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LA TUTELA

La palabra tutela deriva de la voz latina tueor, que significa defender, proteger.
Tutelar por lo tanto significa, cuidar, proteger y ésta es cabalmente una de las
misiones más importantes que debe cumplir el tutor: proteger los intereses del
pupilo, tanto personales como patrimoniales.
Así, se puede decir que el papel del tutor es el proteger la persona del incapaz,
procurando siempre su rehabilitación y su bienestar; y administrar el patrimonio del
mismo de manera que rinda al máximo de sus beneficios siempre en provecho del
pupilo.
Rafael De Pina en su libro titulado Derecho Civil Mexicano, Tomo I, ha definido a la
tutela de la siguiente manera:
“La tutela es una institución supletoria de la patria
potestad, mediante la cual se provee a la
representación, a la protección, a la asistencia, al
complemento de los que no son suficientes para
gobernar su persona y derechos por sí mismos, para
regir, en fin, su actividad jurídica. “1

I. ANTECEDENTES

La patria potestad y la tutela funcionaron en su origen, teniendo en cuenta el


provecho de la familia más que el interés del propio incapacitado y se concebía
como un derecho más que como un deber el jefe del grupo de parientes. Por ello la
tutela legítima solamente se habría en Roma, cuando el menor tenía bienes y era
ejercida por los herederos más próximos del mismo.

El heredero desempeñaba el cargo aun cuando se hallase incapacitado para


administrarlo, por razón de impubertad o enfermedad mental. La tutela
testamentaria, hizo pasar a segundo rango la tutela legitima y trasformo la
naturaleza de esta de un derecho puro y simple de quien lo asumía, en una carga
impuesta a los tutores en podía responder a alguna necesidad natural de
protección a los incapaces, como era la tutela de las mujeres.

Entre los germanos, la familia no se ajusto a un tipo de potestad domestica


absoluta como en Roma, la autoridad residía en todos los miembros varones y
capaces de tomar las armas.

“La sippe, que es semejante a la gens, era una comunidad familiar trascendente en
el derecho político, en el orden religioso, en el derecho sucesorio y en la tutela.” La
tutela correspondía por tanto, entre los germanos a toda la familia; y asimismo, por
transformación de esta protección colectiva y familiar, nació la tutela ejercida por

1
DE PINA, Rafael; Derecho Civil Mexicano, tomo I.

1
uno de los parientes más próximos; aunque conservando la familia una tutela
superior o de alta inspección, con derecho a intervenir en los actos mas importares
del pupilo.

En derecho moderno y en atención a que la tutela acusa el interés de la familia, ha


prevalecido en su organización un evidente interés publico y general, sin
desconocer el interés indivual; por lo que los preceptos que la rigen deben
garantizar tres clases de interese, el del pupilo, el de la familia y el de la sociedad
ya que a esta trasciende el problema de la protección de los menores e
incapacitados.

En los pueblos anteriores a la civilización romana no podía concebirse la tutela, por


la energía tan cerrada del grupo, que asumía tales funciones como desconocía la
personalidad individual de sus miembros.

Es Grecia, y posteriormente Roma, la cultura que comienza a poner las bases


iniciales, al configurarse la tutela como oficio público para defender los derechos de
los agnados a la herencia; que Roma perfiló en su alcance como instituto protector
del incapaz por menor o mujer, conjuntamente con la cúratela del loco.

Roma no fue excepción a la tendencia de los pueblos civilizados de brindar


protección a los impúberes. Por eso, aún siendo la tutela originaria del Derecho de
Gentes, el Derecho Civil la consagró como imprescindible institución llamada a
mantener unidos los intereses de la familia con los del incapaz, sobre todo en el
aspecto patrimonial, dado que los miembros de la familia civil tenían la vocación
hereditaria en caso de muerte del pupilo.

“La tutela fue considerada en el derecho romano como


una institución jurídica, creada para proteger a quien o
a quienes por razón de su edad o sexo, no podían
hacerlo por si mismos.”2

Eran sujetos de tutela, los impúberes, sui iuris de ambos sexos y las mujeres sui
iuris sin importar su edad. Solo los varones podían ser tutore, la mujer en los
primeros tiempos de la vida del imperio romano no podían, por ser considerada
inferior o altamente susceptible a un engaño, no podían ser tutoras de sus propios
hijos.

Finalmente y en el último estado del derecho las constituciones imperiales y las


novellas hicieron factible que la madre o la abuela, a falta de tutor testamentario,
pudieran ser tutoras de sus hijas, siempre y cuando renunciaran a la celebración de
nuevas nupcias y a los beneficios del senado-consulto veleyano que prohibía a las
mujeres obligarse por otro.

2
GUMERSINDO Padilla Sagún; Derecho Romano, Editorial MA Graw Hil, cuarta edición.

2
La tutela definida en las instituciones era el poder de una cabeza libre, que la ley
daba y permitía para proteger a aquel que a causa de su edad no podía defenderse
por si mismo <tutela est vis act potestas in capito libero ad tuendum eum qui
propter examen sua-se defendere nequit, jure civile data ac permissa).

Era un poder en una cabeza libre, porque solo se ejercía en las personas libres, es
decir, en aquellas que no estaban bajo la potestad dominica ni bajo la patria
potestad, a diferencia de los alieni iuris, que se hallaban bajo la protección del jefe
del que dependían y no necesitaban otro protector.

El emperador Justiniano, en sus Institutas, recogió la definición que de la tutela


había sido dada por el jurisconsulto Servio Sulpicio, quien de la misma dijo que era
“la fuerza y el poder en una cabeza libre, dada y permitida por el derecho civil, para
proteger a aquél que por causa de su edad no puede defenderse a sí mismo”.

En atención a la capacidad que tenían para gobernarse y ejercer sus derechos, la


persona sui juris eran clasificadas de la siguiente forma:

1. aquellas que estaban bajo tutela (in tutela)


2. aquellas que se encontraban bajo cúratela (in curatote)
3. las que no tenían tutor ni curador y disfrutaban plenamente de sus derechos

En Roma la codificación de los sui iuris era diferente según la edad, que
comprendía:

a) la impubertad, que duraba hasta los 14 años de edad en el varón y hasta los
12 en las mujeres. Periodo durante el cual se establecía la tutela.
b) La de la simple minoría de edad, que duraba desde la pubertad hasta los 25
años de edad, periodo en el cual se estaba en cúratela.
c) La de la mayoría de edad, que comprendía desde los 25 años de edad en
adelante, periodo en el cual se tenia el libre y pleno goce de los derechos.

I.1. FINALIDAD DE LA TUTELA EN EL DERECHO ROMANO

La tutela, fue creada con la finalidad u objetivo, proteger a aquel que a causa de su
edad no podía defenderse por si mismo, a diferencia de la patria potestad, pues la
tutela perseguía conservar los bienes de pupilo y defender su persona, en tanto
que la patria potestad daba al padre la propiedad de sus bienes y antiguamente
hasta la de la persona sometida a el. La tutela se daba en razón de la edad y se
encontraban sometidos a ella los impúberes.

Así mismo, la tutela se establecía en el testamento para los hijos que se hallaban
bajo la potestad inmediata; por lo tanto, al morir el padre no caían en la potestad de
otra persona.

3
I.2. CLASES DE TUTELA EN ROMA

En un principio instituidas en la ley de las XII tablas, existieron las tutelas legitimas
y testamentarias; y posteriormente por leyes especiales se estableció la tutela dada
por los magistrados, denominada tutela dativa.

I.2. 1. Tutela Testamentaria.

Esta figura se daba, cuando el paterfamilias hace la designación del tutor en su


testamento (tutor testamentarius). El tutor así nombrado, puede rechazar su cargo
(abdicatio tutelae). El nombramiento puede recaer en un alineni iuris, un latino que
no fuera juniano o un esclavo, que en su caso se entiende que quedaban
manumitidos, en virtud de que solo los hombres libres podían ser tutores.

La designación del tutor testamentario, hecha por la madre u otro pariente del
pupilo, fue admitida por la jurisprudencia y la legislación imperial, para lo que se
requería la confirmativo magistratual, previa inquisitivo sobre la idoneidad del
designado.

Para que el testamento fuera valido se requería que contuviera la institución de


heredero, por lo que eran nulas las disposiciones que se dictaran antes de esta
institución; pero Justiniano decidió que tendrían valides las disposiciones
testamentarias, se escribiesen antes o después de la institución de heredero.

I.2.2. Tutela legitima.

La tutela legítima se defería ala agnado o los agnados de grado más próximo.

La ley de XII tablas confería la tutela a los agnados cuando moría el padre de
familia ab intestato, es decir sin hacer testamento o si lo había hecho este era nulo
o cuando no nombraba tutor en su testamento o cuando el tutor nombrado moría
antes que el testador.

Eran agnados de un pupilo todas las personas que ala muerte del padre de familia
se encontraban juntamente con el pupilo bajo la potestad del difundo, no
rompiéndose por la muerte del padre el lazo de unión entre las personas que se
hallaban bajo su poder; se convertían en sui iuris. Todos llegaban a hacer cabezas
de otras familias particulares, pero entre ellos permanecía la familia, cuyo
miembros tenían entre si el titulo de agnados.

Justiniano definió a los agnados al afirmar que son los parientes unidos entre si por
persona del sexo masculino; sin embargo, si se estudia a fondo el parentesco se
vera que hay parientes provenientes de un barón que pueden ser agnados de
otros, pues se puede perder con la agnación sin que se pierda el parentesco
natural llamado cognación.

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La tutela era un cargo que, según los prudentes, debía colocarse donde estaba la
esperanza, pues el presunto heredero tenia interés en velar por la fortuna del
pupilo, ya que algún día podía ser suya, y como la ley de las XII tablas defería al
patrono y después a sus hijos la sucesión ab intestato del liberto, se dedujo que
también quería deferir la tutela; por ello se dice: según el espíritu de las XII tablas.

Así, la tutela de un liberto se defería a su patrono u a los hijos de este, pues en el


momento de la manumisión el esclavo no tenía agnados por no tener familia.

La tutela legitima del hijo de familia emancipado se defería a el padre que había
emancipado al impúber, respecto del cual tenia los derechos de un patrón.

Respecto de los impúberes emancipados, la tutela pasaba a la muerte del


ascendiente emancipante, a falta de tutor testamentario, los hijos barones mayores
de 25 años que habían quedado bajo la potestad del emancipante, en cuyo caso se
denominaba tutela fiduciaria.

El tutor legitimo podía en el derecho antiguo, ceder la tutela a otro agnado menos
próximo, mediante una in iure cessio tutelae. En derecho clásico al generalizarse
para toda las tutelas el sistema de las excusaciones, este derecho solo subsistió en
caso de tutela mulierum.

I.2.2.1. Tutela legítima del patrón.

El patrón es el tutor legitimo del impúber manumitido, si el patrón muere lo serian


sus hijos. En una forma similar, el parens manumisor es tutor legitimo de su hijo o
nieto emancipado, si es un tercero el que manumite a un filiusfamilias in mancipio a
el corresponderá la tutela que entonces se denominara fiduciaria.

I.2.2.1. Tutela magistratual.

A falta de las dos anteriores, el pretor urbano, con la mayoría de los tribunos de la
plebe hace la designación del tutor, según lo dispuesto por la lex Atilia, es el
llamado tutor Atilianos, claudio dispone que los cónsules también puedan hacerlo
en roma. En las provincial son los gobernadores quienes asumen la función,
durante toda la época clásica, por disposición de la ley (o leyes) Iulia et Tilia.

También los magistrados municipales tenían esa atribución. Marco Aurelio crea al
pretor tutolarius para la ciudad. El tutor magistratual no puede rechazar el cargo.

La tutela se convirtió en una función publica (munus personale) que no puede


rechazarse a menos que se comprobara una causa justificada (excusatio), estas
excusas comenzaron a aceptarse para los tutores magistratuales y se extendieron
a las demás tutelas. Eran excusas: Tener una avanzada edad, número de hijos,
desempeños de cargos públicos, funciones castrenses.

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I.2.3. Tutela dativa

Cuando no había ningún tutor legítimo ni testamentario o cuando no estaba en


funciones de tutor, los magistrados nombraban tutor al pupilo, en cuyo caso se
llamaba tutor dativo.

En roma, la facultad de nombrar tutor al principio recaía el pretor urbano y en los


tribunos, y en las provincias recaí en el cónsul provincial.

En roma, durante el régimen de Justiniano se estableció que cuando la fortuna del


pupilo no llegara a 500 sólidos (el solido, también llamado suelo de oro, se
estimaba en mas o menos 10 pesos actuales, por lo que 500 sólidos equivalían
mas o menos a 5000 pesos), los magistrados municipales, sin esperar la orden del
presidente de la provincia podían hacer el nombramiento de tutor sin conocimiento
ni causa, pero obligando a los tutores a otorgar una fianza de la que se hallaban
exentos los tutores nombrados, con previa investigación de un magistrado superior.

Los tutores debían dar cuenta de su gestión al término de la tutela por llegar a la
pubertad el pupilo o por cualquier otra causa. El tutor ejercía sus funciones ya sea
al obrar por si mismo (es decir, en su propio nombre y sin la presencia del pupilo,
como un gerente) o al interponer su presencia aunque no podía ejercer ninguna
acto (a no ser en caso de urgencia) si no daba fianza y juraba desempeñar
fielmente su cargo.

Además, debía formar un inventario de los bienes del pupilo, tenia la obligación de
alimentarlo y educarlo según su clase y la cuantía de sus bienes; cobrar los
créditos, depositar o dar a rédito el dinero, pues si no lo hacia debía pagar los
intereses; por ultimo, en la administración de la tutela el tutor debía ser diligente,
cuidadoso y responsable como si fueran sus negocios propios.

“El hecho en virtud del cual el tutor concurría con el


pupilo recibía el nombre de Aucteoritas tutoris
(autoridad) y la acción de aquel, por su concurrencia
aumentaba, formalizaba y completaba la persona
jurídica del pupilo.

Precisamente esa necesidad de concurrir el tutor en


asistencia de su pupilo en los actos en que este no
podía hacerlo validamente, se expreso del modo
siguiente: “el tutor se da a la persona y no a los
bienes. “ En esta forma el tutor se daba a la persona
civil, por que la persona del pupilo quedaba para su
guarda y educación, primero donde el testamento le
había señalado; a falta de este, el magistrado decidía

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el lugar y la persona con quien debía quedar el pupilo,
y quedaba a cargo del tutor el pago de los gastos que
esto originara.”3

Como el pupilo no era capaz de apreciar la transferencia de sus actos, debía ser
asistido en ciertos actos por su tutor. Por ello, mientras el pupilo era un infante,
cuando no podía hablar o pronunciar las palabras legales, no podía celebrar ningún
acto jurídico, en cuyo caso el tutor debía intervenir por si mismo como si fuera un
gerente.

Cuando el pupilo había salido de la infancia, cuando ya comprendía el sentido de


sus actos, podía figurar solo o, según las circunstancias con la asistencia de su
tutor.

Sin la autorización del tutor, el pupilo figuraba cuando se trataba de mejorar su


condición, es decir, cuando iba a adquirir alguna cosa o trataba de obligar a otro a
su favor; pero la autoridad del tutor se refiere al caso en que el pupilo trataba de
enajenar una cosa u obligarse a favor de otra persona.

De lo anterior resultaba que cuando había enajenación y obligación se suponía que


había una perdida y para estimar si esta era compensada con alguna ventaja o
beneficio para el pupilo se necesitaba comprender perfectamente el sentido de los
actos que contenían obligación reciprocas; quien contrataba con el pupilo quedaba
obligado con el, a su favor, sin que este quedara obligado.

Cuando el pupilo se obligaba, aparecía como obligado pero sin condición, y si no


había intervenido el tutor el acto resultaba nulo en virtud de que el pupilo era
incapaz de comprender el sentido de sus actos.

El nombrado tutor no podía rehusar la función asignada, aunque le estaba


permitido hacer valer las causales de excusas previstas por la ley; y si bien en un
principio únicamente el varón, por ser quien podía desempeñar cargos públicos,
era el apto para el desempeño de la tutela,

La jurisprudencia romanista quiso perfilar la diferenciación de ambas figuras


remitiendo la tutela al cuidado personal y la cúratela al patrimonial; pero la
aceptación del principio de la representación en el Bajo Imperio dio nuevo sesgo a
la figura, al tiempo que se iniciaba la influencia del Derecho germánico, que
concibió la tutela como instituto familiar.

En Las Partidas siguió la orientación romana, separando tutela y cúratela,


entendida la primera como guarda de impúberes y la segunda como de
incapacitados, régimen que subsistió hasta la publicación del Código Civil, que
siguió la orientación del Code.

3
MORALES, José Ignacio, Derecho Romano. Editorial Trillas, Tercera Edición, 2007

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I.3. EXTINCION DE LA TUTELA EN EL DERECHO ROMANO

La tutela, se extinguía por causas referentes al pupilo y al tutor.

Entre las primeras, o sea, referidas al pupilo, encontramos:

• El arribo del pupilo a la pubertad.


• La muerte del pupilo.
• La capitis deminutio del pupilo, máxima, media y mínima.
• La llegada del término o de la condición resolutoria.
• Entre las causas de extinción de la tutela, relacionadas con el tutor,
encontramos:
• La muerte del tutor.
• La capitis deminutio máxima y media.
• La remoción del tutor.
• La renuncia del tutor.
• Excusas tales como, él haber cumplido 70 años, pobreza del tutor o
posesión de un número de hijos superior a tres.

I.4. ACCIONES DE LA TUTELA EN EL DERECHO ROMANO

A fin de proteger y amparar aún más al incapaz, se derivaron varias acciones de


tutela; se entendía por ello, en sentido general, el derecho de perseguir en justicia
lo debido cuando el derecho había sido lesionado.

Específicamente, esas acciones fueron:

I.4.1. La acusatio suspecti tutoris.

Se procedía contra el tutor, durante la tutela, cuando se le consideraba culpable de


fraude o de una falta grave. A través de esta acción se requería la remoción del
tutor incurso en tales actos o se le castigaba con infamia, por considerar que no
cumplía con los deberes de su cargo y que perjudicaba al incapaz. Esta acción, se
caracterizaba por ser de tipo popular, en el sentido de que podía ser ejercitada por
cualquier tercero.

1.4.2. La actio rationibus distrahendis.

Esta acción, se ejercitaba en caso de que el tutor hubiere sustraído


fraudulentamente bienes del pupilo. Era transmisible a los herederos y el tutor era
sancionado, obligándosele a pagar el doble del valor de la cosa sustraída.

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1.4.3.La actio tutela directa.

Mediante esta acción, se obligaba al tutor a rendir cuentas. Su finalidad era la de


proteger aún más al pupilo.

1.4.4.La actio tutela contraria.

Esta acción era ejercida por el tutor contra el pupilo, con la finalidad, por una parte,
de reclamar a éste los gastos realizados y, por la otra, para liberarse de las
obligaciones contraídas en interés del pupilo. Era considerada una acción de buena
fe y de amplia interpretación por el magistrado.

I.5. LA TUTELA PERPETUA DE LAS MUJERES

La mujer sui iuris al llegar a la edad de la pubertad, es decir a los doce años, no se
liberaba de la tutela, puesto que salía de la tutela de los impúberes sui iuris para
caer en la tutela perpetua de sus agnados. La justificación de esta tutela se ha
querido ver en la ligereza del ánimo o espíritu femenino, su ignorancia de las cosas
del foro, y en su inexperiencia para los negocios.

El jurisconsulto Gayo anota que tales razones son especiosas y que el objeto de
esta tutela es controlar el patrimonio de la mujer por parte de sus parientes
agnaticios, por esta razón la mujer no podía actuando por si sola, llevar a cabo
ningún acto que pusiera en peligro los intereses económicos de su grupo familiar,
tales como enajenar cosas mancipi, hacer testamento, recibir o aceptar una
herencia, asumir obligaciones, constituir la dote y manumitir esclavos.

Con la disolución de la familia agnaticia, con la relativa emancipación de la mujer


romana la desvalorización de las res mancipi, la tutela de las mujeres pierde casi
inercia, su importancia anterior, quedando reducida, como otras instituciones del
antiguo derecho civil a algo que no-tenia contenido ni valor en las prácticas. Vasta
pensar que la mujer podía recurrir al magistrado para que este obligase al tutor a
dar su autoriítas.

En la tutela testamentaria a la mujer se le permitía la optio tutoris o sea elegir un


tutor, que siempre era naturalmente persona amiga y por demás complaciente.

También mediante el mecanismo de la venta ficticia, hecha fiduciae causae la


mujer obtenía un tutor fiduciario de su confianza.

En los tiempos de Augusto, por las leyes Julia y Pappia Popea se creó el ius
liberorum que permitía a las mujeres ingenuas madres de tres hijos o libertas
madres de cuatro, desvinculares así para siempre de la tutela. Esta institución
desaparece en la época del Emperador Claudio.

I.6. LA CURATELA

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Se define como una institución del derecho civil que permite representar y asistir a
aquellas personas que por una causa particular o accidental, se encontraban
incapacitadas para administrar su patrimonio.

Dichas personas eran confiadas a un curador, quien para desempeñar su cargo


debía poseer cualidades similares al tutor, es decir, ser libre, ciudadano romano y
del sexo masculino.

I.6.1 Curatela De Los Locos

En Roma se distinguían dos clases de locos: el “furiosus” y el “mente captus”.

El furiosus era el que tenia intervalos lúcidos, y el mente captus, el que no los
tenía, el idiota. esto conforme a la opinión general.

En la época de la ley de las XII Tablas, el furiosus era el único provisto de curador,
no así el mente captus, y para el furiosus no existía más que la curatela legítima,
en favor de los agnados y de los gentiles, pues, era en su interés en el que se
había establecido esta institución.

En esta materia, el progreso del derecho fue doble, por una parte, se proveyó al
curador al mente captus, y por otra parte, tanto para el mente captus como para el
furiosus se organizó la curatela, no ya en interés de la familia, sino en interés del
incapaz mismo y para su protección, por lo tanto, al lado de la curatela legítima, se
admitió la curatela deferida para el magistrado.

El mente captus era incapaz, en forma absoluta, para realizar por si mismo
cualquier acto, el furiosus era incapaz igualmente en los intervalos no lúcidos, pero
era completamente capas de los intervalos lúcidos.

El papel del curador de un loco era el de obrar en su lugar, el de administra el


patrimonio de este, ya que no podía nunca hacer intervenir a un loco, en ningún
acto, para asistirlo, como ocurría con el tutor cuando suministraba la autoriítas al
pupilo, puesto que, o bien el loco estaba en un momento de lucidez y era por
completo capaz y podía obrar por si solo, o bien el loco estaba en un momento de
locura y era por completo incapaz y debía ser reemplazado por su curador.

Las facultades del curador estaban restringidas como las del tutor, por la orario
severi, o sea la prohibición que tenia de enajenar los inmuebles rurales y los
situados en los barrios de la ciudad, salvo ciertas excepciones determinadas
limitativamente, prohibición que extendió Constantino a los inmuebles urbanos y a
los muebles preciosos.

En lo que respecta a su responsabilidad, el curador era responsable por su gestión,


como si se tratara de un gestor de negocios, y por tanto al final de la curatela
estaba obligado a rendir cuentas, así como todas las veces en que el loco había

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recobrado la razón se lo exigiera, y como surgieron discrepancias entre los
jurisconsultos acerca de sí en este caso terminaba la curatela para comenzar una
nueva con el estado de locura subsiguiente, Justiniano decidió que no cesara sino
que el curador quedara inactivo durante este período de lucidez en que el sujeto
podía obrar válidamente por su cuenta.

I.6.2. Curatela Del Prodigo

Conforme a la Ley de las XII Tablas era considerado pródigo la persona sui iurs
que disipaba los bienes que había recibido de sus parientes paternos por herencia
ab-itestato. La curatela se había realizado entonces, no en interés del pródigo
mismo sino en interés de la familia agnaticia, de modo que a falta de agnados y de
gentiles no había ninguna curatela.

En el derecho clásico, el punto de vista de la ley varió y trató de proteger al pródigo


por sí mismo y en interés de su familia; por lo tanto trató como pródigos a todos los
que disipaban sus bienes, sin distinción de su origen, y el magistrado dio un
curador, aún a los que no tenían agnados ni gentiles.

La sumisión del pródigo a la curatela resultaba de un “decreto de interdicción”.


Según unos ese decreto se pronunciaba por la gens, antes de la creación del
pretor, pero, según otros, esto fue obra de los magistrado de los reyes, después de
los comicios y finalmente del pretor.

La incapacidad del pródigo en la época clásica, tenía la misma extensión que la del
impúber de mayor infancia, ya que solamente podía mejorar por si solo su
condición, pero no podía empeorara. La intervención por tanto del curador sólo
tenía lugar en aquellos actos, que de realizarse por el incapaz únicamente podían
ocasionarles perjuicios patrimoniales, y en estos casos intervenía el curador
utilizando la “gentio” o sea reemplazando al pródigo y no suministrando su
“consensus”, pues no hay ningún texto que mencione este procedimiento para este
caso.

La curatela del pródigo se extinguía al cesar la incapacidad de éste por haber


dejado de existir la causa que él había hecho necesaria, debido a la total
recuperación del mismo, siendo necesario entonces el levantamiento de la
interdicción, que se realizaba por un proceso inverso al primero, dado en la misma
forma.

I.6.3.Curatela De Los Menores De Veinticinco Años

El varón púber sui iuris era plenamente capaz, conforme al derecho civil, para
realizar toda clase de negocios jurídicos, capacidad esta que comenzaba desde el
momento en que había cumplido catorce años de edad, lo cual se explica por el
hecho de que en los primeros tiempos los actos jurídicos eran bastante raros, ya
que el comercio no se había desarrollado, y porque los actos jurídicos estaban

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llenos de solemnidades que requerían a menudo la presencia del magistrado y
frecuentemente la de personas que sirvieran de testigos, todo lo cual resultaba de
hecho una protección indirecta para los menores.

Pero no fue lo mismo desde el día en que por virtud del desarrollo del comercio y
de la simplificación de las formas primitivas, los actos jurídicos fueron más
numerosos, más frecuentes y más fáciles de realizar, pues entonces la necesidad
de proteger al menor de veinticinco años de edad se hizo
sentir, y tal fue el objeto de la Lex Plaetoria, del siglo VI de Roma, que da contra
cualquier persona que engaña a un menor de veinticinco años, una acción pública,
que implica junto con la infamia ciertas privaciones políticas.

II. LA TUTELA EN MÉXICO

CONCEPTO
La palabra tutela procede del verbo latino tueor
que quiere decir defender, proteger. Es un cargo
que la ley impone a las personas jurídicamente
capaces, para la protección y defensa de los
menores de edad o incapacitados. Es un cargo civil
de interés público, y de ejercicio obligatorio.4

El objeto de la tutela es, de conformidad con los párrafos primero y segundo del
articulo 449 de nuestro código civil, la guarda de la persona y bienes de los que no
estando sujetos a la patria potestad tienen incapacidad natural y legal o solamente
la segunda, para gobernarse por si mismo. La tutela puede también tener por
objeto la representación interina del incapaz, en los casos especiales que señala la
ley.

Es la tutela una manera de dar protección social a los débiles, y un medio de


defensa de los menores y de los demás individuos incapaces, no sujetos a la
autoridad paterna, o que están abandonados o son maltratados. La razón
fundamental de la tutela es un deber de piedad, que tiene su origen en la debilidad
e imperfección del ser humano.

El fin fundamental de la tutela, es la protección del incapaz. Es una institución


subsidiaria de la patria potestad, diferenciándose de esta fundamentalmente, como
lo apunto Clemente de Diego en que la patria potestad deriva del vinculo natural
del afecto de los padres hacia sus hijos, en tanto que la tutela ha sido creada y se
organiza, exclusivamente sobre la base del derecho positivo.

4
GALINDO GARFIAS, Ignacio. Derecho Civil, Parte General Personas Y Familia, Editorial Porrua, novena edición.

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La tutela por esa razón, tiene límites legales más estrechos que la patria potestad,
ya que inspira menos confianza al legislador, y eso tanto en lo que se refiere a su
contenido personal, como patrimonial.

a)Es una institución jurídica. . . Las calificaciones son


múltiples (poder, función, carga, organismo) y ninguna
de ellas es capaz de satisfacer plenamente frente a
los demás.

Es por eso que se obra con tino. . . y se adopta como


lo hace Puig Peña, la designación genérica de
institución jurídica. . .

. . . porque esta constituida por un conjunto de normas


establecidas, armónicamente enlazadas que
persiguen la finalidad de la asistencia regular a los
incapaces jurídicamente.

Es una institución jurídica porque. . . nace en el campo


del derecho, vive dentro de la ley y se matiza en el
ramaje mas preciado del ordenamiento jurídico; es
social, porque afecta a sujetos que integran el grupo
humano.

b) Persigue el cuidado de la persona y del patrimonio.5

NATURALEZA DE LA TUTELA.

La tutela es un cargo de interés público del que nadie puede asirse si no por una
causa legítima (articulo 452 del Código Civil).

Para excluir del cargo de tutor, la ley clasifica las causas que dan lugar: ala
inhabilidad, a la separación y ala excusa en el desempeño de la tutela.

Son personas inhábiles para la tutela, aquellas que la ley considera no deben
ejercer el cargo aunque estén anuentes en recibirlo. En razón de los fines y
naturaleza de la institución tutelar, que es la defensa y cuidado de los intereses de
los incapaces, la ley veda su ejercicio a las personas que por diversas razones no
deben ejércelos, como son las que enumera en los artículos 503, 505 y 506 del
Código Civil. Esas personas serán separadas de la tutela cuando sobrevenga o se
averigüe su incapacidad, después de haber aceptado el cargo también serán
separados los tutores que no cumplan o no puedan cumplir con sus obligaciones
(articulo 504 del Código Civil).
5
GALINDO GARFIAS, Ignacio. Derecho Civil, Parte General Personas Y Familia, Editorial Porrua, novena
edición.

13
Las personas designadas, pueden excusarse de ser tutores cuando tengan alguna
o algunas de las calidades o causas a que se refiere el articulo 511 del Código Civil
pero si su excusa fuere desechada o sin excusa no desempeñen la tutela, pierden
el derecho que tengan para heredar al incapacitado que muera intestado y son
responsables de los daños y perjuicios que le sobrevengan por su renuncia. Igual
sanción se aplica ala persona a quien corresponda la tutela legitima, si habiendo
sido debidamente citado no se presenta al juez, manifestando su parentesco con el
incapaz.

La doctrina en materia de tutela, maneja los calificativos con gran variedad,


Ruggiero y Clemente de Diego la definen como un poder conferido a una persona
para cuidar a otra; Planiol afirma que es una función jurídica conferida a una
persona capaz para cuidar a un incapaz y administrar sus bienes; Bonnecase
expresa que es el organismo de representación de los incapaces que interviene
tanto en materia de minoridad como en materia de interdicción; Laurent, la define
como la carga publica impuesta a una persona capaz de cuidar a otra incapaz y
representarla en los actos de la vida social;

Enneccerus la denomina como el cuidado llevado bajo la inspección del Estado por
una persona de confianza (el tutor) sobre la persona y el patrimonio de quien no
esta en situación de cuidar de sus asuntos por si mismo que por lo menos se le
trata jurídicamente como si no estuviera en esa situación; Mateos Alarcón la
considera como el cargo publico que tiene por objeto la guarda de la persona y
bienes de los que no estando sujetos ala patria potestad tienen incapacidad natural
y legal o solo la primera.

Es preferible, en nuestro concepto, hablar de la tutela como institución jurídica


entendiendo por ella según Renard, el conjunto de normas y preceptos
armónicamente enlazados y definitivamente establecidos, que estructuran la
función del estado de asistencia normal a los jurídicamente incapaces.

Quienes partimos de una concepción comunitaria del derecho, superadora de la


distinción (derecho publico y derecho privado) a que nos hemos referido
anteriormente, consideramos que en estas instituciones, al igual que en todas las
demás, actúan los dos grandes principios constructivos que se reflejan en toda
clase de normas jurídicas: el de la comunidad y el de la personalidad, ambos
siempre dirigidos, hacia la consecuencia del bien común y siempre también en
constante y necesaria colaboración . . . lo que nos interesa dejar bien patente es la
tendencia social en que se halla inspirada (la tutela) hasta el punto que toda su
ordenación no es producto de la voluntad de los que a ella se acogen . . . sino que
por el contrario, toda su regulación es de derecho necesario . . .

a) La institución de la tutela se crea y organiza en las leyes para cuidar de la


persona o patrimonio de un tercero, es, por tanto, una institución de defensa,
o de protección similar a la patria potestad, pero de esta se distingue en que

14
esta última posee una simplicidad normativa, de la que aquella carece. La
fuente normal de la patria potestad es el hecho natural de la procreación de
la que proceden las relaciones de filiación. En la tutela, es necesario siempre
el discernimiento, en razón de que se van a crear relaciones jurídicas entre
el tutor y el incapacitado; deberes cuyo origen es la ley. Por ello en la tutela,
se fijan con mayor rigor los límites de la autoridad del tutor y que constituye
un control mas decidido de la misma.

La patria potestad y la tutela aparecen, aquella como institución principal y esta


como subsidiaria. No hay lugar a tutela, mientras exista quien ejerza la patria
potestas; solo se puede organizar la tutela cuando falta esta.

b) La protección y el cuidado de la persona y los bienes ha de referirse a un


incapaz, que no se encuentre bajo la patria potestad, por lo que se hallan
excluidos los sujetos a esta ultima y cuando se trata de mayores de edad es
necesario que la incapacidad sea declarada judicialmente estado de
interdicción).

No estarán sujetos ala tutela los ciegos, los paralíticos y los ancianos aunque sean
incapaces de gobernarse por si mismos; pues mientras esos defectos no
trasciendan ala inteligencia, no podrán aplicarse las disposiciones del articulo 450
de nuestro Código Civil, el cual es de interpretación estricta y no extensiva, es decir
únicamente aplicable a los casos de incapacidad en ella previsto.

SISTEMAS TUTELARES EN EL DERECHO MODERNO

Podemos clasificar los sistemas tutelares en derecho moderno, en tres categorías:

a) sistema tutelar de autoridad;


b) sistema tutelar de familia, y
c) sistema mixto.

1º La tutela de autoridad, se basa en la idea de que la protección del incapacitado,


es una función propia de la autoridad soberana y por consiguiente, no susceptible
de quedar abandonada a la autonomía de organismo más o menos privado.

Este sistema es el adoptado por nuestro Código Civil, así como por el Codito
Alemán vigente desde el primero de enero de 1900; el de Suiza que empezó a regir
el primero de enero de 1922 y el de Italia promulgado el 12 de diciembre de 1938
en vigor desde 1942 y tiene las siguientes características:

a) Todo el mecanismo y funcionamiento de la tutela esta en manos de la


autoridad del Estado.

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b) Junto ala autoridad que tiene en sus manos el funcionamiento de la tutela,
actúan los órganos de información como son el curador y el Consejo de
Tutelas entre nosotros.
c) El Consejo de Familia es desconocido en este régimen tutelar o por lo
menos es subsidiario y carece de importancia.

2º La tutela de familia, tiene su origen en el Código Napoleón y tiene las


características siguientes:

a) Todo el mecanismo y funcionamiento de la tutela esta en manos del Consejo


de Familia que posee la autoridad suprema en la materia.
b) Los órganos de información, no existen o son innecesarios para la tutela.

3º El sistema mixto se caracteriza porque la tutela, no obstante ser familiar, se


ejerce bajo la inspección y vigilancia del Ministerio Publico y los actos realizados
por el Consejo de Familia requieren la autorización judicial.

ORGANIZACIÓN DE LA TUTELA.

Personas sujetas a ella, de conformidad con lo dispuesto en el articulo 23 de


nuestro Código Civil, “la minoría de edad, el estado de interdicción y las demás
incapacidades establecidas por la ley, son restricciones ala capacidad de obrar o
de ejercicio) y continua, “pero los incapaces pueden ejercitar sus derechos y
contraer obligaciones por medio de sus representante”.

Siendo el objeto de la tutela, como hemos visto, la guarda de la persona y bienes


de los incapaces no sujetos a la patria potestad, debemos apuntar primero quienes
son incapaces y después quienes de estos están excluidos de la patria potestad,
para determinar que personas se encuentran sujetos a aquella.
La incapacidad, de acuerdo con nuestra ley, puede ser de dos clases: natural y
legal o solamente la segunda.

Están incapacitados natural y legalmente: I. Los menores de edad; II. Los mayores
de edad privados de inteligencia por locura, idiotismo o imbecilidad aunque tengan
intervalos lucidos; III. Los sordomudos que no saben leer ni escribir; IV. Los ebrios
consuetudinarios y los que habitualmente hacen uso de drogas enervantes (articulo
450 del Código Civil).

Los que sufren incapacidad legal, son los menores de edad no emancipados, y los
emancipados, para realizar los actos que el propio Código determina en su articulo
643 (articulo 451 del Código Civil).

De conformidad con esas disposiciones, estarán sujetas a la tutela las personas


mencionadas, siempre que sobre ellas no hayan quien ejerza la patria potestad o
que esta se hubiere extinguido, o que quien deba ejercerla se halle impedido para
desempeñar esa función.

16
Habrá lugar a la designación de tutor, cuando se trae de menores de edad no
sujetos a patria potestad o de mayores de edad declarados en estado de
interdicción.

ÓRGANOS DE LA TUTELA.

Los artículos 454 y 455 de nuestro Código Civil, disponen “que la tutela se
desempeña por el tutor, con intervención del curador, del juez de lo familiar y del
Consejo Local de Tutelas, y que ningún incapaz puede tener a un mismo tiempo
mas de un tutor y un curador definitivos”.

Esta disposición consagra el principio de la indivisibilidad y unidad de poder, el cual


no puede fraccionarse en las relaciones jurídicas de un individuo, ya sean
personales o si son patrimoniales, por la unidad del patrimonio de las personas;
pero reconociendo no obstante (articulo 457 del Código Civil) que si los intereses
de varios incapaces sujetos ala misma tutela, son opuestos o se trata de tutela
testamentaria, puedan nombrarse tutores diferentes a cada uno de ellos, como
casos de excepción a ese principio.

Todos los individuos sujetos a tutela tendrán un curador, excepto en los casos de
expósitos o de huérfanos menores acogidos (articulo 618 del Código Civil).

El curador puede ser, de acuerdo con nuestro derecho, testamentario o dativo; no


hay curadores llamados por la ley al desempeño de la curaduria, en razón de la
misión que el curador tiene encomendaba, consiste en fiscalizar los actos del tutor,
lo que supone su independencia en provecho del tutelado, y origina que no puedan
ser desempeñados al mismo tiempo los cargos de tutor y curador por una misma
persona, ni por personas que tengan entre si parentesco, en cualquier grado en la
línea recta o dentro del cuarto grado en la colateral (articulo 458 del Código Civil).

No obstante, nuestra ley , atenta a la presunción que de su articulado se deriva,


consistente en que nadie habrá de desempeñar mejor los cargos tutelares que
quienes hayan merecido para ello la confianza de los padres, dispone en el articulo
623 del Código Civil que los que tienen derecho a nombrar tutor, lo tienen también
renombrar curador.

Otro de los órganos de la tutela en nuestro derecho son los consejos locales de
tutela y los jueces de lo familiar.

El Consejo Local de Tutelas es un órgano de vigilancia y de información compuesto


de un presidente y de dos vocales nombrados por el Departamento del Distrito
Federal en el mes de enero de cada año y tiene como funciones concretas las que
enumera el artículo 632 de nuestro Código Civil, o sean:

17
I. Formar y remitir a los jueces de lo familiar una lista de las
personas que por su aptitud legal y moral puedan
desempeñar la tutela para que de entre ellas se nombren
los tutores y curadores, en los casos en que estos
nombramientos correspondan al juez;
II. Velar porque los tutores cumplan sus deberes
especialmente en lo que se refiere a la educación de los
menores; dando aviso al juez de lo familiar de las faltas y
omisiones que notare; dando aviso al juez de lo familiar
de las faltas u omisiones que notare;
III. Avisar al juez de lo familiar cuando tenga conocimiento
que los bienes de un incapacitado están en peligro, a fin
de que dicte las medidas correspondientes;
IV. Investigar y poner en conocimiento del Juez de lo familiar,
que incapacitados carecen de tutor, con objeto de que
hagan los respectivos nombramientos;
V. Cuidar con especialidad de que los tutores cumplan las
obligaciones que les impone la fracción II del artículo 537,
y
VI. Vigilar el registro de tutelas a fin de que sea llevado en
debido orden. Los jueces de lo familiar son las
autoridades encargadas de intervenir en los asuntos
relativos a las cuestiones que afectan a la familia y por lo
tanto, a la tutela. Ejercen una sobre vigilancia sobre el
conjunto de los actos del tutor, para impedir, por medio de
disposiciones apropiadas, la trasgresión de sus deberes
(articulo 634 del Código Civil), además tiene la facultad de
deferir la tutela especial de los menores para comparecer
en juicio.

ESPECIES DE LA TUTELA.

a) Tutela testamentarias.

De conformidad con el articulo 461 de nuestro Código Civil, la tutela puede ser
testamentaria, legitima o dativa. La tutela testamentaria es la que se confiere en
testamento y tiene lugar, cuando el ascendiente que sobreviva, de los dos que en
cada grado deben ejercer la patria potestad, aunque fuere menor, nombra tutor en

18
su testamento a aquellos sobre quienes la ejerza, incluyendo al hijo póstumo. Ese
nombramiento, excluye del ejercicio de la patria potestad a los ascendientes de
ulterior grado (artículos 470 y 471 del Código Civil).

No existe cuestión respecto a la procedencia de la tutela testamentaria sobre los


hijos legítimos o legitimados. Respecto a los hijos naturales reconocidos, ya que los
progenitores que hayan reconocido tiene derecho a nombrar tutor al hijo
reconocido, al progenitor que sobreviva, por mayoría de razón, puesto que al
adoptante se le otorga el derecho de designar tutor al hijo adoptivo (articulo 481 de
nuestro Código Civil).

Existe, en nuestra ley, el derecho reconocido a un extraño, para designar tutor en


su testamento, a un incapaz que no se encuentre bajo su patria potestad, ni bajo la
de otro y esto ocurre cuando le deje bienes, para el simple efecto de la
administraron de esos bienes (articulo 473 y 475 del Código Civil).

c) Tutela legitima.

Tiene lugar cuando no hay quien ejerza la patria potestad, ni tutor testamentario, y
cuando deba nombrarse tutor en caso de divorcio. La ley llama al ejército de la
tutela, a determinadas personas para que representen al incapaz.

Respecto al llamamiento, debemos considerar dos clases de tutela; la de los


menores y la de los mayores declarados incapacitados.

En cuanto se refiere a los menores, la ley llama a desempeñarla (articulo 483 del
Código Civil):

I. A los hermanos, prefiriéndose a los que lo sean por ambas líneas;


II. Por falta o incapacidad de los hermanos, a los demás colaterales dentro del
cuarto grado inclusive y si hubiere varios parientes del mismo grado, el juez
elegirá entre ellos al que le pareciere mas apto para el cargo, pero si el
menor ha cumplido dieciséis años el hará la elección (articulo 484 del
Código Civil).

Tratándose de expósitos o abandonados, la ley los coloca bajo la tutela de la


persona que los haya acogido, o de los directos de las inclusas, hospicios y demás
casas de beneficencia que los reciban (artículos 492 y 493 del Código Civil).

En relación a los demás incapacitados, la ley contempla los distintos casos en que
tiene lugar la tutela legítima y determina un orden en el llamamiento:

a) El marido es el tutor legitimo y forzoso de su mujer y esta lo es de su


marido (articulo 486 del Código Civil);
b) Los hijos mayores de edad son tutores legítimos de su padre o madre
viudos, prefiriéndose en su designación al que viva con el incapaz, y

19
siendo varios, el que le parezca al juez mas apto (articulo 487 y 488
del Código Civil);
c) El padre, y por muerte o incapacidad de este, la madre, son los
tutores legítimos de sus hijos, solteros o viudos, cuando ellos no
tengan hijos que pueden desempeñar la tutela, y
d) A falta de las personas anteriores, son llamadas sucesivamente a
desempeñar la tutela legitima, el abuelo paterno el materno, los
hermanos del incapacitado y los demás colaterales (artículos 489 y
490 del Código Civil). La ley coloca, además, bajo la tutela legitima de
la persona que corresponde a los hijos menores que el incapacitado
tuviere bajo su patria potestad (articulo 491 del Código Civil).

d) Tutela dativa.

La tutela dativa tiene lugar:

1. cuando no hay tutor testamentario ni persona a quien corresponda


desempeñar la tutela legitima, y
2. cuando el tutor testamentario esta impedido de ejercerla temporalmente y no
existan hermanos o colaterales dentro del cuarto grado inclusive (articulo
495 del Código Civil).

Las notas que caracterizan la tutela dativa son las siguientes a) Que es subsidiaria
de la testamentaria y de la legitima; b) Que el tutor dativo es designado por el
menor si ha cumplido dieciséis años, confirmándose esta designado por el juez de
lo familiar, si no tiene justa causa para reprobarla. La designación la hace el propio
juez de lo familiar, si el menor no ha cumplido esa edad (artículos 496 y 497 del
Código Civil).

El artículo 499 del Código Civil dispone que: siempre será dativa la tutela para
asuntos judiciales del menor de edad emancipado.

La tutela dativa, se discierne aunque no tengan bienes los pupilos. En ese caso,
tiene por objeto el cuidado y la representación de la persona del menor en actos y
contratos; para que el pupilo reciba la educación que corresponda a su posibilidad
económica y a sus aptitudes.

El tutor será designado a petición del Consejo Local de Tutelas, del Ministerio
Público, del mismo tenor o de oficio por el juez de lo familiar (articulo 500 del
Código Civil). Tienen obligación de desempeñar ese cargo, las personas que
enumera el articulo 501 del propio Código o sean: la autoridad administrativa del
domicilio del menor; los profesores oficiales del lugar donde vive el menor, los
miembros de las juntas de beneficencia publica o privada que reciban sueldo del
Erario y los directores de establecimiento de beneficencia publica.

20
EL TUTOR INTERNO

En los casos en que temporalmente, el tutor definitivo no pudiere desempeñar el


cargo, porque su nombramiento sea condicional y no se haya cumplido la
condición, porque esta pendiente de la calificación de una excusa presentada por
el, porque esta corriendo el plazo para el otorgamiento de la garantía que debe
prestar, porque en un negocio determinado tenga el tutor interés opuesto a su
pupilo, etc., el juez de lo familiar deberá nombrar a un tutor interino.

El tutor interino, como su nombre lo indica, desempeñara el cargo provisionalmente


y cesa en su ejercicio, en el momento en que el tutor definitivo se encuentre en la
posibilidad legal de asumir la tutela, porque han desaparecido las causas que
impiden transitoriamente ejercer sus funciones.

El Código Civil señala los siguientes casos en que tiene lugar el nombramiento de
tutor interino, a saber:

a) Cuando por algún motivo faltare temporalmente el tutor testamentario o


cuando el autor de la herencia haya establecido en su testamento una
condición para que el tutor lo desempeñe (articulo 480 del Código Civil).
b) En tanto se clasifica la excusa que haya presentado el tutor definitivo, el juez
de lo familiar, debe proveer ala designación de un tutor interino (articulo 515
del Código Civil).
c) Mientras transcurre el plazo de tres meses que se concede al tutor para
otorgar la garantía de su manejo (articulo 532 del Código Civil).
d) Cuando el marido se encuentre en el ejercicio de la tutela legitima de su
mujer incapacitada, en el juicio que esta tenga que ejercer contra su marido,
será representada por un tutor interino (articulo 518 del Código Civil).
e) Cuando haya oposición de intereses entre alguno o algunos de los
incapacitados y el tutor de esos, el juez de lo familiar nombrara tutor interino,
que en manera especial, represente los intereses del pupilo, mientras se
decide el punto de oposición (articulo 457 del Código Civil).
f) Tutela especial del menor emancipado.

En tanto se designa tutor interino, el juez de lo familiar, debe cuidar de la persona y


bienes del incapacitado (articulo 468 del Código Civil).

Así pues, la tutela interina puede ser especial, si se trata de uno o varios negocios
determinados (oposición de interés en juicio entre la mujer incapacitada y el marido
o entre el pupilo y el tutor) o general, si el nombramiento de tutor interino tiene
lugar en los casos en que el tutor definitivo se encuentra impedido temporalmente
para desempeñar todas las funciones que implica el ejercicio de la tutela.

Ya sea que se trate de que el tutor interino ejerza la tutela en uno o varios negocios
determinados (especial) o para desempeñar todas las funciones de la tutela
(general) el nombramiento y la terminación del cargo de tutor interno, no dependen

21
de la incapacidad del pupilo, sino de las circunstancias que impiden al tutor
definitivo desempeñar el cargo.

El juez de lo familiar debe cuidar acuciosamente de la designación del tutor


interino, y responde solidariamente con el tutor que designe, de los daños y
perjuicios que se causen al pupilo por culpa, negligencia o dolo de la persona
designada para desempeñar ese interinato.

La tutela interina tiene por objeto hacer frente a los casos de emergencia antes
señalados; a fin de que no se vea abandonado el interés del menor o incapacitado,
en los casos en que el tutor definitivo no puede o no debe, transitoriamente
representarlos.

El tutor interino no esta obligado a garantizar su manejo de manera especifica.

La garantía de buen desempeño del ejercicio de la tutela interina, es la que ofrece


al mismo tutor, que responde con sus bienes, además de la responsabilidad del
juez de lo familiar que lo ha designado. Ambos responden en forma solidaria frente
al pupilo (articulo 469 del Código Civil).

NOMBRAMIENTO DE TUTOR, DEFERICION Y DISCERNIMIENTO DEL CARGO.

Se entiende por nombramiento de tutor, la designación que en el caso de tutela


testamentaria hace el autor de la herencia, o el juez en el caso de tutela dativa para
que una cierta persona desempeñe esas funciones.

La persona designada por el autor de la herencia o por el juez de lo familiar en su


caso, puede tener una excusa o estar incapacitada para entrar ene. Ejercicio del
cargo de tutor. La tutela no puede ser deferida por el juez de lo familiar, sino
después de que el tutor designado ha aceptado el cargo o se ha desechado la
excusa o no se ha hecho valer ninguna.

Entonces el juez de lo familiar defiere la tutela en la persona designada. La


designación de la tutela es el acto de jurisdicción que confirma el nombramiento de
tutor, por no existir causa legal alguna que le impida desempeñar la tutela.

Deferida la tutela, el tutor designado no puede aun realizar ninguno de los actos
que a su cargo competen; porque antes debe otorgar la caución a que se refiere al
artículo 519 del Código Civil (hipoteca, prenda o fianza), a satisfacción del juez de
lo familiar.

El discernimiento del cargo, es el acto judicial por medio del cual el juez de lo
familiar, después de comprobar que los intereses del menor o incapacitado quedan
debidamente asegurados con la caución otorgada por el tutor, lo inviste de los

22
poderes de representación y gestión y de la potestad para le cuidado del menor,
que requerirá el ejercicio de la tutela. Solo después del discernimiento del cargo, el
tutor puede realizar los actos propios de la función de la tutela.

De conformidad con el artículo 902 del Código de Procedimientos Civiles, ninguna


tutela puede conferirse sin que previamente se declare el estado de minoridad o de
incapacidad de la persona que va a quedar sujeta a ella. Puede pedirse por el
mismo menor si ha cumplido dieciséis años; por su cónyuge; por sus presuntos
herederos legítimos; por el albacea y por el Ministerio Publico.

Tratándose de la declaración de minoridad la ley exige para hacerla que se


presente la certificación del Registro Civil y en caso de que falte el acta, debe
citarse a una audiencia a la que concurrirán el menor si fuere posible y el Ministerio
Publico y en ella por las certificaciones del Registro Civil si hasta ese momento se
presentaren, por el aspecto del menor y a falta de aquellas o de la presencia de
este, por medio de información de testigos, se hará o denegara la declaración
correspondiente (articulo 903 del Código de Procedimientos Civiles).

La declaración de incapacidad por otras causas, exige llenar determinados


requisitos y seguir un verdadero juicio para obtenerla, los cuales se encuentran
determinados en el capitulo II del Titulo Decimoquinto del Código de
Procedimientos Civiles.

El artículo 904 comprende no solo los casos de demencia, idiotismo, imbecilidad,


sino también a los sordomudos que no saben leer ni escribir, los ebrios
consuetudinarios y los que habitualmente hacen uso inmoderado de drogas
enervantes.

GARANTÍA QUE DEBE PRESTAR EL TUTOR.

El tutor debe manifestar si acepta o no el cargo dentro de los cinco días que sigan
a la notificación de su nombramiento y debe prestar las garantías exigidas por la
ley para que se le discierna el cargo.

Estas garantías para asegurar su manejo pueden consistir en hipotecas, prenda o


fianza.

Se encuentran exceptuados de darlas, lo tutores testamentarios, cuando hayan


sido relevados de esta obligación por el testador, a no ser que sobrevenga una
causa ignorada por el, que a juicio del juez y con audiencia del curador, haga
necesaria la garantía; los tutores que no administren bienes; en el caso de tutela
legitima del padre, la madre y los abuelos del incapacitado, salvo que el juez con
audiencia del curador y del consejo de tutelas, lo crea conveniente; y los que
acojan a un expósito por mas de diez años, a no ser que hayan recibido pensión
para cuidar de el (articulo 526 del Código Civil).

23
La garantía debe comprender el importe de las rentas de los bienes en los dos
últimos años y los réditos de los capitales impuestos por el mismo tiempo; el valor
de los muebles e inmuebles; el producto de las fincas rusticas en dos años,
calculado por peritos o por el termino medio de un quinquenio a elección del juez;
el veinte por ciento del importe de las mercancías y demás efectos muebles,
calculados por los libros si están llevados en debida forma o a juicio de peritos, en
las negociaciones mercantiles o industriales (articulo 528 del Código Civil).

La garantía podrá aumentarse o disminuirse durante el ejercicio de la tutela según


las variaciones del caudal del pupilo y los valores en que la garantía esta
constituida (articulo 529 del Código Civil).

El juez es responsable subsidiariamente con el tutor de los daños y perjuicios que


sufra el incapacitado por no haber exigido que se caucione el manejo de la tutela
(articulo 530 del Código Civil).

Si el tutor no otorga la garantía dentro de los tres meses contados a partir de la


aceptación de su nombramiento, se procederá al nombramiento de un nuevo tutor
y entre tanto, se designara un tutor interino quien recibirá los bienes por inventario
y su gestión se reducirá a la conservación de los bienes y percepción de los
productos.

Es necesario licencia juridial, para cualquier otro acto de administración, la que en


su caso se concederá oyendo a curador (articulo 532 del Código Civil) y la garantía
que otorgue el tutor interino, no se cancelara, sino hasta que las cuentas de la
tutela hayan sido aprobadas (articulo 604 del Código Civil).

Nuestro derecho, a diferencia de otros extranjeros que considera la tutela como un


cargo gratuito, se pronuncia abiertamente por el principio de la retribución del tutor
(articulo 585 del Código Civil) y determina que ella podrá ser fijada por el
ascendiente o extraño que lo nombre en su testamento y para los tutores legítimos
o dativos autoriza al juez a fijarla, ordenando que en ningún caso bajara del cinco,
ni excederá del diez por ciento de las rentas liquidas de los bienes del pupilo; a no
ser que por la industria y diligencia del tutor, los bienes del incapacitado hayan
tenido un aumento en sus productos, en cuyo caso puede aumentarse la
remuneración hasta un veinte por ciento de los productos líquidos.

Publicidad e inspección de la tutela.- De conformidad con lo dispuesto en el articulo


909 del Código Procesal Civil, en los juzgados de lo familiar, bajo el cuidado y
responsabilidad del juez y a disposición del consejo de tutelas, habrá un registro en
que se pondrá testimonio simple de todos los discernimientos que se hicieren del
cargo del tutor y curador.

La inscripción en dicho registro responde a una doble finalidad; la primera, facilitar


la publicidad de la tutela y de la cúratela, en consideración a los efectos

24
importantísimos que da tales estados se derivan y segunda, dotar al juez de lo
familiar, al consejo de tutela y al ministerio Publico de un medio de control y
vigilancia de los actos realizados por el tutor y curador, a cuyo efecto dentro de los
ocho primeros días de cada año, procederá a examinar dicho registro y a tomar las
medidas que les autoriza el articulo 910 del mismo código.

EJERCICIO DE LA TUTELA.

El tutor debe cumplir las obligaciones y ejercer las facultades que la ley le otorga y
abstenerse de realizar los actos que expresamente se le prohíben.

Podemos clasificar las facultades del tutor, en tres grupos:

a) Respecto de la persona del pupilo;


b) En relaciones ala representación del pupilo, y
c) Por lo que se refiere al patrimonio del incapaz.

Los deberes y facultades que tiene el tutor respecto a la persona del pupilo, son
aquellos necesarios para la guarda, cuidado y educación del pupilo.

La ley 16, Titulo XVI, Partida VI la cual dice; “Trabajar se debe al guardador de
fazer el mozo que touiere en guarda que aprenda buenas maneras, e desi deuele
facer aprender leer e escreuir, e depuse desde deuel poner que aprenda a use
aquel menester que mas le conviniere según su natura, e la riqueza e el poder que
huiere”

El tutor debe alimentar y educar al menor o incapaz con arreglo a la condición de


este (articulo 537 fracciones I y 538 del Código Civil).

Tratándose de menores, los alimentos comprenden además de comida, vestido,


asistencia en casos de enfermedad, los gastos necesarios para la educación
primaria, para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a
su sexo y circunstancias personales (articulo 543 del Código Civil).

El tutor respecto de la persona del pupilo, deberá atender a su salud mental y


corporal procurando, si fuere demente o sordomudo, destinar de preferencia, los
recursos del incapacitado a la curación de sus enfermedades o a su regeneración
si fuese un ebrio consuetudinario o abusa habitualmente de las drogas enervantes
(articulo 537 fracción II del Código Civil).

El tutor esta obligado a presentar al juez de lo familiar en el mes de enero de cada


año, un certificado de dos facultativos que declaren acerca del estado del individuo
sujeto a interdicción, a quien para ese efecto, lo reconocerá en presencia del
curador. El juez se cerciorara del estado que guarda el incapacitado y toara todas
las medidas que estime convenientes para mejorar su condición (articulo 546 del
Código Civil); además el tutor esta facultado para tomar las medidas que juzgue

25
oportunas para la seguridad, alivio y mejoría del incapacitado, previa la
autorización juridicial otorgada con audiencia del curador y si la adopción de las
medidas fuese urgente, pueden estas ser ejecutadas por el tutor, quien dará cuenta
inmediata al juez para obtener la aprobación (articulo 547 del Código Civil).

Además, el tutor deberá cumplir con sus obligaciones con estricta sujeción a las
disposiciones del testador, cuando se trata de tutela testamentaria, a no ser que el
juez de lo familiar oyendo al tutor y al curador, las estime dañosas a los menores,
en cuyo caso podrás dispensarlas o modificarlas (articulo 479 del Código Civil).

Tratándose de pupilos indigentes o que carezcan de bienes para los gastos de su


alimentación y educación, el tutor deberá exigirlos judicialmente a las personas
obligadas a darlos y si el incapacitado no tiene personas que están ombligadas a
alimentarlo, el tutor, con autoridad del juez de lo familiar quien oirá al curador y al
Consejo de Tutelas, lo pondrá en un establecimiento de beneficencia publica o
privada en donde pueda educarse; si ello tampoco fuere posible el tutor procurara
que los particulares proporcionen trabajo al pupilo compatible con su edad y
circunstancia personales, con la obligación de alimentarlo y educarlo y si ninguno
de estos medios es posible, los incapacitados indigentes serán alimentados y
educados a costa de las rentas publicas del Distrito Federal (articulo 543, 544 y
545 del Código Civil).

a) Representación del pupilo por el tutor.

La fracción V del articulo 537 del código civil, dispone que el tutor esta obligado a
representar al incapacitado en juicio y fuera de el, en todos los actos civiles, con
excepción del matrimonio, del reconocimiento de hijos, del testamento y de otros
estrictamente personales.

Otro problema que plantea la representación del tutor, es determinar si es


personalísima o puede delegarse. Indiscutiblemente los cargos de tutor y de
curador, no son delegables, puesto que en su designación se atiende a sus
cualidades personales, para garantizar la consecución del fin que con ella se
propone la tutela o sea que se balice por personas idóneas.

b) Respecto del patrimonio del pupilo.

A este respecto el tutor tiene la obligación, que no puede ser dispensaba, ni aun
por los que tiene derecho de nombrar tutor testamentario, de formar inventario
solemne y circunstanciado de cuanto constituya el patrimonio del incapacitado,
dentro del termino que el juez designe, que no podrá exceder de seis meses y que
deberá hacer con intervención del curador y del mismo incapacitado, si este goza
de discerniendo y ha cumplido dieciséis años (fracción III del articulo 537 y 538 del
Código Civil).

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El tutor es el administrador de los bienes del pupilo. Es necesario precisar las
facultades que al tutor se le confieren, consistentes en administrar el caudal de los
incapacitados, es decir delimitar el concepto de acto de administración, con
respecto a los actos de disposición, que generalmente le están prohibidos y los
cuales pueden realizar median licencia judicial.

El tutor necesita autorización judicial, la que solo se concederá si es de evidente


utilidad para el pupilo, para realizar los siguientes actos:

1º Para fijar dentro del primer mes de ejercicio la cantidad que haya de invertirse en
gastos de alimentación y el número de los dependientes necesarios (articulo 554
del Código Civil).

2º Para enajenar y gravar los bienes inmuebles, sus derechos y los muebles
preciosos del pupilo (articulo 561 del Código Civil).

La venta de los bienes raíces del menor deberá hacerse en subasta publica, bajo la
sanción de nulidad (artículos 563 y 564 del Código Civil) y llenándose las
formalidades a que se refiere el capitulo III del Titulo 15 del Código de
Procedimientos Civiles.

3º Para hacer todos los gastos extraordinarios que no sean de conservación ni de


reparación (articulo 565 del Código Civil).

4º Para transigir o comprometer en árbitros de negocios del incapacitado (articulo


566 del código civil).

5º Para que le tutor transija, cuando el objeto de la reclamación consista en bienes


inmuebles, muebles preciosos o valores mercantiles o industriales cuya cuantía
excede de mil pesos se necesita el consentimiento del curador (articulo 568 del
Código Civil).

6º Para hacerse pago el tutor de sus créditos contra el incapacitado (articulo 571
del Código Civil).

7º Para arrendar por más de cinco años los bienes del incapacitado (articulo 573
del Código Civil).

8º Para recibir dinero prestado a nombre del incapacitado (articulo 575 del Código
Civil).

ACTOS QUE NO PODRÁ REALIZAR EL TUTOR.

El tutor no puede realizar los siguientes actos:

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2. Contraer matrimonio con el pupilo a no ser que obtenga dispensa, la
que no se le concederá por el Presidente Municipal respectivo sino
cuando hayan sido aprobadas las cuentas de la tutela. La prohibición
comprende al curador y a los descendientes de este y del tutor
(articulo 559 del Código Civil)

3. Comprar o arrendar los bienes del incapacitado, ni hacer contrato


alguno respecto a ellos.

Si lo hiciere, además de la nulidad del contrato, el acto será suficiente causa para
que se le remueva del cargo (articulo 569 del Código Civil).

Solo cesa esta prohibición, en caso de que el tutor o sus parientes sean
coherederos participes o socios del incapacitado (articulo 570 del Código Civil).

4. Aceptar para si a titulo gratuito u oneroso, la cesión de algún derecho


o crédito contra el incapacitado. Solo puede adquirir esos derechos
por herencia (articulo 572 del Código Civil).
5. Hacer donaciones a nombre del incapacitado (articulo 576 del Código
Civil).

EXTINCIÓN DE LA TUTELA.
La tutela se extingue:
I. Por la muerte del pupilo o porque desaparezca su incapacidad;
II. Cuando el incapacitado, sujeto a tutela entre a la patria potestad por
reconocimiento o por adopción;
III. Por maltrato inferido a los menores o incapacitados. Para el caso de la
última fracción, los jueces tienen facultad de tomar las medidas
necesarias para impedir que el pupilo sea maltratado por el tutor. Tales
medidas se tomarán a instancia de quien acredite interés legítimo de
parentesco o del Ministerio Público en todo caso.
El tutor, concluida la tutela, está obligado a entregar todos los bienes del
incapacitado y todos los documentos que le pertenezcan, conforme al balance que
se hubiere presentado en la última cuenta aprobada.
La obligación de entregar los bienes no se suspende por estar pendiente la
rendición de cuentas. La entrega debe ser hecha durante el mes siguiente a la
terminación de la tutela, cuando los bienes sean muy cuantiosos o estuvieren
ubicados en diversos lugares, el juez puede fijar un término prudente para su
conclusión, pero, en todo caso, deberá comenzarse en el plazo antes señalado.

DIFERENCIA ENTRE TUTELA Y PATRIA POTESTAD.

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Patria potestad. Conjunto de derechos que la Ley otorga a los padres y demás
ascendientes sobre los hijos no emancipados para el cumplimiento de los deberes
de crianza y educación a que están obligados, mientras que la tutela es dar
protección social a los débiles y un medio de defensa de los menores y de los
demás individuos incapaces no sujetos a la autoridad paterna, o que están
abandonados o son maltratados.

CURATELA

La curatela es la medida tuitiva que la ley impone a los incapaces mayores de


edad. La curatela puede ser fundamentaría, legítima, dativa, curatela a la persona,
curatela a los bienes, curatela de herencia vacante o curatela al penado con prisión
de 3 años o más. Se da curador al mayor de edad incapaz de administrar sus
bienes, además, el Código Civil establece que son incapaces de administrar sus
bienes el demente (aún tendiendo intervalos lúcidos) y el sordomudo.

ADOPCIÓN

Por adopción; se entiende cuando una persona mayor de veinticinco años, por
propia declaración de voluntad y previa la aprobación judicial, crea un vínculo de
filiación con un menor de edad o un incapacitado. La adopción crea una relación de
paternidad respecto de un extraño, donde la naturaleza no lo ha establecido,
aunque el vínculo jurídico queda establecido exclusivamente entre el adoptante y el
adoptado, permaneciendo este último extraño a la familia del adoptante.

DIFERENCIA ENTRE CURATELA Y ADOPCION

Con base en lo anterior podemos decir que la curatela es una medida que la ley
impone a los mayores de edad que no pueden valerse por si mismos o tener pleno
control sobre sus bienes. La adopción es cuando una persona mayor de 25 años
adopta a un menor de edad creando un vínculo de parentesco.

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