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Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al

sentido de nuestra existencia (I).

por Ana M. González Ramos1

PARTE I. PREFACIO

Capítulo 1: Posibles tensiones mantenidas con el objeto de


estudio:
la banda y yo.

Me ocurrió que en su momento no me gustaban. Me parecían


un nuevo fenómeno social creado por la mercadotecnia, sus
letras y estilo musical me resultaban anodinos. Me enfurecían
incluso, no entendía cómo podían ser tan idolatrados por
algunos de mis mejores amigos.

Así que, la primera pregunta no surgió de un interés


específico por conocerles, sino por la curiosidad generada por
el hecho, incomprensible para mí, de que personas
provenientes de "realidades" distintas, al menos,
aparentemente impermeables entre sí, tuvieran en común su
pasión por este grupo musical. ¿Cómo era posible que "niños
bien" con jersey de cuello redondo y camisa debajo, eso sí,
todo vestido con colores oscuros, se sintieran tan atrapados
por sus ritmos frenéticos como los portadores de chupa de
cuero, rockeros, macarras, punkis, insumisos, drogatas,
encarcelados...? ¡Y no todos, necesariamente, tenían que
comprender al resto de las tribus o ser partícipe de sus vicios y
virtudes!.
En fin, yo me extrañaba de que una fauna tan variada
estuviera seducida por una banda que a mí nada me decía.
Para mí, el hecho de que gustara a tan dispares caracteres y
tribus tan diferentes, confirmaba mi hipótesis: si servía tanto
para unos como para otros, en realidad no podía ser más que
un envoltorio bien apretado con metáforas simples pero
resultonas, sin nada en el centro, hueco en su interior ¿qué
grupo iba a poder calar en unos fans tan variopintos?

Pero, como afortunadamente todo cambia... No sé si a mejor


o a peor, aunque me suelo situar entre quienes consideran
cualquier ocasión que la vida nos proporciona bajo el efecto
panta rei, en general como positivo, a pesar incluso de que las
apariencias inmediatas parezcan indicar lo contrario. Así es
que, digo, finalmente, se produjo en mí la regerenación de las
cosas viejas, ley de vida se dice, y el resultado fue un tanto
inesperado.

Yo no diría que ahora me guste el grupo, más bien, que a


veces, para sentirme viva, tengo que una necesidad imperiosa
de escuchar ese tipo de sonidos que grupos como ellos
producen, y, por tanto, por definirlo de alguna manera, he
llegado a entender su lenguaje, he descubierto el significado
de su mensaje y creo haberme integrado entre esa marea de
públicos que les admiran, más o menos intensamente. ¡Ví la
luz!. Pero no por otra razón sino, precisamente, por el regusto
que me dejaron tras poder entrever lo que verdaderamente
reflejan para todo esos jóvenes. Esa es la razón por la que
ahora me fascinan, exactamente por las mismas cosas que
antes no entendía de ellos, por eso mi admiración, porque
preguntándome por su importancia para los otros, he
conseguido entender otro buen trozo de esta sociedad en la
que vivimos. Y, por este motivo, mi mente se ha valido de
argumentos para redimir a la banda, a pesar de seguir siendo
la misma cosa que antes aborrecía.

Todo ocurrió por causa de aquellos que estaban tan cerca de


mí y eran tan entusiastas precisamente de este grupo, de sus
canciones, de su música incluso, muy a mi pesar. Ellos me
aturdían con sus músicas y con los ruidos explosivos de sus
canciones, murmuraban sus letras como si fueran lemas de sus
vidas, convencidos de su verdad. ¿Por qué razón?. Casi sin
terminar de haberme hecho la pregunta, ella misma me
devolvió con un eco, un avance de su respuesta:
proporcionaba elementos de identificación precisos que se
convertían para los oyentes, en sentidos compresivos de sus
propias vidas. Por eso, esos rockeros que en algún caso no
tenían nada que ver con su audiencia, se volvían sus ídolos,
representaciones de una época desalmada que no
proporciona ningún sentido para nadie, al menos, si nos
referimos a esos "grandes-principios" que en otras épocas,
fueron límites y armas de rebelión para la juventud.

El descubrimiento no fue inmediato, sólo después de mucho


tiempo y horas de rodaje (un amigo me corregiría esa palabra
"rodaje" por la de inmersión en la vorágine sudorosa de una
sala de baile cutre, cabezazos acompasados, mi dolor de
cuello un rato después, saltos arrítmicos...) entre sus melodías
fui consciente de lo que presentó, como causa principal de su
secreto, sus elementos de enganche. No por ser una respuesta
fácil, funciona de una manera simple; todo lo contrario, más
bien, se produce gracias a la conjunción precisa de varios
elementos complejos. Quizá por todo ello, les he cogido tanto
cariño ahora que casi nadie les aprecia. Ana-lizándolos,
aprendí algo más de la sociedad contemporánea y debido a
que ese es el propósito central de mi vida (aunque os parezca
aburrido, puedo asegurar que no lo es y, de todos modos, ya
que cada uno elige sus vicios, dejadme a mí con ése mío) pues
por eso, le dedico este trabajo a sus dos responsables
máximos, mis dos amigos Eduardo y Alfredo (esos que me
torturaban con Extremoduro cuando no me gustaban).

No me gustaría terminar este prefacio sin comentar un par de


cosas importantes. La primera de ellas está relacionada con la
objetividad, me considero todo lo libre que se puede estar de
valores que pudiera causar sesgos debido, precisamente, a mi
inicial desamor y aprecio posterior. De la historia vital de la
banda y sus integrantes nunca he sabido nada, así que no
puedo estar influenciada por otros canales de información, al
interpretar sus letras en relación a su formación, personalidad,
historia vital o circunstancias particulares. Así que nadie
espere que, en este trabajo haya una referencia explícita al
contexto de sus vidas al generar su obra, no es ese mi
objetivo.

Para ser sincera, la única información que poseo en mi


recuerdo sobre el grupo, es un artículo de periódico (El País,
para ser más exacta) que leí hace demasiado tiempo, durante
el final de la que fue la etapa más productiva de la banda. Su
vocalista afirmaba que a pesar de los rumores no eran una
banda de heroinómanos. Cuando argumente a favor de su
discurso pro-legalización y de consumido de drogas no será,
pues, a causa de estas declaraciones sino sustentándome en el
análisis de contenido realizado a las letras de sus canciones.

Mi único propósito es descubrir el sentido profundo de su


obra mediante sus letras y sus ritmos, no enjuiciar sus vidas o
motivaciones. Sobre todo, lo que me importa es poner de
relieve características precisas de esta sociedad, la que ellos
reflejan y simbolizan pero porque afectan a los jóvenes de
hoy. Cuando les achaque propiedades o principios, no irán
dirigidas a sus personas físicas sino al conjunto de sus fans.
Sus aciertos y desaciertos serán un calificativo que todos
nosotros podemos aplicarnos (yo rayo ya la adultez pero
pertenezco incluso por ser una generación más joven que
ellos, a la juventud. Además, no se me criticará esta debilidad
precisamente en esta sociedad, donde se alarga el periodo de
juventud hasta el máximo y se la idolatriza como si fuera el
único periodo de vida que poseyéramos).

El segundo comentario es de otro estilo, de carácter teórico.


Plantea la habitual cuestión, dentro de la sociología, de
plasmar o llegar a una explicación comprensiva del todo a
partir de lo individual. ¿Puede afirmarse sin lugar a dudas que
con solo estudiar las letras de un grupo musical podemos
generalizar sus razones a la sociedad global? ¿Es fruto de las
tendencias societales, las características que se plasman en
fenómenos particulares de la sociedad como pueden ser la
idiosincrasia de una banda de música? Si esto es cierto,
quedaría confirmada la hipótesis de que existe un paralelismo
muy fuerte, entre esta banda y otra más actual, "Estopa",
puesto que la producción artística de esta última tiene un
ritmo y una temática tan cercanas a la otra banda, su
declaración de principios es tan similar que, a pesar de no ser
considerados los unos deudores de los otros, podemos decir
que responden a las mismas vertientes explicativas de la
sociedad contemporánea y de las necesidades de la juventud
española.

Para reforzar esta idea se puede argumentar que, el calado de


un "fenómeno musical" se debe tanto a los actores-activos
como a la audiencia-pasiva que, sin embargo, los re-construye
con su experiencia y dota de importancia y sentido concretos
a la creatividad de los primeros agentes (sobre esta tesis
puede leerse más y mejor en la introducción de Rayuela del
argentino Julio Cortázar, quien le impuso el controvertido
nombre de lector-hembra y lector macho). Así, la emoción que
dió lugar al grupo musical extremeño sigue hasta hoy tan
vigente y, la población juvenil que les escuchaba, sigue
teniendo esa misma sed de respuestas, de modo que éstos
precisan de esos mismos mensajes que planteaban
Extremoduro a una generación anterior y, esas dos bandas
tienen los mismos componentes que impulsaban la
aprobación de su público, a pesar de que las condiciones
objetivas de esos grupos etarios hayan podido sufrir alguna
modificación.
PARTE: II. LAS MELODÍAS TEMÁTICAS

Capítulo 2. LA COMUNICACIÓN IMPOSIBLE: las flores del


campo, el aroma que lo trae el viento y, por supuesto, el
público que lo huele.

Empecemos por un extremo, aunque ni siquiera sea del


principio ni del final, por uno de sus discos, el que se titula
Deltoyá y por la canción del mismo nombre Deltoyá. Sintagma
significativo que se repetirá mántricamente durante el
estribillo, hasta acabar en un sincopado sin-sentido necesario,
despojado de todo sentido, del que necesita el que lo escucha
para comprender su significado. Está compuesto por un
apócope que, como no podría ser de otra forma, la banda
deconstruye "al revés", uyo resultado es una deformación de
la expresión "estar puesto ya del todo" y también "estar
acabado del todo ya". Convertir el "deltoyá" inicial en
cualquiera de esas frases ya es un esfuerzo que puede servir
como entrada al club privado, sólo para los iniciados, que
conforman todos los seguidores y la banda misma.

Pero parece que el grupo quiere conseguir algo más, alejarse


de su audiencia o alejarlos para seguir solos. Para ello,
descontextualizar sus necesidades grupales en pro de la
marginalidad, Extremoduro suele utilizar un lenguaje
barriobajero, procedente del tipo de vida con la quiere
identificarse, y que puede ser otra forma más de conseguir
una adhesión más fuerte de su público específico, pero en
esta ocasión, se deforma hasta tal extremo, al emplear una
mala pronunciación, que parece querer decir: "ni siquiera tú
puedes entenderme". Esta singularidad que acabamos de
explicar es un ejercicio habitual en las letras de sus canciones
y en el sentido proporcionado por cada una de sus
composiciones.

Ejemplos del primer proceso enunciado, es decir, del de


invención de palabras y términos especiales como puerta de
entrada exclusiva para los iguales, tenemos, el caso de la
palabra "malincuentes" formado por la palabra "malos" y la
palabra "delincuentes"; también "cuete nuclear" mezcla de
cohete y cuesco; o, la fonetización de la palabra speed por
"espí".

Como ejemplo de ese segundo proceso, conseguido a través


de la deformación fonética, evocamos de nuevo el caso de
deltoyá que acaba siendo deltóya, pronunciado precisamente
con la intención de perder totalmente su sentido y, de esta
manera, hacer perder la conexión establecida entre oyente y
emisor. A la vez, ese sentido es insignificante en cuanto a su
significado preciso, pues, al repetirse sin cesar, de forma
insistente, se consigue en un eslogan totémico, que hace
trascender al oyente del mundanal ruido a su intimidad y con
un sentido privado, tal como ocurre con la música chill out o
en las oraciones iteradas ante las cuentas de un rosario.

Y, aunque parezca banal, no lo es. La propia destrucción de los


significados que habían sido previamente, meticulosamente
encubiertos a los oídos de los profanos, los no merecedores
de ser incluidos en la tribu, es una forma, a la larga, de
conseguir hacer amigos, sólo con los que puedes tener más
intimidad, con aquellos que nos puedan comprender más
estrechamente, allá donde puedan estar, tras las filas iniciales
de un concierto o en una ciudad lejana escuchando un disco.
Es una forma de convertirnos en especiales, ligados
únicamente por los sentidos del oído y de los sentimientos,
con nuestros iguales aunque sea a kilómetros de distancia.

Pero además puede dársele otro significado. En este mundo,


parece quererse decir, nada representa otra cosa más que la
nada misma. Ni siquiera está a salvo la comunicación,
necesaria, entre la banda y su público, puesto que incluso la
propia persona, el que escucha y el que habla, están perdidos
ya.... "no necesito comunicarme con la voz" o se mantienen
unidos por un cable invisible más fuerte aún.

Tampoco, seguramente, hay un deseo de hacerlo, porque lo


único absoluto es la pérdida constante del sentido inherente
de la vida y de los actos cotidianos de los actores: "cada
mañana empiezo a vivir". La vida, en sí misma, es un hecho
aislado y absoluto, que se define por la imposibilidad de
buscar continuidades, y la única continuidad posible son las
cosas que se viven en el instante preciso, durante la
experiencia cotidiana y personal de la vida.

No se desea enunciar nada similar a un principio moral o


ético. En sus canciones no hay siquiera una moral combativa
en relación a su condición de marginados, la que exponen
como estilo de vida, la que relatan a través de los personajes
representados en sus canciones. ¿Cómo puede moralizar
quien no tiene otro objetivo que ver pasar la vida? "Hojas en
blanco, noches en vela y así me paso la vida entera, sé que
protesto, no me hagas caso, yo a mi manera nunca fracaso". La
nada y la inactividad es la única victoria posible del día a día
del marginado.

Los protagonistas de sus canciones no tienen más principio


que la supervivencia de una jornada más, quizá sería mejor
decir una noche más, pues su vida es por definición
noctámbula. No les queda otra salida más que el éxito sobre sí
mismos pues la vida supone una lucha constante consigo
mismo y con otros dragones más poderosos. Para quien nada
espera, incluso la desaparición es un triunfo. La existencia
humana, se dibuja como una lucha sin cuartel entre principios
contrapuestos "ya me deben de quedar dos neuronas nada
más, las desato y son como el perro y el gato". Convivir con uno
mismo se convierte en una búsqueda continua de identidad, a
pesar de lo cual, no se llegará a ninguna parte: "Por fin
encontré, éste es mi papel, y no hay nada escrito, no hay nada
escrito", no hay valores ni grandes ni pequeños, menos,
normas morales. El ser humano tiene motivos para sentirse
perdido.

Si acaso algo prevalece, son los sentimientos. En general, no


importa las excesivas repeticiones de ideas, las rupturas de
imágenes que se producen en una misma canción, que la
descaracteriza de su sentido completo, o, incluso, las
contradicciones que puedan producirse al aplicar los mismos
versos a contextos distintos, en dos canciones cualesquiera.
Más bien parece que la intención del grupo hubiera sido la de
darse la ocasión de repetir una idea que le gustara, que la
ofrecer un contenido específico y ésta es una manera de
recrear imágenes o ideas que son reflejo de sus sentimientos.
Uno de los versos más reiterados es aquel que simboliza su
propio pene ensangrentado. Mientras en No me calientes que
me hundo ésta metáfora se relaciona con una circunstancia
negativa, se convierte en un arpón que mata a un delfín, en
Prometeo se transforma en un gran orgasmo de placer, que
riega el jardín de su amante. No es un caso aislado, abundan
las representaciones alegóricas repetidas sin cesar, hasta
cansarnos: las sábanas que simbolizan banderas, duendes que
son él mismo, vagabundos que representan la libertad o
incluso ranas que a veces son príncipes encantados y a veces
avergonzados animales que huyen y escapan de una situación
embarazosa..., pero de esas transformaciones que sufre sus
personalidades, se hablará en otro apartado.

Acerca de los valores y grandes principios de la vida, la actitud


ideológica más visible es la de anarquismo, "las banderas de
mi casa son la ropa tendía (...) y los pájaros sin amo" favorecen
el uso de esta identificación política. Aunque ya de por sí,
ofrece una lectura sumamente sugestiva, no es la única que
puede detectarse pues, representa también, un dictamen a
favor de la desobediencia civil y la rebeldía, que
desarrollaremos más adelante. Ahora bien, la rebeldía sin
objetos concretos a los que atacar nos lleva a la contradicción
de que toda acción está abocada al fracaso y, por tanto, la
inactividad es la propia defensa del joven que no de ninguna
manera se percibe, con alternativas de transformación de la
realidad. Y ello, que normalmente es sintetizado en la
culpabilización de la jóvenes como apáticos, supone otra
estrategia para el joven aunque sea en sí misma negativa.
En el grupo esa estrategia viene definida por lo que voy a
denominar "canciones de la aceptación": "no creas que estoy
huyendo si me ves retroceder, espera, que estoy cogiendo
carrera; desafiar la perspectiva del fracaso a la que estamos
condenados". El espíritu rebelde se aplaca y el "dejarse llevar"
es la tónica del luchador que, rendido, espera mejor
oportunidad para saltar; de momento la postura es seguir la
corriente y simplemente, flotar. Cada uno a su manera.
Aunque siguiendo las composiciones de sus canciones, esa
salida, para la banda, está estrechamente relacionada con las
drogas, no significa que todos los jóvenes, aun identificados
con la idea, usen la misma salida, su público se reserva y
ejerce el derecho de compartir o no sus medios de evasión,
puede quizá detectarse distintos grados de participación de la
audiencia: comunión absoluta de ideas y prácticas, asimilación
de las ideas pero no de las prácticas, implicación en los ritmos
o en las letras pero no del resto de los elementos constitutivos
y los meramente asombrados oyentes.

Más ejemplos de esta postura de conformidad son las


canciones Correcaminos estate al loro, La carrera, Abre el
pecho y registra donde prevalece, como se dice en la escena
final de Quemando tus recuerdos, vivir en un vertedero,
acostarse con la luna, pues "qué importa ser poeta o basura".
Es decir, da lo mismo una cosa que la otra: "no sé si atracar un
banco o irme a desintoxicar, ¿para qué quiero el dinero? si todo
me sienta mal". La aceptación viene de la mano de las drogas:
"me cuelgan las arañas, voy a empaparme en gasolina a ver si
prendo" en clara alusión de que la gasolina, energía vital para
las máquinas o las drogas en su caso, van a hacer explotar a
su ser interior adormecido y/o para acabar en un final
hecatómbico.

Normalmente, esas canciones están marcadas con un deje de


desesperanza, se sitúan en el polo contrario al del resto de las
canciones, donde la bravura de su genio representa
situaciones de una violencia osada, casi heroica. Hablan del
caos social, de los desastres naturales o de la vida salvaje del
delincuente y del terrorista. En ellas, las historias tienen el
sabor de una película feliz de Hollywood, "vivir a la deriva,
sentir que todo marcha bien, volar siempre hacia arriba y
pensar que no puedo perder". Pero el happy end no proviene
de la bondad o de las buenas cualidades del protagonista,
sino de la fidelidad hacia el único principio posible a seguir
por la humanidad: la rebeldía y la destrucción de los cánones
sociales.

La protesta sólo porque sí (como dice Rousseau: "que siempre


es algo"), es la única salida pero ¿cuál es el camino? ¿hacia
dónde hay que dirigir la marcha?. Sin rumbo, sólo a
contracorriente. Este es el único símbolo que respeta el
insumiso permanente, la insubordinación incluso a sus propias
reglas: "cada minuto marco un punto al que debo llegar y noto
que me vuelvo a sublevar". Al final, sólo nos queda ese
estruendo de tormentas "desato tormentas sin rechistar",
"corre, corre que ya está aquí, hay tormenta y yo me tiro al
mar, me abandono, no me voy a ahogar, y ahora arriba soy el
huracán".

El anarquismo es la doctrina que más fácilmente puede


identificarse en el conjunto de sus composiciones, tanto por
su estética, la manera transgresiva de exhibir sus ideas, "de
una patada rompo el sol, mis ventanas muros son, ni tengo
puertas ni balcón", como por su propio mensaje, que se está
construido bajo el paradigma del nihilismo más absoluto
"somos microbios venidos a más" y como tal "ya te habrás
dado cuenta, no estoy domesticado, me follo hasta las cabras,
me cago en los sembrados".

Porque, la posición que Extremoduro mantendría ante el


debate roussoniano-hobbesiano acerca de la naturaleza del
hombre, sobre si éste es un salvaje bueno o un lobo que
necesita de un leviatán que lo domestique y controle, sin duda
les llevaría a decantarse a favor del primero: la sociedad es
quien corrompe al animal racional, "se apagaron los colores, se
encendió la humanidad" o, también, "de pequeño me
impusieron las costumbres, me educaron para hombre
adinerado pero ahora prefiero ser un indio que un importante
abogado. Hay que dejar el camino social alquitranado porque
en él se nos quedan pegadas las pezuñas, hay que volar libre al
sol y al viento repartiendo el amor que tengas dentro".
Probablemente, la sociedad es para ellos un artificio que nos
enmascara, que transforma nuestra verdadera naturaleza,
únicamente permite la falsedad y da lugar a la hipocresía, al
menos "sin normas no hay que fingir. Subo al cielo desde un
ciego aunque no haya quien me entienda", de la canción
Resolución.

La sociedad queda definida únicamente a través de lo


negativo, somos prisioneros del sistema, del trabajo y por
supuesto de la policía, vivimos en un Estado policial. La única
forma de liberar al alma humana, libre por naturaleza, es
descontrolar en la noche, con las drogas, ni siquiera
completamente con las relaciones sexuales, que no siempre
son vistas de manera positiva. En Pedrá hay un mensaje
clarificador: "la verdad sólo tiene un sentío, no me obligues a
engañar, si te crees toas mis mentiras, que vacío debes estar".
Su espíritu rompedor incluso se permite el lujo de espetar en
la cara de su público sus dobles verdades que, seguramente,
son las que más gustan, a su vez, a su audiencia. Sus
principios: ninguna moral, acompañada por alguna dosis de
sentido práctico en la vida.

A todo ello, se contrapone el mundo de los sentidos que son


expresados de una forma muy especial, en primer lugar,
responden a la necesidad de usar un lenguaje prototípico de
la poesía urbana, en segundo lugar porque es la mejor
manera de llegar al mundo de los sentimientos que, en sí
mismos, contienen un valor propio en el ideario colectivo de
la banda. Este aspecto no es demasiado evidente si se tiene en
cuenta que, como se demostrará más adelante, Extremoduro
son por encima de todo una banda masculina: utilizan un
lenguaje masculino, en un universo masculino, donde sus
iguales, con los que se mantiene una conversación real o
ficticia, son casi siempre otros hombres. Por tanto, su
planteamiento de la vida es casi siempre machista, y esto los
debería alejar de los sentimientos que, por cultura y tradición,
son cualidades de mujeres.

Pero no adelantemos argumentos, pues precisamente esta


circunstancia nos permitirá dar cuenta de la importante
transformación de los roles de género que estamos
protagonizando todos los jóvenes contemporáneos en la
actualidad, tanto hombres como mujeres. Y, de cualquier
modo, lo que nos traía hasta aquí es la evocación de los
sentimientos, trastornados por la percepción sutil de los cinco
sentidos y a los que los componentes de la banda dan un
lugar preferente en sus canciones.

Todo lo cual nos lleva a una de las ideas más fuertes de su


mensaje y que, probablemente, desemboca en la formulación
de uno de los mensajes que más influencia tiene en su
audiencia: los sentimientos quedan por encima de la razón y
de todo lo demás, si bien no se abandona totalmente el
sentido práctico de la vida, para el cual es imprescindible el
uso del raciocinio. Sin embargo, la idea principal es que
debemos olvidar esa característica humana, pues nos ha
llevado a la destrucción del planeta, al control policial en
todos los términos de nuestra vida, en definitiva, a la
infelicidad. En Jesucristo García se aclara todo "razonar es
siempre tan difícil para mí. Que más da si al final me sale todo
siempre bien del revés", es decir, siguiendo mi propio curso sin
mayor razón, consigo sobrevivir que es el objetivo de
cualquier ser vivo, del ser vivo que es el hombre, una cosa
segura que tenemos sobre él.

Sus canciones siguen una cierta pauta aunque solo sea


siguiendo el curso de las múltiples iteraciones de imágenes y
tópicos. De modo que, mirando a través de ellas, puede verse
la continuidad de sus ideas que hubieran quedado en otras
canciones medio enunciadas o que, teniéndolas todas en
cuenta, quedan completas. En Emparedado se continúa los
versos mencionados previamente: "sé que protesto, no me
hagas caso, yo a mi manera nunca fracaso. Soy el guionista de
mi única novela y siempre gano y me caso con la buena".
Sobrevivo sin hacer nada, es una particularidad contextual y
social que ha desarmado la forma de vida de las generaciones
anteriores, que debieron trabajar mucho más duro para
encontrar un camino propio hacia la adultez; hoy los jóvenes
no necesitan de ese duro esfuerzo para emprender las mismas
obligaciones características del adulto. Forman parte de la
economía de los estados, hasta a su pesar, a través del
consumo, sin tener una solvencia económica asegurada son
capaces (obligados, incluso) a adquirir bienes y servicios. Y,
cómo no sentirse apartados de la sociedad, cuando ésta no
hace más que incluirla casi siempre para lo malo, valga este
ejemplo: son protagonistas de un problema, a pesar de no
haber una conciencia de maldad, se les considera enfermos de
alcoholismo aunque no padecen aún rastros de esa
enfermedad, se les acusa por un comportamiento que puede
no tener continuidad en el tiempo lo que sí lo convertiría en
un verdadero problema; en definitiva, la alarma social amplía
la brecha generacional y la incomunicación.
La inmediatez es otro valor imperante entre los jóvenes de
hoy. Puede situarse su raíz en el movimiento hippie que, por
supuesto, también es otra de las fuentes de las que se
alimenta el grupo. Vivir al día, decía, es otro de los, ya no diría,
principios, sino prácticas sin más, de la juventud. Y es que,
esto es lo único importante para los "sin futuro", los que son
conscientes de la dificultad para encontrar un lugar en la
sociedad de los adultos, en forma por ejemplo, de integración
en el mercado laboral: "y tu que te preocupas por culpa del
futuro cuando ya no te quede será cuando te enteres que ya
estás, ya estás más que enterrado en vida. Tú en tu casa,
nosotros en la hoguera".

Dejar de vivir por miedo al futuro es otra de las formas de


esclavitud de la vida, tal y como se entiende hoy día. Las letras
de sus canciones denuncian ese hecho que no forman parte
de un discurso sino de una práctica cotidiana de la misma
juventud, cualquiera que sea su afiliación musical o tribal. Esto
también se refleja en el estilo de las canciones del grupo, pues
generalmente, todas las historias están contadas en presente y
en ningún otro tiempo verbal.

Las letras están aderezadas por el tono con el que se


enuncian, la prosa poética profundamente urbana, a pesar de
las alusiones al mundo rural del que procede el grupo, se
vuelve casi siempre brusca y chirriante "cada mañana, bajo al
infierno y el diablo me lee cuentos, yo solo canto y digo que son
poesías ... hago un esfuerzo pa fuera y luego pa por dentro, pa
reventar haciendo mucho ruido, hay quien pensaba que era un
nuevo Dios naciendo y era un peo de un exquisito cocido",
especialmente porque la canción parece mostrar a uno
mismo, como idolatrados trovadores de la canción cuando, en
realidad, no es más que un estruendoso pedo.

Rozando el mal gusto se produce, precisamente, una nueva


ocasión de alejamiento de la sociedad, de los bienpensantes
que les prejuzgan y de los pijos que no les comprenderán
supuestamente, puesto que ellos se sitúan en el underground
y la anomia y, sobre todo, se encuentran en soledad. Autores
como Douglas Coupland intentan ofrecer una explicación del
sentido que motivan a los sujetos de las "generaciones
perdidas" de nuestra época, otros como Burroughs y
Bukowski, que se consideraron ellos mismos sujetos perdidos
de sus propias generaciones, definen su existencia en torno al
sentimiento de aislamiento y separación. El individualismo
societal ha crecido tanto desde el pasado siglo XIX, que
podemos decir sobre la actualidad, que vivimos en el cenit de
esa época de liberalidad e individualismo, auspiciada por
teóricos como Stuart Mill o Adam Smith.

No estamos hablando de si nos gusta o no, de si es éste u


otro tipo de individualismo, simplemente, que es el reinado de
este estilo de vida, este sentimiento es el que protagoniza
nuestra cultura contemporánea. En la ciudad o en el campo,
entre quienes se automarginan o los marginados, los que sólo
quieren sentirse miembros de su grupo o quienes buscan a
otros para entenderse, para todos, la interiorización de
nuestra forma de vida hace florecer en nuestras mentalidades
esa impresión nada agradable de que estamos solos y que
sólo nos tenemos a nosotros mismos.
Claro que existe la familia y el grupo, incluso en la
escenografía compuesta por Extremoduro tienen un lugar: se
refiere a sus padres en Perro Callejero o en La Carrera, pero
sólo como coro del tema de la canción, se la dibuja con tintes
hippies en la contraportada del disco Deltoyá en un dibujo
posiblemente autobiográfico del deseo de su propia vida, se
les pide perdón en Historias Prohibidas (nos tiramos a joder) y,
finalmente, se les recrea a la Sagrada Familia en Jesucristo
García, pero su función es más de consuelo ante la evidencia
de la soledad, que el órgano estructurador de la sociedad que
significó en otras épocas históricas. No es, como ocurría en las
sociedades tradicionales, el eje central de la vida de los
grupos, hoy el centro de nuestro mundo es uno mismo.
Convertirse uno mismo en regidor de nuestra propia película
es una necesidad imperante: "decidí, aprender a hacerme yo la
maleta para poder vivir".

Así pues, el interloculor por excelencia de la banda es el


individuo, en especial el hombre, y no lo debemos leerlo en
sentido genérico, en el sentido de humanidad, sino específico,
como el hombre masculino. En primer lugar, por las vivencias
relatadas, sacadas de su propia experiencia, la de los varones;
en segundo lugar, por la importancia secundaria que tiene la
mujer en sus historias, tema que será tratado más adelante; y,
en tercer lugar, por la forma en que se desgrana los relatos de
las historias en sus composiciones. Éstas se asemejan a
cualquiera de estas dos situaciones: las conversaciones de bar
entre los colegas o los pensamientos internos de uno consigo
mismo. Ambas fórmulas proporcionan la oportunidad de
hablar llanamente, también de las necesidades fisiológicas, sin
temor a ser tachados de veniales o de sentirse coartados por
las imposiciones morales que la sociedad impone, más difícil si
el receptor fuera una mujer.

Que el destinatario sea en todo momento otro hombre, o por


defecto uno mismo, permite la crítica a las funciones
asignadas tradicionalmente a los pater familias sin ningún tipo
de pudor. Este modelo sigue siendo el enseñado a niños,
niñas y jóvenes de nuestro tiempo, con el objeto de
desarrollar lo que supuestamente será su rol posterior como
adultos. Esa función, por las dificultades de encontrar un nicho
laboral, se está viendo fracturada, con la consecuente pérdida
de sentido. Además, si uno se cree realmente la revolución
femenina o feminista, dependiendo del enfoque que cada uno
le dé a ese proceso de cambios, protagonizada por las
mujeres o las compañeras de los hombres, el modelo de
familia y de la figura del marido como su eje central, sufren
otra quiebra importante. Por último, los patrones de actuación
del hombre ya no tienen utilidad y suponen una indefinición
de los papeles que se ha de cumplir, esa es la tercera grieta
por la que se deslizan la utilidad de los modelos antes útiles.
Por todas partes, la confusión es la tónica del individuo
contemporáneo.
Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al
sentido de nuestra existencia (II).

por Ana M. González Ramos

Capítulo 3: CANCIONES DE AMOR que suministran dosis


de heroína

El amor siempre ha sido uno de los asuntos más tratados por


poetas y trovadores, incluso si su intención era hablar de
política como es el caso de los trovadores o incluso cuando la
intención es mostrarse "duros" como en los grupos heavy-
metal. También Extremoduro hace alarde de un romanticismo
que, en mi opinión, no es tal. Pero empecemos por la idea
más simple que suele ser por regla general, la que puede
exponerse a través de la magnitud de cantidad, para luego
poder ir desbrozando el terreno hasta acceder al sentido más
complejo.

La palabra amor es raramente utilizada por el grupo a pesar


de su intención de reflejar historias amorosas. Como veremos,
ello es debido al sentido que se le da a este concepto en
términos generales. Sólo se la menciona en quince ocasiones
y están relacionadas con las siguientes ideas.

1. Un amor que se ha ido, que es imaginado y hiere de algún


modo. Es decir el amor tiene un paralelo en la idea de
desesperanza (7 veces). El amor se espera, se recuerda, se
despierta en forma de india tras tomar un ácido, es una flor
desgarrada e incluso, en Todos me dicen del disco Agila, el
autor dice: "pergeño una historia de amor... es angustia
existencial". Destaca la canción Amor castuo donde se mezcla
esta desesperanza con la evocación de una figura que permite
la masturbación. Sobre la masturbación como centro de la
actividad individual hablaremos más adelante.

2. Se trata de una necesidad sexual (3 veces). Las drogas y el


amor son una necesidad vital para los artistas, se huele el
amor resudado, se invoca en fantasías sexuales, como ya se
dijo en el caso de la canción Amor castuo, o se relata en clave
humor: debido a las vueltas que se dan en el amor, se mueve
el Amonal provocando una explosión, sexual claro pero
también del coche bomba.

3. Finalmente, y aunque parezca extraño, se utiliza


repetidamente, en dos de sus canciones donde se habla del
amor en un sentido humanista. La primera de ellas es Ama,
ama, ama y ensancha el alma que fue incluida, a su vez, en
dos discos diferentes Deltoyá y en Iros a tomar por el culo. La
segunda, se incluye en ¿Dónde están mis amigos?, aquí se
afirma que su bandera es de todos los colores y de amor.
También en este apartado tendría que incluirse la mención al
amor que se hace en la canción Villancico del Rey de
Extremadura donde se menciona hasta tres ocasiones la
palabra amor en clave de sorna, pero se le menciona
únicamente porque se versiona el famoso Noche de Paz.

Puede argumentarse que no sólo se evoca al amor cuando se


le nombra. Como es cierto, propongo la siguiente
comparación, la oposición del número de veces que se alude
al corazón y a la cabeza, ejemplificando con cada uno de estos
dos conceptos el mundo de los sentidos y el de los
sentimientos frente al de la razón; de esta manera, estaríamos
dando lugar a la comprensión de una metonimia donde el ser
humano fuera sustituido por su corazón o por su mente,
dilucidando a través de este método, también, cuál es la
imagen que el grupo tiene del hombre. Este es el resultado:

Las menciones que se hace de la "cabeza" suelen ser de tipo


instrumental, puesto que: la cabeza duele, uno se puede
poner cabeza abajo o puede a uno faltarle... Sin embargo, el
corazón suele utilizarse como sustituto de la persona, del ser
humano que protagoniza cada historia. Así, por ejemplo, es de
su corazón y no de su cabeza o de su mente, del lugar de
donde proceden los animales que se imagina o de donde
surgen distintos elementos que son sus propias, y distintas,
personalidades (en Cabezaabajo o en Agila).

De aquí procede el siguiente análisis sobre quién es el


personaje que se perfila tras las letras de las canciones de
Extremoduro, el corazón sería:
- Mitad de coca y de caballo.
- Acorazado como un callo.
- Perdido un mes de mayo en un bar donde se moja, con luces
rojas.
- Perdido.
- Como una lata de cerveza.
- Corazón helado.
- Embalsamado como un cebo.

Y también se puede que decir que de él, el corazón, se puede


hacer usos diferentes, todos ellos marcados por la relación
dialéctica que , en todo momento, el sujeto mantiene
interiormente consigo mismo:

- Royendo.
- Comiendo.
- Chup, chup, es decir ser chupado.

Lo cual nos ofrece una imagen bastante vampiresca del


personaje, del todo concordante con el estilo de vida
preconizado por los modelos de sus canciones, puesto que la
noche es su momento de expansión y vida, con este carácter a
su servicio, uno se puede permitir vivir del resto de la
sociedad mientras se pueda, al mismo tiempo que, se facilita
la asociación con la idea de marginalidad, necesaria para
completar la imagen del personaje que se configura como
protagonista de sus historias. También es f ácil evocar con
ésta, la idea del yonki como el vampiro de la vida
contemporánea (The Addiction, 1995, Abel Ferrara). Otra
lectura de esta imagen, nos viene de la mano de la historia
contada en Romperás, donde el amor imposible,
incomprensible: "tu cabeza, que tristeza, cómo quieres que sepa
cuando te hace falta más" es una luz que destruye "me abrirás
con tu luz, duermo todas las noches dentro de un baúl" porque
su vida es sobre todo nocturna, porque se vive de espaldas a
la vida del trabajo y de las responsabilidades, casi siempre
ligados a la vida diurna, y porque con ello, se habla de la
muerte, metáfora de la vida que transcurre en el constante
alucinamiento de las drogas y, finalmente, porque los ataúdes
suelen ser nichos para una sola persona, con lo cual se
refuerza la idea de soledad y aislamiento. Entonces, el único
final posible, es el abandono "y te irás y esta vez romperé mis
poemas, quizás pensaré".

El amor no es desde luego, esa idea elevada que prevalece en


otros contextos como filosofía suprema de la Humanidad.
Otros elementos lo superan con facilidad, por ejemplo, en El
duende del parque se promulga "a codo con la sinrazón voy
navegando, que a codazos con mi corazón voy dando tumbos,
que encuentro un poco de calor, hoy no me derrumbo, que una
chica me sonríe demasiado para mí. No arranco flores para ti
¿qué culpa tiene este jardín? Si a ti te va coleccionar bellezas de
origen natural". Las flores del campo además, tienen una
simbología especial, son la representación de la libertad y a
veces, uno mismo se personaliza en ellas mismas. "Necesitan
estar a su aire", se explica más abajo, "sembradas en el campo
como a ellas les gusta estar".

A pesar de lo dicho hasta ahora, cada vez que aparece un


interlocutor convertido en persona, éste es una mujer. A veces,
más que con ella, se dialoga interiormente y en silencio con
ellas, poniendo en claro sus sentimientos, mostrando las
dificultades de entendimiento que se derivan de cualquier
relación amorosa. Es el discurso del ebrio, que se dice a sí
mismo, sin pronunciar verbalmente una sola palabra; sólo
existen pensamientos tristes, desamores o reproches a esa
mujer que, o bien es una posible pareja o, simplemente, la
amante de una noche. El personaje recreado por Extremoduro
necesita de la mujer pero no por sus cualidades de compañera
o amiga sino por las exigencias físicas y puramente biológicas;
ni siquiera se las necesita para seguir los sinsabores del día a
día "...y yo me quedo en casa, no necesito tenerte cerca cuando
vomito".

En esta última canción, parece que el problema se sitúa en la


confianza del que sabe que nadie podría aguantarlo con ese
mono. Quizá surja como reacción a la necesidad de hacerse
fuerte uno mismo, de la necesidad de tenerse únicamente uno
a sí mismo y de imponerse una coraza de defensa, pues
siempre se considera uno el único perdedor, ese sentimiento
derivado del inmenso egocentrismo, tan habitual para los
individuos que nos sentimos centros de todo el Universo. Y,
ésta es, precisamente, la circunstancia que posibilita el
acercamiento hacia el protagonista, que genera la debilidad
que sentimos por el protagonista. Incluso se hace especial
para nosotras las mujeres que a menudo nos imponemos la
obligación de cuidar a los débiles, esa falsa fortaleza nos
permite sentirnos muy próximas al personaje, ya sea para
protegerlo o para reconocernos en él, pues ¿quién está tan
sobrado de sí mismo que se considera infalible siempre, y no
se reconoce en el innato perdedor de todas las causas?. Todos
apetecemos de acercarnos a esa persona para quererlo o por
que le comprendemos hasta el final, y ahí es donde,
justamente, surge la identificación. Es la viva imagen del duro
Humphrey Bogart hecha carne y redivida.

Si volvemos a la canción Romperás podemos completar el


sentido de esas historias de amor pertrechadas en sus
canciones, éstas siempre están abocadas a la desilusión y al
desamor: "tu mirada, qué chorrada, cómo quieres que cuente
estrellas, si hace tiempo me lo invento. Soy el amo del
firmamento metido en mi disfraz de hombre normal". De
alguna manera, parece querer decirnos que toda historia de
amor nos hace ponernos un disfraz, contrario a nuestra
naturaleza salvaje, el amor será pues una de esas excusas
empleadas por el hombre para volver inevitablemente a jugar
el juego de la sociedad y por tanto, a integrar esos roles que
se le habían asignados por derecho y por gracia de la
socialización y normativización odiada. Por eso mismo, ese
papel nos hará, finalmente, sentir desgraciados y
decepcionados de nosotros mismos. Entonces, aún
necesitando a veces de las mujeres, es mejor no hacer uso de
ellas porque nos llevan a situaciones que contrarían la
naturaleza de hombre o, de otra parte, a un sentimiento de
dolor tan agudo, causado por el abandono, que si uno no se
cubre las espaldas y defiende de las expectativas de la mujer,
cuya naturaleza parece estar más en consonancia con las
funciones sociales, puede caer.

Para que no se me acuse de juzgar a la ligera estos hechos,


expondré más ejemplos que confirman esta secuencia de
acontecimientos. En Adiós abanico, que llegó el aire se muestra
con especial clarividencia la autopercepción del hombre que,
tras la desilusión de su pareja, reconstruye su personalidad de
esta manera: "despistado, descosido, estoy cansado, no he
dormido y cada día me gusta un poco más. A tu lado he
aprendido -¿y qué ha pasado? - que me he perdido y cada día
me gusta un poco más". Y el protagonista se refugia en su
escondite preferido, las drogas, que a veces se convierte en
mujer y viceversa. Si no me creen, vuelvan a leer este pasaje
pensando en la heroína y en vez de en una fémina y verán que
la lectura es comprensible totalmente.

La tensión entre la vida en libertad, que impone la necesidad


de no tener obligaciones con una mujer, y la necesidad
biológica de mantener relaciones sexuales con ellas, queda
patente en Desidia donde se dice: "desde que tú no me quieres
todo se me viene abajo, quiero comer donde me entre el
hambre quiero dormir donde me entre sueño, huyes de mí
como un enjambre, y harto estoy de follarte en sueños". Y aquí
como cada vez que se menciona a la mujer de una forma
positiva, se la identifica con un hada, pero sólo para añadir
que ella forma parte de otra pareja y que su amor es fruto de
una infidelidad, al fin, nuestro protagonista le pide "deja ya de
joderme con tus historias, solo quiero sulfatarte a todas horas,
quiero comer donde me entre hambre, quiero dormir donde me
entre sueño".
Como decía antes, no queda muy claro porqué la relación con
las mujeres es tan difícil, puede ser por los obstáculos de la
comunicación, por los conflictos surgidos de los intereses
contrapuestos entre ellos y ellas o por su propia personalidad.
También al inicio de Romperás se habla de todo ello con una
nota de esperanza pero, como siempre, tintada de una
profunda tristeza. Según ella: "romperás con tu voz, mil
silencios que habitan mi corazón" que le permitirán "olvidar de
un tirón todo el tiempo que paso esperando tu amor, cambiaré
de color, voy a pintar de verde la luna y el sol, y al final ¿quién
soy yo?". De nuevo la reflexión en torno a la pérdida del
sentido y la propia personalidad, ahora acompañado por un
manifiesto de buenas intenciones: "a ver si me lo aprendo y me
sale mejor", ¿la relación? ¿Su yo sin contradicciones, del que
hablaremos después? Ciertamente, la etapa de
enamoramiento suele ser una fase de luz y de apertura pero
sin remedio, al finalizar ésta, se vuelve uno a su rincón y a
ponerse la coraza de frialdad, uno vuelve a convivir con la
única compañera posible, la soledad (Amor castuo) que a
veces se convierte en una ruina o en la luna.

Y, como si fuera un remedio contra la desesperación, se acude


a la objetivización de la mujer y a dotarla de los peores
atributos: "cada vez que la miro se me encoge el alma, cada vez
que te miro te como el higo, cada vez que la miro me como el
tarro, y cada vez que la miro me tiro al barro", con las rimas
más fútiles y peor sonantes, se emplea las vulgaridades más
burdas cual si fueran un talismán que hace alejar los males del
amor. Varias veces se menciona de alguna forma, la siguiente
fórmula como apropiada en relación a las mujeres, "te miro, te
tiro y me piro sin más".

Como elemento seductor, la mujer se fusiona con la droga


mezclándose e indiferenciándose en la mayoría de las
ocasiones, entre las letras de sus canciones. La misma relación
de amor-desamor se da con las mujeres que con las
sustancias adictivas, a las cuales, como ocurre con la mujer, se
acude por necesidad, para sobrevivir. Pero es obligatorio
alejarse de ellas para poder ser un ser humano normal, claro
que para la banda ¿cuándo se es "normal"?: cuando está
drogado, o cuando forma parte de la vorágine de la sociedad.
¿Ocurre del mismo modo que antes ocurría cuando se tenía
una pareja? ¿qué significa la normalidad para los
Extremoduro? La respuesta es ambigua, quedará, como casi
siempre, entre las fauces de las metáforas que dan lugar a la
poesía y que cada lector-oyente interpretará como mejor
entienda o prefiera.

Pero antes de adentrarnos en ese terreno pantanoso de la


identidad y de la construcción del yo, trataré de demostrar la
tesis relativa a la identificación entre mujer y droga. En esta
estrofa de Salir la imagen ofrece una relación biunívoca, que
produce la confusión, "no sé si son tus besos o este tripi que me
sube, ya no me acuerdo de ná, que todo era de colores", y, por
si lector aún quiere decantarse por la identificación con la
mujer, el poema sigue así: "-¿Dónde estarán los besos? - se los
han quedao las flores" en clara alusión a los efectos de las
drogas y, una nota más a favor de esa versión, la heroína se
saca de las flores de las "ama-polas".

En otro ejemplo procedente de la canción Con un latido del


reloj, la correspondencia se produce en una dirección que va
de la mujer a la droga. En esta ocasión, la primera es la
protagonista exclusiva de la estrofa pero puede transformarse
en esa sustancia psicotrópica que alienta su vida diaria y con
quien también mantiene una relación destructiva: "ya sé qué
quieres, ya sé qué intentas, tenerme todo el día metido en tu
despensa, dime ¿quién eres? ¿qué te atormenta? Te doy todo mi
esperma y no sé si te alimenta". Por el dato del esperma es
evidente que se refiere a una mujer, eso sí, excesivamente
posesiva que quiere mantenerlo bajo su poder, de la que hay
que huir porque "no necesito estar tan cerca de ti". Ahora bien,
si esa imagen femenina se sustituye por la imagen de la
adicción, el mensaje permanece igual de coherente. La
relación maldita le aturde hasta encontrarse como dentro de
una despensa, no sabe quién es ni lo que quiere de él, se
alimentan continuamente el uno al otro, necesita estar alejado
de ella, quien quiera que sea, porque le agota y le quema. Un
poco más adelante, en la misma canción alguien llama a su
puerta y "abro la puerta y soy yo también quien entra".

En Sol de invierno, la dirección de correspondencias es la


contraria, se escenifica su relación con las drogas como si
fueran una pareja aunque, como tantas reales, desigual,
formada por un ratón que cree haberse llevado al pilón a la
reina de las aves. Posteriormente el narrador se da cuenta de
que "ni ella era la reina de las aves ni yo le puse cara de ratón,
ni ella iba volando por el cielo ni me comió el corazón chup,
chup. Y su calor es como el sol, poco a poco voy poniéndome
moreno, y su calor es como el sol, no te acerques tanto que me
quemas los pelos. Sudando para ti, para ti, para titirititirití"
simula un escalofrío de vuelta a la consciencia.

Posiblemente, donde la imagen queda más clara es en Su culo


es miel "no sé... sin ella no puedo volar", le dice a la chica que
parece estar conociendo en ese momento, "me paso el día
esperando y sé que cuando sale: hasta las flores se salen, sólo
pa ver cuando asoma", todo el mundo sale a ver a esa chica
tan guapa, hasta los restos de las drogas en su cerebro, como
si fueran unos colegas más, "tu carita de amapola" denota una
personifica de la chica con la flor de amapola, a la cual no me
parece preciso hacer más alusión, ella, sea quien sea, la droga
o la mujer, "sale a verme la cola" ¿la cola de diablo, personaje
con quien se identificará en otras canciones, o hay que
entender su miembro viril y pensar en ella como una mujer
interesado sexualmente por él?

La encarnación de una en otra también se produce en


Bribribliblibli (en el más sucio rincón de mi negro corazón)
donde para acabar con las pesadillas, nuestro protagonista
evoca sus ensueños más amables hasta que al final consigue
ese ansiado estado de bienestar que da tanto el sexo como las
drogas: "Me coge de la mano y yo me sueño con tu pelo, para
estar tan colgado" ¿de amor o de drogas? "Hace falta echarle
huevos", por lo que, debido a lo que se dice en ese último
verso, me decanto por la segunda interpretación y no por la
primera.

También es importante destacar que para la banda, las drogas


es un principio vital: "...hashís, caballo y cocaína pal que
compre, pues ya lo dijo dios: no sólo de pan vive el hombre".
Pero aún más importante, es que a través de ellas se toma
conciencia de las injusticias del mundo, ofrece la lucidez de los
marginados, por eso la paz se encuentra en ella... "me gusta
poder elegir, no me gusta tenerme que callar, si no encuentro
drogas por aquí, no me gusta, no me gusta nada este lugar" en
El duende del parque. Así, en estos dos versos "me has alterado
poniéndote a mi lado, yo que vivía tan feliz en un tejado"
pueden interpretarse en dos sentidos:

1.- Esa mujer me ha puesto en otra dimensión, "yo que


andaba tan feliz conmigo mismo". Incluso por el elemento del
tejado que se utiliza en otras composiciones en este mismo
sentido, podría interpretarse "feliz, colgado en las drogas".

2.- Pero también: "las drogas me han dado otra visión, yo que
andaba feliz sin darme por enterado de los problemas", en el
tejado o en la superficie, en la sociedad, en la vida real.
Es cierto que en otras canciones (Pepe Botika o Emparedado)
el tejado se utiliza para designar la libertad o el estado de
limbo conseguido con las drogas, lo que nos obligaría a
aceptar la primera interpretación. Pero, por otro lado, las
contradicciones y el uso de metáforas contrarias, es tan
habitual en las composiciones del grupo, que no me parece
estar forzando ninguna interpretación.

Un último ejemplo, esta vez procedente de Cabezabajo,


canción especialmente rica en ideas y recursos. La historia
narrativa cuenta cuál es la relación de dependencia con
respecto a las drogas y el efecto que las sustancias
estimulantes causan sobre su organismo: "probaré la droga,
una de cada y volver fiel a repetir, pa encontrar la que más me
degrada y abrazarme a ella hasta morir". No cabe duda de que
se dota a las drogas de rasgos típicos de un ser humano y,
sobre todo de cualidades propias de una mujer, al menos la
de abrazar.
Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al
sentido de nuestra existencia (III).

por Ana M. González Ramos

Capítulo 4. LOS DUROS EXTREMOS DE EXTREMODURO, la


llamada a la rebeldía, cabalgando sobre la espuma del
mar.

Según se desprende de sus letras, para los integrantes de la


banda, las sustancias estupefacientes posibilitan una
capacidad mental especial, que les hacen ser más lúcidos
respecto a cierto tipo de realidad relacionada con la
marginalidad y la injusticia social. La identificación con el
marginal es la razón de su propia marginalidad:

"Por conocer a cuantos se margina, un día me vi metido en la


heroína, y aún hubo más, menuda pesadilla, crucificado a base
de pastillas. ¿Cuánto más necesito para ser dios?".

La metáfora es al menos atrevida, por cuanto coloca a la figura


de Jesucristo, en el supuesto de que su historia se desarrollara
en la actualidad, en el lugar de un individuo marginal, un
yonki, personaje que además se revierte en el imaginario
creativo de la banda, de una simbología especial e
importantísima.
Además de esa lucidez que proporcionan las drogas respecto
a los asuntos externos, a ellas también se les achaca la
capacidad de obtener más sinceridad con uno mismo,
liberación de prejuicios sociales. Por ejemplo, en Historias
prohibidas (nos tiramos a joder):

"Esta historia que vá, nunca nadie se atrevió a contar, me


acuerdo muy bien, sucedió hace mucho tiempo atrás, no
había de comer y me faltaba tiempo para pensar, mis
prejuicios maté y nunca más los voy a desenterrar, comíamos
hiel, vomitábamos sin descansar, ahora tengo sed, recuerdo el
whiski atravesando mi piel".

Todo ello conlleva una llamada al inconformismo que, sin


duda, ha contribuido a la adhesión incondicional de ciertos
sectores de la juventud hacia su música. Realmente, las críticas
que se proyectan en ellas, son lugares comunes para los
jóvenes de hoy.

No hay que esperar de ellos una declaración de principios


concretos, en realidad, no innovan ningún elemento, sólo se
repite aquellas cosas que ya todos sabemos y que queremos
seguir denunciando. Así, la amplia aceptación, la fácil
permeabilidad de los ritmos y las letras en tantas tribus
distintas, se explicaría por que, al fin y al cabo, para todas ellas
existe algo común, un contexto social, una experiencias, los
mismos deseos. Incluso, a pesar de poderse producir lecturas
o mensajes distintos a las expectativas de fans, nunca serán
contrarios a sus deseos y la apetencia de sus sentidos, pues
siempre tienen como diana de sus ataques a los mismos
enemigos eternos.
Antes de comenzar a enumerar cuáles son esos adversarios
estructurales, me gustaría incidir en dos circunstancias
particulares: la forma en que se dice el mensaje y el punto de
partida desde el que se pronuncia la denuncia, ambos están
relacionados y dan lugar al mismo resultado. Por una parte, el
mundo de las drogas es el principio germinador: existe una
gran cantidad de pasajes donde se describe la condición que
permite el estado de alucinación con cualquiera de las drogas,
así como de los momentos de bajada y las consecuencias de
su adicción (en Cabezaabajo se habla tanto de las razones
para "tomar olas" como de los efectos fisiológicos de su
consumo, y lo mismo ocurre en Pedrá). La visión del individuo
decidido a enajenarse de la vida social es a la vez el contexto y
la causa que permite la excusa para decir más y decirlo en la
forma en que se dice.

Dicho de otro modo, el hecho de que el drogadicto se


encuentre en esa situación, lo dota de cierta inmunidad para
hablar de lo que quiera y como quiera. O también, quién
mejor que el que ha decidido que no hay solución para sí
mismo, para producir el discurso más duro, quién tendrá más
derecho a ello, si es que de eso se trata. Permítanme ustedes
recordarles de nuevo el nombre de esta banda, que además
coincide con el de su primer disco, la intención es clara, el
grupo trata de ser el más extremista y convertirse en los más
duros y fuertes del lugar.

Este grupo que pronuncia y repite los versos de poetas


desconocidos o consagrados a lo largo de sus letras, no verá
mal el juego de palabras de este apartado, en el que,
utilizando las de Rafael Alberti sobre los caballos que galopan
sobre la espuma del mar, remito además a otras de las ideas
de sus canciones, a aquella en la que la marea se lo va a llevar
todo. Como ellos mismos dicen, parafraseando a Santos Isidro
Seseña:

Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas,


minutos y segundos. Yo más humilde soy y sólo quiero que la
ola que surge, del último suspiro de un segundo, me
transporte mecido hasta el siguiente.

Los verdaderos enemigos, son clásicos y bastante conocidos:

El avance tecnológico que ha destruido el planeta Tierra,


en forma de petroleros que matan delfines, por ejemplo.
El sistema penitenciario y penal, abogados, jueces,
funcionarios de prisión, policías, comisarios... un etcétera
muy largo que comprende las funciones de control y
seguridad de los estados.
La Iglesia aunque ésta, más que denunciarla, se emplea
en un tono jocoso. Se ironiza sobre sus miembros:
...para qué se quiere que vengan los reyes magos
mientras sigan viniendo los camellos que proporcionan
lo que ellos necesitan,
...la Virgen María cansada de ser virgen baja a malear y
enamorarse del bandido más cruel, o, incluso,
Satanás, a quien el protagonista es capaz de engañar,
comer por una pata o conseguir que le lea cuentos.
La clase política, en la figura del señor presidente, los
diputados... de nuevo un listado extenso de cargos del
gobierno.
Y de ahí, a todo el sistema social: "el camino social
alquitranado", "el estado policial", el capitalismo que nos
aliena mediante el trabajo "te encierran en tu casa, sales
para trabajar".
Un acontecimiento, especialmente significativo para el
grupo, por cuanto ellos provienen de una tierra
prototípica de colonizadores. Sobre Extremadura se dice:
"tierra de conquistadores, no nos quedan más cojones, si
no puedes irte lejos, te quedarás sin pellejo", el V
Centenario. De sus protagonistas se dicen que eran unos
iluminados que empleaban alucinógenos para
convencerse de la necesidad de exterminar y, se
dedicaron a procrear, otros indios, de modo que su
progenie confusa, no consigue entender el curso de los
acontecimientos.

Otros personajes secundarios mencionados son los maderos,


los curas, los abogados, los camareros malhumorados y los
mentes-social-adormecidos, que son los blancos principales
de los ataques en Ama, ama, ama y ensancha el alma, única
canción donde se trata a la humanidad como digna de ser
salvada. Sin embargo, en Última generación la mención de la
humanidad tiene el objetivo contrario, se dirigen a ella para
desacreditarla, pues se asimila a la civilización y una vez que
ésta apareció, comenzó la destrucción del mundo,

"ya no queda peces de colores, solo seres racionales, y de los


animalillos sólo nos quedan postales dibujados, qué bonito,
en tu imaginación. Se apagaron los colores, se encendió la
humanidad, nos quedaron cuatro listos sin paisajes que pintar,
sólo bosques de cemento y montañas de metal".
La naturaleza está agotada, sólo queda "la última generación,
sin cerebro ni corazón", lo cual es una buena excusa para
"sacar de la cárcel, mil camellos sin perdón" quizá para darles
una amnistía merecida, por no ser tan malos como el resto de
la humanidad, o quizá para que provean a todos de
suficientes sustancias psicotrópicas para que todos podamos
olvidarnos de todo el mal causado. Ese sitio libre en las
cárceles debe ser ocupado por "contaminadores, cazadores y
al matón, y al alcalde por mamón".

En cambio, los marginados se convierten en los nuevos


héroes. Esos personajes se definen más por la figura de don
Quijote que por la de superman. La preferencia por el hidalgo
español no el baladí, más aún se tiene en cuenta la
destrucción de los símbolos nacionales como forma de
protesta adoptado por el grupo como norma y que aquí no se
cumple. Al menos por esta vez, el comic americano no es el
predilecto, claro que no por una razón patriótica, sino porque
el primero es un perdedor que lucha con grandes enemigos
quizá existentes sólo en su imaginación, un caballero andante
abocado al fracaso que vivirá únicamente para encontrar la
derrota pero que vivirá intensamente todos sus ensueños.
Superman, en cambio, es el titán que puede ganar y ello
merece el esfuerzo de saber dónde están los molinos contra
los que hay que avanzar. Su preferencia por don Quijote tal
como puede extraerse de la canción Caballero andante está
seguido de la siguiente pregunta "y el molino ¿dónde está?"
que revierte de nuevo en la idea de la falta de objetivos y sin
metas, de la humanidad.
En sus canciones aparecen más modelos a seguir aunque
normalmente no les calificaríamos así, pero la intención
contracultural les hace ser los elegidos:

Los duendes que van contracorriente.


Los extraterrestres o aquellos que vienen de Marte,
porque están fuera de las normas sociales. Y en esta
misma categoría el indio y el perro callejero, éste último
imagen del yonki, el ladrón, el delincuente.
Los que se resignan a su, aunque sólo sea miserable,
libertad, los vagabundos, los que registran las basuras, los
que come y duerme cuando quiere.
El insumiso permanente, hasta de las murgas, razas y
religiones, hasta de sí mismo, que se encuentra al otro
cabo de la figura del terrorista.
El caballero andante.
Evaristo, el rey de la baraja, ese ludópata encarcelado que
es él mismo Jesucristo, al que vejaron al ocupar su
templo-casa-mercado.

Porque, "qué importa ser poeta o basura", la solución a esta


vida es "ponerse siempre del revés para hacer que te siente
bien". Dicho de otro modo un poco más sencilla, cualquier
tipo de acción que indique provocación, te hará sentir
diferente, que llevas la batuta de tu existencia y que no estas
bajo ninguna de las dominaciones que la sociedad ejerce
sobre los individuos. En Sin dios ni amo se grita este lema:

"corre, que no pienso esperar que me amodorre la desilusión.


Salta y si no vienes te escribo alguna carta, desde una
estación. No tengo amo ni dios, vivo la vida a saco. Me noto el
poderío debajo del sobaco", con lo cual obtenemos otro
héroe popular, el pistolero. La vida salvaje, ayudado por las
drogas y el alcohol, permite la necesaria huida de la
civilización que ellos llaman humanidad.

La función de las drogas es similar a una pócima de fortaleza


para luchar contra el mundo, así cual si fuera un Obelix
transformado por la sustancia especial, en Cabezabajo, se
pide, se grita:

"necesito más olas ¡sube! Necesito cien años de tempestad pa


juntar el agua con las nubes, trajinando sin descansar.
Necesito más deudas ¡corre! con dragones debo pelear".

En Todos me dicen, la lucha no es contra algo tan elevado


como la civilización humana, sino más interior: la

"rutina empieza a molestar, algún muro habrá que derribar.


Locura ya ha vuelto a mí, yo la doy la mano y a morir, a morir".

Pero en definitiva los actos son los mismos, su espíritu el


descontrol y los excesos. Quizá en su canción-cuento esté más
claro:

"Érase una vez, dentro de un mundo gris, luchando por salir,


una mijita de color",

las drogas le ofrecen una respuesta,

"érase una vez un incansable luchador, luchando por salir de


su aburrido corazón. Érase una vez por todas las puertas por
abrir - ¿a qué hora empieza la función? - cuando perdamos la
razón".
La locura o mejor dicho la pérdida del control de las funciones
sociales es la solución a ese sentimiento de desesperación que
acompaña a la existencia, es una respuesta a la evidencia de
que la vida biológica ha quedado destruida, que la vida social
no tiene alternativas para los seres especiales, como es uno
mismo. Es la respuesta que se da a un sistema que no te
quiere comprender, "o nos dejáis jugar o sos rompemos la
baraja". Es la amenaza de la banda, una amenaza muy del
estilo de un Don Quijote que no conoce claramente en qué
lugar se encuentran sus gigantes.

Pero aunque los principios no sean más que protestas


generales y sus propuestas de lucha no propongan ninguna
alternativa en particular, el discurso prende en todos los
jóvenes, desanimados e impregnados de la dureza de su
lenguaje, fascinados por la fortaleza de las imágenes que
utilizan y que permiten imaginar una alternativa hecha con
palabras, paisajes e historias. No olvidemos que estamos en la
sociedad de la cultura de la imagen y que los jóvenes de hoy
crecieron frente a un televisor, comics y anuncios publicitarios,
estos recursos estilísticos pues forman parte de armas de éxito
del grupo musical, quienes además, abusan de las palabras
extremas, de las situaciones intensas y de las exageraciones de
todo tipo:

"otra vez quiero más, que la lujuria no es mi único pecado


capital, el orgullo y la envidia, la gula, la soberbia, la pereza y
la avaricia".

El mensaje es simple: el mundo está podrido


"Tenemos el agua al cuello con tanto puto pantano, las bellotas
radiactivas, nos quedamos sin marranos",

por eso, lo único que vale es ir consigo mismo, allá donde


nuestras fuerzas y coraje sean capaces de llevarnos.
Favorecidos por el anonimato que nos proporciona las
ciudades, podemos luchar a nuestra manera,

"no me conoces. Vino ayer de Marte, soy un duende del parque


nada más. Saco los dientes, soy capaz de andar en contra la
corriente, aparta ya".

Nadie negara que estos son los nuevos trovadores de la


canción, nos guste o no este es su mensaje y su forma de
darlo, y por fin, que a las generaciones limentadas por las
violentas imágenes de la televisión, hay que ofrecerles muchas
explosiones para impresionarlos y atraer su atención.

Toda su filosofía, pues, está marcada por la forma de


desesperanza que se cristaliza, en esta generación en forma
de conformidad. Ese conformismo por el cual también son
acusados y despreciados por sus mayores. La tan mencionada
apatía de los jóvenes parece ser desde su punto de vista, la
causa de todos los males, de las injusticias no superadas por
los estados democrático-capitalista actuales. Desde su
perspectiva, la nueva generación es la que debe emprender la
tarea de ser motor de cambio tal como, se dice, lo fueron los
universitarios y obreros jóvenes en la etapa tardo-franquista.

Por su discurso, algunas de las letras forman parte de las


canciones de aceptación, por ejemplo en la postdata de
Bribribliblibli (en el más sucio rincón de mi negro corazón)
existe un pasaje que dice así:

"Te acompaño un rato amigo mío en tu camino, en este cruce


te dejo y me voy campo a través, por tus tierras, unas fértiles,
otras mal regadas",

donde se pronuncia como máxima general, un consentimiento


ante cualquier circunstancia, conocemos las tierras, las buenas
y las malas, caminaremos por todas ellas sin importarnos sus
cualidades, mejores o peores.

En general, este sentimiento no es positivo sino que está lleno


de desesperanza, en la canción Caballero andante, el hidalgo
se pregunta que hará cuando toda la Tierra haya sido
destruida, su respuesta es seguir caminando pero con miedo:

"Hoy morirán hojas y animales más no morirán para siempre ...


y yo no he muerto, si tengo frío me caliento, si tengo miedo,
que no lo tengo, susurro y pienso y para mañana ya me he
comido mi pequeña ración de esperanza".

Pero siempre el joven puede sobrevivir gracias a las


nimiedades inesperadas que nos suministra la vida cotidiana:

"me levanté hasta los huevos de vivir, te ví pasar y ahora ya


vuelvo a sonreír".
Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al
sentido de nuestra existencia (IV).

por Ana M. González Ramos

Capítulo 5. PAISAJES PARA CONTEXTUALIZAR EL


MENSAJE: los decorados de la PreApocalípsis de la
Humanidad.

El lenguaje vulgar no es más que una forma de protesta, en la


posdata a, J.D. la central nuclear se pide

"no me jodas en el suelo como si fuera una perra, que con esos
cojonazos me llenas el culo tierra..."

¡y es sólo para pedir el cuidado de la tierra! Este es uno de los


lados de la figura poligonal que conforma al grupo, otras
facetas también alimentarán ese prisma, por eso la
mediocridad consciente se convierte también en un lenguaje
poético y culto en otras canciones. Con el propósito de refinar
el estilo, por ejemplo, se hace referencia a poemas o
canciones de otros poetas consagrados o también, se evoca
historias de la mitología clásica. Específicamente sobre este
último recurso, en su discografía se pueden encontrar
alusiones al mito de Penélope, en Buscando una luna, donde
el protagonista espera y recuerda a la mujer como esa famosa
figura, cosiendo y descosiendo mientras otros intentan tensar
su arco, y también al osado Prometeo, en Extremaydura y
Prometeo.
En la canción Prometeo, los elementos que la componen son
especialmente provechosos para el análisis que aquí nos
ocupa. La historia relata el castigo merecido a quien quiso
conseguir la libertad a pesar de la voluntad de alguien mucho
más poderoso que él, los dioses. Éste es el reflejo de la
culminación del individualismo por excelencia, en contra de la
sociedad, ese monstruo insano que no permite el desarrollo
del hombre en la vida natural, se sitúa el hombre que lucha
por encontrar algo más útil y cercano a la felicidad. El
personaje de Prometeo nos acerca también a la idea del
perdedor permanente siempre presente en las canciones de
Extremoduro. A pesar de que a veces sus personajes "ganan y
se casan con la buena", esa ganancia no es más que una
pérdida encubierta o parcial, así ocurre en esta misma canción,

"no me entretengo, estoy en lucha entodavía, hoy voy ganando,


ayer perdí".

La imagen del perdedor queda avalada por la cantidad de


referencias en que se emplea los verbos ganar y perder en sus
diversas modalidades y formas verbales. Así, a lo largo de sus
discos uno y otro verbo aparecen:
Se es un fracasado por ser un incomprendido, la imagen
cinematográfica más clara es la del protagonista de la película,
Rebelde sin causa, que en el crudo estilo de Extremoduro se
corresponde de manera más idónea con el marciano:

"los perros son mis amigos, el guardia me quiere morder, me


persiguen los vecinos, ¿dónde hemos dejao el OVNI?".

Y, también,

"ya soy muy listo, me sé equivocar, cuando hablo de algo lo he


probado ya"

donde queda acentuada el pragmatismo como valor


elemental de la vida.

Así pues, el sentimiento de fracaso le hace convertirse en un


ser malo

"soy un hombre bueno en todos los sentidos, pero es que como


cada día en el infierno me aburría me vine a malear",
"desde los cuatro puntos cardinales me llegan todos los vientos,
no sé que me pasa que tengo todos los aires metidos en el
cuerpo",

cualquiera tendría que darle la razón si examinara


atentamente el panorama contemporáneo. La ira está
ciertamente, a flor de piel y es posible hacer prender la llama
con la más insignificante chispa, incluso con la más débil
sugerencia. Por tanto, el perdedor enfurecido se transforma
en el pistolero, en el salvaje e incluso, en el diablo tal como
ocurre en Los tengo todos o en Villancico del Rey de
Extremadura.

Entre las canciones se establece una conexión a través de la


repetición de imágenes y discursos, incluso, tal como pasaré
ahora a demostrar, a veces se ha producido un fenómeno que
podríamos denominar "espejo", donde los hechos y los
discursos de dos canciones son paralelos e, incluso, una es
una versión de la otra. Me estoy refiriendo a Extremaydura
donde se vuelve a hacer referencia al mito de Prometeo,
rescribiéndola desde sí mismos, desde su contexto social y
geográfico, ubicando su historia en Extremadura y
aderezándolo de elementos rurales propios del lugar del que
provienen; indicándose a sí mismos y a sus circunstancias y
explicando de nuevo al personaje central de Prometeo.

Así se describe el punto de partida, "comidos por la desidia" y


por eso mismo, colgado por arañas, en espera de la próxima
ola, todos los días recayendo

"yo todos los días me muero y alimento con mi carne en


Monfragüe buitres negros";

no es un castigo inmerecido, que es por causar maldades,

"yo fui quien te quitó el pollo por la tapia del corral, no te quité
las gallinas porque no tuví lugar",

aunque en su conciencia, al igual que Prometeo, no hubiera


una conciencia de maldad o de estar causando daño alguno:
"mare, mare, mare, no mate usté al pollo, que las gallinitas
quieren matrimonio, mare, mare, mare, no lo mate usté, que la
gallinita deja de poner".

Ante esta evidencia, a nuestro héroe no le queda otra opción


que hacerse el fuerte, reflejándolo en las ironías, los giros de
lo serio a las chanzas, de lo poético al otro extremos, las
palabras malsonantes y los tacos:

"decidí a aprender a hacerme yo la maleta, para poder vivir".

Se niega cualquier tipo de debilidad por ejemplo en los


siguientes casos:

"Hoy lloré, se me habrá metido un poco de arena, eso no


es para mí." (Decidí).
"Si tengo miedo, que no lo tengo..." (Caballero andante).
"¿Que me quieres? Claro, yo también a ti." (El día de la
Bestia).
Quizá una salvedad, en Con un latido del reloj se
reconoce miedo pero el agente productor de ese miedo
es algo o alguien que se encuentra lejos de su persona.

Siempre intentando romper lo hermoso para no mostrar esa


debilidad

"...y sucede que se me ha alegrado el día ¡coño!, al ver al sol


secándose en tu ventana ¡tus bragas!. Empiezo a solas, sigo por
ti, y no comprendo nada".

Y, siempre que se pueda, esforzados destructores de los


símbolos nacionales, del modo en que ocurre en la historia de
Islero, el toro que mató a Manolete. Su letra es ya,
suficientemente, ilustrativa:

"Obligado a pelear, he aprendido a ser Islero, ¿Manolete, dónde


estás hoy? Te cojo por los güevos".

Otro de los paisajes de los que se sirven para contextualizar


sus fábulas es el mundo de lo onírico y la fantasía, fácilmente
aplicable a la evasión que produce las drogas y atribuible a un
estilo de vida que participa de la ilusión (algunas personas
dirían la irrealidad o la mentira, como prefieran) como
antídoto a la propia realidad. En mi opinión, el recurso se
utiliza sobre todo, para poner de manifiesto el propio caos y el
desconcierto de nuestra existencia, así se utiliza para:

Denunciar el desastre ecológico en el medio marítimo, se


le

"estrellan bloques de acero en la almohada".

Dibujar la incomunicación y el aislamiento de las grandes


urbes,

"mi cerebro es asfalto, mi rostro cemento, las


palabras forman grilletes de brillante hielo, suda mi
piel y lubrifica mis malos pensamientos".

Describir su propio estado de sitio:

"tú te crees que yo me invento de qué color es el


viento, me lo encuentro por la calle y siempre paro a
hablar con él. Ya hace tiempo que no miento y no
pienso volverme atrás, si no puedo equivocarme:
ponme riendas y un bozal".

O también,

"salgo a pasear por dentro de mí, veo paisajes que de


un libro de memoria aprendí: llanuras bélicas y
páramos de asceta".

O para describir las vidas miserables de los otros, porque


esos siempre son otros aunque exista un alto grado de
identificación con ellos:

"no son putas, son princesas y un castillo es tu


pensión".

Muchos de esos paisajes muestran la ebriedad y la


soledad:

"el cielo estaba rojo como una amapola, los ojos


también de no haber dormido, la luna me ha dao el
toque: ¡niño, estoy muy sola!".

La vida urbana y su ritmo vital:

"las calles desbordadas de soledad, musitan su


canción de asfalto y humedad, la lluvia de gentes
cesó a la doce y los escaparates a oscuras consumen
la noche".

Del amor, siempre acompañado de la desesperanza, los


recuerdos y la desilusión:
"fotos de un cajón rompen mi cabeza, recuerdo su
olor y se me pone tiesa: me cuelgo de su pelo, me
engancho de su miel, me encuentro con mi hada, que
está loca también, he vuelto a las andadas y he
vuelto a enloquecer, lo vi escrito en la luna, luna
creciente: delicada gasa fuerte envoltura, tope gansa
con la natura".

¿Existe entonces la felicidad? ¿Puede el ser humano atreverse


a perseguir ese objetivo?:

"voy a dejar esta ciudad, no me pienso despedir de la gente,


hace ya tiempo estoy ausente. No sé ni adónde voy a ir, no
me he parado a pensar. A un sitio de color de rosa".

Seguramente para la banda, ese lugar de color de rosa estará


pintado con una brocha hecha con pelos de libertad y esa
idea, sí es clara y consiste en mandar uno mismo sobre su
propio tiempo. No en su vida, pues el sentido de la vida como
ya hemos dicho, se ha diluido en la pérdida de sentido de la
vida natural y por culpa de la influencia de las estructuras
sociales, lo único que le queda al ser humano es la
administración de su propio tiempo, como mejor lo conciba.
"Me gustaría mucho más que te lavaras la cara sólo las
mañanas que te diera la gana"

le dice el amante a su compañera, cuando ésta, siempre


símbolo de la vida real y de las obligaciones, se levanta para ir
a trabajar, otra de las condenas de las personas normales de
nuestra época. El modelo de libertad "son los duendes del
parque que registran las basuras" aunque también es la vida
natural, "sácame algún día del corral, necesito salir" y cualquier
etapa preexistente a la civilización.

Pero la felicidad se resiste, así que hay que inventar formas de


escapar siempre bordeando los límites: en la ciudad, en la
noche "hago un esfuerzo y me meto en mi caparazón, cierro los
bares y se me abre la imaginación", mediante las drogas "me
gustaría sonreír, pero no tengo tantas drogas hoy aquí. Si me
quieres arrodillar, córtame las piernas y aún podré volar", el
sexo "si todo me sale de color rosa, te prometo que esta noche
tú no duermes sola"... esos también formarán parte de sus
paisajes.

Por supuesto, como se promete en uno de sus pasajes más


acertados, la libertad no consiste en una condición exterior, es
sobre todo un estado mental, es decir ni aún preso en esta
cárcel social podrás convertirme en un esclavo:

"Si me encierro, ven a verme, un vis a vis... Caí preso dentro de


mí, dentro, muy dentro de mí. Si escapo, ve a buscarme
cualquier día, donde quede alguna flor... donde no haya
policía".

Y con esto volvemos a lo natural:


"Recuerdo un tiempo en que cazar no era malo, era necesidad.
¡niño, saca ya la recortá! Que quedan muchos malos por
matar".

Todos estos son preludios o ambientes para esconderse del


caos y la destrucción física y moral de nuestro tiempo, sin
embargo surge otra incongruencia que debe ser atajada: su
conexión con la sociedad, su incorporación a las obligaciones
ante la evidencia de que su forma de vida no es posible por
mucho tiempo:

"donde me escondo si no va a salir el sol. Quizá mañana me


sienta mejor",

a pesar de esconderse uno incluso de sí mismo,

"ya no me porto tan mal, estoy aprendiendo a mentir, doy mi


palabra de honor que ya no me importa vivir".

Una de las excusas interpuestas para aceptar la aceptación de


las normas sociales, la convicción de que, después de todo,
hay que dar curso al sistema es la pareja. Por ella, al menos
momentáneamente, uno se viste de "nombre normal". Sin
embargo, en las canciones, se refleja que esta situación
siempre está abocada a la contradicción con uno mismo y,
como punto final, a la frustración y obligada separación:

"...me va a perder no encontrar mi papel. Emparedado o subido


en los tejados, o no lo entiendo o lo entiendo demasiado, o lo
tengo todo o todo se me va. Me quiero perder, ahora soñaré...".
Acerca de las relaciones sentimentales y de pareja se hablará
en el apartado siguiente.

Finalizaremos la interpretación de los escenarios propuestos


por la banda para ornamentar sus discursos, con la que hacen
sobre la representación de los tiempos. Porque la
comparación que se desprende de las actividades y
situaciones a las que se alude en cada momento de la jornada
permite hacernos una idea de lo sus vidas. Eso, por supuesto
si, atendemos al discurso elaborado mediante las canciones
como una fuente fiable de descripción de sus vidas:

O también, este relato de la cotidianidad de su protagonista:

La mañana: me contó que estaba loco por ti.


El mediodía: me tranquilizó y me dijo que ya te vería.
La tarde: no me dijo nada, ni siquiera me miró a la cara.
La noche: me meció y susurrando me dijo: (todos me dicen
pero y o sigo sin estar a tu lado) tranquilo, mañana te
cegará el sol.

Con este pasaje, podríamos de nuevo avivar el debate acerca


de quién es su contraparte, si la mujer o las drogas, pero nos
basta con poner de relieve la imagen central de su discurso:
todos los días transcurren de la misma manera. El punto inicial
y el final es el mismo, del cero a la nada, aunque lo que ayuda
a la supervivencia del ser humano es ese momento
intermedio, que cada uno conjura de un modo diferente,
quizá de la misma manera que los intérpretes, con las drogas,
con cualquier otra adicción o con los momentos instantáneos
que nos regala el presente.

"Salgo de cero, lo primero el frío y el calor, luego me dejo llevar;


salgo de cero a ver si entiendo la vida mejor, luego me estudio
cada sensación, salgo de cero, lo primero aprender a volar,
luego me dejo caer, salgo de cero y voy dejando todo tan atrás,
que hoy no me vale la ropa de ayer".
Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al
sentido de nuestra existencia (V).

por Ana M. González Ramos

Capítulo 6. LAS CONVERSIONES DE CAÍN: el individuo en


busca de sus individualidades.

En mi opinión los versos que mejor describen la filosofía de


vida de la banda se halla en el comienzo de La hoguera, allí se
dice:

"siempre perdidos, buscamos y al fin voy por caminos que están


por abrir, cada mañana comienzo a vivir. Ponte a mi lado, no
llores por mí, yo piso fuerte y en parte es por ti, cada mañana
comienzo a vivir".

La hoguera, símbolo de la dura vida, del camino desviado, del


fuego que quema, incluso de la politoxicomanía que destruye
pero que hace revivir con cada dosis, es la forma de vida
elegida por los protagonistas de esas canciones. Como
contraposición, la nevera donde el resto de los jóvenes se
meterán para mantenerse, estarán conservados sí, no les
pasará nada grave, sin riesgos de ninguna clase, pero están
"enterrados en vida" y al fin para qué, si "la muerte ronda
fuera" y el final es igual para todos, los que se arriesgan y los
que no lo hacen por precavidos.
Pero aunque en esta canción todo parece claro, la situación no
se presenta tan evidente en otras ocasiones. Bien sea por el
caos reinante o por las propias dudas, las ambigüedades son
la característica más común en el conjunto de su obra. Una de
las manifestaciones de esos múltiples sentidos de las cosas es
el reflejo producido en las diferentes personalidades que
lucen los intérpretes a lo largo de sus historias. A veces ronda
la paranoia y a veces es simplemente una declaración a favor
de los marginados, por ejemplo en Islero, shirlero o ladrón se
pronuncia como reivindicación:

"yo soy negro, yo gitano, yo no soy de este país, yo nací en una


patera ... soy camello, yo he abortado, yo estoy loco por salir".

En su afán por adherirse a cualquier causa, se transforma uno


hasta en lo que es imposible ser uno mismo, se transforma en
una mujer que aborta o en un inmigrante de otra raza,
inclusive, en animales o objetos inanimados.

Evidentemente, uno de los personajes con los que mayor


grado de identificación existe es con el consumidor de drogas,
por ejemplo en la comentada canción, Perro callejero o
también cuando declara

"tengo más vidas que un gato, me muero siempre y me mato


un poco, cada vez que muere, cualquiera de mis hermanos"

convirtiéndose en esos hermanos y también, un poco más


adelante, en

"la yerba, ratones, las tías, los gitanos, los peces, los pájaros, los
invertebrados, las moscas, los niños, los perros, los gatos, la
gente, el ganado, los piojos que mato, los bichos salvajes, los
domesticados".

Como siempre termina con un colofón que desdramatiza todo


esa explosión de comunidad con la humanidad "y qué pena si
mueres, de los pobres gusanos". Pero no demos lugar a
equívocos, la comunión con todos esos seres animados o
inanimados, no nos separa de nuestra tesis del individualismo
puesto que nuestro intérprete se encarna en todos esos
personajes, se vuelve ellos en ese momento; en muy raras
ocasiones, se preocupa por el otro extraño o externo a su
persona, primero, antes de salir en su defensa, necesita
tenerlos como hermanos, tal y cual ocurre en esta canción.

Para determinar la importancia que el yo tiene para la banda,


quizá habría que empezar diciendo que hay al menos un
centenar de frases cuyo sujeto es "yo" o se utiliza la forma
verbal en primera persona del singular. Toda esa profusión de
yo-es puede estar motivada por la necesidad imprescindible
de describirse y autodefinirse, lo cual implica varias ideas
esenciales, en el discurso de la banda:

La importancia de la búsqueda de uno mismo.


El egocentrismo del interlocutor principal.
La finalidad de identificación con el otro semejante,
lectura de la cual es consciente toda la audiencia e
influye positivamente en su interrelación.
La fragilidad de los límites entre el mundo de la cordura
y algunas formas de locura, que bien puede interpretarse
como salida a la confusión reinante de esta sociedad o
también como consecuencia de los delirios que conllevan
ciertos comportamientos, me refiero al desorden vital.
(En mi opinión, la primera de las interpretaciones es la
más rica y necesaria para la comprensión global de este
trabajo).

En cuanto al argumento de la locura, hay que incidir en los


procesos de producción de las transformaciones en el otro.
Como normal general, el narrador de las historias fluye entre
una reflexión interior y una interpelación a su oyente, real o
imaginario. La utilización de la primera persona del singular,
permite la conversión en el otro o, simultáneamente, la
transformación del otro en uno mismo, de modo que uno
puede deshacerse de esa imagen de sí mismo con facilidad,
cada vez que se quiera, cuando uno se deje de gustar, lo que
implica un cierto grado de paranoia, al menos intelectual.

La imagen que sobre el yo se hace, está representado por un


espíritu lleno de maldad. Los iconos sobre los que se forja la
personalidad del protagonista, si podemos hablar de un solo
protagonista o de una continuidad del personaje a través de
las composiciones y los sucesivos discos, se construye entorno
a un yo maldito. Podemos utilizar como ejemplo, el resultado
del personaje resultante de la composición autobiográfica,
Autorretrato. La estructura de esta canción muestra en primer
lugar una descripción de la persona, en segundo lugar, una
declaración de los principios morales del sujeto o, mejor
dicho, se hace una declaración de la falta de ellos y, en la
tercera parte, como colofón, una descripción de su libertad
interior. Aunque "igual remonto el vuelo, igual me invento, que
hace tiempo, que no encuentro una razón" refleja un espíritu
de búsqueda del yo, a pesar de que se considere en ocasiones
"desigual y un poco confundido", la impresión general que
tiene de su persona, sobre el resto de la humanidad, es la de
su propia singularidad. Esta altivez conlleva un necesario
alejamiento de la vida en sociedad "os veo andar, nada que ver
conmigo" y como respuesta a sus condiciones objetivas "la
vida no me sonríe, me cago en la humanidad" la única
alternativa es ir contra ella, para ello es preciso cierta maldad.

Entonces; la maldad, los comportamientos contestatarios son


sobre todo, una respuesta de supervivencia. Ya se dijo que,
como cura a los males de amores, el personaje se hacía duro y
frío:

"de acero soy de la cabeza a los pies y el cielo es sólo un trozo


de mi piel",

la elección de su propia forma de vida le obliga a estar


siempre en la hoguera "y no me escondo casi nunca detrás de
un cristal" pero no se puede evitar la sensación de estar preso
del sistema, hasta el amor te hace encadenar con gruesas
cadenas que te impiden volar, en realidad el desamor que
sigue a toda relación puede ser percibida hasta como una
liberación:

"...ya no sales en mis sueños. Como un reloj te tengo en la


cabeza a todas horas, compréndelo que tengo miedo a estar
contigo a solas. Te alejaste demasiado, nos dejamos de mirar, y
a la vez reír y a la vez llorar, y cada uno por su lado nos
echamos a volar, y a la vez reír y a la vez llorar".

La falta de libertad se ve como una privación absoluta de la


persona, en Pedrá se exclama:
"a mi no me ata corto nadie, porque me apago".

Existen momentos de exaltación pero sobre todo abundan los


contrarios y las contradicciones,

"casi todas las mañanas me levanto percudío, soy terco como


una mula y duro, no siento dolor, no necesito armadura: tengo
costra alrededor".

La violencia con que se imbuye en algunas canciones el


personaje principal, no es más que otra de sus ilusiones para
combatir la fragilidad de su persona en las redes de este
mundo caótico del q ue se siente separado y aislado. Así, a
pesar de que las flores suele ejemplificar todo que admira, lo
natural, lo salvaje, la belleza, las mujeres de las que se rodea,
las drogas de las que se alimenta, en alguna ocasión hasta eso
se puede destruir, hay ocasiones en todo vale, en Te juzgarán
solo por tus errores (Yo no) no es él el que las violenta, "tú
arranca. Yo oigo gritar a las flores, allá tú con tu conciencia"
pero lo consiente "yo soy cada día más malo, estoy perdiendo
la paciencia".

Es cierto que no hay locura pero sí prácticas de


desdoblamiento de la personalidad, tomemos otra canción
como ejemplo, en La canción de los oficios, se aprovecha las
distintas circunstancias vitales que proporcionan los empleos
para dibujar cada estilo de vida perfilados en las estructuras
sociales de nuestro mundo. El resultado es la descripción de
los siguientes sujetos:

El camello, "que pasa costo toche y bueno" perseguido


por los maderos y sin dinero.
El ministro que: "me administro a tu costa", en su casa sí
hay dinero.
El minero que gana poco: "me la juego, día a día muero,
me apalean si me quejo".
El banquero que también tiene dinero, "cuanto más tengo
más quiero, mato y robo cuando puedo, nunca lloro".

Esta definición de los tipos sociales, nos sirve para demostrar


la obsesión por el yo. Incluso con aquellos con los que no se
pueden identificar por propia ideología y a los que se critica,
se convierten en esta canción en parte de uno mismo. Todos
formamos parte de la sociedad, por tanto es lícito apropiarse
de esas otras personalidades a las que todos estamos
dejando, al menos por consentimiento implícito, un lugar
dentro de la sociedad. De esta manera, en mi opinión, la
banda nos pone sobre aviso de la responsabilidad que todos
tenemos en la estructura social en que vivimos, a la par que
consigue denunciar situaciones injustas.

En fin, para los autores existen dos únicas alternativas de vida,


la de "hombre normal"

"¡cuánto gano! Y sin contar pagas extras, ¡cuántas horas! Y sin


vivir"

porque la del otro, el capitalista,

"No me importa todo el día trabajando de cabrón, me importa


que salga el sol, no cobran es lo mejor"

no es posible reivindicarla para sí,


"¿Dónde está vuestra moral que nunca entiendo, por más
vueltas que me doy?",

así que, la otra, la única posible consiste en

"romper barreras quiera cada día, ya sé que no soy un


superman. No necesito alas para volar, prefiero LSD, no
necesito verte pa saber que no te olvidaré. Aguanto porque ya
tengo con qué fundir la nieve al paso de mis pies".

Incluso a pesar de que ello conlleve ciertos problemas con los


que hay que convivir cada día

"viviendo bajo el agua como un pez, no entiendo por qué me


muero de sed".

Y, aunque las drogas son su salida, la forma metafórica con la


que se la menciona (no precisamente en este caso, donde se
hace explícita) juega un papel a su favor puesto que la
audiencia puede darle la interpretación que desee a ese
alimento del espíritu. En mi opinión, hasta para aquellos que
no estén en contacto con el mundo de las drogas y por tanto
no las tomen, la referencia a ellas es un elemento más del
discurso rompedor del grupo, es parte de su seña de
identidad y se acepta con todas sus consecuencias. Porque al
fin y al cabo, el resultado para esa persona que les escucha,
con o sin mención a las drogas, responde al proceso de
identificación de la audiencia con los intérpretes.

No quisiera acabar este apartado sin hacer al menos un breve


homenaje a algunos de los diversos sujetos y seres que
forman parte de la fauna psicodélica en la que se encarna el
narrador en las diferentes composiciones. Además de los que
ya mencionados hasta aquí, también tenemos a Caín, al
coyote, al chuloputa, al enemigo de la humanidad, a las moscas
que andan por el techo, que es él mismo cuando está ido, a
un delfín, al propio cantante personificado en él mismo, el
Robe (pedo), el que está en la luna otra de sus metáforas sobre
la adicción, las ranas aposadas en los nenúfares, el prohibido, al
que le salen cuernos, suda estiércol y le crece el rabo, el payaso
amilanado por su compañera que además es un cretino y está
descolorío, el que hace cajas de cartón o vive en un castillo de
arena, el que lucha con dragones, naturalmente un animal, el
esposado o el que, en un arrebato de poesía, se convierte en
trozos de lluvia y de sol o un pez riendo fuera del agua, entre
otros.
Extremoduro y Sociedad: la música aportando palabras al
sentido de nuestra existencia (final).

por Ana M. González Ramos

Capítulo 7. Diario de un machista ¡SO PAYASO!

Ya se ha dicho que el amor no es un tema claro en sus


composiciones. Por el contrario, la mujer si es un tema
abundante, cuáles son los motivos de su referencia es lo que
ahora vamos a intentar dilucidar. El primero de ellos, tiene que
ver con la conciencia de lo exterior, es lo único que lo ata la
realidad. En varias canciones, Estoy muy bien, Su culo es miel,
Volando solo... la mujer es la personificación de la
responsabilidad: tiene un trabajo y una rutina a diferencia del
personaje masculino, "pretende que se salga de la hoguera"
que, a la vez adora "cuando se marcha veo su culo y me
tortura" y, la odia, "cuando me llama con su boca me subleva",
no es casualidad que ame aspectos físicos referidos a partes
sumamente eróticas del cuerpo femenino mientras que, lo que
le disguste sea su boca, de donde salen sus palabras, las que
las despiertan, las que le transportan al mundo del día o le
reprochan su comportamiento. Por eso mismo, supone cierto
relajo, poder estar separado de ellas "descuéntame las horas
que no he estado contigo, mándame una factura al parque
donde vivo".

Las historias sobre sus relaciones con las mujeres son el


retrato de una obsesión "¿qué coños tienes dentro?" se queja a
sí mismo o le reprocha su pareja. Pocas veces el personaje
masculino se siente dispuesto a dejarse llevar sino que se
resiste a la influencia de sus compañeras porque ello supone
la pérdida de la libertad y su independencia. Una de las
canciones donde sin embargo, ocurre lo contrario, es So
payaso, allí se describe los pensamientos previos que el chico
tiene ante la cita con su pareja, una mujer de carácter a la que
conoce anteriormente y con la que tiene mucho que perder.
Por eso, se siente dispuesto a "ser tu perro fiel, tu esclavo sin
rechistar" aunque conoce que "luego me desato y verás ¡a ver
me dice después!" quedando esa última exclamación sin definir
totalmente, para algunos será un desafío contra ella, para
otros un suspiro de desesperación ante los acontecimientos
inesperados que sin duda se desarrollarán, cuando realmente
esa conversación se produzca con la mujer.

El tono de la canción es tan inseguro, la expresión de la voz


del protagonista tan esquizofrénica y su actitud tan
ciclotímica, que las interpretaciones pueden ser múltiples,
todo lo cual quedaría en mi opinión resuelto si se aclarara el
emisor del "so cretino" ¿se lo dice él a sí mismo o es ella quien
finalmente ha respondido de esa manera? Aunque en
cualquier caso, la fuerza de la canción se encuentra en eso
mismo pues se describe con la misma precisión, que
confusión permanece en su diálogo, las inseguridades
sentidas ante una mujer y las consecuencias de nuestras
relaciones humanas complejas.

Ya apunté antes la objetivización que sufre la figura de las


mujeres, como método de salida del callejón al que nos llevan
los propios sentimientos y la resistencia que sentimos a
controlar posibles focos de sufrimiento. Ahora me toca
verificarlo y a ello vamos a llegar a través de la constatación
de la definición y variedad de personajes femeninos que
aparecen en sus letras. De un repaso global a todo su
repertorio obtenemos los siguientes personajes femeninos,
como actores de sus historias:

La puta, la golfa o la novia del otro, que a veces es


criticada pero en mayor medida es descrita sin más o
incluso exaltada.
El hada. En este personaje fantástico se convierte la
mujer siempre que quiere ponerla en el lugar más
sublime. Es el mejor piropo que se concede a sus
mujeres.
La Virgen María, sobre la cual se ironiza con amabilidad,
está cansada de ser virgen, quiere ser su compañera o es
efectivamente, su compañera de fechorías.
La madre, normalmente se alude a ella del mismo modo
que al padre, de forma circunstancial, para explicar un
contexto del protagonista de la secuencia de
acontecimientos. No tiene pues, un papel relevante en
sus narraciones.
Otras formas de aludirlas es su personificación en
animales, yegua, gallinita... siempre utilizadas eso sí,
cariñosamente. No debe interpretarse con tonos
negativos pues también él mismo se transforma en
diversos animales.

Estamos ahora en disposición de definir a esa hada, esa mujer


ideal o idealizada por la que se siente "obligación" de buscar, a
pesar de encontrar "nada de nada" en la estructura social,
todo lo cual se dice en la canción Cabezabajo. Por ejemplo, en
Su culo es miel, se define a su hada como la portadora de los
ojos que le llaman a la responsabilidad pero claro, su culo es
miel. Ella le hace volar, de tal modo que puede existir una
doble interpretación, su lenguaje oscuro nos pone en la
tesitura de elegir entre si esa hada es realmente una mujer o
las drogas.

Su pareja en Enemigo también tiene cara de hada, esta vez sí,


"está mojada" y...

"y ahí le doy y ¡ay, ay, me voy!. Me paso el día entre su braga y
su mata de pelo y me alimento de sentir que late dentro el
corazón",

en ese momento "meto el deo en toa la llaga, igual remonto el


vuelo" igual se inventa una excusa para alejarse de ella. Ocurre
igual en Deltoya,

"me cuelgo de su pelo, me engancho de su miel, me


encuentro con mi hada que está loca también"

pero también hacia el final de la canción el romance se ve


abocada hasta la separación, con ese mono mejor quedarse
en casa y dejarla ir.

La canción que mejor refleja ese ideal de mujer es,


precisamente y a pesar del título, Golfa. En esta canción se
describe cómo una mujer se le metió en la cama un amanecer,
independiente como él, cuando llegue el sol "se tirará de la
cama" y, previsiblemente, se alejará de él. Está dentro del
mundo de las drogas como él "dice que si no se droga, dice
que no siente nada", "-¿fumas?, -pero solo, no me siente muy
bien, -toma, alíñale", con lo cual se presiente un
entendimiento mutuo y, siente como él "jurad, jurad que
estaba triste", deja pasar la vida sin querer él mismo hace:

"tú... y yo estoy medio loco también, y sin otra cosa que hacer,
como un montón de palabras cogiditas de un papel".

Aún así, su espíritu infiel está puesto de manifiesto de formas


muy diversas en otras tantas historias. Se refleja, por ejemplo,
en este supuesto diálogo entre ella y él:

"tú, harta de tanta duda, yo de preguntarle al viento, tú ¿que


dónde conocí a la luna? ¿yo? ¿que en qué coños ocupo el
tiempo?"

y hay que destacar, que ese plural para coño se menciona en


dos canciones diferentes. Esta discusión que continúa
relatando más circunstancias de la pareja se relata en Salir y es
que, probablemente, este tipo de situaciones además de ser
fácilmente identificables por el oyente son también propias de
los sentimientos encontrados que todo hombre (también de
las mujeres, por supuesto) sentimos: salir de casa, con los
amigos, en la magia de la noche, supone de algún modo
abandonar la pareja y, por el contrario, la dedicación de
tiempo necesario a tu pareja o, en otros casos, a la familia de
uno mismo, supone una pérdida de libertad y consiguiente
alejamiento del círculo más estrecho de amistad de uno. Una
situación cotidiana para cualquier joven actual.

Son varias las referencias expuestas sobre la dificultad de


entendimiento dentro de la pareja. En Tu corazón hay un
excelente retrato de esa situación y, sobre todo, una
fascinante descripción de los roles que cumplen los
personajes masculinos y, en menor medida, los femeninos, en
una ciertas situaciones de tensión:

"tú por hacer, yo por quedarme tan parado, y los dos juntos por
tener nuestra cabeza en otro lado. Tú por hablar, yo por
callarme demasiado"

y aquí él se empieza a enfadar

"Tú por robarme esa canción que ya te había regalado. Tu


corazón, que tú sabrás dónde lo pones, pero tienes que
entender: con tanto hacerme correr, me estás tocando los
cojones"

tanto es así que

"mi corazón, como una lata de cerveza, que te la bebes y al


final le das patadas sin pensar que me desquicias la cabeza"

comienza la autocompasión "No encuentro la razón, estaba


tan feliz, me acuerdo de tu amor" los reproches "Vendí mi
porvenir, cogiendo moscas para tí" y el colofón "no valgo para
estar metido en un puré, me gusta mi sabor. Ando loco por la
calle" necesito de esa libertad que me aleje de este escenario.

No es que se sienta desprecio por la mujer, se la ama

"como un susurro me dices que no: que no y me pongo mustio


sin agua y sin sol. Miro adelante. No entiendo nada",

el sentimiento tras la pérdida de la amada es profundo


"andar corriendo tras tus pasos, loco por tocar tu piel, éramos
tan igual, ahora puedo comprender, tú eres una cucaracha y yo
soy un escarabajo, desde que tú no me quieres todo se me viene
abajo"

sin embargo, la reacción ante el dolor hace necesario las


alternativas posibles sin su amor.

Me gustaría indagar más en otra idea relativa a la prevalencia


de los sentimientos sobre la razón. Este hecho supone, en mi
opinión, cierto grado de feminización de los individuos
masculinos de nuestra sociedad, de la que ya han
categorizado algunas feministas actuales, como revolución de
la masculinidad. Si leemos con atención los siguientes versos,
donde el intérprete se convierte en Penélope,

"bajé las escaleras, sí, de dos en dos, perdí al bajar el norte y la


respiración: -¿y por las noches qué harás? -las paso
descosiendo, aquí hay un arco por tensar. ¡Que yo me acuerdo
entodavía cuando te besaba!"

vemos posible ese intercambio de roles de los que se habla en


otros ámbitos de la teoría de los géneros, al protagonista no
le cuesta nada convertirse en ese personaje pasivo, Penélope a
quien otro cantante español, Serrat, le impusiera la etiqueta
de la solterona que espera eternamente a un amante que no
ha de llegar, y que se entrega para el resto de su vida, al
recuerdo nostálgico de su amado.

A pesar de todo lo dicho, la forma más segura que los


protagonistas masculinos de sus historias tienen de entablar
una relación con una mujer es, seguramente, la sexual. La
importancia del sexo es segura, puede comprobarse
examinando las veces que las mujeres se convierten en:

Miel, en dos canciones diferentes para hablar dulcemente


de su amada o de la pasión que siente por ella.
Como contraposición los ojos, siempre identificándolos
con algo negativo "deja de clavarme alfileres en los ojos",
"cerrando los ojos mejor no digas nada, que abriendo la
boca me das cien mil patadas" mencionando la boca que,
como ya vimos, era el otro órgano relacionado con los
reproches; lo serio "ya sabes que me esquino y por tus
ojos miro", o para tratar de mostrarse enamorado, ante
su chica "abre los ojos que te quiero ver" pero cuyo verso
completaremos después por dar la vuelta totalmente al
sentido de lo que estoy diciendo; en este mismo sentido
"volverán mis ojos a ver tus ojos y tu mata de pelo...", o
también, con la responsabilidad, "sus ojos son los que me
mandan a enderezar".
Culo, por ejemplo, siguiendo la tónica de significados
anterior, "sus ojos son un ventanal de par en par, su culo
no... su culo es miel" o, también, para acompañar la visión
de la partida "veo su culo y me tortura".
Piernas, quizá los versos más ofensivos desde el punto de
vista femenino: "abre las piernas que te quiero amar ...
abre las piernas que te quiera más", o en otras ocasiones
con un uso más metafórico pero igual de evidentes:
"busco entre tus piernas la fé" y "abre las piernas que
vengo a clavarte semillas".

De este modo, podemos decir, que muchas veces esa imagen


que se tiene de la mujer es más una fantasía que una realidad.
En ¡Qué sonrisa tan rara! la chica que hace mover el coche,
pudo ser realmente una prostituta o un ligue, pero también,
toda la canción puede ser completamente una fantasía
inventada por un preso que cegado por la pasión y la ira, hace
explotar a la vez su orgasmo y el vehículo que mata a la
humanidad que odia. Sin hacer tantas especulaciones,
podemos llegar a la misma conclusión examinando lo que
ocurre en Sucede: el personaje empieza desanimado "sucede
que me canso de ser hombre, sucede que me canso de mi piel y
de mi cara" pero un objeto le estimula, "y sucede que se me ha
alegrado el día ¡coño! al ver al sol secándose, en tu ventana: tus
bragas" lo cual es el origen de una masturbación "empiezo a
solas, sigo por ti".

Eso explicaría la falta de erotismo que, a pesar del lenguaje


poético que se utiliza en el resto de las circunstancias es
bastante escaso cuando se describe un encuentro sexual. Y,
por otra parte, sin embargo, la repetición de imágenes de
explosiones, de situaciones de orgasmos estallando que
pueden ser prácticas onanistas para las que se hace evocar la
imagen de la mujer pero no se la necesita más que como un
episodio descontextualizado no un miembro activo que
continua la operación de amor con el amante masculino. "Me
revuelco por el suelo y me revienta la polla de pensar en ti: me
desangro y riego tu jardín" esa metáfora de la que gusta tanto
y que utiliza en varias ocasiones, puede ser mi aval en esta
tesis.

Esos placeres solitarios inciden aún más en todo cuanto he


venido diciendo hasta ahora, el carácter individualista, la
libertad como valor supremo, incluso a pesar de tener que
aceptar a la luna, la soledad, como única compañera, la
dificultad de entendimiento entre mujeres y hombres por
tener intereses tan dispares, la alternativa libertaria como
solución a ese sentimiento de indefensión... Por eso, cuando
hablamos del diario de un machista, no lo estoy empleando
en el sentido peyorativo que puede tener esa palabra,
verdaderamente, no creo que la banda se muestre
discriminador respecto a la mujer, aunque sin duda pueden
encontrarse algunos rasgos; más bien, utilizo la palabra
machista para referirme a un hombre que existe solo para sí
mismo como un ser de sexo masculino. Ya vimos cómo su
mujer ideal es un ser también independiente, con sus mismos
vicios y problemas, pero con la que, seguramente, tampoco
será capaz de entablar una relación duradera, ya que los
personajes femeninos no se perciben como un beneficio sino
como un obstáculo al propio estilo de vida.

COLOFÓN

Solo unas notas para seguir expresando lo evidente, a muchos


les faltará el verso por el que sienten más predilección y otros
dudaran de muchos de los razonamientos que describo aquí,
a todos ellos, los animaría a que compusieran otras versiones
del mismo grupo u otro grupo distinto, para seguir
reinterpretando la creatividad de estos artistas. Porque el que
realiza una análisis también es en cierto modo un artista y,
sobre todo, porque únicamente he querido decir lo que para
mí se hizo evidente y soy consciente de que lo mejor de la
vida es que siempre se pueden encontrar otros argumentos.
Me gustaría haber dado en una gran cantidad de ocasiones en
el clavo para la mayor parte de la gente, y que esta lectura les
haya hecho despertar lo sumido en la profundidad de la
inconsciencia de los amantes de Extremoduro o, al menos su
enfado hasta tal punto que hagan llegar su protesta hasta mí.
A todos ellos, mi agradecimiento por haber soportado
pacientemente este hilvanado de ideas hasta este final, que no
es un final porque no pretende buscar causas sino dibujar un
cuadro que nunca podrá ser igual que la realidad, quizá haya
llegado a conseguir unas pinceladas impresionistas o a
esbozar con seguras líneas hiperrealistas su contorno, pero
nunca habrán expresado la realidad misma, pues ésta solo
existe en tu imaginación.

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