodos como a lo lar- go de la vida de la planta, su creci- miento y desarrollo, De este modo, la estructura natural y Uipica de cada especie frutal arbérea puede ser modificada para distribuir los recursos en favor de la fructifica- cién. Todas las operaciones (tanto las de poda como las restantes) tienen, en principio, la finalidad de acelerar el ritmo del desarrollo de los 4rboles j6- venes, reduciéndose al minimo la du- racin del perfodo improductivo. Sucesivamente, la funcién de la poda consistiré en regular el equilibrio entre vegetacién y fructificacién y en facilitar todas aquellas intervenciones en el cultivo que el desarrollo de la planta necesite. FASES FENOLOGICAS we Se Se El ciclo vital de los arboles se puede dividir, esquematicamente, en tres fa- ses principales: crecimiento, produc- cién y vejez, validas tanto para las plantas provenientes de semillas como para las obtenidas por via asexual (en especial por injerto, aunque también destacan las producidas por esqueje, acodo y mugrén) (fig. 1). Actualmente, las plantas frutales mas difundidas estan formadas en su mayoria por dos individuos diferentes, uno de los cuales pone a disposicién las raices (sujeto, portainjerto 0 pa- trén) y el otro la parte aérea (objeto, injerto o ptia de injerto) (fig. 2). En este caso, tanto el crecimiento inicial como la vejez son més acelera- dos, pero el periodo de reproduccién resulta mas largo y precoz En las tres fases, la intervencién del hombre es muy destacada, pero lo que hace posible condicionar y orientar el desarrollo vegetativo son los varios ti- pos de poda. En la primera, el creci- miento y desarrollo son més rapidos (posteriormente se mantendran cons- tantes), permitiendo a la planta la ex- pansién de sus races en la tierra, la consistencia del tronco y la distribu- cin de sus ramas en la parte aérea. Sin embargo, un buen desarrollo ra- dical sera aquel que posibilite un and- logo crecimiento de la copa. Por ello, durante la primera fase del desarro- lo, las raices precisamente asumen ma- yor importancia, utilizando la mayoria de las sustancias nutritivas producidz por las hojas para desarrollar, de ma- nera consistente, su aparato. En efecto, hasta que las rafces no alcancen una propagacidn tal que les permita abastecer de agua y sales mi- nerales en abundancia toda la parte aérea, no se iniciard el proceso produc- tivo. FASES FENOLOGICAS @ Fig. 1 Formas de propaga- cién de las plantas: A) esqueje; B) acodo de cepa; C) mugrén FASES FENOLOGICAS m Fig. 2 Presentacion y desarrollo de dos organismos en a planta injertada pda ——> de injerto —— portainjerto —————_> FASES FENOLOGICAS En las plantas producidas por semi- llas, este periodo de crecimiento resul- ta muy largo si se quieren cultivar con fines econémicos, ya que puede durar incluso entre diez y doce afios. La técnica del injerto permite re- ducir este tiempo, totalmente impro- ductivo, a sdlo dos 0 tres afios, favore- ciendo asf un rapido desarrollo de las races (por ello resulta tan importante elegir el patrn més adecuado) y de los frutos. Aunque este proceso repercute desfavorablemente en la longevidad de la planta. Aun asf, los gastos generales de un plantio de drboles frutales son mucho mis reducidos, gracias al gran anticipo en la produccidn. Cuando la relacion entre la copa y a raiz se hace paritaria (transcurridos dos 0 tres afios si la planta se ha culti- vado con las técnicas de poda e injerto correctas) empieza la fase de produc- ci6n, es decir, el largo periodo de fruc- tificacién, que puede variar segtin la especie. Normalmente, el Arbol estd ya for- mado a los diez 0 doce afios, con sus ra- mas principales distribuidas en funcién de la especie a la que pertenezca y del ambiente en el que se haya desarrollado, La actividad vegetativa se inicia en primavera, con la apertura de los bro- tes y el consiguiente desarrollo de los pimpollos. Segiin la especie arbérea frutal de la que se trate, puede producirse un florecimiento inicial y una posterior emisién de las hojas (albaricoquero, melocotonero), el caso inverso 0 inclu- So una apertura simulténea de ambos elementos. En todo caso, cada afio, ademas de producir nuevos brotes, la planta aumenta de espesor, tanto en lo que concierne al tronco como a las ramas y raices. Los nuevos brotes pueden surgir en un punto cualquiera de la rama o ser una prolongacién de una del afio ante- rior (yema apical). Su crecimiento prosigue a lo largo de todo el verano, pudiendo alcanzar incluso, en plantas muy vigorosas, una longitud de varios metros (superada notablemente por las de tipo sarmentoso, como el kiwi y la vid, que producen ramas jévenes cada aio). Hacia finales de agosto se inte- rrumpe el crecimiento y adquiere ma- yor importancia la maduracién de la madera (agostamiento) en previsién del periodo invernal, ya que sélo la que se halle uniformemente madurada podré superar esta frfa estacién. La polinizacién de los arboles fru- tales (pomdceas, drupdceas, higue- ras), suele producirse gracias a la la- bor de los insectos 0 a la accién del viento (polinizacién entoméfila 0 aneméfila respectivamente). Las flo- res abiertas, oportunamente fecunda- das, se convertiran en frutos, es decir, fructificard Los mayores obstéculos para que se produzca la polinizacién (y, conse- cuentemente, la fecundacién poste- rior) son imputables a factores clima- ticos tales como bajas temperaturas primaverales, Iluvias intensas y fre- cuentes durante el florecimiento y vien- tos tempestuosos (que impiden el vuelo de los insectos) 0 a la esterilidad constitucional de las plantas. FASES FENOLOGICAS FLORACIONES MES | ESPECIE En._|Febr. |Mor. | Abr. | Moy. | Jun. | Jul. | Ag. | Sept. | Oct. |Nov. | Dic. Manzano . Peral walks Membrillero: fe = Nispero japonés . Albaricoquero adits Cerezo dulce ° Cerezo dcido : Almendro o|e * Melocotonero ele Ciruelo europeo s Ciruelo chino-jap. aemuts: Naranjo e|- Limonero ' efete}] efoto ele Mandarino : : Pomelo * Castano : Higuera . els Caqui ole Kiwi eje Avellano* edie 2 so NogaF +d) 2 Vid e[- Gl: FLORES MASCULINAS Q: FLORES FEMENINAS Epocas de florecimiento: las plantas pertenecientes a la misma especie fiore- cen Casi simultneamente, aunque Ia maduracién de los frutos puede produ- cise en distintos momentos, de lo que se deduce que no existe relacion alguna entre estos dos factores. 1. Cuando el periodo de florecimiento es superior a los tres meses. las plantas se denominan reflorecientes. 2. Las flores masculinas aparecen con anterioridad, pero la maduracion del polen se obtiene en relacién al florecimiento de las femeninas. FASES FENOLOGICAS En este caso, sera necesaria una po- linizacién cruzada, mediante polen proveniente de cultivos diversos. Es importante conocer bien esta forma de incompatibilidad en el mo- mento de plantar, para poder escoger asi las mejores variedades productoras de polen y permitir la polinizacién cruzada, preferible (también en el caso de variedades autocompatibles) por- que con seguridad determina una ma- yor fructificacién. La eleccién de las variedades com- patibles se orientaré hacia aquellos cultivos que tengan una 6ptima actitud fecundante y florezcan al mismo tiem- po que el principal. Es frecuente hallar variedades auto- compatibles en el cerezo dulce, almen- dro, manzano, peral y en el ciruelo chino-japonés (en cambio, este hecho es muy poco frecuente en el albarico- quero, guindal, ciruelos europeos y en los agrios). No todas las flores presentes en la planta en el momento de la floracién son fecundadas y, de las que si lo son, s6lo algunas consiguen fruetificar y madurar, Para obtener una buena pro- duccién, el porcentaje de maduracion varia entre el 10-20 % en el caso del melocotonero y del cerezo, mientras que las poméceas y el olivo registran valores inferiores, en torno al 5%. El crecimiento de los frutos (produ- cido normalmente en el transcurso del periodo estival) consta de dos fases: la primera se haya caracterizada por una continua divisién celular y la segunda por la distensién de estas células, con el consiguiente aumento de volumen de los frutos, aunque, en ambas, puede producirse una caida precoz de estos en su fase de desarrollo, Este fenémeno es bastante normal (se da en junio, antes de la recogida y en general, debido a circunstancias fi- siolégicas) y puede estar determinado por una maduracién excesiva. De este modo, la planta se autorregula para poder abastecer de agua y de las sus- tancias nutritivas disponibles los fru- tos que le quedan Sin embargo, con bastante frecuen- cia suelen hallarse plantas que presen- tan una maduraci6én demasiado eleva- da 0 una cafda precoz excesiva, que ni tan sélo la de tipo fisiolégico consi- gue regular, Es en estos casos cuando las intervenciones de poda pueden restablecer un equilibrio a la altura de la copa ¢ impedir la alternancia, favo- reciendo la produccién de frutos cuantitativa y cualitativamente acep- tables. La fase final de la fructificacién concluye con la maduracién de los frutos, que sufren profundas transfor- maciones en su pulpa y cdscara: se desarrollan los caracteres organolép- ticos (como el sabor, la acidez, la as- tringencia, el aroma, etc.), aumenta el contenido en azticares debido a la hidrélisis del agua, disminuyen los dcidos, se forman las pectinas que fa- vorecen el ablandamiento de la pul- pa, se sintetizan los pigmentos del color, desaparece la clorofila y, por tiltimo, se desarrollan las sustancias aromiticas. La maduracién es gradual en el seno de una misma planta y esté en funcién de la posicién de las ramas. Asimismo, en el conjunto de un culti- FASES FENOLOGICAS vo de una misma especie, varia nota- blemente (en periodos de tiempo muy amplios) hasta el punto de que pueden distinguirse variedades precoces, me- dias y tardfas, La maduracién del fruto se corres- ponde con el alcance de la capacidad germinativa de las semillas (comesti- bles en las nueces, avellanas, almen- dras, castanas, kiwis e higos, si bien en estos dos tiltimos casos se comen junto ala pulpa). Muy a menudo, las recién sacadas del fruto presentan un estado de quiescencia, que sdlo les permitira germinar transcurridos algunos meses 0 incluso aiios. Durante los primeros aitos, tras el crecimiento, se constata un aumento creciente de la produccién que, en afios posteriores, se hace constante, es- tabilizandose incluso durante muchos mis, segtin la especie frutal de la que se trate, Posteriormente, tiene lugar la ulti ma fase vital de la planta, que corres- ponde a la vejez. El primer sintoma de este periodo fisiolégico suele consistir en un rapido descenso de la produccién, asi como en un freno del desarrollo general de la planta. El fenémeno, estrechamente ligado a la edad, depende del hecho de que las sustancias absorbidas y elaboradas son utilizadas, en su mayoria, para mantener la estructura del arbol, por lo que los recursos destinados a la pro- duccién de nuevos frutos, rafces y bro- tes son muy limitados. Asi, se inicia un mecanismo reduc- tivo, que alcanza su punto miximo ya en la veje: DESARROLLO DE LAS RAMAS Cada especie arbérea tiene una geo- metria especial que la caracteriza, que suele estar representada por la distri- bucién y disposicién de las ramas en el tronco. La forma de la planta se adecua a | funcién que las ramas tendrain que de- sarrollar en el ambiente en el que se si- tien. Es importante observar la forma de la copa y la distribucién de las ra- mas, ya que condicionan al arbol, prin- cipalmente en su relacion con el viento y con otros agentes atmosféricos. Este aspecto deberd ser tenido en cuenta si manipulamos la forma del arbol en funcidn de nuestras exigencias. Por otra parte, el tipo de ramifica- cién varia con el paso de los aitos: por ejemplo, en la fase juvenil, la posicién tendencial de todas las ramas es hacia arriba, mientras que, en la madurez, tienden a ensancharse, para mds tarde caer hacia abajo, ya en la fase de vejez (fig. 3), que se manifiesta a través de una considerable reduccién, tanto en ntimero como en longitud, de todas aquellas. En definitiva, es indispensable des- tacar que el crecimiento y longitud de las ramas y de los brotes esté ligado a la posicién en Ia que estos se encuen- tran, Las ramas cortas © muy cortas estan localizadas en la parte mas interna y vieja de la copa (en la que se filtra me- nos luz), en tanto que en las exteriores prevalecen las largas, con brotes late- rales de distinto vigor: este fenémeno se debe normalmente a la posicién, FASES FENOLOGICAS. juventud senescencia vejez y muerte Big. 3 Esquema general de modificacién del desarrollo de un arbol frutal, en el trans- curso de sus distintas fases vitales FASES FENOLOGIC mds o menos iluminada, de una sola rama, que domina sobre las restantes y orienta su posterior desarrollo. COMPETENCIA Por lo que respecta a la parte aérea de la planta, es necesario subrayar que no todos los 6rganos presentes participan en el desarrollo y crecimiento total de la copa. Esto es debido a que cada rama puede desempefiar la misma fun- cidn que las demas (en efecto, cada una de ellas puede producir hojas, flo- res y frutos), por lo que se entabla una competencia entre las diversas partes para alcanzar un tnico y mismo resul- tado. De este modo, las rafces compi- ten entre ellas, asf como las yemas, que presentan la capacidad de limitar 0 impedir el desarrollo de las restante: Es este el caso de la denominada api- cai (presente en cada brote), la cual, para mantener el dominio, produce hormonas que inhiben el desarrollo de las subyacentes). Ademas, segtin la posicién, pueden atraer, en mayor o menor grado, las sustancias nutritivas en su propio y tinico beneficio. En estado natural, esta competencia se manifiesta cuando observamos, con bastante asiduidad, grandes ramas muertas, que permiten un mejor des rrollo de las vecinas. Esta forma de autorregulacién natu- ral (debida a la competicin para obte- net el «mejor lugar») no es otra cosa que una forma de poda espontiinea, cau- sada por ka I6gica conexién que existe enla planta y que obliga a todas sus par- tes a contribuir al desarrollo general DISPOSICION Y EDAD DE LAS HOJAS La posibilidad de crecimiento de la planta esta también ligada a la disposi- cidn del ntimero de hojas presentes en la copa. Esto se debe a que la distribu- cidn de dichos érganos en la planta po- sibilita un m4ximo rendimiento foto- sintético. Por este motivo, las hojas localiza- das en las partes bajas e internas de la planta tienen, a causa de la escasez de luz, un bajo «rendimiento» en cuanto a fotosintesis (produccién de sustancias orgdnicas), mientras que, en cambio, las que se desarrollan en las partes ex- ternas y soleadas de la copa (hojas de alto rendimiento) son diferentes, in- cluso estructuralmente: su_transpira- cidn, respiracién y fotosintesis es mas elevada y son mis gruesas, mis ricas en agua y mas verdes. Este fenémeno est muy condicio- nado por las variaciones estacionales: por ejemplo, durante el primer perfodo primaveral, casi todas las hojas pre sentan una excelente disposicion para realizar la funcién fotosintética. Sin embargo, debido al paso del tiempo, al desarrollo de los brotes, a la fructifica- cidn, etc., se pueden reducir las condi- ciones de iluminaci6n, principalmente en el interior de la copa. Esto se soluciona con la poda (tanto verde como seca), ya que permite crear discontinuidades en ella y reali- zar aperturas, que posibilitan una ma- yor distribueién de la luz y un mejor paso del viento entre el follaje. La mayor capacidad fotosintétic: produce cuando la hoja aleanza la mé- FASES FENOLOGICAS xima expansién de su superficie, pero disminuye una vez concluido el creci- miento, hasta anularse por completo al aproximarse la planta a su perfodo de vejez. En este contexto, también es impor- tante la operacién de poda verde deno- minada de deshojadura (de la que ha- blaremos a continuacién). DIFERENCIACION DE LAS YEMAS En una copa en la que hojas y ramas entablan (aunque compitiendo entre ellas) una relacién positiva, el primer beneficio que se obtiene es el de la for- macién anual, regular y constante de las yemas de flor y de madera. Sobre una rama, se pueden hallar yemas situadas en las puntas (apica- les), desde donde se producira el ali gamiento de la rama, y yemas desarro- Hadas en la axila de las hojas (fig. 4). En un principio, estas, Hamadas axila- res, no presentan diferencias, ya que apenas estén esbozadas y presentan una forma puntiaguda, aunque, en un determinado momento de su vida, su- fren una transformacién, que las lleva a continuar su regular crecimiento y a convertirse en yemas de madera (que producirén brotes) o a diferenciarse, es decir, hacerse productivas y a orga- nizarse para formar los érganos flo- rales. Asimismo, su forma se redondea y aparecen las primeras seftales de lo que mas tarde serdin los sépalos, péta- Jos, estambres y pistilo. La época en la que se produce este m Fig. 4 Distribucion de las yemas sobre una rama: A) yema apical: B) oxllores o laterales importante fenémeno varia segtin la especie: por ejemplo, en los arboles frutales suele tener lugar durante los meses estivales (junio-julio) del ano precedente al que brotan. Por otra parte, en las plantas reflo- recientes (como por ejemplo el limo- nero) se manifiesta en distintas épocas del afio, mientras que en las perennifo- lias se produce, por regla general, en- tre enero y febrero del mismo aio en el que brotan. Conocer la época en la que se dife- rencian las yemas es importante, ya que es necesario efectuar practicas de cultivo (especialmente de poda) que FASES FENOLOGICAS permitan condicionar y dirigir la evo- lucién de aquellas antes de que su dis- tinei6n resulte irreversible. Las sustancias que influyen en la orientacién de las yemas hacia madera o flor son, légicamente, de naturaleza hormonal, aunque muchas teorfas sos- tienen la idea de que existe una rela- cidn entre hidratos de carbono (produ- cidos por la parte aérea) y compuesto nitricos (absorbidos por las rafces): en efecto, cuando esta relacién se oriente a favor de los hidratos, se tendra una propensién hacia la flor, mientras que si lo hace a favor de los compuestos, Ja madera. Es este el caso de los primeros afios de vida de las plan- tas, principalmente de las silvestres, en los que la actividad de las rafces es su- perior a la de la parte aérea. Si la planta se deshojara antes del periodo de diferenciacién (incluso en plantas adultas y muy productivas), se invertiria la relacién a favor de los ni- tratos, por lo que se produciria una gran distincidn, a favor de la madera. ALTERNANCIA _ DE PRODUCCION Cuando la estacién mantiene un trans- curso regular y no se producen fend- menos climéticos como el hielo o la luvia durante la fase de apertura de las flores, la fertilidad de los arboles fru- tales es un hecho que se da por des- contado. Sin embargo, muy a menudo ocurre que la maduraci6n resulta in- cluso excesiva, hecho que impide a los frutos alcanzar las dimensiones nor- males y, ademds, la elevada presencia — mig.5 Altemancia de produccién: A) oho de carga; b) oho de descarga FASES FENOLOGICAS de productos comporta que las yemas se troquen, al afio siguiente, no en flor, sino en madera. Se produce asf, sobre todo en las especies predispuestas por naturaleza (manzano, albaricoque y olivo), pero también en todas las plan- tas arb6reas frutales, el fenémeno co- nocido como alternancia de produc- cidn: un determinado afio, el arbol pre- senta frutos abundantes, pequefios y de baja calidad, mientras que, al si- guiente, los tiene de dimensiones y ca- lidad considerables, pero mas bien es- casos respecto a su capacidad produc- tiva (fig. 5). Debido a esto, el objetivo del cultivador consistiré en realizar anualmente una produccién uniforme, tanto cualitativa como cuantitativa- mente, aprovechando la diversidad de practicas agrénomas existentes (sin ol- vidar la poda), que le permitiriin alcan- zar el mencionado fin. BASES FISIOLOGICAS DE LA PODA DE LOS ARBOLES FRUTALES Todo lo explicado anteriormente acer- ca del desarrollo de la planta ayuda a comprender cémo la naturaleza mis- ma, con su comportamiento, provoca una poda natural, que se constata, por ejemplo, en el menor desarrollo de las ramas internas de la copa (ya que es- tn menos iluminadas y son, por ello, menos productivas) o incluso en la autorregulacién, que puede Mevar in- cluso a la supresién de una rama para permitir el desarrollo de las restan- tes 0 a la cafda precoz de los frutos. Si esto ocurre ya en la naturaleza, como medio para adaptarse mejor al ambiente, asumiré mayor importancia al buscarse la maxima rentabilidad en a produccién fruticola. Es por ello que resulta indispensable conocer las modalidades de crecimiento y la re cidn entre desarrollo y fructificacién, para asi poder aprovechar, de la me- jor forma posible esta prictica agré- noma. FINALIDAD DE LA PODA aa a a aT La finalidad de esta técnica de inter- vencién sobre los arboles frutales es basicamente de tipo econémico. Se trata, en efecto, del procedimiento mas adecuado (aunque resulta especial- mente costoso) para manipular la for- ma y el comportamiento de un arbol frutal, con la finalidad de obtener un producto cuantitativa y cualitativa- mente excelente Del mismo modo, estudiando y lle- vando a cabo la forma de cultivo idé- nea para cada especie, se obtendrin andlogas ventajas en otras practicas de cultivo. Si, en efecto, la finalidad principal de la poda es la de anticipar y hacer constante la produccién a lo largo de los afios, regulando la vida y el desa- rrollo de la planta, con ella se Hegan también a favorecer y a economizar las intervenciones en el cultivo (tra- bajo, tratamiento, recogida, etcétera), Es l6gico que, en cada fase vital de la planta, la aplicacién de la poda comporte resultados diferentes: esto ocurre especialmente cuando se le efecttia algtin corte 0 cuando las ope- raciones consisten en la introduccién de cambios en la direccién del creci- miento, provocados por pliegues, cur- vaturas, etc. Por ejemplo, al predisponer la for- ma de cultivo se conseguiran diferen- tes resultados segtin se apliquen estos dos métodos distintos: el despunte de Ja cima comportaré que las ramas late- rales que se encuentran bajo el corte se desarrollen de forma més robusta, aunque tardfa, en tanto que, por el con- trario, el pliegue de aquellas o el man- tenimiento de la integridad de la flecha reducird en exceso el tiempo de alean- ce de la forma de cultivo preseleccio- FINALIDAD OE LA PODA nada, provecando un aumento poste- rior de la produccién. Andlogamente, se obtendran resul- tados diferentes si se interviene en los dos periodos (estivales 0 invernales) efectuando pricticas de poda verde o seca, que muy a menudo se combinan, aunque con bastante frecuencia produ- cen efectos totalmente divergentes. Por ejemplo, el corte del extremo de una rama durante la época invernal provocara que la planta produzca una corona de ramas por debajo del punto de corte, mientras que un despunte andlogo en las operaciones de poda es tival posibilitard el agrandamiento de la parte sobrante y la produccién de una o dos ramitas, aunque no desarro- lara nuevos brotes. Es por ello que una de las finalidades fundamentales de la poda reside en per- mitir que cada planta se desarrolle por si misma y que produzca segtin sus pro- pias exigencias. Unicamente con esta técnica se puede, tras el implante, favo- recer el vigor ©, por el contrario, reducir la excesiva actividad vegetativa. Tam- bién con este sistema es posible alean- zar facilmente la meta de anticipar y ha- cer constante la produccién, regular la vida de las plantas, su crecimiento y cul- tivo y permitir que las intervenciones en este sean lo mas ventajosas posible. POSIBILIDAD DE MODIFICAR EL COMPORTAMIENTO NATURAL DE LAS PLANTAS Ademas de la forma del arbol (distinta en cada especie arbérea) existen otras diferencias a nivel de variedad dentro de la misma especie, tanto por lo que respecta a la disposicién como por lo que podria denominarse el comporta- miento del frutal (siendo su resultado mis importante y evidente la producti- vidad). Muchas variedades, por ejem- plo (destaca como tipico el caso del peral), aun siendo excelentes bajo to- dos los puntos de vista, estan poco consideradas debido a su escasa pro- ductividad. Por otra parte, también es posible observar las diferencias existentes en- tre los diversos cultivos mediante la disposicion de las ramas, el ntimero y el tamafio de las hojas, el ritmo de cre- cimiento y la calidad de los frutos (ca- racteristica que, pese a ser la tltima, no reviste por ello menor importan- cia). Es légico que, aunque no son espe- cialmente apreciadas las variedades que son escasamente productivas, tam- bién pueden crear problemas aquellos cultivos que se sobrecargan de frutos cada ano: en efecto, la superproduc- cién repercute negativamente en el desarrollo vegetativo y en la acumula- cién de las sustancias de reserva, he- cho que desemboca en un deterioro continuo, que a su vez acorta la vida de la planta. Las posibilidades de intervenir en las caracteristicas generales de la plan- ta se constatan, en el momento de plantar mediante el portainjerto, que puede conferir al arbol «comporta- mientos» diferentes. Sin embargo, después de esta fase la inica posibili- dad que queda es la de hacer un buen uso de la poda: como se ha apuntado FINAL 1 Una vez eliminados todos los re- brotes, observamos los frutos, antes ensombrecidos, y constatamos la me- jora de Ia iluminacién intema ™@ Manifestacion de la abundante produccién de brotes, beneficiada por la poda invernal. Es evidente que el tupidio relleno del interior de la copa favorece la sombra y el estan- camiento de la humedad ular el desarrollo del ya, se puede + bol y su produccién con intervencio nes dirigidas tanto a mermar como a reducir el ntimero de ramas, alterando { la relaci6n existente entre la copa y las raices (es decir, entre hidratos de carbono y sustancias nitricas), en vor de la primera, y, por lo tanto, de la produccién. Las intervenciones de corte sirven, ademids, para reducir el exceso de ve- getacién y crear esos «vacios», que tanto ayudan al crecimiento y a la 1 @ Planta que se halla en condicio- duracién uniforme de los frutos (cuyo | nes ideaies 2 FINAUDAD DE LA POOR EXIGENCIAS DE LOS ARBOLES FRUTALES Terreno Clima Aporte hidrico Manzano franco - medio templado-fio exigente estructurado Peral franco - medio templado-frio exigente estructurado Membrillo franco - medio templado-fio exigente estructurado Nispero franco - meio templado-calido exigente estructurado Albaricoquero disgregado - medio templado exigente estructurado Cerezo disgregado - medio templado fio poco exigente estructurado Cetezo Gcido _no tiene exigencias templado-ffio _poco exigente Almendro _no tiene exigencias templado exigente Melocotonero disgregado - medio templado-fio exigente estructurado Ciruelo europ._no tiene exigencias templado-fio exigente Cielo ch.-jap. notiene exigencias__ templado-célido exigente Naranjo arcilloso-disgregado __templado-célido__ muy exigente Limonero disgregado-arcilloso __templado-célide__ muy exigente Mandatino _disgregado-arcilloso__templado-célido__muy exigente Pomelo disgregado-arcilloso __templado-célido__ muy exigente Castano &cido y blando templado-fio no tiene exigencias Higuera seco, no tiene templado-calido no tiene exigencias exigencias Caqui disgregado-medio —_templado-calido no tiene estructurado exigencias Kiwi Acido - medio todos|osclimas muy exigente estructurado Avellano no tiene exigencias templado exigente Nogal franco-profundo templado poco exigente Vid no tiene exigencias todos los climas no tiene exigencias FINAUDAD DE LA PODA exceso se puede también eliminar, he- cho que permitiré una distribucion més regular de las sustancias orgdni- cas y un crecimiento més racional, evitindose asf la altemancia de pro- duccién). El desarrollo natural de la parte aé- rea es también modificable mediante aquellas pricticas de poda que, en vez de eliminar las ramas, las someten a modificaciones de su posicién para in- tentar mejorar © hacer més lento el movimiento de la savia, permitiendo asf que el desarrollo varie segtin lo de- seado. Es, principalmente, con la utiliza- cién de los pliegues y las curvaturas (véanse pigs. 64-65 y 75-76) como se consigue alterar la relacién entre la sa- via elaborada y la bruta, respondiendo mejor de este modo a las exigencias del productor. Mas tarde, operaciones tales como anulaciones 0 corte del «cabo» (véan- se pags. 66 y 76-78) modifican cada rama y realizan un importante papel a la hora de permitir un equilibrio entre las partes, que naturalmente no se po- dria conseguir de otro modo. La modificacién, mas 0 menos des- tacada, de la parte aérea (la tendencia actual es la de mantener siempre una cierta libertad para que se desarrolle de forma natural) influye también en el desarrollo o deterioro de las raices, en las que también se puede efectuar una poda, especialmente en el momen- to de plantarlas. Asf, eliminando gran parte del apa- rato radical, se reduce la capacidad de absorcién y, de este modo, se hace mas lenta o pierde vigor la parte aérea. Con las oportunas operaciones en el cultivo se puede intervenir en aquel incluso cuando las plantas son adultas, no tan- to para crear condiciones desfavora- bles para la parte aérea como para per- mitir una revitalizacién de la subterré- nea, permitiendo que esta se desarrolle incluso en puntos del suelo que no ha- bia explotado con anterioridad, hecho que proporciona muchas ventajas para la copa. Mas extensamente, se tomaran en consideracidn todas aquellas practicas de poda que permitan variar la forma, dimensién y funcionamiento de un ér- bol frutal. Aunque es especialmente cara, esta practica permite, siguiendo criterios bien definidos y teniendo bien claros y planificados los objetivos que se quieren alcanzar, transformar un érbol frutal en un elemento vegetal que res- ponda plenamente a nuestras exigen- cias. Todo esto debe sintetizar un buen conocimiento de las bases fisiolégicas que regulan el crecimiento de la plan- ta, de las caracteristicas de la especie y del cultivo (asi como de su técnica), de las condiciones ambientales, ya que una poda equivocada puede compro- meter durante un aio (0 incluso defini- tivamente) la produccién y la dispos cién general de la planta, puesto que las eventuales intervenciones inco- trectas alteran los fenémenos fisiolé- gicos, hormonales y de crecimiento especifico de cada una de aquellas. TIPOS DE PODA Be aoe a Ea Basdndose en la finalidad, la época y la fase de crecimiento en las que se en- cuentra la planta, es posible hacer una incién entre los varios tipos de poda existentes. Se ha sefialado ya con anterioridad cémo las operaciones fundamentales de esta prictica pueden orientarse tanto a la eliminacién de algunas ra- mas 0 parte de ellas (sean jévenes o no) y de otros 6rganos (incluidos los frutos), como pueden concernir al pliegue, inclinacién 0 curvatura de las mismas, en posicién 0 espacios diferentes a aquellos en los que cre- cieron. Ateniéndose a estos dos tipos de in- tervenci6n, se obtendran respuestas ve~ ivas distintas. inci6n cldsica de los tipos de poda hace referencia a las fases de cre~ cimiento de la planta y toma en consi- deraci6n una poda de cultivo (o de for- macién de la joven planta), una de producci6n y una de reforma o de reju- venecimiento. La poda de produccién (0 de fructi- ficaciGn) se aplica en la fase més adul- tay productiva, mientras que la tiltima se efecttia en el momento del trasplan- te o en el de las transformaciones es- pecificas que se producen a lo largo de la vida de la planta. En cualquier caso, hay que decir (aunque més adelante volveremos a hablar de ello) que estas intervencio- nes deben ser realizadas en invierno, antes de la reanudacién de la producti- vidad (poda seca) o durante todo el pe- riodo de actividad de la planta, hasta el descanso invernal (poda verde o es- tival). PODA DE CULTIVO También Hamada poda de formacién, tiene la tarea de proporcionar a la jo- ven planta (recién cultivada) la mejor y més eficaz forma de aprovechar el espacio y la luz, con lo que la produc- cin es mejor y mas constante. Su objetivo principal radica en que Ja planta tome la forma deseada, as- pecto que puede durar varios aiios. Los criterios basicos que regulan este tipo de técnica se pueden intuir con facilidad, aunque siempre es me- jor conocerlos en profundidad: antes que nada, tiene que crearse (en bene- ficio de la produccin) un buen equi- librio entre el aparato radical y la parte que deberd conservarse durante todo el perfodo vital de la planta @ Formacién de una paimeta de ra- mas oblicuas: eje de manzano injer- tado y plantado el otone anterior 5 DE PODA nel Ambito de este segundo ele- mento (donde se efecttia con mas pro- fundidad la poda), es necesario que cada parte individual se halle equili- brada respecto a las otras, para asf conseguir un crecimiento arménico y uniforme de la copa. Este detalle re- sulta muy importante cuando la planta se carga de frutos: en efecto, el peso excesivo de estos puede causar, en ra- mas demasiado fragiles y cargadas, fe- némenos de torsi6n o rotura, que alte- rardn posteriormente la distribucién de las restantes. Por otra parte, favorecer Corte del eje, efectuado justo an- tes del despertar vegetative (febre- fo). La foto pone de manifiesto la a- tura a Ia que se tiene que practicar el corte: a 60 0 70 cm del suelo. N tese también su inclinacién, que im- pide el estancamiento del agua IPOS DE PODA ® Corte realizado @ En elsegundo ano, el corte del eje provoca la emision de numerosas ra- mas, entre las cuales se escogeran las destinadas a Ia formacion de la palmera a @ Eliminacion, a ras de tronco, de una rama superfiua, Resultan eviden: tes, en la parte superior, las tres ra- mas que daran origen a la primera horcadura y a la «flecha» 1 Inclinacion de las ramas latera- les (conformando un angulo de 45 aprox.), que sucesivarnente se iran atando al primer hilo de sosteni- miento ™ Corte de Ia flecha (eje central) a unos 60 0 70 cm respecto al punto de insercion de las romas, hecho que posibilita la emision de brotes subyacentes, que originaran, al aio siguiente, la segunda horcadura DA la formacién de un esqueleto de ramas demasiado robusto conduce a un retra- so en la fructificacién, y el hecho de mantener una masa agrea demasiado abundante puede Hegar a ser muy cos- toso para la actividad de absorcién y fotosintética, principalmente en los pe- riodos de méxima produccién, siendo en este caso las sustancias sustrafdas de la fructificaci6n. En cualquier caso, la formaci6n de la estructura debe rea- lizarse en el menor tiempo posible (in- dependientemente de la forma de culti- vo que se quiera dar a la planta), inten- tando respetar el porte natural de la especie y reduciendo al maximo las remociones y los cortes, pero aprove- chando la produccin de brotes (inclu- so los anticipados) y escogiéndolos en- tre los mas robustos y mejor colocados. La horcadura de las ramas tiene que ser compatible con las exigencias de cultivo y lo més baja posible, para re- ducir la altura del tronco y del recorri- do de la savia, facilitando asf las ope- raciones de poda y recogida. Es espe- cialmente importante, en las formas aplanadas, respetar las distancias exis- tentes entre las diversas horcaduras para obtener la maxima penetracion de la luz en todas las ramas y para que la fructificacién no quede obligada a si- tuarse sdlo hacia arriba, en un intento de hallar las condiciones adecuadas. Ademias, una racional distribucién de las ramas favorece esta labor, tanto en @ Allado, operacién concluida. Ad- viértase que las dos ramas inclinadas no han sufrido ningun corte de la cima, ya que esto habric provocado un desarrollo excesivo de las mismas TOS DE PODA, lo que respecta al terreno como a la planta misma (fig. 6). La duracién de la poda de cultivo puede variar segtin la forma escogida y prolongarse incluso durante los afios de produccién, sobreponiéndose a la de fructificacién, En cambio, se consi- dera concluida cuando la planta ha al- canzado la plena fase productiva, sus- tituyéndose por otra técnica, més pro- ductiva y adecuada, Sin pretender dar indicaciones so- bre las formas de cultivo aplanadas 0 con volumen (las cuales serdn tratadas cuando se hable de especies frutales en concreto), el método basico a se- guir desde el principio de la implanta- cién puede cifrarse en los siguientes puntos: * Antes que nada, en las pequeftas plantas j6venes cultivadas en otofio 0a finales del invierno se practica- ré, en el momento del implant, un corte parcial de las raices (si las tie- nen desnudas), especialmente aque- m Fig. 6 Evolucién, a lo largo de los afios, de una forma de cultivo aplanada. Se aprecia claramente la altura del tronco (menos de 50 em) y la distan- cia existente entre los horcaduras (80-100 cm) las que estén rotas, malformadas 0 estropeadas, y el corte del eje (efec- tuado, aproximadamente, a un me- tro del suelo) (fig. 7). * La altura varia segtin el vigor, inde- pendientemente del tipo de portain- jerto que se use; cuanto mas débil sea el eje, mas cerca del suelo cor- taremos. * Por debajo del corte, se desarrolla- ran tres 0 cuatro brotes, que durante m Fig.7 Corte de las raices y eventual despunte del eje central 300 250 200 180 400 Ose PODA @ Formacién de un vaso de tres ra- mos, arriba a la izquierda, sje de Manzano, plantado el otofio anterior A [a izquierda, corte del eje, que debe ser realizado justo antes del despertar vegetativo (0 sea, en fe- breto), La foto muestra la altura ala que se tiene que efectuar el corte: a 60-70 cm del suelo. Adviértase Ia in- clinacién del corte, que impide el es- tancamiento del agua @ Ariba, corte ya realizado TPOSDEPODA § Ariba, observamos cémo. a prin- | cipios del segundo ano, la joven planta presenta numerosas y vigoro- \ Sas ramas, entre las cuales se esco- gerén tres 0 cuatro destinadas a la \ formacién del vaso @ Ariba, a la derecha, corte de ra- mas, efectuado en exceso; la elec- cién de aquellas que se van a con- servar se orientara hacia las que se hayan desarrollado partiendo de una misma zona @ A la derecha, tras finalizar la ope- racién de «limpieza» quedan las tres ramas escogidas | P98 DEPODA 36. 1 Arriba, a fa izquierda, colocacién de tres canas, bien fiadas al suelo. La atadura del tronco debe efectuarse siempre antes de la de cada rama a ung caja, ya que, en caso contrario, se deformaria toda la horcadura ® A [a izquierda, atadura de una rama a la cana de sujeccién. Véase como el nudo no es demasiado es: trecho, permitiendo un cierto movi: miento de la rama, que evita que quede aprisionada @ Ariba, a ia derecha, operacién terminada. Tras haber atado las tres famas, el vaso queda completado. No se ha efectuado el despunte de la cima, ya que las tres estan bien de- sarrolladas y son vigorosas (en caso contrario, habria sido necesario cor tar la cima de ia rama (0 de las tres) mas débil o menos desarrollada PO DE PODA, el verano (con la poda verde) po- dran ser seleccionados y orientados para la primera horcadura, En las plantas cultivadas en otofio también se podra dejar el eje entero ya que, al tener la posibilidad de adaptarse al terreno ya en esa esta- cidn, no necesitara ser estimulado en primavera para producir brotes laterales. Sin necesidad de efectuar cortes, se puede aumentar © disminuir el vi- gor y el desarrollo de estas primeras ramificaciones inclinando las ra- mas: con ello, las més crecidas y vi- gorosas ralentizarn su desarrollo, hasta situarse en posicién horizon- tal, en tanto que las mas débiles se dejarén 0 se colocarén en posicién vertical (fig. 8). Al afio siguiente, la vegetacién pre- sente en cada una de las ramas ten- dra que ser distribuida uniforme- mente desde la punta hasta la base, de tal modo que forme un revesti- miento parecido a un cono 0 a una pirdmide (con espacios vacios y pliegues). La prolongaci6n de las ramas podra ser acortada anualmente a la altura a la que se quiera hacer nacer una nueva horcadura (poda con despun- te), o bien podra dejarse intacta (sin ningtin corte) para que se desarrolle libremente (poda de toda la cima). La «flecha», es decir, el eje princi- pal interior, deberd dejarse desarro- Har con toda la cima si se quiere re- ducir el vigor de la planta, cortén- dose s6lo en el momento en el que se desee formar una nueva horcadu- ra de ramas principales, situadas a m Fig. 8 Trasplante del eje con ramas antici- padas, de entre las cuales se esco- gerd la horcadura: A) inclinado hori- zontalmente, para disminuir el vigor; B) mantenido verticaimente, hecho que posibilita el desarrollo; C) elimi- nado, ya que esta de mas una distancia orientativa (depen- diendo de la forma del cultivo) de 80-100 cm con respecto a la prime- ra horcadura. En cualquier caso, cuanto menos se corte, mis precoz resultaré la fructificacién, cuyas formaciones (que aprenderemos a conocer mis tarde) suelen estar dis- tibuidas por todas las ramas, ple- gdndose, curvindose o cortandose en funcién del espacio que tengan a su disposicién. También los frutos que, ya en el se gundo aiio, se sittien sobre estas ra- POS DE PODA mas pueden ser eliminados parcial- mente si estin demasiado juntos 0 bien si han crecido directamente so- bre ramas portadoras, PODA DE PRODUCCION También denominada de fructifica- ci6n, se inicia cuando Ia planta empie- za a producir. El anticipo de este pe- riodo, buscado y favorecido en todos los frutales, comporta la intervencién de este tipo de poda cuando atin no ha concluido la de cultivo, por lo que am- bas se sobreponen, aunque sus finali- dades sean necesariamente distintas. En este caso, resulta basico conocer con precisién (también en el dambito campestre) las ramas que tienen los frutos de cada especie, para de este modo poder seguir su evolucién e in- tervenir a su favor. Generalmente, las finalidades que persigue la poda de produccién son las siguientes: — una renovacién anual (0 simple control) de la formacién de los fru- tos, para obtener una produecién constante a lo largo de los a una distribuci6n uniforme y cons- tante de las ramas que tengan fru- tos, para asi impedir una sobrepro- duccién y favorecer la exposicion a la luz de todos ellos, mejorando su calidad; —tener bajo control el equilibrio entre produccién de frutos y de ma- dera, evitando de este modo alter- nancias y permitiendo un lento en- vejecimiento: lm Poda de produccién, a finales de otorio, Palmeta de manzano com- puesta por dos horcaduras — y, finalmente, conservar la forma de cultivo predispuesta. Como ya se ha expuesto al inicio, este tipo de poda (efectuada en la fase de juventud de la planta) integra la de culti- vo, orienténdola hacia la produccién. Por ejemplo, si es conveniente eli- minar una rama cercana a otra, en la fase de cultivo se escoge la mas fun- cional para la estructura, mientras que en la de produccién se opta por salvar aquella que lleve el fruto, adaptandola a la funcionalidad del arbol. En las intervenciones de poda de cul- tivo es mejor evitar, durante la primera fase de vida, efectuar cortes, por lo que s6lo la realizaremos mediante pliegues, curvaturas u otras operaciones. POS DE PODA @ Ariba, corte de la flecha, aspecto que favorece a formacion de una tercera horcadura Ariba, a Ia derecha, |a segunda rama, oportunamente podada, ha sido inclinada y fijada, de forma co: recta, tanto a la subyacente como al hilo metélico de sujeci6n A la derecha, poda completada, destacando la flecha despuntada, dos horcaduras y, debajo de la pri- mera, dos romas, oportunamente «plegadas horizontalmenten y fijadas al primer hilo de sujecion. Estas sirven de soporte, para aumentar la pro- duccién y para sustituir, eventual- mente, a la primera horcadura, Ad- viértase que se han eliminado todas aquelias situadas en el tronco, entre las dos horcaduras, asi como to- das las perpendiculares al plano de la horeadura > TROSDEPODA En el periodo de plena fructifica- cién (habiéndose alcanzado_ plena- mente la forma de cultivo), la finali- dad pasa a ser tinicamente de produc- cién, por lo que las intervenciones se tornan més importantes y requieren cortes de aclareo, en la cima y de re- torno, renovando asf, adecuadamente, las capacidades productivas. Adin mis intensa debe ser la accién de los cortes durante la fase de vejez de la planta: las reducciones drasticas en el ntimero o longitud de las ramas estimulan la actividad vegetativa y fa- vorecen la actividad radical aunque, como es l6gico, la produccién ya, de todos modos, decreciendo. La cantidad y la calidad de los cor- tes varfan, sin embargo, en funcidn del tipo de drbol frutal del que se trate (nds tarde haremos hincapié en ello) y de su vigor. El principio general consiste en practicar fuertes cortes a las plantas mas débiles, con el fin de estimularlas. En cambio, las mas vigorosas deben ser poco cortadas, aplicandoseles in- clinaciones © curvaturas para que dis- minuya el desarrollo y se favorezca su fructificacién Sobre cada planta en concreto se opera siempre de la misma manera: se empieza por la flecha o por la cima de la rama y se contintia hacia la base, efectuando cortes de aclareo algo mas abundantes en Ia parte alta, para asf conseguir una iluminacién mds uni- forme. Sern también eliminados los chu- pones no titiles, las bifureaciones y las ramas enfermas, estropeadas 0 mal po- sicionadas. Tras estas dos fases (aclareo y corte de ramas), se realizaran pliegues, cur~ vaturas y ligaduras, siguiendo, de este modo, las caracteristicas de la forma de cultivo. Todas estas operaciones son Ieva- das a cabo en el transcurso del periodo invernal o durante el preflorecimiento (caso de plantas mas sensibles al frio 0 cultivadas en zonas climaticas més ex- tremas), OTROS TIPOS DE PODA Son aquellos que se aplican excepcio- nalmente debido a distintos motivos y que suelen denominarse del mimo modo que el tipo de intervencién al que se refieren. Los citamos sélo a ti- tulo de curiosidad, ya que requieren un tiempo y un esfuerzo considerables ¢ incluso muy a menudo no merece la pena realizarlos. Hemos tratado ya de la poda efec- tuada en el momento de plantar: la poda de trasplante, en efecto, esta consiste en cortes mesurados en las raices, eliminando las rotas, las mal colocadas 0 las enfermas y acortando tun poco las sanas. Se puede proceder, eventualmente, a cortar el eje a la altura ala que se de- see formar la horcadura, si bien la ten- dencia actual es la de plantar arboles «preformados» de dos 0 tres afios, que empiezan a producir répidamente y que estin ya indicados para cualquier tipo de cultivo, La poda de reforma sirve para cambiar la forma de cultivo escogida (erréneamente) con anterioridad y s6lo puede ser aplicada si las plantas son j6venes, sopesindose muy bien los motivos por los que se realiza ya que, aunque es posible efectuarla en las pomdceas sin demasiados proble. mas, las drupaceas, sin embargo, se re- sienten mucho de los drasticos cortes que esta intervencién requiere (como la poda a béveda o la supresién de ra- mas enteras). ‘También se ha mencionado la poda de rejuyenecimiento al hablar del pe- riodo de vejez de los fruti es. Como ya se ha dicho, los cortes dristicos y abundantes favorecen un nuevo vigor vegetative, aunque de breve duracién, por lo que la tnica motivacién apreciable para este tipo de intervencién podria ser una grave puesta en peligro, debida a las heladas invernales. Suele ser este el caso del i Corte de rejuvenecimiento practi cado en el peral (a finales de febre- ro). La rama ha trasladado por com- pleto la vegetacion hacia la punta, sera necesario eliminar la madera vieja, favoreciendo el desarrollo de ramas més cercanas al tronco ™@ Corte efectuado: es posible reali- zat esta practica, con excelentes re- sultados, en todas las pomaceas 1 Desarrollo de nuevos brotes, trans- curridos algunos meses desde el cor te (efectuado en mayo) olivo, el cual, sin embargo, desarrolla un nuevo tronco, produciendo nume- rosos rebrotes en la base de la cepa, entre los cuales podemos escoger cl mejor (aunque suele tratarse de plantas no injertadas y con buenas aptitudes para rebrotar). Por tiltimo, cabe decir que la poda de las raices es una técnica muy anti- gua, pero que vuelve a ser usada en es- tos tiltimos afios para reducir (segtin las finalidades de la mas moderna fru- ticultura industrial) el desarrollo de los Arboles, en especial de aquellas espe- cies frutales que no tengan a su dispo- sicién portainjertos enanizantes vé- lidos. Partiendo del principio, menciona- do ya repetidamente, que afirma que a2 @ Evolucién, a lo lar go de los afies, de un corte de rejuveneci- miento, efectuado en una vieja planta de Manzano las raices y la parte aérea se hallan es- trechamente relacionadas, en este tipo de poda se usan instrumentos es- peciales que practican unos profun- dos cortes verticales en el terreno a diversas distancias respecto al tronco. Estas incisiones comportan una sepa- racion de las raices y una consiguien- te disminucién del desarrollo de la copa (en el caso de las plantas peque- fas, se conseguiré el mismo objetivo si sus raices son «enjauladas» en con- tenedores de redes més 0 menos tu- pidas). En este sentido, las mejores épocas para obtener resultados positives co- rresponden al perfodo de descanso ve- getativo de la planta 0 al de su pleno florecimiento. @ Corte de rejuver mien! & Operacién realizada: en los melocotoneros, los resultados no son siempre esperados MODALIDADES DE PODA ‘SEL rang Para completar el tema de la poda, es necesario apuntar brevemente cémo esta viene definida basandose en la in- tensidad de los cortes practicados en los frutales. Insistiendo en las caracteristicas de las plantas, que deben ser examinadas una por una antes de proceder a una imervencién de corte, y subrayando el hecho de que, como norma general, es necesario practicar més cortes en las plantas débiles y dejar mas ramas —o ramas mas largas— en las mas vi- gorosas, se pueden distinguir estas modalidades de poda: — poda rica: se aplica cuando los cortes son limitados y sobre la planta queda un elevado ntimero de yemas: si se efectia sobre plan- tas muy vigorosas, ralentiza su cre- cimiento, ya que los alimentos dis- ponibles tienen que ser distribui- dos a una gran masa de 6rganos y, en consecuencia, queda poco a di posicién de una nueva; poda pobre: se obtiene mediante cortes abundantes, que dejan pocas yemas sobre la planta: al contrario de lo que ocurrfa con la poda ante- rior, se produce un notable estimu- lo del desarrollo de brotes vigoro- sos, sin que por ello se dafte exce- sivamente la produccién; poda larga: se dejan pocas ramas interiores, prefiriéndose en mayor grado aclarar, més que despuntar 0 recortar; poda corta: las ramas se recor- tan drdsticamente, hecho que per- mite una mayor frondosidad de la copa. MODAUIDADES DE FODA i mg Fig? I Tipos de poda: A) corta y 4 rica; B) corta y pobre; C) lar 4 Hon ga y rica; D) larga y pobre; Il i )! E) mixta 4 1} ) wir yf Vly / af fp ty 1 / 4 ed of ~ Es posible combinar estos tipos de poda: por ejemplo, larga y rica (dejan- do muchas ramas), larga y pobre (de- : jando pocas), corta y rica, corta y po- bre, etc. (fig. 9). CUIDADOS TRAS LAS INTERVENCIONES DE PODA Principalmente si la poda se aplica en | adecuados, para proteger las heridas plantas ya adultas 0 se procede a cortar Los peligros a los que queda ex ramas de dimensiones considerables, puesta una planta que tenga una herida resulta ttil intervenir con los medios | abierta estén originados, principal- ™ Desmochado de Ia copa: eliminacién de una rama baja, ya que la superior le producia demasiada sombra de una rama grande, escogida entre las tres que hay por tener una més interna, siendo la mas desfavorecida en presencia de vegetacién 1 Corte de una rama interna, para aligerar la copa, mejorar la iluminacién y crear un microclima mas favorable ™@ Desmochado efectuade 1 Obsérvese como el gran corte de la derecha ha sido realizado inclinando su superficie (CUIDADOS 1RAS LAS INTERVENCIONES DE PODA mente, por la aparicién de agentes pa- tégenos y pardsitos (ya que penetran con mucha facilidad en los tejidos, transmitiendo enfermedades especial- mente dafinas, como la podredumbre, que pueden provocar incluso la muerte de la planta) y también por diversos elementos climéticos (especialmente el hielo). Los grandes cortes deben ser practi- cados de manera que se impida el es tancamiento del agua sobre la superfi- cie cortada, y se efectuaran orientando la inclinacién del corte hacia el exte- ®@ A Ja izquierda, distribucién de la tesina semisdlida sobre la rama re- cién cortada y, abajo, operacién ya terminada ‘CUIDADOS TRAS LAS INTERVENCIONES DE FODA rior y, normalmente, a ras de la rama principal o del tronco. Sin embargo, el frio intenso puede penetrar a través del corte, dafando una considerable parte de la rama: en la poda de las drup4- ceas, muy sensibles a este elemento climético, el podador experto deberd tener en cuenta (incluso en las ramas pequefias) esta caracteristica y, en con- secuencia, procederd a realizar un corte inclinado hacia el exterior, dejando un muiion para que sirva de proteccién a la rama subyacente. Asi, el hielo lo po- dra atacar, pero el dato no proseguiré mas alla de él. Conviene, sin embargo, recubrir con aguardiente aromatizado 0 con productos desinfectantes las super- ficies demasiado grandes o especial- mente expuestas, con lo que se evitariin los inconvenientes mencionados. EI material residual de la poda de- bera ser climinado del terreno, ya que puede convertirse en un foco de enfer- medades: asi, ser recogido 0 quema- do en algiin rincén del huerto 0, con ayuda de méquinas especiales (trin- chasarmientos), se triturard, reducién- dose a particulas diminutas, que serén enterradas bajo tierra, sirviendo asf de abono orginico. EPOCAS DE PODA lini Corresponden a los momentos climati- cos mas favorables para llevar a cabo las intervenciones. En la practica, se realizan en el me- jor momento fisiolégico para la planta, considerando debidamente qué canti- dad de ellas deben ser podadas. En este sentido, el momento ideal corrsponde a aquellos periodos en los que la actividad horticultora es menor (principalmente a finales de invierno), cuando la planta atin no presenta vege- taci6n (poda seca) y la temperatura ya no se sittia por debajo de los 0°, hecho que podria estropear tanto las yemas como las partes cortadas. El segundo periodo ideal oscila en- tre finales de la primavera e inicios del verano, momento en que las interven- ciones se realizan sobre la planta ya en fase productiva (poda verde). En este caso, este tipo de poda ya no se efectiia planta por planta y de una sola vez, sino que requiere continuas «pasadas» a lo largo de todo el perfodo que pre- cede y sigue a la maduracién de los frutos. En cualquier caso, en ambos mo- mentos cabe determinar el ntimero de plantas sobre las que se debe interve- nir. En los plantios industriales (que albergan miles de plantas), es impos ble trabajar s6lo hasta finales del in- vierno, ya que es necesario proceder a lo largo de toda esta estacidn, dejando como tiltima labor las plantas mas sen sibles al frio. En cambio, en los huertos familia~ res, es conveniente podar cuando las yemas empiezan a agrandarse y a ser facilmente reconocibles (distinguién- dose entre flor y madera). fPOCAS DE PODA PODA INVERNAL O SECA Este tipo de poda comprende tres ope- raciones: cortar, plegar y atar, validas tanto para la poda de cultivo como para la de fructificacién. Si se interviene en plantas que ca- recen de hojas, es posible tener una visién mas global de su desarrollo, pero es necesario conocer bien las ra- mas y las yemas de flor para que la poda esté bien efectuada. Por regla general, primero se deben cortar las pequefias ramas que ya han fructifica- do, eliminar mas tarde las estropea- das 0 las que se hallen en mala posi- cidn y por ultimo fijar las horcaduras 1 Abajo, desarrollo de chupones, en la mitad de la planta, debido a una intervencion de corte invernal, Al nO ser Uitles para su economia, de. ben ser eliminados. A fa derecha, tronco ya limpio a los hilos (en las formas aplanadas) Para concluir, cabe decir que es ne- cesario considerar la posibilidad de que los cortes de poda invernal esti- mulen el crecimiento de los brotes, por lo que cabra tener en cuenta este as- pecto al utilizar las tijeras, por cuyo motivo (como ultimo recurso), podre- mos escoger otras técnicas que debili- ten la vegetacién, practicando s6lo los cortes absolutamente_indispensables. PODA VERDE Comprende el conjunto de interven- ciones realizadas durante el perfodo de crecimiento anual de Ia planta Este tipo de poda se habia abando- nado casi por completo durante los til- timos decenios, debido al excesivo coste de la mano de obra especializa- da, frecuentemente utilizada durante las intervenciones invernales. Sin embargo, en los tiltimos anos, estas preferencias se han invertido, por lo que las operaciones de poda verde de marginales, complementarias y las practicadas ocasionalmente por los amantes de este tipo de poda se han he- cho incluso més importantes que la seca, ya que, en momentos en los que se tiende a aumentar considerablemen- te el ntimero de plantas por hectérea, se Ariba y a la derecha, clasicos ejemplos de poda verde: deseca miento del apice de un brote, que debe ser siempre eliminado requiere un desarrollo limitado de las mismas. Por lo tanto, son preferibles las operaciones que debilitan el des: rrollo (por ejemplo, los cortes efectua dos en el momento en el que la planta presenta vegetacién), hacen mas lento el crecimiento y reducen el vigor, a pectos que permiten limitar las opera- ciones de poda invernal. Las épocas en las que se puede in- tervenir se han alargado, ya que la poda verde (que ocupa el 70-80 % de la global) también se puede efectuar en primavera. @ Eliminacién de frutas (nectarinas) atacadas por el moho. Para limitar los tratamientos, en los pequenhos huertos resulta muy util este tipo de intervencién, @ Hojas de melocotonero fuertemente afectadas por el abullonade (Taphrina deformans). Arrancar manualmente brotes, apices u hojas afectadas por mani- festaciones patogenas puede reducir notablemente la necesidad de trata- mientos fitosanitarios | :POCAS DE PODA Arriba, brote de albaricoquero, so- bre el que destacan numerosos bro- tes anticipados (hembras) 1 Ariba, a la derecha, intervencién practicada para arrancar las «hem- bras», que se puede hacer con la punta de los dedos (unas) debido a la consistencia herbacea de estos brotes @ A [a derecha, operacién conclui- da, mediante la cual, la rama sin hembras lignifica en las mejores con- diciones y se predispone para la pro: duccién del aio siguiente EPOCAS DE PODA Vigoroso chupén de ciruelo. Estas ramas de madera, al sustraer numerosas sustancias nu- triivas a la planta, de- ben ser eliminadas, ya que no resultan produc- fivas de inmediato, Uni- camente se mantendran si_resultan_ importantes Para la economia de la Plante, como cuando sea_necesario_rellenar el espacio vacio de la copa @ Intervencién de cur vatura realizada para debilitar el chupon y permitir el desarrollo de los brotes EPOCAS DE POA lm Posterior operacién de debilitamiento del chupén curvado, que se realiza efectuando tres 0 cuatro cortes (o muescas) por debajo de yernas de madera situadas en la parte central de la rama Las principales operaciones que se realizan son pliegues, curvaturas de las ramas y cortes de la cima, efectuadas en el periodo de cultivo. Durante la fase productiva, prevalecen, sin embargo, las de aclareo, corte de la cima y recorte. 59 Por su parte, las veraniegas favore- cen, ademés, la mejora de la calidad de los productos, que presentan més color, perfume y sabor y que, en algu- nos casos, se obtienen en mayor can- tidad. OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES Hasta este momento, hemos hablado de intervenciones de poda, pero sin profundizar o aclarar en qué consisten y cémo 0 cuindo se llevan a cabo, Por ello, seguidamente, las examinaremos una por una, siguiendo un orden alfa- bético (no de importancia) y por sepa- rado, intentando explicar de forma fé- cil cmo se realizan. ACORTAMIENTO DE LAS RAMAS Es aconsejable efectuarlo tinicamente en plantas en decadencia ya que asf se obtendrd una importante mejora vege lativa, aunque también puede realizar- se en aquellas que tengan un miento enfermizo 0 que presenten es- pacios excesivamente vacios, debido a la accién dafina del frfo o a interven- ciones de corte equivocadas. El corte puede Ievarse a cabo eli- minando una pequefisima parte de madera (siempre por encima de una yema del mismo nombre), efectuando casi un despunte. Esto provoca en la planta una respuesta vegetativa débil, verifica indose un desarrollo. limitado de la yema de madera subyacente y, por lo tanto, un leve traslado de la ve- getacién hacia la parte baja (fig. 10 A). Un corte medio (que afecta casi a un 50 % de la longitud) permite un mayor desarrollo, en especial de la yema, realizado justo por debajo del corte: este es el sistema adecuado para contribuir a la formacién de horcadu- ras (fig. 10 B). Por tiltimo, un corte notable (que deja sdlo un breve trozo de rama, casi un espolén) comporta la «explosién» de las yemas que quedan, que empie- zan a producir ramas vigorosas y de grandes dimensiones (fig. 10 C). Como se ha indicado ya, es preferi= ble que las intervenciones de este tipo COPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FNALIDADES (dirigidas a revigorizar la copa) se rea- licen durante el perfodo de poda seca, para asf permitir una mayor capacidad vegetativa. Fig. 10 Distintos tipos de recorte de ramas y sus consecuencias sobre el desarro- llo: A) remoci6n minima; B) corte me- dio; C) corte intenso DESMOCHADO DE LA COPA Es una definicién extremamente gene- ralizada que consiste en eliminar com- pletamente parte de las ramas situadas en el trecho terminal, con el fin de for- talecer y permitir un mayor desarrollo de la parte basal (fig. 11). Asf, en efec- to, se orienta la vegetacién de la base para contener la copa, permitiendo mayores ventajas para el resto de ope- raciones de cultivo. Es mas facil practicarla en invierno, ya que la ausencia de vegetacién deja regular mejor la relacién entre las ra- mas, pero también puede volver a rea- lizarse durante el verano, principal OPERACIONES DE PODA @ Fig. 17 finalizada ™ Desarrollo de chupones en un gran corte practicado durante la fase de poda invernal. Deben ser eli- minados cuando atin son de consis- tencia herbdcea para evitar que se produzcan grandes heridas, una ele- vada sustraccién de savia y un exce- sivo relleno del interior de la copa {S PRINCIPALES FINALIDADES. Cortes de aligeramiento de la copa: A) antes de Ia operacién; B) intervencién mente en las plantas més vigorosas, que pueden «empujar» més después de los cortes, produciendo una excesiva vegetacién. & Rama limpiada correctamente (OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES. CORTE DE LA CIMA Rascando con una ufia se pueden arran- car algunos centimetros de la parte ter- minal del brote (fig. 12), por lo que esta operacién se efectiia en el transcurso de la fase vegetativa de la planta. Eliminando el extremo de la planta, las yemas subyacentes ya no quedan inhibidas por la cima, por lo que pue- den desarrollar ramas anticipadas, sien- do muy titil en la poda de cultivo, pues acelera la formacién del esqueleto. Si se lleva a cabo a principios de verano, provoca una parcial interrupcién del desarrollo de la rama y una posterior «explosién» de las yemas laterales, pero, si se realiza a finales de esta esta- cidn, el desarrollo se bloquea por com- pleto, inicidndose la lignificacién de los tejidos que madurardn mejor, resis- tiran mejor el hielo invernal y propi- ciarén una anticipada y abundante pro- duccién de yemas de flor. CURVATURA O ARQUEADO Esta operacién debe efectuarse cuando la planta revive en primavera, es decir, cuando por las ramas circula bastante savia. Consiste en curvar una rama en forma de arco (tras haberla manipula- do repetidas veces con las manos para que no se rompa), aunque esta sea de grandes dimensiones (fig. 13). El efecto obtenido con esta técnica radica en favorecer el desarrollo de las yemas situadas en la parte més alta del punto maximo de curvatura y ralenti- zar el de las ramas colocadas en la par- te ascendente y descendente de la planta. Es titil en la poda de cultivo, ya que favorece la formacién del tronco y de buenas ramas (adecuadas para for- mar el esqueleto) y aumenta la induc- cién de las yemas en flor. En Ia poda de produccién, propicia la maduracién de los frutos y reduce notablemente la aida precoz de los mismos. Despunte de los brotes efectuado con los dedos ‘OPERACIONES DE PODA ¥ @ Arriba, paralela al tronco, desta- ca una rama muy vigorosa, Con len- tos movimientos, esta deberd ser do- blada (arriba, a la derecha) hasta que tome la clasica posicién curva- da (derecha), fiiandose luego al hilo metélico oo alguna rama mas ro- busta RINCIPALES FINALIDADE B Fig. 13, Curvatura de una rama: A) rama en posicion nor mal: B-C) distinto desa- rrollo de las ramas late- rales, en funcion de los métodos de curvatura utilizados ‘OPERACIONES DE PODA ¥'SUS PRINCIPALES FINALIDADES. DESCORTEZADO ANULAR Esta prdctica debe realizarse con mu- cho cuidado, ya que podria llegar a de- bilitar la planta o una determinada rama. Consiste en arrancar por com- pleto un anillo de corteza, y normal- mente se efectia por encima del punto de insercién de una rama sobre el tron- co (fig. 14). Junto a la corteza se eliminan, tam- bién, los vasos cribosos, es decir, aquellos que transportan la savia descendente, formada por sustancias elaboradas en las hojas. Al hallar este impediment, las sustancias nutritivas se ven obligadas a quedarse en la par- te mas alta de la rama, que inicia un Fig. 14 A) Desarrollo normal de una rama mixta de un ofto: 8) comportamiento de la misma, tras ser sometida al des- cortezado anular proceso de sobrealimentacién, en be- neficio de sus yemas, flores y frutos. De todo esto se deduce que es prefe- rible intervenir s6lo sobre algunas ramas de plantas muy vigorosas, ya que, de otro modo, el esqueleto, y en particular las raices, quedarian grave- mente dafiadas.. Esta operacién debe realizarse cuando la planta presente vegetacién y la actividad radical sea intensa (0 sea, en primavera). Dejando la madera intacta, la savia bruta suele Hegar a la rama descorteza- da. Al tatarse de una intervenci6n defi- nitiva, puede practicarse en ramas que, una vez haya finalizado la fructifica- cin, se quieran eliminar. También se LOPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIFALES FINALIDADES puede volver a poner (répidamente) el anillo arrancado, pero lo colocaremos siempre invertido sobre el punto de donde se sacé. Con ello, se obtienen los mismos resultados, pero la cicatri cidn que se produce permite, al cabo de un afio, restablecer las condiciones que existian al principio (inversin de cor- teza). DESHOJADURA En el momento oportuno, cuando la fase de agrandamiento de los frutos ha concluido ya, en muchas regiones se Neva a cabo un procedimiento practi- cado casi exclusivamente en la uva de vino y de mesa (rara vez en el meloco- tonero), consistente en eliminar, arran- @ Descortezado anular: con las tije- ras, de doble filo, se practican dos cortes circulares, a poca distancia uno del otro, arrancando después e| anillo de la corleza, Esto Impide que descienda la savia elaborada, produ- ciéndose asi una mejora (de pro- duccién) en la parte alfa de la rama cAndolas, las hojas que crecen cerca de los frutos. Su finalidad es permitir que estos reciban mas luz solar, con Jo que obtendran un color mas intenso, se tornaran mas azucarados y tendran caracterfsticas organolépticas superio- res. Esta es una prictica aconsejable Ginicamente en las zonas en las que la intensidad luminica y calorifica sea re- ducida, pero deberemos tener pruden- cia para evitar un excesivo despojo, que comprometeria la produccién de sustancias de reserva, En las vides que presenten racimos abarrotados es titil, ya que favorece el aireamiento de la uva y reduce la posi- bilidad de que aparezca el moho gris, normalmente originado por el calor hiimedo que se desarrolla entre la ve- getacion, @ Descortezado anular realizado @ Una adecuada operacién de deshojamiento permite una iluminacién mas difundida, con todas las ventajas que esto comporta ACLAREO DE LOS FRUTOS Es una préctica de poda veraniega que presenta un elevado coste, aunque de- beremos Hlevarla a cabo si, por encima de todo, queremos obtener una buena calidad. Algunas especies arbéreas frutales presentan un porcentaje de madu- racién tan elevado que es necesario re- currir a ella, para asf evitar una pro- duccién abundante (pero de pésima calidad) y el peligro de dislocaciones. @ Excesiva presencia de albarico- ques, sobre una misma rama. Para evitar que esta se rompa y que los frutos tengan poco peso y sabor. sera necesario proceder al aciareo de los mismos @ La eliminacién debe afectar a los frutos que parezcan peores 0 a los mal co- locados. Se efectiia sujetando el fruto con la punta de los dedis y girandolo so- bre si mismo, hasta que se separe, técnica mediante la cual evitamos graves datos a la rama od COPERACIONES DE PODA Y SUS PrRNCIPALES FINALIDADES @ Operacién realizada sobre un fruto (mas evidente al ser todos ellos de gran- des dimensiones). En general, esta suele efectuarse tras la caida de los organos fiorales 0, en el melocotonero, tras la caida precoz de junio @ Operaci6n finalizada: el numero de frutos que se dejen depende del nume- ro de hojas presentes en la rama (0 ramas) cercana, asi como de la extensién de esta (OPEIRACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES debido al excesivo peso de los frutos. Este es el caso del manzano, de algu- nas variedades de peral (como la con- ferencia, la guyot y, en especial, los perales japoneses, conocidos como ashi) y, entre las drupaceas (en las que se debe intervenir anualmente), del melocotonero, del albaricoquero (prictica indispensable para atenuar su alternaneia fisiol6gica) y de los cirue- los chino-japoneses (shiro y sonrisa de primavera). Otra especie que debe someterse al aclareo es el kiwi. Esta prictica suele Ievarse a cabo tras el cuajado, transformacién del ovario en fruto (maduracién) 0 justo después de la caida precoz, producida en junio y se puede efectuar manual- mente, eliminando los frutos malfor- lm Arriba, excesiva presencia de pe- quehas peras sobre una brindilla, que tiende a doblarse a pesar de las reducidas dimensiones de aquellas @ Ariba, a ia derecha, técnica de aclareo, mediante la cual se corta el pedunculo con tijeras ™@ A Ia derecha, aclareo realizado en su época ideal: las dimensiones de los frutos asi lo demuestran ‘OPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDADES. Aclareo manual de los frutos mados, mal posicionados 0 demasiado juntos ¢ intentando distribuir la fructi- ficacién de manera uniforme y racio- nal en toda la parte aérea (fig. 15). En los huertos industriales, se suelen utilizar productos que favorecen la cai- da precoz, es decir, se practica el acla- reo quimico. Algunos de ellos pueden ser usados durante el florecimiento (or- tocrésoles), aunque con resultados du- dosos, en tanto que otros (NAA, NAD, carbary o ethephon) se distribuyen tras la fase siguiente al cuajado (en el que caen los pétalos) o después de la caida precoz fisiol6gica. Para el manzano, los resultados parecen buenos, en especial en esta tiltima fase, pero en cambio, para los demas frutales, son inconstan- tes y poco satisfactorios, Es posible que, tras la recogida, atin queden en los frutos residuos de estos fitorreguladores. ACLAREO DE LAS RAMAS Si hay ramas en exceso, pueden ser arrancadas en su totalidad, cortandolas desde la base o a ras de tronco o de la rama principal, tanto si pertenecen a plantas jvenes como a aquellas que se hallan en plena produccién. El aclareo se efectiia en invierno, y normalmente se aplica a plantas muy vigorosas. La reduccién del mimero de ramas comporta una mejor disponi lidad para la fructificacién, y es, por lo tanto, ideal para jvenes plantas vigo- rosas, ya que, de este modo, anticipan la produccién. Las ramas que se deben arrancar suelen ser las del interior de a copa, las mal colocadas, las bifurca- das 0 las que se encuentran, en eleva- do ntimero, en un mismo punto de la rama principal SEPARACION Se sucle efectuar en la poda de cultivo, sin hacer uso de tijeras. Como su mis- mo nombre indica, lo que se intenta es alejar, separéndolas con una pequefia LOPERACIONES DE PODA ¥’SUS PRINCIPALES FINALIDADES @ AI lado, arriba, joven rama de manzano, en la que se debe practi- cor un aclareo; abajo, aclareo ya realizado. Adviértase cémo la distr- bucién de las ramas, colocadas a_| distancias uniformes, asume forma de espiral. Los cortes no han afec- tado al dpice, favoreciéndose asi la contencién del desarrollo de la planta ™@ Abajo a Ia izquierda, excesiva presencia de ramificaciones en una rama de melocotonero, a finales de invieno: para aligerarla, efectuare- mos numerosos cortes. A la derecha, operacién concluida y realizada co- rrectamente: el apice no ha sido seccionado, hecho que permite un reducido desarrollo de los brotes y la contencién de las dimensiones de la planta ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALESFIVALDADES: madera o un palillo grueso, las ramas que se desarrollan verticalmente cerca del tronco 0 que se encuentran dema- siado cercanas (fig. 16). m Fig. 16 Separacién de las ramas: A) antes; 8) después de Ia colocacién de se- paradores EI separador se coloca en la parte inferior, cerea de la inserci6n, y se re- gula a conveniencia, aunque debere- mos evitar dafiar la corteza, por lo que lo aislaremos con tacos de goma (u otro material) y lo mantendremos en ese punto sélo el tiempo absolutamen- te necesario, hasta que los dos ramos. tomen la posicién deseada. INCISION Es una operacién menos dristica que el descortezado, ya que no comporta la remocién de materiales, sino sélo un corte anular de la corteza (efectuado con un cuchillo bien afilado), favore- indo asi a la rama que nos interesa desde el punto de vista vegetativo y productivo. Menos terminante atin es practicar, con cuchilla, una incisién en la corte- za, hasta la madera: el efecto sera el mismo, aunque limitado en el tiempo. Los cortes longitudinales 0 transversa- les pueden aplicarse incluso a grandes ramas en el momento de su pliegue 0 curvatura, con lo que podremos mane- jar el ramo con mayor facilidad, impi- endo que se rompan las ramas que se estén manipulando. INCLINACION Es una de las practicas més importan- tes, tanto en poda seca como en verde, y su influencia sobre el desarrollo de las plantas es directamente proporcio- nal al grado de inclinaci6n conferido a OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINAUDADES ™ Palmeta de manzano, en la que la rama de la derecha se eleva en exceso m@ Con culdado, esta rama se inclina unos 45° @ La rama inclinada se fija a la sub- yacente 0 al hilo metalico @ Operacién concluida (OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES Fig. 17 inclinacién de las ramas: A) desarro- llo de estas en posicién normal; B-C- D) respuestas distintas, segun los ti- Pos de inclinacién que se apliquen la rama respecto a la linea vertical del fuste (fig. 17). Antes que nada, cabe decir que cuanto mayor sea la inclinacién, y més horizontal la rama (hasta conformar un Angulo recto), mayor ser el desarrollo de las pequefas ramas basales respec- to alas del dpice, y mas répida y abun- dante la fructificacién de aquella. Muchisimas formas de cultivo, so- bre todo las aplanadas, se aplican me- diante la inclinacién de las ramas, que se atan al palo que las sostiene. A nivel fisiolégico, el cambio de direcciGn de aquellas comporta, en todas las plan- tas, una ralentizaci6n en el transporte de la savia y una mayor propensién al evento productivo (y, en consecuencia, ala fructificacién). QUEBRANTAMIENTO La misma palabra quebrantar suena como si una rama se rompiera, inten- ci6n, en efecto, de esta préctica, que ya ha sido abandonada. No es infre- cuente hallar ramas vigorosas que se rompen (aunque no por entero) bajo el peso de una carga excesiva de fru- tos, pero que consiguen que todos es- tos maduren, ya que, de algén modo, estén todavia conectadas a la planta, que las contimtia alimentando. En esto consiste, justamente, el quebranta- miento. MUESCA También Hamada corte del caporal, debido a la forma del corte, parecido al simbolo de los grados militares (fig. 18). Esta incision, en forma de «V» in- vertida, se practica durante el perfodo de actividad de la planta y justo por encima de alguna yema de madera, En la poda de cultivo, la muesca (que rompe casi completamente el flu- jo de la savia elaborada) permite que el brote se desarrolle en el punto de- COPERACIONES DE PODA Y @ Ariba, muesca o corte: con la punta de unas tijeras de doble filo se practica, por encima de una yema de madera, una incision en forma de eV» invertida (corte del caporal) que favorece el buen desarrolio de la subyacente @ Ariba, ala derecha, corte del ca- poral visto de perfil A a derecha, operacién antitéti- ca al corte del caporal: con el Cuchillo de injerto, se practica una incision por debajo de ia yema, que frena el desarrollo, sin por ello impe- dir el brote de las yemas $ PRINCIPAL FINALIOADES re. ens ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPLES FINALIDADES ‘end! Fig. 18 Corte del caporal o muesca: A) incl- sion efectuada por encima de la yema; B) desarrollo posterior seado: por ello, la yema subyacente se desarrolla con mayores estimulos, ya que deja de recibir las sustancias inhi- bidoras procedentes de la cima. La profundidad de la muesca se ha- la limitada al alcance de la madera. Con el tiempo, la herida cicatriza, y el objetivo (hacer surgir un nuevo brote) ya se ha alcanzado. Efectos mas duraderos se obtienen practicando dos cortes (siempre en forma de «V» invertida), que tendrén poca distancia entre si, y separando la corteza con la porcién de libro subya- cente: los brotes conseguirén un consi- derable vigor, pudiendo ser utilizados como ramas portadoras. En cambio, la incisién 0 verdadera muesca, efectua- da por debajo de una secundaria, debi- lita a la principal, obligéndola a fructi- ficar precozmente. ENTALLADURA En la fase de inclinacién de una rama, es necesario evitar que esta se rompa; si las ramas son grandes se practica la entalladura, es decir, una serie de cor- tes (a 3-5 cm de distancia entre ellos), realizados con una sierra, que benefi- cian al lado inferior de la rama, opues- to al punto de inclinacién (fig. 19). La profundidad de los cortes varfa en funcién del grosor de las ramas que m Fig. 19 Cortes tealizados sobre una gran rama, para permitir asf su inclinacién @ Gran rama, insertada en el tron- co, a la que se le debe efectuar un pliegue para permitir el desarrollo de nuevos brotes en una posicién inter media @ Con una pequena sierra, se prac- tican tres 0 cuatro cartes en la pa puesta al punto de pliegue se quieran curvar. Si son vigorosas y robustas (y queremos debilitarlas ple- podemos practicar una muesca en la madera, casi hasta la mi- tad del diametro. En este caso, ademas del debilitamiento, muy a menudo conseguiremos impedir que una rama demasiado vigorosa ejerza competen- cia sobre la flecha, gindolas), ™ Los diversos Cortes afectan tar bién parte de la madera de la rama. sin superar, en profundidad, la mitad del diametro de la rama misma § Pliegue efectuado. Su posicién se mantendrd fijando la rama al tronco. los hilos del telar © a palos clava: dos en el terreno con esta finalidad PLIEGUE Si Ja inclinacién hace que una rama principal o secundaria adopte una po- sicién horizontal (produciéndose unos resultados apenas descritos), el plie- gue, que la inclina posteriormente, di- rigiéndola hacia abajo, acentuard atin | mas dichos resultados (fig. 17 D): una rama oblicua, por deb: un pliegue la temperatu- a que las 1a- | ‘OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIOADES. ™@ Operacion de pliegue horizontal finalizada, tras haber sujetado la rama con hilo metalico efecto, modifica de manera sustancial tanto el transporte de la savia elabora- da como el modo de vegetar y la domi- nancia apical y provoca el desarrollo de las yemas basales (es decir, las mas cereanas al tronco) en corresponden- cia con el punto maximo del pliegue. Asi, se obtiene, en conjunto, un rapido debilitamiento de la rama, provocando su fructificacién, PODA DE TODA LA CIMA En el perfodo de cultivo del arbol frutal, esta técnica de poda permite cultivar las plantas sin necesidad de practicar ni gtin corte, utilizando los brotes antici- pados para formar las ramas (fig. 20). 8] Estos brotes (0 sea, los que han sur- gido durante el afio), si no se manifies- tan, pueden Hlegar a desarrollarse me- diante el corte del caporal (aspecto que ya hemos tratado). Esta préctica permite obtener la for- ma deseada de la planta més répida- mente que si le efectudéramos cortes y, ademas, beneficia en mayor grado la fisiologia de la planta, la cual, al no haber sido cortada, vegeta primero por encima, y aunque parezca que esté desnuda en las partes basales, mas tarde alcanza un equilibrio de vegetacién. Llegada a este punto, la alta se detiene, creciendo entonces en las partes bajas del tronco, Por tiltimo, no se verifican movimientos de savia (requerida por los puntos de corte) y no se produce, COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES. @ Fig, 20 Poda de toda la cima, hecho que permite la formacién de uno palmeta antici- pada: A) plantacién sin corte del eje central, proviso de ramas anticipadas: 8) transcurrido un ano, se desarrollan las ramas laterales; C) transcurridos dos, se practica la inclinacién de las ramas; D) (en fa pagina siguiente), se inclinan las horcaduras superiores, con lo que Ia formacién queda completa al tercer ao durante estos primeros afios, reduccién alguna de la superficie foliar total. De- jando el eje intaeto y aprovechando las ramas obtenidas en ese mismo afio como horcadura, se reduce, asimismo, el tiempo de intervencién, mientras que, disminuyendo el vigor, se anticipa posteriormente la produccién. Una clasica forma de cultive obte- nida mediante este tipo de poda es la palmeta anticipada, difundida todavia hoy en dia, tanto en el manzano como en el peral. DESBROTADO Es una de las principales operaciones de poda verde, alrededor del mes de junio, momento en el que los brotes de los frutales mas comunes han alcanza- do ya unos 10-15 cm de longitud. Se realiza arrancando, tanto del tronco como de las ramas principales. aquellos brotes © pimpollos colocados en posicién anormal o iniitiles para la economia de la planta, en tanto que en la poda de cultivo serén eliminados aquellos que no se utilicen para formar la horeadura y, en la de produccién, los localizados en la parte dorsal de las ramas y los orientados hacia el interior de la copa y que se encuentren mal co- locados. La operaci6n, considerada en su conjunto, requiere poco trabajo, ya que se trata de pimpollos jévenes (siendo asf pueden ser eliminados in- COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES ™@ Desbrotado: remocién de todos los brotes surgidos en el tronco cluso con las manos, aunque siempre resulta aconsejable utilizar un cuchillo © unas tijeras, para, de este modo, no dafiar el tronco o las ramas). Ademis, eliminando estas partes superfluas, la energia de la planta se concentra tini- camente en las ramas titiles, evitando de esta manera posteriores interven- ciones de poda invernal. DESCHUPONADURA Los rebrotes o chupones son ramas de madera muy vigorosas que se desarro- llan sobre el tronco, en el lado interior de las ramas primarias y en las raices (chupones). La denominacién que se les da vie- ne motivada por su modo de creci- miento, recto y vigoroso, asi como ™ Estos grandes rebrotes radicales deben ser eliminados con una pala durante la fase de poda de verano COPERACIONES DE i Joven rebrote, recién surgido, que se elimina en operaciones de poda en época veraniega con ayuda de tijeras también por su posicién, perfectamen- te vertical, con la que consiguen atraer hacia sf grandes cantidades de elemen- tos nutritivos que sustraen a los demas componentes de la copa, que quedan debilitados. Ona US PRINCIPALES FINALIDADE 84 Su presencia depende del vigor de Ja planta, pero pueden surgir fécilmen- te mediante intervenciones de poda seca muy drdsticas, con excesivas cur- vaturas de las ramas o practicando el reinjerto. En cambio, los chupones que nacen en las raices son originados, asimismo, por un componente genético que ca- racteriza a algunas especies arbéreas frutales, como el olivo, el avellano, la higuera, etc. En definitiva, es preferible elimi- narlos durante el perfodo de vegeta- cidn, ya que son fécilmente reconoci- bles y mas faciles de arrancar en su to- talidad (impidiendo de ese modo que se vuelvan a formar). Este proceso se levard a cabo facil- mente separdndolos con las manos si los chupones se presentan en forma de brotes, 0 cortindolos bien a ras del tronco Los chupones de la rafz deben ser eliminados con una pala, que debe pe- netrar bien a fondo en el terreno, ya que rara vez son titiles para la econo- mia del arbol. Por tanto, se usaran tini- camente en la fase de cultivo para for- mar la horcadura o para rellenar las zonas més vacfas de la copa, aunque deben ser oportunamente curvados, despuntados, etc. CORTE DE RETORNO Este proceso se denomina asf porque permite que la vegetaci6n y, lo que es todavfa més importante, la fructifica- cin (que con el envejecimiento de la planta tiende a concentrarse hacia arri- ‘OPERACIONES DE > ™@ Ariba, presencia de numerosos chupones sobre el tronco de un viejo manzano Ariba, a la derecha, remocién de los mismos mediante el uso de tijeras A Ja derecha, tarea_finalizada: apreciamos el corte preciso efec- tuade a ras de tronco, que impide la Nueva formacién de chupones OPERAACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES FNALIDADES. ® Ariba, a la dere- cha, ebservamos va- fios chupones, desa- rroliados sobre una rama de ciruelos, ind- tiles para la econo- mia de la planta. A Ia lequierda, interven- cién de corte. Ariba, @ la derecha, rama limpia: la que ha que- dado notara las ven- tajas Fe hetoml| te PER ™@ Posicién correcta que debemos dar a la pala para que no dane el tronco MTronco _ perfecta- mente libre: es nece- satio volver a poner tierra, previamente removida LOPERACIONES DE FODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES, ba) «retorne» a la parte baja de la copa. Es una practica que suele aplicarse frecuentemente en el melocotonero durante la poda seca (aunque puede realizarse sobre cualquier planta fru- tal, incluso durante el periodo de ve- getacién) y consiste en la remocién, tanto en la flecha como en las ramas principales 0 secundarias de dos o mds aitos, de una porcién entera de la rama que se halla justo por encima de un brote, el cual, al encontrarse a so- breviento, se convertira en la nueva cima 0 rama principal del conjunto (fig. 21). Al efectuar la operacién de corte, es muy importante controlar que la rama que debe desarrollarse mantenga la copa compacta y contenida. Para evi- tar la formacién de chupones en la raiz, el corte debe practicarse perfecta- mente al ras. El brote escogido no tie- ne que ser especialmente vigoroso como rama de sustitucién basta utili- zar una brindilla, un dardo o incluso una lamburda. ma- dera de un ano madera de dos afos m Fig. 21 El corte de retomo debe ser practi cado siempre en la base de una fama, insertada en otra de dos afios A) corte de retorno realizado sobre una rama interior para reducir el vo- lumen de la copa: 8) corte de retor- no efectuado sobre una rama exter- na para ensanchar la copa COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FNALIDADES ™@ Ariba, rama de melocotonero que ya ha fructificado @ Ariba, a la derecha, las tijeras muestran el punto idéneo sobre el cual se debe efectuar el corte de re- torno durante la poda invemal. Se favorece asi la emision de nuevas ra- mas y se incentiva Ia produccién de las jovenes y més cercanas al tronco @ Ala derecha, corte efectuado = 9 @ COPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINC FINAUDADES @ Arriba, rama de manzano ya fruc- tificada, y que precisa un corte de retorno @ Ariba a la derecha, realizacién del corte justo por encima de una Pequefa brindilla BA Ia derecha: operacién final zada fo DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADI TORSION Es otra técnica abandonada hasta hace pocos afios, y tiene la finalidad de in- ducit y anticipar la fructificacin de una sola rama (previamente someti la a inclinacién), a la que se aplicard una parcial rotacién sobre sir para romper o daar, aunque no totalmente, los vasos cribosos, que transportan las as alimenticias producidas por las hojas sustanc ™ Recorte equivocade de una jo- ven rama en madera: la eliminacién tendria que haber sido total ™ Adviertase este doble error: al escoger entre las dos ramas, se ha optado por recortar la exterior (la que se debia mantener), y ademés de forma incorrecta, ya que debia ser elirninada completamente COPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDA\ @ Ariba, habitual error al efectuar el corte de una rama, ya que Ia sie- tra debe utilizarse en la parte exterior de la misma Arriba, a la derecha: observamos cémo, al traspasarse apenas la mi- tad del corte, el peso de la rama puede provocar fécilmente su rotura A Ia derecha, uso adecuado de | la sierra, que debe efectuar el corte empezando por la parte inferior de la rama 93 MATERIALES Y UTILLAJE El] instrumento principal con el que se efectia la poda son las tijeras de mano o las dotadas de instalacién neumiti a. Entre ellas, son preferibles las de doble corte, ya que permiten una me- jor adherencia, una mayor fuerza de corte y eliminan el peligro de roturas. Asimismo, para disminuir el esfuerzo del podador, hay miltiples modelos con mangos, vendidos en tiendas espe- cializadas. Otro instrumento utilizado, indis- pensable para practicar cortes més grandes, es la sierra, cuya cuchilla debe producir cortes limpios, su man- go ha de resultar cémodo y, en gene- ral, ser manejable. Ademés de ser ligeros y pricticos, es indispensable que estos instrumen- tos estén siempre perfectamente lim- pios, ya que, al pasar de una planta a 1 Diferentes tijeras de poda. Abajo, lade doble filo, que permite una ma- yor capacidad de corte. Ariba, de una sola hoja, desaconsejable ya que puede provocar el aplastamien- to de la parte que queda tras el corte ® Sierra manual: su mango y sus Pequenas dimensiones la hacen practica y manejable, incluso, para efectuar cortes en posiciones dificiles otra, pueden transmitir eventuales en- fermedades (en especial las de origen virieo, que se contagian de un frutal a otro si no se mantiene una minima hi- giene). En las formas de cultivo obligato- rias, se deben colocar los palos, los hi- los y los tensores de estos en el trans- curso de los primeros afios de planta- cidn, pa horcaduras. Los pulos, de cemento, de unos 4,5 mde allto, situados en los extremos de | a atar las ramificaciones y hilera, no deben colocarse e po- sicién erguida, sino inclinados hacia el exterior de aquella, conformando un Angulo de, aproximadamente, 30° res- pecto a la vertical y asegurados por un tirante, que permitira una mejor ca pacidad de tensién y traceién de los hilos: Cada dos 0 cuatro plantas (0 10- 15 cm), segtin la especie cultivada y la fragilidad de sus ramas, habitos y car- ga de los frutos a sostener, deberemos plantar otros palos de soporte (siem pre de cemento) en posicisn perfecta- mente vertical. Para ello, dispondre- mos de tres o cuatro hilos de urdidura, estirados en el mismo sentido del hi- lar, fijaremos el primero a unos 0.5- 0.8 m del suelo (s forma de cultivo) y los restantes a un poco mas de altura: 1,10-1,40, 2,10 2.30 y 3-3,20 respectivamente, 0, si no, a distancias de 0,90-1,20 m, Estos hilos de hierro, bien tensados por hila res metdlicos fijados a los tutores principales. tienen la misién de facili tar la adecuada inclinacién de dn la especie y la las ra: mas, permitiendo incluso el uso de pa- los de cemento Ambos elementos (cemento e hilo de hierro) son muy aconsejables, debi- do a su mayor duracién y a su menor facilidad para albergar formas hiber- nantes de insectos dafiinos para la ve- getacién cultivada, aunque en muchas regiones su uso no se halla muy exten- dido, prefirigndose la madera Uso adecuado de la podadera: en general, este instrumento se utiliza para eliminar las partes altas de la copa en huertos familiares. En las granjos fruticolas, esta poda alta se efectiia mediante escaleras o plata- formas moviles situadas sobre carros @ Tipos de masilla que se encuen- tran a la venta: su funcion radica en proteger superficies cortadas de una determinada dimension de ataque de agentes patégenos. Segiin su consistencia, pueden aplicarse con los dedos o mediante un pincel es- pecial @ Podadora JALESY UTLLAVE FORMAS DE CULTIVO (022 pa a Unicamente con adecuadas interven- ciones de poda podremos manipular la dimensién, la forma y el «funciona- miento» de los drboles frutales. Los tinicos inconvenientes de estas opera- ciones son los elevados costos que re- quieren y la posibilidad de que, si se efectiian incorrecta, 0 incluso equivo- cadamente, puedan comprometer la produccién de una planta concreta 0 de un plantfo entero a partir de sus pri- meros afios de vida. Es, por lo tanto, imprescindible mar- carse un objetivo definido incluso antes de plantar los rboles, basindose la pla- nificaci6n y elecciGn de la forma de cul- tivo en consideraciones referidas, princi- palmente a las caracteristicas de la espe- cie cultivada. Ademés, resulta también indispensable tener en cuenta las bases fisiolégicas generales de la planta y sus condiciones ambientales y de cultivo. La misma importancia reviste hoy en dia la densidad de plantaci6n en los pequefios huertos, ya que un mayor nimero de plantas comporta un au- mento de la produccién unitaria, pero sus rafces y su parte aérea, sin embar- go, gozan de un espacio més limitado. En especial, el hecho de que la par- te aérea quede contenida favorece las operaciones de cultivo, haciéndolas menos costosas y permitiendo (como ya se ha reiterado) un notable anticipo de la produccién. En cualquier caso, es necesario pre- cisar que es posible contener el desa- rrollo de la copa actuando proporcio- nalmente sobre todos aquellos factores que permiten su reproduccién (por- tainjerto, variedades spur 0 compac- tas, hipofertilidad del terreno, condi- ciones climdaticas, contencién del desarrollo radical y poda), pero slo FORMAS C podremos aleanzar resultados satistac- torios en algunas especies frutales como el manzano, el melocotonero y el peral En plantas de desarrollo consistente como el cerezo, albaricoquero, nogal etcétera, no se han aleanzado atin re- sultados pricticos evidentes, aunque se est investigando en el tema y se trabaja sobre portainjertos enanizantes y variedades compactas. La eleccién se orienta siempre ha- cia formas con yolumen, aplanadas © semilibres: las primeras son aquellas entre las cuales la planta se desarrolla en tres dimensiones regulares, casi iguales enire ellas, en las seeundas, la planta lo hace sdlo en altura y anchura (formando una especie de pared) y las iltimas son las que intentan, con ade- @ Poda de cultive veraniega: el cor- te del eje, practicado en Ia invernal ha permitido ya que numerasos bro tes se hayan desarrollado a princi pios de verano cuadas y. a veces, incluso pesadas in- tervenciones, hacer que la planta tome su forma natural o libre. En cualquier caso, resulta ttil pre cisar que las formas de cultive mas usadas para cada una de las especies tienen en cuenta el desarrollo natural de la planta: en el peral, por ejemplo (una de las especies més cultivadas y adaptables), la forma de cultivo mis usada es la piramidal, denominacién recibida debido al aspecto que suele adoptar la planta en su juventud MEI desarrollo de la vegetacién afecta a las zonas situadas por de- bajo del corte y a buena parte del troneo. Esta frondosidad permite preparar la Inicial horcadura de la primera palmeta durante este perio: do, sin tener que esperar al proximo invierno FORMAS DE CULT! Arriba, limpieza del tronco, efec- tuada hasta la altura desde ia que se iniciara la primera horcadura 1 Amiba, a Ia derecha: observamos cémo se eliminan de la copa los bro- tes més débiles, asi como los anterio- tes y posteriores al telar ™@ A [a derecha, destacan, en la parte baja, las dos ramas laterales gue formaran la primera horcadura. En el centro, se indica la rama que ha sido escogida como flecha, de- biéndose eliminar, por lo tanto, ia més interior FORMAS DE CULTVO / ™ Despunte de la rama escogida como fecha, operacién que permiti- 14, durante el verano, el desarrollo anticipado de ramas, de entre las cuales se podra escoger, con la pos- terlor poda seca, la segunda horca- dura. De este modo (en plantas que lo permitan), es posible realizar dos horcaduros en una misma y Unica estacién) FORMAS EN VOLUMEN Como se ha dicho ya, al ocupar un es- pacio tridimensional, las plantas nece- sitan amplias superficies para distri- buir su copa, por lo que no es posible cultivar un elevado nimero de ellas por hectarea. Ademas, la plantacién en volumen comporta algunas dificulta- des, como el aumento del tiempo ne- cesario tanto para la puesta a punto del terreno como para las intervenciones sobre las plantas (podas, tratamientos, recogida), aunque también presenta aspectos positivos: en efecto, estas se desarrollan considerablemente (tras alcanzar esta fase, sin embargo, des- pués de muchos aitos), siendo alta- mente productivas y manteniendo una longevidad prolongada. Por otra parte, esta forma de planta- cién permite una distribucién de las plantas incluso en terrenos con una orografia especial, que no consiente la practica de la fruticultura mecanizada. En el Ambito de los huertos familia- res, una forma en volumen puede, en cambio, ser utilizada para Tenar espa- cios aislados con un drbol frutal 0 con finalidades estéticas 0 decorativas Entre las principales formas de cul- tivo de este tipo destacan el vaso y sus modificaciones, la piramide y el huso (fig. 22). Ala izquierda, operacién termina: da: las ramos (que no deben ser des- puntadas) laterales se inclinan, atan- dose a los hilos de sujecion FORMASDE CULIVO = vaso m Fig. 22 Formas de cultivo en volumen, piramide trunca co americana Vaso Comprende una breve parte del tron- co, en el que se insertan tres ramas principales (a unos 120°), que, a su vez, con el paso de los aitos, dardn lu- gar a dos o tres, de tipo secundario, piramide reguiar huso —e — cada una. Se utiliza principalmente en drupaceas, como el melocotonero y el ciruelo. En el manzano, se mantiene también en el interior de a copa la «flecha», que sin embargo dispone de una vegetaci6n limitada y distribuida en forma de hélice (vaso leno). FORMAS DE CULTIVO. En el olivo y avellano, se transforma en un vaso de matorral, en el que no se mantiene el tronco, surgiendo las ramas directamente de la tierra a partir de bro- tes bien distribuidos 0 de tres plantas colocadas en los vértices de un triingu- lo equilitero, sobre las cuales se podrin desarrollar las ramas secundarias. Por tiltimo, el vaso globose es la ti- pica forma de cultivo de los agrio: racterizada por un alto tronco y por una copa de forma esférica, Tiene el inconveniente de que en el interior no produce, debido a que el paso de la luz y del aire es minimo, por lo que los frutos se sitian Gnicamente en la parte externa del globo. Cémo se forma el vaso Una vez plantado el eje central en oto- fio 0 a finales de invierno, se trasmo- cha el drbol a una altura de 60-70 cm, durante su periodo vegetativo. El corte precoz de la cima favorece la emisin de numerosos brotes, entre los cuales, aleanzados ya unos 15-20 em de longi- tud (atin en primavera), se seleccionan los tres mejores para formar las ramas principales En esta eleccidn, se debe considerar el desarrollo, pero también la disposi- cidn (orientada a una distancia de 120°) y la posicién en el tallo, que tie- ne que estar cerea del tronco, pero no a su misma altura, Este factor posicional es importante, ya que si se localiza en el mismo punto, queda fécilmente su- jeto a las molestias provocadas por los agentes mecanicos y atmosféricos, con lo que el punto del tronco se carga en exceso. Posteriormente, se climinan, a ras de tronco, los brotes que sean excesi- vos, «guidndose» con ayuda de cafias plantadas en el terreno, colocadas con una inclinacién de 45° respecto a la vertical y separadas 120°, entre ellas. En plantas vigorosas, estos brotes (que al finalizar el periodo de la poda de cultivo median aproximadamente 4 m) alcanzan facilmente durante el verano entre 70 cm y 1 m, produciendo ramas anticipadas (hembras) que se converti- rin en productivas de la principal. En la poda invernal, deberd tenerse en cuenta que estas tendrén que surgir, como minimo, a 50 cm del punto de in- sercidn de la rama, y deberdn estar si- tuadas todas en el mismo lado para permitir que las del siguiente aio que- den orientadas hacia el lado opuesto. Piramide Sobre el eje principal o flecha, sin ne- cesidad de efectuar cortes, se cultivan de forma tridimensional varias ramas, con una inclinacién de 45° con respec- to al tallo. La longitud de estas decrece hacia arriba y las basales alcanzan, como maximo, un tercio de la altura de la planta. La disposicién de la hor- cadura de las ramas da origen a varias denominaciones piramidales (pirdmi- de regular en horcadura, alada, en es- piral, truncada, etc.). Huso Obtenido mediante algunas modifica- ciones efectuadas en la pirémide, se ORAS D caracteriza por poseer una insercién de las ramas en la flecha a 45-50 cm del suelo, sin un orden previamente esta- blecido. La Unica exigencia, debido a la di- mensién mis recogida y breve de las ramas (siempre inclinadas a 40-45"), es que sean equidistantes entre elas, aspecto que permitiré una mejor ilumi- nacién en las partes internas de la copa. Una modificacién del huso, que comprende un mayor ntimero de plan- tas y la reduccién de su estatura, es el jusillo, probablemente la forma mas utilizada en los huertos frutales y que permite pasar de la poda invernal a in- tervenciones ligeras y de aclareo y au- mentar notablemente la verde. Se inicia despuntando el eje y for- mando una corona de cinco-siete ra- mas de igual vigor, colocadas en pun- tos distintos e inclinadas (incluso mas alld del plano horizontal) mediante in- tervenciones de poda verde. Es tam- bién posible hacerlo sin cortar la fle- cha, aprovechando e inclinando las an- ticipadas. La altura maxima que se puede alcanzar se sittia, aproximada- mente, entre 2-2,5 m FORMAS APLANADAS Son las que se desarrollan s6lo vertical u horizontalmente, y sirven para cons- truir paredes, setos y parras. Antes que nada, sin embargo, deberemos idear un soporte que permita cl apoyo de la copa y favorezca una riipida formacién del esqueleto (y, por lo tanto, un anti- cipo de la produccién), Las formas tra- dicionales se hallan representadas por @ Hileras de pomaceas: las ramas que se desarrollan entre ellos pue den dificultar las operaciones de cuF tive normales, por lo que deben ser eliminadas durante la fase de poda verde la palmeta, el cord6n, la parra y el tol- do: estas dos tiltimas permiten una dis- tribuci6n horizontal de las ramas o sar- mientos y, en ellas, colocaremos los. hilos a una altura que oscilard entre 1,5 y 3 m, para permitir que podamos intervenir, sin encontrar obstaculos, en las opera (tig. 23), Asimismo, las formas aplanadas admiten el uso de medios mecénicos, reduciéndose asf considerablemente el coste de las operaciones. iones que afecten al terreno FORMAS DE CULTVO m Fig. 23 Formas aplanadas; A) palmeta y su formacion ras el paso de los afos; B) ottas formas, a mado, de espaldera y de cordon’ ey Ud WW ul «U» simple «U» doble candelabro verier abanico — enramasnorizontales ens» tricrogpsiion B bandera seto goyer lépage bouché thomas cordén cordén cordén horizontal cordén inclinado horizontal doble vertical FORMAS DE CULIIVO Palmeta Es la forma aplanada vertical més di- fundida, y ha sufrido, a lo largo de los aifios, variadas modificaciones, que se diferencian dependiendo de las regio- nes geograficas en las que se hayan im- plantado. Otras formas similares («U» simple y doble, candelabro, verrier, abanico, «¥», bandera, seto, etc.), de- bido a su regularidad y elaboracién, ya no se consideran indicadas para el cul- tivo intensivo, sino para decorar par- ques, jardines y paseos. Para construir una palmeta, despuntaremos el eje y utilizaremos dos brotes laterales que se hayan desarrollado bajo el corte, incli- nandolos de forma diferente (incluso horizontalmente) con la ayuda inicial de dos cajias, clavadas en el suclo o fi- jadas a los hilos, A distancias regulares (80-100-120 cm), siempre decrecientes de la primera a la tiltima, podremos construir en los afios siguientes horca- duras con ramas més cortas. El mtimero de horcaduras dependerd (asi como su distancia e inclinacién) del vigor de las plantas. Dejando in- en aU» tacto el eje y aprovechando las ramas precoces, se puede cultivar la palmeta anticipada, que fructifica antes y cuyo cuidado se basa en los criterios de poda de toda la cima. Cordén Aprovechadisimo para el cultivo de la vid (tanto simple como doble), pero utilizable también en algunas especies frutales, consiste en doblar la prolon- gacidn del tallo 0 de dos ramas, incli- néndolas horizontalmente sobre el hilo. En el cord6n, se clavan las diver- sas ramas fructiferas, que en el caso de la vid serdn espolonadas cada invierno y que, en los fructiferos, ya sea el cor- dén horizontal, vertical o inclinado, deberdn ser cortas, siendo controladas constantemente mediante la poda para contener su desarrollo, Puede resultar itil también para aquellas especies que producen abundantemente sobre lam- burdas (perales kaiser, abad fetel, con- ferencia, butirra precoz morettini y packham’s triumph). FORMA Parra Usada principalmente en la vid y en el kiwi, es un sistema de cultivo alto y horizontal, que presenta caracteristicas diferentes dependiendo de la regi6n en la que se forme. La horcadura necesaria est consti- tuida por palos de madera o de cemen- to, que se encargan de sostener el tallo de! frutal. Las armaduras horizontales u ™ Prasencia de vegetacién en el tronco, entre dos horeaduras, espa- clo que, por costumbre, debe man- tenerse limpio DE SULIVO oblicuas, orientadas hacia una 0 dos partes, son las que sostienen las ramas fructiferas, La experimentacién en el dmbito de la mecanizacién de la poda y de la re- cogida provoca que también se culti- ven en parras los manzanos, perales, melocotoneros, etc., efectuando incli- naciones limitadas tipo «Y» 0 «V» (Angulo interior conformando, aproxi- madamente, 65°) 0 completamente ho- @ Operacién de limpieza efectuada 108 FORMASDE CULIIVO m Fig. 24 Dibujo esquematico de Ia forma de cultivo tatura tre- lis, A) urdidura; B) distribu- cién de una rama sobre los hilos: C) forma completa FORMAS DE CULTIVO rizontales (tatura tellis, lincon trel «Tp, etc), (fig. 24) Tendido Forma de cultivo valida especialmente para la vid y el kiwi. En ella, los palos se colocan formando un cuadrado y los hilos que sostienen los frutos se tribuyen en forma de red, a una altura entre 2 y 2,10 m. En la base de los palos se cultivaran cuatro planta: cada tallo se apoyard en uno de ellos y ™@ Poda de produccién en un tendido de vid. Unicamente se han mantenido Intactos los cordones que van a lo largo de la direccién de los hilos Jas ramas permanentes se distribuiran sobre el entramado de los hilos. FORMAS LIBRES Son las que mantienen, més que cual- quier otra, la forma y el desarrollo de la planta segtin su estado natural. Son formas en volumen, en las que, duran- te los primeros aftos de vida (fase de cultivo) se Meva a cabo la técnica de «no poda», que permite la forma- cién de un habitus natural IDENTIFICACION DE LAS FORMACIONES FRUCTIFERAS DE ALGUNAS ESPECIES EN CONCRETO Ss Anteriormente, hemos hablado de ye- mas de madera, de flor y mixtas. To- das ellas, especialmente las dos dlti- mas, suelen estar distribuidas en ramas cuyo tipo varia de una especie a otra (fig. 25). En cada tipo de Arbol frutal desta- can ramas enteras, que tienen tnica~ mente yemas de madera; sin embargo, es imposible hallar una rama portadora m Fig. 25 exclusivamente de yemas en flor, ya que si no, como es facilmente deduci- ble, no podria continuar su crecimien- to tras la fructificacién. Las mas co- munes, caracterizadas por la presencia de flores, se denominan ramas mixtas, brindillas, lamburdas, dardos 0 ra Metes de mayo (siendo las terceras tipi- cas en las pomiceas y las tltimas en las drupdceas). Diversos tipos de yemas: A) de madera; B) de flor; C) de madera y flor = mixta Hb aE a Dentro del Ambito de una misma especie, se pueden hallar variedades que fructi guno de estos tipos de ramas, cuyo cargamento esté mas o menos propor- cionado, Las ramas de madera son tunda- mentales, ya que, sobre todo en la fase de cultivo, intervienen en la formacién de horcaduras. Asimismo, estin cu- biertas de hojas, que permiten la pro- duccién de hidratos de carbono y las situadas en la parte aérea de la planta reciben el nombre de chupones. Estos son especialmente robustos, vigorosos y denotadores del vigor de dicha plan- la, aunque suelen ser arrancados por- que no influyen en la economia de la planta, Las ramas de fruto se subdividen en: Mixtas: tienen unas dimensiones notables y evan, distribuidas por su an preferentemente en al- @ Rama mixta de cerezo FER eje, tanto yemas de flor como de ma dera, Las mas productivas y difundi- das son las que duran un aio y se pue den hallar en casi todos los arboles frutales (fig. 26). @ Fig. 26 Rama mixta de e un ano, inserta- da en madera de dos ® Rama mixta de @ Rama mixta de c IDENTICACION DE LAS FORMACIONES FRUCTIFERAS DE ALGUNAS ESPECIES EN CONCRETO Brindillas: sus ramas son cortas (aleanzan un maximo de 15-30 em de longitud) y delgadas. En las poméceas, Hevan en su punta una yema mixta (brindilla coronada) y en el eje s6lo yemas de madera (hojas), mientras que en las drupdceas, en su punta sur- ge una yema de madera y tinicamente varias de flor a lo largo de toda la rama (fig. 27). ® Ala derecha, brindilla de meloco- tonero: destaca la yema de made- Ta, que esta brotando en Ia punta @ Abajo, brindillas de ciruelo en una rama de varios anos IDENTIFCACION DE LAS FORMACIONES FRUCTIFERAS DE LGUNAS ESPECIES EN CONCRETO Fig. 27 é A) brindilla de poma- & g ceas; B) brindilla de drupaceas & Brindilla de albaricoquero @ Brindilla de cerezo ™ Brindilla coronada de manzano & Brindilla de peral ®@ Brindilla coronada de manzano | en florecimiento incipiente Brinaillas florecidas de pera IDENTINCACT DE LAS FORMACI Dardos en ramillete: son caracte- tisticos de las drupdceas; cortos y gruesos (entre 3 y 6 cm), tienen siem- pre una yema de madera en su punta y una corona de numerosas yemas de flores, que se tocan entre si (fig. 28). También se denominan ramilletes de mayo. Desde que brotan hasta el inicio de la produccién, deben transcurrir, no obstante, dos o tres afios, aunque la duracién de su capacidad productiva es considerable: en el caso del cerezo. puede llegar incluso a cuarenta ais. Fig, 28 Dardos en ramilie- te o ramilletes de mayo 7 (ES FRUCTIFERAS DE Ai GUNAS ESPECIES EN CONCRETO « * ™@ Dardo en ramillete de albarico- quero ™@ Dardo en ramillete de ciruelo IDENTIICACION DE LAS FORMACIONES FRUCTIFERAS DE ALGUNAS ESPECIES EN CONCRETO ® Ramilletes de mayo de cerezo Lamburdas: son las formaciones de flores cortas y gruesas que surgen en las pomdceas; en sus dos primeros aios de vida, son ramilletes de madera (dardos), aunque después se forma una yema mixta, que produce frutos durante unos diez aiios (fig. 29) ™@ Lomburda de peral y dardo (yema de madera), presente en la bolsa, que ya ha fructificado Fig, 29 Lomburdas ® Arriba, lamburda de manzano y, sobre estas lineas, lamburdas, del mismo 4rbol, con dardo central IDENTICACION DE LAS FORMACIONES FRUCTIFE Bolsas: localizadas siempre y tini- camente en las pomdceas, estin cons- tituidas por un agrandamiento de la insereién de las yemas de flor. Son cortas, de larga vitalidad y presentan yemas mixtas u originan dardos (que se convertiran més tarde en lambur- das) 0 brindillas (fig. 30) ™@ Lamburdas y bolsas de peral AS DE ALGUNAS ESPECIES EN CONCRETO m Fig. 30 A) bolsa de peral; 8) bolsa de manzano ™@ Dardos, lamburdas y patas de gallo, situados en el peral IDENTFICACION DE LAS FORMACICNES FRUCTIFERAS DE ALGUNAS ESPECIES EN CONCRETO Patas de gallo: son reagrupamien- tos de bolsas y lamburdas (surgidas en las pomdceas), y estén caracterizadas por una forma que justifica la denomi- nacién que reciben (fig. 31). En plantas arbéreas, distintas a las drupaceas y poméceas, hallamos: Nogal (planta monoica): sus flores masculinas se sittian en varios puntos de la planta y estan representadas por inflorescencias pendientes, presentes en los ramos anuales, en tanto que las femeninas se localizan al final del api- ce de los jévenes brotes del aiio. Avellano: planta monoica, cuyas flores masculinas, en inflorescencias pendientes, se forman a finales de ve- rano en las ramas, permaneciendo has- ta la siguiente primavera. Las femeni- nas, localizadas en pequefias yemas, se lamburdas a lamburda dardo Fig. 31 Pata de gallo sitdan en la base de las ramas, surgien- do en primavera, Para los demés arbo- les frutales, consultar el cuadro, RAMAS PRODUCTIVAS EN LOS FRUTALES MAS COMUNES Manzano lamburdas, brindillas, ramas mixtas de un ohio Peral lamburdas, brindillas, ramas mixtas de un ohio Membrilio brinaillas, ramas mixtas de un ao Nispero japonés extremidades de las ramas de un aro Melocotonero ramas mixtas, brindillas, dardos en romillete Ciruelo dardos en ramillete, ramas mixtas Almendro ramas mixtas, dardos en ramillete Cerezo dulce dardos en ramillete, ramas mixtas Cerezo dcido ramas mixtas, dardos en ramillete Albaricoquero dardos en ramillete, rarnas mixtas | Agrios ramos mixtas de un afo, dardos, brindillas Nogal ramas del ano: Avellano ramos de un afio, dardos, brindillas Castano ramas del aho Higuera tomas de un ao, ramas del afio Caqui ramas del aro Kiwi ramas del afo Elorden que siguen las ramas de los frutos est ‘en funcion de su mayor productividad: = iz EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE MANZANO, En este drbol frutal, las précticas de poda se encaminan principalmente a los siguientes fines: — reducir el desarrollo en altura de la copa (alcanzando, como maximo, una altura de 2,5 m, dificil de man- tener incluso con portainjertos ena- nizantes) y permitir la practica de las operaciones de cultivo de la tie- rra mas comunes; — anticipar lo maximo que se pueda la entrada en produccién y permitir que se efectien simulténeamente las operaciones de poda de cultivo y produccién, a partir del segundo afio; — producir abundante y constante- mente, principalmente durante los primeros quince 0 dieciséis aos de vida. Para conseguir estos objetivos, la tendencia actual estriba en revalorizar la poda veraniega, realizada principal- mente en las variedades de manzanos cultivados. Las operaciones, efectua- das no tan slo en verano sino también en primavera, consisten en intervenir sobre la planta a medida que esta se vaya desarrollando, practicando un control del ritmo de crecimiento, ya sea inhibiéndolo o favoreciéndolo. Para ello, deben realizarse cortes en la cima, acortamientos, aclareos, plie- gues y curvaturas de las ramas, que llevan a una mejor induccién a la flor durante los primeros aitos de vida de la planta (dandose, naturalmente, priori- dad al desarrollo en detrimento de la produccién). Todas estas intervencio- nes pueden llevarse a cabo tanto du- rante el preflorecimiento como en el momento en el que los brotes empie- zan a alargarse (tiltima mitad de abril - primeros de mayo, segtin las zonas). 122 | ADA ESPECIE @ Rama de manzano ™ Posicién correcta de las tiieras Corte efectuado a ras de la rama princi- pall, con lo que se evi- ta que broten chupo- nes indeseados EPOCAS V MODALIOADES DE FODA DE CADA ESPECIE Otra intervencién es el aclareo de los frutos (ya sea a mano 0 con hormo- nas), efectuado durante la caida de los pétalos o justo después, teniendo en cuenta que, cuanto antes se realice, menor seré la competitividad entre los frutos y mayores serdn las dimensiones de aquellos que hayan sobrevivido. Aunque sea més tardfa, esta técnica mejora el color de los frutos y su resis- tencia a algunas enfermedades durante la fase de conservacién. Aunque el manzano puede no ser podado durante varios afios, si practicamos tinicamente el aclareo de los frutos deberemos ha- cerlo anualmente, evitando asi que se produzca un ripido envejecimiento. Los brotes idéneos que surgen en plan- tas adultas son los Hamados cortes de regreso. Por otra parte, arrancando las lamburdas viejas que ya han fructifica- do durante algunos afos se eliminan los frutos més viejos, asegurando la produccién de los mas nuevos, que de- ben concentrarse en ramas menores de cinco aiios, En el caso de la variedad spur, la produccién se mejora con in- tervenciones de poda cuidadosa y més intensa que en las variedades normales. Finalmente, cabe decir que estas opera- ciones son tipicas de la poda invernal. PERAL ‘A pesar de ser uno de los pocos fruta- les que se adaptan a cualquier manipu- laci6n de la copa, en la poda de cultivo resulta indispensable realizar formas simples (pirémide, palmeta, huso y hu- sillo), que deben completarse rapida- mente, tener un esqueleto bien robus to, capaz de sostener grandes produc- ciones, y permitir una distribucién uni- forme y bien posicionada de las ramas fructiferas. Cualquiera que sea la for- ma de cultivo escogida, en los prime- ros afios de la plantacién (segundo y tercero), las intervenciones de corte de- ben ser limitadas, para asf aprovechar al maximo las ramas ya presentes. Durante el invierno, se pueden practicar muescas o el despunte del eje (que favorecerén una continua emi- sidn de brotes), tras lo cual se efectua- réiel aclareo de las ramas y su orienta- cidn. En la poda de produccién, hay que tener en cuenta que los diversos ti- pos de cultivo tienen un comporta- miento y un hdbito de fructificacién diferente: asi, en sus primeros afios de vida (hasta el cuarto afio), el peral sue- le producir principalmente en las brin- dillas y en las ramas mixtas; hasta el séptimo u octavo afio lo hace en las lamburdas y, por tiltimo, ya en su fase de madurez, en lamburdas que se de- sarrollan sobre madera vieja de dos 0 tres afios. Las intervenciones de poda se basan en la renovaci6n de las ramas de fruto (el peral envejece con rapi- dez), intentando que la vegetacién en la parte alta sea mesurada para favore- cer un abundante revestimiento basal. Los cultivos mas débiles necesitan aclareos en aquellas que se presenten en exceso 0 en malas condiciones, per- mitiendo de este modo la recuperacién de toda la parte interna. Por el contra- rio, las especies y variedades muy vi- gorosas necesitan pi intervencio- nes de corte (para impedir la «explo- sion» de la vegetacidn), resultando més eficaces los pliegues, el descorte- @ Pr de eliminacién amburdas terminale jado, tras haber arran: $ ramifi- £POCAS V MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE EXIGENCIAS QUE PRESENTAN ALGUNOS CULTIVOS DE PERAL EN RELACION A LA PODA DE PRODUCCION Variedades Habitos Intervenciones de fructificacién de poda Abad fetel lamburdas situadas — poda corta - recorte de las, ‘en ramas de dos Pequenas ramas que tengan anos excesivas lamburdas - renovacién de! 40-50 % Butirra hardy brindillas en plantas poda mixta - aclareo y jovenes y mas tarde lamburdas fenovacion del 30%, eliminando las ramas viejas de 3.0 4 anos Butirra precoz morettini todos poda larga con remoci6n de los chupones - Cortes de regreso en lamburdas 0 ramas delgadas Conferencia brindillas y lamburcias poda larga - aclareo de las brindillas - renovacién anual del 35-40% Decano del lamburdas poda mixta y en época tardia - comicio tecorte de las ramas y renovacion de! 35-40 % Decano todas pode larga - recorte de las | de invierno ramas y aclareo de las brindillas Dr. j. guyot todas, en especial las enérgica - cortes de retomno y lamourdas renovacién del 36-40 % Kais lamburdas poda larga - aciareo de las brindillas y renovacién, Gnicamente del 35-40 % en plantas adultes Pachkam’s brindillas (planta enérgica - renovacién del 35- triumph joven) lamburda 40% (planta adulta) lamburda Passacrassana = lamburdas y brindillas enérgica - aclareo de los frutos en plantas viejas William brindillas y rarmas aclareo de brindillas y bolsas - mixtas en madera de renovacién de! 30-40% 203.anos William roja lomburdas, todas ——_aclareo de las brindillas - (max red curvatura de las ramas - bartlett) renovacion del 40-50 % 125-1 zado anular de ramas y las curvaturas, ya que contienen el desarrollo y favo- recen la fructificaci6n. Sobre plantas viejas, se deberén practicar cortes de regreso y acorta- mientos, que permitiran el desarrollo de ramas jGvenes. La poda verde en el peral en pro- duccién debe limitarse a las varieda- des mis vigorosas, teniendo como tini- ca finalidad airear e iluminar mejor las, partes mas escondidas de la copa. El aclareo de los frutos, realizado manualmente tras su fisioldgica caida precoz en junio, no es una prictica que pueda Ilevarse a cabo cada afio, y en conereto sdlo se puede aplicar a algu- nas variedades: butirra hardy, confe- rencia, coscia, dr. guyot y william. Mencién aparte merece la poda del peral asiético o nashi (Pyrus pyrifolia 0 Pyrus serotina), el cual, durante sus Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE primeros afios de vida tiene un consi- derable desarrollo, entrando en la fase de produccién antes que el clésico. Aun produciendo las normales forma- ciones frutales de las pomiceas (lam- burdas, bolsas, ramas mixtas, brindi las y también patas de gallo), estas se hallan presentes en las ramas entre uno y scis aflos, aunque es preferible man- tener en la copa ramificaciones que no superen los cuatro (fig. 32). El nashi es una planta de frdgil ramificacién, por lo que se estropea con facilidad si se carga en exceso, y esta fragilidad hace incluso aconsejable adoptar formas de cultivo que incluyan urdiduras para la vegetacisn. Ademis, su notable vigor comporta una limitada fructificacién, por lo que se deben efectuar curvaturas, despun- tes y pliegues durante el periodo pri- maveral-estival rama de un ano VY yea en antes pata flor de la poda de gallo § lamburdas brindilla después fertil de la poda} A B Fig. 32 A) Formaciones de fruto del nashi; B) poda de las patas de gallo EPOCAS ¥ MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE En la poda de producci6n, se inten- ta siempre favorecer el desarrollo de los frutos més jévenes. El recorte de las ramas puede practicarse incluso después del florecimiento, resulta in- lamburda A fama vigorosa 1. ano rama fructifera 2° ano pata de gallo ramita fructifera 42 ano lamburda Jamburda dispensable el aclareo de los frutos y, finalmente, el corte de la cima de aquellas posibilita, en los afios si- guientes, la formacién de numerosas lamburdas (fig. 33). Fig, 33 Evolucién del despunte de la cima de los ejes del nashi. Al ao siguiente de practicar el despunte (A) se pro- ducen lamburdas basales y brindillas @®) las cuales, si son eliminadas (C) permiten el desarrollo de patas dé gallo que. tras a produccién, deben ser Cortadas por encima de un dar- do (D) que, a su vez, desarrollaré un nuevo brote vigoroso, a partir del cual volverd a iniciarse el ciclo (E) brindilla, fértil dardo bolsa Cc ramita fructifera 3." aho brindillo renuevo de Ia vegetacién EPOCASY MODALIDADES BE PODA DE GADA ESPECIE EXIGENCIAS DE ALGUNOS CULTIVOS DE NASHI (PERAL JAPONES) EN RELACION CON LA PODA DE PRODUCCION Variedades Habitos de fructificacién Intervenciones de poda Choju bolsas - madera de 20 recorte de las ramas laterales 3 anos Chojuro ramas de un ano - ramas de renovacién de las ramifica- 203 afos - lamburda ciones laterales cada 3 anos Hayatama inicialmente, en ramas tecorte y renovacién de las de 2 afos y posteriormente ramas laterales en todas Hosui ramas de 1 0 2 afos - brin-_ sustitucién de las ramas fructi- dillas feros cada 3 afos - recorte de las ramos Kosui ramas de 1 0 2 anos - poda larga - aclareo interior pice de ramas de unaho — de Ia poda con pliegues y despuntes precoces Nijsseiki en todas las ramos poda abundante - aclareo de los frutos, ya que la planta se presta al fendmeno de la altemancia Shinko lamburdas - ramitas de 2 fenovacion de las ramitas 03 anos -ramas de un laho _ fructiferas en un 40 0 50 % Shinseiki ramas de un ano - renovacion de las ramas de lamburdas de ramas de un ano - atadura de las fructi- 2anos feras, ya que son poco resis- tentes MELOCOTONERO un afio (que denotan la fase juvenil de Y NECTARINO Ja planta) y por brindillas y ramilletes E! melocotonero es una planta basito- na, que se adapta bastante bien a cual- quier tipo de forma de cultivo, alcan- zando producciones notables desde los primeros aiios de vida (la plena se ob- tiene a los cuatro o cinco). por lo que la poda de produccién empieza muy pronto. Las ramas de fruto del melocotone- ro estan formadas por ramas mixtas de de mayo (ambas sintomaticas de la ve~ jez). También estas mismas formacio- nes definen el desarrollo de la planta: asf, las vigorosas produciran en ramas mixtas, las equilibradas en todas las formaciones de fruto y, las débiles s6lo en brindillas y ramilletes de mayo. En la fase juvenil de la planta, inde- pendientemente de la forma de cultivo elegida, efectuaremos cortes minimos 1268 Il @ Rama mixta, excesivamente ca gada de frutos (nectarinas) ™@ Aclareo efectuado para permitir la ripida formacién del esqueleto, aunque tratindose de una especie muy vigorosa, intentaremos de todos modos, aligerar las ramas con ackureos y practicaremos pliegues y ataduras en las numerosas ramas anti- cipadas, escogiendo las mejor coloca- das y las mas titiles para la formacién del esqueleto. La poda de produccién efectuada en plantas adultas tiene que ser extre- madamente severa, ya que para obte- ner elevadas producciones serd conve- niente eliminar mas del 50 % de las ramas de fruto (e incluso el 70 % en las variedades mas fértiles), Sin em bargo, también es necesario conocer el grado de fertilidad del cultivo y tener en cuenta las condic (en especial la sensibilidad al hielo in. vernal y, al contrario, la necesidad de frio). Las ramas mixtas no se deben cortar, sino que basta con aclararlas (despuntando Gnicamente las partes terminales que puedan estar muertas), pero si que se tienen que acortar, en cambio, las ramitas directamente cla vadas en las ramas permanentes. Las que ya han fructificado tienen que eli minarse, asf como los chupones. Para ello, empezaremos a podar desde la punta, bajando progresivamente, in- tentando distribuir la vegetacién en funcién de la exposicién de las ramas a la luz y privil a los dardos en ones climéticas ando a las mixtas 0 amillete (segiin la va- © Muestra de los frutos arrancados son los mas pequenos, los deforma: dos 0 los atacados por agentes pa- tagenos EPOCAS ¥ MODAUDADES DE riedad) en detrimento de las. brindi- las, que producen frutos de menor ea- lidad Estas intervenciones de poda seca pueden practicarse en otoilo (septiem- bre-octubre), antes del tratamiento que se efecttia cuando caen las hojas, pero ain mas oportuno es intervenir a partir del mes de febrero, hasta el floreci- miento (aspecto muy aconsejable para DA DE CADA ESE los podadores menos expertos). trariamente a las reglas generales, en el melocotonero (y también en el resto de drupaceas, los cortes invernales no deben efectuarse a ras de ramo, sino que es mejor dejar siempre un peque- iio espolén, ya que, sino, el frio pene- trarfa en las heridas, matando la made- ra de la zona mas préxima a los cortes. Durante el verano, es conveniente @ Rama de melocotonero antes de Ia intervencién Vision de fa misma rama, tras ser efectuados los cortes: contrariamente a lo que suele aconsejarse, es preferible (en las drupdceas) no realizar el corte a ras de tronco 0 de rama, sino dejar siempre un tocén de un par de centimetros, para que los eventuales bajones térmicos que puedan manifestarse tras la Poda no danen la rama principal 130 EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESF @ Presencia excesiva de frutos sobre una pequena rama: su crecimiento, principalmente el de los situados en la punta, provocaria la rotura de aguella practicar la poda verde, con la finali- dad de airear e iluminar mejor la copa y permitir una mejor maduracién de los frutos, asi como de la madera de los nuevos brotes. Los. primeros cortes se realizan en el perfodo de aclareo de los frutos (necesario cada aiio), cuando caen los pétalos o tras ta caida precoz de junio, momento en el que los brotes a eliminar son todavia herbdceos, pudiéndose quitar con las manos. Posteriormente, se interviene en el mes de julio. Otro ejemplo de correcta realiza- cién de corte en las drupaceas. Estos tocones, hacia finales de inviemno. estaran ennegrecidos a causa del hielo, pero habran protegido la rama principal ™@ Aclareo efectuado: se han arran- cado |os frutos situados en la parte terminal de la rama. EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE ALBARICOQUERO Probablemente es la drupacea que pre- senta, mas que cualquier otra, el fend- meno fisiolégico de la_alternancia. Produce en ramas mixtas, brindillas y dardos en ramillete (los mas producti- vos) (fig. 34) Las flores, en la mayor parte de los cultivos, se sitian en las ramas mix- tas, nicamente en [a parte terminal de la rama de un afto. El crecimiento de esta planta, durante los primeros aflos, es muy rapido, produciendo ra- M Fig, 34 Distribucion de yemas de madera y de flor sobre una rama mixta de al- baricoquero; un eventual despunte de la cima comportaric una total eli- minacién de las flores yemas de madera mas vigorosas, dificiles de controlar si practicamos tinicamente la poda in- vernal, por lo que necesitan un reajus- te durante el verano, Las formas de cultivo suelen ser en volumen, con la horcadura situada a unos 50-70 cm del suelo, y en la que se utiliza el trasmo- che del eje 0 se aprovechan las ramas anticipadas, ya presentes en el mo- mento del trasplante. El cultivo se realiza efectuando cor- tes de aclareo durante el verano ¢ in- clinando las ramas a 45-50°. La forma deseada se obtiene anticipadamente y se practican, tanto en la poda de culti- vo como en la produccién, cortes pre- coces de retorno (eliminando madera, de uno 0 dos aitos) por encima de una brindilla 0 de una ramita débil. Los de produccién deben ser Ilevados a cabo intentando favorecer las formaciones de fruto que interesen y manteniendo la vegetacién en Ia parte baja de la copa, teniendo muy en cuenta que hay que cortar lo menos posible (aclarar) las plantas mas vigorosas e intervenir con mayor intensidad en las débiles, para asf favorecer su renovacién vege- tativa (que debe ser aplicada en un 25-30 %e de las ramas). También en invierno, al ser el alba- ricoquero sensible a muchos agentes patégenos, conviene actuar durante el perfodo més seco, para imposibilitar infecciones por hongos (aspecto que se evitard si se practica la poda siem- pre y tinicamente durante la recogida, en verano). Otro procedimiento indispensable en el albaricoquero es el aclareo de los frutos (ya que es una planta muy ligada al fenémeno de la alternancia), EPOCAS V MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE CIRUELOS El ciruelo europeo es una planta vigo- rosa que tarda en fructificar (es decir, sus ramas conforman estrechos éngu- los con respecto a la vertical del tron- co) y produce en abundancia sobre los dardos en ramillete, El chino-japonés, por su parte, tiene un desarrollo me- dio, anticipando la fructificacion, pro- ducida en los dardos florales y en la parte final de las ramas mixtas (como el albaricoquero), las cuales, debido al peso de los frutos, tienden a asumir forma de péndulo. Otras caracteris- ticas son que florece antes y que origi- na abundantemente tanto flores como frutos. En consecuencia, la poda de cultivo sera diferente para cada una de estas dos especies: asi, en el ciruelo europeo (bastante vigoroso) intentaremos no practicar intervenciones de corte, rea- lizando s6lo las indispensables para formar la horeadura (aunque favore- ceremos, en cambio, la induccién de Jas ramas a la flor mediante curvaturas e inclinaciones), mientras que, por el contrario, cortaremos severamente las ramas débiles del chino-japonés, para que estas se robustezcan, Produciendo, ademés, en todos los tipos de ramas fructiferas, no existe el peligro de que se propic nes para la alternancia, aunque. de to- dos modos, es mejor aclarar tanto las Tamas mixtas como las brindillas y practicar, con el paso del tiempo y el aumento de la edad, cortes de retorno. Donde si es facil que se verifique el fenémeno de Ia alternancia es en algu- nos cultivos que suelen fructificar en los dardos en ramillete: friar, calita y black amber, variedades para las que es pertinente que, en los aftos de carga conveniente, ademas del aclareo de los. frutos, se estimule la formacién de ra- mas vigorosas, que se curvardn me- diante severos cortes. Mas ligera debe resultar la poda de produccién en las especies europeas, consistiendo en algtin aclareo de la ramas y cortes de retorno para renovar la formacisn de los dardos, aspecto itil para impedir que estos permanez- can sobre madera demasiado vieja (de cuatro © mas afios), en perjuicio de la dimensién de los frutos, y para favore- cer la alternancia de produccién: en te sentido, convendria renovar cada aflo una media del 30-35 % de ramas. fructiferas. Una excepcidn a esta regla es el cultivo de Stanley, ya que, al pro- ducir en todos los tipos de ramas de fruto, corre menor peligro, al tener menos necesidad de renovar aquellos, por lo tanto convendra distribuir el 30 % de dicha poda entre las ramas de uno y dos afios, La época de poda es preferente- mente invernal. Para las variedades chino-japonesas, que florecen antes y que pueden sufrir datos en heladas tardias, habré que esperar (para efec- tuarla) hasta el inicio de la primavera, momento en el que las yemas estén hinchadas, distinguiéndose aquellas que se tornaran flores (con lo que es posible prever su cantidad y obrar en consecuencia con los cortes). Una poda tan tardia retarda la aper- tura de las flores y, con toda probabili- dad, permite un mejor cuajado y ma- duracién de los frutos, aunque también: EPOCAS Y MODAUDADES DE PODA DE CADA ESPECIE presenta inconvenientes: en efecto, de- bilita la planta, por lo que resulta me- jor empezar por las mas débiles dejan- do las mas vigorosas para mas tarde (incluso se pueden podar en pleno flo- recimiento). La veraniega se puede practicar en sustitucién de la invernal, aunque Gni- camente en zonas en las que sean fre- cuentes las enfermedades de naturale- za bacteriana o de hongos (en especial los canceres) o para el aclareo de fru- tos excesivos. CEREZO La idea de que, debido al desarrollo considerable que el cerezo puede al- canzar, este no necesita especiales in- tervenciones de poda est4 muy arraiga- da, incluso entre aquellos que suelen cultivarlos. El problema radica, en efecto, en que la planta no cicatriza las heridas hasta que ha transcurrido bas- tante tiempo (como el melocotonero), por lo que produce una notable canti- dad de resina, sobre todo en algunos periodos del afio. La solucién a ello consistiré en escoger la época ms ade- cuada para podar, hecho que permitira que la planta tome la forma deseada, equilibre la relaci6n entre las rafces, ve- getacién y fructificacién y obtenga, asf, producciones cualitativa y cuantitati- vamente excelentes. En el cerezo, las formaciones de fruto son las tipicas de las drupaceas: ramas mixtas, brindillas y ramilletes de mayo, produciendo los cultivos mas difundidos en dardos y en brindillas y s6lo algunos (codesana, adriana, victoria) en ramas mixtas. A diferencia de otras drupaceas, las flores de las ramas mixtas se hallan en el tramo basal y medio de la rama, siendo frecuente incluso encontrar flo- res en la base de las de madera. El cerezo es una planta acrétona, y en consecuencia, si lo dejamos crecer en libertad, tiende a acentuar el dominio apical, originando una vegetacién en forma de horcadura (fig. 35). Fig. 35 Distintos tipos de desarrollo de ra- mas: A) planta acrétona (cerezo); B) planta basitona (melocotonero) wv EPOCAS Y MODALIDADES DE ODA DE CADA ESPECIE Este fenémeno se constata al des- puntar el eje: en efecto, la yema situa- da bajo el corte se desarrolla de forma recta y vigorosa, mientras que las sub- yacentes disminuyen de vigor y tama- fio a medida que se alejan de dicho corte. La conclusién es bien simple: con los afios, la planta tiende a formar su vegetacién cada vez més arriba, de- jando desnuda la parte basal, caracte- rfstica que se debe aprovechar al maxi- mo en la poda de cultivo, fase en la que se tiene que proceder con especial cuidado a la hora de escoger la forma de cultivo porque, como es sabido, la planta, destinada a alcanzar un gran desarrollo, entra tarde en produccién. Para formar la horcadura, es necesario (en las plantas cultivadas de forma na- tural) no despuntar el eje y aprovechar las ramas anticipadas, que suelen de- sarrollarse durante el primer afio de crecimiento. Por el contrario, si se des- puntara, dificilmente conseguiriamos (debido a la acrotonia) obtener un ni- mero de brotes laterales suficiente para alcanzar la forma ideal, aunque, aun asi, deberfamos asegurar su éngu- lo de insercién (ya que es una planta de porte elevado), inclindndolos, al menos, a 45°. Esto es importante, ya que las ramas situadas demasiado cer- ca del tronco enferman, rompiéndose con facilidad debido a que ocasionan que allf aniden numerosas formas pa- tégenas. Ademis, la apertura favorece el anticipo de la produccién. La operacién se realiza utilizando separadores (bastoncitos de madera que se colocan entre la flecha y la rama a poca distancia del punto de in- serci6n) 0 cafias comunes clavadas en el suelo, Durante los afios siguientes, se dejardn siempre intactas la flecha y la prolongacién de las ramas principa- les, aunque se despuntarén todos los brotes cuando alcancen una longitud de 20-25 cm. Asimismo, hay que sub- rayar que la horcadura principal (sea cual sea la forma de cultivo) debe ser robusta y abierta, para asf conferir a la planta una larga vida y una gran pro- ductividad. El despunte de los brotes laterales es una caracteristica constante en la poda del cerezo (que tendria que ser practicada en julio 0 agosto, ya que en este perfodo es mas facil y rapida la ci- catrizacién de las heridas), comportan- do una répida construccién del esque- leto (su forma completa se alcanzaré siempre tras seis 0 siete afios). Los na- cidos en el tronco no deben ser elimi- nados, sino doblados y curvados para poder ser utilizados como sustitucio- nes en los afios venideros. Al mismo tiempo, haré falta seguir aligerando la parte alta de la copa mediante cortes de retorno, La poda de produccién intenta con- servar tanto la forma de la copa como una relacién equilibrada entre vegeta- cién y produccién. Para ello, se tiene que intentar mantener la fructificacién en la parte baja, insistiendo con abun- dantes aligeramientos en Ia alta y ex- terna. Para conseguir este factor, efec- tuaremos cortes de regreso por encima de una formacién de fruto breve (como el dardo), que tienen que incluir también la eliminaci6n de un buen nti- mero de formaciones de fruto (dardos viejos y ramas mixtas florecidas slo en la punta) para, de este modo, evitar SY MODALIDADES Ja alternancia y permitir una madura- cién uniforme y concentrada de los frutos. Procederemos mis tarde a despun- tar los brotes (a 10-15 em), hecho que reduce el crecimiento y favorece la formacidn de dardos en su base. Las inclinaciones y los pliegues, incluso de ramas grandes (en las que para evi- tar su rotura se deben practicar nume- rosos Cortes), surten el mismo efecto. En lugar de efectuar intervenciones in- yernales (totalmente excluidas), es mejor podar durante el verano, tras la recogida de los frutos o incluso duran- te la misma, siendo las ventajas, en re- sumen, las siguientes: — ripida cicatrizacion de las heridas: — reduccién del vigor de la planta: — formacién de ramas de fruto mas abundantes, Sin embargo, también se puede po- dar justo antes de que broten las yemas (periodo ideal si se quieren arrancar grandes ramas), momento en el que estas son ya grandes y fiicilmente re- conocibles. En conclusi6n, y contrariamente a Jo que se ha afirmado siempre, la poda racional del cerezo tiene que efectuar- se con una periodicidad anual, hecho que evitard tener que cortar ramas de- masiado grandes. Su finalidad reside en anticipar la produccién, equilibrar la relacié tre vegetacién y fructificacién y per mitir una distribucién de los frutos que facilite la recogida. El_ mismo comportamiento muestra el cerezo Acido, el cual, a pesar de ser de vigor nen- DE PODA DE CADA ESPECIE | limitado y tener una mayor distribu- | cidn de las flores en ramas mixtas. presenta un idéntico comportamiento vegetativo. VID Esta planta trepadora produce en bro- tes de un afio, que nacen de yemas pre- sentes en ramificaciones también de misma edad. Las yemas, por lo tanto, no son de madera o de flor, sino sar- mientos destinados a producir madera (lamados ramas de madera) y a llevar frutos (ramas de fruto). Es importante remarcar que el vigor de la planta es proporcional al mimero de hojas, y que las intervenciones de poda drasti- ca favorecen siempre el desarrollo de los brotes mas débiles. Asimismo, es en la vid donde con frecuencia se Ile- van a cabo podas cortas, largas, ricas pobres, a las que ya hemos hecho alu- sién. Los sistemas de cultivo se hallan en funcién de las zonas climiticas, del tipo de terreno y de las tradiciones lo- cales; normalmente, se suele hablar de «arbolito» en las zonas mas dridas 0 frias, debido a que la planta consigue un desarrollo aéreo muy limitado: en la cepa, de 20 em de altura, se cultivan slo tres 0 cuatro ramas, que Hevan va- rios espolones (de los que surgiran ra- mas de fruto) (lig. 36). Las formas de cultivo mais usadas son las que aprove- chan cordones horizontales permanen- tes, sean simples o dobles (fig. 37). Sobre aquellos, a una distancia de 15 0 20 cm, se deben cultivar un buen ntimero de espolones, que al brotar da- EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE m Fig, 36 Forma de cultivo de la vid, en forma de arbusto Fig. 37 Cultivo de la vid en cordén dobie EPOCASY MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE ran lugar a sarmientos uviferos. Estas formas se tienen que apoyar en urdi- dumbres constituidas por tres hilos (sobre los cuales se atara el cordén y, mis arriba, los sarmientos), el primero de los cuales distaré del suelo, aproxi- madamente, 50-80 cm, o incluso més. El método més utilizado es el guyot, consistente en extender sobre el hilo un cordén (que debe ser renovado anualmente) que lleva innumerables ramas de fruto (fig. 38), dejando en el punto de curvatura un espolén de dos yemas para la renovacién. Los cordo- nes pueden sobreponerse formando una especie de respaldo en terrenos es- pecialmente fértiles. Sistemas altos y expansivos son las parras y los tendi- dos (figs. 39 y 40). La poda de produccién se realiza tanto en invierno como en verano, con finalidades diferentes. En las formas bajas, se efectiia la corta, dejando sélo espolones con una o dos yemas. En el @ Fig. 38 Cultivo guyot: A) poda_invemal 1. espolén de dos yemas; 2. rama de fruto; 8) desarrollo estival: 1. rama de fruto de renovacién ‘aciones, el sar guyot y en sus modifi miento anual (ramas de fruto) se poda a seis u ocho yemas, mientras que el espolén de dos se deja para la produc- cién del «sarmiento del futuro». La eleccién entre poda rica y pobre de- pende de la fertilidad del suelo, En las formas altas, se poda siempre dejando entre ocho y doce yemas por rama Durante el periodo de vegetacién, son indispensables algunas interven- ciones clisicas de poda verde, como ™ Guyot doble. Vid a finales de in- viemno, lista para ser podada. Se es- cogeran cuatro sarmientos: dos se extenderdn a derecha e izquierda de Ia planta, los restantes se espolo- naran a dos yemas por ejemplo la deschuponadura, que elimina los chupones de la cepa y una de las ramas (estos se reconocen por- que, ademas de asumir u erguida, engordan répidamente y no presentan racimos). Esta intervencién debe repetirse va- rias veces a lo largo del verano para in- tentar eliminar estos brotes a medida que nacen, evitando asi que roben de- | masiado alimento a la planta y que le | causen grandes heridas. posicién | Los dos sarmientos elegidos de- ben estar sanos, integros y ser sufi- cientemente largos @ El primer sarmiento tiene que ser fijado al hilo de sujeccion @ Ambos sarmientos deben ser fijados al hilo. Adviértase Ia realizacion del cor- te que se efectua en la punta, dejando, como maximo, una decena de yemas en el sarmiento foo 8 util parc & Eliminac . de inviemo, lista pare ser podada @ Abc o la madera v al cultivo la 2 £POCAS ¥ MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE tra operacién indispensable es el despunte de las ramas de fruto (tam- bién Hamada castracién): su mision estriba en impedir un posterior creci- miento de los brotes uviferos y favore- cer una mayor dimensién de los raci- mos. Si se aplica sobre vegetacién joven, las realizaremos tinicamente con ayuda de las ufias, aunque nunca en proximidad del tiltimo racimo. Tras ello, conviene dejar, como mi- nimo, cuatro 0 cinco hojas. Especialmente las uvas de mesa, pero también en las de vino (en zonas menos cilidas y soleadas), deberemos. realizar la deshojaci6n hacia finales de verano, para permitir una uniforme y répida maduracién de los racimos. Esta eliminacién comporta también una mejora del estado de salud del ra- cimo, el cual, a menudo, si estd poco aireado y escondido, puede llegar a marchitarse. KIWI El tipo de yemas y sarmientos, asi como el desarrollo general de la plan- ta, se parecen a los de la vid, por lo que su tipo de cultivo y poda se ase- meja mucho a esta tiltima especie. En efecto, en el kiwi (como en la vid), las yemas presentes en las ramas de un aio originan brotes fructiferos, aunque no son productivas (en ambos casos) las de los primeros nudos (normal- mente cinco). Las formas de cultivo mas usadas son la parra y el tendido. La primera (fig. 39) se caracteriza por presentar una cepa que Ieva dos ™ Yerna de kiwi hembra, lista para brotar: sobre este futuro brote se de- sarrollaran las flores fermeninas y, mas tarde, los frutos Fig. 39 Cultivo en forma de para EPOCAS ¥ MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE cordones, que se pueden obtener des- puntando el eje en el momento de plantar (para favorecer la formacién de dos buenas ramas de fruto) 0 cur- vandolo en dngulo recto. La prolonga- cin creard el primer cordén, mientras que el segundo podra ser escogido (en el momento de efectuar la poda seca del siguiente invierno) entre los que sean més vigorosos y hayan nacido en el punto de curvatura, La técnica actual radica en dirigir los dos sarmientos permanentes hacia el suelo (acentuando asi la produccién de nuevos brotes en la base, que serdn aprovechados al afio siguiente como cordones de renovacién), cerca del punto de insercion (fig. 40). El tendido comporta el cultivo de una cepa en cuatro cordones perma- Fig. 40 nentes (dispuestos en forma de cruz) 0 en dos plantas por palo, que producen dos cordones cada una, siempre colo- cados a modo de cruz sobre la urdi- dumbre de hilos, situada a 2 m del sue- lo (fig. 41). Sobre los permanentes se desarro- Ian numerosos sarmientos, que pue- den ser sustituidos anualmente o inclu- so cada dos 0 tres aiios, El tiempo para realizar la horeadura definitiva debe ser lo mas rapido pos ble, Durante el primer ano, hace falta estructurar a conciencia la formacién del tronco (nico y bien erguido para las formas de cultivo descritas), po- dando lo menos posible para favorecer un buen desarrollo del aparato radical y una répida entrada en produccién, En los primeros dos afios, no es acon- Inclinacion de los cordones permanentes, para permitir el desarrollo de nuevos brotes a Ia insercién EPOCAS ¥ MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE Fig. 47 Cultivo en forma de tendido Fig, 42 ce ; Poda invernal: A) corte de los brotes sejable ni siquiera la poda verde, sobre Gue han fructificado; B) brotes de todo en las zonas de rigidos climas in- — gustitucion vernales, ya que la planta es muy sen- sible a sus heladas, aunque, con el tiempo, la capacidad de maduracién de la madera aumenta, por lo que el problema ya ni se plantea. La poda de produccién se realiza tanto durante el reposo como en el perfodo de prima- vera-verano, procediendo en invierno a la renovacién anual de los sarmien- tos que han fructificado, escogiéndose para la sustitucién los més robustos. nacidos en la base del cordén perma- nente. Solo en caso de no disponer de nue- vos sarmientos de renovacién podrian utilizarse los brotes nacidos en la base de las ramas que hubieran producido 0 EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE Fig. 43 Utilizacién de las ramas laterales Jos chupones nacidos en el cord6n per- manente (fig. 43). Es importante, al finalizar la inter- venci6n, controlar la carga de las ye- mas dejadas, puesto que el nimero de frutos (y, por lo tanto, también sus di- mensiones) es directamente propor- cional a ella. Asi, cuanto més largos sean los sar- mientos, menor serd el porcentaje de yemas brotadas, asf como el mimero de frutos que estas originaran. Sin embargo, hay que intentar no podar demasiado poco (ya que convie- ne saber que las yemas basales son im- productivas), por lo que dejaremos sarmientos de un tamafio medio para que la produccién no resulte escasa 0, por el contrario, excesiva, pero con frutos demasiado pequefios. En cada metro de cord6n en linea recta dispondremos més de cinco 0 seis sarmientos (con diez 0 doce ye- mas cada uno), por lo que los més lar- gos, naturalmente, deberdn concen- trarse en menor ntimero. Es indispen- sable, ademas, considerar que el nii- mero, el desarrollo y Ja salud de los frutos est4 condicionada por la distri- bucién de la luz, el aireamiento y el polinizador: en efecto, un buen fruto tiene que tener, para alcanzar unas di- mensiones y un peso ideales, una me- dia de, como minimo, mil semillas. La poda verde tiene la funcién de ai rear e iluminar los puntos de vegetacién que se hallen mas cargados de hojas ¢ intersecciones de sarmientos, recortar Jas ramas demasiado vigorosas (para impedir las roturas) y, por tltimo, eli- minar los rebrotes y chupones (fig. 44). La primera operacién se efectia para impedir que los hongos patége- nos ataquen a los frutos (que se pu- dren, sobre todo durante el perfodo de conservaci6n) y para mejorar la cali- dad de los mismos. No es importante tener en cuenta la 6poca en la que se interviene para eli- minar hojas o sarmientos de més, aun- que este procedimiento es muy titil. Los chupones se eliminardin a ras de tronco exclusivamente en el caso de que no se trate de plantas débiles, en las que estas ramas estériles podrian servir como sustitutas. Conviene podarlas recortén- dolas apenas tras el florecimiento, man- EPOCAS Y MODALIDADES DE PODA DE CADA ESPECIE A AL antennae - teniendo asf la posibilidad de un nuevo desarrollo de brotes, que tendrdn tiem- po de lignificar antes del invierno. La misma técnica se aplica también en el despunte de los brotes, que puede lle- varse a cabo incluso hacia finales del verano, para, de este modo, no permitir un nuevo desarrollo de Jas yemas sub- yacentes. Inmediatamente después del cuajado y maduracién de los frutos, po- demos efectuar el aclareo (si se con- sidera necesario), intentando dejar el fruto central de la inflorescencia (en el cultivo de Hayward es fécil hallar flores en grupos de dos o tres). Mencién aparte merece la poda ver- Fig. 44 Poda verde practicada en el kiwi: A) rebrotes; B) chupones; C) acorta- miento de las ramas de fruto de del macho: justo después del flore- cimiento y la fecundacién, el poliniza- dor se poda, para permitir una mejor iluminaci6n de la vegetacién, aumen- tando, asi, la posibilidad de diferenciar las flores al afio siguiente. Asimismo, no es indispensable eli- minar todos los sarmientos del afio an- terior: es conveniente dejar alguna rama de dos aiios. AVELLANO ‘Al tratarse de una especie con abun- dantes rebrotes, la forma de cultivo POCAS V MODALIDADES DE PODA DE CADA ES que més se utiliza es el arbusto, que tiene varios tallos (siete u ocho, como méximo) que sobresalen del suelo Y que son sustitutos, alternativamen- te, cada tres aftos a partir del quinto (fig. 45). Los cultivos que tienen pocos re- brotes se cultivan, también, en forma de arbusto, pero con un tnico tallo, el cual se ramifica a unos 50 0 60 cm del suelo Los eventuales rebrotes se climinan totalmente, dejando limpio el punto de insereién con la rafz. @ Amentos (flores masculinas) de aveliano en incipiente maduracién Fig. 45 Poda del avellano en arbusto @ Avellano cultivado en forma de arbusto, antes de la poda ™ Corte de una rama grande en é interior de la copa @ Aa derecha, el mismo arbol, tras la poda de produccién, La planta es bastante joven y est bien modela da, por lo que no necesita grandes intervenciones (en este sentido, ad viértase a escasez de los cortes efec- tuados): Gnicamente se ha aclarado la. copa, para cirear e iluminar el inte- rior, y se han practicado algunos co! tes de rejuve ito, que limitan, en altura, el crecimiento de la planta ™ Corte de rejuvenecimiento e tuado en la parte tener las dimensiones #POCAS Y MODAUDADES DE PODA DE CADA ESPECIE La poda invernal debe realizarse durante el periodo comprendido entre el florecimiento (que es precoz) y la emisi6n de las hojas, y tiene que man- tener la produccidn en la parte baja de las ramas y permitir una renovacién constante de las principales (arrancan- dose las que estén secas, rotas 0 dema- siado cargadas). Una racional distribu- cidn de la copa en esta fase posibilita- 14 que no se intervenga en los restantes perfodos anuales. AGRIOS Se cultivan todavia siguiendo el desa- rrollo natural de la copa, que tiende a asumir una forma esférica, de globo. Lo importante, sin embargo, es consi derar la altura del tronco, que debe al- canzar, como maximo, 80 cm, y la dis- tribucién de las ramas, que se tienen que inclinar y orientar con ayuda de cafias (segtin el método ya expuesto para otras formas de cultivo) para con- seguir una perfecta colocacién. Con respecto a la poda (al tratarse de especies siempre verdes), no es po- sible determinar una época bien deli mitada, aunque, si se realiza tras la re- cogida de los frutos (en enero, febrero 0 incluso més tarde), se favorece una mejora de la actividad vegetativa de la planta. Este aspecto no es valido para el lim6n, ya que, al ser una planta re- floreciente, puede tener frutos durante largos periodos del aio. Del mismo modo, sus intervenciones (remocién. de los chupones, limpiezas y despun- tes) suelen practicarse entre julio y septiembre. Un viejo proverbio, nunca desmen- tido, dice que los citricos tendrfan que podarse con tijeras de manicura (he- cho que demuestra la idea de que es mejor que las plantas se desarrollen de manera natural, operando con los me- nores cortes posibles). Sin embargo, resulta siempre necesario eliminar los chupones presentes en la parte interna de las ramas principales y los eventua- les rebrotes que nacen en la base del tronco, asf como las ramas secas dafia- das y las que se entrelazan entre sf, con lo que se favorece a las mas vigorosas y mejor colocadas. Asimismo, se efec- tuardn cortes de retorno en las zonas mas externas de la copa, aunque no muy grandes, Todo esto comporta el manteni- miento de la fructificacion y vegeta- cidn en la parte baja de la copa, asi como el rejuvenecimiento de las ramas productivas. De entre los cftricos, sélo el manda- rino requiere el aclareo de los frutos inmediatamente después del cuajado, es decir, entre mayo y junio (las varie- dades més difundidas suelen florecer entre abril y mayo). Esta operacién sirve para controlar y limitar la alter- nancia de produccién (caracteristica frecuente), permitiendo, ademas, una mejora de los frutos que quedan en la planta. BIBLIOGRAFIA zien Actas del convenio: «La poda de los Arboles frutales en los afios 90», Vero- na, 27 de abril de 1990. BOFFELLI, M. y G. Sirtort: Los 100 errores de la poda y el injerto, Milén, 1991. Brunet, M.: El gran libro de la poda y del injerto en las plantas fruta- les y ornamentales, Milan, 1988. Forte, V.: La poda de los drboles fru- tales, Bolonia, 1987. Marro, M.: Principios de viticultura, Bolonia, 1974, Morertini, A.: Fruticultura general y especial, Roma, 1972 INDICE i> Introduccién Fases fenolégicas... Desarrollo de las ramas Competencia.. Disposicisn y edad de las hoj Diferenciacién de las yem Alternancia de produccién .. Bases fisiolégicas de la poda de los drboles frutales... Finalidad de la poda .. Posibilidad de modificar el comportamiento natural de las plantas Tipos de poda Poda de cultivo .. Poda de produccisn... Otros tipos de poda Modalidades de poda ... Cuidados tras las intervenciones de pod noice Epocas de poda... Poda invernal o seca. Poda verde... Operaciones de poda y sus principales finalidade: Acortamiento de las rama: Desmochado de la copa Corte de la cima., Curvatura 0 arqueado Descortezado anular Deshojadura. Aclareo de los frutos Aclareo de las ramas Separacion Incisién Inclinacién. Quebrantamiento. Muesca .. Entalladura Pliegue.. Poda de toda la cima.. Desbrotado .. Deschuponadura Corte de retorno.. Torsién... Materiales y utillaje... Formas de cultivo... sive Formas en volumen... Formas libres Identificacién de las formaciones fructiferas de algunas especies en concreto .., 9 102 103 104 104 105 107 107 108 110 110 dl Epocas y modalidades de poda de cada especie Bibliografia ..... inne Manzano oe Melocotonero y nectarino, Albaricoquero. Avellano . Agrios... 121 121 123 128 132 133 134 136 143 147 150 151 Guia fotografica de la poda Las principales operaciones de poda: cuando escoger una u otra y como, cuando y con qué realizarla * Una obra que profundiza en detalles referentes al aligeramiento, la cur- vatura, la inclinaci6n, el corte del retofio, la descortizacion anular, las in- cisiones, la defoliaci6n, el aclareo de los frutos.. * Todos estos aspectos se explican con un texto claro y acompafiado de imagenes que ponen de manifiesto el procedimiento correcto para cada operacion * Todos los secretos de las distintas especies de frutales: manzano, peral, melocotonero, limonero, vid, cerezo, etc. * Una guia fotografica completa y practica que le ayudara a realizar todas esas operaciones que resultan dificiles y delicadas, y con las que obten- dra resultados cada vez mas brillantes Enrica Boffelli y Guido Sirtori, licenciada en Ciencias Agrarias, la primera, y experimentado in- vestigador agronomo, el segundo, se dedican desde hace afios al cultiva de plantas, colaborando a la vez con diferentes publicaciones especializadas. Ademés, son autores de varias monografias pu- blicadas también por Editorial De Vecchi: Los 100 errores del fruticultor y cémo evitarlos, Cémo cul- tivar las rosas, Los 100 errores del horticultor y cémo evitarlos, Guia fotograifica de los injertos, etc. 9 "7a8431"528300" 01.139

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